Literatura


William Butler Yeats


YEATS Y EL RENACIMIENTO IRLANDES

Para comenzar a hablar de la literatura irlandesa hay que partir de la base de que no se parece a ninguna otra, en ningún lugar del mundo. Ocupa un espacio social impensable en otro país que no sea Irlanda. La tradición literaria está entroncada con la historia de este pueblo desde sus orígenes. Los escritores son considerados en gran medida la voz del pueblo y tienen una especie de rol profético. Se involucran en los acontecimientos histórico-políticos y son una parte fundamental de los mismos en muchos casos. Como lo explica Seamus Heaney "Irlanda es uno de esos lugares donde el escritor se encuentra en el cruce de la ambición artística, de la implicación política y de la conciencia de la patria".

Esta representatividad social responde a las necesidades de un pueblo con una tradición literaria que conlleva el respeto por ellos. Entre los escritores irlandeses, cuatro han recibido premios nóbeles y varios de ellos son internacionalmente reconocidos. Muchos han sido clasificados como británicos debido a la época en que Irlanda pertenecía a Gran Bretaña. Mencionaré sólo algunos de los más conocidos: Jonathan Swift, Bram Stoker, las hermanas Bronte, Oliver Goldsmith, María Edgeworth, James Joyce, Samuel Beckett, James Stephens, Frank O'Connor, Richard Sheridan, George Bernard Shaw, William Buttler Yeats, Lady Gregory, Lady Wilde, John Millington Singe, Oscar Wilde, Sean O'Casey, Brendan Behan, Arthur Connan Doyle, Thomas Moore, Patrick Kavanagh, Flann O'Brien, Eavan Boland, Seamus Heaney, entre otros.

Mucho se ha hablado de los motivos por los cuales un país tan pequeño -apenas 84.000 km cuadrados- puede generar una literatura tan rica, capaz de modificar la literatura mundial. Los motivos siempre son muchos pero me centraré en dos cuestiones que pueden haber sido relevantes: por un lado los conflictos idiomáticos que debió sobrellevar Irlanda a través de su historia y por el otro, la necesidad de diferenciarse del conquistador, la pelea por la identidad.

Irlanda recibió varias invasiones a través de su historia, las de los celtas, vikingos, normandos e ingleses. Además de la cristianización que comienza en el siglo V con San Patricio.

El dominio inglés -el que realmente nos interesa en este caso- sobre la isla comienza en el 1200 aproximadamente, hasta la actualidad en el caso de Irlanda del Norte (los seis condados del Ulster que siguen en manos de la corona después de la división de la isla en 1921). Los escritores irlandeses viviendo en Irlanda o fuera de ella siempre escriben acerca de la isla. No tienen una relación pacífica con su país, varios de ellos han escrito desde el exilio -en muchos casos autoimpuesto-. La autoreferencia permanente de la literatura irlandesa tiene que ver con la necesidad de mantener la identidad propia de un pueblo conquistado y oprimido por siglos.

Mucho más compleja es la cuestión del idioma. Para poder comprenderla creo que se pueden diferenciar dos momentos fundamentales. El primero comprendería desde los siglos V a VII en los cuales la tradición literaria oral se transforma en escrita. Los Filidh y Bardh eran los guardianes de la sabiduría, la historia y las tradiciones, primer antecedente del escritor actual, no eran otra cosa que categorías druídicas. Los druidas eran quienes ostentaban el poder real en la antigua Irlanda, mayor que el de los reyes o jefes de clanes.

El bardo tenía una educación que llevaba veinte años de su vida, durante la que aprendía de memoria las historias, cuentos, epopeyas y genealogías de su pueblo. Era la voz del pueblo y su memoria, a la vez que componía sus propios versos. Con el advenimiento del cristianismo en Irlanda esta tradición no se perdió. Sólo se modificó y adaptó a los nuevos tiempos. En el siglo V San Patricio comienza su campaña evangelizadora de Irlanda. A medida que iba fundando monasterios ordenaba sacerdotes con una escasa formación cristiana. Mas de uno de estos sacerdotes puede que proviniera del grupo social druídico, lo que con toda seguridad haría más fácil su aceptación por el pueblo. Aquí la literatura irlandesa da un vuelco. Estos monjes con escasa formación cristiana conocían muy bien las historias de su país, aislados del resto de Europa, crean un cristianismo a su medida que modifican de manera ostensible legándole cosas tan importantes como la confesión privada de los pecados. Este cristianismo irlandés, menos rígido y con independencia del de Europa continental, es el que hace llegar hasta nosotros toda esta literatura temprana. Cuando los monjes irlandeses conocen el latín fuerzan el alfabeto y lo hacen hablar en gaélico. De este modo son transmitidas estas viejas historias con algunos agregados de la tradición cristiana.

Esta literatura temprana condiciona en cierta medida toda la literatura posterior irlandesa. El otro momento fundamental se da en el siglo XIX, cuando el gaélico, prohibido por los colonizadores estaba prácticamente desapareciendo. Sólo se hablaba en las regiones rurales del oeste, de más difícil acceso por su ubicación geográfica. Durante el tiempo de la colonización se pasó por diferentes políticas desde Inglaterra: desde la prohibición a los irlandeses de educarse hasta una etapa posterior, en la que en las escuelas inglesas se castigaba a los niños cada vez que hablaban en gaélico, y hasta se les cambiaban los nombres.

A fines de siglo un grupo de escritores se aboca a evitar la desaparición del idioma y a rescatar toda la literatura temprana. Los motivos tenían que ver con la necesidad de rescatar la identidad irlandesa, de diferenciarse. De este modo nace el Irish Literary Revival (Renacimiento literario irlandés) de la mano de autores como William Butler Yeats -primer premio nobel de Irlanda- que rescata los viejos escritos junto a Lady Gregory, Samuel Ferguson, Standish Hayes O'Grady, Douglas Hyde, Thomas McDonagh, Aubrey de Vere, entre otros. Traducen del gaélico cuentos, historias, epopeyas y leyendas, escriben poemas y obras teatrales referidas al pasado mítico irlandés y les dan un nuevo impulso. Se fomenta la enseñanza de la lengua y fundamentalmente se le da a los irlandeses un pasado, una historia y una literatura de los cuales enorgullecerse.

El principal promotor de este Renacimiento fue W. B.Yeats, por lo que he decidido convertirle en la columna vertebral de este trabajo, y será a partir de sus vivencias y evolución personal que iré dando cabida tanto a los principales acontecimientos que contribuyeron a este Irish Revival, como a los literatos que le dieron forma a traves de su aportación y sus obras. Y si he decidido detenerme y ahondar en los aspectos biográficos del Nóbel, es porque considero que el conocimiento de los mismos es decisivo a la hora de entender su obra y su protagonismo dentro de este movimiento literario irlandés. Pero antes de hablar de Yeats, conozcamos de manera muy sistematizada sus precedentes.

Desde 1830 el Trinity College de Dublín empezó a ser el centro de la actividad política y literaria en Irlanda.Como inmediata consecuencia de esto se funda en 1833 The Dublin University Magazine. Entre las personalidades que contribuyeron a su fundación encontramos a James Clarence Mangan (1803-1849), conocido como el “Poe Irlandés” debido a su propia historia personal. Además de poemas reveladores de su experiencia personal como The Nameless One, Mangan escribió versos basados en canciones Gaélicas, gracias a traducciones en prosa realizadas por sus propios amigos, puesto que él no sabía Gaélico. El más destacado es My Dark Rosaleen, un apasionado poema patriótico dirigido a Irlanda.

Formó parte del movimiento conocido como Young Ireland, cuyo principal objetivo fue estimular el patriotismo de sus conciudadanos mediante el desperatar de un sentimiento de interés y orgullo hacia su pasado nacional: sus leyendas, tradiciones y literatura. De esta forma, Sir Samuel Ferguson (1810-1886) fue el primero en dar a conocer, tanto a los ingleses como a aquellos irlandeses desconocedores de su idioma ancestral, el ciclo épico de las hazañas de Cuchulain y Deirdre. Entre sus obras poéticas cabe destacar Lays of the Western Gael (1865), Congal (1872) y Deirdre (1880), las cuales dieron a conocer una parte muy importante de su pasado heróico a la sociedad irlandesa.

Otro importante precedente del renacimiento cultural fue la obra History of Ireland: Heroic Period (1878-1880) de James O'Grady. La elocuente prosa de O'Grady revitalizó las antiguas historias gaélicas.

En 1892 se organizó en Dublín la Irish Literary Society, cuyo primer presidente fue George Sigerson (1839-1925). Douglas Hide, primer presidente de la Gaelic Ligue (1893), fue también el primer presidente del Estado Libre Irlandés. Destacó como folclorista, editor, traductor y escritor de poesía original en gaélico. Su Literary History of Ireland fue un gran paso para empezar a entender las letras irlandesas con independencia de la literatura inglesa.

Aparece durante este período una antología titulada Poems and Ballads of Young Ireland (1888). Entre los poetas en ella representados se halla John Todhunter (1839-1916), quien después de escribir varios volúmenes en verso, volvió su atención a las leyendas bardas en The Banshee and Other Poems (1888). Katharine Tynan y Mrs. Hinkson fueron dos de las poetisas que formaron parte también de esta antología, cuyo editor fue William Butler Yeats.

Yeats nació en Georgeville, cerca de Sandymount Castle, en Dublín (Irlanda), en 1865. Siempre fue un hombre supersticioso, pero eso no le impidió del todo sobrellevar con elegancia el haber nacido el dia 13 de Junio. En compensación, los hados le concedieron el don de nacer en una tierra mítica, hechizada tierra de duendes, santos, brujas, magos, paisajes embriagadores y constantes paradojas. Y Yeats no echó en saco roto el regalo divino, pues lo dejó reflejado a lo largo de toda su obra, donde confluyen los mitos, la historia, la política, el folklore gaélico... Al bautizarlo, sus padres le pusieron el nombre de su abuelo paterno, quien fue rector de la parroquia de Tyllish Down. Su padre, John Butler Yeats, era un conocido artista. Jack Butler Yeats, su hermano, un célebre pintor que reflejó en sus telas la vida y paisajes de Irlanda, y una de sus hermanas fue la fundadora de las industrias Cuala, cerca de Dublín.

En 1867, cuando tenía sólo dos años, su familia se muda a Londres, pero pronto regresa al condado irlandés de Sligo, donde su abuelo materno era comerciante y propietario de barcos de carga, y donde no resulta difícil imaginarse a un niño ávido de viejas leyendas y cuentos de hadas de la gente sencilla de Irlanda, de sus creencias y hasta de sus propias experiencias. Posiblemente así pasó la mayor parte de su tiempo, escuchando en un mundo donde hasta los adultos creían en los cuentos de hadas. La tierra prometida para un niño, sin duda. Sus abuelos maternos y su propia madre, Susan Pollexfen Yeats, eran unos enamorados de la vieja Irlanda.

En octubre de 1874 la familia regresó a Londres, donde su padre se relaciona con un grupo de pintores prerrafaelistas y donde Yeats ingresa en la Godolphin School, cerca de Hammermith. Pero pronto, y ante el poco éxito del pintor, regresan a Howth, en las cercanías de Dublín. Allí Yeats continúa sus estudios en el Erasmus Smith School. En esa época demuestra a todas luces ser un estudiante lento y distraído, con poca iniciativa para acceder a la universidad, pero lo único que realmente parece hacerle fijar su atención es la poesía. Tanto la lee, como la escribe. Sin embargo, por satisfacer los deseos de su padre, ingresó muy a pesar de su vocacion, en la Escuela Metropolitana de Arte de Dublín. Aquel período fue para él muy inquieto. Prefería ir a encerrarse en las bibliotecas a leer cuentos y poemas celtas, pero, sobre todo le gustaba sentarse a los fuegos que los campesinos encendían en los campos de Connaught y escucharles contar sus cuentos y narraciones tradicionales.

Pero de nuevo los hados actuaron en su vida. Fue el destino quien estableció que Yeats conociera en Dublín a George Russell (más conocido por el pseudónimo de AE), que fue el encargado de iniciar al joven Yeats en el mundo de lo sobrenatural y lo esotérico, cuya atracción le perdurará durante toda su vida. Escribió entonces poesía simbólica, publicando a los diecinueve años su primer poema titulado The Island os Statues, en la Dublin University Review. A partir de entonces colaboró con regularidad tanto en este periódico como en el Irish Monthly. Aprende a odiar la ciencia, comienza a sentirse atraido por el budismo y se hace miembro de una sociedad secreta, la Hermetic Society de Dublín, junto a AE y a Charles Johnson. Tras esto, a los 21 años, decidió abandonar sus estudios de pintura y se lanzó a publicar su primer libro, un poemario dramático titulado Mosada.

En este período conoce a John O'Leary, que había pasado cinco años en cárceles británicas y quince en el exilio, y bajo su tutela comienza a despertar ideas nacionalistas.

En 1887 regresa a Londres, donde se unió a un grupo de poetas decadentes, como Ernest Rhys, Lionel Johnson, Arthur Symons, Ernest Downson, etc., Con quienes formó un club literario: The Rhymers Club. Además trabajó durante un largo tiempo como periodista. Fue entonces cuando escuchó hablar de la Sociedad Teosófica, un nuevo movimiento que aseguraba tener la síntesis entre religión, ciencia y filosofía. Así que no dudó en visitar a su fundadora, Madame Helena P. Blavatsky, quien también protagonizaba una seri de sesiones espiritistas. Y es que para Yeats lo misterioso y lo oculto constituían una de sus fuerzas vitales, aunque siempre cubiertas de un manto de misticismo. Con el tiempo esta sociedad acabó por decepcionarle y se unió al Golden Dawn (Orden hermética de la Aurora Dorada). Entre 1888 y 1890 se dedicó a reunir varios volúmenes de narraciones y cuentos folklóricos (como la anteriormente mencionada antología de poemas y baladas irlandesas).

En 1889, Yeats publica The Wanderings of Oisin, libro que le consagra como poeta lírico de sólida reputación y que logra que el Renacimiento Literario Irlandés adquiera completa conciencia de sí mismo. Tenía entonces veinticuatro años. Los poemas que componen este volumen fueron escritos durante su residencia en Sligo. Sus primeros versos están llenos de hinduismo y de celtismo.

Si hubiera que establecer un año dorado para Yeats, seguramente sería 1889, ya que en este mismo año también conoció a Maud Gonne. Su apasionado amor por el mundo celta irlandés solamente tuvo comparación con su amor por ella. Fue ella quien le inspiró sus mejores versos. Era hija de un oficial del ejército francés y de un aristócrata anglo-irlandesa, tenía 25 años cuando Yeats se enamoró de ella. Fue una de las líderes del movimiento revolucionario irlandés, al que se había afiliaod a los dieciséis años de edad. En aquel tiempo era considerada como `la mujer más hermosa de Europa' y fue amada y cantada por avrios poetas de su época. La amada de W. B. Yeats luchó junto a rebeldes que fueron después considerados como mártires de la nación. En uno de los libros de poemas más hermosos que ella le inspiró, Yeats le escribió la siguiente dedicatoria:

When you are old and gray and full of sleep,

And nodding by the fire, take down this book,

And slowly read, and dream of the soft look

Your eye had once, and their shadows deep;

How many loved your beauty with love false or true,

But one man loved the pilgrim soul in you,

And loved the sorrows of your changing face.

En su ancianidad, sin embargo, Maud Gonne no “cabeceó junto al fuego”, sino que continúo siendo la antorcha que mantuvo encendido el fuego de la rebelión en Irlanda, donde se la consideró como una `Juana de Arco'. Esta mujer, estimada como una de las mujeres más grandes que ha habido en la historia de Irlanda, hizo ingresar al joven romántico y apasionado que era entonces el joven Yeats, a la organización de los Sinn Fienn. Pronto se trabó dentro de él una ardua lucha por la independencia y por la libertad de Irlanda.

Años más tarde, Maud Gonne se casó con un compañero de ambos, el comandante MacBride, mientras que Yeats lo hizo con Georgina Hude-Lees, una mujer hermosa, inteligente y rica, bastante aficionada además a los temas esotéricos, y con quien tuvo dos hijos, Anne y Michael. George -como la llamaba Yeats- sería su esposa, pero Maud, el amor de su vida.

En 1892, Yeats estrenó una obra teatral titulada The Countess Cathleen, escrita totalmente en verso blanco, narra la tradicional historia de la condesa irlandesa que vendió su alma al diablo para salvar del hambre a un pueblo campesino y consiguió también su eterna salvación. Pero lo que Yeats exponía como un acto heróico (paralelo al total compromiso político de su amada Maud Gonne) fue interpretado de otra manera por el católico pueblo irlandés y la obra recibió una acogida hostil. Durante la representación de este drama, el público silbó y protestó, y poco después apareció un panfleto en que se incitaba a la población a poner fin a aquella “blasfemia”. Aún así continúo representándose y logró triunfar a pesar de sus detractores, abriendo de esta forma el camino para la libertad de la literatura en Irlanda.

La obra siguiente de Yeats, The Land of Heart's Desire (1894), es un drama en un acto acerca de una novia soñadora, quien, en el Dia de mayo, es llevada por las hadas a la tierra encantada que éstas habitan.

Regresó a Irlanda en 1896, y con treinta años conoció y estableció una profunda amistad con la autora teatral nacionalista Lady Isabella Augusta Gregory. En su autobiografía titulada Dramatis Personae, publicada a mediados de 1936, cuenta Yeats su encuentro con Lady Gregory, y como ella lo rescató de su “desgraciado amor” y le prestó dinero para que pudiera dedicarse a escribir en la forma que quisiera.

Lady Gregory nació en Galway. Fue después de la muerte de su marido, Sir William Gregory, en 1891, cuando comienza su transformación en uno de los pilares culturales de la nación irlandesa. A lo largo de su vida escribió cerca de cuarenta obras teatrales, además de un importante número de poemas y ensayos. Sus comedias fueron muy populares y se representaron una y otra vez, algunas de ellas no sólo en Irlanda sino también en América e Inglaterra, pero en la actualidad han perdido popularidad. Son entendidas como naderías inocentes, construidas sobre los puntos flacos del carácter irlandés.

El deseo de independencia y libertad política de esta época se verá reflejada en la proliferación de sociedades, nominalmente culturales pero en muchas ocasiones apoyadas también en intereses políticos. De estas sociedades, la más famosa y la que mayores talentos va a reunir es la Irish National Theatre Society, fundada en 1899 por Yeats y Lady Gregory. Galway se convirtió en un importante punto de encuentro para los escritores de esta sociedad. Fue en esta ciudad donde Lady Gregory comenzó su labor recogiendo las antiguas leyendas de la gente del campo. Es algo de lo que se sienten muy orgullosos los habitantes de este condado irlandés, que han llegado incluso a afirmar que de no haber sido por una conversación casual durante un lluvioso día en Coole Parke, quizá Lady Gregory y Yeats jamás hubieran podido soñar con el Abbey Theatre. Exageración o no, la verdad es que gracias a la amistad y al trabajo de ambos, la Irish National Theatre Society se asento en el Abbey Theatre de Dublín a partir del año 1904. Otro de los cofundadores fue Edward Martyn, y a pesar de que tanto la producción como los gustos literarios de los tres eran bien distintos, a todos les unía una convicción común: la necesidad de buscar en la tradición las raíces culturales del país. Irlanda padecía por razones históricas una doble desvinculación -de su propia cultura y de la cultura inglesa- que se manifestaba en el empobrecimiento de todos los aspectos de la vida del país, y muy notablemente en su lengua. De ahí que uno de los más importantes intereses fuera la recuperación de la riqueza de la lengua, a través de la traducción de textos en lengua gaélicay, más concretamente, tratando de plasmar el inglés de la Irlanda rural, alejada de la influencia de la metrópoli y unida todavía a sus orígenes.

Con este objetivo escribió Lady Gregory su Cuchulain of Muirthemne, trabajo del que Yeats dijo “ser el mejor libro que jamás se ha publicado en Irlanda”. El estudio que la autora hizo de la lengua irlandesa la llevó a desarrollar el primer dialecto Anglo-Irlandés adoptado por los poetas y dramaturgos de la tierra. El dialecto se denominó Kiltartan debido a la región en la que nació.

En 1901, Yeats publica The Irish Literary Theatre, una especie de programa orgánico de la propia sociedad teatral. Un año después se representa su Cathleen-ni-Houlihan, en la que Irlanda queda simbolizada en el personaje de una anciana mendiga por quien el joven Michael abandona a la que está a punto de ser su esposa. Fue muy aclamada por su patriotismo.

Y el 27 de Diciembre de 1904 el Abbey Theatre abre sus puertas por primera vez. Y lo hizo financiado por Annie Elizabeth Fredericka Horniman (1860-1937), una mujer de nacionalidad inglesa que sorprendentemente se unió al proyecto irlandés. Su compromiso con el teatro empezó en 1894, cuando financió una serie de obras en el Avenue Theatre de Londres, teatro que presenció las primeras representaciones públicas de W. B.Yeats y de George Bernard Shaw. Como resultado de su amistad con Yeats, aceptó colaborar con la apertura del Abbey en Dublín en 1904, como máxima referencia del Teatro Nacional Irlandés. Gracias a las subvenciones de Mrs. Horniman, el teatro consiguió rapidamente una gran reputación a la hora de represenatr los nuevos dramas irlandeses. La política artística del mismo incorporaba cuatro aspiraciones:

  • Promover y desarrollar nuevos dramas irlandeses y por lo tanto crear un repertorio de Literatura Dramática irlandesa.

  • La conservación del repertorio irlandés a través de la recuperación del amplio canon de escritos irlandeses ya existentes.

  • El enriquecimiento de este repertorio a través de la representación de las principales obras del teatro mundial.

  • Convertirse en garantes de la continuidad y vitalidad del teatro irlandés a través del empleo, promoción, ensayo y desarrollo de los artistas teatrales.

Las obras que se representaron en la noche de la inauguración del Abbey Theatre fueron Kathleen Ni Houlihan y On Baile´s Strand de Yeats, In the Shadow of the Glen de Synge y Spreading the News de Lady Gregory.

En 1907 Miss. Horniman trasladó su actividad a Manchester, como consecuencia de ciertas desavenencias con el Abbey. Estableció inicialmente un teatro en el Midland Hotel, y en 1908 tomó posesión del Gaiety Theatre. Un año después, el Abbey fue comprado por sus propios fundadores.

Los autores afiliados al Abbey Theatre fueron muchos y de tendencias muy dispares. Ya los tres fundadores diferían mucho entre sí: Martyn, por ejemplo, era seguidor de Ibsen y de la tradición dramática realista que imperó en la Inglaterra anterior a su influencia, mientras que Yeats repudiaba este tipo de teatro, y Lady Gregory escribió comedias populares que muy poco tenían que ver con el ideal dramático de Yeats. La variedad e incluso disparidad de temas y autores se vió unificada por intereses y criterios comunes. Compartían unos principios dramáticos críticos y rigurosos y tenían un mismo fin: devolver al público irlandés la confianza en sí mismo.

Entre las obras que Yeats escribió para el Abbey Theatre encontramos The Shadowy Waters (1904) y Deirdre (1907) ambas elaboraciones sobre leyendas gaélicas. Sobre el héroe popular mitológico Cuchulain escribió una serie de cinco obras que comenzó con On Baile's Strand (1906) y culminó en The Death of Cuchulain (1939), coincidiendo con la muerte del propio Yeats.

Este teatro que pretende ser poesía pura, que analiza la interacción entre fantasía o ensoñación y realidad y que se basa en el simbolismo tanto de las imágenes como de la acción, va a verse complicado por la introducción de elementos neoplatónicos, por la influencia del teatro japonés Nô y por las nuevas ideas que aportó a la escena Gordon Craig. Yeats llamó a algunas de sus obras Plays for Dancers y a esta tendencia pertenecen, por ejemplo, del ciclo de Cuchulain At the Hawk's Well (1913) y The Only Jealousy of Emer (1916).

Pero no hay que olvidar que mientras tanto otra de las fundadoras también llevaba a cabo una importante producción literaria. De entre las muchas traducciones de Lady Gregory, una de las más típicas es Gods and Fighting Men (1904). Sus exploraciones en el folklore y en las leyendas fueron recogidas en varios volúmenes. Pero su principal aportación tuvo lugar en el drama. Colaboró con Yeats en The Unicorn from the Stars (1908) así como en otras obras. De sus propias comedias algunas son de un sólo acto y otras de larga duración. Muchos críticos no las consideran muy valiosas literariamente hablando, pero exponen magistralemnte la perspicacia del carácter del campesino y están llenas de humor. Spreading the news (1904), The Gaol Gate (1906) The Rising of the Moon (1907),The Work-House Ward, son quizá sus mejores trabajos. Sus tours alrededor de los Estados Unidos con la compañía del Abbey desde 1911-1913 fueron memorables por sus dificultades y triunfos.

Existe una polémica en torno al trabajo conjunto de los dos máximos promoteres del Abbey. Y es que una parte de la crítica opina que Yeats robó las ideas y descubrimientos de Lady Gregory, mientras que otro sector cree que esta afirmación no es cierta, y que ambos autores trabajaron conjuntamente, que Yeats simplemente se inspiró en la iniciativa de Lady Gregory. Teniendo en cuenta el trato dado a las mujeres a lo largo de la historia de la literaura, la gran cantidad de autoras silenciadas u ocultas en favor del trabajo de los escritores, es muy probable que ciertamente, la historia le haya negado a Lady Gregory bastante protagonismo dentro del Renacimiento Irlandés. Es más, existen documentos que demuestran que fue ella la que llevó a cabo todo el trabajo previo necesario para la creación del Abbey Theatre: fue ella la que envió una copia de la carta que redactaron con el propósito de establecer una escuela de literatura dramática en Irlanda a trescientos amigos suyos y ella también la primera que dió el aval de 25 libras, quien movió sus influencias para que se cambiara la ley y se pudieran representar obras en lugares distintos a los únicos tres teatros autorizados de Dublín, y más aún, cuando por fin se adquirió el teatro, ella fue la titular de la licencia. Por lo que una buena proporción del mérito que tuvo el éxito del Abbey le correspone a Lady Gregory.

De entre los muchos escritores que trabajaron para el Teatro Nacional Irlandés destaca la figura de John Millington Synge (1871-1909). De familia anglo-irlandesa, nació en Rathfarnham (hoy parte de Dublín). Entre sus datos biográficos cabe destacar que estudió gaélico, entre otras lenguas, en el Trinity College de Dublín. Se dedicó a viajar por toda europa, pero, tras dedicarse a tocar el violín para los campesionos del Bosque Negro italiano, renunció a la música y se asentó en París, donde se dedicó a escribir. En 1986 Yeats, que estaba viajando entonces por todo el continente, hizo una parada en París, donde coincidió con Synge, al que rápidamente aconsejó que volviera a Irlanda para ir a vivir a las Islas de Aran, en el Condado de Galway, con su violín y sus cuadernos de notas y se dedicara a expresar, a relatar una vida que nunca había sido contada ni descrita antes. Synge siguió su sabio consejo y encontró allí la inspiración que le convirtió en uno de los grandes dramaturgos de su generación. Llegó por primera vez a las islas en 1898 y muy pronto, la pasión por escribir sobre ellas se despertó en él. De sus gentes absorvió aquel dialecto con el que se comunicaban, tan poco contaminado por la moderna sofisticación urbana. Aran le proporcionó el material para dos de sus más afamadas obras en un sólo acto, The Shadow of the Glen (1903), basada en la historia de la Viuda de Éfeso y Riders to the Sea (1904), la historia de una mujer de las islas, Maurya, que perdió a su marido y a cinco de sus hijos en el mar, y que tendrá que hacer frente más tarde a la pérdida de su último hijo. Su obra siguiente, The Well of the Saints (1905) en la que sus dos protagonistas se refugian en el mundo fantástico y bello de su ceguera, es para algunos críticos la mejor, pero su tema la hizo poco popular entre el público. The Playboy of the Western World (1907) es la última obra que se representó antes de su temprana muerte, pero dejó escritas dos más, The Tinker's Wedding y Deirdre of the Sorrows, en la que los protagonistas cometen una especie de suicidio para evitar la inevitable desilusión, el despertar de un sueño, y escribió también un libro de ensayos titulado The Aran Islands (1907). Salvo Deirdre of the Sorrows, que se basa en leyendas tradicionales, todas las obras de Synge tienen como protagonista el mundo rural irlandés y su lengua. La lengua que Synge utiliza es el inglés de la Irlanda que todavía no ha perdido totalmente las raíces gaélicas. Es, sin embargo, una lengua elaborada por el autor, extrayendo de ella todas sus posibilidades poéticas al tiempo que explota sus características expresivas, hasta conveetirla en una prosa poética que es a la vez capaz de representar realísticamente el hablar de un pueblo. Todo un logro por su parte.

'William Butler Yeats'

The Playboy of the Western World, la más famosa de sus obras, provocó desde el momento de su estreno las reacciones más furiosas y violentas que ha conocido el teatro. Todavía se conserva el famoso telegrama que Lady Gregory envió a Yeats (que se encontraba dando conferencias en Escocia) la primera noche de su representación:

“Los espectadores estallaron en una algarabía con sólo oír que se decía en escena `retrete', ya que la vulgar palabra anglosajona ofendía la sensibilidad de una audencia educada en los delicados eufemismos victorianos”

Yeats decía, y con razón, que cuando nace un genio, su pueblo no lo reconoce como tal y lo considera inaceptable. Resulta demasiado diferente a lo que la gente está acostumbrada.

Para muchos de los espectadores aquella noche, especialmente para los más nacionalistas, era una sátira realista que iba demasiado lejos. Llegaron incluso a escucharse gritos que pedían la muerte del autor.

La obra es la historia de un joven desconocido que huye a un pueblo remoto tras asesinar a su propio padre. Llega al pub del pueblo, y alli cuenta lo que ha hecho, provocando a la vez horror y admiracón, convirtiéndose en el héroe del pueblo. Hasta que de pronto aparece su padre, malherido pero vivo. El `héroe' se convierte rápidamente en un ser despreciable, y tras un nuevo intento de parricidio, padre e hijo abandonan el pub de regreso al hogar. Un argumento provocativo, y mucho más si se tienen en cuenta las acusaciones que esconde. Synge acusaba a sus compatriotas, no tanto de ser capaces de llegar a extremos de brutalidad como de ser víctimas de su propia imaginación `romántica'. A pesar de todo, la obra se convirtió en un clásico y en la piedra angular del Abbey Theatre.

Otro de los escritores destacados dentro del resurgimiento irlandés es Sean O'Casey (1884-1956). Nació en Dublín de familia obrera y protestante. Su padre y ocho de sus doce hermanos murieron cuando él era todavía un niño. Muy pronto demostró facultades para la pintura, la música y el teatro y se intereso por el estudio de la lengua irlandesa y por la política. Tras ejercer diversos oficios y cargos en sindicatos obreros, se afilió al partido socialista de Irlanda, convencido de que la lucha de clases era mas importante que la lucha contra el imperialismo británico.

Su primera obra, The Shadow of a Gunman (1923), se estrenó en el Abbey Theatre cuando O'Casey tenía más de cuarenta años. En ella, el protagonista es tomado equivocadamente por un heróico guerrillero. Como consecuencia de esta admiración que provoca, una muchacha muere por su culpa, convirtiéndose ella en la verdadera heroína. Él acaba lamentándose por su pobreza de espíritu.

Al año siguiente se representa Juno and the Paycock (1924), relata la vida y esperanzas de una pobre familia dublinesa con la Guerra Civil de 1922 como marco. Y en 1926 se estrena The Plough and the Stars. Nos encontramos por primera vez con algo que se aproxima al realismo y también algo que representa la vida en la ciudad, la vida urbana, aunque lo sea bajo condiciones anormales. La obra presenta la insurrección de 1916 (en la que el propio autor participó) en un tono antiheróico que, como en obras anteriores, pretende resaltar las necesidades y los deseos de las clases oprimidas por encima del patriotismo de los burgueses que supuestamente pretendían liberarlas. The Plough and the Stars provocó otro de los escándalos y tumultos del Abbey Theatre. Los espectadores enfurecieron ante lo que consideraban una burla de los ideales nacionales. Pusieron objeciones a la presencia de su bandera en una escena de taberna. Negaron categóricamente que hubiese prostitutas en irlanda, y que, incluso si las había, ese tipo de criaturas no debían colocarse cerca de la bandera nacional. Fue durante esta algarabía cuando Yeats arengó a los espectadores y dijo aquellas famosas palabras: “Habéis vuelto a deshonraros a vosotros mismos”.

Cuando O'Casey empezó a presentar sus obras al Abbey Theatre, en los años veinte, el impulso original y primigenio del teatro se había agotado. Yeats se encontraba por aquellos entonces en su época de influencia del teatro `Nô' japonés, que no necesitaba una gran puesta en escena. El Abbey estaba en una grabe situación financiera y puede afirmarse que O'Casey fue la salvación del teatro en aquellas fechas. Inauguró una nueva fase, tanto desde el punto de vista de la taquilla como de la temática del teatro. Creo personajes urbanos, realistas, antihéroes y sobre ellos, yuxtapuestos a veces de forma sorprendente, delineó los aspectos cómicos y trágicos de la vida. El Abbey se había visto obligado a cerrar por las restricciones del toque de queda durante la guerra angloirlandesa y la guerra civil que después se desencadenó, y Yeats, en una carta a O'Casey en 1928, reconocía que si no hubiese llevado este último sus obras al teatro en aquellas fechas justo posteriores al levantamiento de las restricciones, el Abbey Theatre habría tenido que cerrar sus puertas, muy probablemente, de forma definitiva.

En 1926, O'Casey se exilió a Inglaterra, donde vivió hasta su muerte. Esta podría ser la razón de que nunca volviera a escribir con la maestría de sus tres primeras obras (todas ellas con Dublín como marco) y también de que el Abbey Theatre rechazara en 1928 su The Silver Tassie, que versa sobre la experiencia de unos jóvenes irlandeses enrolados en el ejército inglés durante la primera guerra mundial y que emplea un expresionismo simbólico nuevo en su producción y también en los escenarios ingleses. El resto de sus numerosas obras sufre un cambio negativo: sus temas se simplifican haciéndose más generalizados y sus personajes se convierten en portavoces de ideas y actitudes. Within the Gates (1933), que trata del desempleo, Purple Dust (1938), The Star Turns Red (1940), Red Roses for Me (1942) y Cock-a-Doodle-Dandy (1949), entre tantas otras, tratan de comunicar una alegría de vivir basada en el amor, la belleza y la libertad, al tiempo que atacan la opresión religiosa, la hipocresía y la obsesión por la tradición y por el pasado. Pese a que las características de los personajes que encarnan estas actitudes los hacen poco convincentes, también es verdad que O'Casey conservó hasta el final su capacidad de reproducir la vida diaria de la gente sencilla en toda su riqueza de matices. Ningún otro autor de esta época escribió sobre cuestiones sociales y políticas con la profundidad y el arte con que él lo hizo.

A estas alturas Yeats se encontraba en la última etapa de su vida. A medida que pasaban los años fue dedicándose cada vez más a la política activa. Fue senador de la primera legislatura del parlamento del recién constituído estado de Irlanda entre 1922 y 1928. En 1923 le fue otorgado el premio Nóbel de Literatura. Durante sus años de vejez fue perfeccionando su estilo y sus últimas obras se consideran las mejores de su producción. En ellas se deja sentir la influencia de Georgie-Hide-Lees, su esposa desde 1917, que tenía un talento especial, como medium que era, para la escritura automática. Según él, las teorías expuestas en A Vision (1926), le fueron comunicadas a través de ella por seres sobrenaturales. Dos años más tarde habría que destacar su obra The Tower , en la que expresó sus angustias en versos como los siguientes:

What shall I do with this absurdity

O heart, O trobled heart, this caricature

Decrepit age that has been tied to me

As to a god's tail?

Las obras de su última etapa, como The Resurrection (1931), Purgatory (1939) y la ya mencionada The Death of Cuchulain (1939), están basadas en un complicado sistema simbólico que revela una irónica apreciación de la psicología y de la historia humanas. Mención aparte merece Words Upon the Window-Pane (1934) por considerarse atípica en la producción de Yeats. Es la única que se desarrolla en un ambiente realista y presenta escenas de la vida de Swift a través de una sesión espiritista. En 1936 publicó también su anteriormente mencionada autobiografía Dramatis Personae, en la que narra especialmente el período de su vida que consagró al Abbey Theatre y rinde un especial homenaje a Lady Gregory y a J.M.Synge. Yeats murió en Roquebrune (Francia) el 18 de Enero de 1939, y fue enterrado en Irlanda, en el condado de Sligo.

El teatro de Yeats ha tenido una difusión limitida en los escenarios. Su importancia radicó en que presentaba una nueva y coherente propuesto de teatro que enriquecería las posibilidades del drama inglés del siglo XX. Apoyado además por sus escritos críticos sobre el tema, devolvió al género dramático la universalidad, la intencionalidad artística y la vitalidad lingüística que había perdido.

Respecto al Abbey Theatre, en el año 1925 le fue concedido una subvención anual por parte del nuevo Estado Libre Irlandés, convirtiéndose así en el primer teatro subvencionado estatalmente del mundo de habla inglesa. El Estado sigió apoyando la actividad del Abbey mediante una beca anual concedida por el Consejo de Artes de Irlanda (An Chomhairle Ealaion).

Pero trágicamente, los edificios originales del teatro Nacional (el Abbey y el Peacock) fueron destruidos por el fuego en 1951. La compañía entonces trasladó sus actuaciones al Queen's Theatre hasta 1966, año en el que el nuevo Abbey Theatre abrió sus puertas en el mismo lugar que el anterior. Fue construido con las innovaciones necesarias para albergar al nuevo drama irlandés creado por autores como Tom Murphy, Thomas Kilroy, Frank Mcguinness, Sebastian Barry, Marina Carr y otros muchos, pero siempre sin abandonar el repertorio establecido por los dramaturgos del renacimiento irlandés de principio de siglo. De esta forma el Abbey continuó su exitosa carrera hasta nuestos días, gracias a los esfuerzos de tantísimos irlandeses capitaneados siempre por los fabulosos Lady Gregory y W.B.Yeats.

BIBLIOGRAFÍA

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