l grupo de antitusígenos está constituido por un elevado número de medicamentos, en su mayoría mal documentados y con escasa difusión internacional. Este hecho y las dificultades metodológicas que surgen en la extrapolación de los estudios experimentales de antitusígenos a la práctica clínica, impiden un estudio detallado del grupo. Nos limitaremos a consideraciones de carácter general.
La tos es un mecanismo de defensa del organismo destinado a eliminar obstrucciones o sustancias extrañas de las vías respiratorias. Por consiguiente no debe ser sistemáticamente suprimida. Sólo está justificada la intervención farmacológica en casos de tos improductiva que interfiere el sueño, que entre en un ciclo de irritación bronquial que induzca posteriores ataques de tos, o que resulte molesta o peligrosa para el paciente por otros motivos.
Los antitusígenos se suelen dividir, según su mecanismo de acción en Centrales, que deprimen el centro bulbar que controla el reflejo de la tos, y Perifericos, que ejercen acción anestésica o analgésica sobre las terminaciones nerviosas bronquiales donde se inicia el reflejo. El posible interés de esta clasificación queda diluido por el hecho de que el mecanismo de acción de muchos antitusígenos no es bien conocido. Por ejemplo, el clofedanol es considerado por algunos autores como prototipo de los antitusígenos periféricos, mientras que otros lo consideran un fármaco de acción central.
La codeína es el medicamento que sirve de patrón de comparación a los demás antitusígenos. En la realidad la propiedad sedante de la tos es común a todos los opiáceos. La elección de la codeína se debe al hecho de que las dosis eficaces están muy alejadas de las que podrían producir dependencia. En cualquier caso la codeína, aunque indudablemente efectiva, tiene ciertos inconvenientes como producir estreñimiento y, en caso de sobredosis, depresión respiratoria. El dextrometorfano es tan eficaz como la codeína, y carece de efectos sedantes, analgésicos o adictivos. Muchos autores lo consideran el antitusígeno de elección, y es ciertamente preferible a la codeína en niños.
Aunque mucho menos difundida, la noscapina es también considerada como un sedante eficaz de la tos con bajo potencial de producir problemas.