Es la pérdida del apetito. Debe distinguirse del trastorno psicológico específico conocido como anorexia nerviosa, y también de la ingestión relativamente baja de alimentos; ésta última no resulta peligrosa para la salud mientras la dieta sea variada y el peso corporal se mantenga, y no debe contemplarse como un trastorno que requiera tratamiento médico.
CAUSAS
Las condiciones médicas y psicológicas que pueden causar anorexia incluyen los trastornos emocionales, el estrés, el exceso de trabajo, la ansiedad, la depresión, el dolor agudo, las enfermedades graves de cualquier clase (especialmente las infecciosas), los trastornos del sistema digestivo como la gastritis, las enfermedades hepáticas, los trastornos en el riñón y el cáncer. También puede producirse anorexia como resultado de la toma de medicamentos, como opiáceos, diuréticos y aquellos que se emplean para tratar la hipertensión (betabloqueantes) y la insuficiencia cardiaca. Debido a esta gran variedad de causas, la anorexia es de poca utilidad para diagnosticar una enfermedad subyacente.
En los niños suele producirse una fase de rechazo de la comida, que es un estadio normal del desarrollo y no resulta perjudicial. Esa condición no se considera anorexia, a menos que se produzca pérdida de peso y languidez. En los adolescentes, en cambio, la anorexia puede ser señal de anorexia nerviosa o del consumo de anfetaminas u otras drogas estimulantes. En una persona de cualquier edad, una anorexia persistente, con pérdida ininterrumpida de peso, puede ser indicativa de una enfermedad grave, como cáncer de estómago, y requiere un examen médico.
ANOREXIA NERVIOSA
Esta enfermedad se caracteriza principalmente por el miedo intenso a ganar peso y por una imagen distorsionada del propio cuerpo (dismorfofobia). Conduce a un grave adelgazamiento debido a una dieta exagerada y a un exceso de ejercicio. No se asocia con ninguna otra enfermedad orgánica previa. Se presenta habitualmente en adolescentes, especialmente en las mujeres. La enfermedad produce alteraciones en los ciclos hormonales, una inmunodepresión con aumento del riesgo de infecciones, y aproximadamente entre el 5 y el 18% de los anoréxicos muere por desnutrición. Los pacientes también padecen a menudo bulimia, que consiste en ingerir enormes cantidades de alimentos y después provocar el vómito para permanecer delgados; los vómitos repetidos alteran el equilibrio hidroelectrolítico, produciendo, en general, hipopotasemia que puede afectar al funcionamiento cardiaco.
No existe un tratamiento universalmente aceptado para la anorexia nerviosa. Frecuentemente se asocia con depresión y baja autoestima, y los pacientes suelen mejorar con antidepresivos. La normalización del peso corporal es un paso importante en el tratamiento de la enfermedad. La psicoterapia y la terapia familiar a menudo son importantes. La mitad de los pacientes se curan definitivamente, aunque a veces, la enfermedad acaba produciendo alteraciones metabólicas y hormonales que agravan el proceso puramente psíquico.
Muchos pacientes con anorexia nerviosa nunca acuden al médico, por lo que no se conoce con exactitud la frecuencia de aparición de la enfermedad.
BULIMIA
Desorden alimenticio causado por la ansiedad y por una preocupación excesiva por el peso corporal y el aspecto físico. Se caracteriza por episodios repetidos de ingesta excesiva seguidos de provocación del vómito, uso de laxantes, dietas exageradas y/o abuso del ejercicio para controlar el peso.
A veces el comportamiento bulímico se observa en los enfermos de anorexia nerviosa o en personas que llevan a cabo dietas exageradas, pero la bulimia por sí misma no produce pérdidas importantes de peso. Lo que sí produce a veces, debido a los vómitos provocados, son problemas gastrointestinales e hipopotasemias (concentraciones bajas de potasio en sangre) graves, así como lesiones en los dientes debido a la acidez de los vómitos. La bulimia aparece sobre todo en adolescentes, en especial en las mujeres, debido a diferentes mecanismos psicológicos; el más obvio es la respuesta a la presión social que valora la delgadez como atractivo físico, pero también por las dificultades para asumir un cuerpo sexuado. Para tratar la enfermedad se utilizan diversas terapias de grupo y terapias de condicionamiento. Los antidepresivos pueden también ser efectivos, pues muchos de los bulímicos sufren también depresión.