Literatura
Antología: Los mejores relatos fantásticos de habla hispana
Sobre los cuentos Fantásticos:
Antología: Los mejores relatos fantásticos de habla hispana
Segunda parte.
Siempre existirá un número determinado de personas que tenga gran curiosidad por el desconocido espacio exterior, y un deseo por escapar de la prisión de lo conocido y lo real, para merodear por las regiones encantadas llenas de aventuras y posibilidades infinitas a las que sólo los sueños pueden acercarse: las profundidades de los bosques antiguos, la maravilla de fantásticas torres y las llameantes y asombrosas puestas de sol.
Nuestra mente necesita a veces que nos guíen a través de lo convencional hacia los caminos de los dragones y unicornios y un poco más cerca del chupacabras y de los dioses ahora llamados paganos a los que en algún tiempo se les rindió tributo. Somos frágiles ante la idea de lo que no conocemos y dejamos alimentar la imaginación con cosas que decimos en algún momento no creer pero que siguen dándonos miedo en la oscuridad de la noche o en la soledad de una tarde.
Las nuevas leyendas urbanas muestran discursos actualizados de los viejísimos motivos de las historias de horror. Con la misma prevención y temor con que antiguamente se contaron las historias de aparecidos hoy se toca en estas leyendas idénticos motivos de la tradición fantástica: la muerte, la locura, el horror. Las células narrativas orales no sólo no se han extinguido en la sociedad de la comunicación de masas sino que han adoptado nuevos ropajes adoptando en el mismo equipaje lo legendario y lo urbano, lo que se cuenta y sólo pocas veces se lee. Nuestros conocidos próximos o quizá quienes les son a ellos bien cercanos no venden estas historias por algo aplastantemente verídico. Como ocurre en los relatos fantásticos el narrador de estas historias aparece debidamente autorizado (se trata de un narrador imparcial, cercano, fiable, y muchas veces escéptico) y los hechos referidos, en los que intervienen seres de otro mundo o al menos personajes difícilmente humanos, acaecen en lugares poco transitados, solitarios, lejanos a la comprobación. Las leyendas urbanas encierran como todos los relatos fantásticos un mensaje didáctico, la prudencia de no tentar a la suerte, de no entablar familiaridades con aquellos que no son desconocidos y, en suma, de no violentar las normas que garantizan la tranquilidad del individuo y las comunidades.
Muchos autores basan sus historias en otras fuentes literarias, personajes que en algún momento causaron alguna impresión en los escritores del género fantástico y que les sirvió luego de inspiración para crear su propio mundo de dimensiones paralelas y fantasmas. Este es el primer rasgo a tomar en cuenta para introducirnos en nuestra segunda parte de los mejores relatos fantásticos de habla hispana, precisamente porque fue lo que hizo Javier Marías.
"No más amores" (1995), permanecía inédito hasta la publicación del volumen, si bien la historia del fantasma de la casa en la que leía Molly Morgan Muir ya aparecía en el artículo "Fantasmas leídos" escrito en 1992 y recogido después en Literatura y fantasma. En este escrito Javier Marías diserta sobre fantasmas y apariciones. ¿Quién nos asegura que los antiguos inquilinos de las casas no deseen volver a su hogar una vez convertidos en fantasmas? Marías recoge distintos casos de apariciones de fantasmas y se detiene especialmente en el de Molly Morgan Muir. Según unos documentos datados en los años treinta, hacia 1910 se constata la presencia de un fantasma que acudía a escuchar las lecturas de Molly Morgan Muir, la dama de compañía de una anciana aficionada a la literatura. Tras morir la anciana y envejecer Molly, el fantasma deja de visitarla ante el consiguiente enfado de la mujer, que ya no puede vivir sin su espectral presencia. El fantasma, que le había mostrado su rechazo mediante una señal en un libro de Dickens -"Y ella envejeció y se llenó de arrugas, y su voz cascada ya no le resultaba grata"-, se da cuenta de su error y continúa acompañándola una vez por semana hasta el día de su muerte.
El autor juega con la imaginación del lector al no dejar un final concreto, si no que deja que tú te imagines el final o el desenlace, y supongo que es lo que mas te llama al leer este libro porque a sido capaz de llamar y conseguir la atención del lector.
Algo parecido sucede en el siguiente cuento, donde Ana Maria Matute nos deja a nuestra propia interpretación lo que sucederá después de un súbito e incomprensible final. El cuento “el árbol de oro” trata de la vida de un chic que por estar enfermo y no poder regresar a la ciudad, asiste en otoño a unas clases de la señorita Leocadia quien aparentemente es bastante reconocida en el lugar. En el colegio había un niño llamado Ivo, el cual era envidiado y admirado por su cautivadora forma de hablar. Un día al ver como Ivo convencía a la maestra de quedarse con la encantadora tarea de encargarse de “la torrecita”, el lugar donde se guardaban los libros de lectura, nuestro protagonista le interroga al respecto y el pequeño niño le responde con algo de cohibición que la maestra le dejo quedarse con la llave de la torrecita porque él le había hablado de “el árbol de oro”. Imagínense la sorpresa del muchacho, un árbol totalmente de oro, incluyendo hojas ramas y flores. Al principio reaccionó como cualquier otro hubiese hecho, pero mas adelante la obsesión con el árbol de oro fue creciendo. Un día Ivo enferma y la señorita le da las llaves a Mateo, otro compañero de clases, y nuestro narrador luego de haber hecho Mateo su tarea, le pregunta entusiasmadamente acerca de el árbol de oro, el primero parece extrañado ante la pregunta en un principio y toma al muchacho como que simplemente esta hablando tonterías. En alguna otra ocasión Mateo parece ya mas convencido e intercambia la llave de la torrecita por dinero a nuestro narrador, el ultimo suelta sus monedas y recibe las llaves de Mateo. Para su desilusión lo único que vio tras la rendija detrás la cual debía estar el árbol de oro, fue una llanura común y nada especial, lo mismo que el pudo haber visto desde la ventana de su salón de clases.
El muchacho regresa a su ciudad y no vuelve al pueblo sino hasta dos años después, en esa ocasión conduciendo cerca de un cementerio ve el árbol de oro y de repente observa que en el suelo hay una cruz de hierro donde reza: IVO MÁRQUEZ, DE DIEZ AÑOS DE EDAD.
El narrador de esta historia es un narrador interno ya que habla en primera persona durante todo el relato. También encontramos un punto de vista subjetivo cuando nuestro protagonista empieza a describir a la señorita Leocadia y a su compañero de clase Ivo.
La historia transcurre de una forma lineal hasta que al final da un salto temporal y se va unos años después en donde nuestro protagonista finalmente ve el árbol de oro El espacio que sitúa la acción es el colegio ya que ahí transcurre casi toda la historia. En este cuento no se nos da ningún detalle sobre el personaje principal en ningún momento, solo la escasa descripción de por que se encontraba en aquel pueblo.
A diferencia que los dos anteriores cuentos, “Ella acaba con ella” de Juan José Millás, se enfoca más en el ámbito psicológico de sus personajes. La historia cuenta como una mujer que decide quedarse con la recién obtenida herencia de sus padres cuando ella ya corría los 50 años. La herencia constaba de una casa donde nuestro personaje que deciden mantener anónimo, vivió en algún momento de su niñez y a la edad que tenia deseaba restablecer nuevamente lo que fue su escondite cuando pequeña, una habitación pequeña y oscura de luz natural en la que solía leer.
La mujer lidió mientras se desarrollaba la trama con los fantasmas de su pasado y con la vida que había atrapado la casa a través de los años. Sintió con el tiempo una extraña obsesión por aquel lugar donde solía leer cuando niña y que en el presente había rehabilitado para la misma tarea, sentía de alguna manera que el lugar la succionaba y en algún momento se creo en el una imagen de ella misma, la imagen de lo que ella había sido en algún momento o de lo que había renunciado a ser, una presencia palpable como un fantasma que después de un tiempo se volvió hostil y nuestra protagonista intenta huir de ella. La ironía se demuestra al final del cuento, cuando nuestra protagonista decide clausurar le puerta de su escondite con ladrillos y cemento, labor que realizo y admiro poco antes de quedarse dormida justo donde estaba. Sorpresa y desconcierto fueron las reacciones de Ella al despertarse y notar que se encontraba del lado de la habitación que deseaba mantener oculto para siempre, no pudo reflexionar mucho al respecto, pues un aparente ataque cardiaco la mató casi en el acto.
La red narrativa de Millás está tejida con una habilísima mezcla de hilos de ficción y de realidad en la que el lector se ve instantáneamente envuelto, y por la que va a ser sometido a una recia y estimulante sesión de ducha escocesa en la que se alternan ficción y realidad, con inevitables pasajes de fusión entre ambas, de la misma manera que en la ducha escocesa se pasa por momentos de tibieza entre los extremos del frío y del calor. Y el lector tiene la impresión de que a esa misma alternancia de estímulos ha sido sometido el propio autor, que se ha visto arrastrado por un cabo suelto del que tiró sin prevenciones hasta verse sorprendido por una malla hecha de coincidencias y convergencias asombrosas y bien trabadas entre sí, como si lo que parecían azares dispersos constituyeran finalmente un determinado destino.
Con un panorama aun mas fantástico se nos presenta “La prima Rosa” de Javier Marías, un cuento tan imposible de ser real para nosotros como la unión de la fe judía y cristiana. La historia se basa en un personaje central que es a la vez nuestro narrador, un chico que es obligado por sus padres a exiliarse en algún lugar donde viven sus tíos y su prima Rosa, esta última se encargara de hacer lo que en su antiguo lugar de estudio no pudieron hacer: que estudiara. Es conducido a un molino donde deberá pasar los días completos estudiando para que todas las mañanas luego del desayuno su prima le interrogue acerca de las lecciones.
Un día el joven descubre la costumbre de su prima de bañarse en el rió, sin embargo nunca logro verla en el agua, muy diferente a un ser humano lo que capta su atención es una trucha enorme que se queda tranquila en un lugar especifico del agua como descansando. Instantáneamente se obsesiona con la idea de atrapar al animal y para ello llega incluso a robar instrumentos para pescar de las posesiones de su tío. Llega el día en que decide efectuar su plan y cuando la trucha aparece en el sitio habitual planta su trampa, el animal cae y entre los dos se produce una intensa lucha. Cuando el joven consigue sacar al pescado del agua nota con asombro los ojos de la criatura, tan parecidos a los de su prima… Casi por reflejo devuelve el animal al agua y ese huye. Cuando vuelve a casa de sus tíos se encuentra con la historia de que su prima de ha cortado horriblemente el labio superior… La prima Rosa abandono su ritual baño en el rió y la trucha a su vez dejo de aparecer.
No hay personajes expresados con sumo detalle en este relato, se deja casi todo a la pura suposición del lector lo que podría significar una infinita cantidad de interpretación sobre la situación dada. Sin embargo hay una narración lineal donde los hechos tienen un orden consecutivo y donde la única retrospectiva aparece al hablar sobre la actitud de los padres con la inestabilidad de su hijo. Lujo que no nos es otorgado por Juan Rulfo en nuestro siguiente y ultimo cuento.
“Luvina” es el tributo a la confusión dentro de los textos literarios, requiere de una muy concentrada lectura no siempre dispuesta por los lectores, el tema es claro, sin embargo la trama no goza de la misma cualidad.
Luvina realmente consiste de un cuento corto dentro de un más largo. La historia es contada en la primera persona, pero, mucho es en la tercera persona desde el punto de vista de un hombre secundario. También, en el cuento, mucho de la descripción refleja la naturaleza. Usualmente referencias a naturaleza son símbolos de la vida, pero, en Luvina representa la tristeza. Como las otras historias escritas por Rulfo, Luvina muestra la tragedia de la humanidad.
Luvina es a su vez un pueblo fantasma y una persona, Rulfo lo maneja de las dos maneras, hay que recordar que en el contexto y la época de Rulfo se vivía la revolución Mexicana y post revolución, por lo cual hay elementos que se le escapan a los lectores, como hacer notar que el narrador, así como la persona a la que se supone que se está dirigiendo, ficticia o no, son maestros Rurales de esos que el Gobierno mandó a "Cultivar" a los pueblos. El viento actúa como un personaje más de la trama, es el que tiene más acción y el que matiza el relato, pero no hay que olvidar otros como el hecho de que los hombres crecen y desaparecen, en un plano atemporal se hace una metáfora de que de un día para otro después de su nacimiento, ya son capaces de tomar el arado. La naturaleza efectivamente es un elemento muy importante para pintar un cuadro desolador en este relato, la hierba no crece, el viento erosiona todo y rasga los techos de las casas, pero no hay que olvidar a las mujeres de cantaros negros y que salen de noche, ellas solo esperan la muerte más que otra cosa, las promesas que el gobierno Mexicano ha hecho durante muchísimo tiempo promesas de prosperidad e igualdad para todos, cosa que las mujeres no creen pues "el gobierno no tiene madre", ni la misma patria puede ser madre del gobierno, esta es una sentencia de doble sentido manejada de una manera brillante por Rulfo..
Son muchos los recursos de los que se valen los autores para la descripción de sus no tan sencillas tramas, entre los recursos literarios empleados se encuentran: el uno de la anécdota, ay una serie de tendencias que destierran el argumento a un plano secundario y hasta prescinden de la acción. La historia llega a desaparecer y se sustituye por una aglomeración de sucesos y ambientes presentando la anécdota, la variedad y puede poseer una carga simbólica o mítica, como sucede en el cuento de “la prima Rosa”.
La descripción es el recurso más utilizado y en el caso de Luvina el aspecto mas importante a describir es la naturaleza de un lugar, de una naturaleza de proporciones grandiosas y de gran diversidad, inexplorada en buena parte cuyas fuerzas geológicas condicionan la aventura humana. Es la cordillera, el altiplano, la selva amazónica… la atención a las peculiaridades de cada zona hace que se hable con frecuencia de un cuento regionalista, ya sea un lugar real o fantástico como lo es en nuestro caso.
La metáfora es el otro recurso mas utilizado en los cuentos ya sea para expresar en parte la opinión personal del autor como para ayudarnos a darle una interpretación a la trama que se nos presenta. También se encuentra el uso de la ironía y la estructura de contrapunto, que consiste en presentar varias historias que se combinan y alternan (Luvina y El árbol de oro).
Hablando de recursos lingüísticos puedo mencionar:
El diálogo y las digresiones. Estos dejan aparecer la voz del narrador o el personaje principal (que muchas veces son el mismo). El cuento tiende a absorber elementos de otros géneros como el ensayo o la novela. También la renovación del lenguaje de la novela así como la narración en segunda persona, es el estilo indirecto libre… junto a la tendencia entre borrar el límite entre prosa y verso; el lenguaje poético entre la novela enriqueciéndola. Encontramos ausencia de puntuación, diferentes tipos de letras como en el “árbol de oro” (IVO MÁRQUEZ, DE DIEZ AÑOS DE EDAD), inserción de gravados y esquemas, letras distribuidas en columnas e incluso la invención de palabras. Las ficciones en el lenguaje trazan lazos entre las palabras, ocultos camuflados de rutina. No necesariamente tienen que ver con etimología, familia de palabras, o parónimos.
En definitiva la antología de los mejores relatos del habla hispana es un libro lleno de algunas de las fantasías mas locas que se puedan imaginar y por otra menor parte de el reflejo psicológico que las personas pueden tener hacia lo que no conocen y jamás pensaron posible. Los autores de los cuentos constituyen un desfile de personas con una percepción distinta de la cotidianidad y que lo han reflejado antes en otros textos como Juan Rulfo y Ana Maria Matute por mencionar a un par. Las complicadas descripciones como en el caso de Luvina o las sencillas narraciones como en “el árbol de oro”, van trasportando al lector de un ambiente a otro, de un espacio sencillo a otro mas complicado, de una realidad tranquila a una vida angustiosa; y permiten al espectador de las travesías conectarse con el que se siente feliz como con aquel que padece. En mi opinión los cuentos no poseen una trama llamativa o interesante, tampoco esclarecedora, es más, llevan a la más profunda de las confusiones y destruyen el interés del individuo de seguir leyendo.
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Enviado por: | J Luz |
Idioma: | castellano |
País: | República Dominicana |