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Visita a la casa de Pablo Neruda


Índice

Índice………………………………………………………………………………… 1

Introducción……………………………………………………………………… 2

Historia y descripción de la casa…………………………………….. 3

Colecciones de Neruda……………………………………………………… 4

Anécdotas de algunos objetos de la casa………………………. 5

Introducción

E

l presente informe trata sobre la visita del curso a la casa del célebre poeta Pablo Neruda en Isla Negra, su historia, sus colecciones, sus anécdotas, su profundo amor hacia el mar, sus ganas imperiosas de ser “marinero en tierra”, su infancia y su gran amor hacia Matilde Urrutia, hacen de la casa un importante legado histórico y cultural. Es impresionante como cada uno de los detalles de la casa relatan un momento en la vida de Neruda.

Visita a la casa de Pablo Neruda
El viaje comenzó aproximadamente a las 9:00 del día martes 22 del presente e íbamos acompañados por nuestro profesor de castellano Cristián Lorca y el inspector Patricio Peñaglillo. El bus que nos llevaba arribó en Isla Negra exactamente a las 11:00. Luego de un breve descanso frente al mar -que en más de una oportunidad inspirara al poeta- hicimos ingreso a la casa que hoy administra la Fundación Neruda. En la entrada hay una tienda de postales, libros y demás recuerdos de la casa. En los muros se aprecian poemas selectos de Neruda con relación a la casa. Luego ingresamos a la casa en sí (la que habitara Neruda hasta sus últimos días) en pequeños grupos de ocho alumnos. La visita era guiada por dos monitoras que nos iban detallando parte de la historia de la casa.

A continuación revisaremos en detalle la historia de la casa, las anécdotas de los objetos y la excentricidad de Neruda.

Historia y descripción de la Casa

N

Visita a la casa de Pablo Neruda
eruda llega a Isla Negra a fines del '38. Ahí conoce a un viejo español socialista, capitán de navío retirado, que construía la casa para vivir con su familia. Cuando la vio se encontró con los cimientos de piedra de una casa a medio construir, por lo que pudo terminarla a su gusto. En total la construcción de la casa demoró 30 años: a medida que faltaba espacio para los juguetes del poeta la casa iba creciendo. Siempre el principal protagonista fue la majestuosa vista de la playa, del rompiente de las olas, del vasto cielo y de una larga extensión de la costa.

El piso inferior de la torre (por donde comienza nuestra visita guiada) está relleno de conchas marinas que sirven de masaje para los pies. Ahí se encuentra un gran timón de barco junto a un farol que iluminó alguna calle del puerto. Continuó la estrecha ala de cemento con un ancho living de piedra, en el que abrió un enorme ventanal que -según la guía- causa el asombro de arquitectos y entendidos. Al construir el living se respetó una gran roca negra que ahora surge altiva y solitaria junto a cactus y flores que crecen alrededor. El resto del piso es de baldosa de greda roja. En una de las paredes hay una gran chimenea; frente al ventanal una larga mesa de madera en la cual solía sentarse a escribir Neruda o a observar con su catalejo el vuelo de los pájaros.

En el segundo piso de la torre estuvo el dormitorio del poeta, dormitorio redondo con una amplia ventana con vista hacia el mar, que da a un pasillo y luego se ensancha bajo el tejado y tiene la baranda sobre éste segundo piso de la casa. Se sube por una escala de cordel, como la de los barcos.

Luego de la muerte del poeta su esposa, Matilde Urrutia, dona la casa a la Fundación Neruda. En el año 1990 la Fundación la abre al público intentando mantener las cosas en el mismo orden original.

Colecciones de Neruda

P

ablo Neruda nunca se consideró un coleccionista. Él decía que era un “cosista”, porque sólo le gustaba juntar cosas. Una de sus colecciones favoritas era la de mascarones de barco que traía principalmente de sus visitas a los desarmes de barcos en el puerto de San Antonio. El preferido de estos mascarones era la María Celeste, hecho en madera de lustroso color café. El poeta decía que era milagrosa porque lloraba (aún cuando le explicaban que por los ojos de vidrio la humedad de la madera se condensaba con el calor de la chimenea). Su rostro es de una dulce e imperiosa. Éste mascarón se encontraba en el living suspendida de la baranda del segundo piso. Frente a esta se encontraba La Medusa, enorme mascarón de madera pintada que han roído y desteñido los años y la sal de los mares por donde abrió la ruta su barco. La Guillermina es el último mascarón de la casa. Neruda al verla recuerda un amor de su juventud y le dedica el poema “Donde está la Guillermina”.

Una de sus más grandes colecciones es la de caracoles. Cuando cumplió 50 años en 1954 regaló su primera colección a la Universidad de Chile -donde había estudiado pedagogía en francés- junto con su colección de libros de 5000 ejemplares. Producto de ésta relación con la Universidad de Chile nace la Fundación Neruda. En la última sala (la que no formaba parte originalmente de la casa, sino que la Fundación Neruda la inaugura en el año 96) se encuentra su segunda colección de 600 caracolas, acompañada de un diente de narval de 2.15 m y una ostra gigante.

Neruda estudiaba además entomología. Tiene una colección digna de un museo del ramo: mariposas brasileñas muy grandes, escarabajos rarísimos y otros extraños insectos, perfectamente ordenados en insectarios de vidrio.

Anécdotas de algunos objetos de la casa

E

l “locomóvil” -que encontramos en la entrada antes de ingresar a la casa, en el patio- le recuerda a su padre. Él decía que su padre era como conductor de tren (y con la fuerza que le daba Weasley…).

En el living, sobre la chimenea, hay una miniatura de un velero que Neruda bautizó con el nombre del dueño del terreno. Diseminados por toda la casa hay una colección de barcos en miniatura, casi todos ellos de gran valor. No falta, desde luego, la colección de barquitos armados dentro de botellas y las marinas más diversas de los más diversos pintores.

El comedor era el núcleo principal de la casa cuando Neruda compró el terreno. Al continuar su construcción hace las ventanas muy amplias, las puertas bajas y angostas y el techo similar al de un barco, lo que en conjunto da la sensación de estar a bordo de un barco. Él siempre se sentó en la mesa donde estaba el individual del capitán. Le gustaba tomar el agua o el vino en copas de color porque, según decía, le daba otro sabor. A ambos lados hay ventanales grandes; el ventanal que da la vista hacia el mar está adornado con botellones de vidrio azules y celestes que representan el mar, en cambio el que da la vista hacia la tierra tiene botellones cafés, verdes y marrones que reflejaban la tierra y las plantas. Con esto se hace evidente la preocupación del poeta por los detalles.

La Covacha era su refugio. En invierno Neruda mandaba a colocar zinc en el techo, porque al escuchar mas fuerte la lluvia recuerda su infancia en Temuco. Una noche mirando hacia el mar con su catalejo divisó un madero, seguramente una puerta o escotilla de barco. Al instante despertó a Matilde y le dijo: “…Ahí viene mi escritorio…”. Entonces bajaron a la playa y esperaron que llegara el madero, luego la envió donde un carpintero que la convirtió en escritorio. Neruda decía que era un regalo que le hizo el mar.

La réplica de la imagen de la virgen de Isla de Pascua con el pájaro Manutara estuvo primero en la Embajada de Chile en Francia, en la época en que Neruda era embajador en ese país. También está una imagen del Kaba-Kaba. Según cuenta la leyenda el mirarle a los ojos trae mala suerte.

Sobre la puerta que conecta con la cocina hay una litografía que dice: “No mires lo que no te importa, no seas curioso”. Su famosa “Oda al caldillo de congrio” la escribió porque era éste precisamente su playillo predilecto.

En la habitación la posición de la cama es en forma diagonal por la excelentísima vista que ofrece el ventanal. Sobre el velador siempre se encontraba el catalejo, señal de sus eternas ganas de ser “…marinero en tierra…”. Detrás de la cama se encuentra una ovejita de peluche desgastada por los años que le recuerda su infancia. Al fondo de la habitación y por detrás de la escalera, en el closet, se encuentran las iniciales P y M (Pablo y Matilde). Sobre el closet hay ponchos, chaquetas y sombreros que usaba cuando se disfrazaba (la guía nos dijo algo que ya habíamos escuchado en la anterior visita a La Sebastiana: que a Neruda le gustaba ponerse tras el bar con una chaqueta roja, quemar un corcho y hacerse bigote y simular ser barman). En el otro closet, en el extremo opuesto del dormitorio, el primer frac del lado izquierdo es el mismo que usó cuando recibió el Nóbel, el 21 de octubre de 1971.

Neruda acostumbraba colgar los nombres de sus amigos fallecidos en las vigas sobre el bar. Como el bar quedaba bajo la habitación él decía que “dormía sobre ellos”.

Afuera de la casa hay unas campanas que el poeta usaba para informar a la gente que vivía en los alrededores que había llegado de un viaje. Se puede apreciar una casita de madera en la que el poeta escribía prácticamente desde cualquier ángulo de la casa o de la playa.

Dentro de la casa se pueden apreciar muchas otras colecciones: Colecciones de Máscaras, de veleros, de estribos y de guateros entre otras. Curiosamente dentro de la casa se encuentran muchas cosas de África, continente que el poeta nunca visitó.

En la casa hay una habitación construida “solamente para un caballo”. Durante su infancia en Temuco, siempre al ir al colegio pasaba a acariciar a un caballo de cartón piedra de color blanco en una tienda. La tienda se quemó y el caballo pasó a remate, entonces el lo compra y lo trae a Isla Negra. Hace una fiesta de bienvenida; lo pinta e invita a tres amigos a que compren la cola. Los amigos no se ponen de acuerdo y cada uno llega con una cola. Entonces Neruda coloca una cola arriba y dos atrás, y le llama “El caballo más feliz del mundo”, por que tenía tres colas.

Neruda muere 23 de Septiembre de 1973, afectado de un cáncer de próstata y profundamente dolido por el Golpe de Estado. Es trasladado a la Clínica Santa María en Santiago el día 19 de Septiembre. Finalmente se decide respetar lo pedido por el poeta en su “Canto general”, cuando pide reposar un día "entre los párpados del mar y la tierra”.

Conclusión

Se puede decir que la casa de Isla Negra albergó por última y definitiva vez las más excéntricas colecciones de Pablo Neruda. Esta casa fue además fuente de inspiración para el poeta porque albergaba sus más gratos recuerdos, la compartió con el más grande amor de su vida, además de otorgarle la hermosísima vista de la costa.

Esta era, sin duda, la casa más querida por el poeta.

Opiniones Personales

Pablo López

“En mi opinión, esta visita me sirvió para aclarar las dudas que surgen al leer los poemas de Neruda, además de servirme para comprender las poderosas fuentes de inspiración que lo acompañaron en sus más célebres versos. Me impresiona además, porque luego de nuestra anterior visita a La Sebastiana no creía encontrarme con una casa aún más llena de objetos y más inspiradora. Fue significativo poder vivir a ratos lo que el poeta vivió los últimos momentos de su vida. Es definitivamente una visita que jamás olvidaré.”

Horacio Morán

“Creo que este viaje me sirvió para conocer a este gran y exitoso poeta como lo es Pablo Neruda, ya que es tan conocido y famoso por su gran afición al poema, al mar y a cada objeto que coleccionaba, como las caracolas, antigüedades y demás. Sobre todo también pude apreciarlo más, ya que en lo personal lo conocía muy poco. Además aprendí algo sobre su vida diaria. Me gustó también la playa, por la rara formación de sus rocas y su impresionante altura. Fue impactante poder vivir lo que el poeta vivía a diario. Me gustó bastante. Creo que fue una experiencia inolvidable. Además el haber podido compartir con mis compañeros, me gustó mucho.”

Integrantes

Pablo López

Horacio Morán

Curso

2º medio B

Fecha

28 de Octubre de 2002

Informe de Castellano: Visita a Isla Negra

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Enviado por:Hor@cio Morán
Idioma: castellano
País: Chile

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