Psicología


Bulimia y anorexia


Bulimia y anorexia

Las pautas culturales han determinado que la delgadez sea sinónimo de éxito social. Muchos de los jóvenes luchan para conseguir el "físico ideal" motivados por modelos, artistas o por la publicidad comercial.

Muchos creen que el mundo es de los delgados. Otros, por un peso natural que excede del estándar de delgadez que la sociedad impone, se deprimen y se autocritican sintiéndose fracasados o desvalorizados.

Actualmente la BULIMIA y la ANOREXIA NERVIOSA, dos complejas enfermedades alimentarias, se han convertido en un verdadero problema para los jóvenes de hoy en día.

Cada año que pasa las chicas y chicos con estas enfermedades aumenta, sobretodo por estas fechas cercanas al verano, donde el que la gente te vea con un buen cuerpo hace que jovenes dejen de comer, se encuentran muchos casos de anorexia y sobre las fechas de diciembre se encuentra mas casos de bulímicos y bulímicas, ya que comen mucho y se encuentran mal y lo vomitan todo.

En la mayoría de los casos, si no se tratan pueden morirse a causa de la enfermedad, (peligra su salud), tienen problemas en el colegio, el trabajo, con la familia y sociedad,

pierden la autoestima y se deteriora su personalidad, no conseguien independencia ni autosuficiencia, posiblemente no consigan la inserción social necesaria, con el tiempo, se tiene muy baja calidad de vida pudiendo aparecer ideas o actos de suicidio.

Esta enfermedad difícil de curar, por el tiempo que se le ha de invertir en ella, costosa, ya que los precios de los centros son elevados, sobre unas cien mil pesetas mensuales y la persona enferma a de poner de su parte, si no es imposible la curación, son los medios necesarios para conseguir la curación, total o parcial, normalemente, un bulimico/a, consigue salir de la enfermedad con algún que otro atracón de vez en cuando, pero ya se sabe controlar, pero en el caso de los/a anoréxicos/as, no suelen salir de la enfermedad, o mueren por la poca alimentación que reciben o en el mejor de los casos consiguen pasar al gran grupo de los/as bulímicos/as, que ya es un gran logro, ya que es una gran tarea hacer comer a una persona que piensa que todo lo que coma le va ha hacer engordar y no come.

Yo creo, que el mejor centro de atención en España al que se puede acudir si presenta alguno de los síntomas que explicaré luego es este, situado en Barcelona:

Bulimia y anorexia

Fundación Europea G.A.B.A

C\ Sicilia 93/97 - 2ª Planta

Telf: (93) 245-35-25

FAX: (93) 246-32-60 / 246-18-66

CP: (08013)

Los signos visibles característicos de estas enfermedades son:

Bulimia

Anorexia

Conductas patológicas:

  • Preocupación constante por la comida (habla de peso, calorías, dietas...).

  • Atracones, come de forma compulsiva, esconden comida.

  • Miedo a engordar.

  • Evita el hecho de ir a restaurantes o fiestas y reuniones donde se vea socialmente obligado a comer.

  • Acude al lavabo después de comer.

  • Vómitos autoprovocados.

  • Abusa de laxantes o diuréticos.

  • Usa fármacos para adelgazar.

  • Realiza regímenes rigurosos y rígidos.

Conductas patológicas:

  • Conducta alimentaria restrictiva (poca cantidad de comida) o dietas severas.

  • Rituales con la comida como: contar calorías, descuartizar la comida en trozos pequeños, preparar comida para otros y comer...

  • Miedo intenso a engordar, luchando por mantener el peso por debajo de lo normal.

  • Temor a verse obligado a comer en sociedad (fiestas, reuniones familiares…)

  • Hiperactividad (exceso de gimnasia u otros deportes).

  • Esconder el cuerpo debajo de ropa holgada.

  • Negarse a usar bañador y que vean su cuerpo.

  • En ocasiones, atracones y uso de laxantes o diuréticos.

Signos fisiológicos:

  • Inflamación de las parótidas.

  • Pequeñas rupturas vasculares en la cara o bajo los ojos.

  • Irritación crónica de la garganta.

  • Fatiga y dolores musculares.

  • Inexplicable pérdida de piezas dentales.

  • Oscilaciones de peso (5 ó 10 Kg, arriba o abajo). .

Signos fisiológicos:

  • Pérdida progresiva de peso (con frecuencia sucede en un período breve).

  • Falta de menstruación o retraso en su aparición sin causa fisiológica conocida.

  • Palidez, caída del cabello, sensación de frío y dedos azulados.

  • Debilidad y mareo.

Cambio de actitud:

  • Modificación del carácter (depresión, sentimientos de culpa o odio a sí mismo, tristeza, sensación de descontrol...)

  • Severa autocrítica.

  • Necesidad recibir la aprobación de los demás respecto a su persona.

  • Cambios en la autoestima en relación al peso corporal.

Cambio de actitud:

  • Cambio de carácter (irritabilidad, ira).

  • Sentimientos depresivos.

  • Inseguridad en cuanto a sus capacidades.

  • Sentimientos de culpa y autodesprecio por haber comido o por hacer ayuno.

  • Aislamiento social.

Anorexia - El alimento como arma.

Es un trastorno psicopatológico cuyo síntoma es el rechazar la comida por terror engordar. Este comportamiento lleva a una pérdida de peso considerable y mala imagen corporal.

En la mayoría de los casos los enfermos se sienten y se ven “gordos”.

El cuerpo que se ven en el espejo no es el que los demás ven.

La imagen que ellas ven en su mente está repleta de rollos y acumulaciones de grasa en las zonas definidas como femeninas. La carga que llevan es la de la gordura imaginada. Por lo tanto, lo único que puede hacer es "mejorar" su cuerpo, dejando de comer, alejándose de todo alimento…

La anorexia produce pérdida de peso considerable que la lleva a la amenorrea con ausencia de más de tres menstruaciones seguidas.

En el varón se manifiesta como pérdida de interés sexual y disminución de potencia.

Este enfermedad suele inciarse en algunos jovenes al entrar en la adolescencia y comenzar a ser más autónomas, para afirmar su identidad.

Sienten que no tienen poder sobre su cuerpo, que son ineficaces y poco valiosos.

En el caso de la anorexia no hay síntomas, ni malestar, ni fiebre, ni dolores. Los anoréxicos, con su temor y horror a la gordura imaginada, redoblan sus esfuerzos para bajar de peso, apelando a diuréticos e inhibidores de apetito.

Los medios de comunicación presentan la imagen ideal, a la que se llega con dietas o comidas y gimnasias especiales. Ser hermosos y perfectos, puede resultar para un adolescente una meta tan fácil de conseguir sin guía profesional, a privarse de alimentos y a exagerar los deportes, concentrando todo su esfuerzo en recrear la imagen de su ídolo, delgadísimo e inalcanzable.


¿Qué es la bulimia?

El hambre como culpa y vergüenza.

Hace algo más de 10 años se comenzó a comprender a la bulimia como enfermedad cuyo origen es un trastorno alimentario. Lo que la caracteriza es la caída compulsiva del paciente en atracones de sobrealimentación, que son, aparentemente, desencadenados por el hambre resultante de dietas adoptadas sin control profesional.

A diferencia de la paciente anoréxica, que se IMAGINA toda ingesta como un atracón que pone en peligro su dieta, los atracones del bulímico son REALES.

Durante la orgía alimentaria la comida se traga rápidamente sin saborearla, mezclando todo: hidratos, grasas, salado, dulce, cliente, frío, etc. Esta "traición" a la dieta fijada se vive con vergüenza, en secreto, como una actividad indecente, desvalorizante, que trata de ocultar a los demás, y cuyas consecuencias trata de paliar con vómitos inducidos, purgas, laxantes, y dietas aún más restrictivas que la anterior. Este círculo malsano de dieta-hambre-atracón-saciedad temporal-vómito, para luego retomar el mismo circuito, lleva a un continuo en el cual al atracón comienza a hacerse parte de su vida, como paliativo frente a las frustraciones, ansiedades, depresiones. El "hambre" desaparece momentáneamente al embotarse con un atracón, que, a la par que induce a la saciedad, produce una sensación profunda de culpa, autoacusación (comer como una "bestia") y vergüenza frente a su incapacidad para controlarse. Vomitar es querer desprenderse de lo ingerido, solucionando algo del problema, pero se transforma en parte del atracón. Así, la bulímica tiene cada vez más hambre, más "caídas" en comilonas, con su secuencia de vómitos, culpas y vergüenzas. El enfermo de bulimia miente, trampea, disimula y esconde. La mentira es parte de la enfermedad. Son personas que desean adelgazar RÄPIDAMENTE, apareciendo de la noche a la mañana con una figura esbelta. El deseo de obtenerla es tan fuerte y de una urgencia tan desesperante que las bulímicas se enrolan en una dieta "mágica". Para seguirla, el bulímico crea consigo mismo, un contrato secreto, en el cual hace las veces de acusado, testigo, juez. El contrato es hermético y se DEBE cumplir para acceder a una nueva vida. A diferencia de la anoréxica que adopta el hambre como una ideología, la bulímica se vincula con una contradicción interna que la moviliza. La bulímica abarca un rango de edad media mayor que el de la anoréxica, diferenciándose además, en que las bulímicas concurren por sí mismas a la consulta, mientras que las anoréxicas son llevadas, a veces en brazos, al profesional. Un rango distintivo de la bulímica es, contrariamente a lo que ocurre con la anoréxica, la existencia de la menstruación, que suele ser irregular, a veces ausente, pero no llega a la amenorrea.

En todos los casos, la enorme presión del medio que impone una figura femenina sumamente delgada, a la vez que da dietas "mágicas", ha colaborado para difundir el hecho de que esta enfermedad no sólo existe, sino cuales son sus síntoma, y el peligro que corre quien no ve peligro en este tipo de comportamientos circulares.

¿Qué es la Anorexia?

El alimento como arma

Trastorno psicopatológico cuyo síntoma es el del rechazo a la comida por un terror mórbido a engordar. Este comportamiento lleva a una pérdida de peso considerable y a quienes lo padecen a una imagen corporal distorsionada.

En la mayoría de los casos la paciente se siente y se ve gorda.

La anorexia presenta pérdida de peso considerable que la lleva a la amenorrea con ausencia de más de tres menstruaciones seguidas, ya que está involucrado el eje hipotálamo hipófiso gonadal.

En el varón se manifiesta como pérdida de interés sexual y disminución de potencia.

"Me veo gorda, hoy no como"

La imagen interna que la anoréxica tiene de su cuerpo, está dominada por una autopercepción distorsionada. El cuerpo que ella ve en el espejo no es el que los demás ven. El que ella tiene en su mente está repleto de rollos y acumulaciones de grasa en las zonas definidas como femeninas. La carga que lleva es la de la gordura imaginada, un estigma que la atormenta. Por lo tanto, es la única que puede "mejorar" su cuerpo, dejando de comer, alejándose de todo alimento.

La familia de las pacientes anoréxicas es sobreprotectora, con expectativas personales muy altas, gran necesidad de aprobación externa y falta de respuesta a las necesidades internas. Los padres suelen ser perfeccionistas y escrupulosos.

Las jóvenes son inicialmente hijas modelo, dóciles y colaboradoras, hasta que aparece la anorexia. Al entrar en la adolescencia y comenzar a ser más autónomas, para afirmar su identidad, el proceso se dificulta. Sienten que no tienen poder sobre su cuerpo, que son ineficaces y poco valiosas. Aparecen problemas en la etapa de separación e individuación de las jóvenes. Su anorexia se inscribe entre las dificultades para lograr identidad propia dentro de una familia muy opresora.

Los familiares de la paciente suelen presentar alianzas encubiertas, alternando respuestas, la culpa y la irresolución frente a los conflictos habituales de la adolescencia. La sobre protección retarda el seguimiento de actividades de los hijos fuera del hogar, reduciendo su autonomía. En muchos casos, la anorexia sirve para disimular o emparchar alguna interrelación familiar tensa. La rigidez de estas familias les impide articular alternativas para enfrentar situaciones nuevas tales como la autonomía de los hijos que pueden hacerla sentirse amenazada, mientras que una hija enferma será aglutinante para sus miembros que podrán permanecer juntos.

La familia niega la existencia del conflicto, rehusa discutirlo, profundizarlo. En muchos casos, es la paciente la que actúa como prenda de paz, entre los miembros más agresivos. Los padres definen a la hija enferma, como el único problema que tiene la familia.

Instalada la enfermedad la paciente se ve frente a una alternativa de hierro, morirse de vergüenza (su asco a la gordura imaginaria) o morirse de hambre. Siente amenazada su autoestima y su control sobre el mundo. Una preocupación intensa sobre su cuerpo le permite fantasear que podría controlar todo lo negativo, que percibe en su medio, controlando su peso.

En el caso de la anorexia no hay síntomas, ni malestar, ni fiebre, ni dolores. La perdida de peso, alarma a la familia que demanda que la anoréxica se alimente. Las pacientes anoréxicas, con su temor y horror a la gordura imaginada, redoblan sus esfuerzos para bajar de peso, apelando a diuréticos e inhibidores de apetito. Deambulan por los consultorios sin que los médicos puedan, a menudo, reconocer la etiología de este trastorno.

"La caja boba"

Los medios de comunicación presentan la imagen ideal, a la que se llega con dietas o comidas y gimnasias especiales. Acceder a ser hermosos y perfectos, puede resultar para un adolescente una meta tan abarcativa que comienzan sin guía profesional alguna, a privarse de alimentos y a exagerar los deportes, concentrando todo su esfuerzo en recrear la imagen de su ídolo, delgadísimo e inalcanzable.


¿Qué es la bulimia?

El hambre como culpa y vergüenza.

Hace algo más de 10 años se comenzó a comprender a la bulimia como enfermedad cuyo origen es un trastorno alimentario. Lo que la caracteriza es la caída compulsiva del paciente en atracones de sobrealimentación, que son, aparentemente, desencadenados por el hambre resultante de dietas adoptadas sin control profesional.

A diferencia de la paciente anoréxica, que se IMAGINA toda ingesta como un atracón que pone en peligro su dieta, los atracones del bulímico son REALES.

Durante la orgía alimentaria la comida se traga rápidamente sin saborearla, mezclando todo: hidratos, grasas, salado, dulce, cliente, frío, etc. Esta "traición" a la dieta fijada se vive con vergüenza, en secreto, como una actividad indecente, desvalorizante, que trata de ocultar a los demás, y cuyas consecuencias trata de paliar con vómitos inducidos, purgas, laxantes, y dietas aún más restrictivas que la anterior. Este círculo malsano de dieta-hambre-atracón-saciedad temporal-vómito, para luego retomar el mismo circuito, lleva a un continuo en el cual al atracón comienza a hacerse parte de su vida, como paliativo frente a las frustraciones, ansiedades, depresiones. El "hambre" desaparece momentáneamente al embotarse con un atracón, que, a la par que induce a la saciedad, produce una sensación profunda de culpa, autoacusación (comer como una "bestia") y vergüenza frente a su incapacidad para controlarse. Vomitar es querer desprenderse de lo ingerido, solucionando algo del problema, pero se transforma en parte del atracón. Así, la bulímica tiene cada vez más hambre, más "caídas" en comilonas, con su secuencia de vómitos, culpas y vergüenzas. El enfermo de bulimia miente, trampea, disimula y esconde. La mentira es parte de la enfermedad. Son personas que desean adelgazar RÄPIDAMENTE, apareciendo de la noche a la mañana con una figura esbelta. El deseo de obtenerla es tan fuerte y de una urgencia tan desesperante que las bulímicas se enrolan en una dieta "mágica". Para seguirla, el bulímico crea consigo mismo, un contrato secreto, en el cual hace las veces de acusado, testigo, juez. El contrato es hermético y se DEBE cumplir para acceder a una nueva vida. A diferencia de la anoréxica que adopta el hambre como una ideología, la bulímica se vincula con una contradicción interna que la moviliza. La bulímica abarca un rango de edad media mayor que el de la anoréxica, diferenciándose además, en que las bulímicas concurren por sí mismas a la consulta, mientras que las anoréxicas son llevadas, a veces en brazos, al profesional. Un rango distintivo de la bulímica es, contrariamente a lo que ocurre con la anoréxica, la existencia de la menstruación, que suele ser irregular, a veces ausente, pero no llega a la amenorrea.

En todos los casos, la enorme presión del medio que impone una figura femenina sumamente delgada, a la vez que da dietas "mágicas", ha colaborado para difundir el hecho de que esta enfermedad no sólo existe, sino cuales son sus síntoma, y el peligro que corre quien no ve peligro en este tipo de comportamientos circulares.

Anorexia y bulimia afectan a una de cada 20 adolescentes

Diversos expertos en nutrición afirmaron en un coloquio en Madrid que la información sobre dietas equilibradas y trastornos alimentarios en la escuela, en la familia y en los medios de comunicación, es clave para prevenir patologías como la anorexia y la bulimia.

La mujer hace tonterías con la comida

Madrid, España, 10 de febrero. La información sobre dietas equilibradas y trastornos alimentarios en la escuela, en la familia y en los medios de comunicación, es clave para prevenir patologías como la anorexia y la bulimia, que afectan a una de cada 20 adolescentes. Así lo afirmaron este miércoles diversos expertos en nutrición en un coloquio en Madrid sobre la influencia que la moda ha podido ejercer en la aparición de estos trastornos.

Aunque no existe un censo, los nutricionistas señalaron que una de cada cinco mujeres entre los 5 y los 15 años hace tonterías con la comida, lo que trae como consecuencia que una de cada 20 se enferme.

Gonzalo Morandé, jefe del Servicio de Psiquiatría Infantil del hospital madrileño del Niño Jesús, manifestó que cuando se producen casos, hay contagio, por lo que consideró necesario intervenir para evitar la propagación de esos trastornos, que suelen aparecer a los 13-14 años en el caso de la anorexia, y dos años después en el de la bulimia. A su vez, señaló el 60% de los afectados se llega a curar, pero un 30% continuará con la enfermedad y otro 5% morirá.

Para Morandé, la mujer es la que más se ve afectada por ser más vulnerable a la imagen que le exige la sociedad, y el perfil de la que cae en estos trastornos corresponde a una adolescente autoexigente, estudiosa, perfeccionista y con ganas de agradar, añadió el especialista.

El comportamiento anormal que suponen estas patologías influye en la salud mental de las afectadas, por lo que los especialistas coinciden en la necesidad de que expertos en nutrición y psiquiatras se coordinen en el tratamiento de los afectados, que consistirá en un aporte nutricional, como primera medida, seguido de tratamiento psiquiátrico.




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