Arte
Arte griego
Colegio “San Ignacio”
Octavo grado “C”
Historia del Arte
País situado en el sureste de Europa. Ocupa la parte más meridional de la península de los Balcanes y comprende numerosas islas. Limita, al noroeste, con Albania; al norte, con la Ex-República Yugoslava de Macedonia y con Bulgaria; al noreste, con Turquía; al este, con el mar Egeo; al sur, con el mar Mediterráneo y, al oeste, con el mar Jónico. Su superficie total es de 131.957 km², de los cuales aproximadamente una quinta parte corresponden a las islas de los mares Egeo y Jónico. Su capital es Atenas.
Grecia está dotada de unos recursos naturales de bajo valor económico. Menos de una tercera parte de la tierra es cultivable; el resto se compone en su mayoría de montañas improductivas. Los bosques, muy abundantes en la antigüedad, han disminuido en gran medida, aunque en la actualidad todavía ocupan un 50,5% de la superficie nacional. La erosión de los suelos ha dificultado los esfuerzos de repoblación forestal.
La unidad monetaria de Grecia es el dracma.
Desde el neolítico, la península griega está culturalmente ligada a las islas del Egeo y las costas occidentales de Asia Menor. Sus numerosos puertos naturales a lo largo de las costas y la gran cantidad de islas cercanas han contribuido al desarrollo de una civilización marítima homogénea. Pero su homogeneidad cultural no implicaba la política. Los sistemas montañosos y los profundos valles dividieron la península en pequeñas unidades políticas y económicas, ligeramente mayores en extensión que una ciudad y su territorio circundante.
El arte griego se caracterizó por la representación naturalista de la figura humana, no sólo en el aspecto formal, sino también en la manera de expresar el movimiento y las emociones. El cuerpo humano, tanto en las representaciones de dioses como en las de seres humanos, se convirtió así en el motivo fundamental del arte griego, asociado a los mitos, la literatura y la vida cotidiana.
Se conservan pocos ejemplos intactos o en su estado original de la arquitectura y escultura monumental, y en el ámbito pictórico no se conocen grandes ciclos decorativos. Sin embargo, se conservan importantes piezas de cerámica, monedas, joyas y gemas que, junto con las pinturas funerarias etruscas, nos ofrecen algunas pistas sobre las características del arte griego. Estos restos se complementan con relatos extraídos de fuentes literarias.
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Período Arcaico:
Los griegos, conocedores de los templos en piedra de los egipcios, comenzaron en el siglo VII a.C. a construir sus propios templos con un estilo personal y distintivo. Utilizaron la piedra caliza en el sur de Italia y Sicilia, el mármol en las islas griegas y en Asia Menor, y la caliza revestida con mármol en el continente. Más tarde, emplearon principalmente el mármol. El templo tipo era de planta rectangular elevado sobre una pequeña base escalonada llamada crepidoma y estaba situado en un recinto donde se llevaban a cabo las ceremonias rituales. Los templos pequeños presentaban un frente porticado con dos columnas (in antis), a veces con otra fila de columnas delante del mismo (próstilo). Los templos más grandes, con pórticos en ambos extremos (anfipróstilos), podían tener un vestíbulo de seis columnas antes de cada uno de sus pórticos, o estar totalmente rodeados por un peristilo (perípteros). La columnata sostenía un entablamento, o dintel, bajo un tejado a dos aguas.
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Período clásico:
La mayoría de los templos de la alta época clásica eran de orden dórico. El templo de Zeus en Olimpia (mediados del siglo V a.C.), proyectado por Libón de Elis, es un ejemplo excepcional. Sus columnas relativamente esbeltas indican una reacción contra las proporciones pesadas del dórico de la época arcaica.
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Período helenístico:
El estilo dórico continuó utilizándose en los templos pequeños y en los cuerpos inferiores de los edificios de dos plantas. En Asia Menor se construyeron grandes templos jónicos, como el períptero de Apolo en Dídimo (c. 300 a.C.), con sus dos columnatas jónicas de 10 columnas en el frente y 21 por cada lado. Las columnas corintias se utilizaron en mayor medida que en épocas anteriores, como se observa en el templo de Zeus en Atenas u Olimpeión, iniciado el 174 a.C. por encargo del rey sirio Antíoco Epífanes.
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Orden dórico:
La columna dórica, que se comenzó a emplear hacia el siglo VII a.C., no tiene basa, de modo que el fuste asciende directamente desde el estilóbato hasta el capitel. El perfil de su fuste robusto presenta un ligero abombamiento conocido con el nombre de éntasis, y sobre su superficie aparecen acanaladuras o estrías verticales, que se transmitieron al resto de los órdenes griegos. El capitel dórico es abstracto, se compone de dos elementos geométricos sin decoración escultórica: el primero, llamado equino, es una sección ascendente de esfera en forma de disco, mientras que el segundo, el ábaco, es un prisma recto de base cuadrada sobre el que descansa el arquitrabe. El capitel dórico es una de las más hermosas creaciones del arte griego, la combinación de sus dos formas (el equino circular y el ábaco cuadrado) constituyen un efectivo tránsito visual entre la sección circular de la columna y la sección cuadrada del entablamento. En éste se superponen el arquitrabe, el friso formado por triglifos, metopas y la cornisa. El orden dórico, por su robustez y sobriedad, tuvo una significación masculina y se empleó para los templos levantados en honor de dioses varones. El Partenón, templo dórico, estaba dedicado a una diosa guerrera y en su advocación más masculina, como Atenea Parthenos. Inicialmente las columnas dóricas tenían poca altura (9 módulos), pero en tiempos de Pericles llegaban a 11 módulos.
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Orden Jónico:
Tiene como normas fundamentales columnas con basa moldeada en forma de discos superpuestos, el fuste cuenta con astrágalo entre las estrías y el capitel cuenta con volutas y un ábaco muy reducido y trabajado. El arquitrabe tiene tres franjas horizontales, un friso que puede ser liso o con relieves.
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Orden Corintio:
Se caracteriza fundamentalmente por el capitel formado por dos cuerpos, el inferior con doble fila de horas de acanto y unos caulículos o tallitos que surgen entre estas hojas y se enroscan en los ángulos y centros; el ábaco es curvo y más fino, y el entablamento sigue el modelo jónico, más enriquecido por molduras o elementos decorativos. El orden compuesto, muy tardío, funde las formas del capitel corintio, del que toma las hojas de acanto, y del jónico, del que repite las volutas. El tamaño de las columnas responde a una proporción o canon, tomando como unidad de medida o módulo, el diámetro del fuste en su base, de igual manera que en la escultura se toma el tamaño de la cabeza como módulo para la representación ideal del cuerpo humano.
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Enviado por: | Gaby |
Idioma: | castellano |
País: | Venezuela |