Literatura
Antonio Machado: Trayectoria poética
BIOGRAFÍA
El poeta Antonio Machado nació en Sevilla en 1875, dentro de una familia de intelectuales liberales y progresistas por la rama paterna. Habitaban en la planta baja del Palacio de las Dueñas, propiedad de la casa de Alba, que compartían con otros inquilinos. Su hermano Manuel había nacido el año anterior.
A los cinco años, Antonio entró, junto con Manuel, en el colegio de don Antonio Sánchez, en Sevilla.
En 1883, la familia se traslada a Madrid debido al nombramiento de catedrático de la Universidad Central de su abuelo paterno. Es ahora cuando interviene la segunda gran influencia que iba a marcar la personalidad del poeta: la Institución Libre de Enseñanzas, que había fundado don Francisco Giner de los Ríos, desde tiempo atrás amigo personal de su padre. La Institución desempeñará un papel fundamental en la vida del poeta. Podemos decir que su formación ética y hasta ciertas modalidades de su inteligencia y sensibilidad son típicamente institucionalistas.
Además de los rudimentos de cultura intelectual y del profundo amor a la Naturaleza que adquirió allí, la Institución inició a Antonio Machado en el aprendizaje de valores morales característicos del espíritu institucionalista: tolerancia, respeto al trabajo, gusto por cierta austeridad en el modo de vida, ideal reformista y patriótico, rechazo de todo dogmatismo, sentido del diálogo y de las igualdad entre los hombres, amor a la verdad...valores que están todos claves en la obra y en la vida del poeta.
En 1888 surge la afición al teatro en Machado. Desde ese año, los hermanos Antonio y Manuel acuden a las representaciones del Teatro Español, cuyo director y primer actor es Rafael Calvo, amigo del padre. Conocen allí a los hijos del actor, del mayor de los cuales, Ricardo, se hacen inseparables amigos. Al grupo se une Antonio Zayas. Antonio Machado llegará a intervenir en pequeños papeles. Frecuenta la vida bohemia, los salones, los museos, las tertulias, los cafés... Todos, excepto Antonio, comienzan a escribir versos. En 1893 publicará sus primeros escritos en un semanario satírico llamado La Caricatura.
Pero 1893 es también el año de la muerte del padre. Dos años más tarde muere el abuelo. La situación económica de la familia se ha hecho muy delicada. Antonio trabaja en tareas lexicográficas ayudando así con la crisis familiar.
Estamos en la época en que el Modernismo hace su deslumbrante aparición con Azul (1888) y Prosas profanas (1896), de Rubén Darío. Toda una nueva estética acaba de surgir.
Los primeros poemas de Antonio Machado son de 1898, año des “Desastre”. Así, esta fecha es para él doblemente significativa: de una parte, señala su entrada en la poesía por la vía del simbolismo y del modernismo; de otra, y sin saberlo de él, esta fecha de 1898 provocará la aparición de nuevos valores morales y estéticos a los que más tarde Machado se adherirá de modo irresistible.
En 1899 efectuó su primer viaje a París, donde conoció a Oscar Wilde, Pío Baroja, Jean Moréas y Enrique Gómez Carrillo. Los hermanos Machado allí trabajan para la editorial Garnier como traductores. Vuelven a París tres años más tarde. Es entonces cuando Antonio conocerá a Rubén Darío, uniéndoles una sincera amistad y una mutua admiración desde ese momento.
A la vuelta de París, conoce personalmente a Juan Ramón Jiménez. La admiración se hace también recíproca y la lectura de los simbolistas, junto a Rubén Darío y los románticos Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro, son las principales influencias que se aprecian en los poemas que publicó en diversas revistas literarias durante esos años y que recopiló en su primer libro: Soledades (1903), libro que reeditó, ampliado, en 1907 y en 1919 con el título de Soledades, galerías y otros poemas.
Colabora en la gran revista modernista “Helios”, dirigida por Juan Ramón Jiménez, así como en “Alma Española”, “La Revista Ibérica”, “El País” y “La República de las Letras”.
Aconsejado por su maestro Giner de los Ríos, Antonio comienza en 1906 a preparar las oposiciones a cátedra de lengua Francesa de institutos de segunda enseñanza. Finalmente, en enero de 1907 el tribunal concede una de las plazas a Antonio Machado, que elige Soria como destino.
Se instala allí en la pensión de una familia con tres hijos. La mayor, Leonor, apenas tiene entonces trece años. Según algunos testimonios no tardó en enamorarse de ella, aunque no se decidió hasta que estuvo seguro. Con el visto bueno de los padres comenzaría el noviazgo a finales de 1908 o comienzos de 1909. El 30 de julio de 1909 se celebró la boda en la iglesia de Nuestra Señora la mayor, de Soria.
Los años que transcurrieron hasta la muerte de Leonor (1 de agosto de 1912) fueron, seguramente, los únicos verdaderamente dichosos en la vida del poeta. En estos últimos años se publicará Campos de Castilla. Huyendo de sus recuerdos, pide traslado (que se le concede a Baeza) y abandona enseguida Soria.
Allí es nombrado profesor de Lengua Francesa en el Instituto General y Técnico de Baeza, donde toma posesión de su plaza el 1 de noviembre de ese año.
Machado emprende estudios de filosofía. Cada verano irá a examinarse a Madrid, hasta licenciarse en Filosofía y Letras. El giro filosófico de su pensamiento se profundiza sin duda a lo largo de estos años de soledad y duelo. Se dieron lugar las publicaciones de Páginas escogidas y la primera edición de sus Poesías completas.
En otoño de 1919, Antonio se traslada a Segovia, a donde ha sido destinado como catedrático en la Universidad Central de Filosofía y Letras. Colaboró desde el primer momento en la prensa segoviana y madrileña. Su fama como poeta era ya grande y fue muy bien acogido en la ciudad, aunque, por otra parte, frecuenta Madrid, donde tendrá el hogar familiar que le falta.
En 1922, crea en Segovia, junto con algunos amigos -entre ellos Miguel de Unamuno- la Liga Provincial de los Derechos Fundamentales del Hombre, desde donde se exigen responsabilidades por el desastre de Annual y la consiguiente guerra con Marruecos, que durará hasta 1927.
La consolidación de su prestigio fue un aumento a partir de los años veinte: en 1924 apareció Nuevas Canciones, en 1925 fue elegido miembro de la “Hispanic Socity of America” y en 1927 de la Real Academia Española.
Fue en 1928, probablemente, cuando Machado conoció en Segovia a quien en sus poemas llamaría Guiomar. Ella era Pilar Valderrama, mujer casada y madre de tres hijo. El amor había llegado de nuevo al poeta... pero para dejarlo otra vez solo. Este recuerdo lo acompañó hasta su muerte.
En 1928 fueron nuevamente presentadas sus Poesías completas. De 1926 a 1932 escribió con su hermano Manuel algunas comedias: desdichas de la fortuna o Juliano Valcárcel, La duquesa de Benamejí...
El poeta consigue el traslado a la capital de España, donde residirá con su madre, su hermano José y la familia de éste, a mediados del curso 1931-32. Aparte de sus clases en el Instituto Calderón de la Barca, pasaba gran parte del tiempo con sus hermanos y amigos.
A fines de 1934, adopta la prensa como vehículo de su creación. Al fundarse el “Diario de Madrid”, inspirado por Ortega y Gasset, el poeta emprende, a cargo de su Juan de Mairena, una colaboración semanal.
A pesar de sus reticencias, el poeta se ve obligado a dejar Madrid en noviembre de 1936. En Valencia sólo permaneció unos días, El estado de salud de Antonio Machado era preocupante.
Unos meses después de la muerte de Federico García Lorca, que la hace escribir su poema El crimen fue en Granada, otra muerte, la de su amigo Miguel de Unamuno.
En abril de 1938 lo trasladan a Barcelona junto a su familia, pero allí el invierno se hacía bastante crudo. Marcharon a Francia en enero de 1939 donde Machado pasó sus últimos días. El 9 de febrero escribe su última carta, al poeta José Bergamín, en la que agradece su ayuda .
Al día siguiente fue enterrado en el cementerio de Collioure. Su féretro, cubierto con la bandera republicana, fue llevado a hombros por seis soldados de la República.
Su madre murió el día 24, tras enterarse de la muerte de su hijo.
TRAYECTORIA POÉTICA
Soledades (1899-1907)
A finales de enero 1903 aparece la primera edición de Soledades, tras el regreso de Machado a Madrid. Se trata solamente de una breve recopilación, pero con ella comienza una gran carrera literaria.
De los cuarenta y dos poemas que componían Soledades, veintinueve pasan al nuevo libro, y se añaden sesenta y seis nuevos, hasta un total de noventa y cinco, divididos en tres secciones: Soledades (subsecciones: “Del camino”, “Canciones” y “Humorismos, Fantasías, Apuntes”), Galerías y Varia.
El libro representa el perfeccionamiento desde 1903 hasta 1907. Esta plenitud se alcanza, sobre todo, en la sección Galerías.
Antonio Machado escribe una poesía centrada en el análisis del yo, mostrándonos así sus sentimientos. La realidad le interesa sólo en cuanto podía producir esos sentimientos o, más que nada, para construir los símbolos.
Todo en Soledades es una búsqueda de sí mismo en el tiempo, en el amor, en al sueño o en un Dios soñado. Se aleja de la realidad hacia mundos artificiales y, a su vez, muy bellos. Algunos lugares descritos son comunes de influencia modernista, pero predomina la soledad del poeta en una realidad de soñada. Nos impregna una gran melancolía y tristeza como fin del camino de la vida. El poeta nunca se encuentra a sí mismo, nunca llega a ver su razón de ser, ni aún a través del diálogo consigo mismo (sin ningún receptor) o con la naturaleza: la noche, la primavera, con la fuente.
... “La fuente cantaba: ¿Te recuerda hermano,
un sueño lejano mi canto presente?
Fue una tarde lenta del lento verano.
Respondí a la fuente:
No recuerdo, hermana,
Mas sé que tu copla presente es lejana.”... (VI)
El tema por excelencia en toda su obra es el tiempo. Lo entiende como algo personal, como la duración ilimitada de cada persona. El hombre, a lo largo de su vida, se encuentra con el mundo y lo relaciona con sus sentimientos. Aquí surge la nostalgia del poeta por no poder vivir alejado del tiempo y tener que recordar el pasado. Machado une perfectamente dos conceptos: el sentimiento y el tiempo. Esto lo podemos observar en el poema VIII conde se describe el canto de los niños alrededor de la fuente, el sonido del agua y una vieja canción que hace referencia al paso del tiempo. El sentimiento, como en la mayoría de los poemas es la pena.
“...Cantaban los niños
canciones ingenuas
de un algo que pasa
y que nunca llega:
la historia confusa
y clara pena...”
Otros elementos también se convierten en símbolos del tiempo: el río, la noria, el mar, la tarde, el crepúsculo, el ocaso...Los adjetivos que les acompañan son claras personificaciones del estado de ánimo del poeta.
Las descripciones del paisaje dan lugar a sentimientos que se adueñan del poeta llenándole de emotividad. Junto al paisaje, los hombres centran el poema. El pueblo español se enfrenta con sus diferentes clases sociales. Las imágenes y los símbolos le sirven de unión con el paisaje, para así crear un paisaje emocional. Los símbolos más utilizados por el poeta son: el agua que corre, el camino, los momentos del día, las estaciones del año, los espejos...
El tema autobiográfico es esencial: intimidad. Se puede notar las múltiples descripciones que Machado expone sobre sus emociones íntimas, su dolor, sus recuerdos, su melancolía... No sólo aparece su biografía externa a través de evocar su infancia y juventud, sino, sobre todo, la espiritual. Así podemos decir que su poesía es un diario de su alma.
... “El mal del poeta
se orienta hacia el misterio.
Sólo el poeta puede
Mirar lo que está lejos
Dentro del alma, en turbio
Y mago sol envuelto” ... (LXI)
El poeta aparece en múltiples poemas como una persona sola, desolada, errante... Hace preguntas a la noche que jamás serán respondidas. Todas las interrogaciones abrirán paso a una interrogación final: la muerte.
... “¿Y ha de morir contigo el mundo tuyo,
la vieja vida en orden tuyo y nuevo?”...
Campos de Castilla (1907-1917)
Al igual que Soledades, Antonio Machado publicó este libro en dos etapas: la primera saldrá a la luz en 1912, poco antes de la muerte de su esposa Leonor; la segunda aparecerá con la primera edición de sus Poesías Completas en 1917.
El paisaje se convierte en símbolo del pasado histórico de Castilla. En otros poemas, los elementos del paisaje castellano se convierten en símbolo de realidades íntimas. Predominan, sobre todo, los poemas que describen el paisaje de Soria y la mera descripción objetiva que hace el autor de ellos. El poema más representativo es A orillas del Duero.
El pasado histórico de Castilla, especialmente aquellos acontecimientos bélicos, lo presenta de forma metafórica en los elementos del paisaje.
“por donde traza el Duero
su curva de Ballesta
en torno a Soria”
“Soria mística y guerrera”
“Soria -barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra-.”
En su paso por el tiempo, en su vida, el poeta se relaciona con lo exterior, con la Naturaleza, y relaciona en dichos elementos (ríos, árboles...) su propia realidad íntima, de forma que dichos elementos se constituyen el reflejo del estado de su alma.
El paisaje de su Andalucía natal vuelve a estar presente de nuevo en sus poemas. Por contraste con los poemas del paisaje castellano humilde y árido, destaca la luminosidad y la fertilidad en “en estos campos de la tierra mía”.
En muchos de los poemas, el recuerdo de su esposa se une con el recuerdo del paisaje soriano, por lo que, a veces, es difícil separar ambos temas. Las personificaciones (“los montes duermen / envueltos en la niebla”) indican la soledad del autor y su profunda melancolía cargando de tristeza el poema.
El poeta dialoga con la muerte:
“Silenciosa y sin mirarme
la muerte pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila, dolido mi corazón.
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!” (CXXIII)
Pero la muerte no le responde y Dios tampoco, así que sólo puede pedir su soledad con la muerte (CXIX). Sin embargo, el recuerdo le hace revivir lo que ya había desaparecido dándole esperanzas (CXX-CXXII). Pero el despertar del sueño es la vuelta a la tristeza (CXXI).
En estos poemas donde describe las tierras de Castilla frecuentemente incluye a la gente que le rodea, al pueblo.
Paralelamente, el poema El mañana efímero expresa su esperanza ante el futuro. Descrita con abundantes imágenes de burla, domina una violentísima crítica:
“El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero”
“Esa España inferior que ora y bosteza”
“cuando se digna usar la cabeza”
“el vacuo ayer dará un mañana huero”
“hay un mañana estomagante escrito”
En La tierra de Alvargonzález Machado cuenta una historia de un crimen por herencia. Los temas que trata son muy comunes: la envidia, la codicia, lo divino y lo maravilloso.
Le sección titulada Proverbios y cantares (CXXXVI) describe día a día las reflexiones del autor. Algunos se refieren al arte poético, otros expresan una especie de sabiduría y algunos, hasta parecen diálogos íntimos:
“No extrañéis, dulces amigos,
que esté mi frente arrugada:
yo vivo en paz con los hombres
y en guerra con mis entrañas.” (XXIII)
Otro tema que trata en bastantes poemas es Dios como necesidad de que lo imaginado sea realidad:
“Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
Después soñé que soñaba.” (XXI)
La conciencia reconoce la muerte en sí, por eso la vida es representada por el caminar sobre el mar: el vivir más allá de la muerte:
“Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante no hay camino,
se hace camino al andar.”... (XXIX)
En otras composiciones se puede notar la expresión filosófica del poeta. Para “conocer”, el hombre ha de luchar con “dos modos de conciencia”: el pensamiento lógico y el intuitivo.
También critica las actitudes humanas: la ignorancia (V-L), la hipocresía (VI), la envidia (X), la vanidad (XIX), el tema de España (VIII)...
Aparte de la serie Proverbios y cantares aparecen otros poemas agrupados bajo el título de Parábolas (CXXXVII). Sobre todo, se puede percibir, la lucha de la razón y al corazón en busca de la verdad (I) y la búsqueda de Dios (VI).
Elogios es un conjunto de poemas donde Machado alaba a algunos de los españoles más importantes de su tiempo: Francisco Giner de los Ríos, Miguel de Unamuno, Azorín, Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, etc. Además de otro dedicado a Gonzalo de Berceo y dos más al tema de España.
Nuevas canciones (1917-1930)
Su primera edición se publicó en Madrid en 1924 y recoge poemas escritos en diversas fechas. La segunda edición (1928) suprime cuatro de los Proverbios y cantares aparecidos en la primera y añade cinco Sonetos, además de cuatro poemas que componen Viejas canciones.
Soledades parece ser que es la continuación de su diario íntimo, ya que menciona su pasado doloroso y sus recuerdos recientes. Nos da a conocer, de nuevo, la vida cotidiana de su pueblo (Apuntes: CLIV-I), su estado angustioso de soledad, la desesperanza (Apuntes: CLIV-IX), la impureza de la vida, el paso del tiempo, la muerte...
Al igual que en Campos de Castilla, encontramos una serie de composiciones en recuerdo de algunos personajes importantes: Pío Baroja, Azorín, Francisco de Icaza, Ramón Pérez de Ayala, Ramón del Valle-Inclán...
“No es profesor de energía
Francisco de Icaza,
Sino de melancolía.” (Glosando a Ronsard y otras rimas-I)
Continúa la serie de Proverbios y cantares iniciada anteriormente. Se trata de ideas y anotaciones breves en verso donde Machado ha ido expresando sus ideas y reflexiones, de forma muy escueta. Uno de los temas principales es el tiempo vivido (CLXI-XI). La más breve de estas composiciones es quizás la más célebre:
“Hoy es siempre todavía” (CLXI-VIII)
El problema del conocimiento también es tratado en estos poema, expresando así su propia duda sobre la vida (CXLI-XVII). En otras, podemos hasta notar su ironía (XXXIV S).
Bajo el título de Canciones a Giomar se recogen tres poemas inspirados, sin duda, por la mujer amada de Machado. Se ocupan de expresar la emoción de alegría plena, pues la mujer aparece de forma rápida, su físico únicamente se esboza.
TEMAS
A lo largo de esta descripción de la obra poética de Antonio Machado, han ido surgiendo una serie de temas y recursos expresivos que ahora voy a sintetizar.
El tiempo
Machado entiende el tiempo como algo vivo y personal. Es la historia de cada persona, que pasa y luego queda en el recuerdo. A veces, también lo identifica con su alma.
He encontrado dos frases que sintetizan todo su pensamiento poético:
·“La poesía es la palabra esencial en el tiempo.” -De su “Poética” para la Antología de poetas españoles contemporáneos, preparada por Gerardo Diego en 1931-
·“La poesía es (...) el diálogo del hombre, de un hombre con su tiempo.” -Antonio Machado: Juan de Mairena-
El agua del río, de la fuente, de la lluvia... la hace símbolo del pasar del tiempo. Pero, otras veces, el agua puede representas la muerte.
La tarde suele expresas el sentimiento melancólico de la vejez espiritual.
Los caminos es, seguramente, un sentimiento de nostalgia de la vida y que trae recuerdos del pasado. El hombre no es dueño de su destino, por eso la vida se le presenta como un camino desconocido.
La muerte
Sus reflexiones sobre la muerte se derivan de sus preocupaciones sobre el tiempo.Se manifiesta en muchos de sus poemas: la brevedad de la vida, la decadencia de los hombres, la destrucción, la enfermedad, la guerra... Su actitud puede ser de angustia, de melancolía y hasta rebeldía.
Los símbolos relacionados con este temas son: el mar, el ocaso, la sombra, la luna, al mar...
Dios
La presencia de Dios en los poemas de Machado la identifico con la nostalgia de su fe perdida. Las imágenes que más utiliza son: la fuente y el agua, los deseos y los sueños, el sol, la niebla...
El sueño
En algunos poemas relata sueños que ha tenido o que ha inventado y que los relaciona con su propia vida. El sueño, para él, no sólo nace del pensamiento humano sino también de las cosas, a través de sus personificaciones: la tarde, el campo, al agua, los frutos, las estatuas...
El amor
En toda la obra el poeta siente deseo de amar y de ser amado, pero predomina en ellos el sentimiento de desengaño o el olvido. Los poemas referidos a su esposa Leonor expresan un mayor dolor en el poeta que los que hace a Giomar, que son más apasionados.
El tema autobiográfico
En varios poemas nos da a conocer su infancia, su juventud, sus amores y su vida familiar. Este tema lo expresa, a veces, de forma de diálogo con la tarde, con la noche, con la primavera...
El tema de España y el paisaje
El paisaje lo convierte en símbolo del pasado histórico de Castilla. En otros poemas, los elementos del paisaje se convierten en símbolo de realidades íntimas. Por último, también utiliza el paisaje como centro de su visión objetiva.
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