Historia
Conquista de América
Claudio Guerra.
Curso: 2° Medio.
Profesora: Mónica Hizaut
Tema: “La conquista de México Y del Perú”.
Asignatura: Ciencias sociales.
Colegio: Santa Gema Galgani.
Fecha de entrega: Miércoles 12 de Junio del 2002.
NOTA:
Pagina 1 ________________________ Portada
Pagina 2________________________ Índice
Pagina 3________________________ Introducción
Pagina 4-8 ______________________ Conquista del Perú
Pagina 9-13______________________ Conquista de México
Pagina 14-17_____________________ Anexo
Pagina 18 _______________________ Conclusión
Pagina 19 _______________________ Bibliografía
Este trabajo de investigación trata de la conquista de México y del Perú, que la conquista es un proceso en el cual los españoles pelearon en contra de los indígenas del Perú y de los indígenas de México hasta que le ganaban en algunas batallas para fundar ciudades, tener mayor territorios para tener riquezas y dominios sobre ellos y estas dos conquista se realizaron en el siglo XVI.
Una expedición difícil
En noviembre de 1524 Pizarro salió desde Panamá en busca del Perú y tiempo después lo siguió su socio Almagro. Esta primera expedición exploró el actual territorio de Colombia para posteriormente retornar a Panamá (septiembre de 1525). La segunda etapa se inició a principios de 1526. Los primeros lugares en ser reconocidos fueron las inmediaciones del río San Juan, donde la escasez de provisiones obligó a Almagro regresar a Panamá en busca de auxilios. Una vez reiniciado el viaje (enero de 1527), los expedicionarios llegaron hasta el actual territorio ecuatoriano, donde fueron atacados por los indígenas, debiendo refugiarse en la Isla del gallo. Nuevamente, Almagro debió partir hacia Panamá en busca de refuerzos.
Tras la riqueza del Perú
Mientras tanto, Pizarro debió hacer frente al descontento que cundía entre sus hombres. En la Isla del Gallo la situación era difícil y muchos hablaban de abandonar la empresa. Pizarro, entonces, reunió a sus hombres y trazó una línea en el suelo diciendo que hacia el sur se encontraba la riqueza del Perú y hacia el norte de Panamá, a lo que agregó que quien quisiese seguir adelante cruzara la línea junto a él. De alrededor de 80 hombres con que contaba, sólo 13 pasaron sobre la línea y han sido conocidos como los Trece de la Fama.
En enero de 1528, el piloto Bartolomé Ruiz recogió a Pizarro y a sus hombres; partieron hacia el sur y exploraron la región de Tumbes, situada al sur de Guayaquil y retornaron a Panamá.
Tras esta experiencia, Pizarro decidió partir a España. El objetivo de su viaje era tratar con la Corona la conquista de lo que ya se sabía eran tierras muy ricas. En 1529 firmó la Capitulación de Toledo, en la que se le asignó la gobernación del territorio denominado Nueva Castilla, y a Almagro se le concedió el título de adelantado.
Ultima expedición
Una vez que Pizarro retornó a Panamá, él y sus socios se dieron a la tarea de organizar lo que sería la empresa conquistadora del Perú. Zarparon en enero de 1531 dirigiéndose a la bahía de San Mateo, mientras Almagro permanecía en Panamá reuniendo más hombres y provisiones para luego sumarse al grupo principal.
Pizarro se dirigió luego a la Isla Puná, situada al sur de Guayaquil, para partir hasta más o menos 5º grados de latitud sur, donde fundó la ciudad de San Miguel (actualmente Piura) en el territorio peruano, y sin esperar los refuerzos de Almagro se dirigió hacia el sureste, llegando hasta Cajamarca. Allí concertó una entrevista con el Emperador incásico, Atahualpa. A su llegada la ciudad estaba desierta, lo que provocó las sospechas de Pizarro, quien dispuso estratégicamente sus tropas.
Entrevista con Atahualpa
El día convenido, Atahualpa llegó a la ciudad, haciendo su ingreso a ella rodeado de sus sirvientes y de importantes dignatarios del Imperio Inca. El padre Valverde se aproximó hacia él y tras leerle el requerimiento - documento donde se explicaban las razones por las que los indígenas debían reconocer la autoridad del Rey y la supremacía de la iglesia católica - le acercó una Biblia para que jurara fidelidad. Atahualpa examinó el libro y luego, sin mayor interés, lo arrojó al suelo. Este gesto fue interpretado como un rechazo e inmediatamente se dieron las órdenes de acción respectivas. Atahualpa fue rápidamente apresado, a pesar de la resistencia de sus hombres.
Muere el Emperador Inca
Atahualpa ofreció comprar su libertad, lo que fue aceptado por los españoles. Paulatinamente fueron llegando grandes cantidades de oro con las que el Emperador pagaría su rescate. Sin embargo, al poco tiempo los conquistadores descubrieron que Atahualpa había ordenado, estando prisionero, la muerte de su medio hermano Huáscar, con quien recientemente había tenido una disputa militar por el gobierno del Imperio. Atahualpa fue juzgado y condenado a muerte. Tras muchas tratativas, aceptó ser bautizado y entonces fue ejecutado. El rescate pagado quedó en manos de los conquistadores, originando enormes fortunas.
Ruptura con Almagro
La antigua amistad de Pizarro con Almagro empezó a quebrarse. Al formar su sociedad conquistadora se habían comprometido a repartir equitativamente las ganancias y los premios que el Rey les otorgara. Sin embargo, desde la firma de la Capitulación de Toledo ello no venía ocurriendo. Almagro decidió, entonces, obtener su propia gobernación y logró, en 1534, que el monarca autorizara la conquista de la Nueva Toledo y emprendió su viaje a Chile.
La empresa de Almagro fue un fracaso y decidió volver al Cuzco, ciudad que antes de partir disputaba con Pizarro.
En Chile, Almagro se enteró de que el pleito había sido finalmente resuelto en su favor. A su llegada la situación era compleja debido a un alzamiento indígena al que puso fin. Tras el término de este conflicto, se reinició la lucha entre los antiguos amigos y en ella, finalmente, Almagro fue derrotado en la Batalla de Las Salinas (1538), siendo luego ajusticiado.
Una muerte anunciada
Tras la Batalla de las Salinas, el poder de Pizarro se asentó firmemente. Sin embargo, ya en mayo de 1541 un drama empezaba a anunciarse: curiosamente, en Santiago del Nuevo Extremo circulaban, por boca de los indígenas, rumores sobre la muerte de Pizarro a manos de Diego de Almagro el Mozo, hecho que no se había producido. También en el Perú existían algunos indicios de una conjura, pero Pizarro no les dio mayor importancia.
El domingo 26 de junio de 1541 los almagritas se presentaron en la Plaza de Armas de Lima e ingresaron en su casa, ultimando con armas blancas a cuantos se cruzaban en su camino. Pizarro se enfrentó armado a sus victimarios. Recibió una estocada, pero continuó luchando hasta que fue alcanzado en la garganta y luego golpeado con un objeto contundente en la cabeza. Actualmente sus restos se encuentran en la Catedral de Lima.
La Conquista
Cuando el Imperio Inca aún no había alcanzando su madurez y debilitado por la guerra civil entre Huáscar y Atahualpa, tuvo lugar la colonización española; ésta, luego de varios intentos, se inicia en 1,531 en una acción dirigida por Francisco Pizarro, quien toma prisionero a Atahualpa en el año 1,532 y lo ejecuta al año siguiente coincidiendo con la entrada de los españoles al Cusco, que tuvo lugar el 15 de enero de 1533.
La fundación de Lima, ciudad capital del Perú, tuvo lugar el 18 de enero de 1535 por Francisco Pizarro con el nombre de "Ciudad de los Reyes", que pasó a ser la capital de la Nación; a partir de ese momento se sucedieron rivalidades entre los conquistadores produciéndose guerras civiles entre ellos hasta 1554. Almagro fue vencido por Pizarro en la batalla de Salinas, que tuviera lugar en 1538. Recién en 1547 la turbulencia de la dominación española cesó con el envío por parte de España de Pedro de la Gasca (clérigo), quien logró apaciguar los ánimos, consolidándose definitivamente el Virreinato del Perú, que comprendía los territorios conquistados en América del Sur, menos la gobernación de Caracas, que pertenecía al Virreinato de Nueva España (México). El 12 de mayo de 1551 tiene lugar la fundación de la primera universidad del país (Universidad Nacional Mayor de San Marcos), convirtiéndose en el centro de la cultura española en América; paralelo a ello se crearon institutos superiores en Arequipa, Trujillo, Pasco y Huancavelica. En 1584 se establece la primera imprenta por los jesuitas. En 1739 nace definitivamente el virreinato de Nueva Granada sobre la base de las Audiencias de Panamá, Santa Fe y Quito, para en 1776 perder las Audiencias de Charcas, las Gobernaciones de Tucumán, La Asunción y Buenos Aires, y el Corregimiento del que, quedando reducido a los territorios de Perú, Bolivia y Chile.
Las insurrecciones indígenas de Santos Atahualpa en 1742 y Túpac Amaru en 1780-81, junto a la postura enérgica del Virrey Abascal, impidieron la toma de actitudes independentistas.
HERNAN CORTES: el conquistador de México nació en Medellín, Extremadura. En el año de 1485. En 1504, sediento de aventuras y oro, llego a la isla de Santo Domingo que gobernaba a la sazón el Comendador Ovando. No encontrado allí lo que anhelaba embarco para Cuba en 1511 e hizo amistad con el Adelantado Diego de Velásquez, gobernador de la Perla Antillana. Cuando el Adelantado de Cuba decidió armar a sus costas una flota para ir a la conquista de las tierras descubiertas por Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva escogió para el cargo de jefe de la expedición a Cortés. No tardo en arrepentirse de la elección pero, por desgracia para él, ya Cortés, adueñándose del mando de la flota, abandonaba las costas de Cuba, haciendo caso omiso del patrocinador de su viaje, y enfilaba el rumbo de sus naves hacia México, es decir, hacia la fortuna ya la gloria.
Uno de los magníficos palacios construidos por Cortés para su residencia en México. Se encuentra situado en Cuernavaca, capital del estado de Morelos, y constituye un verdadero museo artístico e histórico que continuamente visitan los turistas de todas las procedencias.
Cuando Cortés, el 10 de febrero de 1519, abandonó las costas de Cuba al frente de los escasos expedicionarios que lo acompañaron a la conquista del más grande y poderoso imperio americano (la expedición estaba compuesta de 9 barcos en los que iban 680 soldados y marineros, 16 caballos, 10 cañones, 13 arcabuces y 4 falconetes), reinaba en Tenochtitlán el décimo monarca de la dinastía azteca, llamado Moctezuma II (sus antecesores fueron: Tenoch, Acamipitzin, Huitzilihitl, Chimalpopoca, Itzcoatl, Moctezuma l, Axayacatl, Tizoc y Ahuitzotl), que había ascendido al trono más que como guerrero, como virtuoso y sabio sacerdote. Este soberano tuvo noticias de la llegada de los españoles a las costas mexicanas tan pronto éstos pusieron sus plantas sobre las playas de la península de Yucatán, donde Cortés tuvo que vencer a los indios en su primera batalla es suelo mexicano. Se sobrecogió de terror creyendo en la llegada de un temible e indestructible Dios vengador ( Quetzalcoatl) que iba a arrojarlo del trono y a arrebatarle a los aztecas el suelo que habían conquistado, con gran denudeo, hacia solamente unos escasos doscientos años, y envió enseguida emisarios a las costas del Golfo de México que lo tuvieran al tanto de los movimientos de la flota invasora.
El 21 de abril desembarcó Cortés con su pequeño ejercito en el sitio o muy cerca del sitio donde se encuentra erigida la actual ciudad de Veracruz; con el venia la famosa Doña Marina o Malinche, princesa india que le había sido entregada, entre un grupo de esclavos, por los indios vencidos de Tabasco y que fue su intérprete, consejera y amante. Inmediatamente se llegaron hasta él los emisarios de Moctezuma, haciéndole entrega de ricas joyas y vestimentas sacerdotales que le enviaba como presente el Emperador Azteca. Cortés reciprocó los obsequios con otros muy vistosos, pero de modesto valor, e hizo conocer a los embajadores del soberano de Tenochtitlán el gusto que tendría en ir pronto a saludarlo. A Moctezuma le causó gran angustia conocer los deseos del atrevido intruso y echó mano de todos los recursos para evitar la desagradable visita. Pero fue inútil. Cortés, ayudado por el cacique de Cempoala, emprendió camino hacia la ciudad anhelada. En Tlaxcala venció a los ejércitos de Xicoténcatl y convenció a los tlaxcaltecas para que lo acompañaran y siguieran en la conquista de México. Con cien mil de ellos venció en Cholula a cincuenta mil soldados de Moctezuma que le habían preparado una sorpresa y siguió avanzando hacia Tenochtitlán por la ruta de Calpan, Cuauhtechacatl, Amecameca, Ayotzingo, Mizquic e Ixtapalapan.
Hizo su entrada en la ciudad capital del Imperio el 8 de noviembre del mismo año de su desembarco, después de haber vencido los obstáculos y orillado las dificultades que puso a su paso el atemorizado Moctezuma. Este rodeado de los personajes más ilustres de su corte, lo recibió con demostraciones de simpatía y respeto a la mitad de una de las tres grandes calzadas ( de ixtapalapa), que conducían, por sobre las aguas del lago de Texcoco, hasta la maravillosa y resplandeciente Tenochtitlán. Lo llevó hasta su palacio, lo colmó de magníficos regalos y le dio, para su alojamiento y el de su tropa, el edificio señorial que Axayacatl, padre del soberano, había construido hacia cincuenta años y que estaba situado a un costado del terreno que hoy ocupa la Catedral Metropolitana de la ciudad de México.
A la semana de estar Cortés en tenochtitlán y con el temor de que su permanencia diera lugar a una revuelta, decidió apoderarse de la persona de Moctezuma y así lo hizo, llevándolo prisionero para el edificio que le servia de alojamiento. Como se rebelaran contra el cautiverio del Emperador el príncipe tezcucano Cacama y otros altos jefes del ejército azteca. Cortés, unas veces mediante ardides y otros por la fuerza, los redujo a todos a prisión. Las cosas parecían marchar maravillosamente para el Conquistador y sus huestes ( los españoles habían descubierto y desvalijado, inclusive, un cuarto secreto en el Palacio de Moctezuma en que se guardaban grandes tesoros) cuando les llega la noticia de que había desembarcado en Veracruz, con fuerte contingente de hombres armados, Pánfilo Narváez, enviado por Diego de Velásquez para reducir a Cortés a la obediencia. Este, ni corto ni perezoso, corrió a la costa, venció a Narváez con una estratagema digna de su ingenio y se sumó, con reiteradas promesas de fortunas inmensas, a casi todos los soldados y marinos que el Adelantado de Cuba había mandado para combatirlo.
Cuando regresaron a Tenochtitlán los mexicanos estaban en plena insurrección. No pudo dominarlos ni siquiera con la ayuda de Moctezuma, que murió cobarde y resignadamente como consecuencia de las heridas que hubo de recibir a mano de sus súbditos enfurecidos, y tuvo que abandonar la ciudad tras una contundente derrota en que perdió la mayor parte de sus hombres y la totalidad del tesoro que había arrebatado del palacio de su real cautivo.
Volvió el Conquistador, por el mismo camino que había seguido para su entrada aparentemente amistosa en Tenochtitlán, a la ciudad de Tlaxcala, que lo recibió entre halagos y le ofreció toda la ayuda necesaria para la reconquista de la ciudad perdida, la que efectuó, después de tres meses del más terrible e inhumano asedio, el día 13 de agosto de 1521.
Cortés, que no pudo recuperar los tesoros de Moctezuma ni siquiera sometiendo a cruel tormento al valeroso Cuauhtémoc, el héroe de la residencia Azteca, se dedicó pronto a la reconstrucción de la capital destruida por el combate, así como a la exploración de las tierras desconocidas y a la búsqueda y explotación de las minas de oro, plata y piedras preciosas existentes en el país. Algunos años mas tarde estaba terminada la conquista del vaso imperio Azteca, la cuál sólo fue posible, digámoslo claramente, por el concurso que al conquistador español hubieron de proporcionarle los indios de Tlaxcala y otras regiones y por las indudables superioridad de las armas usadas por sus soldados.
La gratitud del pueblo mexicano a los misioneros defensores de los esclavizados indios ah quedado patente en los artísticos monumentos existentes en sus ciudades principales que continuamente rememoran el noble gesto de los géneros frailes que España mandó a América en los primeros años de la Colonia.
Tzintzuntzan es un castillo, Dibujo de los Aztecas
cuando se citaba en México
que se quedaban la noche los
Aztecas hay para atacarlos en el día.
Fortaleza del Imperio en la ciudad de Sacsahuamán cerca del Cuzco, estaba formada por enormes bloques de piedras, perfectamente encajado y unidos sin cemento.
Rutas de
Este trabajo de investigación de la conquista del Perú y de México me sirvió para enterarme de:
Que fue el 18 de enero de 1535 y que su conquistador fue Francisco Pizarro que murió el 26 de Junio de 1541 en la Plaza De Armas del Lima Perú.
En México el conquistador fue Hernán Cortés que conquisto el 10 de febrero de 1519 y que murió en 1517 pobre, triste y olvidado.
Que estas dos conquistas fueron realizadas durante el siglo XVI en donde creció bastante la muerte por la pelea de los Incas y Aztecas en contra de los Españoles.
Los indignes del Perú se destacaron, por sus grandes fortalezas del imperio Cuzco, porque unos bloques enormes están unidos perfectamente sin cemento.
Los indígenas de México se destacaron por su gran lucha en contra de los Españoles y su poderío.
Para concluir que en estas dos conquistas hubo abuso del poder por parte de los conquistadores, por la muerte de los demás, el abuso de su poder y la ocupación de territorio ilegalmente.
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4- Historia universal editorial Ercilla
5- Atlas de la historia universal
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