Psicología


Ansiedad precompetitiva


'Ansiedad precompetitiva'
Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación Blanquerna. Universidad Ramón Llull.

Í n d i c e


1. Introducción

Este trabajo se centra en el apasionante mundo del deporte, concretamente, en la ansiedad que muchos deportistas experimentan dentro y fuera de la competición, así como los efectos que tiene sobre su rendimiento.

En el trabajo se pueden diferenciar dos apartados: en el primero explicamos un poco de marco teórico sobre la ansiedad competitiva: definición, evaluación y tratamiento y la segunda parte, hemos creado un role-playing de lo que sería una primera entrevista de una jugadora de baloncesto con problemas de ansiedad competitiva con una psicóloga del plan de tecnificación de Cataluña.

2. Conceptos básicos sobre la ansiedad

2.1. Ansiedad, estrés y arousal

Aunque los términos arousal, estrés y ansiedad se utilizan de modo intercambiable, los psicólogos del deporte y el ejercicio físico creen que es importante diferenciarlos. Weinberg y Gould (1996) proponen unas definiciones para estos términos.

El término arousal hace referencia a una activación general fisiológica y psicológica del organismo, variable a lo largo de un continuo, que va desde el sueño profundo hasta la excitación intensa. El término hace referencia a las dimensiones de la motivación en cuanto a la intensidad en un momento concreto, en un continuo que se extiende desde la falta absoluta de arousal (estado de coma) hasta el arousal máximo (es decir, frenesí). El arousal no se asocia a sucesos agradables o desagradables. Una persona puede tener un arousal elevado al enterarse de que ha ganado diez millones de euros, pero puede ser igualmente alto al recibir la noticia de la muerte de un ser querido.

El término ansiedad hace referencia a un estado emocional negativo que incluye sensaciones de nerviosismo, preocupación y aprensión, relacionadas con la activación o el arousal del organismo. Así pues, la ansiedad tiene un componente de pensamiento, por ejemplo, la preocupación y la aprensión, llamando ansiedad cognitiva, y un componente de ansiedad somática, que constituye el grado de actividad física percibida.

El estrés es un proceso, una secuencia de eventos que conduce a un fin concreto. Es un desequilibrio sustancial entre la capacidad de demanda (física y psicológica) y la capacidad de respuesta.

2.2. Tipos de ansiedad

2.2.1. Ansiedad Rasgo/ Ansiedad Estado

Una vez definido el concepto de ansiedad, encontramos que los psicólogos del deporte, hacen una distinción entre ansiedad estado y ansiedad rasgo. Por su lado, Dosil (2004) define de la siguiente manera estos dos conceptos:

  • Ansiedad rasgo: cuando el deportista está predispuesto a percibir determinados estímulos o situaciones como amenazantes y responde a ellos aumentando su nivel de activación y su ansiedad estado.

  • Ansiedad estado: cuando el deportista responde con ansiedad de forma circunstancial, en un momento determinado (por ejemplo, ante el temor a fracasar, cuando está preocupado, etc.). Se considera un estado emocional inmediato ante estas situaciones específicas y se caracteriza por aprensión, miedo, tensión e incremento de la activación fisiológica.

2.2.2. Ansiedad Cognitiva/ Ansiedad Somática

Otra distinción entre los tipos de ansiedad, es la que se establece entre ansiedad cognitiva y ansiedad somática. Dosil (2004) las diferencia de esta manera:

  • Ansiedad cognitiva: conjunto de preocupaciones negativas sobre el rendimiento, incapacidad de concentración y continuas interrupciones de la atención

  • Ansiedad somática: percepción de una serie de síntomas corporales que se producen automáticamente (por ejemplo, nudo en el estómago, sudoración, incremento de la frecuencia cardiaca, etc.).

En el siguiente cuadro vemos los tipos de ansiedad que hay según la posición que ocupen dentro de la intersección formada por los cuatro tipos mencionados anteriormente. En función de hacia qué polos se sitúen dentro de la intersección, la ansiedad recibirá un nombre u otro.

3. Ansiedad precompetitiva

Cualquier situación en la que se encuentra una persona puede provocar un cierto grado de ansiedad. En competiciones deportivas, el resultado y las consecuencias que se derivan son muy importantes para el deportista puesto que pueden llegar a determinar su presente e, incluso, su futuro, en aspectos referentes a contratos, valoración social, continuidad en la competición, autoestima, etc.

En términos generales se puede afirmar que cuanto más importante es un evento deportivo, más ansiedad produce. La repercusión social, económica y/o personal, representan indicadores de la trascendencia que puede tener el resultado final.

Entendemos por ansiedad precompetitiva una sensación negativa y desagradable que tiene un deportista durante, aproximadamente, las veinticuatro horas anteriores a la competición (partido, carrera, etc.). Entre los síntomas más característicos se encuentran la tensión muscular, cosquilleo en el estómago, sequedad de boca y necesidad de orinar. Los pensamientos negativos que acuden a la mente de los deportistas influyen en su rendimiento durante la competición.

La ansiedad precompetitiva acostumbra a ser motivada por la incongruencia entre la demanda deportiva y las capacidades que tiene el deportista. Si, por el contrario, las capacidades van acordes con las demandas, se experimenta un estado de alerta/vigilancia que se considera óptimo para competir. Por otro lado, la ansiedad precompetitiva también puede aparecer cuando las habilidades del contrincante se consideran superiores a las propias.

Kroll afirma que en la ansiedad precompetitiva intervienen los siguientes factores:

  • Síntomas físicos (molestias digestivas, temblores…)

  • Sentimientos de incapacidad (sensación de no estar preparado, de que algo va mal…)

  • Miedo al fracaso (miedo a ser vencido, a no cumplir con las expectativas, a defraudar…)

  • Ausencia de control (sentirse gafe, pensar que se tiene o tendrá mala suerte…)

  • Culpabilidad (dañar al oponente, jugar sucio, hacer trampas…)

La ansiedad precompetitiva influye en la capacidad de pensar y tomar decisiones, en la focalización de la fuerza y en la habilidad para permanecer en calma.

Así pues, el síndrome de ansiedad precompetitiva es uno de los factores que influyen en el rendimiento deportivo; su control es muy importante. A menudo, en igualdad de condiciones objetivas, la percepción de tener un mayor o menor control de la situación puede influir en el rendimiento, cosa que muestra que, para reducir la ansiedad, es muy importante reducir el significado de amenaza y aumentar la sensación de control de la misma.

El hecho de que el deportista tenga ansiedad precompetitiva puede hacer que éste perciba la competición como algo amenazante, por lo que experimenta respuestas de tipo cognitivo, fisiológico y motor.

Según Buceta (1998), las variables que pueden llevar a la ansiedad precompetitiva son las siguientes:

  • Importancia del evento: cuanto más importante es el evento mayor probabilidad existe de que el deportista padezca ansiedad precompetitiva. El primer paso para solucionar este problema es que el psicólogo del deporte utilice la Escala Subjetiva de Estrés Individual (ESEI), evaluando de 0 a 10 la importancia que tiene esa competición y el estrés que le puede producir, para intervenir en consecuencia.

  • Inminencia del evento: a medida que se acerca la situación que puede causar estrés, éste suele aumentar.

  • Incertidumbre: desconocimiento del resultado o de alguna decisión que puede afectar al deportista, por eso es importante informar al deportista, ya que la incertidumbre crea una sensación de falta de control que suele tener repercusiones negativas en él.

  • Amenaza de fracaso: cualquier situación en la que una persona se siente amenazada se transforma en estresante, y más, cuando esta amenaza se traduce en fracaso deportivo.

  • Situaciones novedosas/desconocidas: lo desconocido suele producir miedo, y el miedo aumenta la ansiedad de los sujetos. Para solventar estas situaciones novedosas es importante trabajar sobre la variable autoconfianza, pues si ésta es alta, el deportista tendrá la sensación de que se puede enfrentar con éxito a cualquier situación, aunque sea nueva o entrañe dificultad.

  • Experiencias frustrantes: los eventos pasados que no han sido agradables (como las derrotas o los propios errores), bien por una mala actuación o bien por un resultado negativo, se mantienen en la memoria del deportista y pueden ser motivo de estrés para las siguientes competiciones y/o entrenamientos.

  • Otros factores personales, familiares o profesionales. Por ejemplo, problemas con la pareja, económicos, de estudios, etc.

4. Evaluación

Dosil (2004) diferencia tres niveles diferentes para evaluar la ansiedad en el contexto deportivo: fisiológico, cognitivo y conductual.

A nivel fisiológico se utilizan medidas de evaluación como el electroencefalograma (EEG), que indica los cambios que se producen en el cerebro cuando el deportista está en estado de relajación (alfa) o cuando está en estado de activación (beta).

A nivel cognitivo las medidas se suelen realizar mediante cuestionarios o entrevistas. Los primeros son fáciles de utilizar y permiten recoger en poco tiempo información de un grupo numeroso de deportistas. La entrevista permite profundizar en algunos aspectos que con los cuestionarios podrían pasar desapercibidos, por lo que se convierte en un instrumento adecuado en la práctica del psicólogo del deporte.

Por último, para evaluar las respuestas a nivel conductual, la observación directa es el método que más éxito tiene en el ámbito del deporte. La utilización de vídeos, listas de comportamientos (evitación y afrontamiento), registros, etc., se consideran esenciales para evaluar si un determinado deportista presenta respuestas inadecuadas ante diferentes situaciones.

Las escalas y cuestionaros se utilizan para intentar delimitar el nivel de activación adecuado de cada deportista, a la vez que permiten predecir la ansiedad o estrés ante las demandas del deporte. Para medir la ansiedad se usan cuestionaros generales y específicos. A nivel general, la más usada es la escala de Ansiedad Estado-Rasgo (State-Trait Anxiety Invenory, STAI) de Spielberger, Gorsuch y Lushene. Este test proporciona información sobre la ansiedad del deportista en un momento determinado (escala estado de 20 ítems) y a nivel general (escala rasgo de 20 ítems).

A nivel específico, los tests más usados son los siguientes:

  • Ansiedad Rasgo: TAI de Spielberger (1983), SACT de Martens (1990).

  • Ansiedad Estado: SAI de Spielberger (1983), CSAI de Martens (1990).

5. Técnicas para el tratamiento de la ansiedad en el contexto deportivo

Son diversas las técnicas que se utilizan para el control de la ansiedad. Todas ellas tienen en común intentar atajar los pensamientos difusos e imaginativos que tienden a invadirnos cuando comenzamos a preocuparnos en exceso.

Mora, García, Toro y Zarco (2000), en su libro Psicología de la actividad físico-deportiva hablan de la técnica cognitiva. Explican que nuestros comportamientos, nuestras emociones y nuestros sentimientos, pueden verse influidos por las conclusiones que extraemos de los acontecimientos cotidianos. Así pues, la experiencia sufrida en una situación concreta suele ser determinante para afrontar futuras situaciones, sea cual sea la faceta de la vida en la que nos encontremos: laboral, social, familiar, deportiva, etc. De este modo es posible explicar las frecuentes manías o supersticiones de los deportistas. Los rituales empleados por algunos jugadores antes de la competición pueden llegar a ser bastante complejos; la predilección por determinada indumentaria deportiva con la que se consiguieron éxitos anteriores es un ejemplo de las asociaciones tan elaboradas que hacen los sujetos de su experiencia deportiva. Por lo tanto, la interpretación que hacemos de la experiencia previa es lo que nos crea un estado de ansiedad o de tranquilidad, de cólera o de sosiego, de depresión o de euforia.

Las técnicas cognitivas inciden directamente en los procesos de pensamiento, fruto de la interpretación de la experiencia, estudiando las cogniciones falsas que subyacen a los problemas emocionales y de conducta, y aplicando procedimientos conductuales dirigidos a sustituir estas cogniciones por otras más adaptativas.

Si la interpretación que hacemos de un hecho real está formada a partir de errores de pensamiento instaurados en nuestro esquema mental, obtendremos un conocimiento deformado de la realidad, sufriendo emociones negativas y comportándonos de un modo desadaptativo. Por ejemplo, un jugador de fútbol que sufre una agresión por parte de un jugador del equipo contrario, desarrollará una emoción negativa si interpreta este hecho como un ataque personal, y es posible que responda de modo violento con el objetivo de no permitir la repetición de esa agresión. Si la respuesta que obtiene con su acción se ajusta a su objetivo, reforzará la creencia de que responder violentamente a la agresión de un contrario es eficaz para repeler o evitar dichas conductas. Pero si, por el contrario, su objetivo no se cumple, el hecho se repite o es sancionado por el árbitro, su conducta ha sido claramente desadaptativa y su esquema mental se verá perturbado. El deportista podría haber interpretado esta agresión como un lance del juego, como un síntoma de que su adversario está en inferioridad de condiciones físicas, técnicas o tácticas ante él, con lo cual la emoción desarrollada sería, en este caso, positiva.

Mora, García, Toro y Zarco (2000) proponen tres pasos a seguir en una reestructuración cognitiva:

  • Proporcionar al sujeto una información general.

  • Información acerca del papel que desempeñan las cogniciones en la activación emocional, ayudando al deportista a establecer las pautas vitales que han determinado la adquisición de esas formas de pensamiento Es decir, determinando qué temores tiene en las diferentes situaciones en que manifiesta emociones negativas, así como las conductas desadaptativas que presenta ante dichas situaciones, procurando que manifieste el conocimiento subjetivo acerca de dichas experiencias de tal modo que pueda reconocer cuál es el discurso interior que provoca la emoción negativa.

  • Auto-observación de los pensamientos automáticos.

  • Los pensamientos automáticos tienen características particulares que los hacen fácilmente reconocibles: son mensajes específicos que no están sujetos a la reflexión (por ejemplo, ideas como: Al entrenador no le caigo bien). No importa lo irracionales que sean, casi siempre son creídas y se viven como espontáneos puesto que entran de repente en la mente y son difíciles de desviar debido a que generan otros pensamientos negativos asociados (por ejemplo: Si no triunfo, no ganaré suficiente dinero y puedo llegar a ser un fracasado). Estos pensamientos son aprendidos, se han ido formando a lo largo de la experiencia individual.

  • Sustituir estos pensamientos por otros más adaptativos.

  • Aplicando reglas de evidencia lógica y considerando explicaciones alternativas, podemos sustituir los pensamientos no adaptativos por otros más racionales. Por ejemplo, en el caso de que piense que no le cae bien al entrenador, el primer paso sería pedir al sujeto que corrobore dicha afirmación, después, que justifique esas pruebas (motivos) y por último, mostrarle alternativas lógicas y proporcionarle conceptos más adaptativos a los que utiliza en su esquema mental.

    Además, estos autores también proponen la técnica del biofeedback. A través de ella se pretende controlar la ansiedad proporcionando al sujeto información inmediata de las funciones vitales que la acompañan, así como de su estado emocional positivo en relación con dicho control de la ansiedad. El biofeedback permite al deportista conocer los niveles de activación propios y compararlos con los requeridos en la actividad competitiva concreta.

    La técnica del biofeedback parte del supuesto de que el hecho de proporcionar al deportista una información precisa sobre sus respuestas fisiológicas, le facilitará el aprendizaje o autorregulación de tales respuestas.

    Por otro lado, dentro su artículo El entrenamiento mental en el deporte, Morales explica que la aplicación de técnicas de control mental en el deporte tienen como objetivo el control de las ansiedades precompetitivas y las postcompetitivas (por ejemplo, insomnio) y el manejo de situaciones competitivas por visualización, manejo de los diferentes niveles, etc.

    Esta técnica se organiza en un proceso de tres etapas diferenciadas y consecutivas, de manera que si procuramos una buena aplicación de la misma, no podremos saltar ninguna de estas etapas. Aún así, podríamos llegar a sintetizarlas después de haber practicado durante un largo período de tiempo.

    Estas etapas son las siguientes:

    • Relajación.

    • Inducción por visualización.

    • Descanso.

    La primera etapa, la relajación, está basada en las técnicas básicas ya conocidas de Jacobson: la relajación progresiva. Primero se hace hincapié en la postura, por lo que deberemos crear un ambiente cómodo y cálido, donde el deportista se sienta plácidamente. Preferentemente la cabeza deberá estar apoyada en un respaldo y los brazos en ángulos de noventa grados, con los antebrazos sobre los muslos y las palmas de las manos hacia arriba. Luego se deberá centrar la atención en la técnica de respiración, elemento fundamental de toda práctica de relajación y/o concentración, con el fin de llegar a la etapa de la inducción por visualización. En este momento deberemos tener muy claro qué es lo que pretendemos hacer con ella. Es decir, debemos reconocer previamente cuál es la necesidad primordial que procuraremos satisfacer, cuál es el aspecto a corregir; si es necesario movilizar, calmar, o procesar con anticipación, el significado de los nervios previos a un gran enfrentamiento, etc.

    La visualización como técnica es utilizada para evaluar situaciones o para anticiparse a los procesos que éstas originan, pero también para controlar las respuestas fisiológicas (frecuencias cardíacas, registros del umbral del dolor, síndrome de ahogo por altura…) para modificar los tiempos de reacción que cada deportista debe tener incorporado según su deporte o especialidad, ya que estos no son los mismos para todos los deportistas.

    Se trata de una técnica que programa la mente del deportista para reaccionar, para responder cuando y como se le ha programado. Es hacer pensar con imágenes a través de las palabras o pensamientos, en función del registro previo de una situación deportiva ya vivida y que se va a poner en juego nuevamente. Entonces trataremos de predeterminar esta situación para así acortar los plazos de reacción, evitar la sorpresa. Anticiparse a la posible jugada rival, es trabajar sobre el conocimiento de las destrezas técnicas del otro, lo que ese otro puede llegar a poner en juego en ese momento como ocasional rival. Es decir, poner en situación de máxima activación a nuestro deportista para cuando le sea requerida y que, a su vez, éste se acostumbre a entregar el máximo de sus posibilidades

    La visualización no sólo pone en juego el sentido de la vista, sino que aúna todos los sentidos en su práctica en función de la capacidad que tenga el sujeto para evocar o formar imágenes. Cuando el deportista imagina determinadas situaciones de juego, se involucra a través del movimiento, las emociones, los sentimientos, los olores, los despliegues físicos, etc. que, aunque sin ser una situación real, se ponen en funcionamiento a nivel mental, y experimenta las mismas respuestas que tendrá cuando la situación sea real.

    Pongamos el siguiente ejemplo: cuando uno se mueve y procura anticiparse a un rival para hacerse con la posesión de la pelota, antes de que se realice el movimiento físico, nuestro cerebro ha transmitido el impulso nervioso necesario a los músculos para que se traduzca en órdenes y éstos ejecuten un determinado movimiento creando una huella anémica. Cuando nos imaginemos ese determinado movimiento, actuaremos desde ella reforzándola en consecuencia. Así la visualización ayuda a mecanizar, a automatizar los gestos deportivos (movimientos tácticos, técnicos, físicos, etc.) reforzando la actitud y la aptitud. Se trata de una experiencia sensorial y mental que se suma a la experiencia físico-técnica con el fin de mejorar las destrezas deportivas.

    La visualización se considera una estrategia adecuada para centrarse en los aspectos importantes de la tarea y no verse influenciado por distractores internos (pensamientos) o externos (ruido). Con esta práctica se logra poner al jugador en situaciones del juego anticipadamente, teniendo así la posibilidad de vencer los miedos iniciales, temores de enfrentar a determinados rivales que les remitían a situaciones de frustración, de dolor, de lesiones físicas, ansiedades precompetitivas, etc. De esta forma se tiene la posibilidad de reparar situaciones ya inscritas en nuestro mundo interno.

    Seguidamente proponemos un ejercicio de visualización rápido.

    Debemos pensar en un limón. Lo imaginamos en nuestra mano, fresco, duro… lo cortamos y caen gotas de jugo que sentimos en nuestra mano, sentimos su aroma. Al imaginarlo, podemos llegar a experimentar una sensación ácida en la boca y hasta secreción salival.

    6. Role-playing

    Cliente: Hola, buenas tardes.

    Counsellor: Hola, buenas tardes Rut. ¿Qué tal?

    Cliente: Bien, gracias.

    Counsellor: Bien, yo soy Nuria, psicóloga deportiva y bueno, pues formo parte del plan de tecnificación de Cataluña y me encargo de atender las demandas de la federación de básquet, entre otras y por eso, voy a ser yo quien te ayude.

    Ciente: Sí, ya me lo ha dicho mi entrenador

    Conunsellor: Muy bien, pues me ha comentado tu entrenador, que vendrías a verme porque nota que en algunos momentos previos a la competición, incluso previos a los entrenamientos, tu nivel de ansiedad sube un poco. Me gustaría que me explicaras qué sensaciones tienes y lo que has hecho hasta ahora para controlarlo.

    Cliente: Sí, a ver… siempre he tenido un poco de ansiedad antes de los partidos, pero nunca antes de los entrenamientos. Este año sí, y a mí nunca me había pasado…. Yo intento no tener ansiedad. Cuando estoy en el tren camino del pabellón, siempre pienso que llevo muchos años jugando y que no tengo motivos para sentir eso, pero no sirve de nada, sigo teniendo ansiedad. A menudo, cuando me invade la ansiedad, intento describir mentalmente lo que siento y así se me pasa un poco, pero al cabo de nada vuelve la ansiedad.

    Counsellor: ¿En qué ámbitos más de tu vida tienes también estas sensaciones? Habitualmente no sólo es en el ámbito del deporte, a veces encontramos estos niveles de ansiedad en otros ámbitos, ¿hay otro ámbito en el que sientas ansiedad?

    Cliente: No me gustan las exposiciones orales, también me provocan mucha ansiedad, y antes de los exámenes también he tenido siempre bastante ansiedad. Aunque en estos últimos años ya no me pasa, supongo que es porque pienso que si no apruebo en junio, tengo otra oportunidad en septiembre. Quizá siento más ansiedad en los exámenes de septiembre, porque sé que si no apruebo, me quedará para el año siguiente.

    Counsellor: En cambio, en un partido no tendrás esa segunda oportunidad, y en las exposiciones orales tampoco…

    Cliente: Claro, una mala jugada no la puedo rectificar, pero un mal examen siempre puedo repetirlo. Si la exposición sale mal, tampoco puedo arreglarlo.

    Counsellor: ¿Qué piensas cuando te viene esta ansiedad? ¿Qué sueles pensar antes de una competición o un entrenamiento?

    Cliente: Bueno, me invade la ansiedad y no me paro a pensar en mis pensamientos, sino que siempre me centro en cómo puede ser que sienta eso cuando llevo tantos años jugando.

    Counsellor: Bueno, yo creo que es una de las primeras cosas que tendríamos que analizar, porque normalmente esta ansiedad precompetitiva suele venir acompañada de pensamientos negativos y, sobretodo, pensamientos negativos que hacen referencia a la propia confianza: lo haré mal, no estoy preparada… Hay pensamientos negativos que están relacionados con nuestra propia competencia deportiva: creer que se es peor que los otros, creer que no se dará la talla… De alguna manera, estos pensamientos negativos, normalmente denotan una falta de confianza en uno mismo.

    Cliente: Bueno, yo conscientemente no me creo peor que las demás.

    Counsellor: Tú conscientemente no, pero en el momento en el que a ti te provoca esta ansiedad es porque sabes que partir de aquel momento hay una evaluación verso a ti. Te están evaluando, te están observando, y tú tienes que demostrar unas habilidades, una técnica. Lo que pasa es que aquí, lo que es incomprensible, es que nunca hayas sentido ansiedad antes de los entrenamientos, y desde hace un año sí. ¿Ha habido alguna experiencia en los últimos tiempos que realmente haya podido transformar, modificar o alterar tu confianza? Algún cambio de equipo o algún partido que no salió bien…

    Cliente: Bueno, tuve que dejar el baloncesto durante unos años, y al volver probé con un equipo de la misma categoría a la que pertenecía el equipo que dejé. El nuevo entrenador me dijo que tenía que estar un año en una categoría más baja, para volver a ponerme a tono. La verdad es que no me sentó muy bien, pero lo entendí y me fui al Juventut de Badalona. Yo sabía que tenía que volver a demostrar que era competente, aunque hacía tiempo que no entrenaba. La verdad es que al principio lo pasé mal porque veía que mis habilidades no eran las de antes, pero mis compañeras de equipo siempre me han apoyado mucho, nunca me han hecho sentir mal por eso. Al revés: me animaban muchísimo, así que no sé si eso puede haber influido.

    Counsellor: Bueno Rut, puede ser que parte del problema sea esta falta de confianza en ti misma. Puede que tú pienses que no darás la talla o puede que el hecho de que, al volver de tu parón deportivo, vieras que habías perdido habilidades y esto haber provocado inseguridad. Claro, cuando tú tienes unas expectativas delante de una situación y ves que por una razón o por otra, se rompen, tienes que volver a coger confianza en ti misma. Es decir, el hecho de que un equipo no te diera la valoración que tú esperabas al volver a jugar, pudo haberte bajado el nivel de autoconfianza. Pienso que en estos momentos, ya que vuelves a jugar en un equipo que tú has escogido y vuelves a jugar bien, tendrías que recuperar la confianza en ti misma, la confianza que tenías hace unos años.

    Cliente: Sí, no sé… Ver que había perdido habilidades, verme peor en la pista, pudo haberme hecho sentir mal alguna vez y, a causa de esto, tener ahora esta ansiedad…la verdad, me gustaría dejar de sentirla.

    Counsellor: Claro, tanto el parón deportivo como la mala experiencia en el club al que esperabas volver, ha hecho que perdieras la confianza en ti. Yo pienso que aquí, lo que hemos de hacer, es volver a recuperar esta confianza.

    Cliente: Vale.

    Counsellor: Lo que sería bueno, es que de entrada te marcases unos objetivos realistas junto con tu entrenador. Estos objetivos tienen que tener una visión clara de lo que tú puedes llegar a hacer este año, el año que viene… y que tú misma puedas puntuarte. En tu deporte, cuantos más puntos haces, más valor se te da. Entonces, tendríamos que apoyarnos en la eficacia. Tú tienes de tener autoconfianza para tener eficacia.

    Cliente: Claro, no puedo confiar en mi misma y en mi juego si no tengo eficacia en la pista, si no hago puntos. Pero yo ya me he marcado esos objetivos con mi entrenador y creo que los voy consiguiendo.

    Counsellor: Entonces aquí tenemos varias cosas por hacer. Primero esta confianza, seguir con estos objetivos realistas ya marcados, y por otro lado, otra cosa que tienes que hacer es visualizar tus acciones positivas, es decir, yo me veo, me veo desarrollando una serie de habilidades que me salen de maravilla y me veo disfrutando del baloncesto. Entonces tendríamos que hacer un poco de entrenamiento mental para que aprendas a hacer una buena visualización y técnicas de relajación para que tú misma sepas relajarte antes de los entrenamientos para bajar esta ansiedad. Eso sí: manteniendo siempre un nivel de activación óptimo que te prepare para el ejercicio y aplicando técnicas cognitivas que te ayudarán a detectar los pensamientos que te pueden estar causando esa ansiedad. Es fundamental que aprendas a visualizarte antes del partido, que te visualices jugando, tirando los tiros libres, etc. y con esta visualización iremos reforzando, a nivel mental, que cuando tú estés compitiendo puedas conseguir eso y volver a tener confianza.

    Cliente: Vale, me parece bien, a ver si consigo sentirme bien antes de jugar, porque al cabo de 5 minutos de estar en la pista, se me olvida todo y sólo veo la pelota, el aro y el defensor. Y me lo paso genial, pero antes no sé qué pasa que lo paso mal, tengo ansiedad y me siento mal.

    Counsellor: Pues este tipo de pensamiento que tú consigues tener cuando llevas 5 minutos de juego, tienes que intentar aplicártelo en el momento antes del partido. Se trata de conseguir esta misma focalización que tienes cuando llevas 5 minutos del partido, en el inicio. En lugar de centrarte en ti, céntrate ya en el inicio del partido o en el entrenamiento. Intenta proyectar fuera de ti, focaliza fuera de ti. Una cosa que va bien es salir de nosotros y focalizar.

    Cliente: Vale, o sea que cuando vaya a los entrenamientos y partidos, puedo pensar en cuando esté entrenando o jugando y que me lo estoy pasando bien.

    Counsellor: Claro, tú tienes que buscar elementos distractores y elementos que te aporten satisfacción, seguridad y confianza.

    Cliente: Vale.

    Counsellor: Bien Rut, de entrada te daré un cuestionario para que tú misma te midas la ansiedad que tienes antes y después de los entrenamientos, y lo mismo antes y después del partido. Si te fijas es muy sencillo, tan solo tienes que marcar del 1 al 10 tu nivel de ansiedad, siendo 1 la mínima ansiedad y 10 la máxima. Además, quiero que pienses y, si puedes anotes, los pensamientos que tienes en el momento previo a que aparezca la ansiedad. Esto, durante una semana.

    Cliente: Vale, entonces ¿puntúo en una hoja cada día el nivel de ansiedad antes y después de los entrenamiento y los partidos y te la enseño la semana que viene? También intentaré pensar en lo que pienso.

    Counsellor: Inténtalo y me lo traes. Lo comentamos y también empezaremos a trabajar la visualización y la relajación.

    Cliente: Muy bien, Núria. Pues hasta la semana que viene.

    Counsellor: Que vaya muy bien Rut. Nos vemos la semana que viene.

    6.1 LAS 5 PARTES DEL DECISONAL COUNSELLING

    1. Relación y estructuración:

    En nuestro role-playin se puede obsevar esta parte al principio de todo, cuando el cliente y el counsellor se saludan y el counsellor explica que forma parte del plan de tecnificación de cataluña y va a ser la psicóloga que le ayude y le explica también, la demanda que le ha llegado del entrenador.

    2. Recoger información, definir el problema e identificar los activos del cliente: ¿Cuál es el problema? (evaluación)

    La evaluación es la parte que más ocupa en el role-playing, empezando cuando termina la salutación y la explicación del counsellor de quien es. En esta etapa, el counsellor pregunta la demanda al cliente ( todo y que ya había recibido previamente una demanda del entrenador) y intenta hacer una evaluación del problema y buscar explicaciones sobre las causas del problema del cliente ( la ansiedad), preguntándole cuando le ocurre y en que ámbitos, hasta llegar a profundizar sobre las experiencias pasadas del cliente dentro del deporte. También identifica los activos de cliente cuando pregunta que ha hecho este para superar la ansiedad hasta el momento.

    3. Determinar los resultados deseados; ¿ Qué te gustaría que pasara?

    El cliente, terminada la segunda etapa, afirma que le gustaría dejar de sentir ansiedad

    4. Generar soluciones alternativas: ¿ Qué vamos a hacer con esto?

    Después de la evaluación del problema y de que el cliente exprese su deseo de dejar de sentir ansiedad, el counsellor propone las cosas que seria bueno que se hicieran para frenar esta ansiedad y el cliente acepta estas cosas que se tendrán que trabajar en terapia para conseguir el objetivo.

    5. Generalización: ¿Lo harás?

    Al final de todo, el counsellor le manda tareas para hacer: le dice que marque del 1 al 10 la ansiedad que siente ante y después de los partidos y le pide que piense en ls pensamientos que suele tener antes de la competición.

    7. Bibliografía

    Buceta, J.M. (1998). Psicología del entrenamiento deportivo. Madrid: Dykinson

    Dosil, J. (2004). Psicología de la actividad física y del deporte. Madrid: McGraw Hill.

    Kroll, W. Dealing with precompetitive anxiety. Extraído el 28 de octubre de 2005, de http://www.trackandfieldnews.com.

    Mora, J. A; García, J; Toro, S; Zarco, J. A. (2000). Psicología de la actividad físico-deportiva. Madrid: Psicología Pirámide.

    Morales, D (2002). El entrenamiento mental en el deporte. [Resumen]. Extraído el 2 de noviembre de 2005, de http://psicodeporte.nu/index.html.

    Weinberg, R; Gould, D. (1996). Fundamentos de psicología del deporte y el ejercicio físico. Barcelona: Ariel.

    Ansiedad Cognitiva

    Ansiedad Rasgo

    Ansiedad Estado

    Ansiedad Somática

    Ansiedad Rasgo Cognitiva

    Ansiedad Rasgo Somática

    Ansiedad Estado Cognitiva

    Ansiedad Estado Somática

    Orientación Psicológica. Un caso de ansiedad precompetitiva.




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