Psicología


Timidez en la infancia y en la adolescencia


- ¿Qué es y qué significa ser tímido en la infancia y en la adolescencia?.... Pag 1

- ¿Qué es y qué no es timidez?............................................................... Pag 2

- Diferentes diagnósticos........................................................................ Pag 5

- ¿Qué les pasa a los niños tímidos?........................................................ Pag 7

- ¿Es la timidez un problema frecuente en la infancia y en la adolescencia?........................................................................................ Pag 9

- Antecedentes y determinantes en la timidez.......................................... Pag 10

- Consecuencias de la timidez................................................................. Pag 15

- Aspectos generales del tratamiento...................................................... Pag 17

- Componentes del tratamiento.............................................................. Pag 17

- Objetivos y habilidades........................................................................ Pag 18

- Recomendaciones finales..................................................................... Pag 18

- Bibliografía......................................................................................... Pag 19

¿QUÉ ES Y QUÉ SIGNIFICA SER TIMIDO EN LA INFANCIA Y EN LA ADOLESCENCIA?

Los niños y las niñas que se relacionan poco con otras personas, que interactúan con sus compañeros menos frecuentemente que lo que es la norma en su grupo de edad, que además presenta ansiedad y temor ante los demás y que tiende a evitar el contacto social, son etiquetados como tímidos, retraídos o inhibidos.

La timidez en la infancia es un fenómeno poco estudiado y, hasta el momento, ha suscitado poco interés científico.

Sin embargo, la timidez en la edad adulta despierta hoy en día bastante atención tanto científica como divulgativa, y existe actualmente una gran proliferación de libros de autoayuda que prometen remedios rápidos para diversas conductas asociadas con la timidez.

Tampoco la conducta tímida es tenida muy en cuenta por las familias ni por el profesorado o los diversos profesionales que trabajan directamente con la infancia.

Las familias de niños tímidos generalmente no buscan ayuda terapéutica y cuando lo hacen, suele ser bastante tarde. Muchos padres creen firmemente que su hijo ha nacido así, es así y se resignan a ello.

En otros casos piensan que es un problema que mejorará con la edad.

El profesorado califica a estos niños como callados y temerosos y, en muchos casos, no los identifican como posibles personas con problemas y pasan desapercibidos ya que las conductas que presentan no son perturbadoras; incluso en determinadas ocasiones, llegan a ser valorados como buenos alumnos.

Ocurre que la timidez son frecuentes los comportamientos internalizados, que se expresan “hacia adentro”.

Un ejemplo de conducta internalizada es decirse a sí mismo cosas como “soy un inútil, no sirvo para nada” o “¡Qué bien que me inviten a esa fiesta, me lo pasaré genial con mis amigos!”.

Cuando estas conductas son de matiz negativo, como sucede en la timidez la persona lo pasa muy mal y sufre aunque no se note.

Los niños que no se relacionan adecuadamente con sus compañeros, como es el caso de los que presentan problemas de timidez corren el riesgo de presentar ciertas dificultades emocionales.

La timidez es un sentimiento universal que, en mayor o menor medida, todas las personas experimentamos. Todos nos mostramos tímidos en alguna situación.

Las personas tímidas lo padecen de forma más intensa, más frecuente y en más situaciones.

No es lo mismo la timidez en la infancia que en la adolescencia. El miedo existe en la infancia y se acentúa en la adolescencia, disminuyendo con la madurez.

En los primeros años es normal sentir temor en muchas situaciones interpersonales porque son novedad y en la adolescencia pueden aparecer conductas de timidez en situaciones muy concretas.

¿QUÉ ES Y QUÉ NO ES TIMIDEZ?

Si buscas en el diccionario la palabra timidez seguro que encuentras palabras como: cauteloso, reservado, cobarde, inhibido, insociable, introvertido, reservado, retraído, solitario...

Y coloquialmente decimos: cortado, parado, soso, vergonzoso...

Pero realmente definiremos la timidez como:

-Aquellos niños y niñas con un patrón de conducta caracterizado por déficit y/o inadecuación de relaciones interpersonales y una tendencia estable y fuerte de escape o evitación del contacto social con otras personas en diversas situaciones sociales.

Nos referimos a aquellos niños que, de forma bastante estable, se relacionan poco con otros niños de su edad y mantienen relaciones insuficientes e insatisfactorias.

Permanecen mucho tiempo solos o relacionándose solamente con dos personas, se aíslan de los demás, exhiben un estilo pasivo e inhibido de relacionarse (que más tarde explicaré) y sufren ansiedad social, por lo que evitan las situaciones sociales de su vida cotidiana.

También en las conductas de timidez se da el caso del niño que es muy tímido en la escuela pero nada en la familia, pasarlo mal con los amigos en una discoteca pero relacionarse mejor con tres compañeros en casa jugando a un juego de mesa o tomando un refresco.

Existen diversas caras de la conducta tímida en la infancia, algunas de las cuales son problemáticas y otras pueden no serlo en esta edad. Identifican cuatro facetas:

  • Baja sociabilidad.

  • Baja aceptación social.

  • Timidez propiamente dicha.

  • Inhibición.

Baja sociabilidad

Se habla de baja sociabilidad para referirse a los niños y niñas que tienen una baja motivación de aproximación social. Esto quiere decir que se relacionan poco con otras personas simplemente porque prefieren más estar solos. Son poco sociables y solitarios, pero no tienen problemas cuando quieren interactuar con otros.

La descripción que se hace del niño con baja sociabilidad tiene puntos en común con lo que generalmente se considera niño introvertido.

Aunque no se ha demostrado que la baja sociabilidad es un factor de riesgo, sobre todo en culturas como la nuestra que se valora la alta sociabilidad, algunos psicólogos piensan que no es desadaptativa en la infancia temprana, ya que los 10 u 11 año algunos niños juegan solos; sin embargo, sí lo es en la infancia media y tardía.

No todos los niños que se relacionan pocos son tímidos. Los niños tímidos se relacionan poco, pero loes gustaría relacionarse más.

Timidez propiamente dicha

Existe un grupo de niñas y niños que tienen una alta motivación de aproximación y alta motivación de evitación; son niños a los que les gustaría relacionarse con otros pero, por diversas razones, los evitan.

Su comportamiento se caracteriza por cautela y recelo. El niño quiere aproximarse a otros, jugar, hablar, estar con sus compañeros, pero esto es inhibido por el propio niño por la tendencia de evitación.

Este problema aparece en todos los niños cuando encuentran a otro niño desconocido para ellos, paran su juego y miran al niño, vuelven a su juego y vuelven a mirar con cierto recelo; más tarde empiezan a jugar en paralelo y luego juega con el otro, de forma que se resuelve satisfactoriamente el conflicto de aproximación-evitación. Sin embargo, en los niños tímidos, esto no ocurre así y el conflicto sigue más allá de lo que se espera; los niños tímidos se caracterizan por una tendencia de evitación estable y fuerte en determinados contextos y escenas.

Los niños tímidos lo evitan porque les tienen miedo, les ven como un peligro y una amenaza.

En adultos se han identificado dos clases distintas de miedos, que también aparecen en los niños:

  • A los desconocidos.

  • Evaluación social.

Parece que ambos tipos de miedos están relacionados con distintos tipos de timidez.

  • Timidez temperamental.

  • Timidez socioevaluativa.

Inhibición personal

Uno de los términos que frecuentemente aparece ligado al de timidez es el de inhibición.

Es por ello por lo que se pretende seguidamente deslindar ambos conceptos a partir del análisis del comportamiento inhibido.

En el estudio de la conducta entre personas y más concretamente en la asertividad se han diferenciado tres estilos: pasivo o inhibido, asertivo y agresivo.

ESTILO PASIVO

ESTILO ASERTIVO

ESTILO AGRESIVO

Conducta no verbal:

Ojos que miran hacia abajo, voz baja, vacilaciones, postura hundida, se retuerce las manos, risitas falsas...

Conducta no verbal:

Contacto ocular directo, habla fluida, gestos firmes, postura erecta, honesto, verbalizaciones positivas, manos sueltas...

Conducta no verbal:

Mirada fija, voz alta, habla rápida, enfrentamiento, gestos de amenaza, deshonesto, mensajes impersonales...

Conducta verbal:

“quizás”, “supongo”, “te importaría mucho”, “solamente”, “no creas que”, “bueno”, “eh”, “bueno, realmente no me importa”, “no te molestes”...

Conducta verbal:

“pienso”, “siento”, “quiero”, “hagamos”, “¿qué piensas?”, “¿Qué te parece?”, “¿Cómo podemos resolver esto?”...

Conducta verbal:

“haz”, “ten cuidado”, “debes estar bromeando”, “si no lo haces”, “no sabes”, “mal”, “deberías”...

Efectos:

-Conflictos interpersonales

-Depresión

-Imagen pobre de uno mismo

-Pierde oportunidades

-Tensión

-Se siente sin control

-Soledad

-Se siente enfadado

Efectos:

-Resuelve los problemas

-Se siente a gusto con los demás

-Se siente satisfecho

-Relajado

-Se siente con control

-Crea la mayoría de las oportunidades

-Es bueno para sí y para los demás

Efectos:

-Conflictos interpersonales

-Culpa

-Frustración

-Imagen pobre de sí mismo

-Hace daño a los demás

-Pierde oportunidades

-Tensión

-Se siente sin control

-Soledad

-No le gustan los demás

Baja aceptación social

La aceptación social se entiende como el grado en que un niño/a es querido y aceptado o rechazado en su grupo de iguales.

Existe un grupo de niños con conducta tímida que tienen también baja aceptación social entre sus compañeros ya que son rechazados o ignorados por ellos.

Según el número de rechazos que recibe cada persona, se desarrolló un sistema de clasificación que contempla cinco grupos sociométricos categorizados de acuerdo a los siguientes criterios:

  • Aceptados: Son las personas que tienen alta aceptación y bajo rechazo.

  • Rechazados: Son las personas que tienen baja aceptación y alto rechazo.

  • Ignorados: Son las personas que tienen baja aceptación y bajo rechazo.

  • Controvertidos: Son las personas que tienen alta aceptación y alto rechazo; reciben el mismo número de elecciones y de rechazos.

  • Medios: Son las personas que tienen aceptación media o rechazo medio.

La timidez y el retraimiento social no han de confundirse con ningún grupo sociométrico. Se recomienda distinguir claramente entre el comportamiento del niño (tímido, agresivo...) y las respuestas de las otras personas a este comportamiento (aceptación, ignorancia o rechazo).

Hay que diferenciar entre:

  • Retraimiento de tipo pasivo-ansioso: Es el perfil de un niño que se retrae de su grupo. Implica aislamiento del contacto social con otras personas.

  • Aislamiento: Es el perfil de un niño que está aislado por su grupo y sufre el rechazo o el olvido del grupo.

  • DIFERENTES DIAGNÓSTICOS

    El tema de la timidez reviste un gran interés desde el punto de vista clínico ya que, aunque actualmente en los sistemas de clasificación clínicos, como el DSM-IV no exista una categoría diagnóstica referida a la timidez o retraimiento social, una revisión reposada de ambos sistemas demuestra un nutrido grupo de trastornos y categorías psicopatológicas en cuyos criterios diagnósticos se incluye la carencia de interacción social y un deterioro en las relaciones con los demás.

    Así analizaremos otros trastornos o problemas psicológicos.

    La timidez y otros trastornos de ansiedad social

    La ansiedad social es el temor en las situaciones sociales y miedo a la evaluación negativa, está presente principalmente en la timidez, fobia social y trastorno de personalidad por evitación.

    La ansiedad social la sentimos todos en algunas situaciones.

    En las niñas y niños tímidos, aparecerá un mayor grado de incomodidad. Las personas tímidas pueden encontrarse incomodas en las relaciones sociales, pero su funcionamiento social, académico o laboral no está gravemente afectado y pueden mejorar con el paso de la adolescencia la edad adulta.

    En las personas fóbicas sociales, la ansiedad no guarda relación con la situación o con la amenaza y no se extingue a pesar de repetición de las situaciones temidas; el miedo persiste hasta la evitación de casi toda nueva relación.

    Según el DSM-IV se caracteriza por la presencia de ansiedad clínicamente significativa como respuesta a ciertas situaciones sociales o actuaciones en público del propio individuo, lo que suele dar lugar a comportamientos de evitación.

    Es importante resaltar algunos aspectos que se incluyen en los criterios diagnósticos y en los síntomas característicos de la fobia social y que tienen que ver con este trastorno en la infancia. Se señala que en los niños:

  • Es necesario haber demostrado que sus capacidades para relacionarse socialmente con sus familiares son normales y han existido siempre, y que la ansiedad social aparece en las reuniones con personas de su misma edad y no solo en cualquier interrelación con un adulto.

  • La ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches, inhibición o retraimiento en situaciones sociales donde los asistentes no pertenecen al marco familiar.

  • Puede no reconocerse, por parte del niño, que el temor es excesivo e irracional.

  • La duración del cuadro sintomático debe prolongarse como mínimo seis meses.

  • Como puede apreciarse, para establecer el diagnóstico de fobia social, es preciso que el comportamiento de evitación, el temor o la ansiedad interfieran marcadamente con la rutina diaria del niño, su trabajo y actividades en el colegio, su vida social o producirle un malestar clínicamente significativo.

    La edad principal de aparición entre los 15 y los 20 años y también a mediados de la edad adulta.

    Timidez y trastorno reactivo de la vinculación de la infancia

    En el DSM-IV se describe este cuadro como “relaciones sociales en la mayor parte de los contextos sumamente alterados e inadecuadas para el nivel de desarrollo del sujeto, iniciándose antes de los 5 años de edad” y se incluyen dos subtipos, inhibido y desinhibido. Nos interesa el tipo inhibido en el que “la alteración dominante de la relación social reside en la incapacidad persistente para iniciar la mayor parte de las relaciones sociales y responder a ellas de modo adecuado al nivel de desarrollo del sujeto. Por ejemplo, mezcla de acercamiento, evitación y resistencia”.

    Timidez y depresión infantil

    Hay que diferenciar entre el niño tímido o retraído del niño triste y deprimido. La adolescente tímida se deprime porque en el grupo de trabajo se ve menos hábil que su amiga y piensa que todos la consideran poco inteligente, y el niño tímido está triste, tiene poco contacto con las demás personas y no juega con nadie en el parque o cualquier otro lugar cuando sale del colegio.

    Los síntomas de la depresión son:

    • Estado de ánimo irritable o triste.

    • Pérdida de interés en las actividades.

    • Pérdida (o aumento) del apetito / peso.

    • Insomnio o hipersomnia.

    • Agitación o enlentecimiento psicomotores.

    • Fatiga o pérdida de energía.

    • Sentimientos de inutilidad o de culpa.

    • Disminución de la capacidad para pensar y concentrarse.

    • Pensamientos de muerte o ideas, planes e intentos de suicidio.

    ¿QUÉ LES PASA A LOS NIÑOS TÍMIDOS?

    Para facilitar las conductas del niño tímido, es decir, lo que hace, piensa y siente lo mejor es diferenciarlas en tres apartados: respuestas motoras (¿Qué hace o dice?, ¿Qué deja de hacer?; respuestas cognitivas (¿Qué piensa? ¿Qué dice de sí mismo?; respuestas emocionales (¿Qué siente?¿Qué emociones experimenta?).

    Así un chaval experimenta las siguientes respuestas motoras:

    Respuestas motoras

    • No participa voluntariamente en actividades de grupo.

    • No hace comentarios en clase.

    • No expresa sus opiniones en el grupo y si se le pregunta directamente dice: “opino como fulano”.

    • No pregunta a la profesora ni a los compañeros si tiene dudas escolares.

    • No se atreve a pedir un favor.

    • Tiene dos amigos íntimos y sólo habla con ellos.

    • No inicia conversaciones.

    • Los compañeros se aprovechan de su trabajo.

    • No se atreve a negarse a las cosas que le piden sus compañeros.

    Estos niños permanecen en soledad, aislamiento y apartamiento mas de lo habitual. Además, se aprecia apatía, pasividad, sumisión, indiferencia... Así:

    • En casa es muy callado y no comunica más de lo necesario, permanece mucho tiempo solo en su habitación jugando con el ordenador, video juegos o leyendo...

    • Apenas sale de casa.

    • Se sienta hacia el final de la clase solo en una mesa, dejando alguna mesa vacía entre él y sus compañeros.

    Ante los contactos entre personas que le resultan incómodos o amenazantes, las niñas y niños tímidos tienden a evitarlos y si no pueden eludirlos, procuran escaparse en cuanto tienen oportunidad. Así:

    - Evita las situaciones sociales: no hace ninguna actividad extraescolar, no va a excursiones, salidas, fiestas...

    Repuestas cognitivas

    Por ejemplo, ante tener que exponer en clase un trabajo que le tiene bien trabajado, piensa: “me pondré nervioso; lo voy a hacer fatal, pensarán que soy un inútil...”. Ante esto, siente incomodidad, malestar en el estómago, en definitiva, se siente fatal. Como consecuencia, se pone colorado, tartamudea, se le caen los folios...

    Estos niños tienen varios tipos de pensamientos. Por una parte tienen pensamientos negativos sobre sí mismo y autoconcepto desajustado:

    • Bajo concepto de sí mismo.

    • Creencias negativas sobre sí mismo.

    • Problemas de aceptación de sí mismo.

    Por otro lado tienen pensamientos negativos y/o inadecuados sobre los demás y sobre la situación:

    • Desconfianza de las otras personas.

    • Creencias erróneas sobre los demás (a los que ve poderosos, hábiles y competentes).

    • Perciben la situación como amenazante y se sobrevaloran las exigencias sociales.

    • Fuerte tendencia de dejarse influir por los demás y apoyarse en fuentes externas.

    Respuestas emocionales

    La autoestima es la valoración, positiva o negativa, que uno hace de sí mismo. Los niños y adolescentes tímidos por lo general tienen una baja autoestima. Así podríamos señalar que la infancia y la adolescencia tímidas posee:

    • Tendencia a subestimarse.

    • Sentimiento de inferioridad.

    • Escasa auto confianza.

    • Alto grado de autoexigencia autocrítica.

    • Auto culpa y auto desprecio.

    A la baja autoestima, hay que sumarle que los niños tímidos suelen tener miedo y ansiedad social. Así por ejemplo, un adolescente puede tener miedo a meter la pata, ser observado, ser rechazado; y las dudas que le pueden asaltar entre otras pueden ser: ¿Me aceptarán?, ¿Qué esperan de mí?, ¿Me sentiré aislado y solo?. Por el contrario un niño o niña tímida suele tener miedo a lo desconocido y básicamente a los extraños o a las personas que no controla. Debido a la diferencia de edad, los niños no suelen tener tantas dudas, aun así, suelen estar dispuestos a renunciar a sus deseos.

    A estos niños les suele acompañar generalmente un variado número de emociones, muchos de ellas negativas, que le hacen pasarlo mal y le suelen ocasionar incomodidad y/o sufrimiento.

    Entre ellas encontramos la depresión e infelicidad, pena, tristeza, indecisión, soledad, culpabilidad... Junto a estos sentimientos, en ocasiones aparecen también sentimientos y emociones de malhumor, irritabilidad, enfado y cólera, presentando a veces inesperados estallidos de ira o enfado contra sí mismos o contra los demás.

    En muchas ocasiones, se enfadan consigo mismos y con los demás simultáneamente. Se suele decir que el niño tímido es una “mosquita muerta” con el resto de la sociedad, pero que con sus personas más íntimas se atreve a casi todo, y en ocasiones, puede llegar, sobretodo (si estas personas le dejan), a convertirse en un “tirano”.

    Como consecuencia de todo esto, los niños y adolescentes tímidos informan de diversas sensaciones y síntomas corporales que suelen resultarles muy molestas. Entre otros están:

    • Palpitaciones y latido del corazón muy acelerado.

    • Boca seca.

    • Temblores.

    • Agitación.

    • Sudores.

    • Abatimiento y debilidad física.

    • Aturdimiento.

    • Necesidad de orinar.

    • Náuseas y sensaciones diversas en el estómago.

    • Miedo a perder el control, a volverse loco o a tener un ataque al corazón.

    • Sensaciones de malestar difuso y generalizado.

    ¿ES LA TIMIDEZ UN PROBLEMA FRECUENTE EN LA INFANCIA Y EN LA ADOLESCENCIA?

    Ante la timidez se nos pueden ocurrir estas preguntas:

    • ¿Cuántos niños y niñas tímidas hay?

    • ¿Es la timidez un problema frecuente o raro en estas edades?

    • ¿Hay más niños o niñas que sufren timidez?

    Para contestar a estas preguntas encontramos los siguientes datos:

    • Un 10% de los niños y adolescentes se retraen.

    • Entre un 5% y un 10% de los niños no es elegido por ningún compañero.

    • El 20% de los niños de una clase son ignorados o rechazados por sus compañeros.

    • Más del 10% de los niños entre 3º y 6º de primaria tienen sentimientos de soledad y de que no tienen amigos para jugar.

    • Un 20% de los alumnos tienen dificultades para hablar en público en clase.

    • Aproximadamente un 30% de los niños entre 8 y 10 años son considerados tímidos por sus padres.

    • El 14% de los niños y niñas de la escuela infantil se identifican como socialmente retraídos.

    ANTECEDENTES Y DETERMINANTES DE LA TIMIDEZ

    A pesar de los múltiples intentos explicativos, no hay datos concluyentes concernientes a los orígenes de la timidez y son varias las teorías etiológicas que se citan.

    A continuación haré una descripción de las principales teorías etiológicas que son psicobiológicas, evolutivas, y psicosociales.

    Teorías psicobiológicas

    Según estas teorías, la timidez se explica por predisposición hereditaria, es decir, temperamental.

    Se ha considerado que el temperamento es la parte de la personalidad constituida por factores biológicos, genéticos y constitucionales, por lo que se considera una muestra del influjo de lo somático en lo psíquico, de los procesos bioquímicos en la determinación del comportamiento.

    El temperamento parece ser la parte de la personalidad más difícil que cambie, aunque no es completamente inmodificable.

  • Thomas y Chess

  • Estudian a 141 recién nacidos a los que hacen seguimiento durante cinco años.

    A través de entrevistas a los padres estudiaron nueve categorías en los bebés:

  • Nivel de actividad

  • Ritmo de regularidad de las funciones vitales

  • Acercamiento o retraimiento

  • Adaptabilidad

  • Intensidad de respuesta

  • Umbral de respuesta o de sensibilidad ante estímulos

  • Calidad del humor

  • Capacidad de distracción

  • Duración de la atención y persistencia en la actividad

  • Identifican 3 temperamentos claros: fácil, difícil y lento

    a) Los niños fáciles

    Suponen el 40% del total y se caracterizan por: buen humor, regularidad de sus funciones vitales, grado de intensidad de respuesta bajo o moderado, buena adaptabilidad y respuesta de acercamiento ante situaciones nuevas.

    b) Los niños difíciles

    Suponen el 10% del total y se caracterizan por todo lo opuesto a lo anterior: falta de regularidad en las funciones vitales, alto nivel de actividad, alta intensidad de respuesta y mal humor.

    c) Los niños lentos

    Suponen el 15% del total y se caracterizan por: bajo nivel de actividad, retraimiento, humor algo negativo, lenta adaptación e intensidad de reacción baja.

  • Kagan y colaboradores

  • Este grupo parte del trabajo con bebés a los que colocan en tres grupos:

    a) Timidez

    Constituido por un rasgo de “inhibición ante lo desconocido”, que aparece en cerca del 10% de los niños recién nacidos.

    Ante una situación - problema estos niños tímidos tienen el latido cardiaco más rápido y una mayor dilatación pupilar que los demás. El tímido se siente más ansioso en situaciones en que otras personas no están tensas.

    b) Osadía

    Constituido por un rasgo de “desinhibición”, que aparece en el 10% de los recién nacidos y es lo contrario al grupo anterior.

    c) Entre ambos extremos está la mayoría, un 80%

    Hacen un seguimiento de los bebés y encuentran que el rasgo de timidez, en la mayoría de los casos, persiste a los siete años y medio.

    En esta edad, los padres y el profesorado etiquetan a la mayoría de los niños y niñas de este grupo como tímidos y retraídos.

    3. Grupo de Plomin

    Estudian 18 pares de gemelos y encuentran que:

  • El índice de concordancia de las medidas de timidez es mayor en los gemelos univitelinos.

  • El grado de timidez de los hijos está inversamente relacionado con el grado de sociabilidad de las madres; los niños muy tímidos tienen madres poco sociables.

  • También hicieron un estudio con niños adoptados nada más nacer. A los dos años, los niños se parecían a su madre biológica en cuanto a la timidez, pero después llegaban a parecerse a las madres adoptivas.

    Teorías evolutivas y psicosociales

    Está claro que la persona humana es social y sólo resuelve sus necesidades básicas en la relación con las demás personas. Es incuestionable que entre sus necesidades está la de construir vínculos afectivos y sociales para sentirse psicológicamente seguro y acompañado, en lugar de solo y abandonado.

  • Teorías del apego y del estilo educativo parental:

  • El apego del niño con el cuidador es uno de los factores fundamentales relacionados con la capacidad para hacer amigos aportan claves para entender la conducta socialmente tímida, y parece que puede establecerse una conexión entre apego inseguro y retraimiento social. Cuando el vínculo establecido es inseguro y ansioso, la cualidad de la relación padre - hijo resultante será de inseguridad en el niño. Los sentimientos de inferioridad en la infancia temprana llevan a una carencia de las actividades de exploración, lo que resultará en déficits en habilidades entre impersonales e interpersonales.

    Estas representaciones cognitivas de sí mismo y de los demás contribuyen a ansiedad, inhibición y retraimiento en situaciones sociales nuevas.

    Todo ello hace que se produzca una interacción precoz menos frecuente y/o menos satisfactoria con padres, hermanos..., lo que se consolidará en un estilo de respuesta tímido.

    En síntesis, desde la teoría del apego, el comportamiento retraído es visto como un fracaso en las relaciones iniciales del apego.

    b) Teorías de la interacción entre iguales

    Aunque son fundamentalmente los adultos familiares los responsables de las primeras habilidades comunicativas, con el ingreso en la guardería, la interacción niño - adulto pierde a favor las interacciones con los iguales.

    La interacción con los compañeros es una fuerza importante para el desarrollo de las relaciones y habilidades sociales normales.

    Por tanto, un niño que no tenga experiencias adecuadas en las relaciones con sus compañeros corre el riesgo de sufrir algún desajuste posterior.

    Teorías del aprendizaje

    La conducta de timidez y retraimiento social se interpreta desde esta perspectiva como resultado de un aprendizaje deficiente o de un proceso de aprendizaje defectuoso. En este caso la timidez por alguno, o por una conjunción, de los siguientes procesos de aprendizaje:

  • Condicionamiento clásico

  • Condicionamiento operante

  • Aprendizaje observacional o vicario

  • a) Condicionamiento clásico

    Este mecanismo da cuenta, por ejemplo, de la ansiedad condicionada a determinadas situaciones entre personas, que dará lugar a las respuestas de escape o de evitación.

    Para la mayoría de los niños y niñas, gran parte de las conductas interpersonales (jugar, hablar, recibir halagos...) son reforzadores importantes, pero hay un pequeño grupo de niños para los que estas situaciones se han asociado con ansiedad y malestar y no lo son. Generalmente los otros suelen ser una fuente de placer, pero también pueden llegar a ser un peligro o una amenaza para determinadas personas.

    Todo esto hace que se presenten conductas de escape y evitación. La ansiedad social y el fracaso que el niño experimenta en las situaciones interpersonales le impulsan a evitar dichas situaciones.

    Esto contribuye a que el niño se pierda, se prive de los beneficios de las relaciones entre personas iguales a él. Si además actúa en las relaciones con personas y fracasa, aumenta su ansiedad social.

    b) Condicionamiento operante

    Aprendemos por los resultados que obtenemos de nuestro comportamiento anterior, de tal manera que se aprende a ser tímido porque las respuestas de timidez son directamente recompensadas, o las respuestas de espontaneidad son ignoradas o castigas.

    1. Reforzamiento positivo

    La conducta de timidez es directamente recompensada. La persona tímida obtiene más reforzamiento por conductas no asertivas e inhibidas que por las asertivas.

    Ejemplo: La madre acaricia a la niña cuando se muestra tímida, le da vergüenza y no saluda a una vecina que se encuentran en el ascensor.

    2. Reforzamiento negativo

    La ansiedad que el niño tímido experimenta en las situaciones entre personas se reduce por la evitación del estímulo desagradable. El niño escapa o evita situaciones sociales que le resultan desagradables, evitando iniciar o responder a contactos interpersonales, reforzando negativamente las conductas de aislamiento.

    Ejemplo: El niño se queda en casa en vez de bajar al parque. Evita el estar con otros niños y niñas con los que cree que se va a encontrar a disgusto.

    3. Ignorancia o castigo de las conductas de interacción adecuada

    En algunos casos, cuando se producen las interacciones, son ignoradas o castigadas (por ejemplo, van seguidos de amenazas, reprimendas...)

    Ejemplo: Una chica por fin se atreve a contar un secreto a sus amigas y ellas se mueren de risa y se lo cuentan a todo el mundo.

    Acontece que el niño tímido, a la larga, no es reforzado por los iguales, que acaban por no prestarle atención (no le preguntan, no se dirigen a él o ella...) cuando alguna vez habla o participa. Esto conlleva a que el niño quede aislado y solo, con lo que se reducen las oportunidades de relación y participación.

    c) Aprendizaje observacional o vicario

    La conducta tímida se explica por una carencia de modelos sociales asertivos y seguros.

    El niño aprende a ser tímido oyendo y observando cómo sus padres, sus profesores, u otras personas importantes para ellos temen y evitan determinadas situaciones sociales.

    Ejemplo: La profesora pone de modelo a Ana que es una niña muy inhibida y permanece sola y callada.

    En algunos casos se juzga como heredado algo que se ha adquirido por observación continua y repetida de los padres y otras personas significativas (hermanos, compañeros de clase, amigos...).

    Un padre que afirma que su hijo tímido “le viene de familia, es idéntico a mí” no aprecia que a lo largo de los años que tiene su hijo le ha estado mostrando conductas como: no salir de casa con los amigos, recibir a poca gente en casa, no expresar sentimientos y decir cosas como “ya te decía yo que no jugaras con los niños, que son muy malos y te pegan”.

    Teorías interactivas

    La timidez no tiene su origen en una sola causa, sino en varias que además interactúan y se influyen entre ellas.

    La conducta tímida se explica por una interacción entre variables intra individuales o personales (apego, relaciones con las demás personas...) y variables ambientales (experiencias de socialización, recursos psicosociales, clima social...).

    Inicialmente se puede hablar de una predisposición genética, de una vulnerabilidad biológica que sería la inhibición temperamental.

    A continuación, entran en juego las primeras experiencias de aprendizaje y todo lo relacionado con el apego. Estas interacciones tempranas son cruciales, bien para favorecer y reforzar la predisposición biológica, o bien para reducirla y minimizarla.

    Después de un cierto tiempo, el niño ya tiene un primer repertorio (adecuado y adaptativo o inadecuado) de comportamientos, sentimientos y cogniciones con relación a las situaciones de interacción social. Por contacto directo, observación, información, es decir, los procesos de aprendizaje que he mencionado en el apartado anterior, el niño va manteniendo o modificando su repertorio inicial.

    En consonancia con esta perspectiva interactiva, y a modo de conclusión de lo expuesto en este apartado, es importante destacar que respecto a la conducta de timidez existen unos factores de riesgo y también unos factores de protección de forma que la vulnerabilidad a la timidez va a depender del equilibrio y la conjunción entre ambos factores.

    CONSECUENCIAS DE LA TIMIDEZ

    La gente cree muy a menudo que la conducta tímida en la infancia es algo temporal, que cuando el niño o la niña crezca desaparecerá, que mejorará con el tiempo y con la edad. Esta creencia es infundada que ha de dejar de pensar la persona porque con los años puede desarrollarse y ser mucho peor.

    La evidencia empírica acumulada en los últimos años afirma que la timidez extrema en la infancia:

  • Es indicativa de problemas actuales

  • Es bastante estable a lo largo de la infancia y la adolescencia

  • Puede conllevar futuros desórdenes psicológicos en la juventud y vida adulta, si no se interviene de forma preventiva

  • Parece que si el problema de timidez no se identifica y detecta rápidamente, puede desarrollarse y estabilizarse de forma que el pronóstico es negativo y preocupante.

    Riesgos actuales

    La timidez en las edades infantil y juvenil es un problema. La timidez está asociada con muchas dificultades que hacen sufrir al niño o a la niña que la padece. He hecho ya referencia a problemas de aceptación, a dificultades interpersonales y a muy diversos trastornos en el desarrollo emocional (inseguridad, ansiedad, soledad...), pero además voy a dejar claro de algunos riesgos que corren los niños y adolescentes tímidos por el hecho de exhibir una conducta socialmente retraída. Éstos son:

  • Maltrato infantil

  • Intimidación o maltrato entre iguales

  • Bajo rendimiento escolar

  • Conductas desajustadas en la adolescencia

  • a) Maltrato infantil

    • Las niñas y niños tímidos sufren más fácilmente abusos, ya que, su perfil de conducta les convierte en víctimas fáciles.

    • Uno de los síntomas del niño víctima de abuso sexual es el aislamiento social y la introversión, de forma que un retraimiento grande puede ser consecuencia de abuso sexual (no en todos los casos).

    b) Intimidación o maltrato entre iguales

    El tema de la intimidación entre compañeros conocido como bullying, que en los últimos años ha sido ampliamente investigado en otros países, está empezando a ser investigado en España.

    Se considera bullying:

    “Cuando un alumno está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o varios de ellos”.

    Las investigaciones sobre el bullying afirman que tenemos que considerar la figura del niño tímido ya que se evidencia que en las descripciones del perfil de las víctimas, la timidez es una característica definitoria.

    Las victimas típicas son niños socialmente aislados, retraídos, ansiosos, inseguros, inhibidos y con una visión negativa de sí mismos y de su situación.

    Muchas victimas autoinforman de sentimientos de soledad en el colegio, no tienen amigos ni personas de confianza, careciendo de apoyo social.

    Los agresores señalan la conducta tímida como uno de los “disparadores” del inicio de la intimidación.

    Entre las acciones que hace el intimidador muchas tienen un matiz interpersonal como es el caso de las siguientes:

    • Exclusión deliberada del grupo de compañeros.

    • Aislamiento social, hacer vacío, no dejar participar.

    • Manipular las relaciones de amistad.

    • Hablar mal, difamar, crear rumores.

    c) Bajo rendimiento escolar

    Parece que existe la sospecha de que el rendimiento escolar de los niños tímidos es inferior al de sus compañeros y a la larga pueden llegar a presentar problemas académicos.

    Es fácil entender esto ya que un niño ansioso y temeroso no está en buenas condiciones para aprender y el niño tímido se enfrenta al aprendizaje con mucho nivel de ansiedad que hace que el aprendizaje sea nulo.

    d) Conductas desajustadas en la adolescencia

    La timidez aparece relacionada con diversas conductas desajustadas en esta edad, de las que son muestra el abuso de sustancias (alcohol, otras drogas...), delincuencia juvenil y conducta antisocial grupal.

    Respecto al alcohol, las chicas y chicos jóvenes con problemas de timidez pueden llegar a utilizar el alcohol o las drogas como elemento que les ayuda a desinhibirse y como ayuda para afrontar las situaciones temidas.

    ASPECTOS GENERALES DEL TRATAMIENTO

    El tratamiento que se cree adecuado ha de acercarse a los siguientes aspectos:

    a) Entretenimiento y enseñanza directa y sistemática de conducta y habilidades

    Se pretende hacer competentes a niños y adolescentes con problemas de timidez, lo que implica enseñar comportamientos que el niño no posee (iniciar conversaciones, presentarse ante gente nueva o hacer peticiones a adultos), y por otra parte, disminuir los aspectos que estén interfiriendo la correcta conducta interpersonal.

    Es por ello por lo que se habla de entrenamiento y enseñanza.

    b) Acercamiento cognitivo - conductual de tratamiento multicomponente

    Cognitivo - conductual porque tiene que centrarse en la enseñanza de comportamientos motores (contacto visual, comunicación no verbal, conducta verbal), cognitivos (autoinstrucciones positivas) y afectivos (expresión de emociones) utilizando para ello técnicas y estrategias de intervención conductuales y cognitivas.

    c) Doble perspectiva en la intervención: tratamiento y prevención

    Se dirige al tratamiento de problemas de timidez ya consolidados, pero también a la prevención primaria en el aspecto de evitar la aparición de la timidez en la infancia y la adolescencia promocionando la adecuada competencia social, y a la prevención secundaria, como detección precoz con niñas y niños de riesgo.

    Por ello la familia y el profesorado tienen un papel muy importante.

    COMPONENTES DEL TRATAMIENTO

    Los componentes del tratamiento son:

    • Entrenamiento en habilidades sociales.

    • Reestructuración cognitiva.

    • Reducción de ansiedad.

    • Autoestima y educación emocional.

    OBJETIVOS Y HABILIDADES

    La meta final del tratamiento es que la niña o el niño tímidos se encuentren bien consigo mismos, disfruten de las relaciones interpersonales y lleguen a tener relaciones satisfactorias a través del logro de los siguientes objetivos:

  • Aumentar las conductas de interacción con otras personas y disminuir las conductas de aislamiento, apatía e inactividad.

  • Reducir la ansiedad social relacionada con los contactos entre personas.

  • Desarrollar un autoconcepto claro y ajustado, sin infravalorarse ni supervalorarse y mejorar su autoestima.

  • Modificar su estilo de pensamiento, lo que supone eliminar los pensamientos distorsionados e irracionales y desarrollar un pensamiento más adaptativo y positivo.

  • RECOMENDACIONES FINALES

    Estas recomendaciones deben tenerse en cuenta por todas las personas que tienen contacto directo con el niño tímido.

    • Tratar de comprender lo mal que se siente el niño, ponerse en su lugar.

    • Mostrar interés por sus dificultades y dialogar mucho con él / ella.

    • Tener paciencia y tranquilidad ya que los cambios no se producen drásticamente.

    • Evitar comentarios en la presencia del niño sobre su timidez, aunque sean estrictamente descriptivos, como por ejemplo: “no te va a contestar porque es muy tímido”.

    • No crearse falsas expectativas, pero tenerlas positivas. Mostrar y manifestar explícitamente expectativas positivas sobre la posibilidad de evolución favorable de la conducta del niño ya que contribuirán eficazmente al éxito de los intentos de cambio. Hay que estar convencido de que las cosas van a ir adelante.

    • Ir paso a paso. Plantearse objetivos realizables y provocar situaciones de éxito; empezar por conductas sencillas y fáciles y progresivamente ir proponiendo conductas más complejas. Ayudarle y supervisarle más al principio. Por ejemplo, encargarle tareas y sencillas compras en las tiendas de la vecindad, entrenándole antes en casa para garantizar el éxito.

    • No hacer reproches, ni críticas, no comentarios que le hagan sentir culpable como por ejemplo: “lo que me haces sufrir”, “tú como siempre sigue calladito”.

    • Proporcionarle modelos asertivos y desenvueltos. Y a la vez, minimizar la exposición a modelos retraídos e inhibidos.

    • Variar y modificar las circunstancias situacionales para favorecer y provocar las condiciones de interacción. En el centro escolar, variar la disposición del mobiliario en el aula o en casa, cambiar actividades cotidianas.

    • No reforzar su timidez actuando por él, justificando lo que hace o no hace de acuerdo a su timidez, prestándole atención cuando se muestra tímido.

    • Evitar situaciones en las que aumente la ansiedad del niño.

    • Facilitar la relación social con otros niños y niñas y provocar situaciones de interacción. Propiciar interacciones socialmente satisfactorias y agradables para el niño, como son asistir a fiestas de cumpleaños, ir al parque con otros niños, etc.

    • Apoyarle en los fracasos, enseñarle a que aprenda de ellos y darle ánimos para mejorar en sucesivas ocasiones.

    • Evitar la presencia sobreprotectora de hermanos, amigos, familiares y compañeros, que le bloquean y anulan, y dejarle oportunidades de actuar por él mismo.

    • No evaluarle negativamente en comparación con los otros niños o niñas; El punto de comparación debe ser la propia persona y no los demás. Por tanto, cualquier logro o avance, por pequeño que sea, que el niño realice debe tenerse en cuenta, independientemente de que todavía esté lejos de alcanzar la media del grupo.

    • No permitir que los demás compañeros o los hermanos y primos le insulten, le intimiden o se burlen de él por su conducta de timidez, más bien hacer todo lo posible para estimular que los iguales se involucren en ayudarle.

    BIBLIOGRAFÍA

    MONJAS CASARES, María Inés. “La timidez en la infancia y en la adolescencia”, Ed. Pirámide, Madrid, 2001. pp 21 a 215.




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    Enviado por:XiTy
    Idioma: castellano
    País: España

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