Arte


Arte en el Camino de Santiago


INTRODUCCION


En la primera mitad del siglo IX, se descubrió un sepulcro considerado como del Apóstol Santiago y que muy pronto dio vida a un santuario que atrajo numerosos fieles. No se detuvo desde entonces la afluencia de peregrinos, rivalizando con la fama de Roma y Jerusalén. Se van fundando prioratos y hospitales para albergar a los peregrinos.
Hacia 1140 se escribió el código "Calixtino", donde junto a narraciones de milagros del Apóstol, contiene una curiosa guía que describe el itinerario desde Francia hasta Santiago. El itinerario jalonado por hospederías, monasterios, templos y lugares que fueron escenario de milagros diversos, acabó convirtiéndose en una ruta monumental de primer orden.

El camino de Santiago vinculó a gentes muy diversas al calor de ideales religiosos y debió facilitar la presencia de numerosos artistas itinerantes que anudaron el estilo a un lado y a otro de los Pirineos.
España aportó fórmulas decorativas de sabor oriental y ciertos elementos arquitectónicos que habían madurado en tierras musulmanas. Los mozárabes, cristianos emigrados de Andalucía, pudieron llevarlas a la Meseta. De Francia llegaron sistemas arquitectónicos gestados en buena parte del mundo carolingio. También pueden señalarse nexos con el arte lombardo en Italia o con el que se desarrolló en tierras de Alemania en época de los Otones.

LA CATEDRAL DE JACA

Construida, en el último tercio del siglo XI, viene a ser el modelo de todo el románico español. Distinguimos la solemnidad del atrio principal que se considera historia del románico como una portada especialmente singular por sus dimensiones y por su sobriedad ocupa un destacado nivel en la historia de las portadas románicas. Muy significativa para los peregrinos del camino francés a Santiago de Compostela. Se dice que era el lugar donde se tomaba conciencia de penitente por el cambio del corazón que se exigía a sí mismo el peregrino.


En el crismón del tímpano de esta puerta occidental, los peregrinos veían significado todo su mundo interior: confesaban que Jesucristo es Dios, reconocían el misterio de la Trinidad Santísima, sometían sus pecados a quien los puede perdonar, se sentían libres y protegidos para realizar su camino. Las leyendas que

aparecen en el crismón describen e interpretan todo los signos.

Enmarcan esta joya del románico una serie de capiteles, tres historiados con la figura de Daniel en el foso de los leones de Babilonia a quién lleva alimento el profeta Baruc, y uno vegetal con las típicas hojas del acanto. Estilizados fustes, típicas bolas de los plintos y fragmentos de ajedrezado jaqués completan el románico de esta entrada.
Ya en el interior del templo nos encontramos con un espacio típicamente románico: planta basilical con tres naves, crucero de la misma altura y anchura que la nave central y cabecera con tres ábsides que se corresponden con las tres naves. Elegantísima resulta la estructura de los muros entre las naves, con los sencillos arcos de medio punto de una bellísima sobriedad. La alternancia de las pilastras cruciformes, con columnas cilíndricas adosadas en sus cuatro lados, dan originalidad al edificio.
La decoración del románico es mínima. Hace escuela el llamado "ajedrezado jaqués", o "jaqueado", en tres líneas paralelas.

SANGÜESA

IGLESIA DE SANTA MARIA

La portada es lo más importante del templo. Enmarcada por sendos estribos, en los que se han empotrado anárquicamente diversas esculturas. La portada se divide en dos cuerpos: el superior constituido por una arquería con los apóstoles, y el inferior con las arquivoltas, tímpano, dintel y enjutas.

Flanquean la portada tres pares de columnas con estilizadas estatuas adosadas. Las de la izquierda representan a María Magdalena, María la Madre de Cristo y María madre de Santiago, con sus nombres escritos en los libros que porta cada una. La indumentaria es aristocrática inspirada en el pórtico de la catedral de Chartres. Las de la derecha con San Pablo, San Pedro y Judas ahorcado, con el cuerpo más corto que las demás estatuas. El autor escribió su nombre en el libro que porta la Virgen, Leodegarius me fecit, me hizo Leodegario.

Los magníficos capiteles representan la Anunciación, la Presentación de Jesús en el templo, la degollación de los Inocentes. Las arquivoltas recogen una colección de modelos iconográficos, protegiendo el tímpano en el que se describe el Jucio Final. Preside la figura de Cristo, escoltado por cuatro ángeles. A la derecha del Juez están los bienaventurados, y los réprobos a su izquierda. Entre éstos se encuentra San Miguel pesando las almas. En el dintel, bajo la arquería de las columnas torcidas, se cobijan la Virgen y los doce apóstoles. La escultura del dintel, sobre todo el Cristo Juez, está inspirada en la de Moissac y otros templos del Languedoc.

Entre las esculturas de las enjutas destacan los relieves de la parte superior derecha, donde aparece el guerrero Sigurd matando al dragón Fafner. Debajo, el barbudo herrero Regin forja la espada mientras Sigurd se le acerca llevando el corazón del dragón. Los relieves de Sangüesa están emparentados de entre las iglesias noruegas en que figura esta leyenda, con la de Hyllestad.

Tímpano y arquivoltas fueron rehechos hacia 1200, fecha en que se montó este retablo pétreo, aprovechando otros materiales.

El apostolado del friso superior se cobija bajo arquerias de medio punto con capiteles dobles y pares de columnas. Preside desde una hornacina arquitrabada la Majestad del Señor, rodeada de los símbolos de los Evangelistas. Las caras cuadradas de ojos almendrados, las grandes manos rectangulares y las incisiones de los pliegues de la indumentaria, denuncian el influjo de una escuela aragonesa que trabaja en San Juan de la Peña, San Pedro el Viejo de Huesca y otros templos.

La escultura de la cabecera (capiteles) está directamente influenciada por Jaca. En la portada, Sangüesa y Navarra reciben a Europa entera mostrando al peregrino y al viajero un rico muestrario de escultura románica en este retablo de piedra incomparable.

EUNATE


La iglesia de Santa María de Eunate se construye durante la segunda mitad del siglo XII, coincidiendo con un cierto auge constructivo que se produjo en áreas urbanas y rurales de Navarra, y en especial, en las áreas más próximas al Camino de Santiago. Sus orígenes no están lo suficientemente claros, lo que ha motivado que se sucedan planteamientos con muy distintas hipótesis una de ellas, es la que sugiere un origen templario.

Respecto a la arcada exterior, su historia constructiva es tan compleja como la de la iglesia, barajándose también diversas teorías sobre su origen y finalidad. El primer problema a dilucidar es si dicha estructura, con la disposición poligonal es contemporánea de la iglesia o responde a un momento posterior. Algunos investigadores apuntan la posibilidad de que la arquería es mucho más reciente que la iglesia. Basan esta hipótesis en las evidentes diferencias que existen entre las columnas que sostiene sus ocho lados. En efecto, mientras que tres de las arcadas están sostenidas por columnatas pareadas con capiteles románicos, las otras cinco son sustituidas por pilares sencillos de sección cuadrangular sin capitel. En su conclusión, afirman que la arquería, tal y como hoy la conocemos, habría sido edificada en la misma época a la que pertenecen sus cinco lados más sencillos (siglo XVII).

La mayoría de los especialistas descartan esta posibilidad, y consideran que el claustro con su disposición actual es coetáneo del edificio. Este habría estado desde su construcción, constituido por columnas y capiteles semejantes a los que se conservan. En todo caso, en el siglo XVII se habría llevado a cabo una reconstrucción del mismo, debido a que parte de los arcos y columnas se encontrarían desmoronados y amenazarían ruinas.

Otra de las incógnitas que plantea la arquería se refiere a la posibilidad de que fuese completamente independiente al templo o en un momento determinado hubiese estado adosado al mismo formando una especie de deambulatorio o galería cubierta. Dentro de este mar de dudas e incógnitas, lo que si conoce con certeza es que Eunate fue siempre un templo dedicado a la Virgen. El templo de Eunate siempre estuvo presidido por una talla románica de la Virgen con el Niño de finales del siglo XII o comienzos del XIII, desaparecida en la actualidad.

PUENTE LA REINA

Situado sobre el río Arga, es uno de los puentes medievales mejores y más famosos de todo el Camino de Santiago. Realizado en piedra, presenta seis ojos de medio punto entre estribos horadados, en su parte superior, por pequeños arquillos. Tradicionalmente se fija su cronología en el siglo XII.

Todavía conserva la puerta que lo comunicaba con el recinto urbano. En el medio del puente existió una capilla en la que se veneraba una escultura de la Virgen; de su cuidado, según la tradición, se encargaba un "chori" o pájaro, que la lavaba con agua del río. La imagen se trasladó en 1834 a la iglesia de San Pedro.



ESTELLA


El rey de Aragón, Sancho Ramírez, deseoso de facilitar a los peregrinos la travesía de Aragón y Navarra, fomentó la formación de núcleos urbanos. Así, en 1090 desvió ligeramente el primitivo trazado del camino de peregrinación; asimismo, decidió construir un castillo y establecer una población de «francos» en el territorio de Lizarra, en la orilla derecha del Ega, al pie de un pequeño relieve rocoso. Estella alcanzó su apogeo en el siglo XIII, para comenzar su decadencia en el primer cuarto del siguiente.

SAN PEDRO LA RUA


Iglesia de planta netamente románica se edificó en tiempos del rey Sancho Ramírez. Su portada lobulada tiene una influencia oriental, que se revela en sus lóbulos, y en los relieves lapidarios de las jambas de la entrada.
Planta, ábside central y laterales, así como las absidiolas y columnas centrales, son totalmente románicas, y a medida que avanza la construcción, aparece la transición al gótico.
En esta parroquia tenían lugar la jura de los Fueros, por parte de los reyes de Navarra.

El Claustro románico del siglo XII, evoca el singular claustro de San Juan de la Peña, de cuyo Abad dependía éste jurisdiccionalmente. Faltan las dos alas Este y Sur, que fueron destruidas al ser volado el fuerte de los reyes de Navarra, que estaba en lo alto de la peña. El ala Oeste, además de la columna cuádruple, tiene la doble columnata del románico y los capiteles zoomorfos y floreados.

El ala Norte es de capiteles historiados: el primero empezando por la puerta de entrada, representa la prisión y liberación de San Pedro. El segundo y el tercero el martirio de San Andrés. El cuarto, el martirio de San Lorenzo. El quinto, la lucha apocalíptica de Gog y Magog. El sexto, séptimo y octavo, son escenas de la vida de Jesucristo de una belleza y simplicidad extraordinaria.

TORRES DEL RIO

Entre Estella y Viana se encuentra esta localidad navarra, en la que se erige hacia 1200 la iglesia del Santo Sepulcro, una de las construcciones más exquisitas, armónicas y con mayor personalidad de todo el Camino de Santiago.

LA IGLESIA DEL SANTO SEPULCRO

El gran octógono de esta iglesia se cubre mediante una cúpula de ocho nervios entrecruzados, que dejan libre la clave de la bóveda. Su origen debe buscarse en la Córdoba califal del siglo X, en cuya mezquita, aún hoy, se conservan cubiertas similares (en su maqsura, o zona noble, reservada para el califa, junto al mirhab y muro de qibla de la oración).

LOGROÑO


Su estructura urbana, típicamente caminera, es la de una población alargada en torno al camino. Se articulaba, originariamente, en diez barrios con sus respectivas iglesias, provistas, algunas de ellas, de hospital u hospedería.

IGLESIA DE SANTIAGO

Fue posiblemente el templo medieval más importante de la ciudad, lugar de paso obligado de los peregrinos en su caminar a Compostela. Nada queda del primer edificio tras su completa reforma, llevada a cabo en el siglo XVI. Las obras se iniciaron en 1513; el maestro Pedro Urruzumo concluyó sus bóvedas estrelladas en 1560, momento en que Martín de Landerrain comenzó la torre. Se trata de un elegante edificio perteneciente al llamado "estilo Reyes Católicos".

En el siglo XVII se le añade una gran fachada barroca, construida por Juan Raón hacia 1660. Remata esta fachada un enorme relieve de Santiago Matamoros.

IGLESIA DE SANTA MARIA DEL PALACIO


Debe su nombre a la donación que Alfonso VII de Castilla, "el Emperador", realizó de su palacio, en 1130, al canónigo Giraldo, para que se erigiera la primera fundación de la orden del Santo Sepulcro en el reino castellano. Gracias a dicho soberano la iglesia ostenta también el título de imperial.

Poco queda del templo románico del siglo XII. Destaca su famosa aguja gótica piramidal del siglo XIII, de base hexagonal, en la que se disponen airosos frontones muy apuntados, horadados por una ventana de tracería de doble lanceta rematada por un óculo lobulado.

NAJERA

COLEGIATA DE SANTA MARIA LA REAL

Antiguo monasterio cluniacense fundado en el siglo XI por el rey navarro García VI, hijo de Sancho III el Mayor de Navarra. El antiguo templo románico fue sustituido por la fábrica gótica actual, levantada a mediados del siglo XV bajo el priorazgo de don Pedro Martínez de Santa Coloma.

Junto al templo, en el lado del evangelio, se levanta el claustro de los Caballeros, en donde recibieron sepultura buen número de nobles. Fue realizado en la primera mitad del siglo XVI, en estilo gótico final. Su planta es rectangular y sus tramos se cubren con bóvedas estrelladas. Llaman la atención las tracerías y los profusos calados de los tímpanos de los tramos de las galerías.

Consta de tres naves con transepto, y está rematada hacia oriente por una cabecera con girola de siete tramos (a los que se abríantres absidiolos semicirculares, de los que hoy sólo se conserva el central). Sobre la cabecera se dispuso una sorprendente tribuna cubierta con cuarto de cañón. Cabecera y transepto se realizaron en este momento del tardorrománico, aunque el trazado original fue muy transformado entre fines del siglo XV y principios del XVI, debido a un desplome y a los trabajos de recubrimiento de la capilla mayor con una espectacular bóveda estrellada (realizada entre 1529 y 1531 por Juan de Rasines). Destacan en esta zona, los frentes de las pilastras del deambulatorio, en los que se talló, a modo de retablo de piedra, un árbol de Jesé.

Las naves corresponden ya al estilo gótico; sus muros están realizados con sillares de arenisca, al igual que los soportes. Los soportes son de núcleo cruciforme con columnas adosadas en los frentes y en los codillos; sobre ellos voltean las bóvedas de crucería: cuatripartita sencilla, en las laterales, y octopartita, en la central. En el siglo XIV, las obras llegaron ya hasta los pies del templo y se realizaron el claustro y la sala capitular.

La puerta de Sarmental está situada en la fachada sur del crucero. Es la más antigua de la catedral, se puede fechar en torno a 1230-1240.

El cuerpo inferior corresponde a la portada propiamente dicha. En el tímpano está esculpida la Maiestad con el Tetramorfos. El tema, de influencia francesa (Chartres), Cristo, coronado y sentado en su cátedra, trasmite su palabra a los cuatro evangelistas que copian afanosos en sus atriles. Los evangelistas aparecen con sus respectivos símbolos y tocados con un birrete típico de los mercaderes medievales burgaleses. La imagen de Cristo se parece a la del Beau Dieu de Amiens. En la parte baja del tímpano, los doce apóstoles sentados parecen comentar las enseñanzas del Maestro. Las figuras de los apóstoles rezuman naturalismo: se comunican entre sí, algunos sacan los pies fuera del borde...

En el parteluz está situada la escultura de un obispo que es una copia del original (S. XIII) que se conserva en el claustro. Las jambas, esculpidas posteriormente a la parte central de la portada, representan figuras de ambos Testamentos. A la izquierda, del Antiguo (Aaron con un incensario), a la derecha del Nuevo (San Pedro y San Pablo). Triple arquivolta en la que aparecen ángeles incensando y ancianos apocalípticos. Son interesantes las ménsulas sobre las que se apoya el dintel (una representa a un espinario) y algunos capiteles (especialmente en el que se representa la Deesis: La Virgen y S. Juan interceden ante Cristo Juez).

FACHADA PRINCIPAL

La parte central de la fachada, enmarcada por las dos torres, tiene, a modo de un retablo, tres cuerpos. Ocupa el más bajo la portada que recibe varios nombres: Real (por ella entraban los reyes), de Santa María o del Perdón. Tres puertas, una por cada nave. La que hoy vemos es fruto una larga serie de actuaciones que tuvieron lugar desde el siglo XVII al XIX. La puerta principal, de carácter clasicista (tímpano triangular sobre el dintel de la puerta), se realizó en 1790. En el segundo cuerpo podemos admirar un magnífico rosetón en cuyo centro se representa el sello de Salomón o Estrella de David, La parte alta del cuerpo central acoge ocho estatuas, enmarcadas por finas tracerías góticas, que representan a reyes de Castilla y León, desde Fernando I hasta Alfonso XI, padre de Fernando III. El poder político de los reyes enlaza así con el religioso de la sede metropolitana. Las agujas, que parecen elevar la Catedral al cielo, fueron construidas en el siglo XIV por Juan de Colonia que se debió inspirar en modelos alemanes

FROMISTA

IGLESIA DE SAN MARTIN

Fundado en el año 1066 por la madre del entonces rey de Castilla y León, Fernando I, constituyó uno de los monasterios más prósperos de su territorio antes de ser entregado a la orden borgoñona de Cluny (1118).

La sencilla tipología planimétrica (basilical de tres naves, con sendos ábsides semicirculares y transepto no destacado en planta) se inscribe en un periodo que va desde las últimas décadas del siglo XI hasta, al menos, el primer cuarto del siglo XII. Las dos torres cilíndricas en los ángulos de su fachada occidental y el cimborrio octogonal compensan la horizontalidad de la iglesia.

En el interior, la limitada dimensión de las naves permitió que se las recubriera con bóvedas de cañó (de eje normal al templo) y con arcos fajones. El crucero se cubrió mediante una cúpula semiesférica sobre trompas, en las que en se introdujeron esculturas con los cuatro evangelistas.

SAHAGUN


El origen de la población de Sahagún, situada en la orilla oriental del río Cea y en el extremo occidental de la Tierra de Campos, se remonta al siglo IX. La ausencia de canteras en la región fue la causa de que la mayor parte de las edificaciones de Sahagún se realizaran en barro, en sus diferentes modalidades: ladrillo (arcilla cocida), adobe.

IGLESIA DE SAN TIRSO


De los templos de ladrillo conservados en Sahagún, el más antiguo es el de San Tirso, de tres naves y tres ábsides decorados con arquillos ciegos. Sobre el tramo recto del presbiterio se alza una torre, de sección rectangular y tres cuerpos articulados mediante arquillos de medio punto. La construcción de este templo es del siglo XII, aunque el carácter rural de este tipo de arquitectura dificulta la datación precisa del edificio.

BURGOS

CATEDRAL

Esta catedral es el ejemplo más representativo de la introducción de la arquitectura gótica francesa en nuestro país, aunque también se trata de una de las más afectadas por las intervenciones restauradoras desde el siglo XIX.

Tiene tres naves de cinco tramos, un transepto muy profundo y una cabecera con girola y capillas radiales de seis lados. La nave central organiza sus paramentos en tres pisos: arquearías de separación de naves, triforio y cuerpo de luces o claristorio. Existe una correlación perfecta entre empujes y respuestas; se logró una vertical visual continua al prolongar, sin solución de continuidad, arcos y nervios hasta el suelo. Se busca más la diafanidad del espacio que la elevación excesiva. La creación de ese espacio interior diáfano fue posible gracias a la apertura del triforio hacia el exterior y a la supresión total del muro bajo las bóvedas. El cierre, en fin, de esos huecos con magníficas vidrieras, permitió, la transformación del espacio interior, de acuerdo con los principios espirituales que informaron el origen de la arquitectura gótica.

FACHADA NORTE


Pone en comunicación la iglesia con las capillas que la separan del claustro. El cuerpo superior del hastial está presidido por un rosetón, que se ha relacionado con el que se abre en la fachada sur del transepto de la catedral de Chartres,

En el cuerpo inferior sólo existen dos de las tres puertas que hubiera debido tener para igualar con el brazo sur. La principal se conoce como puerta de la Virgen del Dado y sirvió de soporte a un programa iconográfico gótico, poco unitario desde el punto de vista plástico. Centra el tímpano una Maiestas Domini (Cristo en majestad, rodeado de una mandorla), sostenida por ángeles y rodeada del Tetramorfos (los cuatro evangelistas sentados, en actitud de escribir). Son también interesantes la Anunciación de las jambas (obra de un maestro relacionado con los talleres de Burgos) y la Virgen del Dado del parteluz.

FACHADA MERIDIONAL

El cuerpo bajo de la fachada meridional muestra un triple vano: la Portada de la Revelación. Los escultores que trabajaron aquí se relacionan con los que esculpieron los apóstoles de las jambas de la portada del Juicio Final, en la fachada oeste. Además, están relacionados con los de la puerta del Sarmental de la catedral de Burgos. La composición se desarrolla en torno a Cristo en majestad, en actitud de bendecir y con el Libro de la Revelación en la mano, en el acto de transmitir los textos sagrados a los evangelistas. Éstos, sentados delante de sus atriles, redactan los Santos Evangelios. Ángeles entre nubes ocupan los dos registros superiores. En las arquivoltas se tallaron figuras de ángeles y los ancianos del Apocalipsis; en el dintel, los apóstoles. Una de las imágenes más emblemáticas es la de san Froilán, en el parteluz.

PORTICO OCCIDENTAL


El cuerpo inferior se organiza con una triple portada. En la puerta central el programa iconográfico está dedicado al Juicio Final. Como es habitual, preside la composición Cristo en majestad con los brazos levantados, mostrando los estigmas; a los lados se dispusieron ángeles que sostienen los símbolos de la Pasión y, en ambos extremos, las imágenes de la Virgen y san Juan, arrodillados como intercesores. Todo ello lo realizaron maestros que conocían la escultura de distintos talleres franceses (sobre todo del entorno de París), y próximos también a los que trabajaron en la puerta de la Coronería de la catedral de Burgos.

LAS VIDRIERAS

La edificación gótica convierte el muro de piedra de la catedral en un muro traslúcido. De ahí que puedan abrirse grandes ventanales y que se cubran con vidrieras policromas para buscar un nuevo sentido a la iluminación de los edificios. En el interior de la catedral gótica, la luz crea un espacio simbólico, coloreado y cambiante, con connotaciones de profundo carácter religioso, que se diferencia claramente de la iluminación del exterior.

España no tenía gran tradición en el arte de la vidriera. Sin embargo, el conjunto que ofrece en la catedral de León puede parangonarse con las de Chartres, Reims o Amiens. La autoría de las vidrieras leonesas, debido a que presentan modelos iconográficos franceses y una tecnología aplicada sin titubeos, se ha atribuido, por lo menos en las más antiguas, a la obra de un taller

En 1471, según consta en uno de sus sillares, una catedral gótica sustituye a la románica para ampliarla. De la primitiva sólo quedan restos (capiteles, zócalos, relieves). El proyecto es de Juan Gil de Hontañón, aunque la dirección la ejerce, en gran parte, Francisco de Colonia. La Capilla Mayor, de siete paños, se levanta la primera, en estilo gótico florido semejante a las catedrales de Sevilla y Salamanca.

A mediados del siglo XVI Rodrigo Gil de Hontañón amplía la catedral e introduce ya elementos renacentistas. La fachada principal, de Pablo Antonio Ruiz, corresponde a un estilo barroco, con escenas de relieves tallados como obras de orfebrería. El claustro y la sacristía se realizan ya en época neoclásica.

CATEDRAL DE SANTIAGO

La bella traza románica de la Catedral de Santiago ha ido sufriendo mutaciones exteriores de tal magnitud, que del primitivo aspecto de la catedral sólo han quedado a la vista parte de la fachada Sur (de las Platerías) y un pequeño trozo del muro norte.

Situándose en el centro del Crucero se comtempla la cruz latina que configura la planta de templo. Cada uno de los brazos de la Cruz está compuesto de tres naves. La altura de las naves centrales alcanzan un altura de 20 metros y la anchura es de 8,5 metros. Las laterales, de una altura de 9,50 metros y una anchura de 4,50 cada una, sirven de base a una galería que se abre a la nave central gracias a un elegante triforio que recorre todo el perímetro del templo.
Según el Códicce Calixtino, la catedral, que, como todas las de su tiempo, hubo de servir alguna vez de fortaleza, tenía nada menos que nueve torres, de las cuales algunas permanecen en pie, más o menos alteradas, y de otras quedan vestigios. Acentuarían este carácter militar las almenas, remate de muros y de torres. Solamente se conserva una portada de este primer impulso: la del costado sur, llamada "de Platerías" de bella estructura y riquísima decoración arquitectónica, fechada en 1103.

El Arzobispo Suárez de Deza quiso que la fechada del oeste fuese un arco triunfal erigido a la gloria del Apóstol, que recibiese dignamente a los peregrinos. Tuvo la fortuna de encontrar un intérprete genial a su idea. Una inscripción en el dintel de la puerta del centro, nos cuenta que en 1188 se pusieron los fundamentos de la obra por el Maestro Mateo. Es posible que este personaje, que conserva el raro privilegio de que su nombre permanezca en la memoria del pueblo, fuese extranjero -al parecer era un italiano del Norte--, pero consta su larga estancia en Galicia, a partir de 1161. Para salvar el desnivel del terreno, el maestro Mateo construyó una cripta en forma de pequeño y bello templo, al cual llaman, impropiamente, "Catedral Vieja". Sobre esta base levantó un gran pórtico, de tres comportamientos cubiertos por bóvedas de crucería que cobijan el ingreso principal a la iglesia.

EL PORTICO DE LA GLORIA

El Pórtico de la Gloria de la Catedral Compostelana es obra del Maestro Mateo, arquitecto de Fernando II de León. La idea la toma Mateo del Apocalipsis de San Juan, según la cual el templo apostólico es el símbolo de la nueva Jerusalén que desciende del Cielo como una esposa adornada papara el encuentro con su prometido" (Apocalipsis 21-2). Se trata, pues, de una representación de la ciudad Celeste tomando para ello símbolos provenientes del Apocalipsis de San Juan, del Libro IV de Esdras, y de los elementos apocalípticos contenidos en los profetas Isaías, Ezequiel y Daniel.

En el tímpano del arco central varias páginas del Apocalipsis de San Juan. Preside la escena una imagen mayestática e hierática de Cristo Salvador. En sus manos y pies muestra las cicatrices de las llagas, como cordero inmolado, a través de cuya inmolación obtiene el triunfo. Completando la idea del Cordero inmolado e inspirado en el mismo Apocalipsis de Juan (Cap. 5,14) nos presenta Mateo ocho bellísimos ángeles llevando instrumentos de la pasión: la columna, la Cruz, la corona de espinas, los cuatro clavos y la lanza; un pergamino y una jarra, aludiendo sin duda a la sentencia y lavatorio demanos de Pilato; y por último una caña, esponja y un pergamino en que probablemente se leyó la inscripción INRI.
Rodeando el trono del Salvador vemos los cuatro evangelistas en actitud de escribir el Evangelio sobre cada uno de sus animales simbólicos: San Mateo sobre el cofre de recaudador de tributos; debajo San Marcos sobre león alado; a la izquierda San Juan sobre el águila y debajo San Lucas sobre el Toro.
Junto al trono jalonándolo, dos ángeles con incensarios que a ambos lados homenajean al Señor Soberano (Apoc. 8, 3-4). Todo el tímpano quiere plasmar la disposición del trono de Dios tal como lo ha visto el autor sagrado. Veinticuatro ancianos que representan en la visión apocalíptica a las 24 clases de cantores y sacerdotes del antiguo templo de Jerusalén, se sientan en una especie de sofá dialogan entres si vistiendo túnicas blancas y sobre sus cabezas llevan una corona de oro. En sus manos (excepto las figuras 4 y 21) sostienen instrumentos musicales (14 cítaras, 4 salterios, 2 arpas, llamando la atención la zanfona que sostienen sobre sus rodillas los dos que están sobre la clave).
En los espacios curvos del tímpano para plasmar la descripción de los elegidos, que figura en el cap. 7,4-17 del Apocalipsis, ideó Mateo treinta y ocho figuras humanas que representan las 12 de abajo a las 12 tribus de Israel y las 19 de arriba a la turba celeste que nadie podía contar, y que estaba delante del trono y del Cordero. Todas estas figuras, al igual que los ancianos, están a punto de comenzar una sinfonía litúrgica en honor del Cordero.

Estatuas en las columnas adosados a las columnas de nuestra izquierda aparecen personajes del Antiguo Testamento: Moisés, con las Tablas de la Ley en su mano; Isaías; Daniel, sonriente como anunciador de la venida del Salvador, y Jeremías con su rostro triste, dado lo mucho que tuvo que sufrir de los poderes de su pueblo por la crudeza de u denuncia profética. Las restantes figuras no han sido identificadas, pero sin duda pertenecen también a personajes del Antiguo Testamento. El lado derecho está dedicado al Nuevo Testamento y así nos encontramos con San Pedro, vestido de Pontifical y sus llaves en la mano; San Pablo, calvo y descalzo; Santiago lleva un báculo y un cartel, San Juan, joven y de pie sobre un águila; las otras cuatro figuras no se han identificado.

Por lo tanto la ciudad descrita por San Juan está fundamentada sobre unas columnas que constituyen y representan a los dos Testamentos. En los ángulos del Pórtico hay cuatro ángeles con trompetas que tienen también un hondo sentido apocalíptico. Su misión es congregar a los elegidos de los cuatro puntos cardinales para doquier entonen un cántico nuevo. Los elegidos y su procedencia constituye el tema de los dos arcos laterales.

Columna del parteluz: La columna central del pórtico sostiene de forma llamativa la estatua sedente del Apóstol Santiago, como patrono, acogiendo a los peregrinos. La columna de mármol representa la genealogía humana de Jesús. De la figura de José (padre del Rey David), brota un tallo (Isaías 11, 1), que crece y enreda a David, Salomón y al llegar a la Madre de Dios aparta sus ramas dejándola exenta. El capitel nos muestra la generación eterna de Cristo en cuanto Dios: El Padre le tiene en su regazo, y sobre ellos en forma de paloma el Espíritu Santo. En el capitel que se encuentra tras la corona del Apóstol vemos representado uno de los episodios simbólicos más característicos de la vida de Cristo: Las tentaciones. El diablo en figura repugnante y monstruosa tienta en tres ocasiones a Jesús que, una vez rechazadas las tentaciones, es servido por los ángeles.

El Pórtico conserva parte de su policromía original retocada en el s. XVI.

La efigie de Mateo: Arrodillado en la nave cara al Altar Mayor de la Catedral nos encontramos en actitud orante y penitente al autor del Pórtico: el Maestro Mateo.




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Enviado por:S Molina
Idioma: castellano
País: España

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