Tú , cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y reza a tu Padre que comparte los secretos, y tu padre que ve los secretos te premiará. Al orar no multipliquen las palabras, como los paganos que piensan que por mucho hablar serán atendidos. Ustedes no recen de ese modo, porque, antes de que pidan, el Padre sabe lo que necesitan.
Ustedes, pues, oren de esta forma:
Padre nuestro, Padre de los cielos,
santificado sea tu Nombre,
venga tu Reino,
hágase tu voluntad:
en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy el pan de este día
y perdona nuestras deudas,
como nosotros perdonamos a nuestros deudores,
y no nos dejes caer en la prueba,
sino que líbranos del Malo.
Queda bien claro que si ustedes perdonan las ofensas de los hombres, también el Padre celestial los perdonará. En cambio, si no perdonan las ofensas de los hombres, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.
REFLEXIÓN:
Si bien aquí dice que debemos encerrarnos en nuestra pieza a rezar, no debemos tomarlo al pie de la letra, sino que acude al hecho de que no debemos rezar para que nos vean, sino que porque lo sentimos de corazón…es así como nosotros, como curso debemos rezar, tampoco rezar por rezar, sino que, entre nosotros, nos encerremos en nuestra pieza que es nuestra intimidad y confianza entre nosotros, para que todos juntos recemos como una sola persona, y recemos de verdad.
No es necesario decir demasiado, no hay que darle un discurso a Dios para pedirle algo, sólo decirlo, ya que Él sabe mucho mejor que nosotros lo que necesitamos y antes de que lo pidamos. Es aquí en donde debemos rezar con toda nuestra Fe y rezar como si lo que estamos pidiendo ya está cumplido, Dios nos concederá nuestra petición si lo que pedimos es en verdad lo que necesitamos.
Entre los hombres, por el hecho de serlo, cometemos muchos errores, los cuales hemos de perdonar, pues, aquel errata no es mucho menos que uno ni más, sino que otro hombre más entre muchos iguales a uno que puede fallar tal como uno mismo. Es esa la razón de ser de nuestro perdón. Además, Dios nos perdonará tal como nosotros perdonemos a quienes nos ofenden.
Ahora, antes de las peticiones, sería muy bueno que hagamos unos 30 segundos más o menos de silencio y nos miremos entre todos y nos perdonemos cualquier rencor que tengamos, si éste necesita ser conversado, en éste momento por favor ábranse para conversar con esa persona mas tarde y perdonarnos, la idea es que todos, como curso, logremos ser unidos y, si alguien falla, en vez de dejarlo caer, levantarlo y perdonarlo, así es como lograremos cruzar metas. Ahora, entonces nos callamos, nos miramos y olvidamos nuestros rencores. (30 segundos aprox.)
HAGAMOS PETICIONES Y DEMOS GRACIAS.
Para las peticiones, recordemos la lectura de hoy y pidamos con toda Fe, no porque lo digamos se va a cumplir sino porque estamos seguros de ello y demos por hecho de que la petición ya está cumplida.
ORACIÓN
Todos tomémonos de las manos y recemos un Padre Nuestro todos unidos, recordando el tema de hoy. Sin soltarnos, recemos un Ave María.