Filología Hispánica


Cantar del Mío Cid


4º CURSO

MORFOLOGÍA HISTÓRICA

Análisis morfológico del fragmento del POEMA DEL CID, versos 493-529.

A - preposición del siglo XII que viene de latín AD, formado por apócope de la “d”

AFELO - adverbio demostrativo AFÉ unido con el pronombre LO (véase LO). Ese adverbio tiene origen árabe HÂ. En el habla vulgar se pronunciaba hê.

AGUA - apareció en la segunda mitad del siglo X, lat. AQUA, la forma castellana se formó por la sonorización de la consonante en posición intervocálica. (Véase también LANÇA)

AL - formado por la preposición A + la forma reducida del artículo determinado el. En el español medieval el artículo podía fundirse con cualquier preposición que terminase en vocal. (Véase EL)

ALLÍ - del lat. AD-LLIC; la forma moderna se creó por la apócope de la -c final y la síncopa de la /d/ intervocálica.

ALTO - del lat. ALTUS; formado por la apócope de la /-s/ final y el cambio de /u/ breve latina por /o/, a la vez perdió su casuística dando lugar a solo una forma del masculino.

AN - presente del indicativo; del latín *ANT > an; verbo auxiliar

ANTE - del lat. ANTE “delante de”

AQUEL - del lat. vulgar ECCUM LLE, combinación de LLE “aquel” con ECCUM “he aquí”, que se empleó como partícula enfática. ECCUM LLE> *ACCU LLE> aquel.

AQUESTE - del lat. * ACCU STE; esta forma podemos encontrar en la literatura a partir del siglo XIII. Hasta entonces la gente lo decía pero era una forma demasiado vulgar como para escribirla.

AQUI - del lat. vulgar ECCUM HIC, combinación de HIC “aquí”, con ECCUM “he aquí”, empleado como partícula enfática

ALGO - del lat. neutro ALQUOD; la forma moderna se creó por la apócope de la /d/ final y la sonorización de la consonante en posición intervocálica.

ARRIBANÇA - un sustantivo derivado del verbo arribar y este a su vez procede del lat. ADRIPARE. El sustantivo se formó gracias al sufijo de procedencia latina -antia cuya aparición se fija sobre el siglo V. La fecundidad de -ance en francés es enorme y de ella parecen derivar buena parte de lo viejos términos peninsulares en -ança.

ASMARON - del latín AD-AESTIMAVERUNT; AD - AESTIMARE, tercera persona del plural de prefecto. Es un perfecto regular de la primera conjugación cuya evolución se explica a partir de la evolución fonética. En el latín clásico ya los poetas según su conveniencia eliminaban la vocal /u/ o la sílaba /ui/. Al final esta tendencia se generalizó: AVERUNT>ARUN(T)>ARON. Hasta 1230 se podía optar por ambas formas, pero con el tiempo desapareció este polimorfismo.

ASMO - primera persona singular de presente de indicativo del verbo procedente del latín AD - AESTIMARE. (Véase GRADESCO)

AUN - del lat. ADHUC “hasta ahora”; antiguamente se encuentran con este valor ADÚ y AHÚ que por influjo de varias partículas terminadas en -n (non, sin) se convirtió en aún.

AVEDES - del latín HABTIS (Véase GRADESCO); la forma castellana se formó gracias a la evolución fonética regular: el cambio de la >E, la sonorización de la /t/ intervocálica y la aspiración de la /h/.

AVELLO - AVER + LO; la asimilación de las consonantes líquidas en esto casos desde muy temprano. En la Edad Media, el paso -rl->-ll- se dio en Alexandre, en Berceo y en Arcipreste de Hita; la seguridad de la pronunciación palatal del grupo asimilado se atestigua por rimas como vocealla-falla-agalla-batalla.

AVER - del lat. HABEO, -ER; el infinitivo en castellano se formó por la apócope de la vocal final y en este caso en particular por la aspiración de la /h/.

AVRIE - Las terminaciones de imperfecto de aver se usaron para formar el condicional originariamente el futuro del pasado. Aunque había un considerable grado de fusión verbal de los dos elementos durante mucho tiempo, siguieron como partes relativamente independientes de un sintagma, de modo que las formas oblicuas de los pronombres pueden aparecer entre el infinitivo y las formas de aver.

AYUSO - del lat. AD DEORSU; había muchas formas populares de la palabra deorsu: deosum, diosum, iosum y iusum. Este iosum sufrió el influjo de srsum, con quien aparecía frecuentemente como elemento correlativo y dio iusum. Yuso y la forma apocopada yus se documenta desde la época de orígenes lo mismo que su forma compuesta ayuso.

BUEN - del lat. BONUS, la palabra castellana se formó por la diptongación de la /o/ abierta dando /eu/ y también por la apócope de la /s/ final. En posición proclítica aparece esta forma apocopada.

BUSCAR - vocablo propio de castellano y portugués origen incierto, acaso prerromano. Se conjuga según la primera conjugación latina, la más común.

BUSCARIE - forma condicional en su creación era el futuro imperfectivo o relativo. Los condicionales se formaron según la siguiente fórmula: infinitivo + pretérito imperfecto contracto del verbo haber.

CA - conj. antigua, “porque”, de la segunda mitad del siglo X. Al parecer viene del lat. QUIA.

CADA - pronombre, del lat. vulgar CATA, y desde la preposición griega KATÁ “desde lo alto de”, “durante”. La forma moderna se creó gracias a la sonorización de la /t/ intervocálica.

CAEN - del lat. CADRE; tercera persona singular del presente de indicativo. (Véase GRADESCO)

CAMPEADOR- del lat. CAMPUS, I. Sustantivo formado gracias al sufijo -ador.

CAMPO - del lat. CAMPUS “llanura”; esa palabra evolucionó regularmente perdiendo la /s/ final y transformando la /u/ breve latina en /o/. Los sustantivos de la segunda declinación al perderse los casos a causa de su poca funcionalidad, reducción del sistema vocálico y la apócope de la consonante final, se redujeron a solo dos casos: caso sujeto /campos/ y caso oblicuo /campo/. Con el tiempo la -s final fue reanalizada como morfema del plural y el castellano se quedó con la forma /campo/ para singular y /campos/ para plural.

CARTA - del lat. CHARTA, AE “papel”. (Véase LANÇA).

CASTIELLO - del latín CASTLLUM; este sustantivo pertenece a la segunda declinación latina que en su paso al castellano se mantuvo como heredera del género masculino. En ella se vacío íntegramente la cuarta con los temas en -u , ya que se vino confundir fonéticamente con la segunda. También muchos sustantivos de la tercera declinación pasaron a la segunda, según la tendencia que ya se atestigua en latín popular. Algunos masculinos reacomodaron su terminación al género que representaban p. ej. pulvis pasó a polvo, etc. También se incorporaron a esta declinación algunos sustantivos de la quinta declinación. La segunda declinación se unificó y redujo a dos casos (sujeto y oblicuo) gracias al desarrollo del sistema vocálico y la debilitación de las consonantes finales. Al final todas las terminaciones se redujeron a -o y por ser la segunda declinación típica para el género masculino la terminación -o pasó a ser el significante del género masculino.

CATIVAS - adjetivo sustantivado; del latín CAPTVA, AE. (Véase también LANÇA) El acusativo latino del plural terminaba casi siempre en -s (exceptuando los neutros). El español mantuvo la herencia latina, si bien ordenó sus posibilidades de acuerdo con una gran sencillez: el morfema del plural se realiza como -s cuando la palabra acaba en vocal y se realiza como -es si acaba en consonante o vocal acentuada. Sin embargo las palabras terminadas en vocal acentuada se apartan con frecuencia de la norma y siguen la que es propia de los nombres en vocal sin acento papá, papás.

CATIVOS - del latín CAPTVU, I. (Véase también CATIVAS y CASTIELLO)

CAVALLEROS - del latín CAVALLUS. (Véase también CATIVAS y CASTIELLO)

CAVALLO - del lat. CAVALLUS, palabra castellana se formó por la regular apócope de la /s/ final y cambio de la /u/ breve latina en /o/. (Véase también CAMPO)

COBDO - del lat. CUBITUM; evolucionó de forma regular: cubitum>[kóbedo]>[kób'do]; la forma moderna se creó por la síncopa de la /b/ dando codo. El sustantivo latino pertenecía a la segunda declinación latina y evolucionó de forma regular. (Véase CAMPO)

COMIDIOS - COMEDIR; del latín COMMTRE;

COMPAÑA - latín vulgar * COMPANA; deriva de PANIS “pan”, en el sentido de “acción de comer de un mismo pan”.

COMPAÑAS - del latín vulgar * COMPANA. (Véase CAUTIVAS)

CON - del lat. CM; durante un tiempo se vacilaba entre ambas formas pero finalmente prevaleció con.

CONPRADA- del latín CMPRRE; el morfema -a al desaparecer los casos obtuvo el significante del género femenino. (Véase MANDADO)

CONTADO - del lat. CMPTARE “calcular” (Véase MANDADO)

CUANTO - del lat. CUANTUS; del neutro del mismo, QUANTUM

D'ALGO - de algo. (Véase DE y ALGO). Cuando aparecían dos vocales seguidas la primera podía apocoparse.

D'AQUESTA - de aquesta. (Véase también DE) aquesta es un pronombre demostrativo. Procede del latín ACCU + ISTA >aquesta, era una forma enfática, alargada, utilizada ya en el latín coloquial. Ya que semánticamente coincidían con las formas cortas con el tiempo la lengua las eliminó.

DADOS - participio pasado del verbo dar y este a su vez procede del latín DARE; (Véase MANDADO)

DAR - del lat. DARE; el infinitivo formado por el apócope de la -e.

DE - del lat. D que en su significado original designaba el movimiento desde arriba hasta abajo. Al lo largo del tiempo ha cambiado su significado aunque mantuvo casi intacta su forma en la cual el único cambio es la pérdida de la cantidad vocálica.

DELLA - de ella; (Véase también DE). ELLA - del latín LLA. La forma moderna se creó gracias a el desarrollo del sistema vocálico donde toda la I breve latina pasó a ser E, y la palatalización de /ll/.

DESTELANDO - mala grafía; del latín DSTLARE. La formación del gerundio en latín no presenta ningún problema inadaptación al español. El tratamiento fonético es el que experimenta cualquier adjetivo.

DIA - del lat. vulg. * DA, lat. DIES; perteneció a la quinta declinación y como las demás declinaciones

DIESSEN - de los cuatro tiempos del subjuntivo latino el español sólo guarda dos: amem y amavissem mientras que ha fundido otros dos (amaverim, amavero) y ha tomado uno del indicativo: amara. Por tanto la forma diessen ha evolucionado fonéticamente de manera regular pasando directamente del sistema latino al español.

DINERO - del lat. DENARIUS “moneda de plata que había valido diez ases”, (Véase también CAMPO).

DIOS - del lat. DUS, I. Evolucionó fonéticamente de manera regular cerrando la /e/ breve latina en /i/ y formando el esto, formado por la apócope de la /t/ y pérdida de la cantidad vocálica.

EL - del lat. LLE; después pasó a ser * ILE> el(e)> el. Esta forma llegó a ser dominante en Castilla a mediados del siglo XII.

ÉL- en latín los pronombres de tercera diptongo abriendo la /u/ en /o/. Esa palabra perteneciente a la segunda declinación latina es un semicultismo y por tanto no ha perdido la -s final a lo largo de su evolución. (Véase también CAMPO)

E - del lat. T - además, mas allá de persona no reflexivos se suplían por los demostrativos IS, ILLE. Desaparecido IS quedó solo ILLE y evolución fue la de demostrativo o artículo:  LLE> *elle> él. Sin embargo él como pronombre tardó en llegar a las gramáticas. Correas en 1625 decía que los pronombres eran yo, tú, aquél.

ELLOS - del lat. LLOS; en plural el acusativo servía tanto para el sujeto, como para el régimen. La -s no apocopa ya que es significante del plural.

EMPLEYE - presente del subjuntivo (Véase DIESSEN)

EN - del lat. IN “dentro de”, toda la /i/ breve latina pasó a ser /e/

ENVIO - del latín NVRE; la primera conjugación formaba en latín el perfecto regular en AVI . En el latín clásico ya algunos poetas eliminaban la sílaba VI cuando lo necesitaban y al final esta tendencia se generalizó. La tercera forma del singular evolucionó de la siguiente manera: AVIT> AV(T)> OU> Ó

ERAN - del latín ERANT, el imperfecto en este caso se formó gracias a la evolución fonética regular apocopando la -t final.

ES - Las formas de este verbo castellano resultan de una fusión de las de dos verbos latinos: la mayor parte proceden del lat. ESSE íd., pero las demás, incluyendo el futuro, el condicional, los presentes de subjuntivo e imperativo, y las formas impersonales, vienen del lat. SEDERE `estar sentado', que debilitó en cast. y port. su sentido hasta convertirse en sinónimo de `estar' y luego ser.

ESCRIPTA - participio del lat. SCRBRE, (Véase MANDADO)

ESCUELLAS - del latín SCTLLA, AE, (Véase también LANÇA y CAUTIVAS)

ESPADA - del latín SPATHA; evolucionó de forma regular vocalizando la /t/ y añadiendo una /e/ protética. (Véase también LANÇA)

ESTA - del latín STA; la forma moderna se obtuvo gracias al desarrollo del sistema vocálico latino.

ESTÁ - del latín STRE; no ha sufrido grandes cambios al pasar al castellano moderno excepto la vocal protética y el acento situado en la última vocal que tiene una función diacrítica para diferenciarlo de los demostrativos.

ESTAS- del latín STAS, la forma moderna se obtuvo gracias al desarrollo del sistema vocálico latino.

FABLO - del lat. FABLRI “hablar”; (Véase ENVIO)

FALLA - del latín FLLA; (Véase LANÇA)

FATA - preposición del siglo XII al XV. Proviene del árabe HÁTTÀ. La /s/ del castellano moderno resulta de una diferenciación de las dos tt del original arábigo, pasando por la antigua forma (h)adta.

FINCAVA - del lat. FIGICARE; tr. S. XII y XIII. “Plantar, fijar”. El desarrollo regular de la terminación -ABA de la primera conjugación produjo la terminación normal -AVA en español antiguo. La pérdida de la /b/ dio origen a la terminación -ÍA en los verbos de clases en -ER y en -IR.

FITA - del lat. FICTUS; s. XII y XIII. “Clavado, fijado”

FUE - del latín FUIT; formado por la evolución fonética regular (la apócope de la /t/ final y la inflexión de la /i/ >/e/). Mantiene su tema irregular de perfecto. Este tipo del perfecto, es para algunos el punto de partida de los verbos incluidos en el grupo con radical vocálica. El paso en la pronunciación de FÚE>FUÉ pasaría por doble acción analógica: del diptongo /ue/ y de los perfectos en /-e/ de la primera conjugación. Este tipo de perfecto a conformado al final su acuerdo con los perfectos débiles.

FUERON - del latín FURUNT; formado por la apócope de la /t/ final y la inflexión de la /u/. (Véase FUE)

GANANÇIA - del germánico WAIDAN(JAN) + -ANTIA. (Véase también el sufijo -antia en el ejemplo de ARRIBANÇA)

GANANÇIAS - del germánico WAIDAN(JAN) + -ANTIA. (Véase también el sufijo -antia en el ejemplo de ARRIBANÇA y formas plurales en CAUTIVAS ).

GELOS - se los, del lat. GE< LLI + LLUD/AM/U esto al principio ha dado *(e)lyélo> gelo. El morfema -s está ya empleado como significante del plural. A partir del siglo XIV cedió el paso a se lo. (Véase LOS)

GRADESCO - del * GRDSCO; el presente del indicativo , en latín, carece tanto de sufijos modales como de temporales, por ello las particularidades que ofrece aplazar al español son exclusivamente fonéticas y dependen de reajustes analógicos del paradigma. En el caso del gradesco el cambio en el sistema vocálico latino y su reducción permitió el resultado medieval.

GRAND - del lat. GRANDIS “de tamaño mayor”; la forma moderna se creó gracias a la apócope de la -s final. En posición proclítica también se apocopa la -e.

I - conjunción; (Véase E)

IA - Véase ÍE

IE - en el caso del presente de indicativo del verbo HABEO existen dos conjugaciones: una acentuada y otra sin acento. En el imperfecto se dio un hecho semejante de tal modo que HABEBAM se redujo a ÍA y después sirvió como elemento gramaticalizado para formar el condicional (Véase AVRÍA). Todavía en el siglo XVII Castilla la Nueva, La Mancha y Extremadura utilizaban -ÍE.

JUNTADAS- del lat. JNGRE “juntar”, aquí ya aparece el morfema -s como significante del plural, y la /a/ como significante del género femenino. (Véase MANDADO)

LA - del latín LLA> ILA> (e)la> la

LANÇA -del lat. LANCA “lanzada”; la palabra evolucionó de forma regular: lancea> [lánkja] > [lána]. El sustantivo latino terminaba con diferentes morfemas para indicar diferentes casos, que desempeñaban diferentes funciones sintácticas, el género y le número. El género era en realidad una característica del lexema. Siendo que las declinaciones latinas eran unas herramientas imperfectas ya que se caracterizaban por su sincretismo y por la necesidad de emplear también las preposiciones para poder expresarlo todo. A parte, algunos casos estaban sobrecargados de funciones y por tanto ya en la época clásica el latín hablado empezó su reducción. Con el tiempo se empezó a producir una gran confusión entre dativo y genitivo y a causa de todo esto en la época clásica en latín hablado se empleaba solo tres casos. A partir del siglo IV se producen varios cambios fonéticos de los cuales los más destacables son la pérdida de la - m final y la pérdida de la cantidad vocálica. Al perder la -m final y al reducirse el sistema vocálico todas las declinaciones se han reducido a dos casos: caso sujeto y caso oblicuo. En la primera declinación, que es el caso de LANCA, la forma del caso sujeto singular correspondía a la del caso oblicuo. El sistema de cinco declinaciones se ha reducido a tres ya que las palabras de la 4ta declinación fueron incluidas dentro de la primera y las de la quinta entraron en la 2da. El morfema -s como significante del plural se extendió por toda Romania gracias al dialectalismo osco que utilizaba el nominativo terminado en -s y la forma del caso sujeto y caso oblicuo tenían la misma forma terminada e -s: lanceas. Allí surgió el reanálisis de toda /s/ como el significante del plural.

LEGARIEN- condicional del lat. LEGARE “enviar, delegar”. (Véase AVRIE, BUSCARIE)

LIDIADOR - del lat. LITIGATOR, -ORIS; “persona que lidia”; evolucionó sonorizando la /t/ intervocálica y por la síncopa de la /g/.

LIDIANDO - gerundio, del latín LTGARE; (Véase DESTELANDO)

LO - el artículo /lo/ es el resultado de la gramaticalización del demostrativo latino LLUD que perdió su carácter tónico apoyando su acento en la palabra siguiente y por tanto evolucionó de otro modo que si fuera tónico: LLUD > elo >lo. Hay que añadir que el artículo /lo/ no proviene de caso sujeto que dio lugar al masculino sino del caso oblicuo.

LOS - en caso de la tercera persona se difiere en distinguir el dativo del acusativo. El acusativo masculino del lat. LLOS dio LOS e LLIS - dativo tanto masculino, como femenino dio les. En todos los casos se ha perdido la vocal inicial, por efecto de la posición enclítica. La -ll- se redujo a -l- tanto por el uso átono, como por influencia de la forma tónica él y porque el español no conoce en general la ll - inicial de la palabra.

MAL - derivación del lat- MALUS, -A, -UM. (Véase también MALO)

MALO - del lat. MALUS; evolucionó de manera regular apocopando la /s/ final y convirtiendo la /u/ breve latina en /o/.

MANDADO - participio pasado; del latín MANDARE. En latín se representaba por un antiguo adjetivo verbal en *-to-, indicador que el sujeto poseía la cualidad expresada por el verbo; podía tener sentido tanto activo, como pasivo. Primitivamente el participio pasado era independiente del tema de infecto y de perfecto, se formaba simplemente añadiendo *-to- a la raíz verbal. Los verbos cuyo perfecto era en -avi, -evi, -ivi tenían vocal larga en participio y por tanto la /t/ intervocálica ha sonorizado.

MANDO - del lat. MANDARE “encargar, dar una misión”; primera persona del presente del indicativo. (Véase GRADESCO)

MANO - del lat. MANUS, evolucionó de manera regular con la apócope de la /s/ final y cambio de la /u/ breve latina en /o/. Es una palabra perteneciente a la cuarta declinación latina que al perderse los casos fue absorbida por la segunda declinación y evolucionó de la misma manera que ella. (Véase CAMPO)

MARCHOS - del germánico MARK (Véase MARCOS)

MARCOS - del germánico MARK. Al pasar al castellano siendo palabra de género masculino evolucionó según la segunda declinación adoptando la -o final como significante de género y la -s final como significante del plural.

MÁS - del latín MGS; los adjetivos latinos cuya última vocal temática iba precedida por otra vocal no teína comparativo ni superlativo, sino que recurrían a construcciones con MGS, PLUS y MAXIME. Ya en una época muy temprana estas perífrasis se extendieron a los adjetivos que podían tener formas sufijales. En la Península Ibérica se prefirió MGS para este tipo de formaciones.

ME - del lat. M, este acusativo pasó del latín al español sin mas cambios que el de la cantidad vocálica, sin embargo, en romance la distinción de casos es sustituida por la distinción entre formas acentuadas y formas inacentuadas, por tanto me, se te especializan en castellano como átonas y mí, ti como tónicas.

MEATAD - del latín MDTTE

MESNADA - del latín MANSNTA; (Véase LANÇA)

MESNADAS - del latín MANSNTA, (Véase también CAUTIVA)

META - del lat. MTA “mojón”; (Véase LANÇA)

MI - véase MÍO, en la posición proclítica adopta la forma apocopada.

MILL - del lat. MLLE, la forma moderna formada gracias a apócope de la -e final.

MINAYA - sobrenombre de Álbar Fáñez

MIO - del lat. MUS > *mieo>mío. La forma *mieo pervivía en las zonas mas arcaizantes del dialecto asturiano. En castellano se obtuvo la forma mía, que debilitó la vocal final y pudo apocoparla después - . La forma átona mi se generalizó para ambos géneros del castellano.

MORADA - del latín MRARE; el sufijo -ada viene del sufijo latino de participio pasivo - TA. En su evolución fonética sonorizó la /t/ intervocálica. En sentido figurado indica la acción o condición.

MOROS - del lat. MAURUS “habitante del Norte de África”, con el sentido de color oscuro ya en los siglos XII y XIII. Formado por la monoptongación del diptongo /au/ en /o/. En la forma castellana la /-s/ final ya es el morfema de plural y no del acusativo. (Véase también CAMPO)

MUCHO - empleado antes del verbo. Tiene origen en lat.: MLTUS. La forma mas antigua fue muito de la cual derivaron dos formas modernas: mucho a causa de la yod que palatalizó la ´t´, y por otro lado muy que al apocopar la ´o´ la ´t´ ya no platalizó.

NADO - participio de NAÇER. Del latín NASCI.

NIN - conjunción negativa; del latín NC;

NON - del lat. NON, forma arcaica del adverbio de negación que alterna con la variante no, que acaba por imponerse en el siglo XV.

NOS - junto con VS se usaba en latín como forma única de nominativo y acusativo. El hecho de que el plural tiene tema distinto del plural se explica sintácticamente ya que no se trata de varios yo, sino de yo y los otros. En posición enclítica, nos se ha conservado hasta hoy mismo.

OID - imperativo de OIR - del lat. AUDIRE; en general las formas del imperativo evolucionaron de acuerdo con las previsiones del cambio fonético regular. Así las formas del singular, que terminaban en una simple vocal, y las del plural que terminaban en -te, producen las siguientes terminaciones: -A>-a, -I>-e, -E>e, -TE>-d. Cuando se extendió la apócope de la -e las formas de imperativo corrieron la suerte de la mayor parte.

ORA - del latín HRA (Véase también LANÇA)

OTRO - del lat. ALTER “el otro entre dos”

OVIESSEN - del latín HABER; (Véase DIESSEN); el perfecto del verbo haber presenta más formas etimológicamente normales en (h)obe, (h)obo. La primera de ellas pudo tener la variante ovi en Berceo, explicada por analogía con los perfectos en -i.

PAGAR - del lat. PACARE, un infinitivo formado por la apócope de la /-e/ y la sonorización de la /k/ intervocálica. Las formas del infinitivo en castellano se formaron de manera regular por la apócope de la vocal final.

PAGUE- del latín PACET, la forma de presente del subjuntivo de este verbo

PARTIR - del latín PARTRE; formado por el apócope de la -e.

PAZ - del lat. PAX, -CIS; la tercera declinación latina como las restantes cuatro se redujo a lo largo del tiempo, a causa de su predilección por el acusativo, la evolución del sistema vocálico y la deficiencia del sistema de casos que necesitaba el apoyo de las preposiciones, al caso sujeto y caso oblicuo. La tercera y quinta declinaciones se confundieron en sus formas de acusativo, pues hasta los temas en -i hicieron un plural acusativo en -es que eliminó al del -is. Estas dos declinaciones dieron forma a los sustantivos que en español terminan en consonante por eso los nombres en -a y en -o se incorporan a las declinaciones 1ª y 2ª. Sin embargo, se enriqueció con los casos de apócope de la vocal final, en que el sustantivo pasaba a terminar en consonante (apóstol), con los galicismos en -e o con otras voces patrimoniales que han cambiado la -o latina en -e (golpe< *colpu).

PEONES - del latín *PDNE, El morfema -s al desaparecer las declinaciones se reanalizó como significante del plural. (Véase PAX)

PLATA - del femenino del adjetivo *PLATTUS, que en bajo latín aparece sustantivado.

PLOGO - perfecto de plazer; del latín PLCRE; los vervos con a temática atraen la wau de la sílaba siguiente, con lo que se motiva el perfecto en -o. En lo moderno se generalizó /u/ aunque en lo antiguo hubo muchas vacilaciones.

POR - del lat. PRO “por, para”; la forma actual se formó por la metátesis progresiva.

PRENDRÉ - del latín PRNDRE; el futuro latino se perdió ya que era un tiempo muy inestable. En la mayor parte de la Romania los hablantes eligieron la perífrasis con HABEO para expresar el futuro. Al principio se documenta el uso de HABEO+ INFINITIVO para expresar la intención. De este significado pasó a expresar obligación y a partir del siglo IV empezó a expresar el futuro. Sin embargo las formas analíticas empiezan a sintetizarse y el verbo auxiliar se gramaticaliza y reduce a solo un morfema de futuro: -é, -ás, -á, -emos, -eis y -án.

PRESENTAIA - del latín plural PRAESENTALIA

PROMETO - del latín PRMTTRE; el presente del indicativo, en latín, carece tanto de sufijos modales como de temporales, por ello las particularidades que ofrece al pasar al español son exclusivamente fonéticas y dependen de reajustes analógicos del paradigma.

PUEDEN - PODER del lat. POSSE; es un caso de conjugación irregular a causa de ser un lexema arbitrario polimorfo. Hay tres series dentro de este tipo de conjugaciones: viva, muerta y semi-viva. El verbo poder forma parte de la serie muerta que se caracteriza por sus tres tipos de alternancias: pued-, pod-, pud- de las cuales las dos últimas no pueden formar palabras vivas. La explicación de las alternancias entre las formas esta justificada por la fonética histórica.

PUES - del lat. PST “después”, Vulgarmente pues se desgasta en pos, poh, pus y pu.

QUANTO - Pronombre relativo, del latín QUANTO

QUE - del lat. QUD. Nominativo neutro singular del interrogativo quis, qua, quid, que confluye con el paradigma relativo qui, del que sólo difiere el nominativo singular. Se formó por la apócope de la /d/ y cambio de la // en /e/.

QUEL - que + le, la apócope pronominal es obligatoria para le salvo cuando sigue la palabra que empieza por l-.QUES - pronombre indefinido, cualquier cosa;

QUIER - imperativo de QUERER; hablando de algunas formas del imperativo Lebrija notó que algunas formas apocopan la última vocal. Este por una parte es un problema fonético, inesquivable de la suerte que hayan corrido las vocales de ciertas consonantes. La apócope es más frecuente en el indicativo que en el subjuntivo. La lengua moderna ha conservado algunas formas apocopadas: haz, pon, ten, etc.

QUIERO - QUERER - del lat. QUAERRE; (Véase GRADESCO)

QUINTO - del lat. QUINTUS que significaba cada una de cinco partes iguales, sin embargo en el texto aparece con la semántica de derecho a veinte por ciento. El numeral español se creó por la apócope de la ´s´ final y el cambio de la // latina por /o/. Hay que señalar también la pérdida de los casos y su reducción a dos casos: el sustantivo y el oblicuo que compartían la misma forma.

QUIÑONEROS - del latín QUNNE; (Véase PAX)

QUISO - perfecto de QUERER; es un perfecto sigmático, es un antiguo aoristo en -s, que en latín tomó desinencias del perfecto. A pesar que en latín era un tipo relativamente moderno, por analogía se extendió por el grupo de los reduplicados, por el que presentaban alternancia vocálica. En latín estos perfectos eran frecuentes en verbos de la tercera conjugación, y menos en las segunda y cuarta; pero se perdieron casi todos al pasar al romance.

QUITADO - QUITAR - del lat. QUITUS; participio pasado. (Véase MANDADO)

QUITAR -a pesar de que su etimología está en un adjetivo el verbo ha sufrido cambios morfológicos adoptando el modelo de la primera conjugación, pero también semánticos.

RETENEDOR - sustantivo verbal creado a base del verbo RETENER. Los sufijos -or, y las variantes -ador, -edor, - idor según sea la conjugación a la que pertenece el verbo.

REY - del lat. REX , REGIS; (Véase PAX)

SANGRE - del lat. SANGUIS; este pasó primero a sangne y después a sangre. (Véase PAX)

SE - del lat. SE - acusativo de SUI que significaba uno mismo.

SEA - presente del subjuntivo de verbo SER; el presente del subjuntivo en el latín antiguo presentaba la alternancia sien-simus, wue por analogía con sitis, sint vino a uniformarse bajo la forma paradigmática sim, sis, sit. Pero la poca entidad fonética de los monosílabos, y las confusiones a que hubieran conducido *si, si(t), llevaron a su reemplazamiento e igual que sedeo, -es, -et se emplearon por sum, es, est, con mayor razón sedeam, -as, -at pasaron a sustituir las formas clásicas y , lógicamente, se vino a cambiar el paradigma completo, por cuanto solo hubiera podido sobrevivir simus, que también se vino a confundir con sumus. Ante todo ello sedeam dio lugar a seya, seyas, seya, seyamos, seyáis, seyan formando a continuación la forma moderna.

SERIE - del lat. SERIES (Véase PAX y CATIVAS)

SIN - del lat. SN(E); formado por apócope de la -e.

SOBRE - del lat. SPER; la forma castellana se creó por cambio de la /u/ breve latina en /o/, la vocalización de la /p/ intervocálica y la metátesis de la /r/ y /e/.

SU - del lat. SUM/AM trataron de manera distinta la vocal tónica: so, sa, respectivamente. Esta situación se continuó en el antiguo masculino so y femenino sua. La forma SU es una forma apocopada que encontramos en una posición proclítica.

SUELTO - participio de soltar y ese del latín SL()TRE. (Véase MANDADO).

SUS - Para la tercera persona el español usa el mismo SUUS - su como posesivo de uno o de varios.

TERCER - evoluciona de forma popular desde las formas vulgares del latín.

TOD - forma apocopada; del latín TTUS/A. Formada por la evolución fonética regular.

TODA - del lat. TTA. Formado por la sonorización de la -d- intervocálica y la desaparición de cantidad vocálica.

TODO - del lat. TTUS “todo entero”, esta forma ocupó el lugar de OMNIS, y excepto italiano todos los romances adoptaron esta forma.

TRAER - del lat. TRAHRE “tirar de algo”, infinitivo formado por la evolución fonética regular, apocopando la -e final y aspirando la /h/.

UN - del lat. UNUS; evolucionó de forma regular apocopando a /s/ final y convirtiendo la /u/ breve latina en /o/. La forma un es una forma apocopada a causa de su posición proclítica.

UNO - del lat. UNUS; evolucionó de forma regular apocopando a /s/ final y convirtiendo la /u/ breve latina en /o/.

VALE - VALER - del lat. VALRE “ser fuerte vigoroso, potente”(Véase GRADESCO)

VENDER - del lat. VNDRE; infinitivo formado por la evolución fonética regular, apocopando la -e final.

VOS - del lat. VS; al pasar del latín al español el pronombre tónico vos ha perdido la cantidad vocálica como también su casuística reduciendo sea un caso único. (Véase también NOS)

VUESTRA - ya en latín vulgar la forma clásica vestrum/a era sustituida por vstrum, a imitación de nstrum. La palabra siguió la evolución fonética esperada apocopando a /m/ final abriendo la /u/ en /o/ y creando el diptongo /ue/ sobre la vocal tónica /o/.

Y - en latín suma de valores primarios a un elemento se hacía con la partícula T. Lo normal era la atonicidad de esta partícula y de ahí que lo constante sea documentar et a la manera latina o e con la apócope. Esta última se conocía en el latín vulgar. Esta e, átona en la cadena del habla, se mantuvo tal cuando la palabra siguiente empezaba por i-, mientras que pasó a i, siguiendo la ley de secuencias de vocales, si la palabra empezaba por vocal. Este uso se generalizó en el siglo XVI.

YA - del lat. IAM formado por la apócope de la /m/

YO - del lat. GO; parece que desarrolló desde muy pronto una forma reducida EO y después diptongó dando yo, perdiendo igual que los sustantivos su casuística. En latín cumplía funciones del sujeto y así pasó al español.




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Idioma: castellano
País: España

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