Literatura


Cantar del Mío Cid


PRIMER CANTAR

  • Series 1 a 5 (versos 1 a 77) Burgos:

Se presenta al Cid Campeador, Rodrigo Díaz de Vivar, un hombre ilustre, leal y de fama que, debido a sus victoriosas batallas es considerado un héroe, y es querido por todos. Al salir de Castilla, el Cid está muy triste y apenado, ya que adora a su tierra, pero el Rey Alfonso le ha desterrado. Entra en Burgos con sus acompañantes (amigos y vasallos).

La causa del destierro es que hay varias batallas entre los reinos cristianos y moros, y en un ataque de los moros a Castilla, el Cid defiende estas tierras cristianas con una incursión por Toledo (causándose grandes daños). Esto enfada al Rey don Alfonso, que, ofendido y movido por los enemigos de don Rodrigo decide desterrarlo.

Ante los malos augurios el Cid se encoge de hombros, niega con la cabeza y afirma que aunque haya sido desterrado, volverá a su tierra con su honra recuperada.

La reacción de los habitantes de Burgos es asomarse a las ventanas con lágrimas en los ojos y alabarle, todos desean que se quede, pero no pueden hacer nada por ayudarle por órdenes del Rey (el que lo hiciese perdería sus pertenencias y le quitarían los ojos).El Cid intenta entrar en una casa y es por medio de una niña de nueve años, que se entera de las circunstancias que hacen que los burgaleses no puedan acogerle. Vista la situación, y con mucho pesar el Cid llega hasta el río Arlanzón y allí decide acampar con su gente.

Martín Antolínez de Burgos les ofrece sustento y se pone al servicio del Cid.

  • Series 6 a 11 (versos 78 a 212) Raquel y Vidas:

El Cid le promete a Antolínez devolverle la ayuda en cuanto pueda. Así mismo trama un ardid para cubrir sus necesidades: Pide que se llenen dos arcas con arena y se adornen de manera que queden pesadas y elegantes y se hagan pasar por los bienes que el Cid no puede llevar consigo, empeñándoselas a Raquel y Vidas, que le darían a cambio dinero (600 marcos), el cual él podría usar a lo largo de su viaje. La condición residía en que ni Raquel ni Vidas mirasen el interior de las arcas, únicamente debían cuidar que nadie las descubriese. De esta manera el Cid tendrá dinero para poder emprender su salida, y compensará a los otros dos hombres cuando pueda.

  • Series 12 a 18 (versos 213 a 403) doña Jimena y sus hijas:

El Cid en su faceta de esposo y padre: es un hombre que siente gran amor hacia su familia, quiere que estén siempre servidas, es un hombre muy protector.

Su entregada mujer, doña Jimena, le ama, llora por él y por su suerte y pide que le de consejo sobre lo que va a pasar con ellas. Al llegar a la iglesia doña Jimena reza al Señor para que al Cid no le pase nada y puedan volver a verse en vida.

  • Series 19 a 26 (versos 404 a 556) Castejón:

El Cid tiene un sueño con el arcángel Gabriel, que le transmite fuerzas para iniciar y proseguir su camino y le anuncia que recuperará su honra, relacionado con la oración de su mujer, que ha pedido el bien para él. El Cid decide que es mejor cabalgar por la noche para salir de su tierra dentro del plazo y no se descubra a dónde van.

Al entrar en Castejón el Cid tiene un pequeño combate y consigue grandes ganancias de los moros. No quiere que se unan a él, y hace un trato con ellos: a cambio de una parte de las ganancias le pagarán en monedas de plata, estando en paz con los habitantes moros.

  • Series 27 a 31 (versos 557 a 662) Alcocer:

Los habitantes de Alcocer caen en una trampa del Cid por su avaricia (después de haberle concedido unas parias): deja algunas tiendas deshabitadas para insinuar que está huyendo, así los alcocereños le persiguen, y al llegar a la parte baja del Jalón, él y su gente les atacan, ganando así la batalla y quedándose con las ganancias.

  • Series 32 a 40 (versos 623 a 819) reacción del rey moro de Valencia:

El Rey moro de Valencia (Tamín) es alertado de lo que el Cid está haciendo y envía a su ejército para privarles de alimento y agua de su propiedad, y para luchar con ellos. Minaya Alvar Fánez aconseja entrar en batalla, porque si salen victoriosos, ganarán mucho. Lo preparan todo, salen a atacar y vencen, el Cid paga a sus compañeros y poco a poco se enriquecen más. Minaya sabe que la lucha les vendrá bien porque esto les honrará delante del Rey don Alfonso.

  • Series 41 a 63 (versos 820 a 1084) conde de Barcelona:

El Cid aparece como una persona muy respetable y muy honrada, todos quedan contentos con él y sus pagos. Envía a Minaya y a unos hombres para llevar dinero a su familia y la gente a la que debía y regala al Rey treinta caballos para conseguir su perdón, y demostrarle su lealtad (el Rey tiene esto en cuenta, pero no le concede el perdón).

El conde de Barcelona, don Ramón se presenta como un hombre fanfarrón y vanidoso, que entra en batalla con el Cid y queda como prisionero suyo, también se muestra terco al asegurar que prefiere morir antes que aceptar comer lo que le da el Cid. Se destaca la bondad del Cid y su capacidad de perdonar.

SEGUNDO CANTAR

  • Series 64 a 87 (versos 1085 a 1621): conquista de Valencia:

El Cid y sus mesnadas llegan a Valencia. Los valencianos no quieren que estén en su tierra y deciden cercarles. El Cid organiza a sus hombres y salen en grupos a batallar para poder conseguir conquistar Valencia poco a poco. La gente se une al Cid a medida que va conociendo su buena situación y ganancias.

El verso 1213 quiere decir que se hicieron tan ricos que las clases sociales que acompañaban al Cid aumentaron de nivel y de ir a pie pasaron a ir a caballo, gracias a las riquezas obtenidas a lo largo de las batallas. El Cid siempre demuestra su valentía y su honra, y anuncia que el que se vaya de su lado debe avisar primero, también le pide a su amigo Minaya que vaya a Castilla a regalar cien caballos al Rey don Alfonso y a pedirle que deje salir a su mujer y a sus hijas, ya que quiere estar con ellas. El Cid quiere fundar un obispado en las tierras conquistadas y cuenta con un gran obispo, Jerónimo.

La actitud del Rey en esta ocasión es bastante diferente, ya que otorga su perdón al Cid, y deja que su familia vaya junto a él, ordenando que no les falte de nada mientras estén en tierras bajo su mandato. En esta conversación aparecen los infantes de Carrión, que quieren casarse con las hijas del Cid. Por esta razón le idolatran delante de Minaya y le piden que le salude de su parte.

Minaya va a recoger a doña Jimena, a sus hijas y a sus dueñas. Se dirigen a Valencia con una multitud de caballeros impuestos por el Rey hasta Medinaceli. A partir de ahí serán escoltados por hombres del Cid. Se produce el reencuentro, el Cid se arregla para recibirlas, están todos muy alegres.

Los recursos con los que se manifiesta el poder del Campeador son: repetición de “qué bien os ceñís la espada”,”bienhadado”, hablar reiteradamente de sus victorias y de la admiración que todos sienten por él, su honra, su honor...

  • Series 88 a 107 (versos 1622 a 2181) derrota del rey de Marruecos:

El Rey de Marruecos está furioso porque el Cid conquista tierras de su heredad, por lo que manda a cincuenta mil hombres para eliminar al Cid. Esta noticia llega al Cid y sus hombres, que, nuevamente se preparan para la batalla y ganan de manera muy holgada, haciéndose así con muchas más riquezas.

El Cid incrementa los presentes al Rey en una tercera embajada dando gracias por el perdón y por permitir a su mujer y sus hijas ir con él. Minaya y Bermúdez se encargan de todo y el Rey tiene muy en cuenta los regalos, viendo así la enorme honra del Cid.

El narrador (trovador) llama la atención del lector para avisar que va a contar algo sobre los infantes de Carrión (don Diego y don Fernando): estos le cuentan en secreto al Rey sus deseos de casarse con las hijas del Cid (doña Elvira y doña Sol), el Rey duda, y les pide a Minaya y a Bermúdez que transmitan este mensaje al Cid, que el casamiento puede hacer mejorar su honor, y que quiere tener una entrevista con él, ya que le ha perdonado. Al contárselo, el Cid no está muy seguro, pero siguiendo el consejo del Rey decide no descartarlo. Acuerdan un lugar y fecha de reunión. Ambos se muestran muy corteses y el Rey invita al Cid a que sea su huésped. El Rey intenta convencerle del casamiento y el Cid acepta (pese a pensar que sus hijas aún no tienen edad para hacerlo).

  • Series 108 a 111 (versos 2182 a 2277) las bodas:

El Cid recalca que el no es quien las casa, ni quien propuso las bodas, sino el Rey Alfonso, que insistió mucho y se lo pidió de corazón, y que él no pudo negarse.

Se celebran las bodas por todo lo alto. El Cid y sus yernos se quedan en Valencia donde viven durante dos años. Hay un salto temporal ya que se habla de lo que ocurre tras las bodas, e indica que van a pasar dos años.

TERCER CANTAR

  • Serie 112 (versos 2278 a 2310) episodio del león:

En este episodio el Cid está durmiendo cuando un león se escapa de una jaula. Los infantes de Carrión tienen miedo y se esconden. El Cid se despierta y sin ningún problema reduce al león, pregunta por sus yernos y les encuentra temblando de miedo. La gente se burla de ellos.

Se demuestra la actitud valiente del Cid, la de sus vasallos (siempre serviciales y leales) y la cobardía de los condes de Carrión. Este episodio pretende recalcar la forma de ser de cada uno y su forma de actuar ante una misma situación, mostrando al Cid como un héroe y ridiculizando a sus yernos.

  • Series 113 a 121 (versos 2311 a 2491) el Rey Búcar:

El narrador cambia de situación: el Rey Búcar de Marruecos ataca Valencia para recuperarla y los infantes temen la batalla. El Cid sin embargo rápidamente lo prepara todo, porque sabe que va a obtener buenos resultados. Pedro Bermúdez se desentiende de los infantes porque quiere atacar al enemigo y sabe que no le defenderán en caso de necesidad. El Cid mata al Rey Búcar. Los infantes de Carrión son cobardes, pero el Cid les toma por valientes. Consiguen un gran botín y se lo reparten.

Se describe el desastre de la guerra como un caos: brazos y cabezas en el suelo, caballos sueltos por el campo...

Alude a las riquezas dando un valor a la espada del Cid (Tizón) de mil marcos de oro.

  • Series 122 a 130 (versos 2492 a 2762) la afrenta:

Los infantes de Carrión deciden que quieren volver a su tierra, ya que los hombres del Cid les ridiculizan y se burlan de su cobardía. Le dan la noticia al Cid (le dicen que quieren que sus esposas vean lo que les pertenece), que no se opone. Doña Elvira y doña Sol se despiden de sus padres con tristeza. El Cid pide a su sobrino, Félix Muñoz, que les acompañe en el viaje y que pasen por la casa de su amigo, el moro Abengalbón, que les atenderá de muy buena manera.

El moro Abengalbón trata con mucho amor a sus huéspedes y emprende el viaje con ellos. Los infantes pretenden matarle y quedarse con todos sus bienes, pero un vasallo del moro les oye y se lo cuenta rápidamente a Abengalbón. Éste, decepcionado y apenado les deja que sigan a solas, se despide de las hijas del Cid y desea que no les pase nada con los infantes, ya que no son buenas personas.

Llegan al robledal de Corpes, un bosque tenebroso y peligroso, pasan allí la noche y por la mañana se quedan a solas los infantes y sus mujeres. Ellos las maltratan y al darlas por muertas se van. Se resalta la cobardía de estos hombres porque maltratan a mujeres para vengarse de la burla que les hicieron por no luchar con un león.

  • Series 131 a 152 (versos 2763 a 3730) la reparación:

Félix Muñoz, guiado por una corazonada descubre a sus primas, las reanima y las conduce hasta San Esteban de Gormaz. El Cid manda que vayan a buscarlas y vuelven todos juntos a Valencia.

El Cid envía a Muño Gustioz a buscar al Rey para dar su queja sobre deshonor y deshonra a sus hijas y pedirle que haga justicia, ya que la acción de los infantes le ha dolido mucho, y quiere recuperar sus honores. El Rey admite que él también está afligido por el maltrato y decide celebrar Cortes en Toledo, congregando a todos los condes nobles y sus vasallos, y el que no lo hiciera, que no se sintiese como tal. Es una celebración muy esperada por el Cid, que quiere que se haga justicia. Los infantes de Carrión piden al Rey que no les obligue a ir, porque temen al Cid, pero finalmente deberán hacerlo.

Todos acuden a la querella judicial. Lo que primero demanda el Cid es que le devuelvan sus dos espadas (Tizón y Colada) y se las da a Pedro Bermúdez y a Martín Antolinez. La segunda demanda es que le devuelvan las riquezas que les cedió (tienen dificultades porque han gastado parte del dinero). La última demanda del Cid es un combate, donde Pedro Bermúdez reta a Fernando y Martín Antolínez reta a Diego. Asur González insulta al Cid y Muño Gustioz le reta. Se conciertan los tres combates para dentro de tres semanas.

Durante la congregación los infantes de Navarra y de Aragón piden las manos a las hijas del Cid. El Cid vuelve a pedir respuesta al Rey que convoca las bodas, pensando que así crecerá en honra, en tierras y en honor.

Los combates tienen lugar y ganan los hombres del Cid. El Cid celebra que sus hijas estén libres de los infantes de Carrión. Se preparan las bodas de doña Elvira y doña Sol.

Los cinco últimos versos demuestran el perdón del Cid y la recuperación total de su honra junto con el fin de la obra. El Cid muere siendo querido por todos.

RESUMEN CANTAR DEL MIO CID

El Cid Campeador, don Rodrigo Díaz de Vivar, es desterrado por el Rey don Alfonso, debido a un malentendido. Antes de salir lo organiza todo para que a su familia no le falte de nada y en su viaje no tenga demasiados contratiempos. A partir de este momento su lucha irá destinada a obtener su perdón y a recuperar su honra y honor. Mediante batallas obtendrá riquezas, bienes y tierras. Envía regalos a su Rey y obtiene su perdón, además de trabar con él una gran amistad. Gana en importantes batallas y conquista tierras moras. Consigue reunirse con su familia, y sus hijas se casan los con infantes de Carrión, unos hombres que tras su apariencia, son unos cobardes, que maltratan y abandonan a sus esposas en un bosque tenebroso. El Cid busca que se haga justicia y pide al Rey que convoque Cortes. En ellas se acuerda que le devuelvan todo lo que les dio cuando confiaba en ellos y se anuncia un combate para decidir la sentencia. Gana el bando del Cid, que con esto queda satisfecho y recupera sus honores. Sus hijas se casan con los infantes de Aragón y Navarra. A partir de este momento la vida será mejor para el Cid y su familia.

Es un cantar de gesta con métrica irregular. Se trata de la primera obra narrativa extensa de la literatura española en una lengua romance. No hay división en estrofas, y los versos se agrupan en tiradas, es decir, series de versos con una misma rima asonante.

COMENTARIO PERSONAL

En general la obra me ha gustado, ya que es bastante amena y entretenida. Quizá había partes demasiado lentas y los acontecimientos son muy previsibles. La parte que más me ha interesado es la del primer cantar “de destierro” del Cid, porque es donde realmente tiene dificultades y se las debe ingeniar para un futuro. Creo que nunca antes había leído una historia en forma de poema y pensaba que iba a tener una comprensión más complicada, pero la he leído bastante bien.




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Enviado por:Tali
Idioma: castellano
País: España

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