*Aunque no he entendido partes, y otras no me ha dado tiempo a leerlas, te presento lo que he podido aprovechar de este libro.
Como se filosofa a martillazos:“quien no sabe introducir su voluntad en las cosas, introduce en ellas, al menos, un sentido: creyendo que hay en ellas su voluntad.(principio de la “fe”)”.
Nietzsche siempre pone a parir cosas de su sociedad, el Cristianismo lo que mas. Critica todo cuanto no le gusta, en algunas cosas no estoy de acuerdo con él, lo cual no significa que no sean ciertas, es una verdad relativa.
En este libro se empieza hablando de Sócrates. No le gusta, Sócrates estaba harto de vivir, según Nietzsche, Sócrates y Platón representaban la decadencia, eran ya maduritos. Sócrates era de la clase plebeya, en sus palabras hay síntomas de venganza y recelo, era muy feo, algo que realmente en esa época no encajaba; era partidario de la dialéctica con la que triunfa la plebe, pero no será que ¿lo que necesita ser probado poco vale?. Quizá es una forma de hacerse tomar en serio. Si algo es realmente cierto no necestaría ser debatido ni descutido.
Trata bastante el tema de la casualidad, el porqué de las cosas, y el de la causa y efecto. Te hace pensar cual es anterior y cual es consecuencia de este. Confundirlos puede ser un grave error aunque no hay nada de esos criterios que ya esté establecido, nadie te puede asegurar cual es el orden cierto. Lo único posible es adoptar el que tú creas más oportuno para tu felicidad. La gente siempre intenta buscarles causas o motivos, una explicación a lo que sentimos, lo que vemos o lo que creemos, explicaciones que no existen, las cuales inventamos o transformamos a nuestro antojo para creer que vivimos detrás de unos principios, y de unos ideales, no en el caos en el que realmente nos movemos, nuestro corazón es un animal anárquico que no responde a nada ni a nadie, quizas nos guste creer que lo que hacemos es algo auténtico, necesitamos de la “causa” y el “efecto”.
Crítica hasta el final a la moral, por se antinatural, por oponerse a la vida por lo mismo que se opone al placer de los instintos, o sea la vida. Precdica la antimoral, la primacia de los instintos naturales, del yo, de disfrutar al máximo de la vida, la Iglesia con su hipocresía, atenta contra el ser humano, es un parásito de la sociedad, el sacerdote, es un tipo que se aprovecha de todas las cosas buenas y naturales de la vida para sacarles beneficio. Implanta su figura en el matrimonio, la muerte, el nacimiento, para hacer necesaria su presencia para la autenticidad de estos actos, haciendo así malvados todos aquellos que no están hechos bajo su presencia y control. De esta forma saca partido de la vida de los hombres, los frustra implantando valores falsos, valores que únicamente sirven para saciar la sed de poder del sacerdote, matando la necesidad de placer en sí, algo que produce gozo de forma natural no puede ser en ninguno de los casos malo, ni perjudicial.
La moral es un invento de la Iglesia para sacar lo que mas partido le interese del hombre, es una más de sus mentiras.
La libertad, Nietzsche dice algo como que el valor de una cosa, a veces, no reside en ella sino en lo que nos ha costado conseguirla. Eso se le podría aplicar perfectamente a la libertad, porque...¿quién de nosotros podría decirnos que es verdaderamente libre? ¿quién de nosotros conoce la libertad? El hombre solo ha podido vivir bajo sombras de libertad, nunca se ha podido sentir verdaderamente libre. Aquí, Nietzsche expresa que realmente la libertad no es buena para el hombre. Él es más partidario de vivir bajo una cierta autoridad o normas que regulen nuestro comportamiento. ¿Está el hombre preparado para ser libre? Nietzsche duda esto por lo que realmente se pregunta ¿No poseerá la libertad tanto valor por que nunca hemos disfrutado de ella y por la dificultad que plantea conseguirla? Realmente habría que pararse a pensar esto, porque, como es posible que a algo que nunca hemos disfrutado le demos tanta importancia.
La guerra, “lo que no me mata me hace más fuerte”. Nietzsche es un guerrero de principios, o al menos eso dice. Según él, el hombre tiene que ser necesariamente guerrero, luchar hasta la muerte, hacia una muerte digna, no hay que temer nada, la paz es solo una vía a otras guerras. El hombre necesariamente tiene que tener enemigos que le lleven a una superación, tiene que estar en lucha constante para no dormirse, para superarse. Si no peleas, no ganas, si no pones las cartas sobre la mesa, si no te la juegas, si no luchas nunca obtendrás algún beneficio. Entonces si pierdes, tu “honradez cantará victoria por ello”, si luchas ganas.
*Bueno pues esto es todo el jugo que le he podido sacar a este libro.