Antonio Machado nos habla en éste poema de los hombres de los campos de Castilla, el hombre español, que corta los árboles de sus praderas y se queda con sus pedazos para uso propio. Nos menciona que trabaja duro para vivir, que sufre y que, a veces, se equivoca (yerra) mientras las tempestades le acechan. Dice el autor que proviene de una dinastía de nómadas pastores que trabajaban bajo el sol de Extremadura que quedaba marcado en su piel morena y sucia por el polvo de los caminos por dónde pasaban con los rebaños trashumantes.
Machado nos describe ese hombre astuto y con un aspecto muy tenebroso, como de un hombre que vive enfadado con la vida que le ha tocado vivir. Según él, éste es el tipo de hombre que más abunda, un criminal capaz de llegar a hacer auténticos desastres y caer en los vicios humanos aunque no por eso han de ser buenos, envidioso y avaro y cito “ guarda su presa y llora la que el vecino alcanza”. Por lo que vemos tampoco le acompaña la suerte.
No fueron pues, éstos lo campos sagrados que menciona la Biblia sino los campos en los que se refleja el alma criminal del mítico Caín.
En todo el poema podemos ver como Machado utiliza un lenguaje muy culto y difícil de entender. También hace referencia a los mitos cristianos como el de Caín y el del Paraíso.
El poeta utiliza el presente de indicativo el cual nos indica que éste es el tipo de hombre que aún perdura en esas tierras.
El tipo de rima del poema es consonante y su forma es
A B A B, A B A B, C D C D, E F E F,…
Temática:
El tema principal del poema es la descripción del tipo de hombre español y del maltrato que éste da a su tierra, en este caso España.
Estructura:
Este poema puede dividirse en muchas partes pero generalmente en tres partes:
Versos 1 al 8: Se nos describe la situación actual del hombre español que nos define Machado y lo que hace con su tierra.
Versos 9 al 24: Trata, más que nada, de la descripción física de éste hombre aunque también nos explica como es su carácter.
Versos 25 al 32: En éstos versos se no describe la tierra de España, concretamente la parte de Castilla y Extremadura de la cual el autor nos cuenta su mala suerte, pues no son estas tierras las más queridas por los dioses, sino el mal que las llena de vicios y crímenes.