Religión y Creencias


Cónclave cardenalicio


CÓNCLAVE

A lo largo de la Historia se han utilizado diferentes formulas para elegir al Papa. Los primeros Papas se elegían entre el clero que vivía cerca de Roma. Los reyes y gente con intereses en la elección hacían todo lo posible por influir en el resultado. Por este motivo, en ocasiones los que no estaban de acuerdo con la elección nombraban a otro sucesor que era conocido como “antipapa”. Para acabar con todo aquello en 1059 el Papa Nicolás II ordenó que a partir de ese momento todos los que ejercieran el voto para elegir al nuevo Papa deberían ser cardenales y, más tarde, el Papa Alejandro III acordó que todos tendrían igual voto en la elección.

El Papa Gregorio X decidió que los cardenales deberían reunirse durante diez días después de fallecer el Pontífice y permanecer aislados hasta que se eligiera al sucesor.

Existían tres métodos para poder elegir al nuevo Papa:

“Per inspirationem”, o por aclamación. Este método se utilizaba cuando se sabía que la elección iba a ser unánime y se hacía a viva voz.

“Per compromisum”. Los cardenales podrían elegir un grupo de ellos formado por un número reducido de cardenales para que tuviesen la responsabilidad de elegir al sucesor.

“Per scrutinio”. Es el único procedimiento válido hoy día y exige que dos tercios de los cardenales hayan votado por el mismo Papa para que este sea elegido.

Juan Pablo II promulgó en febrero de 1996 la Constitución Apostólica. Este documento está dividido en dos partes. La primera trata las disposiciones que siguen a la muerte del Papa. En la segunda parte se habla sobre la elección del nuevo Papa y sobre las condiciones en las que se debe realizar el Cónclave, dando gran importancia al secreto del voto.

Cuando el Papa muere, el decano del Colegio sagrado de Cardenales convoca una reunión que siempre se celebra por la mañana y que debe comenzar antes de que pasen 20 días de la muerte del Pontífice. El Cónclave es la reunión de los cardenales que deben elegir a un Papa. La palabra Cónclave significa “con llave”, puesto que los cardenales permanecen bajo llave en la Capilla Sixtina del Vaticano. En la ceremonia se invoca al Espíritu Santo para que les ilumine en su elección. Las votaciones son en absoluto secreto y poniendo a Dios pos testigo. Cada cardenal elector escribe en una papeleta el nombre de su candidato. Se realiza una votación a la mañana y otra a la tarde durante los días que dure el Cónclave. Después cada uno de los aproximadamente 120 cardenales (solo los menores de 80 años pueden ejercer el voto) se acerca al altar y se compromete a cumplir su deber al mismo tiempo que deposita su papeleta en un recipiente.

Para ser elegido Papa se debe obtener una mayoría de dos terceras partes más uno. Si tras varios días de intentos no sale un sucesor, los cardenales podrán elegir otra manera de actuar respetando siempre la mayoría absoluta.

Cuando se hace el recuento de las papeletas se comunica el resultado a los cardenales y acto seguido se queman las papeletas. Si no hay un ganador se añade un compuesto químico a las papeletas para que el humo sea negro. El humo negro saliendo del tejado del palacio del Vaticano comunica a quienes esperan en la Plaza de San Pedro que el Papa todavía no ha sido elegido. El humo blanco de las papeletas quemadas solas indica que ya se ha elegido a un nuevo Papa.

Cuando se ha elegido un ganador se le pregunta si acepta ser Papa. Si lo hace, se le pregunta qué nombre elige y lo anuncia a los cardenales que luego se acercan a felicitar al elegido.

El primer Cardenal de la Orden de los Diáconos sale al balcón central de la Basílica de San Pedro y dice en latín: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam” (Anuncio un grande gozo: tenemos Papa). Después anuncia el nombre, que en 1978 fue: “Eminentissimun Dominum...Carolum Cardenalem Wojtyla (El Eminentísimo Cardenal Carol Wojtyla), qui sibi nomen posuit: Joannem Paulum Secundum” (que se impuso el nombre de Juan Pablo II).

El nuevo Papa aparece en el balcón y formula su primera bendición “Urbi et Orbi” (A Roma y al Mundo).

Muchos Papas han formalizado su nombramiento con una coronación, pero Juan Pablo II la rechazó y lo hizo durante una misa en la Plaza de San Pedro.

La mayoría de los cardenales electores que formarán el próximo Cónclave han sido elegidos por el Papa Juan Pablo II. Contará con un elevado número de latinoamericanos, junto a europeos, africanos y asiáticos.

El característica que hace que la monarquía absoluta que gobierna la Iglesia católica no sea habitual es la ausencia de la herencia del cargo. Por este motivo los Papas solían nombran cardenales a sobrinos y primos para sentirse respaldados. Hoy día buscan candidatos en su círculo de incondicionales, desde el punto doctrinal y personal. Este círculo suele estar formado por las personas que ayudan, de un modo u otro a gobernar la Iglesia.

Es de esperar que el próximo cardenal que sea elegido Papa goce de buena salud puesto que la Iglesia no quiere volver a pasar por lo ocurrido con Juan Pablo I, que murió al mes de ser nombrado. Por otra parte nadie concede importancia a la nacionalidad del próximo Papa, sin embargo, al leer la lista de candidatos de Juan Pablo II se puede deducir que el actual Papa quiere desplazar de Europa el centro de la Iglesia católica.




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Enviado por:Tukitu
Idioma: castellano
País: España

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