Biología, Botánica, Genética y Zoología


Alimentos transgénicos


Alimentos transgenicos

Luego de habernos informado acerca de los alimentos genéticamente manipulados (OGM´s), también llamados transgénicos hemos advertido que hay opiniones encontradas sobre la seguridad de éstos. Hay quienes aseguran que no se corren riesgos al ingerirlos. Asimismo destacan la posibilidad de que nos encontremos frente a la solución para el hambre del mundo. Para otros , el consumo trae aparejado el riesgo de contraer alergias o de adquirir resistencias a antibióticos.

¿Que son los alimentos transgénicos?

La palabra “transgénico” proviene de “trans” (mover de un lugar a otro) y genico (referido a los genes). En resumidas palabras, es todo aquel organismo que tiene incorporado un gen extraño. A la técnica empleada se la conoce con varios nombres: Ingeniería genética , modificación genética o manipulación genética.

Se alteran genéticamente los vegetales y los animales para mejorar su producción. Intentando cambiar

  • Algodón.
    Algodón transgénico y muestras y cultivos experiemntales de algodón. Existen tres tipos de orugas que afectan al algodón, entre ellas la más conocida es gusado rosado. Monsanto dispone de un tipo de algodón transgénico resistente a las orugas de las capsulas del algodón que atacan este cultivo de forma pertinaz.

  • Maíz.
    Las mazorcas afectadas por el taladro son un caldo de cultivo excepcional para el desarrollo de los hongos tipo fusarium que provocan micotoxinas, productos cancerigenos de alta toxicidad que han afectado a granjas enteras. El maíz con las mazorcas protegidas genéticamente casi elimina este riesgo.

  • Insectos.
    Una de las ventajas de este metodo es que se conoce que las proteinas Bt son especificas contra determinadas larvas de lepidopteros, pero son inocuas para otros insectos, entre ellos los auxiliares o beneficos que se alimentan de estas plagas, como la mariquita o la crysopa.

La investigación transgénica aplicada a cultivos y plantas está trabajando en 6 direcciones concretas que resumen el por qué y para qué de esta tecnología que pretende superar problemas clasicos planteados mediante la introducción de genes correctores.

  • Resistencia a factores adversos del suelo y del clima. De esta manera se pretende obtener plantas transgénicas que autogeneren defensas contra la acidificación del suelo, por ejemplo, que afecta al 40 por ciento de las tierras cultivadas. Lo mismo se puede referir en relación a cultivos con capacidad para soportar temperaturas extremas de uno y otro signo.

  • Resistencia a enfermedades y plagas. En China se cultivan plantas de tabaco transgénicas resistentes a determinados virus que las afectaban crónicamente. También se siembra maíz transgénico resistente al taladro. En esta linea se ha descubierto una bacteria que acumula la proteina Bt que se trasforma en enzima tóxica y actúa en el intestino de determinados insectos, provocando su muerte.

  • Tolerancia a herbicidas. Sistema aplicado a soja y colza transgénicas, comercializadas ya en el mercado, resistentes a los productos Basta y Roundup. En el primer caso se introducen genes que degradan e inactivan al herbicida; en el segundo, se utilizan otros para codificar una versión insensible de la proteina de la planta que es el blanco del herbicida.

  • Mejora en la calidad o configuración de una planta. Con vistas al proceso tecnológico a la que se somete en este último caso conformando mediente manipulación genética el tamaño y disposición de las plantas según la maquinaria operativa. Sobre la calificación de mejora de calidad se destaca el logro de poder retrasar la maduración de los frutos, introduciendo un gen anti-sentido para bloquear las sintesis del etileno, la hormona de la maduración, palicado al tomate para mantenerlo durante su transporte, volviendo a ser tratado con etileno exógeno cuando el fruto va a ser puesto en el mercado.

  • Factorías moleculares de materias primas alternativas. Se trabaja en la obtención de aceites vegetales para consumo, pero también con fines industriales, abriendo nuevas vias de desarrollos la ingenieria genética para poder sustituir a los aceites minerales con el fin de que puedan ser renovables y biodegradables. Otra linea de investigación que ha dado ya sus frutos se ha establecido a partir de la bacteria Alcoligenes eutrophus que elabora un polímero de reserva y otros PHAs que pueden ser utilizados a partir de sus tejidos para obtener un tipo de plastico biodegradable para envases y otros fines. Los investigadores de la compañía Monsanto han producido el plastico denominado PHBV a partir de plantas de berros y colza modificada con 4 genes bacterianos.

  • Capacidad de absorción de materias contaminantes. Se trabaja en la obtención de plantas tratadas genéticamente para que sean capaces de absorber y transformar residuos de metales pesados como el mercurio, mediante un proceso de fitorremediación. Otros desarrollos se encaminan a obtener cultivos capaces de expresar genes que codifican enzimas degradantes de compuestos orgánicos nitrogenados y clorados.

  • Este procedimiento puede hacerse entre plantas de la misma especie , entre especies no relacionadas o incluso trasladando genes de una planta a un animal o viceversa. Con esta técnica se han roto las barreras naturales para la reproducción y creación de seres vivos , pues en condiciones naturales solo es posible el cruzamiento de animales o plantas de la misma especie o de especies relacionadas. A diferencia de otros métodos biotecnológicos de mejoramiento genético ( cruzas entre especies parientes) , la ingeniería genética va mas allá : transforma seres vivos.

    Lamentablemente la política se apropia de la verdad. Por eso todo es verosímil pero son muchas la dudas que nos aquejan. Mientras en EEUU la ingeniería genética está bien vista , en Europa no lo está. Como siempre los consumidores somos nos vemos afectados al no saber que pasa realmente. Es casi imposible para nosotros conocer y estar convencidos de la verdad. Hace años que comemos alimentos desformados genéticamente sin saberlo. La verdad es ocultada por las multinacionales.

    ¿ Donde están los alimentos transgénicos?

    En la Argentina existen en el mercado plantas transgénicas con tolerancia a herbicidas y plagas. En otras parte del mundo, en tanto, se encuentran en distintas etapas de desarrollo plantas resistentes a climas desfavorables, con mayores cantidades de una determina-da propiedad, o plantas con capacidades para prolongar sus períodos de vida. Existen además, la colza resistente a herbicidas; tomates con gene de pez para retardar su maduración; algodón Bt, que al igual que el maíz, produce su propio insecticida y por eso es resistente a una plaga determinada. Siguen en la lista variedades de cultivos transgénicos que están siendo probados en distintos lugares del mundo incluida la Argentina; algunos de ellos son: la papa, el brócoli, la coliflor, la papaya, la mandioca, el sorgo, el melón y hasta árboles, como el eucaliptos.

    La soja está presente en gran parte de los alimentos, y debe recordarse que el 90% de la soja que se produce en Argentina proviene de la variedad transgénica. Los alimentos que se citan en el siguiente cuadro contienen alimento transgénico.

    • Carnes: salchichas, medallones, supremas, rebozados o bocaditos de pollo, hamburguesas, milanesas, patés...

    • Pastas: fideos , capeletis, ñoquis, pizzas de mozzarela, ravioles...

    • Cereales: arroz y cereales para el desayuno

    • Golosinas: galletitas, alfajores, bocaditos, bombones, bizcochos, caramelos, chupetines, chocolates, obleas, turrones...

    • Panadería: panes lactales, magdalenas, budines, bizcochuelos, tostadas, galletitas de agua o saladas, pan de salvado...

    • Otros: Leches y chocolates en polvo, chocolates líquidas, milanesas de soja, sopas, helados, productos de repostería, jugos cerveza, empanadas preelaboradas, margarinas, mayonesas, papas fritas, rabas...

    ¿En qué se diferencian los transgénicos de los híbridos?

    La producción de híbridos y el mejoramiento genético tradicional de distintas variedades ha sido una técnica de producción agrícola practicada desde los inicios de la agricultura.

    Los cruces desarrollados a través de estos métodos convencionales se realizan en variedades iguales o similares. Estas especies tanto animales como vegetales son el resultado de miles de años de evolución.

    El entrecruzamiento tradicional es el resultado de un proceso natural de reproducción sexual dentro de la misma especie.

    La información hereditaria de ambos padres se combina y pasa a la cría.

    En este proceso las mismas secciones de información genética de la especie, conocida como ADN (ácido desoxirribonucleico) se intercambian con los mismos cromosomas (cuerpo del núcleo de la célula que alberga al ADN), pero los genes casi siempre quedan exactamente en el mismo orden y en las mismas ubicaciones dentro de los cromosomas.

    Un gen estará entonces siempre rodeado por la misma secuencia de ADN a menos que ocurra un accidente o una mutación.

    Especies que están emparentadas también pueden reproducirse, como el caballo y el burro, si bien sus crías (híbridos) la mula serán muy probablemente estériles.

    La esterilidad y otras disfunciones en los híbridos son el resultado de diferencias genéticas entre dos especies, incompatibilidad genética. Cuando alteramos el paso natural de la evolución y mezclamos en un mismo organismo vivo, un animal con un vegetal o viceversa, se termina allí el entrecruzamiento tradicional y empieza la ingeniería genética.

    Los cultivos transgénicos son por lo tanto claramente diferentes a los cultivos tradicionales dado su método de creación. Los primeros son concebidos en un laboratorio, mientras que los segundos son concebidos en la naturaleza.

    Sólo en un laboratorio es posible introducir un gen de un organismo en el ADN (estructura genética) de otro organismo, cuando se trata de otra especie completamente distinta, o incluso de un reino diferente (hay vegetales genéticamente modificados que poseen genes de animales, bacterias, virus, etc.) para añadirle un rasgo o condición específica nueva.

    Los transgénicos y los herbicidas

    La soja transgénica conocida comercialmente como Soja RR (por Round Up Ready) fue diseñada para resistir un herbicida total creado por la misma empresa que vende este herbicida de nombre comercial Round Up, cuyo principio activo se llama “glifosato”.

    Es decir, la empresa vende la semilla resistente solamente al herbicida que ella produce.

    Uno de los principales argumentos que da esta industria es el hecho de que no será ya necesario utilizar tantos agroquímicos como en el caso de la soja tradicional, donde deben combatirse las malezas con un cóctel de varios agroquímicos diferentes. Esto es una verdad a medias.

    Si bien las ventas de los agroquímicos en general bajaron y disminuyó notablemente su aplicación, las ventas del herbicida Round Up subieron estrepitosamente y por supuesto también su aplicación.

    Existe un sólido consenso entre los expertos del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) de que es mala idea y podría ser muy perjudicial para los agroecosistemas la aplicación masiva de un solo herbicida.

    Esto genera un fenómeno llamado presión selectiva que puede activar el crecimiento desmesurado de malezas resistentes al glifosato.

    Y estas malezas ya están apareciendo en nuestros campos.

    Esto además puede llevar a un incremento en el nivel promedio de residuos de insecticida y herbicida en los alimentos y puede tener un efecto negativo en los insectos beneficiosos y la vida silvestre.

    Hay otras amenazas derivadas del uso comercial de la ingeniería genética con fines agrícolas.

    Por ejemplo, a muchos cultivos transgénicos se le han incorporado genes de una bacteria llamada Bacilus thuringiensis (Bt),que existe naturalmente en el suelo y que sintetiza una toxina que mata larvas de insectos. Esta toxina natural, hoy apropiada por las corporaciones biotecnológicas, puede matar a insectos útiles, generar que otros insectos desarrollen resistencias, o integrarse al suelo por intermedio de los restos de los vegetales (esto generaría efectos adversos en los organismos del suelo, y podría moverse a través de las cadenas alimentarias).

    Evolución de la superficie de Siembra Directa, Consumo de glifosato y superficie implantada con sojas Roundup Ready (tolerantes al glifosato) en la Argentina.

    Año Total de Consumo Sojas RR

    hectáreas glifosato hectáreas

    1991/92 500.000 1.000.000

    1992/93 700.000 2.500.000

    1993/94 1.600.000 5.000.000

    1994/95 2.400.000 8.000.000

    1995/96 2.800.000 12.000.000

    1996/97 3.300.000 20.000.000 800.000

    1997/98 4.000.000 28.000.000 1.417.500

    1998/99 7.500.000 58.000.000 7.000.000 (*)

    Fuente: Walter Pengue, Evaluación tecnoecológica de la producción sojera, de próxima aparición.

    (*) Un 50% de la semilla utilizada en esta siembra responde a lo que se conoce como “bolsa blanca” (aquella semilla cosechada y guardada por el propio productor o comercializada sin marca).Este cuadro fue publicado como gráfico adjuntado de un artículo de W. Pengue, en la revista Le Monde Diplomatique, edición de mayo de 2000. Si bien las ventas de los agroquímicos en general bajaron y disminuyó notablemente su aplicación, las ventas del herbicida Round Up subieron estrepitosamente y por supuesto también su aplicación.

    ¿Qué beneficios traen? ¿por qué se los usa?

    MENOS COSTO, MÁS RIESGO Esta clase de cultivos es promocionada como un ahorro para los agricultores, ya que ahora pueden plantar vegetales que matan pestes (porque se les incorporó ADN de una bacteria a su genoma, permitiéndole producir una proteína insecticida). O que toleran poderosos venenos (científicos de Monsanto aplicaron un gen en la soja que resiste al glifosato, llamado comercialmente Round Up, marca de esa misma corporación). Esto, aparentemente, generaría una baja en sus costos.

    Pero la realidad es otra. Los que hacen el verdadero negocio son las corporaciones multinacionales que, como se dijo, venden las semillas genéticamente adaptadas a los químicos que también venden.

    Los productores sólo son parte del negocio, pero jamás se beneficiarán de él.

    LA CARRERA BIOTECNOLÓGICA

    La ingeniería genética nació cuando se descubrieron los datos necesarios para producir un ser vivo, cuando los científicos empezaron a explorar una larga cadena molecular llamada ADN, compuesta por genes que poseen la información fundamental de todo ser. Así, las empresas apostaron en una fuerte carrera dentro de la tecnología biológica (o biotecnología) y contrataron a científicos para desarrollar métodos de corte o inserción de genes de unos seres vivos a otros, gestando de esta forma la llamada ingeniería genética.

    Rápidamente, crecieron las inversiones para investigar las posibilidades económicas de estos nuevos organismos, generando una competencia feroz entre las compañías agrícolas, que con el tiempo cambiaron su denominación y pasaron a autoproclamarse como "biotecnológicas" o empresas de "ciencias de la vida". Así, las mismas corporaciones que hace 40 años habían contaminado el mundo con sus agroquímicos, ahora habían creado divisiones de investigación molecular para concebir plantas resistentes a sus tóxicos. En poco tiempo, los productores podían comprar cultivos resistentes a sus propios parásitos o a los herbicidas, lo que se tradujo en un aumento vertiginoso de la superficie cultivada con transgénicos.

    LOS TRANSGÉNICOS NO PUDIERON ELEVAR RENDIMIENTOS EN CULTIVOS

    En el suplemento Rural del diario Clarín, del 18 de setiembre de 1999, Vernon W. Ruttan, un reconocido experto en políticas biotecnológicas, afirmó: "Los productos de la biotecnología fueron diseñados casi en su totalidad para que los productores logren rindes que se acerquen a los actuales techos y no para que los superen".

    Y luego señaló: "Cuando le pregunté al director de investigación de una importante compañía de semillas comerciales cuándo esperaba un mayor potencial biológico, respondió: `No sé. Se exagera mucho allí afuera'. Uno de los motivos de su cautela es que el rinde está comenzando a pasar a segundo plano, para dar lugar a una segunda generación que hace énfasis en los rasgos de calidad (...) Aun cuando nos encontramos en los años iniciales de la primera generación de biotecnologías agrícolas, las tecnologías de segunda y tercera generación están siendo proclamadas con entusiasmo".

    8. ¿La polémica sobre los alimentos transgénicos tiene algo que ver con la "vaca loca" o las dioxinas en los alimentos?

    SERIOS PRECEDENTES No existe una relación directa entre el Mal de la Vaca Loca o los alimentos contaminados con dioxinas con los organismos genéticamente manipulados.

    Sin embargo, estas alertas dejaron en claro que los procedimientos normativos y las regulaciones no eran confiables. Y que la gente debe estar previamente informada sobre lo que come. La oposición a los productos transgénicos, o la fuerte exigencia de los consumidores al etiquetado, es la reacción más razonable frente a lo sucedido.

    El etiquetado en Europa y Estados Unidos dejó en evidencia que ni gobiernos, ni empresas alimenticias ni consumidores confiaban en Monsanto.

    La gota que colmó el vaso de la paciencia de la gente se relacionó con dos recientes "incidentes" de Monsan-to, y que tuvieron a sus productos farmacéuticos y alimenticios como sus principales protagonistas: el aspartame y la hormona de crecimiento bovina.

    La Coalición para la Prevención del Cáncer exigió a las autoridades gubernamentales que retiren la hormona de crecimiento bovina (de Monsanto) por el alto riesgo de cáncer de mama, entre otros cánceres importantes como los de colon y próstata.

    EL ETIQUETADO: EL DERECHO DE TENER LA POSIBILIDAD DE ELEGIR La industria de la biotecnología y los supermercados argentinos, en el ánimo de bajar costos, se han encargado de infiltrar en nuestros alimentos ingre-dientes que provienen de seres vivos genéticamente modificados en las gón-dolas de los supermercados para que la gente, sin saberlo ni quererlo, los consuma. Anteriormente hablábamos de la poca voluntad del gobierno argentino de etiquetar los transgénicos. Hay que exigir a gobiernos y compañías una mayor transparencia informativa. Existen empresas operando en la Argentina, que ofrecen el etiquetado en países de Europa. Es decir, tácitamente están discriminando entre consumidores de primera y consumidores de segunda. En el viejo continente, las principales compañías alimenticias han asegurado que en sus productos no se utilizan vegetales transgénicos.

    Pero en la Argentina, Nestlé, Danone o Knorr, por sólo citar algunas de ellas, todavía no se animan a decir que los productos que venden en el país no poseen la soja de Monsanto. Carrefour y Auchan dijeron en el viejo continente que no poseen transgénicos. Pero aquí no.

    En otros casos, tanto supermercados como compañías de alimentos etiquetan sus productos, respetando los derechos de la gente a conocer previamente lo que se lleva a la boca. Pero esto no ocurre aquí.

    Greenpeace quiso saber qué posición tienen en el país esos supermercados y esas empresas alimentarias, al igual que las de origen nacional. La mayoría no contestó. Las respuestas de las que sí lo hicieron estuvieron viciadas de una notable ambigüedad. Todo ello, sumado al hecho de que el 60% de la soja que hoy se produce en el país es transgénica, nos hace suponer que estamos comiendo alimentos transgénicos sin saberlo. Ni el gobierno ni las empresas quieren que sepamos lo que comemos.

    MALA CIENCIA "La combinación, habitual en Monsanto, de mala ciencia, reclamos engañosos, silenciamiento y eliminación de los oponentes y de las informaciones perjudiciales, es más que evidente en el caso del primer producto manipulado genéticamente que se ha comercializado: la hormona de crecimiento bovina", dijo Paul Kingsnorth, un reconocido periodista británico en un artículo publicado en la prestigiosa revista The Ecologist. Para cerveza espumosa no hay como la ingeniería genética


    Con ayuda de la ingeniería genética, un grupo de científicos alemanes está desarrollando una cerveza con espuma de larga duración, según publicó el miércoles la revista New Scientist.

    El equipo de la Universidad Técnica de Berlín, dirigido por Ulf Stahl, ha producido un tipo de levadura modificada con el gen LTP1 que al ser utilizada durante la fermentación de la cebada, produce una cerveza con más espuma.

    "El responsable de la espuma en la cerveza es el gen LTP1", explicó Stahl a la publicación científica.

    La proteína derivada del gen es la que forma las burbujas de dióxido de carbono. Por lo tanto, a mayor cantidad de LTP1, mayor será la cantidad de proteína, lo cual a su vez crea una espuma más abundante y estable.

    Pero la cantidad de LTP1 varía según las cosechas: la proteína "espumosa" es más abundante en las cosechas realizadas durante los veranos secos.

    La nueva levadura modificada genéticamente produce suficiente proteína como para lograr una buena cantidad de espumas, más allá de la calidad de la cebada.

    Si bien Stalh dijo que varias compañías cerveceras han mostrado interés en su investigación, por el momento no cree que exista un gran mercado para su producto, debido a la fuerte oposición de los alemanes a los alimentos modificados genéticamente.




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    Enviado por:Norwin Llinares Y Otros
    Idioma: castellano
    País: Argentina

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