Biología, Botánica, Genética y Zoología


Bioética


La revolución terapéutica y sus consecuencias éticas.

Las pruebas de medicamentos.

<<Nuestra impaciencia lo estropea todo, la mayor parte de los hombres mueren por culpa de sus remedios y no por causa de sus enfermedades>> decía Molière en el siglo XVII.Todos los beneficios e inconvenientes de todo nuevo medicamento deben compararse con los de los medicamentos anteriores.

Los problemas que se plantean pueden clasificarse en:

-Problemas científicos: Es necesario un largo periodo de estudios en el laboratorio, aunque la más exhaustiva investigación no siempre permita prever la reacción en el hombre.

-Problemas administrativos.

-Problemas éticos: los que conciernen a las pruebas sobre voluntarios sanos, las pruebas comparadas.

Cuando es necesaria, la prueba es éticamente aceptable si se respetan ciertas reglas. Todos los voluntarios son útiles. Es conveniente descartar a los enfermos que no tengan interés por el medicamento que se va a probar. Está prohibido todo experimento que comporte peligros. De modo general, en todos los nuevos intentos de diagnostico o de tratamiento se plantea la cuestión del consentimiento expreso del enfermo.este término precisa un nuevo análisis.

Trasplantes e injertos.

El descubrimiento del sistema de los grupos sanguíneos ha permitido el desarrollo de los trasplantes e injertos de órganos y tejidos.

Uno de los acontecimientos más relevantes de nuestro tiempo ha sido la necesidad de las sociedades de redefinir la muerte. Pero incluso se ha llegado a cuestionar el principio de la extracción: ¿es lícito violar la muerte, despedazar a un cadáver? Una vez admitida la extracción de órganos a un muerto, ésta se realiza con dos condiciones: la seguridad de la muerte(encefalograma plano) y el consentimiento.

La autorización de la extracción puede ser consecuencia de disposiciones legislativas(por ejemplo, la ley Caivallet de 1976). De echo, una ley no regula todos los problemas. Es muy difícil desde el punto de vista moral extraer un órgano sin el consentimiento de la familia trastornada por la repentina muerte de un ser querido. El consentimiento previo de un gran número de ciudadanos de un pais, convenientemente formados e informados, es sin duda el mejor método.

Los órganos que hoy en día pueden extraerse a un donante vivo son el riñón, la médula ósea y el higado. La extracción de medula ósea de un adulto afecta a un tejido que se rejenera. El hígado también es un órgano capaz de regenerarse.

En el caso de donantes adultos se han precisado las condiciones del sacrificio asumido, de la aceptacion. El donante debe haber sido informado de los riesgos a los que se expone. En ciertos casos, los donantes son niños. El donante compatible con el grupo sanguíneo es un hermano/a del enfermo, otro niño. ¿Está permitido exponer a este niño al riesgo mínimo pero existente de la anestesia general sin que verdaderamente él pueda dar su consentimiento? Aunque sea precisa la autorización de los padres ¿es suficiente?

También se plantean problemas éticos por parte del receptor: en primer lugar, su consentimiento. Es precisa una gran cantidad de información. El enfermo, con pleno conocimiento de causa, puede rechazar el trasplante. No obstante, en la gran mayoría de los casos las esperanzas que suscita el trasplante se imponen sobre cualquier otra consideración.

La epidemiología.

La epidemiología se dedica al estudio de las relaciones que existen entre las enfermedades y diversos factores: formas de vida, medio ambiente, ambiente social, particularidades individuales, etc.

La ética de la biología debe a menudo confrontar dos deberes: La protección de la colectividad y el respeto hacia la persona. Esto da lugar a dos cuestiones importantes: ¿está permitido elaborar encuestas relativas a las relaciones entra individuo y el entorno aun a riesgo de perturbar el secreto de la persona? La segunda: ¿es legítimo en bien del interés de la sociedad declarar obligatoriamente las enfermedades y aislar eventualmente a los enfermos? El cáncer nos sirve de modelo para la primera pregunta y el SIDA para la segunda.

Los trabajos de Luis Pasteur establecieron la unidad, la especificidad de la causa. Estos datos que rigen el tratamiento de las enfermedades infecciosas no son válidos para el cáncer.

Hay que hacer estudios comparativos y evolutivos de los pacientes. Así nacieron los “registros”. El desarrollo de la informática ha permitido la explotación estadística de los datos recogidos. No hay dudas sobre las ventajas de los registros. El conocimiento de las causas del cáncer experimentará una mejora con la esperanza de una prevención eficaz. Pero la existencia misma de estos registros puede crear situaciones peligrosas. Peligros en caso de guerra, de invasión.

Las cuestiones de ética relacionadas con el SIDA se presentan en forma de tensiones entre diferentes imperativos. Son tensiones entre el individuo y la colectividad. Algunos creadores de opinión han pedido que se aísle a las personas con SIDA basándose en el buen resultado que produjo el aislamiento de los leprosos durante la Edad Media. Sin embargo, al virus del SIDA le traen sin cuidado los controles aduaneros. Hay que decir la verdad, sólo así se puede limitar el contagio. Para el autor, la enfermedad no hay que combatirla, hay que comunicarla y explicarla en toda su dimensión. De echo, la evolución del SIDA puede dominarse a través de la educación y de la investigación científica. La investigación científica debe desarrollarse, debe abordar con imaginación los nuevos problemas que se le plantean.

La medicina frente a la muerte.

El medico tiene la obligación de estar al corriente, de conocer los avances de la investigación, de no dejar pasar la oportunidad de socorrer a un enfermo. Pero debe conocer los límites de su poder y, sobre todo, evitar todo encarnizamiento terapéutico absurdo. Todo hombre tiene derecho a morir en paz.

La eutanasia, hoy, designa la acción deliberada de poner fin a la vida de un enfermo. La eutanasia pasiva consiste en que el medico deje de aplicar las medidas terapéuticas que prolongarían la vida del paciente; la activa tiene por objeto proporcionar la muerte a un enfermo. El problema de la eutanasia es el modelo del falso problema. Desde Hipócrates el medico asume dos funciones: debe retrasar a muerte y aliviar el sufrimiento. El medico se esfuerza por conciliar estos dos deberes ante la enfermedad.

La revolución biológica y sus consecuencias éticas.

El control de la reproducción.

Con el tiempo, los métodos de contracepción han mejorado bastante. Para el moralista hay una gran diferencia entre la prevención del embarazo y la muerte provocada de un huevo ya fecundado.

La investigación anticonceptual progresa. Gracias a estos avances, podemos proteger a una mujer joven enferma de tuberculosis, por ejemplo, que, una vez curada, podrá concebir sin peligro.

La segunda investigación se refiere a la molécula antiprogesterona RU 486. Ésta se opone a la acción de la progesterona y permite la irrupción del embarazo a partir del octavo día después de la concepción. Esta molécula plantea tres clases de problemas:

  • Científicos: el porcentaje de eficacia varia del 90 al 95%, pero las incertidumbres no han desaparecido. ¿Cuál es la frecuencia real, es mas, cuál es la gravedad de las hemorragias que ocurren algunas veces? En caso de que el método falle, ¿cuál será el destino del niño? ¿Cuáles serán las consecuencias a medio y largo plazo del empleo frecuente de la RU486 para las mujeres que la consumen? También surgen dudas en lo tocante a las esperanzas. La RU486 no sólo es abortiva, también puede intervenir en el tratamiento de trastornos hormonales y en algunos casos de esterilidad.

  • Legislativos y jurídicos: Cuando se confirmen definitivamente los datos científicos habrá que

revisar las medidas legislativas.

  • Éticos: La posibilidad de interrumpir el embarazo pocos días después de la concepción sin hospitalización, sólo con la ingestión de comprimidos, es todo un acontecimiento. Pero más importante es el problema que se les planteará a las mujeres en un futuro próximo. ¿Serán muchas las que acepten reemplazar los métodos anticonceptivos actuales por la molécula RU 486, que tiene la gran ventaja de la simplicidad pero que las lleva a actuar de noche, esto es, a matar a un niño concebido sin saber siquiera que existe?

La inseminación artificial es el objeto de la tercera investigación. La inseminación es el primer ejemplo de procreación médica asistida. Para el autor, debemos aceptarla si ha sido necesario conservar el esperma de un hombre por causa de una enfermedad, debido al riesgo de esterilidad que conlleva la aplicación del tratamiento reparador. Debemos rechazarla cuando se tratara de una inseminación “de conveniencia”.

Podemos distinguir dos grandes clases de procreación asistida:

En la primera clase las células y los órganos provienen de la pareja afectada. Unas veces el conjunto del proceso de fecundación es artificial(fecundación in vitro). Otras veces se usan técnicas intermedias, realizando la fecundación en la trompa uterina.

En la segunda clase se recurre a una persona ajena a la pareja. La donación de óvulos puede corregir la esterilidad ovular. El préstamo de útero puede corregir la esterilidad uterina.

¿Debemos condenar, prohibir, la fecundación in vitro? Las autoridades religiosas la han condenado y prohibido. Son una condena y prohibición inspiradas en un principio muy firme: todo lo que en este terreno se aparta de la naturaleza es inmoral y debe rechazarse.

Otro problema: cuando el embarazo está en curso, cuando nace el niño, los embriones que no se han utilizado se quedan en los laboratorios. Éstos se llaman embriones supernumerarios. Su destino plantea serios problemas al moralista y al biólogo. ¿Qué debemos hacer con ellos?¿Guardarlos para otro posible embarazo de la misma pareja? YU si es así, ¿durante cuanto tiempo?¿Debemos utilizarlos para la investigación? ¿Los matamos?. La muerte de estos embriones ha sido considerada a menudo como la solución menos mala. De hecho, no existen actualmente soluciones satisfactorias.

La ciencia sigue investigando para paliar la esterilidad femenina. Aquí tenemos un caso doblemente desafortunado. La mujer sufre porque no puede tener hijos. Las procreaciones asistidas resultan muy caras y plantean problemas morales difíciles de resolver. Ahora bien, existen otras soluciones que se han desechado u olvidado injustamente. La esterilidad puede prevenirse con tratamientos terapéuticos. La adopción es otro remedio.

El control de la herencia.

Gregor Mendel descubrió en 1863 las leyes de la herencia, que con el tiempo se han refinado y precisado y refinado.

Todo diagnóstico médico tiene, además de las indicaciones del pronostico y del tratamiento que hay que aplicar, sus consecuencias éticas. Pero el diagnostico prenatal tiene consecuencias mucho más trascendentales. El dialogo que, una vez establecido el diagnostico, entablan el médico y la persona que le consulta atañe también al niño, y decidirá su destino.

En las manos de un dictador, el diagnostico prenatal podría permitir temibles medidas de eugenesia. En otros casos, las consecuencias del diagnostico en el nacimiento, son difíciles.

No hay necesidad de subrayarla importancia de los avances vinculados al nacimiento y al desarrollo de la predicción en el campo de la medicina. Importancia para la persona afectada, para su familia, para la disminución del sufrimiento, para que se reduzca el gasto sanitario en las sociedades y que la prevención de enfermedades sea menos costosa que su tratamiento.

Pero estos avances plantean también cuestiones éticas de dos clases. Unas conciernen a la propia persona: un hombre enterado bruscamente de la verdad, adquiere conciencia de su fragilidad y pueden sufrir profundos trastornos. Las otras cuestiones se refieren a las sociedades humanas.

Los descubrimientos de polimorfismo en el ADN tienen consecuencias importantes en el ámbito de la criminología y en los casos de prueba de paternidad. Esta ultima aplicación plantea otros graves problemas jurídicos y éticos. La ley, aunque otorga una mayor importancia a la verdad biológica, no la consideran exclusiva. Junto a la verdad biológica está la verdad sociológica, la verdad afectiva, la verdad del corazón.

Para la ingeniería genética todo comenzó por un microbio muy conocido, el cobacilo. La ingeniería genética, sus consecuencias, las esperanzas que alienta y, sobre todo, los peligros que encierra han suscitado una gran expectación.

El gran biólogo Jacques Monod escribió: “lo que es verdad para el cobacilo es verdad para el elefante y también para el hombre”. ¿En que medida puede el hombre modificar al hombre la ingeniería genética? ¿Hasta donde domina la materia? ¿Podemos dejar que se desarrolle sin límite

alguno? Es muy importante separar dos clases de investigaciones: Por un lado, las encaminadas a modificar un órgano; por otro, las tendentes a modificar a todo el individuo.

Las investigaciones de la primera clase tienen por objeto transferir un gen a las células de un órgano con la esperanza de corregir los problemas de funcionamiento de dicho órgano. Aquí no aparecen problemas éticos de importancia.

La segunda clase de transferencia de genes es laque actualmente suscita la mayor intranquilidad, las mayores reservas. Se trata de la transferencia del genoma de un hombre a un óvulo fecundado, o sea, la posibilidad de cambiar el patrimonio genético de un ser humano.

Hoy no podemos descartar la hipótesis de progreso que sobrevendría en el futuro y que permitiera modificar una parte de las células germinales responsables de una grave enfermedad hereditaria, pero respetando siempre el conjunto de la persona afectada. Es una esperanza lejana e incierta.

El control del sistema nervioso.

Gracias a su cerebro, a su aptitud para aprender y crear, el hombre se distingue del animal. La muerte del cerebro define la muerte del hombre. Durante un largo periodo se creyó imposible controlar el cerebro. Las neurociencias, aunque han progresado notablemente, todavía están muy lejos de sus objetivos. Gracias a los franceses B.Halpern y J.Delay nació la psicofarmacología.

Existe una correlación entre la forma química del medicamento y la acción que ejerce sobre el sistema nervioso. Además, los estudios neurofisiológicos modernos han reconocido la importancia del papel de los mensajeros químicos(neurotransmisores). Grandes enfermedades de la mente pueden transformarse mediante agentes químicos.

La inquietud ética no puede mitigarse con facilidad. Por un lado, está la esperanza razonable de curar la mayor parte de las enfermedades d la mente. Pero, por otro lado, el hombre tiene poder para modificar el cerebro de su prójimo, de actuar sobre tal función de la mente, sobre tal comportamiento. ¿Podrán depender del farmacólogo el amor, el odio, los celos o la hipocresía?

Principios que rigen la ética de la biología y la medicina.

El respeto a la persona.

Hoy los avances de la investigación científica nos proponen dos definiciones del hombre. La primera definición es genética y nos permite dos conclusiones: cada hombre es único, irremplazable. La segunda definición es nerviosa. La muerte del hombre es la muerte del cerebro.

La persona es una individualidad biológica, un ser de relaciones psicosociales. Pero trasciende estas definiciones analíticas y aparece como un valor. El enfermo, aun estando en estado vegetativo crónico, sigue siendo una persona y, como tal, debe ser respetado.

Debemos recordar dos datos sencillos y ciertos: la vida no comienza en el nacimiento sino en la concepción. De este modo se considera al feto como personas potenciales. Esta definición suele ponerse en cuestión, por un lado, con argumentos de naturaleza cronológica, y por otro, con argumentos de naturaleza fundamental.

Rechazo del afán de lucro.

Francia tiene el honor de haber sido el primer país que rechazo la venta de sangre y que organizo las donaciones. Esta ética de la donación de sangre se extendió enseguida a los órganos donados y no vendidos.

Pero también se han dado crueles excepciones, como el drama relacionado con la transmisión mediante transfusión sanguínea de graves enfermedades como la hepatitis y el SIDA. Aquí se plantea una cuestión importante que concierne a las relaciones que mantienen las estructuras médicas con el dinero. No debemos subestimar la importancia de los datos económicos, pero la lucha contra la enfermedad es lo primero.

Desgraciadamente, el peligro que representan las relaciones entre las estructuras medicas y el dinero se han manifestado con toda claridad en el rumbo que han tomado algunos países, en los que la venta de sangre está autorizada.

Hay muchos ejemplos de esta corrupción progresiva, una corrupción mezclada con la miseria que explota a la miseria. Para el autor, la donación es la única solución aceptable.

Los argumentos de naturaleza cronológica son frágiles.

Los argumentos de naturaleza fundamental se deben a la interpretación del adjetivo potencial. Los impulsores de estos argumentos consideran al feto una persona en potencia. El embrión debe ser considerado un ser cuyo posible porvenir fija los límites al poder del prójimo.

Los órganos, tejidos, las células del hombre forman parte de su ser, participan de su dignidad y deben respetarse. No pueden ser objeto de trafico.

El respeto al conocimiento.

Se han justificado y defendido con seriedad dos orientaciones en este terreno. Una considera el conocimiento como el primer deber. La otra supedita el deber del conocimiento a otros deberes: respeto al hombre, a su libertad, a su dignidad. Pensadores de alto nivel han afirmado que en los avances del conocimiento que pueden alterar a la persona, debería darse prioridad a la persona, a quien hay que respetar.

Por esta razón nos hemos interrogado sobre los procedimientos de la investigación. Aunque el objetivo sea loable, ¿no hay métodos que convendría rechazar? Algunas investigaciones, como las de ingeniería genética o los adelantos de neurobiología, pueden herir al hombre en lo mas profundo. Recordemos dos principios:

  • Lo que no es científico no es ético

  • Todo lo que es científico no es necesariamente ético.

De echo, la persona y el conocimiento son los principales valores que enaltecen las sociedades contemporáneas. La investigación biológica y medica no debe interrumpirse. Es la única que puede permitir la prevención, el tratamiento de las enfermedades, las psicosis, etc.

La responsabilidad del investigador.

¿Son suficientes los datos biologicos?¿Debemos continuar o interrumpir las pruebas terapéuticas? De aquí se deducen dos peligros: la investigación salvaje que no tiene en cuenta los imperativos morales y la investigación obstaculizada que ve como su desarrollo se demora por rigideces morales.

Estos peligros podrían limitarse mediante la creación de comités de ética en el seno de los institutos de investigación y, sobre todo, mediante la propia reflexión de los investigadores que han adquirido conciencia de sus responsabilidades.

Las fronteras de la bioética.

Las fronteras con la filosofía.

La ética pertenece a los filósofos. Desde Platon a Spinoza, la ética ha sido el tema de sus reflexiones. Pero la bioética ha adquirido poco a poco su independencia, definida en cierto modo por los estrechos nexos que se ha establecido entre la biología y la filosofía. El examen de estas relaciones permite delimitar varias categorías.

Primera categoría, los indiferentes. Algunos filósofos contemporáneos consideran excesiva la emoción que produce el avance de la biología y la medicina.

Segunda categoría, los captadores. Utilizan a la vez y con talento los avances teóricos de la medicina y la biología y menosprecian la reciente revolución terapéutica.

Tercera categoría, los renovadores. Se han percatado de la importancia de las averiguaciones de las recientes revoluciones biomédicas.

Las fronteras con la política.

A veces el poder político dirige la medicina y a veces la corrompe de acuerdo con unos fines puramente políticos. Las fronteras que separan la política de la bioética deben permanecer cerradas. Una apertura a veces tiene consecuencias positivas, pero puede ser responsable de graves abusos e incitar al crimen.

La época contemporánea ha conocido las criminales consecuencia de esta violación de las fronteras entre la política y la bioética. Estos hombres proceden por afirmaciones no verificadas, defienden sin prueba las teorías biológicas. Hitler utilizará ampliamente el falso dogma de la desigualdad biológica de las razas humanas.

Las frecuentes tentaciones eugenésicas han sido rechazadas hasta el momento. Pero persisten las ambigüedades. Si conociéramos los genes que rigen el don del músico o del pintor ¿sería concebible permitir sólo el nacimiento de los niños dotados para estas disciplinas?

Las fronteras con el derecho.

Las fronteras entre bioética y derecho son imprecisas. A veces el derecho guarda silencio. No podía prever con antelación los avances y las consecuencias de la ciencia. A veces el derecho es inseguro “no permite, por ejemplo, establecer un estatuto jurídico del cuerpo humano”. Juristas, biólogos y moralistas se han dividido a la hora de afrontar las dificultades, lo que ha propiciado la aparición de dos grandes orientaciones.

La primera orientación es legalista, rigurosa. Los interrogantes que plantean los avances de la biología requieren nuevas leyes precisas que consideren cada caso particular.

La segunda orientación rechaza las leyes rigurosas, antepone la jurisprudencia a las leyes.

Es necesaria una ley marco que contenga los principios que regulen las aplicaciones de los avances de la biología y la medicina, el respeto a la persona, el respeto al conocimiento, el rechazo al afán de lucro, la responsabilidad del investigador. Es indispensable realizar una ordenación cronológica de los asuntos que se planteen.

Según el autor, es indispensable tomar dos precauciones: el legislador debe proteger a la persona y al mismo tiempo no obstaculizar los avances de una investigación destinada a disminuir los sufrimientos de los hombres.

Las fronteras geográficas.

Existen variaciones geográficas en cuanto a la interpretación de la bioética y se deben a distintos motivos:

En primer lugar, los motivos espirituales. Son los más importantes.

A continuación, los motivos antropológicos, sociológicos y culturales, con las diferencias culturales que existen entre los distintos grupos humanos.

El autor termina con los motivos económicos. La pobreza no es la única responsable del comercio de sangre y órganos, pero desempeña papel importante en lo relativo a la oferta. Asimismo, la riqueza corrupta por parte de la demanda interviene con frecuencia. La geografía de la bioética depende en buena parte de estos motivos económicos.

Por suerte, las relaciones internacionales que acercan a los miembros de los diversos comités o grupos vinculados a la ética mas allá de las fronteras se han incrementado durante los últimos años.

La enseñanza de la bioética.

Las primeras experiencias de la bioética en la enseñanza media son francesas. Los profesores de filosofía y biología serán los responsables de impartir la enseñanza bioética. La historia de las ciencias puede ayudar aportando modelos útiles: se trata de exponer con objetividad los datos biológicos, de explicar la naturaleza de los problemas éticos, de evitar toda adhesión a cualquier familia espiritual y las rigideces que de ello puedan derivarse.

Hay que distinguir también dos variedades de enseñanza de la bioética. La primera se dirige a los futuros médicos. La segunda a los médicos, juristas y filósofos que deseen adquirir sólidos conocimientos de bioética.

También es necesario que los investigadores se interesen por la bioética, una disciplina que durante mucho tiempo no ha tenido buena aceptación. Las grandes instituciones nacionales responsables de la investigación pueden(deben) poner a disposición de los investigadores los conocimientos indispensables.

Pero quizás lo más importante sea que los ciudadanos accedan a un aprendizaje continuo de la bioética, ayudado por los medios de comunicación.




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Enviado por:David Alcantara Parra
Idioma: castellano
País: España

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