Arte


Biblioteca Marciana; Sansovino


Jacopo Tatti (1486-1570), conocido como Sansovino a causa de haber tomado el nombre, por gratitud hacia uno de sus maestros, el escultor Andrea Sansovino, es un escultor y arquitecto florentino del siglo XVI que, tras su formación en Roma, con Giuliano de Sangallo se adhiere al círculo de artistas venecianos, a donde acude tras el saco de Roma, en 1527, y donde permanecerá hasta su muerte. Su hijo Francisco dice que siempre tendrá que estar agradecido a su padre porque prefirió Venecia para vivir, pudiendo ir a Francia.

La orgullosa y próspera ciudad de Venecia se iba a convertir en otro gran centro del arte italiano, el primero en importancia después de Florencia. Su comercio la mantenía en estrecha relación con el Oriente, y aunque fue más lenta que otras ciudades italianas en adoptar el estilo del Renacimiento, cuando lo adoptó, dicho estilo adquirió allí nueva lozanía, un esplendor y una vivacidad que evoca tal vez más íntimamente que ninguna otra arquitectura de la edad moderna, la magnificencia de las grandes ciudades mercantiles del período helenístico, Alejandría o Antioquía. Y uno de los edificios más característicos de este estilo es la Biblioteca de San Marcos, construido por nuestro florentino Jacopo, pero adaptado al genio local, a la luz radiante de Venecia reflejada en las lagunas y que deslumbra por su esplendor.

Vasari, que debió tratarlo en aquellos años, dice de él que era hombre de gran “lealtad, liberalidad y óptima memoria”. También dice que Sansovino era “de estatura regular, andaba erguido con mucha gracia, era de color blanco, barba rosada y muy estimado de las damas”. Su fin nos lo describe con el mismo gracejo: “Llegado a la edad de noventa y tres años, sintiéndose algo fatigado, se quedó en la cama sin enfermedad aparente, y después de un mes y medio, debilitándose poco a poco, pidió de recibir los sacramentos. Se resolvió a morir el día 2 de noviembre del año 1570

El primer encargo que recibe fue consolidar la cúpula de San Marcos, que empezaba a cuartearse. Era prueba de gran confianza por parte de las autoridades de la República, y habiendo satisfecho con su trabajo, fue nombrado, el 1529, procurador o arquitecto de la gran basílica, con ochenta ducados de sueldo al año. Estipendio que fue aumentado con otros cien ducados anuales, el 1530, y con otros veinte más tarde. Se le asignó una casa junto a la basílica, de manera que su bienestar estaba asegurado. Participo de la vida social , tan activa entonces en Venecia; fue amigo de los grandes maestros - Tiziano, Tintoretto y el Aretino - en aquella edad de oro del arte veneciano. Tintoretto pintó dos retratos de Sansovino, y en uno, actualmente en la Haya, puso este letrero:”Jacobi Sansovino architecturae et sculpturae arte celeberrimi imaginum pinxit Jacobus Tintorettus mei amicisimi”. Benvenuto Cellini, de paso por Venecia, fue invitado por Sansovino, y recuerda la abundancia de platos; pero no se quedó satisfecho, porque el huésped le pareció vanidoso y hablador...

En esta ciudad sabe unificar las técnicas constructivas del manierismo romano con el gusto veneciano que, por ser más nórdico, era más decorativo. Realizará diversos palacios, entre los que destaca el Palacio Corner o Ca Grande, diseñado en el 1532 y que representa por primera vez el uso acertado de la fachada clásica en Venecia, siendo el más impresionante del Gran Canal, y constituyendo un standard para los palacios de la siguiente centuria. Su actividad en Venecia, tanto como arquitecto como escultor, corre pareja con la desplegada por Miguel Angel en Roma.

En el estilo de Sansovino priva la inclinación plástica, de modo que sus arquitecturas sirvieron con frecuencia de marco a sus relieves y estatuas. Su condición de entusiasta conocedor de la antigüedad y de la iconografía mitológica confiere un tono de serenidad y equilibrio a sus trazas arquitectónicas, sin desdeñar por ello algunas novedades del incipiente Manierismo, detectables en la ascensión vertical de las proporciones y de los ejes de fachada, prolongados con cresterías estatuarias.

Sansovino fue el modelador del conjunto urbanístico que componen la plaza y la piazzeta de San Marcos y que componen una de las más maravillosas plazas que existen en el mundo. La primera está formada por:

  • Las Procuradurías viejas en la parte septentrional, construidas en el año 1529.

  • Al este la Basílica de San Marcos.

  • El flanco meridional compuesto por la Procuradorías nuevas, de diseño de Sansovino, pero llevadas a cabo por su discípulo Vincenzo Scamozzi.

  • Costado oeste cerrado por la fachada de San Germiniano, según su diseño, para lo cual se demolió la antigua fachada oeste de la iglesia. La iglesia entera fue demolida en 1807, cuando se erigió el ala napoleónica.

Asimismo, a la construcción inferior del Campanile, cuya belleza se desprende no de su masa, sino de su altura, Sansovino supo prestarle realce por medio de la ornamentada “Loggetta”, un pórtico donde celebraban sus reuniones los procuradores; también son de su mano las cuatro estatuas en nichos que adornan la fachada. El conjunto entero debe ser interpretado como parte de una arquitectura de ceremonia, dada su situación, su disposición y su cercanía al palacio de los Dogos.

Otra obra suya es el edificio de la Zecca o casa de la moneda (1536), en la orilla del Molo, frente a la laguna, y alineada con el flanco sur del palacio de los Dogos. Lo había previsto con dos pisos que irían ornamentados con almohadillado en arandelas en los fustes de sus columnas toscanas; lo amplió con otro piso más, de orden jónico, donde se incluyen ventanas con frontoncillos. No colocó estatuas sobre la cornisa como en la Librería, teniendo el conjunto un cierto sabor manierista, a semejanza del adoptado luego por Ammannati en su ampliación del palacio Pitti de Florencia. Este edificio, el primero construido por Sansovino en Venecia, causó admiración, ya que se construyó sin utilizar la madera, para evitar riesgos de incendio.

También hizo el patio de la Universidad de Padua, construido en 1552, que consta de un doble pórtico con entablamento recto, y que suministra la gravedad requerida por el lugar.

La piazzeta es también obra suya, pues, aunque el lado este ya estaba determinado por la imponente fachada marmórea, sobre doble pórtico, del palacio de los Dux, la extraordinaria cortina que la enfrenta es la biblioteca Marciana o librería de San Marcos, ideada para albergar los libros y pergaminos del cardenal Bessarion, Patriarca de Constantinopla durante el siglo XV, y que es considerada su obra maestra. Había que oponer al Palacio ducal un edificio digno de rivalizar con él, y cuya especial disposición de huecos y macizos ofreciera el debido contraste.

La Biblioteca de San Marcos presenta un mural muy similar al Coliseo, pues el juego arco-arquitrabe es común en toda la edificación; por esa misma razón, otros autores ven al teatro de Marcelo como inspiración, lo cual no es de extrañar dada las similitudes existentes entre ambas fachadas. También es de origen clásico la superposición de órdenes dórico y jónico que se da en esta edificación.

El elemento icónico es más prolijo que en la arquitectura florentina y consecuentemente se encuentra más alejada de los postulados vitruvianos. Comprobamos que el piso inferior presenta triglifos adornados con relieves, mientras que el entablamento superior dispone de guirnaldas con frutas y amorcillos y balaustres con rica ornamentación de bultos redondos.

En conformidad con el gusto manierista apreciamos el vaciado del muro y el juego de luz y sombra, aspectos muy adecuados con la estética veneciana.

El juego arco-arquitrabe que aparece en esta fachada y del que hemos mencionado su origen clásico, influirá de manera determinante en Palladio, quien en su Basílica, edificación que envuelve el antiguo mercado de Vicenza, siguió la misma distribución, la cual debido a su sucesión continua es conocida como el “ritmo palladiano”.

La fachada de la Biblioteca consta de dieciséis arcadas. En su interior tiene un vestíbulo, escalera y sala de lectura. El conjunto fue decorado pictóricamente con un importante programa iconográfico basado en alegorías, virtudes y dioses de la antigüedad relacionados con la sabiduría.

La arquitectura recoge también el mensaje del edificio. En las claves de los arcos de la fachada alternan cabezas de dioses mitológicos y de animales como el león. En el intradós de los arcos vemos héroes mitológicos como Prometeo, Deucalión, Ganímedes y Palas, representándose aquellos dioses que participaron en la creación del género humano y le dieron sabiduría.

En síntesis, la biblioteca de San Marcos explica la génesis del saber humano en su portada mientras que en el interior se manifiesta como espejo alegórico de las ciencias. Es la primera verdadera biblioteca de la época moderna, no habiendo sido precedida más que por la pequeña biblioteca de los Malatesta de Cesena.

Queda por resaltar la fuerte influencia de este arquitecto sobre los posteriores arquitectos venecianos como en el caso de Andrea Palladio, del ya mencionado Vincenzo Scamozzi y Baldassare Longhena. El primero de ellos juzgó a la Biblioteca Marciana como “el edificio más rico levantado desde la antigüedad clásica” (sic.). La influencia sobre Longhena se puede constatar en el palacio Pesaro y el palacio Rezzonico, obras ambas que conservan formas sansovinescas.




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Enviado por:Paco Serrano
Idioma: castellano
País: España

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