Biología, Botánica, Genética y Zoología


Clonación


LA MALDITA CLONACION

“Clon: organismo o grupo de organismos que derivan de otro a través de un proceso de reproducción asexual (no sexual). El término se ha aplicado tanto a células como a organismos, de modo que un grupo de células que proceden de una célula única también se considera un clon. Por lo general, los miembros de un clon tienen características hereditarias idénticas, es decir sus genes son iguales, con excepción de algunas diferencias a causa de las mutaciones. Por ejemplo, los gemelos idénticos, que proceden de la división de un óvulo fecundado único, son miembros de un clon, mientras que no lo son los gemelos no idénticos que se originan a partir de la fecundación de dos óvulos independientes”1.

Los progresos del conocimiento y los consiguientes avances de la técnica en el campo de la biología molecular, la genética y la fecundación artificial han hecho posibles, desde hace tiempo, la experimentación y la realización de clonaciones en el ámbito vegetal y animal.

“Si nos referimos al ámbito de la Ingeniería Genética, clonar es aislar y multiplicar en tubo de ensayo un determinado gen o, en general, un trozo de ADN. Sin embargo Dolly no es producto de Ingeniería Genética. En el contexto a que nos referimos, clonar significa obtener uno o varios individuos a partir de una célula somática o de un núcleo de otro individuo, de modo que los individuos clonados son idénticos o casi idénticos al original”2.

La clonación, considerada en su dimensión biológica, en cuanto reproducción artificial, se obtiene sin la aportación de los dos gametos; se trata, por tanto, de una reproducción asexual y ágama. La fecundación propiamente dicha es sustituida por la fusión bien de un núcleo tomado de una célula somática del individuo que se quiere clonar o bien de la célula somática misma, con un ovocito desnucleado, es decir, privado del genoma de origen materno. Dado que el núcleo de la célula somática contiene todo el patrimonio genético, el individuo que se obtiene posee -salvo posibles alteraciones- la misma identidad genética del donante del núcleo. Esta correspondencia genética fundamental con el donante es la que convierte al nuevo individuo en réplica somática o copia del donante.

El cromosoma contiene el ácido nucleico, ADN, que se divide en pequeñas unidades llamadas genes. Éstos determinan las características hereditarias de la célula u organismo. Las células de los individuos de una especie determinada suelen tener un número fijo de cromosomas, que en las plantas y animales superiores se presentan por pares. El ser humano tiene 23 pares de cromosomas. En estos organismos, las células reproductoras tienen por lo general sólo la mitad de los cromosomas presentes en las corporales o somáticas. Durante la fecundación, el espermatozoide y el óvulo se unen y reconstruyen en el nuevo organismo la disposición por pares de los cromosomas; la mitad de estos cromosomas procede de un individuo, y la otra mitad del otro. Es posible alterar el número de cromosomas de forma artificial, sobre todo en las plantas, donde se forman múltiplos del número de cromosomas normal mediante tratamiento.

Todos los individuos están formados por unidades microscópicas que se agrupan formando tejidos. Estas unidades (células) poseen dentro de sí, un núcleo; es decir, una estructura diferenciada dentro de la célula. En el interior del núcleo se halla una macromolécula que es la encargada de la información genética.

El conjunto de genes heredados es lo que se denomina Genotipo. El Genotipo provee la información necesaria para la producción de diversos rasgos; luego éstos se ven influidos por el medio ambiente, y esto dependerá de la vida de cada individuo (por ejemplo, una determinada contextura muscular, se verá más o menos desarrollada de acuerdo con la actividad de cada individuo). De esta interacción con el medio ambiente resulta lo que llamamos Fenotipo que es aquello que se aprecia sensorialmente del individuo.

1.¿Es ética la clonación?

Este tema despierta mucha polémica por todo lo que lleva tras de si. El hecho de poder manipular la vida sin duda despierta muchas inquietudes, una de ellas sería ¿estamos listos para las consecuencias que esto puede originar?,
por ejemplo: el hecho de poder manipular los genes y crear clones de un original (y más conociendo a la raza humana) ¿quien es el ser humano para decidir quien debe ser clonado y quien no? ¿Quién es el ser humano para modificar el ciclo de la vida del hombre? sin duda el futuro encontraremos estas respuestas.

“La clonación de embriones abre enormes posibilidades a la medicina. Pero, debido a los beneficios que puede reportar, en la sombra se prepara una carrera cuyos estragos afectan a la esencia misma de nuestra identidad humana”3.

Hombres y mujeres de blanco, dignatarios religiosos, ecologistas barbudos, enfermos de Parkinson. “El misterio es nada menos que un embrión humano clonado “a lo Dolly”. La finalidad no es producir seres humanos mediante la clonación terapéutica, sino crear embriones a fin de utilizar células pluripotentes para el tratamiento de numerosas enfermedades. Pero, como en todos los debates apasionados, lo que está realmente en juego (la comercialización) permanece oculto en la sombra, lejos del barullo y la emoción”4.

Como era de prever, la oposición más enérgica fue la de la Iglesia Católica, que considera al embrión como un ser vivo desde la concepción. Además de la clonación, rechaza toda investigación en la que se empleen embriones “de recambio” (creados para el tratamiento de la esterilidad, pero no utilizados), por estimar moralmente reprobable que se use a una persona en provecho de otra.
Jurídicamente el embrión no es considerado una persona, pero “el embrión, en el verdadero sentido del término, es un ser humano: existe y su naturaleza es humana”, según Bernard Mathieu, profesor de derecho de la Sorbona. “Esto protege al embrión de toda utilización comercial, sin por ello atentar contra el derecho de la mujer a la salud y a controlar su fertilidad. Esta concepción de la dignidad humana ha incitado a muchos países europeos a limitar rigurosamente la investigación sobre el embrión e incluso prohibirla”5.

En el caso de la clonación, el análisis de la intención del agente y de sus objetivos solo haya consistencia ética en los argumentos clínico y eugenésico, es decir, en la denominada "clonación reproductiva". El resto de los argumentos carecen de consistencia ética
El análisis ético de las consecuencias, fundamento de la denominada ética de la responsabilidad, lleva a considerar el conjunto de consecuencias "benefícienles" y a equilibrarlas con las consecuencias negativas o "maleficentes".Esto permite destacar el valor ético negativo de una de las consecuencias de la clonación, la gran pérdida de vidas embrionarias. En suma, la consecuencia más relevante desde este punto de vista no es, pues, el rechazo social, sino su alto costo en embriones, suficiente para proyectar sobre la clonación una calificación ética muy grave.
Finalmente, no sólo es bueno aquello que es útil para la sociedad, es preciso también que el logro científico sea útil y bueno para el sujeto humano, para el clon producido. Él es fin en sí mismo para la felicidad de sus padres o el beneficio de la sociedad. Una injusticia objetiva producida sobre él invalidaría las ventajas que la clonación proporcionara a la sociedad. Aquí se trata de ver si llegar a la vida como clon representa un bien para el clon; si el embrión humano, persona con plenos derechos, es respetado en el mecanismo de la clonación; si la persona del clon es el fin último de la operación técnica y si sus intereses prevalecen sobre los de sus padres o sobre los de la sociedad.
“La vida del embrión es minusvalorada en las técnicas de manipulación embrionaria; aparece a la lógica de práctica de nuestro tiempo como un costo obligado de la eficacia y de los logros científicos. No parece dudoso afirmar que, hoy por hoy, el costo en vidas embrionarias que son de prever en la clonación puede ser altísimo”6.
“ La clonación transforma el proyecto natural de individualidad, modifica el corazón de la identidad genética. Sin duda que se puede llevar a cabo, el dilema es si alcanza a la libertad humana el dominio radical sobre otros hombres hasta el punto de transformar su identidad personal; si al hombre asiste, en fin, el poder moral de dar legitimidad al nacimiento de un hombre nuevo, no natural, principio de un programa de hombre biogenético, que ya no sería el hombre de la evolución”7.
El objeto de la clonación, desde el punto de vista del respeto a la dignidad de la persona, lesiona gravemente en lo formal la integridad de la persona clon. Destruye su identidad genética y rompe así la identidad personal.
En la naturaleza la vida es fruto del amor de la pareja. Es un "bien" que perfecciona a los padres. El emergente del resultado del amor es un hijo aunque no se desee. De aquí el derecho psico-social a nacer en el seno de una familia natural y a tener unos padres que, además, sean padres biológicos. En la clonación la vida es una producción técnica.
En definitiva, el análisis de la ética de la clonación, a la luz de sus consecuencias y del objeto y significado de la acción moral, hace aflorar barreras insalvables de lo ético. La clonación prejuzga y constituye una intolerable manipulación de la persona representada por el embrión; pone en riesgo su vida y va contra sus intereses, y al que concibe más como un medio que como un fin en sí mismo

Hacía mucho tiempo que una noticia científica no había tenido tanto eco. Televisiones, periódicos y revistas de todo el mundo, jefes de Estado y parlamentos, científicos e industriales, ecologistas y especialistas en bioética, filósofos y hombres de Iglesia han producido en sólo algunos días una cacofonía inverosímil y duradera.

“¡Y todo por el nacimiento de una oveja! ¡Y un experimento todavía no reproducido! ¿Tan impulsiva es la humanidad? ¿O es que hay que admitir que estas reacciones apasionadas son indicio de que se ha producido un acontecimiento fundamental? ¿Que el nacimiento fabricado de un mamífero sin padre —un clon de su madre— tiene un alcance simbólico colosal? ¿Hay que ver en él un hito decisivo en la historia de nuestra especie? ¿O, quizá, puede ser una fractura decisiva entre el mundo científico y el de los simples ciudadanos? ”8.

2.Cómo se ha fabricado Dolly

La relativa simplicidad de los procedimientos descritos y de los esquemas presentados a la prensa no deben dar lugar a ilusiones. La clonación de Dolly es una operación difícil y compleja, resultado de décadas de investigaciones y de experimentaciones en diversos laboratorios. Ha habido muchos fracasos y, también, el desaliento de muchos equipos. Intereses privados estaban en juego. Además, es posible que no se hayan dado a conocer todos los detalles.

He aquí las principales etapas de la operación. En realidad, la mayor parte son un concentrado de una serie de subetapas, cada una de las cuales implica muchas elecciones, por ejemplo, el momento exacto de cada intervención, la composición de unos determinados medios de cultivo, la sucesión de los gestos del experimentador, los instrumentos utilizados... Tal como destacaban, ya en 1990, los autores de una obra de referencia sobre la biología del desarrollo, en materia de clonación, “los detalles de la técnica experimental pueden influir muchísimo en las respuestas a una determinada cuestión”9.

Los investigadores escoceses también han obtenido corderos a partir de células de un feto de 26 días

Los investigadores escoceses tomaron, por biopsia, células de glándula mamaria de una oveja blanca Finn Dorset de seis años. El animal estaba en el último trimestre de su gestación, momento en que las células mamarias están más diferenciadas y se multiplican. Las células tomadas se cultivaron in vitro y luego se colocaron durante cinco días en un medio de cultivo muy empobrecido en suero, dieta rigurosa cuyo efecto es provocar poco a poco la suspensión completa del ciclo celular (fase G0, G cero). Seguidamente, cada una de estas células, en estado de casi hibernación, se introdujeron en un ovocito no fecundado y enucleado de oveja Scottish Blackface (de cabeza negra).

“Los ovocitos se obtuvieron quirúrgicamente por perfusión de los oviductos después de una estimulación ovárica. En el momento de la obtención, su ciclo celular quedó en suspenso. Los ovocitos se encuentran naturalmente en esta fase, llamada metafase II, en el momento de la ovulación. A causa de la meiosis, únicamente contienen un solo juego de cromosomas, que forman, en este momento preciso, una placa casi plana, excéntrica, situada no lejos del glóbulo polar, una pequeña bola que contiene otro juego de cromosomas y que está destinada a ser eyectada”10. Entonces, los experimentadores aspiraron la placa cromosómica, arrastrando de una sola vez el glóbulo polar y una parte del citoplasma. Los ovocitos así enucleados, que habían conservado la mayor parte de su citoplasma, fueron transferidos a un medio de cultivo a 37 ºC. Se activaron con la ayuda de un primer impulso eléctrico; luego, y gracias a una serie de nuevos impulsos eléctricos, cada uno de ellos se fusionó con una célula mamaria de la oveja donante. La aplicación de la corriente eléctrica también tenía por objeto facilitar el desarrollo de la nueva célula acabada de formar (un nuevo embrión).

De esta manera se crearon no menos de 277 embriones a finales de enero de 1996. A continuación, fueron colocados en el oviducto ligado de diversas hembras. Después de seis días, 247 fueron recuperados. Veintinueve se habían desarrollado hasta el estado de mórula o de blastocisto y fueron transferidos al útero de 13 ovejas portadoras. Aparentemente, tan sólo un embrión se desarrolló en feto y, posteriormente, en un cordero viable que nació el 5 de julio de 1996, al final de una gestación de duración casi normal y con un peso también normal. Dolly no muestra ningún signo de anomalía. Falta por ver si más tarde se presenta algún problema y si podrá procrear normalmente.

Siguiendo el mismo protocolo experimentado, Ian Wilmut, Keith Campbell y sus colegas del Roslin Institute de Midlothian, cerca de Edimburgo, obtuvieron tres corderos a partir de células de un feto de 26 días y otros cuatro corderos procedentes de células de un embrión de 9 días.

3.¿Cuál es la novedad? El principio de la enucleación de un ovocito para servir de incubadora a una célula fue ideado por el embriólogo alemán Hans Spemann en vísperas de la segunda guerra mundial. En 1938, propuso lo que él llamó un experimento fantástico. “Se trataba de introducir el núcleo de una célula de embrión de batracio en un ovocito enucleado con el fin de verificar la hipótesis de que cada una de las células de un embrión joven contiene todas las instrucciones para el desarrollo completo de un individuo”11. En aquella época, todavía no se tenía conocimiento de la doble hélice del DNA. La idea la aplicaron por primera vez con éxito Robert Briggs y Thomas King en 1952, en Filadelfia. Estos investigadores consiguieron disociar, sin estropearlas, las células (blastómeros) del paquete embrionario (en estado de blastocito), tomar los cromosomas de óvulos no fecundados de ranas sin dañarlos demasiado, activarlos como si hubiesen sido fecundados normalmente, y colocar los blastómeros uno a uno en cada óvulo. Obtuvieron renacuajos capaces de nadar. Siguieron otros muchos experimentos con batracios y se consiguieron animales adultos.

La principal aportación técnica del equipo escocés es haber puesto las células embrionarias en estado de hibernación

En cambio, en los mamíferos la operación fue más delicada. Una técnica de transferencia nuclear, puesta a punto en el ratón en 1983, sólo dio unos resultados limitados. El experimento decisivo para comprender de dónde viene Dolly fue obra del embriólogo danés Steen Willadsen, entonces en Cambridge (Gran Bretaña). Utilizando un protocolo ya muy parecido al descrito para Dolly, en 1984 obtuvo carneros adultos en buena salud a partir de embriones de 8 y 16 células colocados en ovocitos no fecundados y enucleados. Uno de los embriones fue congelado durante más de cuatro años.

En los bóvidos, que tienen un mayor interés económico, el debut corrió a cargo del equipo del norteamericano Neil First en 1986. A partir de embriones recogidos por FIV (fecundación in vitro), han nacido ya unos 2.000 terneros gracias a esta técnica, sobre todo en Estados Unidos, aunque también en Francia. Asimismo, se han conseguido éxitos en la cabra. En el conejo, el equipo de Jean-Paul Renard e Yvan Heyman, del INRA, obtuvo en 1990 seis gazapos clonados procedentes de un embrión único.

Hasta 1992, los investigadores tuvieron un índice de fracasos muy alto con los mamíferos. Algunas anomalías cromosómicas inducían la suspensión del desarrollo. Muy pronto, el fenómeno se interpretó como una consecuencia de la dificultad, en el momento de la fusión, de sincronizar los ciclos de la célula donante y de la célula receptora (citoplasma enucleado). En la naturaleza, en el momento de la fecundación, las células se hallan manifiestamente en fase. ¿Cómo conseguirlo en laboratorio? Primero, los científicos buscaron los medios de preactivar químicamente o eléctricamente, antes de la fusión, el ovocito enucleado. “Un impulso eléctrico induce la liberación de calcio intracelular, lo mismo que lo haría un espermatozoide en el momento de la fecundación. La preactivación del ovocito permite, sobre todo al núcleo de la célula donante, no perder su envoltura nuclear en el momento de la fusión”12. Este método de preactivación eléctrica se practica habitualmente desde hace dos años en diversos laboratorios.

La principal aportación técnica del equipo escocés es una segunda mejora, que consiste en hacer que, antes de la operación de fusión, las células embrionarias salgan de su ciclo normal de replicación. Como se ha visto, en el experimento Dolly, las células donantes fueron puestas en hibernación. Sobrevivieron en una solución salina que contenía factor de crecimiento en cantidad exacta para dejarlas vivas. Se hallaban en el límite de la apoptosis (muerte celular), dijo Louis-Marie Houdebine, investigador del INRA en contacto con el equipo escocés.

“Hasta entonces, la mayor parte de las células embrionarias utilizadas para las transferencias nucleares estaban en fase G2 (crecimiento) o S (replicación del DNA), lo que, al producirse la fusión, provocaba una replicación adicional del DNA y una condensación prematura de la cromatina (los cromosomas y las proteínas que lleva asociadas). Generalmente, esto originaba anomalías cromosómicas”13.

Pero he aquí la gran novedad: los investigadores escoceses se dieron cuenta de que combinando estas dos técnicas —activación del ovocito enucleado y suspensión del ciclo de las células donantes— podían conseguir el nacimiento de animales viables con células muy diferenciadas, y hasta totalmente diferenciadas. La mayor parte de los biólogos pensaban que esto era absolutamente imposible.

“Cada célula del organismo lleva todo el material genético del individuo”14. Durante la diferenciación progresiva que se produce desde las primeras fases del desarrollo embrionario hasta el nacimiento o más allá de él, las células se especializan: sólo una parte de los, aproximadamente, cien mil genes del individuo se expresa en cada célula. El resto de los genes son mudos. Pero ¿qué significa mudos? La opinión de que estos genes no están necesariamente perdidos, definitivamente paralizados, en cierta manera muertos, y que sería posible reprogramarlos, ha sido una idea que, durante treinta años —desde comienzos de la década de 1950 hasta comienzos de la de 1980—, alimentaron muchos biólogos, para luego, súbitamente, tacharla de la lista de posibilidades.

Los que experimentaron con éxito en los batracios desde los años 1950, tenían esta idea muy presente. Llevaron a cabo muchos experimentos tomando células de embriones cada vez más desarrollados, e incluso células de animales adultos, para tratar de producir con ellas animales viables. Y lo consiguieron, pero únicamente hasta cierto punto. Células tomadas de renacuajos y del intestino de ranas adultas, colocadas en ovocitos enucleados, produjeron renacuajos. Pero jamás, contrariamente a lo que por un momento pudo creerse, ranas adultas.

En 1984, los biólogos publicaron en Science que la clonación de los mamíferos por transferencia nuclear es imposible.

A principios de los años 1980, la comunidad científica se dejó convencer por dos investigadores de renombre, Karl Illmensee, de Ginebra, y Peter Hoppe, de Bar Harbor (Maine). En un artículo publicado en la célebre revista Cell, decían que habían conseguido clonar embriones de ratón a partir de células ya diferenciadas de embriones en estado de blastocisto. Pero tres años más tarde, James Grath y Davor Solter, del Wistar Institute, de Filadelfia, que habían puesto a punto una técnica de clonación aparentemente más perfeccionada, escribían en Science que el experimento de Illmensee no era repetible y llegaban a la conclusión de que “la clonación de mamíferos por transferencia nuclear es biológicamente imposible”15. Illmensee fue acusado de fraude y, ante las dificultades encontradas con el ratón, la mayor parte de los investigadores que habían trabajado en la clonación de mamíferos —también Grath y Solter— abandonaron sus investigaciones.

La antorcha fue recogida discretamente por un puñado de biólogos que trabajaban en las industrias ganadera y de biotecnologías. Así, en 1986, Ian Wilmut supo por una indiscreción que el danés Willamsden, que se había incorporado a Grenada Genetics, de Texas, había conseguido, en 1984, el nacimiento de un cordero a partir de células de blastocisto ya diferenciadas. Pero Willamsden no había publicado este resultado y Wilmut se propuso confirmarlo. En 1989, obtuvo un cordero con células de la masa celular interna de blastocisto. En 1991, Keith Campbell empezó a trabajar con Willmut en el Roslin Institute. Fue él quien tuvo la idea de experimentar con células quiescentes, en fase G0. También aquí intervino el azar, y por partida doble. Wilmut lo explicó al New York Times. En 1993, el equipo de Neal First (Wisconsin) produjo cuatro terneros a partir de células de blastocisto ya diferenciadas. ¿Cómo lo consiguieron? Gracias a una indiscreción, Campbell supo que un técnico del laboratorio había olvidado alimentar con suero las células en cultivo. Él y Wilmut decidieron muy pronto aplicar la receta. El resultado no se hizo esperar: en 1995, hicieron nacer corderos a partir de células diferenciadas de blastocisto. Incluso se permitieron el lujo de pasarlas trece veces en cultivo. En esta fase, las células apenas si tienen nada que ver con las células iniciales, ya que su morfología se ha diferenciado mucho. “Es el resultado esencial”16, dice Yvan Heyman. Uno de los corderos nacidos de este experimento es hoy un oveja gestante.

Sin duda, la propia Dolly también es, en parte, fruto del azar. Un azar provocado, es cierto, pero 277 embriones formados a partir de células de glándula mamaria sólo han dado un animal viable. No es mucho. El experimento deberá ser repetido por otros laboratorios. Actualmente, la mayor parte de los investigadores creen que esto será posible. Pero los medios de comunicación no han destacado suficientemente otro resultado del equipo escocés: la obtención de corderos a partir de células de un feto de 26 días. Este resultado, por sí solo, ya hubiera podido causar sensación, puesto que, en esta fase, un feto ovino es ya un animal completamente diferenciado, con la cabeza y las extremidades, el sistema nervioso y todos los órganos. Es cierto que hoy un mamífero grande puede reproducirse con células normales del cuerpo (llamadas somáticas) y que la aportación de las células sexuales se limita al citoplasma de un ovocito. Pero, a pesar de lo que digan muchos, esto solo ya es bastante novedad.

4.Clonación Humana

Es un hecho constatado que los datos experimentales obtenidos en tales especies en aspectos relacionados con la biología de la reproducción y la genética embriológica son perfectamente extrapolables a la especie humana. Efectivamente, el 13 de Octubre de 1993, Hall y Stillman, dos investigadores de la Universidad George Washington, daban a conocer en el Congreso de la Sociedad Americana de Fertilidad que tuvo lugar en Montreal, Canadá, el experimento de clonación por separación de blastómeros que habían hecho con 17 embriones humanos de 2, 4 y 8 células, obteniendo 48 nuevos embriones (una media de unos 3 embriones nuevos por cada embrión original). De todos modos, el valor científico del experimento es relativo por cuanto los 17 embriones utilizados eran genéticamente anormales (poliploides) por haberse producido por fecundaciones de óvulos con más de un espermatozoide. Es importante señalar que en ningún momento se trató de transferir los embriones obtenidos al útero de una mujer. Aunque esta experimentación no constituyó realmente un avance científico significativo, sí supuso un grave reto ético.

De forma rara, estos investigadores se oponen a la clonación reproductiva, que por lo menos evita matar al clon en cuestión. Respuestas en Génesis, también, se opone a la clonación reproductiva, principalmente porque se tendría que experimentar con muchos embriones humanos para desarrollar apropiadamente la técnica. Por comparación, se necesitaron 277 intentos para clonar a la oveja Dolly, así que su hacedor, Dr. Wilmut, tampoco apoya la clonación humana. La clonación reproductiva también mina el ideal dado por Dios para la familia, donde los niños vienen de un padre y una madre casados exclusivamente el uno con el otro de por vida (Génesis 1:27-28, 2:24), Malaquías 2:14-15, Mateo 19:3-6).

“Un individuo es más que sólo sus genes la personalidad también está influenciada por el ambiente, y los humanos tienen un aspecto no-material, un espíritu humano, que sobrevive la muerte física”17. Incluso los gemelos idénticos, que vienen de lo que es esencialmente un proceso de clonación natural, tienen diferentes personalidades (aunque a menudo son similares).

5.Antecedentes (trascendencia) y proceso de la clonación de embriones.

El 10 de marzo del 2001,un artículo se refirió a que se estaba planeando la clonación del ser humano, tanto por parte de científicos estadounidenses como de Italia, que querían clonarlos para ayudar a las parejas estériles.

Los científicos dedicados a la clonación animal informaron de que muchos de los intentos terminan en desastre, ya sea por muerte prematura o porque sus experimentos producen criaturas monstruosas, pero Zavos(uno de los que clonaron al humano) dijo: “que por razones éticas en el proyecto de clonación humana no se usará un modelo animal”18.

Para su financiación tienen "fondos ilimitados" de fuentes privadas.

Los científicos explicaron que llevarían a cabo los experimentos en un país mediterráneo, que no han identificado, para evitar la polémica, ya que varias naciones han prohibido la investigación sobre clonación humana. (En el año 2000 , Gran Bretaña propuso permitir la clonación de células humanas con fines científicos, mientras otros países europeos, entre ellos España y Francia, han prohibido cualquier forma de clonación humana.)

Antinori( que es el principal personaje) dice que la clonación "no se obtienen niños fotocopia, sino individuos con personalidad propia"19.

Ya para el 11 de marzo del 2001, se basó en que los Científicos estadounidenses aseguraron que si se intentan clonar seres humanos inmediatamente, tal y como lo anunciaron dos investigadores en Roma, el primer clon será "un niño deforme", esto en respuesta a lo que se había anunciado el día anterior.

Además según algunos expertos en clonación, la clave de los errores está en la misma naturaleza del procedimiento para obtener individuos idénticos, conocido como "transferencia nuclear".

Este proceso, que no precisa reproducción sexual, es similar al que se empleo con la oveja Dolly y consiste en transferir la carga de información de una célula al interior de un óvulo previamente vaciado de su núcleo.

Aunque aparentemente el embrión posee toda la información necesaria para formar un nuevo ser, una vez implantado en un útero, algunos científicos consideran que el intento puede acabar en desastre, porque falta información precisa sobre la organización de algunos genes.

Pero ante esto Zavos y Antinori aseguraron que se trata de un derecho, el de la reproducción a nuestra propia imagen, que también tienen las personas estériles o con problemas para tener un hijo.

Ya para el 8 de agosto del 2001, tres investigadores dijeron estar listos. Inmediatamente a ello, la comunidad científica y varios expertos advirtieron sobre posibles errores que podrían presentarse durante el proceso.

Zavos y los doctores Severino Antinori y Brigitte Boisselier aseguraron que había maneras de verificar los embriones creados en el proceso de clonación.

Pero otros científicos manifestaron que el proceso estaba abierto a fallas. "En el presente no hay manera de predecir si un clon se convertirá en un individuo normal o anormal"20, planteó Rudolf Jaenisch, del Massachusetts Institute of Technology (MTI).

"No hay manera de hacer esto", insistió Jaenisch, al señalar que un clon de animal aparentemente normal podía presentar anomalías indetectables durante el proceso.

En algunos casos los embriones crecen demasiado, informó Jaenisch. Otros tienen placentas anómalas y sufren de problemas respiratorios o de circulación.

Ante esto se dio un Punto de encuentro donde La Academia Nacional de Ciencias de estados Unidos reunió a científicos de todo el mundo para intentar disipar la inquietud en torno a la clonación y los temas éticos.

Por ello, una comisión de científicos inició una ronda de discusiones sobre el tema de la clonación y hacia dónde se encamina.

La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó por prohibir la clonación de humanos por cualquier motivo.

El ginecólogo italiano Severino Antinori anunció oficialmente el lanzamiento de su proyecto de clonación de un ser humano, mientras que uno de sus colaboradores reveló que los preparativos de este primer intento mundial estaban en marcha en dos laboratorios secretos.

Este proceso estará destinado únicamente a "ayudar a las parejas estériles", declaró Antinori. En una presentación muy técnica, el médico expuso los detalles del procedimiento científico que está poniéndose en marcha.

Este será el mismo que se utilizó años atrás para clonar a la célebre oveja Dolly: la transferencia del núcleo de una célula del cuerpo de un padre o de una madre en el ovocito previamente desnucleado de una mujer.

“El niño que nacerá será una copia genéticamente idéntica de uno de los dos padres”21.

El doctor Antinori precisó que la experiencia se desarrollará en dos etapas: primero, la concepción de un embrión humano que permanecerá congelado y, luego, la concepción de un embrión humano que será implantado en el útero de una mujer. Consciente de los riesgos, el médico italiano está confiado de poder producir un bebé en perfecto estado de salud. Se realizará un "diagnóstico de preimplantación, para asegurarse de que el feto no presente alguna anormalidad"22.

Para el 17 de noviembre del 2001, se empezaba ya a discutir que los primeros embriones ya estaban por clonarse.

Para el 26 de noviembre del 2001, ya se da la clonación del primer embrión humano, esto en Massachussetts, donde añadieron que crearon el embrión de etapas tempranas mediante la inyección de una célula muy pequeña con su material genético en el óvulo donado por una mujer.

Al 3 de diciembre del 2001, donde se dice que pronto será la primera copia humana y que los eticistas ya han empezado a dar el grito al cielo , así como la UNESCO.

Al 27 de febrero del 2002, se nos habla de que la ONU quiere prohibir las clonaciones, donde se afirma que "La humanidad está al filo de desencadenar nuevas tecnologías genéticas extremadamente poderosas antes de apreciar por completo los riesgos que conlleva" además que "una vez que el genio de la tecnología se ha escapado de la botella, controlarlo será extremadamente difícil".

Para el 28 de febrero del 2002, se habla de que Los científicos británicos obtuvieron luz verde para la clonación limitada de embriones humanos con fines terapéuticos, con la perspectiva de crear en Gran Bretaña el primer banco mundial de células madre.

Esa decisión suscitó la oposición de numerosas asociaciones, las cuales temen que la clonación, justificada en un principio para curar enfermedades muy poco comunes, se acabe generalizando y se utilice para crear "bebés a la carta".

Y para el 13 de julio del 2002, ya aparece publicado que se clonó al ser humano y que nacería en diciembre del 2002.

Con respecto a la clonación de embriones se da para obtener células madre.

La empresa estadounidense Advanced Cell Technology (ACT) ha clonado embriones humanos con el fin de obtener células madre que ayuden a curar enfermedades y precisó que su intención no es crear seres humanos completos.

Esto ha sido recibido con críticas en medios políticos estadounidenses y entre algunos investigadores, que entienden que este paso supone abrir por completo la puerta a la clonación humana.

Pero se declaró que los trabajos confirman que "es posible la reprogramación de las células humanas"23 y que se abre un nuevo campo al tratamiento de las enfermedades.

Las células madre, que se encuentran principalmente en los embriones, pueden dar lugar a cualquier tipo de tejido del cuerpo humano si son cultivadas, lo que las convierte en un tratamiento potencial para trasplantes y para regenerar los tejidos muertos a causa del cáncer, la enfermedad de Alzheimer o de Parkinson, entre otras.

Pero sólo serán totalmente compatibles con la persona que las necesita cuando procedan de un clon del propio enfermo, porque entonces el sistema inmunológico las reconocerá como propias.

ACT, ha dado en EEUU el paso de clonar células embrionarias con el material genético de otra persona, mediante un procedimiento denominado "transferencia nuclear"24.

En este procedimiento, muy similar al que se empleó para clonar a la oveja Dolly, se retira el material genético (ADN) que posee un óvulo humano y se sustituye por ADN de una célula adulta, por ejemplo de la piel, que pertenece a otra persona.

El resultado, tras varios procesos, es que el núcleo de esa nueva célula se reprograma y comienza a comportarse como un embrión en sus distintas fases de desarrollo, una de los cuales producirá las células madre compatibles con la persona que aportó su ADN al proceso, han explicado fuentes de la empresa ACT.

Se rechaza la posibilidad de que los experimentos lleven a la clonación completa de un ser vivo.

Sin embargo, numerosos científicos contrarios a la clonación humana afirman que esos nuevos embriones, si se implantan en el útero de una mujer, pueden llevar a término la creación de un ser humano, que sería una copia perfecta de otra persona.

La preocupación en este campo se hizo patente el pasado verano, cuando el andrólogo italiano Severino Antinori anunció su intención de crear por este mismo procedimiento un ser humano completo.

En la actualidad vemos como desde un principio se intenta por persuadir que esto es un proceso malo, así por ejemplo, la Unión Europea hizo un comunicado para que la clonación humana sea un crimen internacional, así como las prohibiciones o limitaciones para hacer investigaciones en este campo por parte de la mayoría de los países del mundo.

6.Conclusiones.

A pesar de todos estos beneficios la clonación humana representa un gran problema moral que el hombre se vería obligado a enfrentar. El hombre durante toda su historia ha creado cosas, instrumentos para hacer su vida más fácil, pero el hecho de crear un ser vivo y tomar responsabilidad por él es algo muy diferente. Sería como crear un hijo pero sin los lasos afectivos que esto significa. Si bien un padre y una madre tienen un hijo, saben que es parte suya y lo aman y no permitirían que nada malo le sucediese, pero la ciencia no puede darse ese lujo ya que el clon sería un experimento que, si bien siente y piensa, no va ha dejar de ser un experimento del cual el científico no puede ligarse afectivamente así como un médico no debe ligarse a sus pacientes en la sala de emergencias de la cual las posibilidades de sobrevivir son mínimas . Por eso el hombre estaría jugando a correr un rol de dios que no está listo para tomar, que, gracias a la irresponsabilidad humana, puede ser causa de daños irremplazables para la integridad de un ser o para la dignidad humana en general. El hombre no es más que las leyes morales que se llevan innatas en todo ser que le permiten diferenciar el bien del mal y la conciencia que le dice que debe hacer por eso “...no debe olvidarse que el hombre, negando su condición de criatura, más que exaltar su libertad, genera nuevas formas de esclavitud, nuevas discriminaciones, nuevos y profundos sufrimientos. El hombre que posee libertad e inteligencia, no encuentra en su acción solamente los límites impuestos por la imposibilidad práctica, sino que él mismo, en su discernimiento entre el bien y el mal, debe saber trazar sus propios confines. Una vez más, el hombre debe elegir: tiene que decidir entre transformar la tecnología en un instrumento de liberación o convertirse en su esclavo introduciendo nuevas formas de violencia y sufrimiento...” . Si el hombre fuese entonces el creador definiendo el cómo ser y cómo pensar de sus criaturas, entonces cada hombre sería un dios, pero un dios despótico que estaría quitando a sus criaturas el regalo más preciado que se nos ha dado: la libertad, el libre albedrío.

No se debe olvidar que “...El alma espiritual, constitutivo esencial de cada sujeto perteneciente a la especie humana, es creada directamente por Dios (el hombre no puede crear un alma.) y no puede ser engendrada por los padres, ni producida por la fecundación artificial, ni clonada. Además, el desarrollo psicológico, la cultura y el ambiente conducen siempre a personalidades diversas; se trata de un hecho bien conocido también entre los gemelos, cuya semejanza no significa identidad...” por lo tanto las personas a pesar de ser idénticas pueden ser totalmente diferentes lo que sería realmente decepcionante. Por otro lado es de tener en cuenta que los genios no sólo son genios por que tienen inteligencia genética sino porque la vida misma los ha puesto en situaciones en las cuales han logrado desarrollar esa capacidad y pensar que el clon de Einstein va a ser igual de inteligente a él es apresurarse a un hecho poco probable que ocurra.

Entonces, la clonación es mala. ¿Por qué?

Porque en el proceso de clonación se pervierten las relaciones fundamentales de la persona humana: la filiación, la consanguinidad, el parentesco y la paternidad o maternidad. Una mujer puede ser hermana gemela de su madre, carecer de padre biológico y ser hija de su abuelo.

La clonación humana merece un juicio negativo también en relación con la dignidad de la persona clonada, que vendrá al mundo como "copia" (aunque sea sólo copia biológica, ya que el alma no se puede clonar) de otro ser. En efecto, esta práctica propicia un íntimo malestar en el clonado, cuya identidad psíquica corre serio peligro por la presencia real o incluso sólo virtual de su "otro". Tampoco es imaginable que pueda valer un pacto de silencio, el cual sería imposible y también inmoral, dado que el clonado fue engendrado para que se asemejara a alguien que "valía la pena" clonar y, por tanto, recaerán sobre él atenciones y expectativas no menos nefastas, que constituirán un verdadero atentado contra su subjetividad personal.

Por otro lado, dicha experimentación es inmoral por la arbitraria concepción del cuerpo humano, considerándolo definitivamente como una máquina compuesta de piezas. Como sabemos el hombre es un ser compuesto de cuerpo y alma; el cuerpo es elemento integrante de la dignidad y de la identidad personal de cada uno y no es lícito utilizarlo como parte de experimentos, tampoco el de los animales. En el ámbito de los derechos humanos, la posible clonación humana significaría una violación de los dos principios fundamentales en los que se basan todos los derechos del hombre: el principio de igualdad entre los seres humanos y el principio de no-discriminación. Debemos pensar también en el caso de que la clonación caiga en "manos equivocadas". Quien nos podría asegurar que alguna persona no cree alguna raza de "super hombres" que sean útiles para acabar con los demás seres humanos. También podemos argumentar la necesidad de preservar la diversidad y singularidad de los hombres (aplicando la conciencia psicológica), además por el respeto a la naturaleza y los dominios de Dios... ¿Clonar no es jugar a ser Dios?. Por último, al haber manipulado genéticamente el nacimiento de un ser humano por un ser humano, estaríamos creando a un ser sin alma, y alma es sinónimo de vida, por lo tanto tampoco tendría vida y carecería de inteligencia racional y de Voluntad, por que hay que recordar como lo dije antes que el alma solo la da Dios.

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