Antropología
Chile: Sus pueblos indios
A lo largo de la historia del hombre ha habido muchas veces encuentros entre distintos pueblos, culturas y etnias. Esto ha sucedido debido a la constante necesidad del ser humano de explorar y de buscar mejores condiciones de vida.
Este hecho se dio con especial intensidad en América, cuando, a partir del descubrimiento de Colon, en 1492 comenzó la “conquista” por parte de los españoles, y luego de otros europeos a estas tierras que ya se encontraban habitadas desde siglos, existiendo incluso civilizaciones tan fabulosas como las de los Mayas, Incas y Aztecas, además de una enorme cantidad de pueblos y grupos étnicos extendidos por todo el continente.
Como los que habitaban este territorio que hoy llamamos Chile, integrado por diversas agrupaciones humanas que vivían fundamentalmente de la caza y la recolección.
En esta vasta y diversa tierra, dichas agrupaciones evolucionaron y se relacionaron entre sí, desarrollando diferentes culturas y formas de vida, dependiendo para su subsistencia de los abundantes recursos naturales, animales y vegetales aquí existentes.
A la llegada de los españoles, pueblos diferenciados, con lenguas, creencias, formas de subsistencia y organización social propias, y con una población superior al millón de personas, residían desde el extremo norte hasta Tierra del Fuego.
Así por ejemplo, algunos pueblos, como los aymara y los atacameños en el norte vivían de la agricultura (cultivo de papa y quínoa) y la ganadería de llamas y alpacas. Otros, como los changos en la costa norte, los rapa nui en Isla de Pascua, los chonos, los kawéskar o alacalufes y los yámana o yaganes en los canales australes, vivían fundamentalmente de la pesca y la recolección de moluscos. Finalmente los mapuche, que habitaban entre el Choapa por el norte y las islas de Chiloé por el sur, los aónikenk o tehuelches de la Patagonia y los sélknam de la isla de Tierra del Fuego, vivían del producto de la caza y la recolección.
Con la llegada de los españoles se produjeron grandes cambios en la vida de estos pueblos. Las ideas que orientaron al conquistador europeo en su aventura americana, llevaron a estos a imponer a los indígenas sus leyes y creencias y a apoderarse de sus tierras y riquezas, afectando gravemente la integridad y subsistencia de estos pueblos
En los años que duró el proceso de colonización se fue produciendo una mezcla que es preciso analizar desde a lo menos tres aspectos, primero el aspecto étnico o racial, luego el cultural y por ultimo el aspecto social con el fin de determinar el grado de influencia que ejercen los ancestros aborígenes en la formación de una “identidad” nacional.
Entendiendose que esta influencia es más evidente o notoria desde unos aspectos que desde otros.
A N A L I S I S D E L O S A S P E C T O S Q U E I N F L U Y E N E N L A
F O R M A C I Ó N D E L A I D E N T I D A D N A C I O N A L
Aspecto racial o étnico.
La sociedad americana es el resultado del mestizaje entre blancos, indios y negros.
Hay que recordar que la unión entre blancos e indios se vio favorecida por las leyes que prohibían el ingreso de españolas solteras a los territorios colonizados.
A la llegada de los españoles, la población americana a era de unos veinte millones de personas, pero esta cifra descendió rápidamente, en los primeros años de la conquista, debido a la guerra y a las enfermedades como la viruela, que transmitieron los europeos, y frente a las cuales los indios estaban indefensos. Esto, además de la dureza de los trabajos impuestos, diezmó la población en gran medida.
Por este motivo, para reemplazar mano de obra indígena, los españoles recurrieron a negros esclavos, especialmente en las zonas tropicales, lo que explica la presencia de estos en América.
Para continuar con el análisis de este aspecto, se tomará una cita del historiador investigador del Museo Arqueológico R. P. Gustavo Le Paige, S. J. de la Universidad Católica del Norte, en San Pedro de Atacama, que ilustra con claridad lo complejo de este tema:
“Cuesta imaginar todas las combinaciones genéticas derivadas de este inconmensurable lecho de los Andes. Los estudiosos de la época confeccionaban cuadros con los rostros y rasgos típicos para especificar bien las castas. En efecto, la suma multiétnica y cultural fue asombrosa: español + india = mestizo; español + mestiza = castizo; español + castiza = “vuelve a español”; español + negra = mulato; español + mulato = morisco; morisco + española = albino; albino + española = “torna atrás”; mulato + india = cambujo; indio + cambuja = sambahigo; mulato + mestiza = cuarterón; cuarterón + mestiza = coyote; coyote + morisca = albarazado; albarazado + “salto atrás” = “tente en el aire”, etc...”
Chile desde su origen alberga esta enorme multiplicidad de razas, sangre y rasgos, que se fue incrementando con los años, cuando fueron llegando otros grupos de extranjeros que han formado colonias importantes.
Chile desde su origen alberga esta enorme multiplicidad de razas, sangre y rasgos, que se fue incrementando con los años, cuando fueron llegando otros grupos de extranjeros que han formado colonias importantes, como alemanes, ingleses, franceses, holandeses...
Al día de hoy, basta mirar a las personas en la calle, para constatar la enorme diversidad de rasgos físicos que se agrupan bajo el nombre de chilenos. Los descendientes de europeos son evidentemente distintos; altos, de tez blanca, la mayoría de las veces rubios y ojos claros. Mientras que los descendientes de indígenas son bajos, de tez morena y pelo oscuro.
Es indudable entonces, que este factor es un componente importante en la formación de la identidad nacional.
Aspecto cultural.
En esta área los signos de la influencia son más difíciles de apreciar. No son tan evidentes como los aspectos raciales y hasta es fácil creer que no existen.
Para comenzar hay que recordar que en este proceso entre aborígenes y españoles, además de varias razas se encontraron también varias culturas. La diferencia con el punto anterior radica en que los españoles vinieron a imponer su cultura por sobre la de los pueblos originarios, de modo que la cultura resultante de la mezcla no se da en partes iguales como en la genética, sino que, evidentemente hay más influencia de los colonizadores que de los colonizados, puesto que los últimos debieron acatar la que les era impuesta como la religión, costumbres, ritos y desde luego el idioma.
Y aquí surge un punto importante de analizar ya que, aunque quizás no parezca tan notorio se han incorporado varias modificaciones al idioma como la forma de acentuarlo, pronunciarlo y utilizarlo y lo más importante es que se ha enriquecido con palabras de origen nativo como las conocidas y habituales “pichintún”, “chape”, “quiltro”, “cahuin”, y otras que provienen de la más conocida de las lenguas autóctonas: el mapudungún.
Aun reconociendo el predominio español, la nueva cultura, nacida de la mezcla, refleja también la presencia de los pueblos aborígenes. Un ejemplo de esto se puede observar en las obras de arquitectura que fueron construidas de acuerdo a las exigencias del medio ambiente y a las limitaciones económicas existentes.
Los materiales de elaboración locales como la cal, el adobe y la madera dieron su sello característico a construcciones que ante todo reflejaban modestia y sencillez dando origen a un estilo propio o criollo.
Es una lástima que el desconocimiento de las culturas aborígenes sea tan grande ya que esta es inmensamente rica, sólo que no se ha sabido entender ni apreciar, por ejemplo en relación al tema ecológico, que es algo que nosotros recién comenzamos a aquilatar, mientras para ellos era parte fundamental de su cultura.
Así lo demuestra la siguiente cita de Siley Mora, un descendiente y estudioso de la cultura mapuche: “La grandeza de pueblo mapuche reside no en el hacer, sino en el ser. ¿Porqué no hicieron ciudades? Porque allí donde se levanta una ciudad, muere un río”.
Aspecto social
Ya desde los tiempos de la Colonia la división social se daba de la siguiente manera:
Los blancos eran un grupo conformado por los españoles venidos a América y sus descendientes los criollos, que constituían el grupo dominante. Ocupaban los cargos públicos, poseían las riquezas y disfrutaban de prestigio social. Eran el sector menos numeroso de la sociedad.
Los indios convertidos en vasallos del rey, estaban bajo la tutela del estado. Sometidos a una condición de ciervos eran quienes trabajaban en las minas, en el campo o prestando sus servicios en las casas.
Los negros eran esclavos y constituían el peldaño más bajo de la escala social colonial. Se les destinaba, fundamentalmente, a labores en minas y plantaciones, además de los trabajos domésticos.
Los mestizos, llegarían a ser el grupo étnico más numeroso de la Colonia. Reemplazaron a los indios como mano de obra y, al ser rechazados por los demás sectores sociales llevaban una vida errante, principalmente en el campo. Sólo en el siglo XVIII fueron aceptados cuando ya se habían convertido en el grupo mayoritario de la sociedad chilena.
Esta división socia se mantiene hasta el día de hoy, porque cada grupo social se mantiene en su estructura generación tras generación siendo muy difícil un cambio en este aspecto, sobre todo cuando se considera que esta es una condición que ya era descrita por los Dominicos en el año 1544 de la siguiente forma:
“...en la república bien ordenada
es necesario que haya hombres ricos,
para que puedan resistir a los enemigos,
y los pobres de la tierra puedan vivir
debajo de su amparo,
como los hay en todos los reinos
dónde hay política y buen orden y estabilidad,
así como lo hay en España y otros reinos.
Y si esta tierra se ha de perpetuar,
Error es grande pensar que han de ser todos los pobladores iguales...”
Esto demuestra que nuestra identidad nacional se ve condicionada por el proceso de la conquista al generar una estructura social que perdura hasta ahora.
T R A T O C R U E L Y D I S C R I M I N A T O R I O H A C I A L A S É T N I A S I N D Í G E N A S
Antes de la llegada de los españoles al territorio ahora chileno, los aborígenes residentes vivían en armonía con sus culturas y modos de vida correspondientes, pero con la llegada de los españoles mucho de eso se perdió. Ellos llegaron a América para conquistar tierras, sin importarles las personas que habitaran esas zonas. Pasó que al llegar a esas regiones y encontrarse con diversos grupos de aborígenes intentaron dominarlos e imponerles sus costumbres, pero al darse cuenta que no hacían caso, se recurrió a la fuerza y así los españoles les quitaron sus tierras y las distribuyeron entre los soldados españoles en pago de sus servicios.
Los intentos de control territorial de los españoles se enfrentaron al espíritu libertario de los mapuche, los que en la región de la Araucanía resistieron durante casi tres siglos la dominación española. La resistencia de los indígenas, quienes expulsaron al conquistador de sus territorios, destruyendo ciudades y fuertes, llevó a los españoles a negociar con ellos las bases de una convivencia pacífica. En dicho pacto se estableció el río Bio-Bio como frontera entre ambos pueblos.
Esto se logró después de años de batallas lo que terminó por exterminar la mayoría de la población aborigen de las maneras más crueles posibles.
Otro aspecto de ese trato fue la gran discriminación existió, ya que desde el primer momento el colonizador se sintió superior a los indígenas. Creía que como él los había conquistado era más culto, pero eso no era cierto ya que sus culturas eran aún más ricas.
Eran también discriminados por sus ropajes, costumbres, adornos, y además por el alcohol. Tenían, al igual que hoy en día, fama de alcohólicos. Actualmente perdura ese desprecio hacia los mapuche, ya que va en aumento debido a los actos de violencia que ellos han protagonizado últimamente al querer defender sus tierras impidiendo que en ellas construyan una nueva central hidroeléctrica.
El caso de la central hidroeléctrica es el mas claro ejemplo de que en Chile poco importa la cultura indígena, específicamente mapuche ya que este es el principal pueblo aborígen que insiste en sobrevivir y hacerlo en sus tierras.
A N Á L I S I S D E U N P O E M A D E P A B L O N E R U D A , M U S I C A L I Z A D O P O R L O S J A I V A S
Sube a nacer conmigo, hermano.
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.
Mírame desde el fondo de la tierra,
labrador, tejedor, pastor callado,
domador de guanacos tutelares,
albañil del andamio desafiado,
aguador de las lágrimas andinas,
joyero de los dedos machacados,
agricultor temblando en la semilla,
alfarero en tu greda derramado,
traed a la copa de esta nueva vida
vuestros viejos dolores enterrados.
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
decidme: aquí fui yo castigado
porque la joya no brilló o la tierra
no entregó a tiempo la piedra o el grano
señaladme la piedra en que caísteis
y la madera en que os crucificaron,
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados
a través de los siglos en las llagas
y las hachas de brillo ensangrentado.
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.
A través de la tierra juntad todos
los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche
como si yo estuviera con vosotros anclado,
contadme todo, cadena a cadena,
eslabón a eslabón, y paso a paso
afilad los cuchillos que guardasteis,
ponedlos en mi pecho y en mi mano,
como un río de rayos amarillos,
como un río de tigres enterrados
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares.
Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Apegadme los cuerpos como imanes.
Acudid a mis venas y a mi boca.
Hablad por mis palabras y mi sangre.
Es en los dos últimos versos donde Neruda expresa con toda su fuerza el sentimiento que le produce el sufrimiento de los pueblos primitivos y sus ansias de recoger su cultura y sabiduría extinguidas.
En “hablad por mis palabras y mi sangre” expresa un deseo de reflejar y ser fiel a sus ancestros admirados.
Como al comienzo en que dice “sube a nacer conmigo hermano” como invocándolos a ser parte suya y de sus contemporáneos.
Luego en los versos:
“No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados”
Lamenta la extinción y el dolor de tantos pueblos haciendo el relato del trato recibido por el conquistador: “aquí yo fui castigado”
“a través de los siglos en las llagas
y las hachas de brillo ensangrentado”
y su lamento se vuelve verso en “ y dejadme llorar, horas, días, años”.
Por último en los versos:
“Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.”
Neruda expresa su deseo de recuperar para nuestra identidad estas ideas ancestrales.
A N A L I S I S D E U N F R A G M E N T O D E “Q U I L A P Á N “
“Una sombra de tristeza apaga el brillo de sus pupilas y entenebrece la expresión melancólica de su semblante. Del cuantioso patrimonio de sus antepasados solo le queda la mezquina porción de aquella loma: diez cuadras de terreno enclavado en la extensísima hacienda, como un islote en medio del océano.
Y luego, a la vista de la cerca derruida, de las hierbas y las malezas que cubren la hijuela, acuden a su memoria los incidentes y escaramuzas de la guerra que sostiene con el patrón, el opulento dueño del fundo, para conservar aquel último resto de la heredada de sus mayores.
¡Que asaltos ha tenido que resistir! ¡Cuántos medios de seducción, qué de intrigas y de asechanzas para arrancarle una promesa de ventas!
Pero todo se ha estrellado en su tenaz negativa para deshacerse de ese pedazo de tierra en que vio la luz, dónde el sol a la hora de la siesta tuesta la curtida piel, y desde el cual la vista descubre tan bellos y vastos horizontes.
¡Vender, enajenar...! ¡Eso, nunca! Pues mientras el dinero se va sin dejar rastro, la tierra es eterna, jamás nos abandona. Como madre amorosa nos sustenta sobre si en la vida y abre sus entrañas para recibirnos en ellas cuando se llega la muerte.”
Es decir, como tan bien lo expresa este fragmento, parte de la identidad chilena es producto de ser herederos de esta tierra, que, se debe respetar, cuidar y amar así como los aborígenes lo hicieron, dando su vida por ello. Incluso hasta hoy, que persisten en tenaz lucha por defender y conservar sus tierras, cultura, tradiciones y modo de vida, como Quilapán, el protagonista de este cuento.
C O N CL U S I O N
Tras todo lo anteriormente expuesto se puede concluir que la identidad chilena es compleja, porque se origina en la diversidad.
Como en las distintas etnias indígenas influyen en la conformación de la identidad nacional, aunque con mayor fuerza en algunos aspectos que en otros.
Por ejemplo se hace evidente en lo racial, ya que los diferentes rasgos físicos, producto de la mezcla, en las distintas partes de esta geografía resultan fácilmente observables en la actualidad.
También en lo social dado que como se vio la Conquista impuso una estructura social que prevalece hasta ahora en que aún se discrimina a los descendientes de los pueblos aborígenes.
No tan visible resulta la influencia cultural que se creería que está más fuertemente marcada por los españoles, ya que ellos impusieron su cultura sobre la de los pueblos originales, y debido a la estructura social se prefiere una identificación con lo europeo, pero el hecho es que también aquí se produce una mezcla que es reconocible en los matices propios o criollos que adquieren las obras de arquitectura, imaginería religiosa, etc, e incluso el lenguaje, que si bien es heredado, ha sido modificado en el uso. Y hasta en la comida típica está presente la herencia ancestral.
B I B L I O G R A F Í A
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Historia y Geografía Hoy 5, Santillana
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Historia y Geografía Hoy 7, Santillana
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Fiesta en la Antípoda, Lautaro Nuñez A., Ediciones Universitarias U.C. del Norte
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Pueblos Indígenas de Chile: Antecedentes históricos y situación actual. , Instituto de Estudios Indígenas Universidad de la Frontera
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Quilapan, Baldomero Lillo
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La Resistencia Mapuche
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Icaritos
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Diccionario Mapuche-Castellano-Alemán, Projektwoche 1998, Biblioteca DSV.
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