Compost (del latín compositus, `compuesto'), abono de gran calidad obtenido a partir de la descomposición de residuos orgánicos, que se utiliza para fertilizar y acondicionar los suelos, mejorando su calidad. Al mezclarse con la tierra la vivifica y favorece el desarrollo de las características óptimas para el cultivo. Para la fabricación de compost —el llamado “compostaje” —, los residuos se mezclan con cal y tierra y se colocan en capas. Las bacterias y otros organismos del suelo forman humus mediante la descomposición de los residuos. La formación del humus se ve fomentada por una buena ventilación, un removido frecuente y un grado de humedad suficiente. Diversas técnicas, como por ejemplo la adición de estiércol líquido, pueden potenciar la actuación de los microorganismos y el enriquecimiento del compost con nutrientes.
La utilización del compost perdió importancia a raíz de la industrialización de la agricultura pero, con la aparición de la agricultura biológica, se está volviendo a utilizar. Las plantas de compostado modernas utilizan como materia prima fangos de depuradoras y basura doméstica (desechos alimenticios). Aplicando temperaturas que van de 60 a 70 ºC se inactivan las semillas y los posibles gérmenes patógenos.
Abono, sustancia o mezcla química natural o sintética utilizada para enriquecer el suelo y favorecer el crecimiento vegetal. Las plantas no necesitan compuestos complejos, del tipo de las vitaminas o los aminoácidos, esenciales en la nutrición humana, pues sintetizan todos los que precisan. Sólo exigen una docena de elementos químicos, que deben presentarse en una forma que la planta pueda absorber. Dentro de esta limitación, el nitrógeno, por ejemplo, puede administrarse con igual eficacia en forma de urea, nitratos, compuestos de amonio o amoníaco puro.
Los suelos vírgenes suelen contener cantidades adecuadas de todos los elementos necesarios para la correcta nutrición de las plantas. Pero cuando una especie determinada se cultiva año tras año en un mismo lugar, el suelo puede agotarse y ser deficitario en uno o varios nutrientes. En tal caso, es preciso reponerlos en forma de fertilizantes. La aplicación de fertilizantes adecuados estimula el crecimiento de las plantas. De entre los nutrientes necesarios, el aire y el agua aportan hidrógeno, oxígeno y carbono en cantidades inagotables. Casi todos los suelos encierran abundancia de azufre, calcio, hierro y otros nutrientes esenciales. El calcio suele añadirse al suelo, pero su función primordial es reducir la acidez, no actuar como fertilizante en sentido estricto. El nitrógeno se halla presente en la atmósfera en cantidades enormes, pero las plantas no pueden utilizarlo de esta forma; ciertas bacterias proporcionan a las plantas de la familia de las Leguminosas el nitrógeno necesario, que toman del aire y lo transforman mediante una serie de reacciones llamadas de fijación de nitrógeno. Los tres elementos que deben contener casi todos los fertilizantes son nitrógeno, fósforo y potasio. En ocasiones, es preciso añadir a éstos pequeñas cantidades de algunos otros, entre ellos boro, cobre y manganeso.
Color
olor
textura
Materiales que se descomponen primero
Dia 2º
No cambia
no
Dia4º
No cambia
no
Dia6º
Leve cambio
Si
Dia8º
Mas oscuro
Si
Dia10º
Mas oscuro
Si
Dia12º
igual
si
Orgánico
inorgánico
1º semana
5.3kg
1º semana
9.2kg
1º semana
4.3
1º semana
7.3
2º semana
5.0
2º semana
6.6
2º semana
5.5
2º semana
7.9
Descomposición, en química, la división de un compuesto en sus componentes más simples por medio de una reacción química. Esta reacción puede producir elementos o compuestos por ejemplo, el agua se descompone en hidrógeno y oxígeno mediante la corriente eléctrica. En química, un agente común de descomposición es el calor, que puede descomponer tanto los compuestos inorgánicos como los orgánicos. La descomposición también puede producirse por la acción química, la catálisis, las bacterias, las enzimas y la luz. La fermentación, por ejemplo, es causada por la acción de las enzimas.
Conclusiones:
La fabricación de abono a partir de desechos sólidos consiste en la degradación de la materia orgánica por microorganismos aeróbicos. primero se clasifican los residuos para separar materiales con alguna otra utilidad y los que no pueden ser degradados y se entierran para favorecer el proceso de descomposición. El humus resultante contiene de uno a 3% de nitrógeno de fósforo y potasio según el producto esta preparado.