Economía y Empresa


Colonización agrícola en Santa Fe


La colonización agrícola en Santa Fe (1870-1895)

Ezequiel Gallo

Hacia 1870 una proporción muy significativa de la tierra apta para los cultivos cerealeros se había incorporado a la economía santafesina, que en su mayoría estaba en manos privadas. Asimismo una proporción significativa de las tierras privadas se hallaba en posesión de unos pocos individuos.

La región central ofrecía un panorama más diversificado, dada la presencia de algunas colonias agrícolas. Pero en la frontera oeste predominaban también las grandes propiedades. En la región sur menos del 1% del total de propietarios poseían alrededor del 40% de la tierra que estaba en manos privadas.

Hacia 1877 los problemas financieros del gobierno provincial lo llevaron a tratar de ubicar desesperadamente tierra pública dentro de la frontera. Los resultados de esta búsqueda fueron revelados en el informe del Departamento Topográfico de 1879, quedaban solamente 650.558 hectáreas en posesión del fisco santafesino, de las cuales solo 34.500 podían considerarse propiamente como tales. El resto eran tierras en disputa entre el gobierno provincial y propietarios privados, por considerar las autoridades que los particulares no habían cumplido con la obligación de poblar estipulada en los contratos de venta. Es importante señalar que en el informe no se encontraban las tierras que se encontraban en la frontera india. Estas tierras pasaron al dominio provincial entre 1879 y 1882, y, en su gran mayoría, fueron transferidas a propietarios privados.

El mapa catastral de 1883 revela la existencia de cuatro zonas: 1. la región del norte, donde predominaban las grandes propiedades; 2. la región del centro y el extremo norte de la región del sur, que mostraban un gran avance de las colonias agrícolas que pasaban a ocupar territorio donde hasta hacia poco predominaban las grandes propiedades; 3. el sur, donde seguían dominando las grandes estancias, aunque de menor extensión que las del norte; 4. la franja este de todas las regiones mencionadas, donde predominaban las estancias medianas y pequeñas.

Es decir que hacia 1883 las grandes propiedades seguían predominando en la campaña santafesina. Este viejo predominio había sido reducido entre 1872 y 1883, muchas de las grandes propiedades habían comenzado a dividirse y su lugar iba siendo ocupado por estancias lanares y por colonias agrícolas. Aun en tierras recién incorporadas, las subdivisiones comenzaban a manifestarse. Ni siquiera los grandes latifundios del norte resistieron el proceso de subdivisión, a pesar de que allí la tierra no era apta ni para la cría de ovejas ni para el cultivo de cereales.

Este proceso tomó mayor velocidad aun entre 1883 y 1895. Las colonias agrícolas se multiplicaron dramáticamente en el área central y en la zona norte sur. También hicieron su aparición en el resto de la zona sur, de todos modos, en esta área las grandes estancias laneras y ganaderas resistieron más airosamente la “intrusión” agrícola. Sólo la región norte siguió exhibiendo un panorama similar al prevaleciente en la década del setenta.

Hacia 1895 las colonias agrícolas habían ocupado extensas zonas antes dedicadas a la ganadería, especialmente en la región sur, en la que había sido el dominio exclusivo de vacunos y lanares, comenzó a observarse una invasión permanente de trabajadores agrícolas.

La expansión cerealera en las estancias del sur transcurrió por carriles diferentes de los prevalecientes en la región central. En esta última el cultivo de cereales se realizó principalmente a través de colonias formadas por agricultores propietarios. En el sur, por el contrario, fue la presencia de empresas mixtas que combinaban agricultura y ganadería y donde el cultivo del cereal estuvo a cargo de agricultores arrendatarios (arriendos).

El proceso de colonización en Santa Fe

La fundación de colonias agrícolas en Santa Fe tuvo lugar bajo distintos criterios organizativos:

1. Algunas colonias fueron fundadas por el gobierno nacional o provincial. En la mayoría de estos casos se vendía tierra a lo inmigrantes a precios muy bajos. El número de colonias fundadas bajo este sistema fue insignificante, asi como el área que abarcaban las mismas. Varias se fundaron en zonas de la provincia peligrosamente expuestas a las invasiones indias. Algunas de ellas estaban situadas en tierras poco aptas para los cultivos cerealeros. Este sistema de colonización gubernamental resultó costoso e ineficiente, y hacia 1880 había sido abandonado.

2. Durante las primeras etapas de la colonización (décadas del cincuenta y sesenta) la mayoría de las colonias se fundaron bajo el sistema de colonias oficiales que fueron establecidas por empresarios privados bajo control gubernamental, el gobierno provincial vendía al empresario a precios muy bajos y exigía el cumplimiento de algunas obligaciones en cuanto al número de gente que debía ser radicada y a las facilidades que debían otorgárseles. Una vez cumplidas las exigencias el empresario recibía tierras ubicadas generalmente dentro de la colonia. El numero de colonias fundadas bajo este sistema tampoco resultó demasiado significativo, sin embargo, algunas de las más importantes colonias de la provincia se fundaros de esta manera.

3. la enorme mayoría de las colonias existentes hacia 1895 fueron fundadas bajo el sistema de colonización privada. El empresario compraba la tierra al precio de mercado, la subdividía, y vendía al mejor postor. La única intervención oficial consistió en eximir al empresario del pago del impuesto de contribución directa por tres años o por cinco si las tierras se encontraban fuera de la línea de frontera. La extensión impositiva se extendió también a quienes iniciaban actividades industriales o comerciales dentro de la colonia, los cuales no pagaban el impuesto a patentes.

4. Al comienzo de la década del noventa aparecieron las llamadas colonias particulares, la diferencia con el sistema anterior era que no había facilidades impositivas, ni obligaciones para el empresario. El sistema consistía en que el comprador rentaba la tierra a un intermediario que luego la subdividía en lotes que entregaba en arriendo a los colonos. Este intermediario era generalmente un comerciante de la zona. Solamente cuatro de estas colonias se fundaron hasta 1895, pero luego el sistema se volvió muy popular.

En el período 1870 1895 el análisis debe centrarse en las colonias privadas y solo marginalmente en las llamadas colonias oficiales.

En primer momento la crítica se dirigió contra el gobierno por interferir en una actividad que no le competía. Más tarde, se consideró también que las casas de administración central quitaban fluidez al proceso de colonización debido a que el colono conocía mejor que el administrador lo que era conveniente para su parcela. Es asi como la colonización a cargo del gobierno resultó inoperante y costosa, muchas veces porque el desconocimiento del medio llevó a invertir en regiones poco propicias para los cultivos cerealeros.

La fundación de docenas de colonias aminoró las problemas de aislamiento, y la existencia de u vasto numero de colonos con experiencia conformó una sólida base de donde podían extraer enseñanzas los recién llegados. Es probable que con los cambios acaecidos las casa centrales de administración resultaran algo pesadas ante la notoria velocidad que alcanzó la expansión cerealera a partir de 1880.

La marcha del proceso de colonización

En la fundación de colonias para el periodo 1856-1895 se destacan seis períodos : 1. un desarrollo lento y escasamente exitoso entre 1856 y 1864. 2. una apreciable recuperación entre 1864 y 1870. 3. una leve caída, tanto en el número de colonos como en la extensión ocupada, entre 1870 y 1877. 4. una brusca caída entre 1877 y 1892. 5. un espectacular boom ente 1880 y 1892 .6. una nueva caída entre 1892 y 1894.

El estallido de la guerra del Paraguay creó un amplio mercado para la producción de las colonias, lo que explica la recuperación del segundo período. Con el fin de la guerra las colonias enfrentaron nuevamente algunos de los viejos problemas, especialmente el alto costo de transporte, a estos se les agregaron otros problemas de distinto origen. La crisis económica internacional golpeó fuertemente a la provincia a partir de 1875. Por otra parte, la langosta no dejó de hacer estragos, especialmente durante la devastadora invasión de 1877.

Durante la década del ochenta se observaron cambios espectaculares. Los indios ya habían sido derrotados y cientos de miles de hectáreas habían sido colonizadas, mientras que en las ya asentadas desaparecieron los temores de las invasiones. El boom ferroviario y la inmigración aliviaron los problemas que traían aparejados los altos costos de transporte y la escasez de mano de obra. Al mismo tiempo, una reducción en los costos de navegación acercaba a las colonias a los poderosos mercados europeos. También aparecieron instituciones crediticias que volcaron una parte de sus fondos a la producción agrícola. De este modo Santa Fe comenzó a ser percibida como la nueva tierra para millares de inmigrantes.

Hacia 1892 la situación comenzaba a cambiar. La crisis de 1890 había dislocado algunas de las empresas de colonización, y afectado a los bancos dedicados a financiar la cosecha . El precio internacional del trigo estaba en baja. El gobierno provincia, que afrontaba dificultades financieras, impuso impuesto a la comercialización del trigo. La recuperación fue obstaculizada por una pobre cosecha en 1895 y una gran invasión de langostas en 1896.

Sin embargo la reacción fue muy diferente de la muy dramática que caracterizo a la crisis de mediados del setenta, porque la Argentina era ya uno de los más importantes exportadores mundiales de trigo, y la colonización había satisfecho ampliamente las expectativas, entonces los distintos observadores juzgaban la crisis como un evento transitorio que sería superado sin mayores dificultades.

Tendencias regionales

Para mostrar el avance de la colonización es necesario dividir la provincia en seis regiones. En la región central-norte, constituida por los departamentos de Las Colonias, Castellanos y San Cristóbal, comenzó la colonización agrícola en la segunda mitad de la década del cincuenta y continuo al frente de las demás hasta 1895. El primer departamento en ser colonizado fue Las Colonias, y avanzada la década del setenta comenzó la ocupación de las tierras de Castellanos, impulsada por empresas y colonos provenientes de Las Colinas. En la década del noventa las tierras de ambos departamentos se hallaban colonizadas. En ese momento comienza un sostenido movimiento en dirección noroeste, hacia las tierras del departamento de San Cristóbal. Mientras que el Las Colonias y Castellanos el cultivo de cereales se hizo en forma exitosa, no ocurrió lo mismo en San Cristóbal, debido a que eran tierras más aptas para la cría de ganado, actividad que bien pronto fue sustituyendo a los cultivos cerealeros.

La región sur estaba constituida por los departamentos de San Lorenzo, Caseros, Belgrano y Rosario. El proceso de colonización comenzó alrededor de 1870 bajo el estimulo de la construcción del ferrocarril entre Rosario y Córdoba. Esta región fue la segunda en importancia en la provincia. La gran mayoría de sus tierras había sido dedicada al cultivo de cereales, la expansión cerealera de la región estuvo estrechamente vinculada a la construcción de vías férreas.

La región centro-sur estaba constituida por los departamentos de San Jerónimo, Iriondo y San Martín. Las tierras de la zona norte de los departamentos de San Martín e Iriondo se colonizaron en forma parecida a lo observado en la región centro- norte. Por otra parte, el área austral de ambos departamentos fue poblada como continuación de los desarrollos ocurridos en los distritos de la región sur. La excepción fue el departamento de San Jerónimo, este estaba ya ocupado en la época de la dominación española por estanzuelas que abastecían a los pequeños núcleos urbanos (algunas siguieron existiendo). Al mismo tiempo el distrito de Coronda poseía las únicas tierras aptas para la cría de ovejas. Por estas razones San Jerónimo había sido menos afectado por la colonización agrícola.

El extremo sur lo formaban los departamento de General López y Constitución. Fue la ultima región en ser colonizada, y sólo hacia fines de la década del ochenta el proceso alcanzó dimensiones significativas. El departamento de General López, lejos de las líneas de comunicación y con la mitad de su territorio en manos de los indios, no estaba al comienzo en una situación apropiada para la instalación de colonias agrícolas. Las tierras del departamento de Constitución eran contiguas a los distritos del nordeste de la provincia de Buenos Aires y desde fines de los años cincuenta sus campos fueron ocupados por ovejas provenientes del estado porteño. Algo parecido ocurrió en General López una vez que se desplazaron las tribus indias. Dadas las ventajas de las actividades ganaderas, la expansión solo fue posible con el ferrocarril y las inmigraciones. La producción agrícola se desarrolló en combinación con la ganadería, dando lugar a la aparición de los llamados “cultivos combinados”, caracterizados por la presencia de una significativa mayoría de arrendatarios entre los cultivadores.

En cuanto a la región norte, la mayoría de sus colonias no fueron dedicadas a la producción cerealera. Las actividades predominantes fueron la explotación forestal, la caña de azúcar y la cría de un ganado de baja calidad.

En la región nordeste, o región de la costa, los departamentos Garay y San Javier se especializaron en la cría de ganado a partir de los años ochenta y durante el período 1870-4 fue la que registró el mayor número de hectáreas dedicadas a la colonización agrícola, debido a la privilegiada situación geográfica de estas tierras en la época preferroviaria, especialmente en tiempos de la guerra del Paraguay. Además por aquellos años se creía que estas eran las tierras más aptas para el cultivo de cereales (luego se demostró que esto era falso) el tendido de la vía férrea aumento el valor de otras zonas.

El arrendamiento

Entre 1887 y 1895 hubo un aumento en la proporción relativa de arrendatarios, el 51% de los agricultores de la provincia eran arrendatarios o medieros. Existía por lo menos la presencia de dos clases de arrendatarios.

Uno de los sistemas de arrendamiento era la medianería o metayer. Alrededor del 15% de los agricultores eran medianeros hacia 1895. En este sistema la tierra se entregaba libre de impuestos y el agricultor arrendatario recibía vivienda, implementos agrícolas y algún ganado. Las semillas, la trilla y el embolsado se compartían entre el propietario y el arrendatario. Este ultimo se hacia cargo de los otros gastos, incluyendo la alimentación y alojamiento de los peones (que podían evitarse empleando familiares). Una variación de este sistema era la tercianería, sistema bajo el cual todos los gastos, salvo algunos rubros salariales, estaban a cargo del propietario, quien se quedaba con dos tercios del producto final.

El arrendamiento, a secas, era el sistema más extendido. El 36% de todos los agricultores pertenecían a esta categoría. Esta clase se dividía en dos: los que pagaban en dinero y los que lo hacían entregando un porcentaje de la cosecha. Este último grupo se acercaba algo a los medieros, con la diferencia de que el porcentaje de la cosecha era más bajo y su libertad de acción mayor, también tenia muchos más gastos a su cargo. La característica común de ambos (los que pagaban en efectivo y en porcentaje) era que el propietario sólo entregaba la tierra, y que todos los gastos estaban a cargo del arrendatario.

Las mejoras en la explotación no eran reembolsadas, y en algunos casos se incluía una cláusula que permitía al propietario elegir el lugar donde debía venderse la cosecha y donde se alquilaba la maquinaria agrícola. Las restricciones de este tipo eran más habituales para los arrendatarios que pagaban la renta con un porcentaje de la cosecha. A estas se agregaba una que lo restringía a utilizar sólo un 15% de la tierra arrendada para actividades pastoriles.

Este tipo de arriendo estaba ligado a un sistema de rotación llamado cultivos combinados. En este sistema el arrendatario se obligaba a sembrar maíz, trigo y lino (en ese orden) durante los tres años que duraba el contrato. Al finalizar el ciclo debía devolverse el campo sembrado con alfalfa y rotar a otro potrero de la misma propiedad para repetir la operación. Los cultivos combinados hicieron su aparición para responder a la creciente demanda internacional de carne vacuna de alta calidad, que sólo podía ser satisfecha si se mejoraba la baja calidad de los planteles vacunos que ocupaban las estancias de la región. Para logras este propósito era necesario importar sementales de raza, dividir la estancia en más potreros, y, especialmente, mejorar la calidad de las pasturas. Los dos primeros objetivos se consiguieron a través de una gran importación de sementales y de alambre para las subdivisiones. La tercera meta era más difícil de alcanzar, dado el gran insumo de mano de obra que se requería. En los veinte años siguientes más de ocho millones de hectáreas de “pastos duros” fueron convertidas en fértiles praderas. Así Argentina pasó a ser uno de los grandes exportadores mundiales de carne vacuna de alta calidad.

Existían variaciones significativas en la distribución regional de los arriendos, estaba mucho más extendido en le sur de la provincia, región en la cual la agricultura había sido más tardía.

Algunas características de los arrendamientos

Los aspectos negativos de este sistema, desde el punto de vista económico, donde es percibido como un obstáculo para la innovación tecnológica y desde una perspectiva social se indica que incide en bajos niveles de vida, en malas condiciones de asentamiento y en escasa movilidad social. La emergencia de los arrendamientos estuvo estrechamente vinculada a la expansión ganadera durante el ciclo que se caracterizo por el predominio de los cultivos combinados.

El arrendamiento había sido bastamente conocido en las estancias lanares de la región pampeana durante las décadas de sesenta y setenta.

Los arriendos no estaban exclusivamente limitados a las estancias lanares. El sistema era conocido en las colonias agrícolas. Muchos de los empresarios se reservaban lotes para venderlos después de que la instalación de las colonias hubiera incidido en un alza del precio de la tierra. En el ínterin, la tierra se ofrecía en arriendo. Lo mismo sucedía en epocas de crisis, donde los compradores eran escasos.

Otra fuente de arriendos tuvo orígenes distintos de los mencionados. Desde bastante temprano muchos colonos exitosos que compraban lotes en las nuevas colonias arrendaban su anterior propiedad a inmigrantes recién llegados.

El rápido incremento de arrendatarios ha sido atribuido generalmente a la aparición de los cultivos combinados. Con seguridad esta causa fue de singular importancia en el periodo posterior a 1895. En realidad, el aumento verdaderamente espectacular en el área sembrada con alfalfa es Santa Fe sólo tuvo lugar entre 1895 y 1914.

Es más apropiado atribuir el crecimiento de los arriendos a otros factores. No hay dudas acerca de la existencia de una tendencia de larga duración hacia el aumento de los arriendos, tendencia que parece haber estado relacionada con la introducción de nueva maquinaria agrícola, lo que hizo más rentable el cultivo de extensiones mayores. Al mismo tiempo, otros factores (especialmente la mayor demanda provocada por el influjo masivo de inmigrantes) incidieron en un aumento del precio de la tierra, con lo cual muchos agricultores encontraron que necesitaban concesiones de mayor extensión cuyo precio por hectárea había aumentado significativamente.

Durante la crisis que se inicio en 1890, la situación parece haber sido similar a la observada en los años 1876 y 1877. La depresión en el mercado de tierras fue considerable, y avisos ofreciendo largas extensiones de tierra a “precios de crisis” eran muy comunes. La situación se hacia más difícil en el caso de las compañías de tierras de capital extranjero, por la fuerte devaluación experimentada por el peso argentino. Dos métodos se intentaron para sortear el problema. El primero fue vender la tierra a pesos oro, el segundo arrendarla percibiendo en pago una parte de la cosecha. Las ventas en oro tenían poca aceptación en un mercado sumamente temeroso, el segundo parece haber contado con mayor aceptación.

La crisis del 90 fue seguida por una caída pronunciada en el precio internacional del trigo y en 1896 por una devastadora invasión de langosta. Los arriendo continuaron su tendencia ascendente, y pasaron a ser una faceta esencial en el panorama rural santafesino.

5




Descargar
Enviado por:Cervecera
Idioma: castellano
País: Argentina

Te va a interesar