Historia del Arte


Arte del siglo XIX


ARTE DL SIGLO XIX

ROMANTICISMO Y REALISMO

En la 1ª mitad dl s. XIX se desarrolla el Romanticismo. El origen se remonta al s. XVIII cuando en Alemania e Inglaterra aparecen movimientos denominados prerrománticos en respuesta al racionalismo de la Ilustración ante problemas q el empirismo ha suscitado y xa los q la razón no tiene respuesta.

El romanticismo es + un modo de vida q un sistema d pensamiento, q se rige x 2 principios básicos:

  • El predominio d la imaginación y la sensibilidad frente a la razón, q trae consigo la evasión d la realidad, la exaltación d las pasiones y la defensa d la libertad.

  • Defensa dl individualismo, q favorece la actitud subjetiva y la afirmación d la personalidad histórica y cultural

Tras la caída d Napoleón, el sentimiento romántico apoya el nacionalismo y la independencia d los pueblos sometidos el movimiento alcanza su mayor difusión

Desde el punto d vista artístico no podemos hablar d un estilo, ya q el romanticismo rechaza las reglas, sino d rasgos comunes en los artistas románticos:

  • El arte se hace espontáneo y subjetivo. El artista se interesa x la expresión d los sentimientos.

  • La naturaleza en su aspecto mágico-religioso tiene un enorme interés. Se busca lo exótico: Oriente e incluso la España d los bandoleros.

  • Se pone d moda el mundo medieval, idealizándolo frente al concepto oscurantista d esta época q se tiene en el neoclasicismo

  • La pintura es el arte q tiene mayor desarrollo, ya q permite expresar los sentimientos d forma plástica.

  • El romanticismo apuesta x el color, sin duda el gran protagonista d la pintura a diferencia dl neoclasicismo

  • Hay interés x dinamismo d composición y las formas y la expresión especialx d estados pasionales extremos

  • En este entorno, el paisaje cobra relevancia especial. Los ingleses, como Tumer, representan una naturaleza tempestuosa d incendios y tormentas reales donde los efectos d luz crean una atmósfera cambiante, como su obra “Lluvia, vapor y velocidad, el gran ferrocarril dl oeste”; y los alemanes, como Friedrich, optan x la quietud imaginaria d las cordilleras, acantilados y lagos nórdicos contemplados x silenciosos caminantes, vueltos d espaldas al espectador “2 hombres contemplando la luna”.

    Otros te­mas comunes a toda la pintura romántica europea van a ser las ruinas d las iglesias, q son interpretadas como una muestra d la decadencia d la fe católica q es menester revitalizar; y los cementerios a la pálida luz d la luna, q prefiguran la obsesión x la muerte y sus fantasmas, la me­lancolía y la soledad.

    Los franceses se distinguen x el reportaje d los acontecimientos con­temporáneos y el exotismo oriental, Eugene Delacroix resume ambas tendencias y se erige en portavoz dl pintor romántico: bohemio, apasionado, seguro d sí mismo y partidario d la mancha d color en de­trimento d la rígida preceptiva dl dibujo.

    En La matanza d Quíos, rinde un homenaje a los colonos griegos de esta isla que trataron de independizarse de los turcos, Y en La Liber­tad guiando al pueblo exalta la revolución parisina que facilitó la llegada al poder de la burguesía liberal. La sensibilidad oriental y el espíritu aventurero de Delacroix se manifiestan en Mujeres en Argel , pintado a la vuelta d un viaje a Marruecos.

    Hacia 1850, cuando la disputa entre neoclásicos y románticos había lle­gado al agotamiento, emerge en la escena artística un tercer grupo en dis­cordia: los realistas.

    La vida en Europa sigue marcada x el cambio eco y social: la revolución industrial se ha extendido, la burguesía ha impuesto sistemas liberales d gobierno al triunfar las revoluciones d la 1ª mitad dl s. XIX, xo el contraste eco entre las distintas clases sociales es enorme. El ploretariado, en continuo aumento sufre las consecuencias dl capitalismo salvaje vigente, lo q provocará la aparición y desarrollo dl movimiento obrero.

    El realismo defiende el apego a la realidad, la importancia d los temas cotidianos tratados sin la idealización, ya q el arte debe denunciar la difícil situación en la q vive la inmensa mayoría d la población europea.

    El arte xa el realismo puede estar al servicio d una idea.

    La aparición d la fotografía y los desarrollos tecnológicos en general son un reto xa los pintores, aunq habrá q esperar al impresionismo xa q el artista busque 1 representación distinta d la realidad.

    Gustave Courbet, nieto d revolucionarios y amigo personal d Proudhon, será la cabeza visible d ste movimiento pictórico. El pro­letariado ocupa la atención d sus cuadros: en Los picapedreros eleva a valor d símbolo la miserable existencia d los peones camineros; en Las muchachas al borde dl Sena denuncia la situación marginal d las prostitutas; y en La salida d los bomberos corriendo hacia un incendio expresa los accidentes laborales a q están expuestos. El público y la crítica rechazaron estos asuntos contemporáneos, califi­cándolos d «feos» x romper con la idea convencional d elegancia.

    En 1850 pinta Un entierro en Ornans, q el propio Courbet, en un juego d palabras, consideró «el entierro dl Romanticismo». Representa a medio centenar d paisanos d su pueblo natal, asistiendo al sepelio d un campesino en el cementerio. La composición y el for­mato enlazan con los retratos d grupo d la escuela barroca holandesa, xo los integrantes d la procesión fúnebre carecen d las poses estu­diadas y d la grandilocuencia académica. Alfred Bruyas, un rico hacen­dado, será el único comprador d este arte libre, cuya fuerza reside en la pintura misma y no en el asunto representado. Fruto d la amistad q sostuvieron será El encuentro, tb llamado ¡Bue­nos días, señor Courbet! en el q se recoge un acto intrascendente: el saludo matinal d ambos personajes en el campo.

    En 1855, ante el rechazo sistemático d sus obras x los jurados d los salones oficiales, decidió abrir un barracón frente a la entrada d la Expo­sición Universal d París. Lo rotula con el nombre d «Realista» y en su in­terior expone 43 lienzos, presididos x El estudio dl pintor, q define como «una alegoría real d su taller» y donde, con una prodigiosa técnica d empastes, demuestra su talento como paisajista y retratista. En el centro, Courbet se autorretrata pintando un paisaje q le inspira su única musa, la Verdad, bajo la apariencia d una joven desnuda. A la derecha, aparecen los admiradores d su pintura: el socialista Proudhon y el coleccionista Bruyas; y a la izquierda, el conjunto d la sociedad, ex­plotadores y explotados, d cuyas costumbres debía ocuparse el arte x igual.

    Su compromiso político con la Comuna, le lleva a ocupar en 1870 el cargo d Presidente d los Museos d Francia, decretando el desmante­lamiento d la Columna Vendóme, q servía d peana a una estatua d Napoleón. Restablecido el orden, fue condenado x la Asamblea Na­cional a seis meses d cárcel y a pagar la reposición dl monumento de­vastado. Courbet huye a Suiza, donde pasa sus últimos años dedicado a pintar paisajes y retratos, reflejando la realidad de forma objetiva, sin em­bellecerla.

    LA ARQUITECTURA: HISTORICISMOS, EDIFICIOS D HIERRO Y CRISTAL, EL MODERNISMO

    Historicismos

    Los historicismos arquitectónicos son retornos a revitalizaciones d los estilos dl pasado. La arquitectura, tanto en lo constructivo como en lo decorativo presenta caracteres nacionales, pocas novedades y nula inventiva.

    El interés es exterior, como medio d encauzar el desastre urbanístico producto dl crecimiento urbano x la revolución industrial; d ahí q las remodelaciones d la 2ª mitad dl s. XIX, en especial la d Haussman en París intenten dar soluciones al caos urbanístico. El 1º d los historicismos será el neogótico, surgido en Inglaterra a mediados dl s. XVIII y puesto d moda x el romanticismo dl s. XIX. Este estilo disminuye su ímpetu, aunq no desaparece totalx. Un ejemplo sería la Colegiata d Covadonga.

    El eclecticismo tuvo interés a lo largo dl siglo y se inspira en la antigüedad clásica, renacimiento y barroco y crea un estilo pomposo y superficial q tiene su máximo exponente en la “ópera d París” d Garnier. Este estilo adquiere enorme prestigio en toda Europa y se copia en Viena, Budapest y fue el estilo elegido xa construir los grandes hoteles d lujo a finales dl s. XIX en todo el mundo.

    Las excelencias estéticas dl medievalismo y dl orientalismo fueron divulgadas entre la sociedad burguesa x dos grandes ensayistas, el restaurador francés Viollet-le-Duc y el crítico británico John Ruskin.

    Los ingleses resucitan este estilo en las Casas dl Parlamento d Londres, mientras q su imperio colonial les proporciona el exotismo, q transmiten al Pabellón dl Príncipe d Gales, construido bajo las pautas dl arte islámico d la India.

    Franceses y alemanes prestigian tb el Gótico en sus edificios religiosos. En cambio, prefieren el neorrenacimiento y el neobarroco xa las obras civiles. Así lo acreditan los franceses en la homogénea red d viviendas q surcan las avenidas radiales y bulevares d París q, partiendo dl Arco dl Triunfo, en la Plaza d la Estrella, conectan con el museo dl Louvre a través d los Campos Elíseos. Idéntico eclecticismo siguen los alemanes en los deliciosos castillos q manda erigir Luis II d Baviera.

    En España el medievalismo se regionaliza. Asturias recupera el neorrománico en la Colegiata d Covadonga y Cataluña el neogótico en la Universidad d Barcelona. Xo será el neomudéjar el estilo q mejor defina el historicismo español. Estos edificios se desarrollan bajo dos principios inmutables: el uso dl ladrillo y un repertorio estructural y decorativo basado en los arcos califales d la Mezquita, en los paños d Sebka almohades q tapizan la Giralda y en las yeserías d la Alhambra.

    Edificios de hierro y cristal

    A finales dl s. XIX la revolución industrial ofrece posibilidades técnicas y plantea unas nuevas necesidades q posibilitarán la aparición d 1 arquitectura muy diferente a la tradicional, y q sentará las bases d la arquitectura dl s. XX.

    Las vigas d hierro, los grandes paneles d cristal, darán estructuras articuladas, un concepto nuevo d espacio la disolver las masas q se puede considerar una revolución frente a la arquitectura tradicional.

    Hacia mediados sl s. XIX en la Inglaterra victoriana se iniciaba una arquitectura d base ingeniera, xa dar soluciones a las necesidades edilicias q planteaba la revolución industrial: estaciones d tren, puentes, grandes salas d exposiciones…

    El hierro permitía tb una construcción rápida debido a su fácil ensamblamiento y consiguiendo estructuras d enormes proporciones impensables xa materiales tradicionales. Ejem: La torre Eiffel

    Primero se tendieron puentes y elevaron torres como la célebre Eiffel, luego se instalaron edificios utilitarios como mercados, estaciones d ferrocarril y pabellones xa las grandes exposiciones universales. Estos avances técnicos europeos, unidos al invento dl ascensor, favorecieron la aparición en América dl rascacielos.

    Los orígenes dl rascacielos van unidos a un desgraciado siniestro: el incendio q en 1871 asoló Chicago. La reconstrucción d la ciudad iba a permitir erradicar los materiales d construcción inflamables y desarrollar la edificación en altura xa resolver la masiva inmigración.

    Los forjadores d la Escuela arquitectónica d Chicago van a ser William Le Baron Jenney y Louis Sullivan, estrechax vinculados a las sociedades inmobiliarias. Sus edificios se reducen a un armazón metálico, q permite abrir grandes ventanas apaisadas en el exterior. La distribución es siempre idéntica: locales comerciales en los bajos, oficinas en los pisos y servicios en la planta alta.

    En 1899, Suvillan construía los Almacenes Carson, Pirie and Scott, en Chicago: un building profético d diez pisos, q anticipaba “el sueño americano” dl s. XX.

    El Modernismo

    A finales dl s. XIX, la reacción contra los historicismos y la frialdad neoclásica desarrollados durante el siglo, se hace cada vez + patente. Los nuevos materiales: el hierro y el cemento, aconsejan buscar las formas artísticas en su propia estructura, y no copiarlas d estilos tradicionales, mientras la burguesía comienza a desarrollarse en España

    El modernismo nace d minorías sociales exquisitas con un carácter tan individualista q resulta difícil d resumir en un programa homogéneo. Este movimiento ornamental, q rompe con el pasado historicista y de­cora el fin d siglo con obras refinadas, se denominó en Francia y Bélgica Art Nouveau, en Inglaterra Liberty… y en España Modernismo. Sus características definitorias fueron su esteticismo, refinado, renovador, interesado x la obra d arte total y la línea sinuosa, basada en los tallos vegetales, en las elegan­tes flexiones d los cuellos de cisne, y en el ritmo ondulante d la rizada melena femenina. Su temática va d la naturaleza a la geometría.

    La manifestación + importante dl modernismo es la arquitectura, q reacciona frente a los historicismos académicos. Se incorporan como materiales el vidrio y el hierro.

    La gran novedad es el tratamiento espacial interno, en el q se utiliza la planta libre y la luz obtenida x grandes ventanales, claraboyas, etc.

    El catalán Antonio Gaudí está considerado como la mente + creativa d toda la arquitectura con­temporánea. Formuló las leyes totalizadoras dl urbanismo, al proyectar la ciudad, la casa, sus objetos y los muebles q la decoran. Destaca su afinidad política con el partido d la Lli­ga Regionalista y sus creencias religiosas.

    En 1878 se diploma x la Escuela d Arquitectura d Barcelona, donde re­cibe una formación historicista, visible en sus primeros trabajos. El neomudéjar domina en El capricho, la villa d soltero q le encarga don Má­ximo Díaz d Quijano, mientras q el neogótico es­tá presente en el Palacio episcopal d Astorga.

    Estas obras despiertan la admiración dl empresario Güell, q se convertiría en el gran cliente d Gaudí, encomendándole la construc­ción, en Barcelona, d su finca de recreo en el barrio periférico d las Corts, d su palacio urbano en el corazón d las Ramblas y d la cripta xa los oficios religiosos d la colonia obrera d Santa Coloma d Cer­velló; así como una ciudad-jardín vanguardista en la Muntanya Pelada, q ha recibido el nombre d Parque Güell.

    En la cripta y en el Parque Güell se encuentran ya todos los rasgos d su es­tilo maduro: la audacia técnica d sus arcos parabólicos y columnas inclinadas, las paredes y techos ondulados, y el empleo d materiales tradicionales como el ladrillo y fragmentos d cerámica d color integrados en la masa d cemento. El hierro y el cristal se utilizan sólo con fines decorati­vos. Sus fuentes d ins­piración son: la geología, la botánica y la zoología.

    Con el advenimiento dl s. XX, Gaudí construye en el barcelonés Pa­seo d Gracia dos obras, q rompen con el esquema convencional d la vivienda d pisos: la Casa Batlló,, cuya línea quebrada, estructura ósea y escamas dl tejado recuerdan la espina dorsal d un dinosaurio, y la Casa Milá , universal­x conocida como La Pedrera x simular un escarpado muro d cuevas, q parece una inmensa escultura, coronada x chimeneas gelatinosas.

    Todos estos trabajos fueron el laboratorio experimental xa un proyec­to titánico q le ocupó íntegrax su vida y q dejó inacabado: el tem­plo expiatorio d La Sagrada Familia, una catedral fantástica, emblema d la pujante y cosmopolita ciudad condal. En ella sobre un esquema gótico emplea arcos parabólicos, curvas d formas caprichosas, y acumula en la portada abundante decoración vegetal y figurada d un naturalismo barroco.

    EL IMPRESIONISMO

    El punto d arranque d ste movimiento se encuentra en la tradición paisajista d la escuela d Barbizán, q propugnó la pintura al aire libre; y en la figura d Manet.

    Hay antecedentes q se remontan al s. XVI, pintores q avanzan sta técnica (Velásquez, Goya…), xo la fecha d inicio d ste movimiento es en torno a 1863 cuando se expone en el salón d los rechazados 1 serie d obras q habían sido rechazadas en el Salón oficial.

    El contexto histórico d los pintores impresionistas es la Francia d las revoluciones liberales y la comuna. Los impresionistas presenciaron la transformación d la ciudad d Haussmann, q hace d l París 1 gran ciudad, luminosa, d grandes bulevares, parques… inmortalizados x los pintores en sus obras

    La 2ª revolución industrial se inicia al compás dl desarrollo d ste movimiento y los nuevos avances científicos, junto a las nuevas transformaciones urbanas influirán en el movimiento. El ferrocarril ha dado otra visión dl mundo. La cámara fotográfica se ha generalizado y perfeccionado la química, desarrollándose pigmentos variados y d mayor calidad. La física óptica ha experimentado un avance espectacular con las teorías d Chevreul

    El crecimiento d la ciudad, constante el siglo XIX y acelerado en el último tercio dl mismo, había impuesto 1 forma d vida distinta caracterizado x el dinamismo y la rapidez.

    El boom dl negocio inmobiliario en París, consecuente con la política d Napoleón III había creado una inmensa cantidad d nuevos ricos. Ellos fueron los responsables dl desarrollo dl “marchante”, figura muy conocida en Holanda, xo no en Francia hasta ste momento. El marchante liberaba a los artistas d su dependencia dl “salón”, le brindaba nuevas oportunidades, aconsejaba a clientes y pintores, y sin duda sin su presencia, la vanguardia no hubiera existido. En el caso dl impresionismo, la figura d Durant Ruel su principal marchante fue importantísima, debido a su perspicacia y lealtad.

    El término impresionista fue utilizado en el se­manario satírico Le Charivari por el crítico Louis Leroy, al comentar un paisaje de Claude Monet, titulado Impression, soleil levant, que muestra el nacimiento del sol en los muelles del Havre. La etiqueta contenía una carga despectiva y englobaba las 165 telas, pertenecientes a 30 artistas rechazados en los certámenes oficiales, que habían inaugurado una exposi­ción colectiva en el estudio que el fotógrafo Nadar tenía abierto en el bu­levar de los Capuchinos de París. El fracaso fue estrepitoso.

    En realidad, Monet, Renoir, Degas y el resto de los participantes trataban tan sólo de atrapar la natura­leza en el cuadro, tal como ellos la veían, sin añadir ningún mensaje mo­ral.

    Como método d trabajo defendían la pintura al aire libre frente al am­biente cerrado dl taller, q impedía ver los cambios q sufre un mismo objeto bajo la luz diferente dl amanecer, dl mediodía o de la tarde.

    El modelo sería el paisaje, con el fulgor dl sol reflejado sobre el agua, las hojas o la piel. Se interesan x los recientes progresos, como los barcos d vapor y las estaciones d ferrocarril envueltas x el humo q arrojan las locomotoras. Les entusiasma el mundo cotidiano d la vida moderna: las regatas, las carreras d caballos, la ópera y el ballet. Su temática es ajena al cuadro d historia oficial; xa documentar los acontecimientos ya estaba la fotografía.

    En el colorido huyeron de las sombras negras que empleaban los acadé­micos.

    La técnica fue d pincelada fragmentada, d toque suelto y espontáneo, a menudo aplicado directax con el tubo, consiguiendo una vibración d superficie pastosa q, d cerca, daba la sensación d q el cuadro es­taba inacabado.

    Claude Monet es el paisajista dl grupo y el único d los maestros q mantuvo fidelidad absoluta al movimiento impresionista. Deseaba pintar lo intangible. Su pasión x la atmósfera le condujo a diferentes ambientes euro­peos: Londres, el Midi francés, la Provenza; y los fiordos noruegos

    Una consecuencia d esta ambición estética fue el serialismo: varias re­producciones d un mismo tema xa comprobar los efectos cambiantes d la luz y del color en horas y estaciones diferentes. Sus series + conocidas son las referidas a la Fachada d la catedral d Ruán, y las 12 pin­turas d nenúfares sobre el agua, tituladas genéricax Ninfeas, donde las formas están disueltas en charcos d color.

    Auguste Renoir es el retratista con mayúsculas, su interés x la figura humana constituye su mayor contri­bución personal al Impresionismo.

    Retrató varias veces a Monet, y dejó un retra­to colectivo d sus amigos, charlando despreocupadax en los velado­res dl Moulin d la Galette. Poco después pintó a Madame Char­pentier y sus hijos, q le catapultó al éxito y le fran­queó los cerrados ambientes d la sociedad burguesa. Desde entonces, es el + popular d los impresionistas.

    Ello se debió tb a q hacia 1883 se produjo una especie d ruptura y recu­pera la línea. Esta crisis se observa en sus escenas callejeras d París. Mien­tras en El almuerzo d los remeros compone todavía con manchas d color, en Los paraguas vuelve al dibujo y a la enseñanza d los museos.

    Tras estas reflexiones se retira a la Cos­ta Azul y empieza a reproducir desnudos femeninos, caracterizados x una fuerte sensualidad.

    Edgar Degas es el + atípico d los impresionis­tas. Excepcionalx pintó al aire libre y su concepción d la pintura se basaba en el dibujo. Su inclusión en el movimiento se debe a su pincelada clara y al uso d colores puros.

    Es el + clásico. Comenzó su aprendizaje siendo artesano de cerámica.

    La técnica y la composición d toda su producción es muy personal. Degas emplea el pastel y sus composiciones resultan instantáneas fotográ­ficas, secuencias cinematográficas d primeros y primerísimos planos, mos­trando la deuda contraída hacia la cámara en sus encuadres y enfoques.

    Las esculturas de Rodin

    Renoir y Degas practicaron la escultura en la etapa final d sus vidas. En sus obras intentaron captar los efectos d la luz resbalando x los cuerpos mediante un modelado rugoso d las superficies. Xo quien mejor consiguió esta impresión y q las estatuas simulasen posiciones y actitudes cambiantes fue Auguste Rodin, q en sus comienzos sería también rechazado en los salones oficiales. Reaccionó contra los modelos inmóviles q hacían los académicos. Centró su atención en la naturaleza y abandonó intencionadax el acabado perfecto, creando un claroscuro pictórico.

    Su trabajo + ambicioso fue “Las puertas dl infierno”, encargadas en 1880 xa el futuro museo d Artes Decorativas d París; sin embargo, el Gobierno francés canceló el proyecto y el colosal pórtico permaneció en el taller dl artista donde fue añadiéndole elementos hasta su muerte, se inspiró en el infierno d La Divina Comedia d Dante y en el poemario “Las flores del mal” d Baudelaire. Aquí emergen en pequeño formato, varios modelos como “Las tres sombras del ático” o “El pensador”.

    Otras obras memorables son “Los burgueses de Calais”, “El beso” y el doble retrato psicológico d Balzac, en busto y d pie, el último d los cuales constituye su aproximación más notable al impresionismo.

    EL POSTIMPRESIONISMO: CÉZANNE, GAUGUIN y VAN GOGH

    El término no es demasiado preciso. Se incluye a 1 serie d pintores en ste periodo, q si bien no forman un grupo en el sentido clásico d la palabra, si contribuyen decisivas a las transformaciones artísticas dl s. XX. Son todos pintores franceses, excepto van Gogh q se integra con dificultad. Viven en París y esta ciudad, aunq alguno la abandone, marca un hito en su obra

    Entre 1886, año en el q tiene lugar la última exposición impresionista y 1907 año en el q se presenta las “señoritas Avignon” q significó el lanzamiento d cubismo transcurren 20 años en el q se desarrolla la obra d estos autores postimpresionistas, llamados así xq formaron en el impresionismo al q abandonaron derivando hacia 1 pintura + personal en la q todos recuperan la definición d la forma x medio dl dibujo q el impresionismo había abandonado prácticax.

    Tras la muerte d Seurat, 3 grandes artistas emprendieron la renovación dl Impresionismo. Cézzane q preludia el cubismo; Gauguin q anticipa el movimiento “nabi”; y Van Gohg, el Fauvismo y el Expresionismo.

    Paul Cézzane alcanza la madurez pictórica a los 50 años, era hijo d un sombrerero enriquecido, q llegó a fundar su propio banco. En 1886 moría su padre, librándole la herencia d penurias económicas y rompía la amistad con su condiscípulo d juventud Zola.

    Su concepción pictórica no descansa exclusivax en la mirada, sino en la vista y el cerebro. Este desarrollo mutuo d los sentidos y la reflexión en el cuadro le llevan a forjar su credo artístico: En la naturaleza todo se modela según la esfera, el cono y el cilindro. El cubismo está a la vuelta d la esquina.

    La simplificación d la naturaleza en líneas perpendiculares y diagonales, donde la pincelada d color tiene volumen y peso, aparece en sus bañistas, jugadores d cartas, bodegones y paisajes. La serie d cuadros dedicada a La Montaña d Santa Victoria, condensa la novedad d su arte: formas geométricas construidas con grandes pinceladas verdes, rojas y azules.

    La existencia d Paul Gauguin es una novela d aventuras. Pasó la infancia en Lima y la juventud en París, donde siguió la carrera d marino mercante y corredor d bolsa, hasta la quiebra financiera d 1883. Entonces, descubre su vocación pictórica. Expone con los impresionistas, xo se aleja del grupo. Marcha a Bretaña en busca dl “primitivismo”, viaja luego a Panamá con el deseo d “vivir como un salvaje” Cuando regresa a Francia con Van Gogh fundan el “Taller del Mediodía” separándose + tarde x una discusión. Finalx la nostalgia dl trópico le llevan a los mares dl sur.

    Gauguin abandona a los impresionistas, xq estos buscan en el fondo misterioso dl alma. Ya en sus primeros cuadros carga el acento en el mundo interior, utilizando una técnica decorativa q recuerda los esmaltes y las vidrieras. La figura y el paisaje están contorneado con líneas negras. El tema bíblico d “La visión después dl sermón” presenta estas características, q serán ya constantes en toda su producción.

    La mentalidad ingenua y primitiva la desarrolla en la Polinesia, retratando una civilización sin contaminar a través d los indígenas, sus casas, sus playas y sus selvas. Su obra maestra es ¿D dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos?

    El apasionado, el sensible, el desequilibrado mental Vincent Van Gogh, es el artista dl s. XIX q mayor entusiasmo provoca en nuestra sociedad actual. Vivió 37 años, xo únicax los nueve últimos los pasó dedicado a la pintura, dejando 879 cuadros. Sólo logró vender un lienzo en vida.

    Era hijo d un pastor calvinista, y sus contactos con el arte se iniciaron en 1869, cuando entra a trabajar como marchante. La cadena d desengaños amorosos q sufre ahonda su estado depresivo, llevándole a desatender el negocio, x lo q fue despedido. Inicia entonces una frecuente correspondencia con su hermano Theo, en la q le revela x carta la inquietud q atormenta su trágica existencia. Busca consuelo en la religión y decide convertirse en “Evangelizador de los pobres”.

    Ante este nuevo infortunio, intenta salir d la crisis espiritual, volcándose en la pintura. Cultiva una temática social, a base d tonos oscuros y grises, q resume en los comedores d patatas.

    En 1886 Van Gogh fija su residencia en París, donde alegra la temática d sus cuadros. Theo le presenta a los impresionistas, y aprende el valor d la pintura colorista y clara.

    Los dos últimos años d su vida transcurren en el sur d Francia, donde su temperamento ardiente alcanza la madurez dl genio. Vive en Arlés, pasando temporadas internado en el hospital psiquiátrico.

    Su estilo se define x la línea firme d los japoneses y el color como gran motor d la emoción. Pinta entonces noches estrelladas, campos d trigales, olivos, cipreses; representa escenas d interior, entre las q no falta su propia habitación, y culmina la serie d 43 autorretratos.




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    Enviado por:Alfonso
    Idioma: castellano
    País: España

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