Historia
Batalla de Tuyutí
COLEGIO DEL SOL
Monografía
La batalla de Tuyutí
Áreas: - Lengua Castellana.
-Historia y Geografía.
9º“B”
Asunción Paraguay
Octubre, 2008
INDICE: Páginas
AGRADECIMIENTOS……………………………………………………… 3
INTRODUCCION……………………………………………………………. 4
1. ANTECEDENTES……………………………………………………….. 5
2. PLAN ESTRATEGICO DE LA BATALLA DE TUYUTI……………… 6
- Los regimientos de batalla……….....……………………………….. 9
3. PRIMERA BATALLA DE TUYUTI……………………………………... 12
4. SANGRIENTA BATALLA……………………………………………….. 19
- Cuatro años más de guerra…………………………………………… 19
5. CONSECUENCIAS DE LA BATALLA DE TUYUTI…………………. 20
- Problemas con el medio ambiente………………………………….. 21
CONCLUSION………………………………………………………………. 24
ANEXOS…………………………………………………………………….. 26
BIOBIOGRAFIA…………………………………………………………….. 28
AGRADECIMIENTOS
Agradezco a mis profesoras que me dieron la oportunidad de realizar este trabajo monográfico para conocer más a fondo los detalles de un capítulo de la historia de mi país.
Le agradezco a la profesora Viviana Paglialunga por haberme brindado unos libros, que me fueron de gran ayuda para realizar este trabajo y a la profesora Gloria Zorrilla por sus explicaciones detalladas de los pasos a seguir en la elaboración de un trabajo tan importante como es este, especialmente la introducción y la conclusión.
A mi tío Enrique Quevedo, quien dedicó parte de su tiempo a buscarme libros con datos específicos sobre la Batalla de Tuyutí.
INTRODUCCION
La guerra de la Triple Alianza o (guerra del Paraguay), fue la guerra más grande, violenta y destructiva de Sur América, y la batalla más grande de esta guerra, y la más sangrienta, definitivamente fue la de Tuyutí, de la cual, se hablará en este trabajo.
Motivado por conocer los detalles de la historia, mis objetivos fueron valorar lo ocurrido en esta batalla y que no se olvide nada de lo acontecido en Tuyutí, ya que fue una de las batallas más importantes de esta guerra.
En el presente proyecto, se realiza una investigación de los antecedentes de esta batalla, del plan estratégico paraguayo, datos y sus consecuencias.
Los distintos materiales y fuentes consultadas, me permitieron seguir los pasos de los actores de estas contiendas, de consecuencias nefastas para Paraguay en mayor proporción y en menor escala para los que en ese momento, fueron nuestros enemigos: Brasil, Argentina y Uruguay. Para eso, tuve que investigar y consultar en páginas webs y en varios libros como: “Guerra de la Triple Alianza”, “Paraguay Independiente”, “Historia Argentina” y “Memorias”, entre otros, los cuales me sirvieron para comparar datos.
Esperando haber alcanzado los objetivos propuesto, pongo este trabajo en las manos de los lectores.
1. ANTECEDENTES
El 16 de abril de 1866, lastimosamente se completa el cruce del Paraná por parte de los argentinos, brasileros y los orientales, para llevar la guerra al territorio paraguayo. Los aliados cruzaron el Paraná con 60.000 hombres, de los cuales 33.000 hombres eran brasileros, con 48 piezas de artillería al mando del general Osorio.
Por su parte, el ejército argentino había cruzado el Paraná con 24.000 hombres y con 33 cañones, y los uruguayos llegaron al territorio paraguayo con 3.000 hombres, entre prisioneros paraguayos, a las órdenes de Flores.
El terreno donde toma pie la invasión de Mitre, Osorio y Flores está formado por esteros, por donde emergen, a manera de islas, los potreros secos de Tuyutí y de Paso Pucú. Inexplicablemente para Mitre, López había concentrado sus fuerzas en este último punto, dejándole libre el primer acceso que podía llevarlo a Humaitá. Mitre, no quiere creer en una trampa, luego de la advertencia de Osorio. El propósito de Mitre era acercarse a Humaitá por el camino de Tuyutí, no se le ocurre como sugiriera Osorio, una operación envolvente por el Chaco que conduciría hasta Asunción atravesando la fortaleza paraguaya.
En esta etapa de la guerra, el plan de López consistía en encerrarles a los aliados en la loma de Tuyutí, y batirlos con un ataque envolvente por los 4 puntos cardinales. Grave error, ya que en una sola batalla puede ganarse o perderse la guerra por causas ajenas al mando del jefe o de la calidad de las tropas. De allí, solo jugaba la suerte a una sola batalla.
Después de Curupayty, se dio cuenta con qué estrategia se hubiera jugado, pero ya era tarde, la guerra estaba totalmente ganada, solo pudo prolongarla.
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2. PLAN ESTRATÉGICO DE LA BATALLA DE TUYUTÍ
Después del 2 de mayo de 1866, de la Batalla del Estero Bellaco, el ejército paraguayo continuó ocupando la posición de Paso Gómez, que se había determinado sostener, así como su vanguardia, los Pasos del Estero Bellaco del Sud.
El comandante Avelino Cabral y el Mayor Luis González eran los jefes de la vanguardia, y tenían instrucciones de no disputar seriamente dichos pasos, sino de retirarse, en caso que el ejército aliado hiciese un movimiento de avance.
En efecto, el 20 de mayo, se verificó ese movimiento, pasando el Estero Bellaco en tres columnas. El cargamento de las armas después de una breve defensa, hizo retirada en perfecto orden, y fueron a acampar en el centro del Estero Bellaco del Norte, o sea frente al Paso Gómez. Nuestra pérdida en ese movimiento fue insignificante, ya que la avalancha aliada que se venía sobre nuestra gente era enorme, y que lo más difícil en las operaciones de una guerra regular, es una buena retirada en presencia del enemigo. Ese mismo día 20, por la tarde, el Mariscal trasladó su cuartel general a Paso-Pucú.
Los aliados avanzaron hasta Tuyutí, que es en una loma poblada de palmeras, en las cuales fueron instaladas sus avanzadas a las órdenes del
General Venancio Flores.
Desde Rojas se pudo tener la satisfacción de contemplar al enemigo formado sobre las pendientes de Tuyutí que constituía nuestro horizonte hacia el Sud, un ejército poderoso, en número y en elementos.
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Los aliados para garantizarse de alguna sorpresa, aprovecharon todas la ventajas que les ofrecía el terreno que ocupaban y acamparon adoptando el sistema escalonado, de manera que llevada la primera línea, tendría el enemigo que vencer la segunda y tercera línea antes de producirse una completa derrota.
Su línea de batalla del frente componía a la derecha de ellos el 1er. Cuerpo argentino con toda su caballería montada, menos San Martín y el grupo de artillería ligera al mando del Coronel Vedia. A la izquierda, el ejército brasilero a las órdenes del Mariscal Osorio, se extendía desde el potrero Piris hasta el ejército argentino.
En el centro estaba el 1er. Regimiento de artillería brasilera, compuesta de 25 piezas rayadas, protegida por los batallones orientales Florida y 27 de Abril a las órdenes del Coronel Leon de Palleja, teniendo un poco más a su izquierda al 2º batallón de infantería brasilera y más a su izquierda una batería de 6 piezas orientales y tres batallones brasileros de la División Victorino.
Los batallones orientales estaban colocados a tres cuadras de la izquierda de esta línea y a su derecha había una vanguardia compuesta de caballería e infantería del 1er. Cuerpo argentino. Toda esa línea estaba ya defendida con trincheras. En el centro del campamento construyeron un gran reducto rectangular y otro a su izquierda.
El campamento paraguayo se encontraba a unas 2 ½ millas del enemigo y se extendía de Paso Gómez a Rojas y todos los accesos hasta el paso Canoa estaban ocupados por pequeños destacamentos de infantería y caballería.
A la derecha de la últimalínea paraguaya, estaba apoyada en un bosque
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Espeso que se extendía hasta dar con el carrizal del Potrero Sauce. Este era sólo accesible por una estrecha abertura o boquerón al Este, el cual quedaba frente al campamento enemigo.
El Potrero Sauce esta defendido por una pequeña trinchera colocada de manera que las piezas enfilaban desde su entrada hasta su salida. Hasta las fuerzas del Paso-Gómez se comunicaban con el Potrero Sauce por medio de una picada bastante ancha como para andar en una carreta, que practicaron a través del monte que separaba ambas posiciones.
Por la derecha, la defensa paraguaya arrancaba de Paso-Gómez y llegaba hasta el Paso Fernández a la izquierda. Los trabajos en las trincheras empezaron el 21 y continuaron hasta el 23, y también en los accesos o pasos se establecieron trincheras. Se puede decir que la posición paraguaya, teniendo en cuenta las dificultades naturales que ofrecía el terreno que se extendía en su frente, era bastante respetable, más cuando no era accesible a ningún costado, porque si bien por nuestra izquierda podía tentarse, corría el enemigo el riesgo de ser cortado.
El papel que correspondía al Mariscal López, después del pasaje del ejército aliado al territorio nacional, era el de la defensiva, que le daba la ventaja en cuanto a la elección del terreno, aprovechando cuantos accidentes éste le ofrecía para su defensa
El plan paraguayo era excelente, y tal vez hubiera dado resultado de la derrota del ejército aliado, pero desgraciadamente el Mariscal lo abandonó y llevado por su fuerza impetuosa de hacer pelear sus tropas caprichosamente sin madurar un plan de guerra, y con la ansiedad de hacer lucir su valor y su
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Decisión, decidió el 23, a llevar el ataque a los aliados en su campamento el día siguiente, diciendo que tenía noticias de que el General Mitre estaba resuelto a llevar su ataque el 25 y que quería ganarle de mano.
Esta decisión del Mariscal, no era el resultado de una combinación estratégica sometida al estudio y examen de un criterio sereno y maduro, en que se hayan pesado todas las probabilidades del éxito y del fracaso, sin perder de vista la necesidad de conseguir un resultado con la menor cantidad de bajas posibles.
El enemigo, a diferencia de nuestros generales de guerra, estudiaba nuestra posición desde el 23, haciendo avanzar hacia ella, por la derecha e izquierda simultáneamente, fuerzas de caballería e infantería.
El 23, un regimiento de caballería trató de descubrir y reconocer la extrema derecha paraguaya, y como esa fuerza no podía penetrar en el monte, lo hizo un batallón brasilero que avanzó hasta cerca de las trincheras, donde recibió varios disparos de metralletas que le causaron algunas bajas. Con este saludo se retiró precipitadamente, así como otros batallones.
El Mariscal López, se reunió con sus tropas el 23 a la tarde, asegurándoles el éxito y la destrucción total del enemigo por tener un gran número de fuerzas. Ya a la noche, hubo una reunión de los jefes principales que debían encabezar y llevar la ejecución del plan de batalla, a quienes explicó detalladamente todo lo relacionado a este, y dio hasta las más mínimas instrucciones con respecto a la parte que a cada uno debería corresponder en la acción.
-Los regimientos de batalla
En total habían 3 regimientos paraguayos en batalla, el plan consistía en
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Atacar al ejército aliado en su misma posición atrincherada por sus tres costados: frente y flancos derecho e izquierdo y ejecutando parte de las columnas asaltantes por estos costados, generando un movimiento envolvente, y atacando también por la retaguardia.
El General Resquín debía caer sobre la derecha del enemigo con su columna compuesta por 8 regimientos de caballería, a las inmediatas órdenes del Coronel Pereira y del Comandante Avelino Cabral y de 2 batallones de infantería con una cohetera. El teniente coronel Hilario Marcó, con 4 batallones de infantería y con 4 regimientos de caballería, al mando del Comandante José Aguilar, llevando de 2º al Capitán De Jesús Martínez y sobre a la izquierda el Coronel Díaz, con 5 batallones de infantería y 2 regimientos de caballería.
El General Barrios, debía hacer una operación aparte, tenía que desfilar sus tropas por la estrecha picada y salir al Potrero Piris, donde debía organizar rápidamente su gente y caer sobre el enemigo por su retaguardia. Su columna se componía, más o menos de 6 batallones y 2 regimientos de caballería.
El General Resquín debía tener sus tropas formadas y prontas antes del amanecer, detrás de los palmares de Yataity-Corá, donde no podían ser vistas por el enemigo, y cuando iniciase su avance, su caballería debía hacer un movimiento envolvente hasta encontrarse con la del General Barrios, que tenía que hacer el mismo movimiento.
El general Díaz debía reunir y organizar sus tropas en el monte del Sauce, en el punto más próximo al enemigo, procurando no ser visto ni sentido por los aliados.
Una vez que tuviera el aviso de que Barrios hubiera terminado su pasaje
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Por el potrero Sauce, él debía estar listo para avanzar y enviar el cohete.
El comandante Marcó también tenía a su gente pronta a su derecha y el Comandante Aguiar estaba con sus regimientos detrás de un grupo de arboles aislados, situada al lado del camino real a Humaitá. Dentro de las trincheras, ya estaban ansiosos esperando la señal convenida.
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3. PRIMERA BATALLA DE TUYUTI
En las pantanosas márgenes de la orilla paraguaya del Paraná emerge el campo de Tuyutí a la manera de una isla entre un mar de esteros y pantanos. El Mcal. Francisco Solano López, al concentrar sus fuerzas al norte –en Paso Pucú- se lo brindaba a Mitre, porque su plan estaba en encerrar allí a los ejércitos aliados para vencerlos en una batalla definitiva. Grave error, pues teniendo frente suyo a un general como Mitre, no debió emplearse en una sola batalla, siempre aleatoria, sino desgastar al adversario en una lucha larga. Pero Solano López aún no sabía quién era Mitre.
El teniente coronel José Eduvigis Díaz (futuro general y héroe de Curupayty) simuló en Estero Bellaco, con 5.000 hombres, una defensa de la entrada de Tuyutí (2 de Mayo): por sorpresa cayó sobre las avanzadas aliadas, tomándoles cuatro cañones a los brasileños, que arrastraría en triunfo al campamento de Paso-Pucú. Ese movimiento engañó a Mitre, que ordenó la ocupación de Tuyutí (20 de Marzo). Debió ser lo esperado por López que cuatro días después ordena descolgarse en Tuyutí por el norte, sur, este y oeste, a todos los efectivos del ejército.
La tarde del 23 de mayo, López recorrió las líneas juntando a los soldados paraguayos diciéndoles que con una pequeña fuerza habían obtenido una gran victoria el pasado 2 de mayo, concluyendo que si atacaba con todo el ejército se conseguiría la completa destrucción de los aliados.
Las tropas entusiasmadas, contestaron que solo aguardaban sus órdenes para concluir con el enemigo.
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Aunque, dentro de la lógica imperante en las filas de los paraguayos, las especulaciones en lo contrario, eran atentatorias al “espíritu patriótico”, por lo que nadie habría aventurado a indicar a López, que los imponderables a cubrir para movilizar 25.000 combatientes en ataque y otros 35.000, con una distancia mayor a recorrer y movimientos coordinados a ejecutarse con precisión eran incalculablemente superiores a las que dieron lugar a la batalla del 2 de mayo, a la que tampoco se coronó con el éxito previsto inicialmente.
A la noche, el Mariscal expuso el plan de batalla a quienes estaban asignados como principales responsables de su ejecución. El mismo consistía básicamente en un avance combinado hacia el campamento enemigo atacándolo por el frente, los flancos y la retaguardia. José E. Díaz estaría a la izquierda con cinco batallones de infantería. Bajo su mando estarían los comandantes Manuel Antonio Giménez y Francisco Fidel Valentín. Otros cuatro batallones, bajo el mando del teniente coronel Hilario Marcó, atacarían por el centro. Marcó fue acompañado por los tenientes coroneles José de Jesús Martínez y José María Aguiar. Pero el “principal” ataque sería llevado por la derecha con ocho regimientos de caballería y dos batallones de infantería bajo la conducción del general Francisco Isidoro Resquín, con la cooperación de los coroneles Francisco Pereira y Pantaleón Balmaceda y por último el coronel Avelino Cabral. Finalmente, una última columna compuesta de seis batallones de infantería y dos regimientos de caballería dirigidas por el general Vicente Barrios debía atacar por la retaguardia. El señor ministro de Guerra y Marina llevaría como asistentes al sargento mayor Luis Antonio González y al capitán José María delgado.
La suma de efectivos era de 18.000 hombres. Una fuerza de 7.000 hombres y ocho piezas de artillería permanecería como reserva y auxilio.
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Este contingente estaría bajo el mando del coronel José María Bruguez. El ataque debía iniciarse en el momento en que la columna de Barrios terminase de posicionarse en la retaguardia enemiga. Los Cálculos asignaban que el arribo de esta fuerza a la posición de ataque debía producirse como máximo a las 9 de la mañana de aquel 24 de mayo. Al hacerlo, Barrios (tenía que avisar con un cohete al coronel Bruguez para que éste disparase un cañonazo), disparo que sería la señal de ataque para todos los componentes.
Para el asalto al campamento aliado de Tuyutí, toda la artillería se remitió a solo cuatro pequeñas obuses y dos coheteras. Las razones argumentadas para tan escuálido armamento fueron dos: la rapidez de movimientos necesaria para la sorpresa sería trastornada por el arrastre de las pesadas baterías; en segundo lugar, estaba previsto de cualquier manera, el ataque con artillería, pero utilizando las piezas enemigas que fueran a capturarse. Para el efecto, los jinetes llevaban a grupa a los mejores y más expertos artilleros.
Con las primeras horas del día 24 de mayo, las fuerzas de López se adelantaron a ocupar sus posiciones. Hacía un frío glacial y de acuerdo a la versión de Juan E. O’Leary “los soldados paraguayos tuvieron que soportar a la intemperie el viento del Sud y la copiosa helada con las ropas mojadas y los pies desnudos”. Los contingentes a cargo de Díaz, Marcó y Resquín no tuvieron mayores inconvenientes en ocupar sus puestos, pero Barrios quien debía dar la señal de inicio del ataque tenía series dificultades para abrirse paso en una estrecha picada en la que los soldados iban de uno en fondo y desmontados. El avance era penoso y lento, con lo que se demoró en exceso el indispensable apronte de aquella fuerza. El operativo que debía culminar al rayar el alba, o a lo sumo a las 9 de las mañana, pero por la falta
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De preparación para la marcha de una gruesa columna por el monte, en el que iban los soldados como hormigas, uno detrás de otro, viéndose obligados los de la caballería a llevar sus caballos. Recién concluyó a las 11 y 55 de aquel día.
A esa hora, se produjo finalmente el disparo del cañón de la batería de Bruguez, que daba aviso del asalto. Para entonces, el campamento aliado se encontraban preparados y los soldados estaban sobre las armas, no solo por la expectativa del posible ataque, sino porque el estado mayor de la alianza había ordenado para esa fecha y a esa hora un reconocimiento general de los esteros circundantes. El primero en aparecer en el límite oeste del campamento de Tuyutí fue Díaz, cuyas tropas arrollaron la débil resistencia oriental. Simultáneamente, en el otro extremo de la línea, surgían desde los palmares de Yataity Corá los jinetes de Resquín, atacando el sector de los argentinos y cayendo sobre los escuadrones correntinos que cubrían el ala derecha.
Pero inexplicablemente, luego de arrasar con estos y desatendiendo el plan que le indicaba continuar hasta encontrar las fuerzas de Barrios para atacar juntos por la retaguardia, Resquín se dirigió contra el núcleo principal de las tropas argentinas cuyos batallones, amenazados por esa nube de jinetes que aparecían sobre sus flancos y espaldas, formaron rápidamente los cuadros.
Después de estas primeras cargas, la batería del centro enemigo comenzó a hacer un fuego horroroso, convirtiéndose en un volcán que vomitaba balas rayadas, pero a pesar de tan terrible fuego, los regimientos de Aguiar, impulso a su 2º jefe Martínez, que cayeron sobre la trinchera enemiga con un movimiento violento y muy rápido nunca visto, penetraron dentro de la línea,
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Dispersaron a los artilleros, quedando por un momento como dueños de los cañones que estaban abandonados. En esta circunstancia, cuando los artilleros sirvientes estaban contemplando sus piezas desde alguna distancia, aparecieron las reservas argentinas que cargaron a nuestra desorganizada gente, que por falta de protección nos llevaron los cañones.
Los brasileros en vista de las tremendas cargas de la caballería paraguaya, y a precaución, formaron cuadros con dobles filas. Si los paraguayos hubiesen tenido cañones, los hubieran hecho pedazos.
Martínez fue a la carga a sablazos, sin disparar un solo tiro y en medio de una gritería espantosa, haciendo dejarles mudos a sus cañones y dejando a los batallones orientales y brasileños del sector desechos, pero la artillería del Coronel brasilero Mallet inició un formidable cañoneo.
Desafortunadamente, fue víctima de una bala de cañón, que le llevó una parte de la carne del pecho, de cuya herida murió en el hospital dos o tres días después del enfrentamiento, a pesar de todos los ciudadanos que le prodigaron los facultativos por recomendación especial del Mariscal que lo apreciaba mucho. Antes de morir fue promovido a Sargento Mayor.
Pasado el estupor y el momento crítico en que los batallones y regimientos paraguayos debían recibir el apoyo de Barrios en ataque por la retaguardia del campamento aliado, el enemigo empezó a reorganizarse y sobre todo a reaccionar.
En la emergencia, la artillería de Mallet jugó un papel crucial. Al no ser rebasadas las líneas que protegían las piezas, ninguno de los artilleros paraguayos pudo llegar hasta los cañones enemigos, de acuerdo al plan previsto, definiendo la suerte de la batalla.
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En algún momento las piezas guarnecidas por los argentinos, cayeron en poder de los paraguayos. Pero atacados estos por una numerosa tropa de infantería enemiga, aquellos tuvieron que abandonar su presa y retirarse con grandes pérdidas.
Para entonces ya no hacía frío. Hace rato que el ardor del combate había elevado la temperatura. Los gritos de los combatientes, el áspero olor a pólvora y la humareda, que se extendía sobre el campamento, habían acalorado el aire de los esteros.
Ya tarde, cuando el resto de las tres columnas paraguayas habían terminado desgastados en estériles asaltos a las posiciones enemigas, apareció el General Barrios en el potrero Piris. Había demorado todo lo que sus compañeros Díaz, Resquín y Marcó tardaron en despedazar a sus fuerzas frente a los batallones y divisiones aliadas, esperando su arribo.
Hacía hace tres horas que había sonado el cañón de ataque, una acción que sin el indispensable complemento de la sorpresa de la retaguardia, resultó en un empeño loco, en un derroche estéril de heroísmo, algo así como un suicidio colectivo, en el que ciegamente se buscaba la muerte. Barrios arribaba cuando su aporte ya no era útil y las demás columnas paraguayas tampoco serían útiles.
La misión está ya frustrada. Esta vez, sin cañones de aviso ni clarines de victoria, sonó la hora de retirada para los paraguayos. Cinco horas había durado la batalla, con una baja de 6.000 combatientes muertos y 5.000 heridos para los aliados, además de altos oficiales muertos o heridos, se encontraba el General Antonio Sampaio, quien moriría el 6 de Julio siguiente como consecuencia de las heridas recibidas en el combate.
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En cambio, alrededor de 7.000 paraguayos murieron y aproximadamente tuvo la misma cantidad de combatientes quedaron heridos.
López no había logrado su propósito, pero tampoco el enemigo avanzaría de aquella posición. Permanecería en Tuyutí, casi dos años más.
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- SANGRIENTA BATALLA
Tuyutí fue la batalla más sangrienta habida hasta ese momento en América del Sur; entre 13.000 y 15.000 muertos en sus cinco horas de combate. Nos salvó de la derrota, se ve obligado a confesar Mitre- la sabia providencia del general Osorio (jefe de la división brasileña), que mandó colocar en una posición estratégica a la artillería imperial del coronel Emilio Luis Mallet. Allí se hundió toda la posibilidad del triunfo enemigo. Pero el desconcierto de Mitre impidió a los aliados aprovechar el triunfo. Si ese 24 de Mayo Mitre hubiera tenido conciencia de una victoria, habría ordenado la inmediata marcha hacia Paso-Pucú: López que se había jugado el todo por el todo, no estaba en condiciones de oponerle resistencia. Pero Mitre no sabía –como en Pavón- si había ganado o perdido, y resolvió quedarse en Tuyutí hasta esperar lo que hiciera López. Esa demora habría de pagarse cara: fue un triunfo malogrado –“la victoria sin cabeza”- que engendraría la malicie y la indisciplina entre los triunfadores.
Las costumbres bélicas contraídas en Uruguayana no se habían perdido: prisionero que caía en poder de los aliados, o iba a sus filas como “voluntario de la libertad” o a los cafetales como esclavo.
-Cuatro años más de guerra
Los brasileños, que atribuían el triunfo a Osorio, se quejaban de que Mitre retardase las operaciones. Después de Tuyutí no quiso dejar el campamento, hasta que el 2º Ejército brasileño al mando de Márquez de Souza, fuerte de 12.000 hombres, que se preparaba a entrar en Paraguay por la frontera brasileña, no viniera a reunírsele en su campo. Pero después, tampoco quiso salir esperando más refuerzos. Marqués de Souza y Osorio se opusieron a
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Mitre (ambos proponían marchar contra Paso-Pucú y de allí a Asunción), pero el General en Jefe era el General en Jefe. Osorio acabó por pedir su reemplazo; el Mariscal Polidoro da Fonseca Quintanilla Sordao lo sucedió. Mucho nombre y mucho grado.
No solamente quedó inmovilizado el ejército aliado en Tuyutí, pese a la victoria. Tampoco la escuadra brasileña, no obstante su triunfo en Riachuelo, avanzaba por el río Paraguay hacia su objetivo preciso de Humaitá. Una picardía paraguaya detenía a los buques del intrépido Tamandaré: una hilera de “damajuanas”1tendidas de costa a costa, que el almirante suponía que eran minas.
La guerra ya estaba ganada, pero se tardaría cuatro años en acabarla.
1: Recipiente de vidrio o barro cocido, de cuello corto, a veces protegido por un revestimiento, que sirve para contener líquidos.
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- CONSECUENCIAS DE LA BATALLA DE TUYUTI
En mérito a su buena actuación, López ascendió a muchos jefes y oficiales. Entre ellos, figuran los Coroneles Díaz y Bruguez, quienes alcanzaron el grado de General.
Posteriormente, el Mariscal organizó equipos de búsqueda de sobrevivientes de la catástrofe. Se encontraron numerosos heridos hasta 6 días después de concluida la batalla. El hambre y el dolor les carcomían hasta el alma. Todos ellos fueron trasladados a la Sanidad.
López, aprovechando la inactividad del enemigo luego de la batalla, reorganizó su ejército, formando nuevas unidades de los hombres que restaban después de la lucha. De esta manera logró formar 8 batallones de infantería y 4 regimientos de caballería.
En ese estado, el 14 de junio ordenó el desencadenamiento de un fuerte bombardeo sobre las posiciones enemigas. Pero, el alcance de nuestra artillería solo pudo alcanzar la vanguardia aliada comandada por el General Flores, cuyo puesto de comando fue destechado por una par de granadas cuando se encontraba de reunión con Mitre, salvándose ambos por milagro. Durante este primer día de bombardeo, los aliados perdieron a unos 80 hombres.
Los aliados contestaron la hostilidad con otro bombardeo igualmente intenso pero ineficaz debido a defecto en las espoletas de las granadas.
Para fines de junio del año 66, el ejército de López se hallaba compuesto por alrededor de 20.000 hombres.
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-Problemas con el medio ambiente
El serio problema del hedor y la posible contaminación del campo aliado por la enorme cantidad de muerte (entre ellos muchos paraguayos), el general Mitre determinó la decisión para el 27 de Mayo de quemar los restos de estos últimos. Varios grupos de soldados bajo la dirección del Dr. Biedman se encargaron de esta operación.
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CONCLUSION
Luego de las investigaciones realizadas en internet y en los diferentes libros que aportan los distintos autores, se puede concluir que Tuyutí, fue la batalla la más sangrienta de América del Sur y la más grande, cómo se llevó a cabo toda esta gran batalla, y también aprendí, que no hay que apostar todos tus hombres en una sola batalla porque puedes perder la guerra, como paso en Tuyutí, ya que al finalizar esta batalla, la guerra ya estaba ganada por los aliados de antemano.
Paraguay tenía 3 regimientos de batalla, entre ellos estaban el Coronel Díaz, Hilario Marco y Barrios como los comandantes. Barrios, era el único quien debía hacer una operación aparte.
Las decisiones erradas de una persona dominada por sus emociones, posibilitó en gran medida, que el número de bajas sea mucho mayor para nuestro ejército y para nuestro país.El 24 de mayo, 25.000 paraguayos, de los cuales, 7000, estaban en reserva, en cuatro columnas atacaron al ejército aliado, formado por 35.000 hombres. La sangrienta y denodada lucha da el triunfo a los aliados, abandonando López el campo después de perder alrededor de 14.000 hombres. Esta derrota fue fundamental para el éxito final de la guerra, por parte de los aliados.
Lastimosamente, la estrategia realizada por los paraguayos, falló. Resquín, debía aparecer pero la derecha de los enemigos, detrás de los palmares de Yataity Cora, Díaz debía estar a la izquierda de los aliados, en el Potrero Sauce, intentando estar lo más cerca posibles de los enemigos, sin ser vistos ni sentidos, y Barrios, debía caer sobre la retaguardia, haciendo una operación aparte. Máximo debía estar para las 9 de la mañana, pero por la estrecha picada y por la falta de preparación llegó a las 11:55.
Para esa hora, los aliados ya estaban todos posicionados con sus armas en las manos, primero, por la expectativa del ataque, y segundo porque a esa hora, el estado mayor de la alianza, había quedado que todos los soldados iban a hacer el recorrido de los esteros entre los alrededores.
Una vez terminada la guerra, como paraguayos, perdimos gran parte de nuestro territorio, ambicioso deseo de nuestros vecinos brasileros, entre otros, por el sólo hecho que nuestros ríos Paraguay y Paraná, tienen sus nacientes en su territorio.
Todas las batallas junto a la de Tuyutí, que conformaron la desigual guerra ante nuestro país por parte de nuestros vecinos Argentina, Brasil y Uruguay, dejaron a un Paraguay que prometía un fuerte desarrollo industrial, que fue el primero en Sudamérica en poseer ferrocarril y telégrafo, prácticamente exterminado. La población que superaba 1.300.000 habitantes, quedó reducida a poco más de 200.000, de los cuales el 90% eran mujeres, niños, ancianos y extranjeros.
La nación paraguaya nunca pudo recuperar su antiguo esplendor. El Paraguay antes de la guerra, representaba la civilización.La industria y el comercio sufrieron un rudo golpe, las familias se quedaron sin hogares ni templos ni hospitales, pues lo que no estaba destruido, estaba saqueado. Sin organismos jurídicos y culturales, se debía empezar a formar de nuevo a un país.
Antes de la guerra, el Paraguay no tenía deuda pública, pues le bastaban sus recursos. Habituado a vivir de recursos interiores, era un pueblo a prueba de bloqueos y de sitios.
Al finalizar la guerra grande, Paraguay queda con una gran deuda externa y con un arduo trabajo de reorganización.
Con este trabajo, espero que el lector reconozca la traición con la que los gobiernos vecinos promovieron una inútil guerra en contra de “una persona”, no en contra de nuestro país, pero por sobre todo, el heroísmo de nuestros ilustres antepasados, junto al amor y la pasión a su tierra, que no consiguieron lo que buscaban: LA PAZ.
ANEXOS
MUJERES FIELES DE LA PATRIA
¿Alguna vez pensaste que torturarían a mujeres que nunca hicieron nada malo? ¿Sabría usted, todo lo que las mujeres pasaron en la guerra de la Triple Alianza?
La novela Pancha y el cuento El final de la Odisea nos da una idea de cómo las mujeres tuvieron que vivir aquellos tiempos, resaltando algunos detalles tan desagradables.
El Paraguay pronto sería un país de mujeres, los hombres estaban en la guerra, eran las mujeres quienes sostenían la tierra, eran las que plantaban y las que cosechaban, las que cuidaban a los niños, los enemigos les robaban todo cuanto querían, pero no les mataban, porque eran buenas trabajadoras y ellos se alimentaban de sus cosechas.
Las mujeres eran tan corajudas como los hombres, pero con un coraje más tranquilo. Enfrentaron la persecución y el hambre, y en vez de matar ayudaban a vivir.
Como veo, las mujeres sufrieron mucho. En definitiva, gracias a ellas estamos hoy en día, ya que se casaron con los sobrevivientes y repoblaron el Paraguay.
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Imágenes:
En la imagen superior, observamos cómo está actualmente el campo de Tuyutí y también, ya podemos imaginarnos porqué murieron más de 10.000 personas, ya que el campo era y sigue siendo muy abierto.
En la imagen inferior podemos observar una de las trincheras paraguayas.
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BIBLIOGRAFIA
- Fuentes bibliográficas
CARDOZO, Efraín. Paraguay Independiente. Edición Nº 1.
Asunción: Carlos Schauman. 1987
CENTURION, Juan. Memorias. Edición Nº 1.
Asunción: El Lector. (s/a)
ROSA, José María. Historia Argentina.
Buenos Aires: Oriente. 1974
RUBIANI, Jorge. Guerra de la Triple Alianza. Edición Nº 1.
Asunción: Azeta. (s/a)
- De páginas webs:
http://www.lagazeta.com.ar/efemerides.htm
Batalla de Tuyutí - Guerra del Paraguay
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Enviado por: | Guillermo |
Idioma: | castellano |
País: | Paraguay |