Biología, Botánica y Zoología


Atmósfera e hisdrofera


ECOLOGÍA

En relación con la atmósfera y la hidrosfera

La variedad de ecosistemas en la Tierra, (los componentes del ecosistema), está fuertemente influida por la variedad climática. La cantidad de radiación recibida por la Tierra, al no ser uniforme en todos los puntos, es el factor que más afecta a esta variedad climática. Son distintos los factores ambientales que se ven afectados por esa cantidad de radiación.

TEMPERATURA

La energía solar calienta la atmósfera, así como la superficie terrestre y los mares. Tan sólo la mitad de la energía solar llega a la superficie terrestre; el resto es interceptada por la atmósfera, que la absorbe o la refleja de nuevo al espacio. La temperatura del aire varía considerablemente no sólo a escala mundial, sino también en un mismo sitio, según el momento del día y la estación del año que sea. Como norma, el calor predomina en las proximidades del ecuador (por llegar a estas zonas los rayos solares de modo más perpendicular) durante todas las estaciones y en las latitudes más altas durante el verano del hemisferio al que nos referimos. El día suele ser más caluroso que la noche en todos los lugares. El frío caracteriza a los polos en todas las estaciones, y a las regiones de latitudes medias en el invierno del hemisferio al que nos estamos refiriendo. Estas variaciones térmicas estacionales son consecuencia de la inclinación del eje de la Tierra con respecto al sol.

HUMEDAD

La atmósfera contiene vapor de agua. Cuando éste se condensa se producen las precipitaciones en forma de lluvia, nieve, aguanieve o granizo. Las mayores precipitaciones tienen lugar en las regiones más próximas al ecuador. A medida que nos aproximamos a los polos, las precipitaciones disminuyen. Aquellas zonas que se encuentran a barlovento (a favor del viento) en las zonas montañosas son más húmedas que las localizadas a sotavento, es decir donde no sopla el viento. Las regiones más secas del planeta se encuentran en el centro de las grandes masas de tierra y en las zonas subtropicales a ambos lados del ecuador.

PRESIÓN ATMOSFÉRICA

Gracias a un eficaz sistema de intercambio global de energía, las regiones ecuatoriales no se queman, ni las regiones polares se congelan por completo. El sol calienta la tierra de forma desigual; la forma esférica del planeta, el movimiento de rotación y la desigual distribución de las masas de tierra y de agua contribuyen a este calentamiento desigual.

La presión atmosférica es un factor muy importante en la distribución climática. Sabiendo que presión es la fuerza que se ejerce por unidad de superficie, podemos definir la presión atmosférica es la ejercida por el aire de la atmósfera. La presión atmosférica es una presión no dirigida, es decir, es ejercida por igual en todas las direcciones.

La presión atmosférica varía según la densidad del aire y esta densidad estará directamente afectada por la humedad y la temperatura. Con el aumento de temperatura, las partículas que conforman los gases de la atmósfera tienden a expandirse. Por otro lado, cuando existe un aumento en la cantidad de vapor de agua de la atmósfera, menos denso que el resto de los gases que la componen, hace que la mezcla de gases sea menos densa. Así, el aumento de estos factores, temperatura y humedad, disminuirán la densidad del aire, y por lo tanto, harán disminuir también la presión. Ocurrirá lo contrario cuando la humedad sea escasa y las temperaturas sean bajas.

Así, el aire cálido, más ligero, tiende a ascender y el aire frío, más denso, desciende. Estos movimientos de ascenso y descenso del aire (corrientes de convección) crean zonas de diferente presión y éstas a su vez crean los vientos atmosféricos, que actúan conjuntamente con las corrientes oceánicas para distribuir el calor por todo el globo terráqueo. Las zonas de baja presión se localizan en el ecuador y en torno a los 60° de latitud en los hemisferios norte y sur. Las zonas de alta presión se encuentran en los polos así como en los subtrópicos a 30° de latitud norte y sur.

Estas corrientes atmosféricas no mantienen su sentido norte/sur, en el hemisferio norte, y en el sentido contrario en el hemisferio sur. En el movimiento de rotación, la atmósfera es arrastrada por la Tierra, aunque con cierto desfase temporal, estableciéndose así corrientes cruzadas en sentido transversal (suroeste-este, en el hemisferio norte, y sureste-oeste y noroeste-este en el hemisferio sur.)

'Atmósfera e hisdrofera'

Distribución de las corrientes de aire en la atmósfera.

Tanto la distribución tierra/mar en la Tierra, intervienen en la distribución del clima. Encontraremos zonas más húmedas o áridas dependiendo de si la trayectoria de la corriente ha pasado por zonas húmedas, como puede ser un océano, o no. El relieve también es importante, al interferir en la trayectoria del viento, como puede ocurrir en el caso de una cordillera que corte la corriente húmeda, creando una zona desértica tras de sí.

LA HIDROSFERA

Es la capa líquida de la Tierra. Es una capa discontinua que abarca un 80% de la superficie de la misma.

Distribución del agua de la hidrosfera

Océanos y mares

97%

Glaciares

2,2%

Aguas subterráneas

Aguas superficiales (ríos y lagos)

Agua en suspensión en la atmósfera

Aunque es una capa discontinua, el agua de la hidrosfera se traslada de unos depósitos a otros por medio del ciclo del agua.

OCÉANOS Y MARES

Están principalmente compuestos por agua y sales (3'5 ó 3'6 %). Estas sales son, en su mayoría, cloruros, sulfatos y carbonatos, de sodio, potasio, calcio y magnesio. Cualquier elemento químico está contenido, aunque en pequeñas cantidades, incluso infinitesimales, en el agua del mar.

Las aguas de los océanos están también afectadas por movimientos, que son producidos por mareas, corrientes y oleajes.

El oleaje

Las olas son movimientos ondulatorios de tipo circular retrógrado, inducidos en la superficie marina por los movimientos dominantes. El oleaje, al ser un movimiento ondulatorio, transporta energía, no materia, es decir, no es una corriente de agua. El agua se mueve por esta ondulación sin trasladarse. Sin embargo, cuando la ola llega al rompiente, el movimiento circular se ve interrumpido por el suelo, lo que hace que el agua `corra' por la orilla.

El oleaje produce mucha energía, que descarga en la zona costera, por lo que ésta se ve muy afectada por la erosión. En definitiva, esa energía proviene de las radiaciones solares que, provocando bajas presiones en la atmósfera, producen los vientos que originan el oleaje.

Las mareas

Una marea es el movimiento regular y periódico de las aguas del mar que cubren y abandonan sucesivamente la orilla, debido al ascenso y descenso alternativo del nivel del mar, por influjo de la Luna y el Sol. Cuando la Luna está situada directamente sobre un determinado punto de la superficie terrestre, ejerce una poderosa atracción sobre las aguas y el abombamiento producido genera una amplia ondulación en alta mar. Al mismo tiempo, las aguas más distantes a la luna también se elevan como consecuencia de la fuerza centrífuga de los sistemas Tierra-Luna. Esto significa que siempre existen dos zonas terrestres de mareas altas. La marea baja se produce en las zonas situadas entre estas mareas altas.

Las mareas se alternan en un ciclo continuo, que suele durar unas 12 horas y 20 minutos.

Las mareas llegan a su punto álgido al amanecer y al anochecer. El seguimiento gravitatorio del agua hacia la Luna tiene cierto desfase

'Atmósfera e hisdrofera'

'Atmósfera e hisdrofera'

'Atmósfera e hisdrofera'
'Atmósfera e hisdrofera'

Las corrientes

Son `verdaderos' ríos dentro del mar: existe un transporte de agua real. El origen de las corrientes es muy diverso; pueden estar generadas por el oleaje, ligadas a las desembocaduras de los, etc. La causa más importante es el viento. Pero, en general, se producen por diferencias de densidad en el agua, que a su vez pueden estar originadas por diversos factores. El más importante es la diferencia de temperatura (agua cálida / menor densidad, agua fría / mayor densidad). La salinidad es también influye en la densidad; los mares pequeños y cerrados suelen sufrir más los efectos de la evaporación, por lo que su salinidad y densidad son más elevadas.

La importancia de las corrientes radica en que redistribuyen el calor en el agua, así como los nutrientes a los ecosistemas marinos.




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Enviado por:Carmen Verdugo Morilla
Idioma: castellano
País: España

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