Literatura


Zalacaín el aventurero; Pío Baroja


Zalacaín,

el aventurero.

Indice

  • Contexto (marco) histórico

  • autor, obras, corriente literaria

  • Argumento (capítulos)

  • Tema

  • Estudio Personajes

  • Conclusión / Opinión personal

  • Bibliografía

  • Contexto histórico

  • En la mayor parte de la trama del libro “Zalacain, el aventurero” ocurre durante la tercera guerra carlista, el último de los conflictos civiles del siglo XIX y, a la misma vez, antecedente a la del siglo XX. Las guerras carlistas tuvieron su origen en un conflicto de carácter ideológico, político y económico. La transición entre la sociedad del Antiguo Régimen y la sociedad moderna se hizo en España de manera lenta y traumática. La España del siglo XIX estaba escasamente industrializada, y la mayoría de la población seguía dedicándose a la agricultura. La aristocracia continuaba controlando el poder, mientras la burguesía era escasa y poco influyente. En el terreno ideológico, la Iglesia tenía un enorme peso social, escasamente contrarrestado por los núcleos intelectuales de tendencia liberal europeísta, muy minoritarios.

    El enfrentamiento entre los liberales y los tradicionistas estalló a la muerte de Fernando VII, lo que dio lugar a la Primera Guerra Carlista (1833-1840). El conflicto tuvo una motivación dinástica: la heredera del trono, Isabel II, no era aceptada por los defensores de la Ley Sálica, que impedía reinar a las mujeres. Estos consideraban rey a don Carlos, hermano de Fernando VII, por lo que fueron llamados “carlistas”. Pero tras este problema legal se ocultaba el conflicto entre los partidarios del liberalismo, que apoyaban a Isabel II, y los partidarios del Antiguo Régimen, que apoyaban a don Carlos, resumiendo su ideología en el lema “Dios, patria y rey”. La guerra afectó de manera desigual el territorio español, ya que el carlismo encontró un apoyo entusiasta en las zonas rurales del País Vasco, Navarra y Cataluña, pero no halló eco en ninguna ciudad importante. La distribución regional del carlismo no es ajena al hecho de que en esos territorios la propiedad agraria estuviera en manos de pequeños o medianos propietarios y de que se reivindicaran los “fueros”, esto es, una legislación propia y ciertos privilegios que venían de antiguo y que habían sido suprimidos por la monarquía borbónica. No es casual que, posteriormente, tanto en el País Vasco como en Cataluña se produjeran importantes movimientos nacionalistas.

    Sofocada militarmente la primera guerra carlista en 1839, los problemas de fondo que la habían originado continuaron latentes, por lo que se produjo una segunda guerra entre 1846 y 1849. El hecho de que no tuviera tanta intensidad como la primera y de que se circunscribiera a Cataluña explica que a veces no se la tenga en cuenta y se hable de “segunda” guerra carlista refiriéndose a la tercera.

    La tercera y última guerra carlista es la de 1872-1876, la que aparece como marco histórico de “Zalacaín el Aventurero”. En buena parte fue una repetición de la primera: el mismo escenario territorial, las mismas tácticas militares (guerra de guerrillas, frustrados asedios de ciudades...). Pero esta vez el carlismo intentó presentarse con un aspecto más moderado, no simplemente reaccionario, con el propósito de conseguir la adhesión de los sectores conservadores que veían con temor el proceso revolucionario iniciado en 1868. A partir del derrocamiento de Isabel II se produjo una rápida sucesión de regímenes que intentaron sin éxito conjugar la estabilidad y el orden con la democracia: el gobierno provisional, el reinado de Amadeo de Saboya, la Primera República, el gobierno militar del general Serrano... En esa coyuntura de desórdenes sociales y de debilidad del gobierno central, la insurrección carlista alcanzó su momento álgido, presentándose como la única garantía frente a la revolución social. Pero, cuando a finales de 1874, mediante un golpe de Estado, el general Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II, los sectores conservadores que habían coqueteado con el carlismo apostaron por Alfonso XII, pronto reconocido como rey legítimo por el Vaticano. La insurrección carlista quedó entonces falta de una estrategia política que le permitiera expansionarse más allá de las zonas que dominaba. Reducida a una guerrilla rural, pronto fue derrocada política y militarmente.

  • Autor, obras y corriente literaria

  • Pío Baroja, (1872-1956)

    Fue un novelista español, considerado por la crítica el novelista español más importante del siglo XX.

    Nació en San Sebastián (País Vasco) y estudió Medicina en Madrid, ciudad en la que vivió la mayor parte de su vida. De niño, Baroja presenció los horrores de la guerra carlista y en sus pupilas quedó grabado el espanto de las caravanas de presos, que, rodeados de curas, de carabineros y disciplinantes, eran llevados al patíbulo. Obtenida su licenciatura, estuvo un tiempo indeciso sobre qué carrera seguir, y se resolvió finalmente por la medicina. Después de recibir su título en Madrid, en 1893, ejerció por dos años su profesión en el pueblo de Cestona, en la provincia de Guipúzcoa. Pero su temperamento nervioso no se avenía con la tranquilidad monótona del lugar y, un buen día, se dirigió a Madrid, decidido a abandonar su profesión. Allí se asoció con su hermano Ricardo, quien llegó a ser más tarde un pintor de fama, para explotar un negocio de panadería. Por aquel tiempo, había comenzado a apuntar en él la afición a escribir, afición respecto de la cual comentó más tarde: "Soy un hombre de acción que ha debido, a raíz de su fracaso como tal, contentarse con hacer novelas, porque las novelas constituyen todavía un 'poco, de la vida de aventuras.

    Su primera novela fue Vidas sombrías (1900), a la que siguió el mismo año La casa de Aizgorri. Esta novela forma parte de la primera de las trilogías de Baroja, Tierra vasca, que también incluye El mayorazgo de Labraz (1903), una de sus novelas más admiradas, y Zalacaín el aventurero (1909). Con Aventuras y mistificaciones de Silvestre Paradox (1901), inició la trilogía La vida fantástica, expresión de su individualismo anarquista y su filosofía pesimista, integrada además por Camino de perfección (1902) y Paradox Rey (1906).

    La obra por la que se hizo más conocido fuera de España es la trilogía La lucha por la vida, una conmovedora descripción de los bajos fondos de Madrid, que forman La busca (1904), La mala hierba (1904) y Aurora roja (1905). Realizó viajes por España, Italia, Francia, Inglaterra, los Países Bajos y Suiza, y en 1911 publicó El árbol de la ciencia, posiblemente su novela más perfecta. Entre 1913 y 1935 aparecieron los 22 volúmenes de una novela histórica, Memorias de un hombre de acción, basada en el conspirador Eugenio de Avinareta, uno de los antepasados del autor que vivió en el País Vasco en la época de las Guerras carlistas. Ingresó en la Real Academia Española en 1935, y pasó la Guerra Civil española en Francia, de donde regresó en 1940. A su regreso, se instaló en Madrid, donde llevó una vida alejada de cualquier actividad pública, hasta su muerte. Entre 1944 y 1948 aparecieron sus Memorias, subtituladas Desde la última vuelta del camino, de máximo interés para el estudio de su vida y su obra. Baroja publicó en total más de cien libros.

    Usando elementos de la tradición de la novela picaresca, Baroja eligió como protagonistas a marginados de la sociedad. Sus novelas están llenas de incidentes y personajes muy bien trazados, y destacan por la fluidez de sus diálogos y las descripciones impresionistas. Maestro del retrato realista, en especial cuando se centra en su País Vasco natal, tiene un estilo abrupto, vívido e impersonal, aunque se ha señalado que la aparente limitación de registros es una consecuencia de su deseo de exactitud y sobriedad. Ha influido mucho en los escritores españoles posteriores a él, como Camilo José Cela o Juan Benet, y en muchos extranjeros entre los que destaca Ernest Hemingway.

    En resumen, escéptico, socarrón y huraño, Pío Baroja escribió miles de páginas aparentemente descuidadas, por las que transcurren personajes esbozados, ciudades deprimentes y el mar. Nadie mejor que él mismo para definirse: "Soy un fauno reumático que ha leído un poco a Kant".

    3.Argumento (capítulos)

    Libro Primero (“La infancia de Zalacaín”)

    Capítulo 1:

    El libro empieza situándonos en la historia de Zalacaín. Nos cuenta que viven en una casa que en realidad pertenece a los Ohando pero que, como no la utilizan pues en ella viven ellos. También nos habla del mal carácter de Martín Zalacaín y el percance que tuvo un día con Carlos Ohando (hijo mayor de los Ohando) porque éste último le critica por robar peras de su casa. Esto a la madre de Martín no le gustó nada, pues no quiere entrometerse con los Ohando.

    Capítulo 2:

    Este capítulo se centra en Tellagorri, el tío-abuelo de Martín. Su madre no quería que se encontraran y hablaran, pero en el fondo sabía que iban a terminar llevándose bien, pues tienen un carácter muy similar. Y así fue, Martín se encontró con Tellagorri, y hablan mucho. Marqués es el perro de Tellagorri, que le acompaña a todos los sitios a los que él va. Martín aprende muchísimas cosas, aprende a cazar, a pescar, se aprende todos los rincones de su pueblo....

    Capítulo 3:

    Aquí se centra en la posada de Arcale, allí se reunían a menudo para discutir sobre cualquier asunto, cantar, beber..... en fin, pasar un buen rato. Los que llevaron la voz cantante esa noche fueron Tellagorri y Pichía, dos personas de ideologías completamente diferentes. Por ejemplo, Pichía era cura y Tellagorri los criticaba, pero en el fondo se sentían almas gemelas.

    Capítulo 4:

    Nos habla de los Ohando. Nos cuentan todo lo relativo a ellos. Está formada por su madre Águeda, y sus hijos Carlos y Catalina. Los dos primeros odiaban a Martín por su carácter pero, sin embargo, Catalina hablaba muchas veces con él. Catalina es una chica que le gusta escuchar a las personas.

    Capítulo 5:

    El personaje de este capítulo es Fermín Soraberri, que fue secretario del Ayuntamiento. Conocía a Tellagorri y al oír el nombre de Zalacaín, Martín Zalacaín; les contó una historia de hace 500 años. Nos contaba de cuando los Zalacaín eran nobles, y Martín López de Zalacaín había muerto a causa de los Ohando.

    Capítulo 6:

    En este capítulo viene un domador con su mujer, un viejo y unos niños a Urbía. Venían con unos carros con animales. Hicieron un circo con la ayuda de Tellagorri. A los espectadores no les gustó cuando el oso era atacado por perros y por el propio domador, un oso indefenso y atado. A este espectáculo acudió Martín, el cual no tenía dinero pero gracias a una niña cuyo amo era el domador consiguió entrar. La niña se llamaba Linda y le pasó. El domador se enteró y a la conclusión del espectáculo le pegó a Linda. En el siguiente espectáculo fueron Martín y la madre. Pero hubo un incidente entre el león y el domador, esto hizo que alguien disparase al león. Dos mujeres fueron heridas, una de ellas la madre de Martín, que murió al cabo de una semana.

    Capítulo 7:

    A la muerte de la madre, Martín y La Ignacia (su hermana) fueron a vivir con Tellagorri, cosa que no vio bien la señora de Ohando. La Ignacia fue niñera y Martín fue a la escuela, pero Tellagorri le sacó porque se pegaba con todos. Arcale, viendo que era fuerte, listo y de genio vivo, le utilizó para recadista en el coche de Francia. Poco a poco le fueron ascendiendo hasta que le pasaron a cochero en propiedad, titular. Mandaba recados a Francia y traía telas, puntillas y alhajas de Francia. Martín fue considerado como héroe al ir a Francia andando por la nieve y matar a dos jabalís y otro un vecino de Larrau, ambos con palos. Tanta fama le vino mal a Tellagorri, el cual bebió mucho y terminó muriendo. Antes dio unos consejos a Martín, un ode ellos que fuera a la guerra que iba a haber pero de comerciante y que llevara a La Ignacia a casa de los Ohando.

    Capítulo 8:

    Martín solía ir a casa de los Ohando a menudo con la excusa de ver a su hermana. Pero llegó Carlos de vacaciones del colegio de Oñate. Dejó de ir y se lo explicó a Catalina, pues Carlos le odia. Martín se enteró de cierta coquetería entre La Ignacia y Carlos. Y Martín, desesperado, dio dinero al Bautista para que se casara con ella, pues a El Bautista le gustaba La Ignacia... Y así, La Ignacia dejó a Carlos y se fue a vivir con Bautista Urbide A Zaro, un pueblecillo del país vascofrancés. Carlos la insultó sin mayores consecuencias.

    Capítulo 9:

    Martín iba muchas noches a hablar con Catalina a su casa. Se subía al árbol y Catalina desde su ventana, pues no le querían en esa casa a Martín. Carlos se enteró de las visitas de Martín a su hermana y decidió con una escopeta pegarle un tiro haciendo creer que era un ladrón. Una noche Martín visitó a Catalina y Carlos hizo lo que quería, pero Martín huyó, estaba herido de un brazo nada más. Debido A la hostilidad entre Carlos y Catalina, Carlos volvió a Oñate y la madre vigilaría más a Catalina.

    Libro segundo (“Andanzas y Correrías”):

    Capítulo 1:

    El comienzo del segundo libro nos habla de Martín, Capistun y Bautista, los cuales hacen expediciones. El narrador nos habla de la suerte que tienen algunas personas y de cómo Martín supera malos momentos, recordando aquella frase de Tellagorri: “¡Fimes!¡Siempre firmes!”. Luego, un día de mayo fueron estos tres a Vera, la señora de Ohando tenía una casa en Alzate, cerca de Vera. Mientras Martín hacía una visita a su novia Catalina, los otros dos se quedaron en Vera. Y en aquel mismo momento, don Carlos de Borbón llegaba rodeado de un Estado Mayor de generales carlistas y de algunos vendeanos (tradicionalistas, partidarios del absolutismo) franceses. Había empezado la guerra.

    Capítulo 2:

    Iban los tres saliendo de Zaro, se dirigían a los altos del monte Larrun. Pero el mal tiempo hizo buscar un sitio para pasar la noche. Martín encontró una casucha de carabineros y allí estuvieron. Pasaban el tiempo discutiendo sobre la guerra y la paz. Capistun defendía la paz y Martín y Bautista la guerra. Al salir, al amanecer, ya hacía buen tiempo, siguieron el camino. Pero al poco rato oyeron unos tiros. Decidieron que Capistun volviera al refugio con las mulas y que ellos irían a ver qué pasaba. Preguntaron al posadero y les dijo que había entrado la partida del Cura, y al saber que era peligroso, decidieron ir a decírselo a Capistun. Antes, Martín visitó a Catalina, que estaba triste: su hermano fue a la guerra como Carlista, su madre estaba enferma y a ella la querían meter en un convento. Al salir de la casa, Bautista discutía con 3 hombres armados que querían que entraran en la Partida, y sino les darían de palos. Martín, al ver la cantidad de mozos se hizo pasar por Carlista y francés y decidió entrar. Martín contaba unas cuantas mentiras y presenciaron la paliza que le dieron a unos ancianos.

    Capítulo 3:

    En este capítulo cuenta como los dos grupos de la partida llegan a una venta próxima a Andoaín. Allí conocieron al cura que quiso aterrorizarles pero no pudo porque Martín estuvo sereno. Tras un buen banquete de cena, algunos jugaron al mus y otros, como Bautista y Dantchari “el Estudiante”, echaron versos que entusiasmaron a los presentes. Al irse a dormir Martín dijo a Bautista que había que estar atento para huir en cuanto pudieran.

    Capítulo 4:

    Los dos días siguientes estuvo lloviendo y se quedaron en la venta. Martín, preocupado por la tristeza de José Cacochipi, preguntó a Dantchari y éste le cuenta la historia. Fue un hombre dedicado a la música al cual llamaban Joshé Cracash (El Manchas) por lo sucio que iba. Un día llegó Arizmendi y preguntó por un músico que enseñara a su hijo y fue Joshé el elegido. Intentó animar a esa familia, pues era muy triste, pero no solo no lo consiguió, sino que, además, consiguió que le echaran de la casa tras haber hecho una broma con los vestidos de su mujer e hija el día de Carnavales. Él estaba enamorado de la hija de Arizmendi pero tampoco acertó y un día se encontró con la Partida y se unió. Esa es su vida.

    Capítulo 5:

    AL tercer día en la venta detuvieron la diligencia que iba desde San Sebastián a Tolosa. Así, pararon a un coche en el que iban dos campesinos vascongados, un cura, un hombre rubio (extranjero), una muchacha morena y su madre, una señora gruesa. A Bautista, Martín, Joshé Cracash y otros dos hombres armados les mandaron llevar a las señoras y el extranjero. Mientras, por el camino, Bautista y Martín hablaban en francés, pues los otros hombres armados no entendían este idioma y pronto el extranjero se unió a la conversación, pues también sabía francés. Estaban preparando la huida con la ayuda del extranjero para atacar a los dos hombres armados. Así fue, pero uno huyó y avisó a los demás. Bautista y Joshé fueron a un pueblo próximo a pedir ayuda. La mujer mayor huía mientras la muchacha, Martín y el extranjero los retenían. Finalmente, Martín fue herido de bala en el muslo y se desmayó, pero una compañía de miqueletes hizo retroceder a la gente del Cura.

    Capítulo 6:

    Martín se levantó en el pueblo de Hernani, allí le curaban Rosita, la muchacha; y Pepita, la madre de ésta. Rosita era muy cariñosa y atenta y sentía que le debía mucho a Martín, pues él les salvó. Ellas iban camino a Villalba a ver a su hijo herido, pero finalmente fue noticia falsa. Eran de Logroñés. Martín tuvo la ocasión de conocer al hermano de Rosita (atento pero poco comunicativo): Ellos se fueron a San Sebastián para regresar a Logroño. Fue una despedida muy afectuosa, Martín prometió visitarles. Después de todos lo ocurrido, Martín decidió volver a Francia, a seguir con sus negocios y su vida.

    Capítulo 7:

    Estaban ya una noche de invierno en las calles de San Juan: Martín, Bautista, Capistun y Ospitalech (un hombre viejo) hablaban sobre la guerra carlista. Ospitalech ofreció un negocio difícil y sólo Martín aceptó antes de oírlo. Se trataba de hacer un recorrido por entre filas carlistas y conseguir que varios generales, incluido el mismo dos Carlos, firmen unas letras. Se pagaba mucho dinero pero era muy arriesgado. Aún así aceptó y al contárselo a Bautista, que estaba en Zaro con La Ignacia, éste decidió acompañarlo. Bautista se aprendió los nombres de memoria de las personas que tenían que firmar. Irían a Zumaya, de ahí a Azpeitia; de Azpeitia a Tolosa; y de Tolosa a Estella. En este capítulo pasan por muchos pueblos; incluidos Azpeitia y Tolosa y consiguieron unos caballos y algunas firmas. Finalmente se detuvieron en Amezqueta.

    Capítulo 8:

    Allí en Amezqueta entablaron conversación con mucha gente, entre ellos a un tal Fernando. Después de la cena y de beber, contaron historias con las cuales rieron un buen rato. A la mañana siguiente se fueron de Amezqueta y siguieron hablando de la guerra, esta vez con alguien que encontraron por el camino. Se detuvieron en Echarri.Aranaz y ahí se encontraron al extranjero (aquél que liberaron de la Partida del Cura). Él también iba a Estella, así que fueron los tres juntos. Llegaron cerca de Estella y tras tener que mostrar sus documentos dos veces, entraron en la ciudad carlista.

    Capítulo 9:

    Nada más llegar a Estella fueron a buscar una posada, había sólo sitio para uno. Ahí se quedó Bautista; Martín y el extranjero fueron a otro sitio. Martín fue enseguida a buscar al general en jefe. Antes tuvo que hablar con otro general, que le preguntó que de dónde era y si había tenido algún percance. Martín dio a entender que era carlista y francés. El general estaba sorprendido, pues había letras hasta para el rey. Después fue a cenar con el extranjero, cena que resultó agotadora por la falsedad de algunos. A continuación dieron un paseo y estuvieron hablando un largo rato.

    Capítulo 10:

    Martín y Bautista se encontraron en la plaza, como habían acordado. Pero se separaron, pues no era bueno que estuvieran juntos. Martín le escribió una carta poniendo lo que había hecho el día anterior y Bautista le contestó, para el asombro de Martín. Ponía que se alejara, pues estaba el Cacho, aquél al que hace mucho tiempo Martín ganó en una partida. Éste le tenía mucho odio, así que Martín fue a dar una vuelta por el pueblo con el extranjero, al cual se encontró. En la comida intimaron con Haussonville, Asensio e Iceta. Luego de la comida fueron a un café en el que se contaron muchas historias y rieron a carcajadas con la pronunciación de estos.

    Capítulo 11:

    Estando Martín en su posada le llegó una carta del general en jefe para que recogiera sus firmas. Le mandaron cambiar de habitación, pues habían llegado unos heridos. Él se cambió y se levantó a las tres de la mañana porque oía gritos de otro. Martín le atendió, era Carlos Ohando y éste empezó a gritar y se marchó. Fue a ver al pretendiente don Carlos, le entregó las firmas y se marchó. Le dio las firmas a Bautista y éste le contó también que estaba Catalina. Él fue a verla y ella estaba dispuesta a hacer todo lo que Martín quisiera para salir de allí. Fue a ver a Bautista y tenían coche para dentro de dos días. Al dirigirse a su posada dos le metieron en la cárcel por silbar, es decir, que estos buscaban cualquier excusa.

    Capítulo 12:

    Martín, viendo que no lo liberaban decidió escapar. A la segunda noche, con las dos mantas que había pedido, hizo una cuerda y el barrote que había en la ventana lo quitó. Así huyó, por la ventana. Luego encontró a Bautista y le dijo que tenían coche, Martín espero dos largas horas. Escribió una falsa carta para Catalina (en la que ponía que su hermano Carlos se encontraba muy enfermo y que la fuera a visitar) y así poder huir, pero también tuvieron que ir con el demandadero y la superiora. Al final, en camino de la huida, Martín lo comentó todo y así pues, se podría decir que estos dos últimos (demandadero y superiora) estaban secuestrados. Tuvieron varios percances, así como una lucha con dos oficiales. Los caballos heridos, tuvieron que ser retirados y cambiados por otros, tuvieron que arreglar la correa del coche dos veces y huir en medio de tiros de otros oficiales. AL llegar a Viana, su carruaje se sino abajo y los guiris (liberales) les llevó prisioneros a Viana. Martín llevaba robado el uniforme de un general carlista.

    Capítulo 13:

    Hicieron entrar a todos en el cuerpo de guardia, donde (por el uniforme) le atendieron muy bien a Martín. Le curaron, los llevaron a Logroño, y tuvo que convencer a un oficial de que lo que le decía era cierto. Se ayudó en que conocía a Rosita y su madre, la señora de Briones, así quedaron libres todos. Pero Martín tuvo que ir a cenar a casa de los Briones y estar ahí mucho rato, se descuidó de Bautista y Catalina. Al ir buscándolos a eso de las 11 de la noche se le presentó un señor, era el criado de una amiga de la infancia que quería verle. Martín no se lo creía y pensó que era una broma. Finalmente esa chica era Linda (la que estuvo en Urbía cuando fue el domador). Se quedó en esa casa a dormir, a la mañana siguiente ordenó Linda al criado que fuera en busca de Bautista y Catalina, pero no los encontraron.

    Capítulo 14:

    Martín encontró por fin a Bautista después de 8 días, Catalina había desaparecido, ellos creían que con la monja. Así, decidieron ir en su busca. Querían encontrar luego al capitán Briones. Al encontrarlo, jugaron con él y algunos oficiales suyos a las cartas. Ganó Martín y empezaron a insultarle. El capitán Briones les invitó a ir con ellos cuand tomaran La Guardia pero Martín dijo que la podía tomar él sólo o con ayuda de el Bautista, todos reían a carcajadas. Martín entró a La Guardia en descuido de los centinelas, puso una bandera blanca y huyó en medio de tiros. Fue considerado como un héroe. Y seguían sin encontrar a Catalina.

    Libro Tercero (“Las Últimas Aventuras”):

    Capítulo 1:

    Este capítulo cuenta hechos de una manera rapidísimo. Catalina escribe una carta a Martín diciéndole que estaba en Zaro. Estaba enfadado con él, pero se reconciliaron pronto y tuvo lugar la boda y posteriormente la fiesta en casa de Bautista. Una vida tranquila mientras la guerra seguía. Pero Martín seguía viajando a España con Bautista, todo por afición, porque dinero ya tenían. Catalina quería retenerle pero a Martín le irrita la vida sedentaria.

    Capítulo 2:

    Aquí nos cuenta como la guerra está acabada, como la proclamación de la monarquía en España comenzó con el deshielo en el campo carlista. Ya, los carlistas y todo el mundo se preocupaban más por el dinero. Así, un día, Martín decidió ir a Urbía, aquel sitio donde había nacido y donde se había criado, igual que su mujer. Estaba todo destrozado, no quedaba nada. Y al ir a ver su casa se encontró una vez más con el extranjero. Comieron juntos y se contaron sus aventuras desde la última vez que se vieron en Estella. Dijo el extranjero que Martín había dado muchísimo que hablar allí.

    Capítulo 3:

    Aquí parece que empiezan nuevamente las aventuras de Martín en la guerra. Los liberales querían impedir la retirada carlista a Francia. Así que por allí cerca de dónde Martín, Catalina, Bautista y La Ignacia vivían había mucho movimiento. Ellos fueron a ver cómo andaba todo. Martín se encontró con el señor Briones, que aseguró a Martín haber hablado mucho de él a su general y que querría conocerle. Se conocieron y el general le pidió que fuese de guía de sus tropas, pues él se conocía todo aquel sitio de memoria. Éste aceptó para desgracia de Catalina, que tenía mucho miedo de perder a la persona que más quería en el mundo. Así, Martín se preparaba para la mañana siguiente.

    Capítulo 4:

    Martín se reúne con sus tropas y comienza el camino. Mientras él habla con Briones de muchas cosas. Martín indica que hay que separarse por si los carlistas se esconden en las rocas. Así, una mitad (donde iba Martín) mataron a unos jóvenes que cantaban y en la otra mitad murieron muchos en la explanada, los carlistas huían a la desbandada hacia Francia mientras seguía la acción.

    Capítulo 5:

    Un capítulo increíble, por la rapidez y los hechos tan inesperados. Martín y Catalina encuentran a Carlos Ohando y cuando Catalina se disponía a abrazarle, éste la insultó y la escupió. Martín se tiró encima de él indicándole que pidiera perdón. El Cacho, que iba con Carlos, disparó sobre Martín y murió, sin más. El Cacho fue disparado al intentar huir y después de estar en el hospital, fue enviado a un presidio francés. Catalina con su hijo fueron a Zaro con Bautista y La Ignacia. Carlos Ohando, meses después en San Ignacio de Loyola.

    Capítulo 6:

    Este capítulo es muy triste. Describe de manera muy detallada el pueblo de Zaro, indicando que es un pueblo muy tranquilo y muy silencioso. Y termina con Martín Zalacaín. Dice en su tumba que murió el 29 de febrero de 1876. Curiosamente el día en que don Carlos abandonó España y se inicia, oficialmente, la paz. Muchos años después de su muerte, una tarde verano, entraron tres viejecitas vestidas de luto en el cementerio. Todas depositaron una rosa en la tumba. Linda, una rosa negra; la señorita de Briones, puso una rosa roja; y Catalina (que va todos los días) colocó una rosa blanca.

    Capítulo 7:

    Termina el libro con un homenaje a Martín Zalacaín. Un homenaje con unos epitafios del versolari Echehun de Zugarramurdi y de Juan de Navascués.

  • Tema

  • El libro, trata de la vida de Martín Zalacaín. Empezando con su infancia, cuenta los líos en que Martín se metía. Sus relaciones con amigos y familiares están descritas durante toda la historia. Las aventuras vividas junto con su cuñado, Bautista, en las guerras carlistas. Narra su boda con Catalina y el nacimiento de su hijo. Terminando con su trágica muerte a manos del Cacho durante un enfrentamiento con Carlos Ohando hermano de Catalina y su eterno enemigo.

  • Estudio de personajes

  • Principales: Martín Zalacaín, Catalina y Carlos Ohando, Miguel de Tellagorri, Bautista Urbide, Los Briones, Linda, el Cacho, el extranjero.

    Secundarios: La Ignacia, doña Águeda (madre de los Ohando), madre de Martín Zalacaín, el domador, Capistun, el Cura, Dantchari, José Cacochipi (Joshé Cracash), Ospitalech, el posadero, la superiora.

    Descripciones

    Martín : Muchacho rebelde, salvaje en su niñez y lucha por el País Vasco. Ante todo este chico es muy valiente. Físicamente era alto, moreno, ojos oscuros y bastante fuerte. Este personaje es mi favorito, su valentía y forma de actuar me encanta, no se parece al mío ni mucho menos pero es digno de alabar.

    Carlos de Ohando : Cerril, oscuro, tímido y de pasiones violentas, siempre había odiado a Martín. Es completamente opuesto a Martín Zalacaín, se ve que el autor no quiere dar ni la más mínima posibilidad de que se lleven bien.

    Catalina de Ohando : Sonriente, alegre y muy bella. La novia y posterior mujer de Martín Zalacaín.

    Miguel de Tellagorri : Flaco, de nariz enorme y ganchuda, pelo gris, ojos grises, pipa de barro. Protege a Martín y a La Ignacia tras la muerte de estos hasta que él mismo muere. Un poco loco, alegre, buen bebedor, buen amigo y bastante violento.

    Bautista : Hombre claro, ordenado, sabía muy bien lo que quería. Íntimo amigo y cuñado de Martín, esposo de su hermana, la Ignacia, siempre dispuesto a ayudarlo y darle consejo. Es un personaje clave y que ayuda en todo momento a Martín, pero sin embargo no me termina de gustar mucho. Quizás porque no hace salvajadas ni termina de coger el protagonismo.

    El Cacho : De pequeña estatura y muy violento, fiel a Carlos Ohando y que por ello mata a Martín de un pistoletazo. Este personaje, personalmente, no me ha gustado nada. Es posible que su carácter me haya recordado al de algunas personas en la realidad y por ello me desagradó. Martín también es rebelde pero sabe lo que quiere y lucha por sí mismo y en el fondo es buena persona, este personaje lucha por otros. Lo considero sin personalidad.

  • Conclusión / Opinión personal

  • Es un libro muy interesante y se te hace muy corto. Cuenta los hechos a una velocidad impresionante. En parte eso es algo que me gusta mucho. Cierto es también que tiene mucho mérito describir las cosas muy detalladamente pero eso me termina aburriendo. Prefiero lo que hace en esta obra Baroja. Algo que realmente me fue indiferente han sido los cantares en vascuence, la verdad es que llegó un momento que dejé de leerlos y pasé a leer la traducción, pues no entendía nada leyendo lo otro. Las descripciones de los personajes se hacen nada más aparecer por primera vez dicho personaje. Y las descripciones no llegan a ocupar páginas enteras, como en otros casos. Son descripciones breves y claras, que nos dicen lo estrictamente necesario para imaginarnos el porqué de unas respuesta del personaje. La historia, pues de lo mejor de la obra. Sitúa a un personaje en un mundo real y hace pensar a la gente cómo era aquel mundo y todos los peligros que pasa una persona valiente que no participa activamente en la guerra. En conclusión, una lectura rápida, sencilla de comprender, y que, además de divertirnos leyendo las aventuras de un joven valiente, nos instruimos sobre los acontecimientos de una época, la época de la tercera guerra carlista que termina sobre el inicio de la cuarta parte del siglo XIX.

  • Bibliografía

  • * “ Zalacaín, el aventurero ” Pío Baroja. Ed. Ricardo Senabre Colección Austral 40º edición 13 - 2 - 2003

    * Internet para biografía

    * Marco histórico Enciclopedia Temporal Espasa




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    Enviado por:Antonio Rosa
    Idioma: castellano
    País: España

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