La Edad Media es por sobre todo una era teológica donde Dios es el centro al cual apuntan las artes plásticas y la literatura del momento. Esto puede verse en muchísimas obras artísticas que nos quedan de este período medieval.
Un ejemplo puede ser la catedral de Chartres del siglo III perteneciente al estilo gótico. En su fachada se encuentran
esculturas de piedra representando a la Virgen con el niño; a un personaje religioso con los tres dedos levantados como signo de oratio y un rollo de papel en la mano, etc. En estas figuras se pude observar los rostros impasible y su hieratismo ya que no demuestran ningún sentimiento ni trasmiten ningún movimiento en especial.
TRANSICIÓN A LA EDAD MODERNA:
La transición de la Edad Media a la Edad Moderna implica un cambio de pensamiento. Se produce la individualización de la persona. Esto produjo, como es de esperarse, un cambio en el arte. En un fresco del Giotto sobre la renuncia a los bienes de San francisco de Asís podemos ver rostros, formas y gestos inspirados en la realidad. La temática sigue siendo religiosa pero es cada vez más realista. Las figuras se mueven dentro de un espacio, los edificios tienen profundidad, hay una humanización de la figura y el espacio.
En otro fresco del Giotto del mismo ciclo que el anterior en la que se representa una escena en la cual un noble tira su manto al suelo para que San Francisco pase se puede ver como el realismo da una representación del espacio existente.
Ya a mediados del siglo XV podemos ver en el Nacimiento de Venus de Boticcelli una nueva concepción del cuerpo expresada en figuras rotundas y voluptuosas. El rostro de la Venus es un retrato de una chica florentina. En esta obra aparece lo mitológico como tema principal.
En otra obra de Boticcelli que representa la adoración de los reyes magos se puede ver la escena religiosa tratada de un modo totalmente distinto. El establo es un edificio en ruinas que da una sensación de espacio real.
La Mona Lisa de Da Vinci es una de las obras más notables del renacimiento. Es el retrato de una señora llamada Lisa -Madona Lisa. Es también conocida como la Giconda ya que lleva el apellido de su marido, Giocondo un burgués acaudalado, que encargó la obra a Da Vinci. Puede verse a través de esta la importancia del retrato ya que hace a la individualización de la persona. Otras obras que nos sirven de ejemplo son el retrato de una joven y la anunciación de Da Vinci en los que podemos ver como era el hombre de esa época y como representaban a las figuras religiosas vestidas con ropas de el momento.
Otras de las obras más importantes del Renacimiento son las escenas pintadas por Miguel Angel en el techo de la Capilla Sixtina.