Sociología y Trabajo Social


Violencia de Género


RESUMENES DE LOS LIBROS

LIBRO DE TEORIA: TRABAJO SOCIAL FEMINISTA

DEFINIR LOS PROBLEMAS SOCIALES

El movimiento feminista empieza por redefinir los problemas sociales, conduciéndolos hacia las necesidades especificas del bienestar de las mujeres, incorporando la opresión de género como una de las prioridades de los problemas sociales, teniendo presente que las mujeres se encuentran en una posición subordinada y de impotencia social, intentando conseguir trabajar desde una perspectiva igualitaria.

La igualdad de pago, la salud, la vivienda, decir no a la violencia domestica, los derechos de reproducción, la libertad de sexualidad y los servicios de atención a los niños, son entre otros, temas principales a tratar desde una perspectiva feminista del trabajo social. La resolución de estos problemas sociales se da siempre partiendo de la teoría que demuestra que los problemas no residen en las mujeres, sino que son fruto de la construcción patriarcal de las relaciones sociales.

Si centramos la perspectiva feminista hacia el tema que nos interesa especialmente para este trabajo observamos algunas de las interconexiones fundamentales en que se operan las relaciones sociales patriarcales para oprimir a las mujeres; los malos tratos inflingidos por sus parejas o ex parejas. Las personas implicadas en la asistencia a mujeres maltratadas no han prestado una atención adecuada. Médicos, policías y trabajadores sociales han presionado, ridiculizado, rehusado, negado ayuda, y se han limitado a aconsejar paciencia y tranquilidad a las mujeres que requerían de su asistencia profesional. Los problemas de la burocracia legal y de la vivienda también paralizan los movimientos de ayuda para las mujeres.

CAMPAÑAS Y REDES FEMINISTAS

Las campañas y las redes feministas constituyen una parte integral del trabajo social feminista, aunque suelen tener finalidades y objetivos en común, difieren mucho en la forma de actuación, de modo que encontramos movimientos y manifestaciones masivas y alternativamente localizadas. Cuando las acciones feministas se centran en trabajar con grupos pequeños, estas pueden constituir una amenaza para la organización actual de la sociedad en general. Estas redes y campañas feministas surgen también a raíz de que las mujeres se agrupan y establecen para abordar diferentes problemas sociales. El desarrollo continuo y prolongado del activismo feminista es importante en cuanto a las ideologías y la falta de recursos materiales que benefician la desigualdad social de las mujeres.

Las redes y campañas feministas iniciales han sufrido un retraimiento en cuanto a sus acciones y activistas, surgiendo por otra parte nuevas ideologías y formas de trabajo que las han llevado a plantearse si estas nuevas iniciativas siguen realmente la identidad que define al feminismo y si el movimiento esta muriendo como ha sido percibido en su nacimiento. Desde la perspectiva de las autoras del libro las redes y campañas feministas no han muerto ni están acabadas como tales, sino que las primeras formas del movimiento han ido cayendo en desuso a medida que se han necesitado nuevas iniciativas diferentes. En la actualidad los principios sobre los que se asienta el feminismo y las iniciativas que sigue han pasado por revisiones y cambios llegando a poder definir una gran variedad de <<feminismos>> influyentes. Sea cual sea la perspectiva que siguen o los cimientos sobre los que se basan, la acción directa a través de campañas especificas sigue siendo necesaria para crear conciencia de ciertos problemas y trabajar sobre ellos.

Los objetivos fundamentales de las campañas y redes feministas se centran en desafiar los determinantes sociales de la desigualdad de las mujeres. Los campos que se deben abarcar para lograr esta igualdad social son muy diversos; demanda de fondos para iniciativas que favorezcan a las mujeres, la contribución a su bienestar, mejorar los problemas sociales y mantener unos objetivos a largo plazo, aligerando los que afectan de modo inmediato. En algunas ocasiones las redes feministas se ven obligadas a adoptar posiciones incompatibles con sus objetivos principales, a causa de que el cambio social masivo queda fuera de su control. Debido a la inacción estatal, pueden verse obligadas a compensar las deficiencias de los suministros del Estado en lugar de tratar de obtener de éste un buen equipamiento para las mujeres.

La participación de las mujeres en las redes y campañas feministas ha proporcionado a estas oportunidades de autorrealización que previamente les eran denegadas como consecuencia de su posición de subordinación. Sentimientos de bienestar, la libertad y el uso de talentos previamente sin desarrollar. A la par que aparecen estos beneficios, se incrementa el sufrimiento personal de muchas mujeres que al otorgar prioridad a las demandas de su grupo en perjuicio de la satisfacción de lo que el marido considera sus necesidades o intereses, este se siente agraviado.

El marco de las redes y campañas feministas se basa en la igualdad, pero lo que opera es la discriminación de clase. Es evidente que en la aplicación del trabajo social convencional con mujeres la relación tradicional entre quien presta la ayuda y quien la recibe se basa en el supuesto jerárquico según el cual las clientas necesitan ayuda porque de alguna manera son inferiores y que las profesionales pueden ofrecerla porque son superiores, ya sea por conocimientos, compresión, buena integración personal o una combinación de estas tres cosas. La discriminación de clase entra en el momento observamos los estudios que nos ofrecen los datos de que la mayoría de las trabajadoras sociales son de clase media y las clientas de clase baja. Desde esta perspectiva las redes feministas también se convirtieron en un medio para establecer el reconocimiento de los esfuerzos de las mujeres de clase obrera en la organización popular para incrementar la igualdad de las mujeres. El activismo femenino de clase obrera junto con las campañas y disputas sindicales son importantes para estimular a las mujeres de clase media a que abordaran la organización con sus iguales de clase obrera sobre el supuesto de que unas y otras tienen capacidad de organización que ha de respetarse, y además ayudan a aumentar la confianza de las mujeres de clase obrera en su propia capacidad para organizarse y no dejar que las de clase media y sus actividades decidan por ellas.

Poco a poco esta especial atención a los problemas de clase social ha desviado la atención de los movimientos feministas hacia la problemática del racismo. Las feministas blancas habían prestado poca atención a como el sexismo y el racismo interactuaban, pero gracias a los esfuerzos de las mujeres negras, este tema está ganado terreno en el seno del movimiento feminista. Las redes y campañas feministas son sedes e incubadoras de relaciones igualitarias que han producido grandes y variados logros para el bienestar de las mujeres en general; crecientes beneficios de la identificación de los problemas sociales, creación de recursos materiales y personales, por parte de las mujeres implicadas en movimientos y acciones de este tipo han conseguido mayor decisión, confianza, entusiasmo y libertad. Mujeres que han conseguido ayuda y aliento contra la subordinación individual como resultado del contacto personal de las mujeres mismas, alentadas por su propia participación. Otro de los grandes logros de la acción feminista es la venta masiva de libros sobre este movimiento convirtiendo a las mujeres en sus propias representantes.

BIENESTAR EMOCIONAL

Como ya se ha comentado anteriormente uno de los objetivos principales del trabajo social feminista es lograr el bienestar social de las mujeres, pero también es importante conseguir el bienestar emocional de estas, para lograrlo se ha hecho uso de la terapia y los escritos feministas que han empezado a esbozar los orígenes del sufrimiento emocional de las mujeres y han estimulado otras formas de acción.

La teoría y la práctica sobre el bienestar emocional de las mujeres demuestra que la subordinación emocional a la que son sometidas no es la consecuencia de una naturaleza inferior y por lo tanto debe ser combatida mediante la resistencia y el apoyo reciproco entre las propias mujeres. La subordinación emocional de la mujer aparece en muchas ocasiones como la tarea social, que se les atribuye para ser felices, de hacerse cargo de jóvenes y mayores, de vivir por el cuidado de los demás olvidándose del suyo propio. Esto justifica la precariedad de las respuestas sociales hacia las necesidades psicológicas de las mujeres. Incluso aquellas mujeres que, renunciando al cuidado de los demás, han alcanzado una posición emocional dominante, no son más que el reflejo personificado del status quo de la mujer.

La terapia y los escritos feministas se han centrado en las relaciones sociales como parte primordial del bienestar emocional de las mujeres. Se han centrado en realzar el estatus de las relaciones entre mujeres, entendiendo estas como relaciones de amor frente a relaciones de hostilidad. Se ha demostrado que entre las mujeres se puede compartir la experiencia de una modo mas profundo, mas intimo y mas sensible que con los hombres. En cuanto a las relaciones de amor, desde los trabajos feministas se busca la manera de acabar con la necesidad de las mujeres de encontrar un amor romántico como centro de su futuro y su estabilidad emocional, que en muchas ocasiones supone una subordinación domestica, sufrimiento y depresión, sustituyéndolo por un amor no posesivo. Para reforzar esta necesidad de amor romántico la sociedad remarca lo difícil que es la existencia de una mujer por sí sola y la necesidad de la propiedad en las relaciones románticas, ser de alguien o poseer a alguien para evitar el miedo a la soledad o la falta de identidad personal. Si llega a establecerse este modelo de amor no posesivo, se acabaría con la necesidad de mantener una posesión de manera indefinida como única alternativa al futuro, pero en una relación de amor hace falta ante todas las cosas evitar la subordinación.

Los trabajos feministas se han interesado también por el bienestar emocional de los hombres. Estos trabajos confirman que los hombres consideran que las relaciones que mantienen con las mujeres están basadas en los conceptos de dominación y subordinaron, y que estas no solo son perjudiciales para las necesidades de las mujeres, sino también embrutecedoras para los hombres. En el caso de una mujer dominante ya expusimos como esta posición no acaba con los elementos de subordinación, bien pues, en el caso de los hombres mantener una posición dominada en su experiencia emocional no representa para él necesariamente un estado de liberación, sino mas bien la adaptación al modelo de uno u otro de los roles jerárquicos. Las relaciones igualitarias satisfarían las necesidades emocionales de hombres y mujeres, de este modo un hombre libera su propio desarrollo emocional, pudiendo adaptar también sus escalas del daño humano aceptable teniendo consecuencias a largo alcance.

Las feministas se han centrado también en la manera en que los niños/as suelen ser víctimas de la desigualdad en las relaciones con sus padres, y no tan solo de casos aislados de patologías. Al mantener una concepción masculina de la sexualidad como una dominación que les pertenece, los hijos se convierten en objetos perfectos para asumir su rol de poder paternal. Se educa a las niñas en su rol asistencial para que asuman la subordinación y a los niños se les inculca un rol de superioridad en sus relaciones con las mujeres. Estos son tan solo algunos ejemplos de los efectos que la concepción patriarcal del rol masculino puede tener sobre la educación y el crecimiento emocional de los niños. Para evitarlo es necesaria una educación infantil no sexista, empezando porque las propias mujeres rompan con su subordinación emocional teniendo esto consecuencias beneficiosas para hombres y niños.

TRABAJO SOCIAL INSTITUCIONAL

Desde el trabajo social radical se comenzó a señalar que el trabajo social institucional era perjudicial para el bienestar de la población, ya que la ayuda no se ofrecía sobre la base de la definición de la necesidad de los clientes, sino con el fin de rehabilitarlos de acuerdo con normas de conducta convencionales. Los problemas de los clientes del trabajo social se enfrentaban como si derivaran de su inadecuación individual y no como productos de condiciones sociales generales, una ayuda estigmatizada y etiquetadota. El problema del trabajo social radical es que a pesar de aportar extensas criticas al trabajo social institucional, no ofrecían una solución en forma de programa para la transformación del trabajo social en una actividad que asegurara la justicia social.

El trabajo social marxista crítica como los profesionales actúan de diferentes maneras para mantener el estatus quo y definen los problemas de sus clientes como consecuencia de acciones individuales y no como consecuencia de profundas desigualdades en la distribución de los recursos. El problema del trabajo social marxista es que se olvida de dar una posible solución a este problema mediante un enfoque no jerárquico de cómo se consideran las diferentes formas de opresión sin tratar de jerarquizarlas desde el primer momento. No plantea una cuestión relativa a la forma que adoptaría una práctica institucional que otorgara el mismo peso a las distintas divisiones sociales.

El trabajo social feminista sin negar la importancia de la clase ni de otras divisiones sociales, apunta a una adecuada explicación del género, ya que las mujeres son las que sufren la naturaleza sexista de la organización y la practica del trabajo social institucional. Esto es así dado que las agencias de trabajo social institucional son agencias del Estado en una sociedad capitalista patriarcal en la que se piensa que el principal papel de las mujeres es ocuparse de las tareas domésticas con el fin de reproducir y mantener la primacía masculina en el mercado de trabajo. Una parte importante del trabajo social institucional tiene que ver con la provisión de asistencia auxiliar en forma de centros, sesiones, protección y ayudas para el trabajo doméstico. La asistencia auxiliar refuerza la idea de que las mujeres tienen como principal responsabilidad el cuidado de niños e inválidos, por lo que los servicios sociales no ayudan a acabar con esta carga que se les atribuye a las mujeres. Esta responsabilidad de cuidado de los demás crea en las mujeres dependencia y graves problemas a nivel material, profesional y emocional, a continuación exponemos algunos ejemplos esclarecedores;

Mi marido decía que ése era mi trabajo; mi conciencia me decía que ese era mi trabajo, la crueldad y una pizca de respeto por mi misma no hablaban en absoluto de mi trabajo….

Quiero muchísimo a mi madre, pero no me engaño acerca del precio de este amor. Su comodidad se consiguió a expensas de mi vida. El único alivio es su muerte. Y luego, ¿qué haré?, ¿Quién empleará a una mujer de mediana edad, suponiendo que haya quedado de esa mujer algo que emplear?

Desde la perspectiva feminista el trabajo social institucional encadena a las mujeres a continuar con su rol de cuidadoras y trabajadoras domesticas y apoya que allí donde surjan conflictos entre el bienestar personal de las mujeres y el dominio masculino, el primero es el que debe sufrir. Además las mujeres jóvenes siguen recibiendo una educación distinta a las de los hombres basada en la castidad y la obediencia. Allí donde las niñas son victimas de incesto los profesionales tienden a realizar terapias de apoyo familiar para evitar la separación. Con esta crítica hacia el trabajo social institucional, las feministas exponen sus teorías y prácticas desde un punto de vista más igualitario y priorizando los derechos de las mujeres.

Lo que el enfoque feminista trata de hacer, en primer lugar, es denunciar las maneras en que se controlan la conducta de las mujeres en detrimento de su bienestar y con subordinación de éste. No es solo poner el bienestar de las mujeres por encima de todo, sino centrarse en conseguir que se conserve la igualdad entre las partes implicadas. Las aportaciones iniciales más significativas de las feministas al trabajo social institucional llegan a través de los recursos creados en las redes y las campañas. Así las mujeres víctimas de violencia doméstica que fueran clientes institucionales, tenían al menos alguna posibilidad de un albergue de emergencia alternativo seguro, y una oportunidad de tratamiento mejor ante a ley y por los departamentos locales de vivienda. El trabajo social feminista en la práctica pretende acabar con el sexismo y el racismo, tanto en los tratamientos individuales como en los grupales, centrándose en modalidades de trabajo cooperativas y no jerárquicas.

RELACIONES DE TRABAJO

Los movimientos feministas a favor de la igualdad y por los derechos de las mujeres en el trabajo parten de distintas estrategias que equivalen a la práctica de un trabajo social feminista constructiva e informada en lo que atañe a las relaciones laborales. Se debe hacer justicia a la importancia del problema del propio bienestar de las profesionales y el de sus clientas, reconociendo que viven una condición más compleja en su bienestar material y en sus condiciones de trabajo por el hecho de ser mujeres.

Aunque se ha pensado siempre que la incorporación de la mujer al mundo laboral seria motivo de liberalización e igualdad, los estudios feministas demuestras como las mujeres sufren acoso y humillaciones también en este nuevo sector. Y como es errónea la afirmación de que el trabajo domestico es solo productivo al uso, considerando a las mujeres que lo realizan como consumidoras, ya que es productivo y esencia para el capitalismo. Las mujeres sufren discriminación laboral a cualquier nivel, ocupando puestos poco reconocidos, con baja remuneración, trabajos relacionados con las tareas domesticas que realizan, acoso sexual, consideración de que aportan su salario para compensar el del marido, etc. Pese a estas circunstancias muchas mujeres aguantan y eligen una vida como asalariadas huyendo de la monotonía y el aislamiento de la vida exclusivamente domestica.

POLITICA FEMINISTA

Una presencia política feminista en el gobierno central y en los locales es decisiva para que el trabajo social feminista tenga futuro. Una participación que garantice que no se v a tratar con carácter residual las necesidades y peticiones de las mujeres, que se comprometa a que existan recursos necesarios para cubrir sus demandas y que no se obstaculicen proyectos de liberación de la mujer.

Las experiencias de feministas que han entrado en el mundo de la política local muestran las dificultades con las que se pueden encontrar debido a que algunas autoridades no están muy convencidas de la necesidad de liberación de la opresión genérica.

Aunque las iniciativas políticas de los grupos feministas constituyen progresos importantes en cuanto al reconocimiento de que las mujeres experimentan problemas específicos inexistentes para los hombres, es importante recalcar, que el volumen de estas mejoras es mucho menor del esperado, debido a las insistentes decisiones de los partidos conservadores en poner dificultades a la liberación e igualdad de la mujer. Las mujeres que pertenecen a este tipo de agrupaciones y que participan activamente en ellas mediante foros y reuniones, tienen poder para evaluar resultados y proponer cambios, pero no tienen estatus legal en los niveles de toma de decisiones de la administración, por lo que su tarea se reduce a ser lo suficientemente persuasivas como para convencer a los representantes electorales.

La presencia política a nivel local y central de grupos feministas fuertes es casi un sueño, una realidad difícil de alcanzar, debido a que la desigualdad de género impregna profundamente las relaciones sociales, por lo que las necesidades feministas topan con intereses muy poderosos. Sabido esto no hay excusa para la inacción, ya que las feministas rechazan tanto, el determinismo conservador tal como lo representa la idea de que las mujeres están destinadas a ser subordinadas en razón de género de manera natural, como, el enfoque fatalista que garantiza que las desigualdades sociales se resolverán en un Estado verdaderamente sin clases sociales. Las feministas creen en la igualdad genérica lograda a través del esfuerzo. Este esfuerzo se da mediante el intento de control de los recursos materiales y de servicios, poder de decisión en la administración, y mediante el desarrollo de una presencia profesional feminista en el trabajo social institucional. Todo esto lleva a un mayor número de mujeres involucradas en temas de lucha e igualdad de género, mujeres activamente comprometidas en promover su bienestar y el de otras mujeres, así como la utilización de los recursos en contra de la injustita social genérica y la búsqueda de un bienestar emocional, personal y social de mujeres, hombres y niños.

LIBRO DE TESTIMONIOS: LA VOZ DE LAS INVISIBLES

El libro “la voz de las invisibles”, las víctimas de un mal amor que mata, es un estudio realizado a más de 140 mujeres. Durante más de 10 años han estado investigando y recopilando información con el objetivo de poder publicar datos y estadísticas reales que demuestren que la violencia de género se da por la creencia de que las mujeres son inferiores a los hombres, y por tanto, están sujetas a obediencia y sumisión, y acabar así con falsas creencias y mitos. A continuación sigue un pequeño resumen de la obra, en el que se destacan los datos más relevantes y se citaran algunos de los testimonios de las mujeres entrevistadas.

CONCEPTOS

El concepto de violencia de género es muy amplio, un concepto que abarca todas las posibles formas de violencia (física, psíquica, sexual) cuyo denominador común es que son ejercidas contra las mujeres por el mero hecho de serlo. Al hablar de violencia doméstica, debemos saber que no nos referimos a una forma de violencia de clase, sino a una violencia de género. Esta tiene algunas contradicciones en su término, ya que no es solo una forma de violencia contra las mujeres, sino contra todos los miembros de una misma familia que son agredidos por sus propios familiares y además el uso de términos como doméstico o familiar inducen a pensar que es un acto privado y personal, algo que ocurre en la intimidad del hogar, cuando en realidad se trata de un delito y de un problemas social que sucede tanto dentro como fuera de casa.

Ej. Nati tiene 56 años califica a su ex marido, de 72 años, de celoso y consumidos habitual de alcohol. Cuando ella se marchó de casa porque la maltrataba, iba a su trabajo a buscarla y la insultaba por la calle. .

El libro se centra en la violencia ejercida contra las mujeres por su pareja o ex pareja, con alguien con quien en algún momento de su vida les unió un vínculo de afecto y un proyecto de vida. Dentro de la violencia de género y también en la ejercida concretamente pos la pareja o ex pareja diferenciamos tres tipos; los malos tratos psíquicos son aquellas conductas intencionadas que producen desvalorización o sufrimiento en las mujeres (humillación, ridiculización, amenazas hacia la cónyuge, familiares o amigos y destrucción o daño de pertenencias personales o afectivas). Los malos tratos físicos son cualquier acto intencionado que provoque o pueda provocar daño en el cuerpo de las mujeres. Los malos tratos sexuales se dan siempre que se impone a las mujeres un contacto sexual contra su voluntad. Estas dos formas de malos tratos sed dan en la mayoría de los casos de forma conjunta, y muchos expertos coinciden en que la diferenciación es meramente conceptual.

Ej. Martina tiene 51 años, un hijo y dos hija de 21 y 22 años. Trabaja en la economía sumergida. Está separada de un trabajador de empresa metalúrgica. Cuando estaba casada su marido la amenazaba con contratar a unos hombres que violaran a sus hijas.

Ej. Petri de 43 años está separada de un hombre de 44 años. Durante el matrimonio él le pegaba y se excitaba sexualmente mientras lo hacia y la obligaba a mantener relaciones sexuales después de las palizas.

Muchos autores han considerado interesante la utilización de los términos terrorismo patriarcal, terrorismo doméstico y violencia patriarcal, como manera de focalizar el problema hacia los ejecutores y no hacia las victimas. Desde la perspectiva del libro se decantan por la utilización del término terrorismo misógino, ya que engloba un intento de mantener el dominio mediante el uso de la fuerza y el miedo y el desprecio hacia las mujeres con la consiguiente consideración de que es legítimo y necesario que los hombres las controlen.

Ej. Eugenia de 27 años con estudios universitarios y en paro, está en tramites de separación de un hombre de 25 años, policía local. Recibió amenazas, (hacia su persona, de ridiculizarla, suicidio), insultos, aislamientos, bofetadas y estrangulamientos, durante dos años. Después de las agresiones él se disculpaba y las justificaba con problemas de la infancia. Ella dice que lo que quería era someterla y dominarla.

En el maltrato de mujeres se juega siempre con el miedo como arma y se trata desde la sociedad como un delito oculto y privado que ha propiciado que durante siglos se considerara, primero un derecho del hombre o algo normal, para pasar posteriormente a se visto como algo que desgraciadamente ocurre en la vida privada de algunas parejas, y donde no hay que intervenir. La mayoría de las mujeres no denuncian por miedo a las represalias, dependencia económica o emocional, falta de recursos, vergüenza o miedo al fracaso de la relación.

MITOS

Los mitos son siempre creencias fundamentadas sobre datos erróneos o insuficientes para establecer hipótesis fiables. En el caso de los mitos que engloban la realidad de la violencia contra las mujeres se puede afirmar que son mitos misóginos porque parecen tener como función principal reducir el temor de la sociedad, dar seguridad de que este problema solo afecta a “los demás” y limitar las responsabilidades de los agresores buscando atenuantes para su comportamiento.

Existe el mito de que los malostratos se producen en ambientes sociales de marginalidad. A nivel mundial se ha considerado siempre que era en los países subdesarrollados donde se daban los casos de violencia contra las mujeres, se ha demostrado con datos que esto es algo totalmente falso. El maltrato de mujeres es universal, ocurre en países de todo el mundo, independientemente de su situación económica, social o religiosa.

Desde los medios de comunicación se da a entender que afecta a clases sociales desfavorecidas, cuando en realidad afectan a todos los grupos sociales, sin dependencia de etnia, nivel cultural o clase social. Si los datos recogidos muestran mas casos en aquellas personas con recursos mas limitados, es porque recurren con mas frecuencia a las fuerzas de seguridad y a los servicios sociales, las personas de niveles económicos y sociales más altos no lo hacen público o recurren a fuentes privadas que no hacen públicas sus cifras, esto invisibiliza tanto a los maltratadotes como a las victimas.

Ej. Cati de 51 años, tiene dos hijos, un negocio propio y está separada de su marido, de 59 años, empresario de éxito con estudios universitario. Fue victima de malos tratos psicológicos (humillaciones, control, limitaciones, asilamiento...). Tuvo tratamiento psicológico por depresión. Para él era un comportamiento normal porque su mujer era “un mueble más y con los años un trasto viejo”. Se separó de él tras 30 años de matrimonio.

El mito de que los hombres que maltratan a las mujeres han sufrido a su vez maltrato por parte de sus padres o han sido testigos de maltrato en sus familias de origen, es una verdad a medias, ya que haber sido victimas o testigo de malos tratos en la infancia puede considerarse un factor que predispone no es en ningún caso una condición necesaria o suficiente para hacerlo. Existe también el mito de los hombres maltratadores como enfermos mentales, pero los datos demuestran que no existen más enfermos mentales entre los maltratadores que entre la población en general, por lo que se deduce que en la mayoría de los casos, el maltratador es conciente de sus actos y del dolor que esta inflingiendo. Otro de los mitos mas frecuentes es el que afirma que los maltratadores son alcohólicos o actúan bajo los efectos de las drogas, bien pues, los estudios y datos sobre esta afirmación tienen serias contradicciones, ya que, auque si muestran como las drogas son desencadenante de conductas violentas en muchos casos, no son la causa de estas.

Ej. Doro tiene 41 años, es ama de casa, su marido de 43 años es director de una caja de ahorros, tienen dos hijas de 18 y 13 años. Llevan 20 años casados y durante todo ese tiempo ha sufrido malos tratos (amenazas, humillaciones, empujones, gritos y agresiones con objetos). Está en tratamiento por depresión, él no bebe ni fuma y tiene un buen estado de salud. En una de las discusiones él agredió a su hija y la dejó inconciente, tuvieron que hospitalizarla. Nunca lo ha denunciado y conviven en la misma casa aunque sin ninguna relación.

Ej. Amparo tiene 72 años, es viuda, tiene cuatro hijos. Sufrió malos tratos desde el primer mes de casada y hasta que él murió. Es bebedor habitual. La pisoteaba durante el embarazo de su primer hijo y de una paliza perdió la audición de un oído. Ella se fue con su madre porque tenía miedo y él fue a pedirle perdón, ella lo perdonó. La atacó con un cuchillo mientras dormía causándole heridas muy graves en el pulmón y después él se tiró por la ventana.

Los celos son motivo de otro de los mitos más falsos sobre malos tratos. Estos son tan solo una técnica más de los maltratadores para controlar y manipular el comportamiento de sus victimas.

Ej. Maria tiene 25 años, es administrativa. Se casó con su novio de toda la vida a los 20 años. Él trabaja en la construcción y tiene 26 años. La empezó a maltratar al poco de casarse porque no quería que saliera con sus amigas, él si podía salir. Visitó a un terapeuta para tratar su ansiedad, él no quería acompañarla, le decía que estaba enferma porque era infiel. El era reservado, tímido, acomplejado y lloraba después de pegarle. Una noche, cuando él regresó de beber con los amigos, la sacó a golpes de la cama y le pegó una paliza, los vecinos llamaron a la policía al escuchar gritos, ella puso una denuncia y tuvo presión para retirarla por parte de la familia de él y sufrió el rechazo de algunos vecinos. Pidió la separación y ahora es feliz lejos de él.

Los mitos sobre la responsabilidad de las mujeres en sus malos tratos por soportar lo insoportable afirman cosas como que las mujeres maltratadas aguantan porque les gusta (mito del masoquismo). Muchos teóricos y estudiosos han afirmado que el masoquismo es parte inherente de la feminidad. Se ha descartado que la personalidad o la sicopatología sean las causas de la permanencia de las mujeres junto a sus maltratadotes. Las mujeres que aguantan la situación de violencia suelen hacerlo por miedo, vergüenza, soledad o desesperación, aspectos todos ellos que denotan dolor y sufrimiento, no son iniciativas activas encaminadas hacia sufrir mas violencia porque sienten placer, son un mecanismo pasivo de supervivencia.

Existen menos posibilidades de abandonar la relación a mayor duración y severidad del maltrato, , pues aparece el temor, la dependencia y la culpabilidad, si existe dependencia económica, la falta de recursos y de apoyo, la exposición a malos tratos en la familia de origen ya que hace que se aprenda a convivir con el dolor, el hecho de tener que asumir que se ha equivocado al elegir pareja y admitir su fracaso, saber que al abandonar la relación puede comenzar una vida de acoso y persecuciones.

Ej. Juana trabaja en una gran empresa y tiene muchas personas trabajando a su cargo. Se casó muy joven con un hombre mayor que la humillaba e insultaba. Ella tenía dudas pero su familia estaba convencida de que la unión seria positiva. Durante el viaje de novios, en la noche de bodas él se emborrachó, la humilló y le pegó. Llamó a su padre para pedirle ayuda este le dijo que no fuera caprichosa y que asumiera sus deberes como mujer casada, decidió aguantar, aguantó 22 años. Tuvieron dos hijos. El la insultaba, le pegaba, salía con otras mujeres, se quedaba su sueldo integro. Ella intentó suicidarse tras una discusión. Uno de los hijos aprendió la actitud del padre y trataba a su madre de igual modo. Se intentó suicidar de nuevo, se separó de su marido. Cambio de casa y de teléfono, porque recibía amenazas, y pagó las deudas de su marido.

CAUSAS

Las causas del maltrato hacia las mujeres por parte de sus parejas o ex parejas pueden observarse desde tres perspectivas distintas, en primer lugar las causas que observa la sociedad (alcoholismo, drogas, carácter agresivo, falta de respeto, educación, cultura, enfermedad psicológica y mental, el desempleo, problemas económicos, celos, falta de dialogo, sentimiento de posesión y la violencia del cine), en segundo lugar, y la visión mas importante, las causas que consideran las propias víctimas (trastornos mentales, drogas carácter agresivo, déficit de autoestima o habilidades del maltratador, sentimiento de poder y control, educación, machismo, carencias afectivas y déficit de la victima) y por último los modelos teóricos que intentan explicarlas (teorías psicológicas, sociológicas y modelo multicausales).

Ej. Fátima tiene 67 años, madre de 4 hijos, casada con un albañil. Ha sufrido malos tratos físicos y síquicos durante 37 años. La primera agresión fue al nacer su primer hijo. Actualmente siguen conviviendo en la misma casa, pero se ignoran. Ella dice: << creo que ha sentido envidia hacia mí, ya que he podido salir adelante>>.

Ej. Rocío tiene 51 años, dos hijos adolescentes, es profesora. Su marido tiene estudios universitarios, pero trabaja poco, es hablador y no toma drogas, esporádicamente marihuana. Sufrió 15 años de malos tratos, él era extremadamente celoso, ella puso dos denuncias. Cree que aguantó tanto tiempo por seguir el prototipo cultural de la mujer que le habían enseñado de pequeña.

PERFIL DEL MALTRATADOR

Son muchos los autores y autoras que han desarrollado tipologías donde encuadrar a los maltratadores, y auque todos ellos barajan características similares, cada uno los agrupa de modos muy distintos, esto se debe en parte a que los datos con lo que trabajan les muestran modelos de maltratadores muy distintos y se crea una red de agrupaciones confusa y difícil.

Las clasificaciones realizadas se basan en; la frecuencia con la que se producen las agresiones (continuas o esporádicas), la violencia de las agresiones (verbal, físico, sexual), la presencia de psicopatologías en el agresor, la personalidad dependiente o independiente, carácter violento (solo con su esposa o en general), personalidad antisocial o sociable, si ha sido expuesto a violencia familiar en la infancia, si son drogodependientes o consumidores habituales, el grado de celos e inseguridad personal (baja autoestima, intentos de suicidio). Estas son algunas de las características generales que han utilizado los autores para sus tipologías de agrupación.

Desde la psicología social se analiza el concepto de actitud abordándolo desde dos modelos distintos; el tridimensional que entiende que la actitud es una predisposición a responder a alguna clase de estímulo con cierta clase de respuesta, pudiendo ser estas afectivas (prejuicios), cognitivas (estereotipo) y conductuales (discriminación), y el modelo unidimensional que entiende que el concepto de actitud se refiere exclusivamente a un sentimiento general que será positivo o negativo.

La misoginia existe como actitud y sentimiento de odio, y además como creencia, es decir, opiniones negativas sobre las mujeres y lo femenino. Los argumentos que se han empleado para sustentar estas creencias misóginas son: considerar que las mujeres son moral, biológica e intelectualmente inferiores, y que esto es así porque viene dado por la naturaleza o dios, lo cual genera un orden inamovible, ya que cualquier cuestionamiento del tema seria actuar contranatura. La mayoría de los maltratadores golpean porque consideran a las mujeres inferiores, porque creen tener privilegios sobre la vida de su esposa, porque esta es suya. Es decir, odian a las mujeres, por lo que tienen comportamientos misóginos. La violencia contra las mujeres es una expresión del patriarcado.

Por todo lo argumentado anteriormente desde este libro se formula la hipótesis de que las actitudes y creencias misóginas, es decir, la presencia de sesgos cognitivos relacionados con creencias equivocadas y esteriotipadas sobre roles de género y sobre la inferioridad natural de las mujeres, y las ideas distorsionadas sobre la legitimidad de la violencia contra ellas como una forma adecuada y aceptable de resolver los conflictos interpersonales, son un elemento común y característico diferenciador de los maltratadores.

ALTERNATIVAS DE FUTURO

Mediante el proceso de socialización aprendemos a comportarnos y a relacionarnos con los demás. Los niños y niñas aprenden el significado de las palabras y la idea que existe tras ellas, es decir, la realidad que los demás les atribuyen. A través de la sociedad cercana a nosotros aprendemos e interiorizamos las normas de género, teniendo claro desde pequeños que es lo que se espera de nosotros por ser lo que somos, y es el modelo de familia patriarcal dominante el que implica la asunción de una serie de condiciones y de principios incuestionables, la sumisión de la mujer a los hombres, según el concepto tradicional de masculino y femenino.

El patriarcado representa la institucionalización del dominio masculino, el pater familias es la autoridad indiscutible y su poder es absoluto, dentro de una estructura violenta. Este es un modelo que según afirman las autoras del libro está cayendo por sus propios errores internos y tras una intensa lucha durante siglos por parte de las mujeres en pro de sus derechos como seres humanos libres. Se reclama la existencia de relaciones simétricas entre hombres y mujeres en las que ambos sean igualmente valorados, respetados y aceptados, esto trasladado a las relaciones afectivas nos lleva a acabar con el concepto de amor como organización de sufrimiento y renuncia de manera sistemática. Para que estas relaciones existan es necesario pactar un nuevo modelo de contrato social en el que los hombres y mujeres renegociemos los términos de nuestra convivencia. La manera de llegar al nuevo contrato social parte de una educación sentimental promovida por la inteligencia emocional, necesaria para lograr el manejo de de las emociones y sentimientos, así como de su correcta expresión y reconocimiento de las emociones de los demás. Una sociedad con una inteligencia emocional muy desarrollada sería más social, alegre, con mayor capacidad de compromiso, asunción responsabilidades, solidaridad y existiría mayor facilidad para expresar abierta y adecuadamente sentimientos creando una comunicaron fluida.

Educar desde una cultura de paz e igualdad implica crear nuevos modelos educativos de autentica coeducación que trabajen los valores de solidaridad y empatía, desde la enseñanza infantil hasta la superior aprendiendo a respetar y valorar lo diferente. Implica modificar muchos de los parámetros tradicionales en educación, revisar los modelos de comportamiento con los que convivimos, proponer y transmitir alternativas positivas de resolución de conflictos, renunciando al uso de la violencia en sus diferentes manifestaciones.

Ej. Ángeles tiene 44 años, vive y trabaja en el campo y lleva las cuentas del negocio. Se casó con 19 años y tuvo un hijo deficiente mental y dos hijas. Desde recién casada sufre malos tratos (humillación, desvalorización, culpa del retraso de su hijo y palizas). Se lo contaba a su madre pero esta le decía que era normal, ella aguantaba. Tenía muchos conocidos pero no amigos, porque él no se lo permitía, algunas vecinas le hacían comentarios sobre su estado y el comportamiento de su marido. Se apuntó a clases de yoga y ahí cambió su vida, conoció gente que la escuchaba y se dio cuenta de que no era la única que sufría. Empezó una psicoterapia. Sigue casada pero ahora es más fuerte y se quiere más, él ya no le pega. <<En el fondo me doy cuenta de que depende de mi para casi todo, no yo de él>>, << no sé hacia donde voy, pero se que estoy de camino, y también se que tengo amigas con las que contar>>.

COMENTARIO

Una vez finalizados los resúmenes de ambos libros y con la intención de haber conseguido captar las ideas principales de estos, pasamos a realizar el comentario de ambas obras conjuntamente y añadiendo la experiencia que nos ha ofrecido el visionado de la película Loved, la cual introduciremos en este comentario para mostrar la visión de una de las variables de la violencia de género. En primer lugar nos centraremos en comentar y analizar los contenidos resumidos de ambas obras con el propósito de poder clarificar aquello que haya podido quedar en duda y exteriorizar la opinión personal de la autora de este trabajo, así como añadir aquellos temas que se consideren interesantes como complemento de los tratados, por las autoras, en los libros. Y para finalizar incorporaremos la experiencia que nos ha ofrecido la película, para comparar su contenido con las teorías y los datos que nos aportan las dos obras elegidas para la realización de este trabajo.

COMENTARIO CONJUNTO DE LOS LIBROS

Los libros de los que nos ocupamos en este comentario son fruto de un tenaz esfuerzo orientado a elaborar una crítica sólida y profunda de las concepciones tradicionalistas y subordinantes del concepto de mujer y de lo que en ello queda implícito de manera natural.

En el caso del libro Trabajo social feminista, al que designaremos el calificativo de; libro teórico, es también un intento por abordar la practica del trabajo social a través del examen previo de los problemas sociales y de cómo una perspectiva feminista ayuda a nuestra comprensión del significado que adquiere el género en esos problemas sociales, y contra la practica de un trabajo social basado en la necesidad de reconducir a los clientes hacia la “normalidad” social establecida y necesaria para la continuidad lineal del resto de los ciudadanos, y contra una practica profesional que no actúa en pro de los usuarios que la requieren y demandad. Para encauzar las ideas y los datos hacia esta perspectiva crítica, las autoras de este libro parten de la creencia de la necesidad de exponer los problemas sociales desde una perspectiva de género y que por lo tanto la practica profesional actúe en consecuencia con ellos.

En cuanto al libro La voz de las invisibles, las victimas de un mal amor que mata, obra a la que por seguir una serie clasificatoria lógica y que nos ayude a comprender mejor y a poder sintetizar las ideas claves, denominaremos; libro práctico, se trata de la recopilación de 140 casos de mujeres maltratadas a manos de sus parejas o ex parejas, y es también una revisión sobre aquello que se ha dicho y publicado sobre la violencia de género con el objetivo de desmontar los mitos, detectar los errores y construir un conocimiento no androcéntrico sobre este tema. Las autoras de este segundo libro trabajado siguen también una línea crítica de la visión patriarcal y machista del concepto de género, y para ello utilizan los testimonios de mujeres que con sus experiencias demuestran hacia donde nos llevan este tipo de ideologías.

Si unimos los argumentos y los objetivos fundamentales de los dos libros trabajados, podemos unificar y resumir ideas afirmando que han sido escritos con el fin de mostrar a los lectores con argumentos teórico - prácticos, que la violencia de género está fundamentada en una concepción subordinada e inferior de la mujer hacia el hombre y por tanto están sujetas a obediencia y sumisión. Esta creencia constituye lo que se denomina comúnmente misoginia, la cual no es más, que la representación y la consecuencia de siglos de patriarcado social, que ha relegado a la mujer a una invisibilidad social e histórica bajo la afirmación de que por su naturaleza inferior, en cualquier aspecto, no pueden estar en otra situación.

Las autoras de ambos libros plantean la posibilidad de realizar esta demostración a través del análisis teórico y práctico de la situación real de subordinación y humillación de las mujeres en la actualidad y a lo largo de la historia. El punto de partida es, en el libro teórico, la redefinición de los problemas sociales desde una perspectiva de género, en pro del bienestar emocional y social de las mujeres y que la resolución de estos problemas se da desde la consideración de que son fruto de la construcción patriarcal de las relaciones sociales. Con este comienzo de redefinición las autoras centran su atención también en los términos o expresiones que se utilizan a la hora de referirse a la violencia contra las mujeres y la importancia de hacer una correcta utilización de ellos. Intentan mostrar al lector, que el progreso y la historia de la violencia de género se debe también a la mala utilización de los términos que envuelven el lenguaje de este tipo de violencia. Aunque pueda parecer que son solo conceptos o ideas, en realidad son de vital importancia para la progresión y la persistencia de hábitos violentos hacia las mujeres. En el caso del libro práctico se empieza también por los conceptos, pero en este caso se centran mas concretamente en la explicación para la comprensión del significado de conceptos directamente relacionados con la violencia ejercida contra las mujeres por parte de sus parejas o ex parejas. Conceptos que encierran en su significado contradicciones que inducen a pensar que se refieren a algo muy distinto de la realidad, de lo que se desprenden las consecuentes connotaciones negativas para la sociedad del desconocimiento o la utilización inadecuada de estos. El uso común de términos como violencia doméstica, sexo débil, y de expresiones como “la violencia doméstica es un acto privado e intimo” favorecen la invisibilidad de este problema y el intento de ocultar que es un delito , un problema social que ocurre tanto dentro como fuera del hogar. En ambos libros la finalidad de comenzar por los conceptos que envuelven las relaciones sociales desde la perspectiva de las mujeres, es, lograr establecer unos cimientos sólidos y trasparentes sobre los que realizar una crítica de la actual situación de impotencia y subordinación de las mujeres en la sociedad, para poder a continuación ofrecer alternativas factibles para acabar con este contexto.

Como ya hemos comentado, las autoras de ambos libros persiguen con la publicación de sus obrar los mismos fines, pero para lograrlo utilizan ejes temáticos distintos, con la excepción del inicio anteriormente comentado, de la redefinición y explicación de los conceptos pertinentes al tema de la violencia genérica. El libro teórico se estructura según; el trabajo comunitario, el bienestar emocional, el trabajo social institucionalizado, las relaciones laborales y la política. En el caso del libro práctico la distribución es la siguiente; deshacer los mitos, las causas, el perfil del maltratador, y las alternativas de futuro.

En el primer libro trabajado Lena D. y Hielen ML han considerado que el trabajo comunitario es, desde una perspectiva feminista, una parte fundamental para acabar con la violencia de género, desde la participación activa y protagonista de las mujeres como activistas de su propia causa genérica. Esta participación proporciona a las mujeres la oportunidad de autorrealizarse y sentirse que luchan por algo que a todas daña y perjudica. Las autoras hacen hincapié en la importancia de las relaciones entre mujeres, dejando atrás sentimientos de envidia o celos para dar paso a la empatía y la comprensión, que solo entre mujeres puede darse. El objetivo de este trabajo comunitario es conseguir que las mujeres que participan en él y que lo construyen, logren ayuda y aliento gracias al contacto personal con otras mujeres, contra la subordinación que todas ellas y muchas otras sufren.

Por su parte Esperanza B y Victoria AF también realzan en su obra la importancia de que la violencia salga a la luz, que no se considere como algo oculto o privado que debe ser resuelto por los afectados directamente sin el conocimiento de la sociedad. Uno de los mecanismos de visualización que plantean las autoras, pasa justamente por lo que comentábamos anteriormente del libro teórico, campañas y redes de mujeres que participan activamente para y con el problema. Cuyo objetivo es mostrar al mundo que la violencia es algo que afecta a todos, y que todos formamos parte del problema y de la solución. Otra de las funciones que se destacan en el libro es, gracias a este trabajo comunitario en forma de acciones en la calle, obras, escritos, teorías y practicas de mano de las propias mujeres, la desmitificación de que la violencia de género se da en ambientes marginales donde conviven las clases sociales mas desfavorecidas, que aquellos que la provocan son por definición celosos, enfermos mentales, alcohólicos, drogadictos o victimas de malos tratos en la infancia y que aquellas que la sufren aguantan durante años en muchos casos porque son masoquistas y buscan ser maltratadas.

A demás de todo lo comentado, es importante rescatar que el trabajo comunitario en forma de campañas y redes de mujeres que trabajan, por la igualdad y la justicia de las compañeras de género que sufren la violencia en primera persona y de toda la sociedad en general, sirve también, para mostrar a todas las mujeres que están siendo victimas de malos tratos, que no están solas, que no tienen porque seguir escondidas y aguantar durante años el dolor, porque no es una vergüenza mostrar sus heridas. Hay miles de mujeres como ellas con las que pueden contar como apoyo y ayuda, y miles de personas dispuestas a luchar junto a ellas en el proceso de justicia y de reeducación social, para que no les ocurra a las generaciones futuras. Con su palabra y sus acciones ayudan a salvar la vida de muchas de ellas que sin los grupos de mujeres no sabrían donde apoyarse en los momentos mas difíciles. Estas redes hacen que salgan a la luz nuevos casos, que no permanezcan en la oscuridad de la intimidad domestica y que se considere el problema de la violencia de género como un problema de todos, una traba social que nos incluye a todos y de la que todos debemos ser conocedores. Porque es responsabilidad de toda la sociedad cada una de las heridas o las muertes que sufren las mujeres a manos de sus parejas o ex parejas.

Es muy interesante el esfuerzo de las autoras de ambas obras por lograr una crítica fundamentada y de peso hacia la actual consideración social, profesional e institucional de la violencia de género. Con el objetivo de denunciar y con ello erradicar las conductas y actitudes que actúan en detrimento del bienestar de las mujeres. Y a través de esta critica, construir las afirmaciones sólidas de que el maltratador lo es a partir de una consideración de inferioridad natural de la mujer y por lo tanto de una necesidad de superioridad y control masculino hacia ella, que desencadena golpes y humillaciones hacia sus cónyuges porque consideran que están en su pleno derecho y es su obligación como seres superiores. En este contexto destacan la posibilidad de establecer alternativas de socialización que erradiquen las preconcepciones y las actitudes misóginas con las mujeres. Educando desde la igualdad y las relaciones simétricas entre ambos sexos, que eviten la creencia de que alguno de los dos sea superior por naturaleza. Esto implica modificar muchas de las medidas tradicionales de la educación social y la convivencia cotidiana.

En el libro que hemos denominado práctico, las autoras se basan en los testimonios de 140 mujeres que han sobrevivido a la violencia de sus parejas y que desean hablar al mundo sobre lo que han sufrido para que seamos conscientes de que pasa cada día y que es responsabilidad de todos el erradicarlo. Las autoras intercalan las explicaciones teóricas y los datos estadísticos externos, con los testimonios de estas 140 mujeres que se han ofrecido a sacar a la luz su historia. Testimonios que ayudan a comprender mejor la cantidad de escritos y teorías que se han publicado sobre el comportamiento violento de los hombres hacia sus parejas, y acercan a los lectores a la realidad de la calle, a la vida de una amiga o familiar que puede contar una historia similar a las que se presentan en el libro. Creemos que los testimonios son un instrumento beneficioso para comprender la dimensión del problema, y para hacerlo más cercano a la sociedad, ya que si se centran en mostrar siempre las frías estadísticas o las encorsetadas teorías sobre violencia de género, quedan estas obras tullidas de la parte más importante. Y si se limitan a mostrar a las victimas en los noticiarios o en la prensa, como casos concretos o números que aumentan, no los relacionamos con las criticas de las posibles causas que generan estas situaciones. ni tampoco con las soluciones que los teóricos ofrecen para acabar con el nacimiento de nuevos comportamientos violentos.

Para finalizar y con el intento de trazar una síntesis de las ideas fundamentales que deben quedarnos claras de estas dos obras:

Las autoras del libro práctico intentan esclarecer ante todo, como la violencia forma parte de los sistemas de dominación de una parte de la humanidad sobre la otra. La violencia de genero se da por ideología o por religión, pero ambas son igual de brutales y de condenables, aquella que se da lejos y la que se da en la casa contigua a la nuestra. Para los misóginos que realizan estas prácticas violentas, las mujeres son una parte inferior de la humanidad, algo distinto y lejano que debe ser aleccionado y sometido, una parte que se compone de más de la mitad de la humanidad. Para estos agresores adultos es, desde la perspectiva de las autoras, muy difícil lograr que cambien su ideología y su concepto de mujer, posiblemente solo sirvan para ellosl medidas de tipo penal, mucho mas difícil seria reeducarlo o convencerlo. Hablan de que es necesario establecer medidas realmente eficaces de protección a las victimas, medidas que pasen por una buena planificación y que puedan ser evaluadas. La autentica solución se encuentra en la prevención. Sacando a la luz que la violencia contra las mujeres es una enfermedad que atañe a toda la sociedad, y que por lo tanto se debe afrontar la necesidad de planteamientos globalizadores que cuestionen las raíces patriarcales en las que se asienta el modelo de familia tradicional, y las relaciones entre géneros. Como ya hemos comentado anteriormente en este trabajo, la educación sentimental es fundamental para estimular que los jóvenes - adolescentes cuestionen los estereotipos afectivos que utilizan en sus relaciones, fomentar la construcción de realidades alternativas, basadas en premisas distintas a la dependencia emocional o de poder, y para ello se debe crear un escenario en el que hombres y mujeres se enfrenten a su realidad desde planos igualitarios y de respeto.

Las autoras del libro teórico finalizan su exposición de ideas haciendo hincapié en la necesidad de establecer una práctica profesional feminista desde la que el trabajo social institucional dé una implicación adecuada a las mujeres, ya que son ellas las que sufren la organización social sexista y sus consecuencias. Desde el trabajo social no se debería potenciar las prácticas tradicionalistas de subordinación de la mujer, mediante la oferta de soluciones asistenciales auxiliares, sino que debe centrarse en conseguir que se conserve la igualdad entre géneros acabando con el sexismo y el racismo, mediante tratamientos comunitarios e individuales basados en ideas de cooperación no jerárquicas. Para que todas estas iniciativas puedan llevare a cabo es necesario que el trabajo feminista se introduzca en la parte institucionalizada de la practica profesional del trabajo social, y es justo en este punto donde destacamos una de la visiones de futuro mas controvertidas de las teorías feministas expuestas en el libro; una presencia política local y central feminista, con el objetivo de controlar los recursos materiales, de servicios y profesionales, necesarios para al actuación profesional en pro del bienestar de las mujeres ,hombres y niños y contra la injustita social genérica.

COMENTARIO: PELICULA EN RELACIÓN CON LOS LIBROS

Hemos elegido la película “Loved”, (Por amor), de entre otras muchas que tratan esta temática, porque el director ha captado una visión de la violencia que sufren las mujeres a manos de sus parejas, desde una perspectiva que es poco común en las producciones cinematográficas, y que ha sido poco tratada en general. Se trata de conocer la violencia de género desde la visión de la víctima, que considera estos actos violentos, como la representación del amor. La protagonista de la historia ha sido maltratada durante años por su pareja y a pesar de ello sigue estando enamorada de él, lo que la lleva a justificar ante los demás cada una de las palizas y humillaciones sufridas. Considera que la violencia de su ex pareja hacia ella es la consecuencia del amor que sentía.

A continuación intentaremos relacionar la perspectiva que se ha utilizado en la película con lo que las obras que hemos trabajado. En primer lugar queremos destacar como los libros trabajados recalcan a lo largo de toda su extensión la importancia de la subordinación y el sufrimiento emocional que sufren las mujeres debido a la tarea social que se les impone como cuidadoras de los demás. Esto hace que se olviden de su propio bienestar para centrarse en el de los que de ellas dependen. Basan sus vidas en proteger y conservar el bienestar físico y emocional de maridos, hijos, padres… en detrimento del suyo propio. Olvidan que ellas también son personas que necesitan de cuidados y protección para su supervivencia y su buen estado emocional. Esta tarea social de cuidarse y ser cuidadas a ellas mismas es olvidada en la mayoría de los casos por las propias mujeres, y esto se debe a que nadie se lo ha enseñado. La sociedad no muestra que las mujeres deban atenderse a ellas en primer lugar, que deban amarse y respetarse y por lo tanto sean amadas y respetadas por los demás. La educación social nos muestra una imagen de la mujer como la que observamos en la película, obsesionada por el bienestar y la feminidad de los que la rodean. En el caso concreto de la protagonista, tan solo piensa en el bienestar de su pareja, y se olvida por completo del sufrimiento y el dolor que ella vive día a día. No impone en ningún momento su felicidad, ni su prosperidad, ni siquiera se plantea estos términos como algo que pueda darse estando lejos de su pareja, considera que toda la felicidad que se merece es la que él puede darle.

Es a raíz de esta última afirmación donde enlazamos la concepción de amor romántico que se nos enseña a todos, el cual se basa en la pertenencia, el poder y la sumisión con otra persona. La mujer es en este caso la que adquiere el papel de la sumisión y el hombre el de poder. A partir de este concepto de lo que es una relación amorosa intergeneracional se pueden deducir los comportamientos violentos que algunos hombres adquieren hacia sus parejas.

Las relaciones sociales que se nos enseña a compartir desde pequeños se basan, sobre todo las amorosas y aquellas que requieren de un nivel de afecto mayor, en la dependencia, en que alguien te pertenezca y que a la vez tú pertenezcas a esa persona. Este tipo de relaciones consideran que el amor es igual a dependencia emocional y por lo tanto crean un miedo exagerado a la soledad, encadenando a las personas, y sobre todo a las mujeres, a aguantar años de infelicidad por miedo a no ser capaces de tener una vida independiente. Nos encontramos con casos de mujeres, como en el caso de la protagonista, que incluso siendo maltratadas por sus parejas siguen permaneciendo o desean estar cerca del maltratador, no cocinen la posibilidad de vivir por su cuenta sin tener una dependencia emocional con su pareja. En muchos de estos casos, y concretamente es el ejemplo que se nos expone en la película elegida, las mujeres sufren también una falta de identidad personal, que las induce a pensar que las humillaciones y los golpes que reciben son fruto de su mala conducta, son personas egoístas que deben ser reeducadas. En este caso el encargado de su supuesta reeducación debe ser su pareja y el plan de estudios son las palizas y los insultos. Las mujeres con este tipo de falta de identidad personal son sumisas y creen que lo mejor es quedarse cerca de sus parejas para no seguir comportándose mal y para no recibir más castigos, aunque esto implique todo lo contrario en la mayoría de los casos.

Por su parte, los hombres, también han recibido la misma educación que las mujeres sobre las relaciones sociales y el amor, pero en su caso, y haciendo referencia a lo citado por las autoras en ambos libros, no se les enseña que deben ser sumisos y obedientes, no deben ser reeducados por sus parejas, no se les convence de que son incapaces de llevar una vida independiente. Su falta de autoestima personal y la dependencia emocional hacia sus parejas la canalizan mediante la violencia hacia ellas porque se les considera la parte fuerte de la relación, encargados de mantener el orden y el control de las situaciones. Esto no solo se da a nivel de violencia genérica, si pensamos en cualquier situación social a nivel mundial veremos como el hombre es el encargado de poner orden, y en la mayoría de los casos imponiendo su fuerza. Lo que acabamos de comentar es justo lo que le ocurre a la ex pareja de la protagonista, se trata de un hombre muy violento con todas sus parejas, pero que tiene una extrema dependencia de ellas, sobre todo de la primera. Esta dependencia lo convierte en un hombre sin autoestima, celoso y desconfiado, antisocial, violento e inseguro, que no se ama a si mismo y que cree que su pareja no lo respeta. Todos estos sentimientos que experimenta con sus parejas los canaliza a través de conductas extremadamente violentas contra ellas, llegando al punto de anularlas psicológicamente y conseguir que se suiciden o dejándolas parapléjicas. En la conversación que mantienen la protagonista y él, observamos como ella lo ama y se preocupa por su estado, él también muestra mucho interés por ella y sus miradas no dejan un instante de cruzarse. Consideramos que son dos personas que han interiorizado y aprendido que son dependientes la una de la otra y que si están lejos sus vidas no tienen sentido. Es una situación tremendamente trágica la que viven, sobre todo ella, porque desea estar con él y su mayor tristeza llega cuando le cuentan que ha dejado parapléjica a su pareja, porque ella lo interpreta como que ama a alguien más, porque a ella no le ha hecho eso “ tan solo” le ha pegado palizas.

Otro punto interesante a comentar de la película, creemos que es el punto de vista que ofrecen sobre porqué aguanta la victima y porqué sigue deseando estar con él a pesar de los malos tratos. Desde los libros trabajados, sobre todo, desde el de, La voz de las invisibles, uno de los objetivos que se persiguen es acabar con los mitos que rodean las relaciones entre maltratador y victima y los motivos por lo que estas últimas aguantan durante tantos años al lado de su verdugo. Las preconcepciones más comunes es que estas mujeres aguantan porque les gusta ser maltratadas, lo que se ha denominado como el mito del masoquismo, es decir, que estas mujeres buscan ser maltratadas y que si continúan estando cerca de su agresor es porque necesitan que en algún momento este vuelva a pegarles o a humillarlas. Las autoras del libro desenmascaran esta falsa creencia y afirman que las mujeres aguantan por vergüenza, miedo a la soledad, falta de recursos, desesperación y culpabilidad. Aprenden a convivir con el dolor y el sufrimiento haciéndolo parte de su día a día, de su vida cotidiana porque saben que si abandonan la relación sufrirán acoso y persecuciones.

La película nos ofrece un punto de vista muy concreto sobre este aspecto, la protagonista desea continuar con la situación de violencia que vive por amor. Ella reitera a lo largo de todas las escenas que el motivo por el que su pareja la maltrata, es el amor que siente hacia ella. Intenta llegar hasta lo mas profundo de ella para demostrarle lo mucho que la ama, y esa es la única manera que conoce. No tiene miedo a sufrir acoso si deja la relación, tiene miedo a perderlo, solo desea tenerlo cerca aunque sea mientras la viola. Aquí observamos como la protagonista está completamente anulada como persona, no tiene en cuenta en ningún momento su bienestar personal, porque cree que merece ser victima de esa violencia porque se ha enamora de un hombre que no sabe canalizar su amor hacia ella de otra manera. En este caso observamos como la protagonista tiene varios de los motivos que nos indican las autoras, para permanecer cerca de su pareja, y en ningún caso es porque le guste el dolor no porque anhele ser maltratada. Ella desea que la peque, pero no porque disfrute con el dolor, por lo que no es masoquista, sino porque cree que ese es el momento en el que él le demuestra lo mucho que la ama, y se siente aliviada de que no haya dejado de quererla, porque este es su mayor miedo.

Para finalizar este trabajo creemos importante remarcar que a nivel personal ha sido una experiencia enriquecedora, tanto la lectura de ambos libros, como el visionado de la película, ya que nos han proporcionado muchos datos e información que desconocíamos y nos han abierto nuevas posibilidades para la comprensión de casos de clientas que hayan sido o sean victimas de malos tratos. Consideramos que la elección de la película Loved ha sido muy acertada ya que pretendíamos ofrecer en este trabajo una visión distinta de la violencia de género. Aquella en la que la mujer sigue amando a su pareja a lo largo de los años, incluso cuando él a acabado con la relación y ha rehecho su vida. Sobre todo una visión desde los ojos de la afectada que no se ve como tal, que se considera más verdugo que victima. Nos interesaba especialmente esta visión de la problemática porque muestra muy claramente el control emocional y mental que pueden llegar a imponer los maltratadores a sus victimas, anulándolas completamente como personas independientes y con capacidad para decidir por si mismas, quedando incapacitadas para tomas decisiones. Esto nos hace un poco mas conscientes de la necesidad de que las victimas de violencia de manos de sus parejas o ex parejas reciban un tratamiento psicológico y de apoyo emocional, no tan solo ayuda en forma económica o de servicios.

BIBLIOGRAFIA

LIBROS:

  • Esperanza Bosch y Victoria A. Ferrer. La voz de las invisibles: Las víctimas de un mal amor que mata. Ediciones Cátedra. FEMINISMOS.

  • Lena Dominelli y Hielen MacLeod. Trabajo social feminista. Ediciones Cátedra. FEMINISMOS.

PELICULA:

  • Loved (Por Amor). Dirigida por Erin Digman. 1997. Filmax.




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Enviado por:Kat
Idioma: castellano
País: España

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