Biografía


Thomas Malthus


THOMAS MALTHUS

Thomas Malthus

llamado Thomas) tenía escasamente tres semanas. La influencia de Emilie de Rousseau llevó a Daniel Malthus a dar a sus dos hijos varones una educación privada. A los dieciocho años inició sus estudios en el Jesus College de Cambridge, terminándolos con la máxima calificación en 1788, después de una carrera en la que, como él mismo dijo destacó desde el principio "por hablar de aquello que existe realmente en la naturaleza o de lo que efectivamente puede extraerse algún provecho práctico". El mismo año que finalizó sus estudios fue ordenado sacerdote y en 1793 entró a formar parte de la junta de gobierno del Jesus College, cargo que retuvo hasta su matrimonio, en 1804, con Harriet Eckersall. Desde 1796 fue coadjutor en Albury, en donde vivía su padre, y en 1798 publicó, de forma anónima, An Essay on the Principle of Population as it affects the Future Improvement of Society, with Remarks on the Speculations of Mr. Godwin, M. Condorcet, and other Writers.

Es sabido que, en la historia de las ideas científicas, a Malthus le corresponde el insólito mérito de haber inspirado una de las que más importancia han demostrado tener a lo largo de los últimos ciento cincuenta años: la idea de que las especies vivas evolucionan a través de su lucha por la existencia, una idea que Charles Darwin declaró habérsele ocurrido en 1838 cuando, "para distraerse", leyó el ensayo de Malthus sobre la población. Lo extraordinario del caso no está solamente en que Darwin encontrara el estímulo de su teoría en la lectura de un texto que, como su autor, estaba fuera del campo de la historia natural; al fin y al cabo, Malthus fue, en su época y como dijo su biógrafo, "la persona de la que se abusó", alguien a quien nadie pudo ignorar por haber acertado a invocar un espectro que fue la pesadilla de medio siglo. Pero lo que resulta excepcional es que Alfred Rusell Wallace, que llegó a formular una teoría evolutiva similar a Darwin con independencia de éste, confesara haber llamado también a Malthus la chispa que encendió sus ideas.

El objetivo del texto, como su propio título sugiere, era el de polemizar con las especulaciones optimistas de algunos autores utópicos, por entonces de actualidad. Contra la visión optimista de la perfectibilidad indefinida del hombre y las venturosas previsiones de un futuro de abundancia y de igualdad economía y social, Malthus adujo el argumento de la existencia de una desigualdad natural y necesaria entre dos fuerzas: la población (la capacidad reproductiva multiplicadora de la especie) y la producción (la posibilidad de incrementar los recursos disponibles para el mantenimiento del contingente humano); estando ambas fuerzas sometidas a "esa gran ley de nuestra naturaleza que ha de mantener constantemente iguales sus efectos", las esperanzas de construir una sociedad perfecta e igualitaria habían de mantenerse siempre vanas. Sin embargo, contra la interpretación a menudo indebidamente extraída de sus tesis, Malthus no anunciaba con ellas ningún desastre futuro, puesto que, en su opinión, esa "causa permanente de periódica desdicha" que es el exceso del contingente humano sobre los medios de subsistencia, ha existido siempre y siempre existirá, "salvo que se produzca algún cambio decisivo en la constitución física de nuestra naturaleza".

En 1803 aparición una segunda edición de la obra (esta vez firmada), que cuadruplicaba la extensión de la primera e incorporaba nuevos datos, recogidos como fruto de dos viajes: a Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia, en 1799; y en 1802, aprovechando la tregua supuesta por la Paz de Amiens, a Francia y Suiza. En realidad, se trataba de una nueva versión del texto, que, además de introducir la idea de un "freno moral" de la población, difería en líneas generales de la primera porque el estilo audaz y retórico había cedido el paso a la preocupación por la economía política. En 1805 Malthus ocupó en el recién fundado East India College de Haileybury la primera cátedra de economía política que hubo en Gran Bretaña. Allí trabó amistad con David Ricardo, quien, pese a su acuerdo con Malthus en cuanto a sus teorías sobre la población y sin perjuicio ninguno para su íntima relación personal, polemizó con él sobre las respectivas concepciones económicas. Sobre esta polémica, Keynes dijo: "¡Ojalá Malthus, y no Ricardo, hubiera sido el tallo del que germinara la economía decimonónica! ¿Cuánto más juicioso y rico sería hoy el mundo!".

Malthus tuvo tres hijos, un varón y dos niñas, la menor de las cuales murió a los diecisiete años. Él falleció, repentinamente, en 1834, durante una visita al hogar paterno de su esposa en Claverton, y fue enterrado en la abadía de Bath.

El Pensamiento de Malthus

Cuando hoy en día se recuerda a Malthus se piensa inmediatamente en el denominado problema de la población o, sí se prefiere, en una caricatura del mismo.

Se señala que de acuerdo a Malthus la población suele aumentar en una proporción geométrica y la producción de alimentos sólo puede aumentar en una proporción aritmética. Concluyéndose inmediatamente, que la población suele exceder las posibilidades reales de alimentación que ofrece la tierra por lo que la miseria tiene a estar siempre presente. En particular, en los países atrasados, puesto que en ellos las capacidades de producción son mucho más limitadas respecto al crecimiento de la población.

Inclusive llega a señalarse que el crecimiento exagerado de la población es una causa, sino la causa del atraso, y que las cosas serian realmente distintas si la población no aumentara tan rápidamente.

En este cuadro las diversas medidas de control de natalidad se convierten en un factor clave en la lucha por el desarrollo, aun cuando no se llega a asegurar que controlado el crecimiento de la población el progreso será realmente posible.

Sin embargo, pocas cosas más alejadas de los planteamientos de Malthus que la caricatura que se ha hecho de ellos.

Más aún, los trabajos de Malthus no se limitan al campo de la población; ni siquiera si incluimos sus apreciaciones complementarias sobre los factores que limitan la expansión de la producción agrícola. Nos referimos especialmente a la idea de la gran propiedad terrateniente - por ejemplo la que existía en América Española a fines del siglo XVII - no es el mejor estímulo al aumento de la producción agrícola.

Malthus es, y tal vez sobre todo, el contradictor de David Ricardo.

Aquel que plantea un camino diferente para el desarrollo del pensamiento económico. Aquel que anticipa la idea de la demanda efectiva desarrollada un siglo antes más tarde por Keynes. Aquel que demuele la ley de Say (toda oferta crea su demanda), acogida por Ricardo con gran entusiasmo. Aquel que recusa la teoría cuantitativa del dinero, que hasta hoy y a pesar de la revolución keynesiana, sigue dominando el "pensamiento económico".

Todo esto y mucho más es Malthus, el primer economista de Cambridge, como lo llamó John Maynard Keynes.

Pero repasemos seriamente la vida y la obra de Malthus, cuyo pensamiento hubiera abierto un camino prometedor para el desarrollo del razonamiento económico.

El Ensayo sobre los Principios de Población

En 1796 escribió una crítica al Ministro Pitt ("The crisis. A view of the recent interesting state of Britain by a friend to the constitution") que no encontró editor.

En 1789, a los 30 años publica la primera edición de la obra a la cual se ha asociado más su nombre: "An Essay on the Principle of Population as it affects the future improvement of society: with remarks on the speculations of Mr. Godwin, M. Condorcet, and other writers":

Sobre este trabajo, Keynes ha dicho que se inscribe en la mejor tradición inglesa de las ciencias humanas, destacando lo que llama "su cordura prosaica".

Al respecto cabe notar sus críticas a las "leyes de pobres" por considerar que sólo conseguían crear "más pobres", pero en ningún caso más riquezas. Para hacerlo sugería la aplicación de medidas que permitan incrementar directamente la producción agrícola, como por ejemplo los estímulos a la roturación de nuevas tierras.

De alguna manera algo que se aproxima a los planteamientos de quienes prefieren los subsidios a la producción antes que al consumo. Aunque Malthus no era propiamente partidario de los subsidios; más bien, simpatizaba con otras formas de estimular la demanda.

La Idea de la Demanda Efectiva

Dos años más tarde, en 1800 al escribir "An investigation of the cause of present high price of provisions" tuvo la oportunidad de desarrollar la tesis que se plantean en el Ensayo. Aunque es evidente que al avanzar la idea de la demanda efectiva dio un nuevo e importante paso en el desarrollo del pensamiento económico.

En una versión original del folleto, que aparentemente no se publicó, Keynes refiere la explicación de Malthus al hecho que los precios de las subsistencias aumentaron "más de lo que podía atribuirse a cierta escasez en la cosecha" (op.cit.p.XXV).

"No invocó como Ricardo - prosigue Keynes - unos cuantos años más tarde, la cantidad de dinero. Encontró la causa en el aumento de los ingresos de la clase trabajadora como consecuencia del aumento de los subsidios parroquiales en relación con el costo de vida" (Ibidem p.XXV - XXVI).

"Me inclino decididamente a sospechar - dice Malthus - que el intento hecho en la mayor parte del reino de aumentar los subsidios parroquiales en proporción al precio del grano junto con el hecho que las riquezas del país han permitido acrecentarlos en la medida que lo han hecho hablando en términos relativos, la única causa de que haya subido el precio; de las subsistencias en este país mucho más de los que hubiera estado justificado por el grado de escasez... " (Ibidem p.XXVI).

Aquí, vale la pena detenerse a hacer una observación crucial. Los precios suben por exceso de demanda antes que por exceso de dinero. La cantidad de dinero, no es la variable independiente que determina el nivel de precios. Las variaciones en la cantidad de dinero están más bien en función de las variaciones en los precios. Los altos precios de las subsistencias estimulan el aumento de la cantidad del papel circulante, en el lenguaje de la época.

En este sentido, una disminución de la cantidad de papel circulante no resuelve nada. Más bien puede trabar la circulación y la producción de mercancías, lo que a su turno repercute sobre los precios. De lo que se trata en este caso, es de disminuir la demanda efectiva - léase eliminar los subsidios a los pobres - a fin de aminorar la presión sobre los precios.

Principios de Economía Política

Después de este poco conocido folleto, Malthus produjo una serie de textos de relativa significación.

En 1807, publicó "A letter to Samuel Wilbread Esq., M.P. on his proposed bill for the amendment of the poor laws". Aquí lleva hasta las últimas consecuencias su tesis sobre los efectos reales de las leyes de pobres aplicadas al caso de la vivienda.

Más tarde publica una serie de folletos sobre las leyes de granos, y un ensayo sobre la renta. En 1820 publica su segunda gran obra "Principles of Political Economy considered with a view to their practical applications".

En este trabajo, Malthus parte de una preocupación totalmente distinta, aún cuando de naturaleza semejante a la anterior. Esta vez le preocupa la reducción de la demanda antes que la expansión excesiva de la misma. Y es que en el centro de su reflexión está el problema de la reconversión de la economía inglesa en la inmediata postguerra. Una economía que se había expandido de manera extraordinaria durante la guerra pero que después de la contienda tenía dificultades para colocar su producción.

Fue así, que el exceso relativo de oferta (no toda oferta que crea su demanda) determinó la caída de los precios, de las utilidades y por ende, del estímulo básico a la inversión. Había consiguientemente, en virtud de la caída de la demanda, un exceso de mercancías, capitales y puestos de trabajo que buscaba corregirse con el colapso de los precios.

Y esta interpretación de Malthus, es tanto significativa si consideramos que muchos estimaban que el problema era la falta antes que el exceso de ahorro y capital. Porque era muy difícil entender cómo podía al mismo tiempo haber abundancia por el desempleo generalizado de una parte de los que participaron en la producción para la economía de guerra y de los que estuvieron en la guerra misma.

Pero, Malthus fue más lejos y buscó explicar el conjunto de factores que detienen o limitan el crecimiento de la riqueza. En particular aquellos que tenían que ver con la configuración de la demanda, pero también con la necesidad de ajustar continuamente la oferta y la demanda. La idea era que la demanda efectiva fuera definida en términos tales que permitiera maximizar la producción.

Y no es que con ello estuviera en contradicción con sus planteamientos sobre la restricción de la demanda. Era simplemente que el problema había cambiado y que después de las guerras napoleónicas la preocupación se centraba en la demanda.

De allí que Malthus hable en particular de la distribución de la propiedad y de la redistribución del ingreso: también de la utilización del trabajo improductivo, pero de manera general de la necesidad de mercados; de la crucial importancia del comercio interno y externo, en particular este último.

Por ello Keynes se permite hacer una apreciación retrospectiva tan categórica sobre el resultado real de la polémica de Malthus y Ricardo.

"Cuanta mayor cordura y riqueza habría hoy en el mundo - dice Keynes - si el tronco de la economía política del siglo XIX hubiera sido Malthus, en lugar de Ricardo" (Ibidem p.XXXVII).

PRIMER ENSAYO SOBRE LA POBLACION

Después de la aparición del "Primer Ensayo sobre la población" (1798), se han atribuido a Thomas Robert Malthus ideas y planteamientos que no realizó.

Así, cuando el llamado Club de Roma enfatizó los límites absolutos de la tierra en lo que se refiere a la disponibilidad de recursos naturales - incluyendo los agropecuarios - se le calificó de malthusiano.

Por otro lado, cuando gobiernos y entidades del más diverso tipo (sobre todo norteamericanos) promueven el control de la natalidad se suele decir que son malthusianos o neomalthusianos.

Sin embargo, Malthus estuvo lejos de proponer el control de la natalidad a través de medios artificiales y más lejos aún de propiciar una acción gubernamental en este campo; probablemente la intervención gubernamental le hubiera parecido detestable. No olvidemos que Malthus fue partidario de limitar drásticamente la acción del Estado, llegando a decir que "toda interferencia excesiva en los asuntos personales es una forma de tiranía" ("Primer Ensayo sobre la población", Alianza Editorial, Madrid 1970; p.101).

Pero también Malthus estuvo lejos de afirmar que los recursos naturales habían de agotarse o que la capacidad productiva de la tierra encontraría pronto su límite.


La tesis de Malthus

Malthus expresó su tesis en los siguientes términos "afirmo que la capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra para producir alimentos para el hombre. La población, si no encuentra obstáculos, aumenta en progresión geométrica. Los alimentos sólo aumentan en progresión aritmética. Basta con poseer las más elementales nociones de números para poder apreciar la inmensa diferencia a favor de la primera de estas dos fuerzas". (Ibidem, pág.53).

Graficando su planteamiento, nuestro autor imagina lo que ocurría en la Gran Bretaña en el supuesto que estas dos fuerzas jugaran libremente. Para ser más exacto, en el supuesto que el aumento de la población no encontrara ningún obstáculo, expandiéndose geométricamente por un largo período. Al respecto, supone que la población se duplicaría cada 25 años, lo que corresponde a la experiencia norteamericana de fines del siglo XVIII.

"La población de nuestra isla - dice Malthus - es actualmente de unos siete millones; supongamos que la producción actual baste para mantener esta población. Al cabo de los primeros veinticinco años la población sería de catorce millones, y como el alimento habría también doblado, bastaría a su manutención. En los veinticinco años siguientes la población sería ya de veintiocho millones y el alimento disponible correspondería a una población de tan sólo ventiún millones. En el período siguiente la población sería de cincuenta y seis millones y las subsistencias apenas serian suficientes para la mitad de esa población. Y al término del primer siglo la población habría alcanzado la cifra de ciento doce millones mientras que los víveres producidos corresponderían al sustento de treinta y cinco millones, quedando setenta y siete millones de seres totalmente privados de alimentos". (Ibidem pág.59).

Dando un paso más, Malthus aplica el mismo razonamiento a nivel mundial.

"Estimando la población del mundo, por ejemplo, en mil millones de seres, la especie humana crecería como los números: 1, 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256, 512, etcétera, en tanto que las subsistencias lo harían como: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10; etc. Al cabo de dos siglos y cuarto la población sería a los medios de subsistencia como 512 es a 10; pasados tres siglos la proporción sería 4096 a 13 y a los dos mil años de diferencia sería prácticamente incalculable a pesar del enorme crecimiento de la producción para entonces" (Ibidem, pág.60).


Población y alimentos

La tendencia al aumento geométrico de la población es un hecho verificable antes que una simple especulación teórica. Malthus afirma que una dinámica de este tipo se observa en los Estados Unidos; allí "los medios de subsistencia han sido más abundantes, las costumbres más puras y, por consiguiente, los matrimonios más fáciles y precoces que en cualquiera de los países modernos de Europa". (Ibidem, pág. 57). De allí que la población haya doblado en 25 años (lo que significa que ha crecido a una tasa de 2,81% anual) y que pueda doblarse también en los 25 siguientes.

Es importante notar que la tendencia al crecimiento geométrico de la población se convierte en una realidad cuando no hay dificultades de abastecimientos, pero también cuando hay matrimonios tempranos. Esto último significa que la sociedad es virtuosa, esto es que las pasiones sexuales se canalizan a través del matrimonio y que la procreación es una de sus principales consecuencias. Si este no fuera el caso, la población no crecería al ritmo que le permite la abundancia alimentaria.

En lo que se refiere a la producción de alimentos, Malthus supone que su crecimiento seguirá, en el mejor de los casos, una progresión aritmética. Considerando que cada período es de 25 años en el esquema de Malthus, esto quiere decir que la producción de alimentos crecería a una tasa anual de 1,62% en el mejor de los casos.


Equilibrio poblacional

Para Malthus, una sociedad virtuosa, que es a la que aspira, puede encontrar en un primer momento los recursos alimentarios que requiere su expansión. De manera tal que podría duplicarse en los primeros años y, eventualmente, duplicarse también en los 25 siguientes. Pero luego la capacidad de producción de la tierra no crecería al mismo ritmo que la población presentándose un déficit que no podría crecer indefinidamente. A partir de un cierto momento, este déficit tendría que absorber o, por lo menos, dejar de crecer, volviéndose así a encontrar una suerte de equilibrio. No está demás indicar que esta situación de equilibrio no es sinónimo de que los alimentos sean suficientes para satisfacer las necesidades de la población. Es indudable que este equilibrio se refiere a una situación en que una amplia fracción de la población no cubre sus necesidades más elementales.


¿Cómo deja de crecer la población?

Esto reduce un tanto la tasa de crecimiento de la natalidad, pero en su lugar alienta el vicio. Ello en la medida que las pasiones sexuales no puedan contenerse o canalizarse adecuadamente, en razón del retardo de los matrimonios.

Incremento de la miseria y vicio se dan la mano y, al mismo tiempo que corroen a las sociedades, permiten encontrar el aludido equilibrio.

Considerando que la población tiende a sobrepasar la producción de alimentos, de acuerdo a los supuestos de Malthus, es claro que cualquier intento que se haga por impedir el reequilibrio población - alimentos es artificial.

Por esta razón, Malthus se opone firmemente a las llamada "poor laws" (leyes de pobres). A su entender, los subsidios a los pobres no pueden impedir ni la pobreza ni el hambre. Si los alimentos no alcanzan para todos, un subsidio a los pobres no pueden aumentar su volumen. Lo único que puede traer consigo es el aumento del precio de los alimentos hasta equilibrar la oferta y la demanda. Inclusive en el caso que el subsidio provenga de una donación de los ricos, lo que en términos modernos quería decir que está financiado.

Así, pues, frente a una oferta que se supone rígida, el efecto del subsidio a los pobres no puede ser otro que el aumento de los precios. Por lo demás, Malthus considera que los subsidios tienen otras connotaciones negativas; en particular porque "han contribuido poderosamente a engendrar esa negligencia y esa carencia de frugalidad que se observa en los pobres" (Ibidem, pág.97).


Las soluciones de Malthus

Malthus considera que no es posible plantear una fórmula que lleve a la desaparición de la miseria, pero sí a atenuarla. Considera que la derogación de todas las leyes de asistencia parroquial (poor laws) es algo fundamental. Es la manera de generar temor a la miseria y así contener la tendencia al aumento de la población. Adicionalmente la abolición de estas leyes permitiría desvincular a la gente de las parroquias y darle más movilidad al trabajo. Nuestro autor estima que así los trabajadores acudirían allí donde hay mayor demanda de trabajo.

Por el lado de los alimentos, sugiere que se concedan "primas por la saturación de nuevas y estimular, por todos los medios posibles el desarrollo de la agricultura" (Ibidem, pág. 102).

De esta manera, y especialmente con la limitación al crecimiento de la población, la miseria no se extendería. Y habría, sino un equilibrio, cierta correspondencia entre las necesidades de la población existente y la producción de alimentos.

Las soluciones de Malthus no son, sin embargo, muy prometedoras. El temor a la miseria es, en verdad, la principal arma que esgrime. Por ello su violenta posición a las leyes de pobres.

Pero es indudable que se puede ir más lejos. Simplemente hay que cambiar los supuestos de Malthus. Para lo cual es pertinente revisar la experiencia histórica.

Respecto al crecimiento de la población no se ha verificado su progresión geométrica allí donde la naturaleza lo permitía. Justamente en estos países la población ha crecido a tasas inferiores a las que se suponía expandirse.

Por cierto, ello no quiere decir que estas sociedades hayan estado entregadas al vicio, en los términos que lo entiende Malthus. Mucho menos que la pasión y el deseo sexual se hayan extinguido al punto de hacer peligrar la reproducción de nuestra especie.

Sucede que en estas sociedades, la abundancia misma (no el temor a la miseria) las ha llevado a reducir su tasa de reproducción. Puede decirse que en los Estados Unidos y Europa ha desaparecido el hambre y la miseria y que, en los sectores que se mantiene, podría desaparecer con una menor distribución de la riqueza.

Por otra parte, en estas mismas sociedades la producción agrícola ha aumentado a una tasa anual superior a la del incremento de la población. Hoy en día, estas sociedades se caracterizan por tener un gran excedente de productos agrícolas antes que un déficit de los mismos.

Así pues, las afirmaciones de Malthus no se han verificado en la realidad. Sólo en algunos países atrasados la población crece más rápido que la producción agrícola. Pero aquí el problema reside, como enseña la experiencia de los países ricos, en encontrar, la forma de aumentar la producción agrícola. Es la abundancia, no la miseria, la barrera natural para el crecimiento de la población. Y la abundancia se logra rompiendo las trabas a la producción y no controlando la natalidad como se sugiere.

Malthus: Principios de Economía Política

En la medida que la Economía Política siguió la línea de pensamiento trazada por David Ricardo, se supuso, hasta la gran crisis de 1929, que "toda oferta crea su propia demanda".

La crisis y la depresión de los años treinta se encargaron de derribar esta tesis que había dominado durante más de un siglo el pensamiento económico.

Sin embargo, mucho antes, en el momento mismo en que Ricardo hiciera suya esta tesis de Jean Baptiste Say, Malthus la había criticado seriamente.

A diferencia de Ricardo y de otros autores de su tiempo, Malthus caracterizó la crisis económica de 1815 como una crisis originada en la contracción de la demanda.

Posteriormente, Thomas Robert Malthus sistematiza sus reflexiones sobre esta crisis y el desenvolvimiento general de la economía y escribe sus "Principios de Economía Política" (1820).

La crisis de 1815

La interpretación corriente de la crisis que se inició en 1815, al término de las "guerras napoleónicas, fue que ésta se debía a la escasez de capital. Por tanto, la salida propuesta por unos y otros fue el aumento de capital.

Malthus salió al frente de esta interpretación de la crisis afirmando que ocurría exactamente lo contrario. Había en su opinión un exceso antes que una falta de capital. Por lo que cualquier intento de convertir una fracción adicional del ingreso en capital sería contraproducente.

En particular porque antes que una fracción mayor del ingreso se convirtiera en capital debía haber sido ahorro y éste mayor ahorro hubiera sido el resultado previo de una contracción del consumo que, en aquella circunstancia, hubiera sido totalmente contraproducente para la economía.

Para Malthus, lo que había ocurrido era una drástica disminución de la demanda, al llegar la paz. A su vez, esta caída de la demanda había producido una fuerte caída de los precios de todos los artículos. Por su parte, la reducción de los precios habría significado una disminución de las ganancias del capital. Lo que finalmente había conducido a una contracción de la demanda de capital. Esto es a un desequilibrio en el mercado de capitales por el lado de la demanda antes que de la oferta.

Pero había algo más. La contracción de la demanda de mercancías trajo también una disminución de la demanda de trabajo. De manera que había un exceso de capital y de trabajo al mismo tiempo. Por lo que en modo alguno se podía decir que el exceso de trabajo (léase desempleo) se vinculaba a una falta de capital.

Un punto adicional. Para Malthus, este exceso de capital se manifiesta antes de haber alcanzado un límite en la capacidad de producción de alimentos, si es posible hablar de esta manera. Porque es obvio que si hay un exceso de capital éste podría utilizarse para roturar nuevas tierras y para ampliar lo que hoy denominamos la frontera agrícola. Además Malthus en ningún momento se planteó, como lo hacen hoy los llamados neomalthusianos, problema alguno respecto a la capacidad de producción de la tierra y a la existencia de límites absolutos a la producción de alimentos. Su preocupación fue totalmente distinta: afirmó que la población tendía a crecer más rápidamente que la producción de alimentos y que esta diferencia planteaba un problema.

Para ponerlo en sus términos, Malthus decía que "puede encontrarse un límite al empleo de capital, y que en realidad se encuentra a menudo mucho antes de que exista ninguna dificultad real de conseguir medios de subsistencia, y que tanto el capital como la población pueden ser excesivos al mismo tiempo y por un lapso considerable, comparados con la demanda efectiva de productos". ("Principios de Economía Política", México, Fondo de Cultura Económica. 1977; página 336).

Las consecuencias de la paz

La paz trajo la pobreza a Inglaterra y eso, por lo absurdo que resulta, no podía ser fácilmente comprendido. Más bien, la expectativa era que la paz trajera abundancia y bienestar. En cierta manera, una recompensa al sacrificio que se había experimentado en los años de guerra.

Sin embargo, este resultado era perfectamente esperable. Al llegar la paz se produjo un desajuste general de la economía británica. Un desajuste que tuvo como resultado final una fuerte caída de la demanda. Pero también la desarticulación de una economía estructurada en función de las necesidades de la guerra.

"Los efectos de la paz" fueron los que indicamos porque "la presión de la guerra encontró una gran capacidad productiva y pareció incluso aumentarla", porque "la acumulación aceleró su ritmo en vez de disminuirlo y porque "el gran consumo de mercancías fue seguido por su oferta, lo que ocasionó un aumento de riqueza mayor que antes".

"Es natural suponer - prosigue Malthus - que una gran disminución de la demanda comparada con la oferta detendrá el progreso de la riqueza y ocasionará, tanto entre los capitalistas como entre las clases trabajadoras, amplias y grandes dificultades".

Luego Malthus recuerda que Inglaterra fue el país europeo que menos sufrió con la guerra "que más bien la enriqueció" y que es el "que más sufre con la paz" (Malthus, Op. Cit. Pág. 352).

PROPIEDAD TERRATENIENTE

Es muy interesante glosar las apreciaciones de Malthus en torno a la propiedad terrateniente. En particular, porque señala que esta es una causa fundamental del atraso de América Española en el siglo XVIII. Sobre todo en comparación con América del Norte, donde la división de la propiedad y el acceso a la tierra fueron decisivas para su progreso.

"Una mala división de la propiedad - según Malthus - impide que el motivo de interés actúe con toda la fuerza que debería sobre el desarrollo del cultivo. La demanda de trabajo de los grandes propietarios quedará pronto satisfecha si no existe un comercio exterior lo bastante activo para dar valor a los productos de la tierra, antes de que la instalación de manufacturas abra los canales de la industria nacional, las clases trabajadoras no tendrán nada que dar a los propietarios a cambio del uso de sus tierras más que sus brazos.

Aunque los terratenientes tengan la posibilidad de mantener en sus posesiones una población abundante, al aumento de bienestar que puede sacar de ello es tan poco, si es que alguno, que difícilmente bastará para vencer su indolencia natural, o contrarrestar los posibles inconvenientes y molestias que pudieran acompañar a su actividad. El país se priva de su impulso al crecimiento de la población que surge de la división y subdivisión de la tierra según nacen nuevas familias, por culpa del estado original de la propiedad, y las costumbres y hábitos feudales que tiende a formar. Y, en estas circunstancias, si una deficiencia relativa del comercio y las manufacturas, que la desigualdad de la propiedad tiende más a perpetuar que a corregir, impide que aumente la demanda de trabajo y productos, que es el único remedio que puede distender el freno que ponen a la población esas desigualdades, es obvio que la América española puede seguir siendo durante siglos un territorio ralamente poblado y pobre en comparación con sus recursos naturales. (Ibidem, pág.288).

La demanda efectiva

Las reflexiones en torno a las consecuencias económicas de la paz, tema sobre el cual escribiría Keynes después de la primera guerra mundial, fueron simplemente una ocasión para que Malthus completara su visión de la economía y llevara a término un planteamiento teórico global.

Su logro más relevante fue el haber delineado el papel de la demanda en el funcionamiento global de la economía y no sólo en una situación particular, como fue la de Inglaterra después de las guerras napoleónicas.

Para Malthus, preocuparse por el ahorro y la acumulación es algo perfectamente válido y legítimo. Sin embargo, la acumulación de capital no puede proyectarse al infinito. Debe existir una demanda solvente que permita que la oferta nueva pueda encontrar salida. En otras palabras, consumidores con poder de compra suficiente para absorber la nueva producción y favorecer su incremento regular.

Malthus, polemizando con sus contradictores, dice: "desde luego, no pretendemos decir que la frugalidad, o aún una disminución temporal de consumo, no sean a menudo utilísimas, y a veces indispensable para el progreso de la riqueza. La extravagancia puede, sin duda, aniquilar a un estado... Lo único que pretendo es que ninguna nación puede enriquecerse por una acumulación de capital que provenga de una disminución permanente del consumo; porque al acumularse más de lo que se necesita para satisfacer la demanda efectiva de productos, una parte perderá enseguida su utilidad y su valor y dejará de poseer el carácter de riqueza". (Ibidem pág. 275).

Precisando esta misma idea y luego de analizar la experiencia de Irlanda, Malthus afirma que "puede decirse en general que la demanda es tan necesaria al aumento de capital, como el aumento de capital a la demanda. Se influencian e impulsan mutuamente y ninguno de los dos puede avanzar con energía si el otro queda rezagado" (Ibidem pág. 293).

Empero Malthus no destaca exclusivamente el papel de la demanda en tanto que tal se refiere a la idea de la proporcionalidad de la demanda que termina remitiéndonos al problema de proporcionalidad entre los diferentes sectores productivos. Y habla de una necesidad de que haya una distribución tal del producto (ingreso) que haga posible su maximización.

Podríamos hacer algunas precisiones adicionales en relación a los planteamientos de Malthus sobre la demanda efectiva. Pero consideramos que no es necesario para los propósitos de esta sucinta presentación.

Malthus: pensamiento sobre población y economía.

El pensamiento económico de Thomas Malthus se compone de dos partes, una dedicada a los problemas de la población y la otra a lo inadecuado de la demanda agregada. El primer aspecto se discute en el Ensayo sobre el Principio de la Población, publicado en 1798, mientras que la deficiencia de la demanda general es el tema de sus Principios de Economía Política, que apareció en 1820. Sólo desde 1930, cuando la demanda agregada ha sido reconocida como un problema central en la economía, se dio a Malthus reconocimiento como precursor del pensamiento moderno.

El mensaje de la autoconfianza de Smith había sido deä optimismo: Si se permite a las personas disponer sus asuntos de acuerdo a sus propios intereses, sin intervención del gobierno, harán una contribución substancial a la solución del problema de la escasez. En los escritos de Malthus se hace mucho por disipar ese optimismo. Malthus no cuestiona las bases del laissez faire de la economía de Smith pero se esfuerza en demostrar que aún bajo el laissez faire un país puede encontrar severos obstáculos para el bienestar económico, siendo uno de ellos la presión de laä población.

El primer Ensayo de Malthus fue una respuesta a los profetas del progreso. Donde predicaban el optimismo Malthus predicó el pesimismo. Establece dos postulados, el primero, que el alimento es necesario para la subsistencia del hombre y, segundo, que la pasión entre los sexos es necesaria y permanecerá en su estado presente. Sobre la base de estos postulados concluye que "el poder de la población es indefinidamente mayor que el poder de la tierra para producir subsistencias para el hombre." Esto es porque la población cuando no se limita, crece en proporción geométrica, mientras que las subsistencias, en el mejor de los casos lo hace en proporción aritmética. La naturaleza, al hacer dependiente la existencia del hombre de los alimentos, hace iguales las dos fuerzas, y lo hace limitando el crecimiento de la población siempre que presione contra la provisión de alimentos. Los dos elementos de limitación son el vicio y la miseria.

Nadie sabe que tan rápidamente crecería la población si no existieran restricciones a su crecimiento. "Nunca en la historia fueron los modos de vida tan puros y simples, ni los medios de subsistencia tan abundantes, que no existieran controles siempre que existió el matrimonio precoz; entre las clases bajas, por el temor de no tener la capacidad de proveer para la familia; o entre las clases superiores, por temor a disminuir su calidad de vida. Consecuentemente no hemos conocido un estado en el que el poder de la población para reproducirse haya sido dejado en total libertad."

Si la evidencia empírica no arroja luz sobre el potencial máximo para el crecimiento de la población, debe bastar con una aproximación. Malthus cree haber encontrado esta en la situación demográfica de los Estados Unidos. En este país se ha observado que la población se duplica cada 25 años. Malthus acepta esto como base de su regla de que "la población, cuando no se le limita, se duplica a sí misma cada 25 años, o crece en proporción geométrica." Año 1 25 50 75 100 125 150 175 200 225
Población 1 2 4 8 16 32 64 128 256 225
Subsistencias 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Así, la población, si no se limita, crecerá 512 veces después de 225 años, mientras que los alimentos lo harán sólo diez veces. No existiendo casi estadísticas sobre la producción agrícola en tiempos de Malthus, su evidencia empírica para la progresión aritmética es todavía mas débil que la proporción geométrica de la población.

En el punto de vista de Malthus la población tiende a crecer mucho mas rápido que la provisión de alimentos, " "la constante operación de esta fuerte ley de la necesidad" debe mantener limitada la población para que no sobrepase los medios deä subsistencia. Mas aún, la población es controlada por lasä subsistencias de manera aún mas amplia. No sólo las subsistencias controlan su crecimiento sino que permitirá el crecimiento siempre que crezca la producción de los medios de subsistencia. El medio por el se establecen restricciones al crecimiento de la población son los dos controles del vicio y la miseria. Si la población crece antes de que se hayan expandido los alimentos, los precios de estos se elevarán y los salarios reales caerán. En el malestar conducente, el crecimiento de la población se detendrá temporalmente. Mientras tanto, la reducción en los salarios impulsará un creciente empleo de mano de obra sobre la tierra, crecerán los alimentos, y eventualmente se dará un nuevo estímulo para el crecimiento de la población en este movimiento pendular.

Los controles del vicio y la miseria pueden afectar la tasa de nacimientos, cuando se conocen como "preventivos," o la tasa de mortalidad, cuando son "positivos" o represivos. El control positivo opera sobre todo en las clases pobres, entre las cuales es alta la mortalidad infantil y la que surge generalmente de una nutrición inadecuada, hacinamiento, y mala salud. Las personas retrasarán su matrimonio por temor a la pérdida de status social. Malthus considera que tal demora es productiva de vicio y miseria.

A partir del principio de la población Malthus deriva la conclusión de que la asistencia pública para el pobre derrota su propio propósito. Sólo aumenta el malestar al causar la elevación de los precios de las provisiones sin añadir nada a su volumen. La asistencia pública promueve la pereza y el desperdicio. Impulsa a los pobres a fundar familias para las que no pueden proveer y en consecuencia "crean el pobre que mantienen." Lo que la sociedad da a los pobres lo toma de otros que lo merecen mas. Igualmente objeta la construcción de vivienda para los pobres, ya que esto les impulsará a casarse.

Malthus no considera la presión de la población simplemente un problema para una preocupación futura sino que creía que "el período en el que el número de los hombres sobrepase a los medios de subsistencia ya está aquí" y que esto es la causa de las épocas de miseria que han ocurrido en la mayor parte de los países a lo largo de la historia registrada.

La doctrina de Malthus no debe interpretarse como una aprobación implícita del control natal. Su limitación por el control moral, el único que invocaba como remedio contra la presión de la población, se refería exclusivamente a demorar los matrimonios, con la observancia de una estricta continencia durante el período premarital. De hecho Malthus se oponía al control natal, que consideraba inmoral.

Para Marx, los males de la sociedad son mas bien el resultado de arreglos institucionales inadecuados, los que fustiga en su crítica del capitalismo. Para él no existe una ley universal de población válida, y lo que en su tiempo parecía ser un problema de población eran solamente síntomas de otros desajustes en la sociedad curables mediante el cambio radical.

Al avanzar el siglo, la expansión de la producción agrícola y las mejoras en los sistemas de transporte arrojaron dudas sobre lo inadecuado de la provisión de alimentos. Todavía después, cuando en la década de 1880 los nacimientos empezaron su declinación en los países de le Europa occidental, hecho que coincidió con la difusión de la información sobre el control natal, la autoridad de Malthus se eclipsó para no revivir sino durante la época de la Gran Depresión en los 1930.

Malthus es mejor recordado como un estudioso de la población, pero tuvo también contribuciones importantes a la teoría económica. Al discutir las leyes para los pobres, trazó los efectos de los cambios en la asistencia pública, esto es, la transferencia de precios, asunto sobre el que recurre en su Investigación sobre la Causa del Presente Precio Alto sobre las provisiones de 1800. En esta obra, que recibió un elogio singular por parte de Keynes, Malthus no sólo ratifica el punto de vista que relaciona los cambios en los precios con los cambios en los ingresos sino que rechaza también explícitamente la interpretación que contempla los cambios en los precios primero como un fenómeno monetario Considera que los cambios en la cantidad de moneda son probablemente mas un efecto de los cambios en los precios que su causa. No deja de reconocer, sin embargo, que una vez que ha incrementado la cantidad de dinero, actuará como un obstáculo para volver a los precios bajos.

El ahorro y la inversión


Smith, se recordará, había expuesto las virtudes de la moderación y enseñó que los ahorros son "inmediatamente transformados en inversiones. Malthus ahora hace una distinción entre el hombre de negocios frugal de Smith y el avaro miserable que atesora sus ahorros, con consecuencias adversas para la economía:

El hombre frugal para hacer mas dinero, ahorra parte de sus ingresos, y los añade a su capital; y este capital o bien lo utiliza por sí mismo en el mantenimiento de mano de obra productiva, o lo presta a otra persona, la que probablemente lo empleará de esta manera. Beneficia al estado porque se suma al capital general; y porque la riqueza empleada como capital, no sólo pone en movimiento mas mano de obra que cuando gasta lo que ingresa, sino que además contribuye a un trabajo de clase mas valiosa. Pero el avaro...encierra su riqueza en el cajón, y no pone en movimiento trabajo de ningún orden.

El avaro, dice Malthus, "encierra el poder de producción".


El calculo en el análisis económico


Una de las obras de Malthus, las Observaciones sobre los Efectos de las Leyes del Maíz, contiene la que probablemente es primera referencia en la economía inglesa respecto a la utilidad del cálculo diferencial para la teoría económica. Sin embargo, él mismo no sigue su sugerencia. Para Malthus, " la ciencia de la economía política tiene mas parecido con la ciencias de la moral y la política que con las matemáticas.

Malthus y Ricardo

Smith ofreció un buen número de variantes a la teoría del valor - trabajo, y entre ella Malthus prefería el trabajo demandado" como medida del valor, mientras que Ricardo prefiere el "trabajo incorporado." Aparte de las diferencias acerca de la adecuación de la demanda agregada, las diferencias de ambos pensadores permanecen sobre estos tres puntos: (1) Malthus incluía la renta entre los rendimientos importantes que determinan el precio de un bien, mientras que Ricardo la excluyo, argumentando sólo sobre la base de los productos marginalmente producidos. (2) Los dos difieren en su elección de una medida invariable del valor, prefiriendo Ricardo el oro y Malthus el salario diario de la mano de obra común. (3) Ricardo no usa el análisis de la oferta y la demanda porque no le parece que señale directamente a lo que le preocupa mas como determinante fundamental del valor. Malthus, por otra parte, relaciona el costo de producción con la demanda e impulsa un enfoque centrado en la oferta y la demanda.

Malthus y Say


Al destacar lo inadecuado de la demanda agregada, Malthus no sólo difiere de Ricardo y sus seguidores sino también de Say, que desarrolló la ley de los mercados que lleva su nombre y que niega la posibilidad de una sobreproducción general. Al negar la validez de esta ley, esto es, rehusándose a aceptar la tendencia de la economía hacia el empleo total, Malthus arrojó luz sobre un rango totalmente nuevo de opciones en la teoría económica. En esta nueva luz surge como importante tarea el desarrollo de una teoría que explicaría la determinación del ingreso nacional, no meramente su distribución bajo las condiciones de empleo total, que era la tarea a la que Ricardo se había dedicado a sí mismo.

Los principios de Malthus.


El gran mensaje de los Principios de Malthus es la reducción deliberada del ahorro de una virtud absoluta a otra relativa. Malthus advierte sobre los efectos negativos del atesoramiento. Admite que la inversión requiere del ahorro, pero insiste también en que "el principio del ahorro, llevado al exceso, destruirá la motivación para la producción." La noción de una propensión óptima al consumo fue formulada por Malthus con estas palabras:

Si el consumo excede a la producción, debe disminuirse el capital del país y su riqueza debe ser gradualmente despojada de su deseo del poder de producir; si la producción está muy por encima del consumo, la motivación para acumular y producir debe cesar por el efecto de la demanda en aquellos que tienen los medio de producción principales. Debe existir un punto intermedio donde, tomando en consideración tanto el poder de producir como la voluntad de consumir, sea superior el respaldo al incremento de la riqueza.

Malthus distingue entre el ahorro nacional y el individual:
El ahorro nacional...considerado como el medio para una producción incrementada está confinado a mas estrechos límites que el ahorro individual. Mientras que algunos individuos continúan gastando, otros pueden desear continuar ahorrando en gran forma; pero el ahorro nacional, en referencia a la masa total de productores y consumidores, debe estar necesariamente limitado por la cantidad que pueda ser empleada con ventaja en proveer la demanda para los productos; y para crear esta demanda. debe existir un consumo adecuado y efectivo bien sea entre los productores o en otra clase de consumidores.

Malthus considera al dinero como "absolutamente necesaria para cualquier ahorro considerable."
Los puntos de vista de Malthus acerca de lo inadecuado de la demanda general están derivados inmediatamente de su teoría del valor: los bienes tienen valor en términos de la mano de obra que demandan, y esto puede quedar corto respecto al trabajo incorporado en ellos. De hecho, no habrá demanda de mano de obra a menos que el valor del producto exceda al del trabajo incorporado en el producto. El trabajo sólo no tiene la capacidad de comprar los productos de su industria puesto que los salarios son inferiores al valor de los productos. Por tanto, hay que confiar en otras clases para disponer de los productos, especialmente los ricos ociosos y sus sirvientes.

Las políticas fiscales que Malthus considera indican la independencia de una mente que se adelanta a su tiempo. Tiene sus dudas respecto al pago de la deuda publica a partir del ahorro. Discute los méritos relativos de una reducción de impuestos y un incremento en la compra por parte del gobierno de bienes y servicios y le asigna mas importancia a esta última porque los efectos expansivos de una reducción de impuestos están limitados por el deseo de la gente de ahorrar una parte considerable del impuesto remitido. Las obras públicas financiadas con impuestos son mas efectivas que las reducciones de impuestos si crean una mayor y mas cierta demanda de mano de obra y bienes.

Los negros presagios sobre el crecimiento de la población

no se han cumplido, el hambre no es un problema demográfico

RAFAEL PAMPILLON

Hace 200 años, el 7 de junio de 1798, se publicó el Primer ensayo sobre la población de Thomas Robert Malthus (1766-1834). Desde entonces el crecimiento de la población mundial y las posibilidades de ser alimentada han sido siempre un tema de discusión entre los economistas. Como ha señalado Carlos Rodríguez Braun, la influencia de una persona tiene que ser muy grande para que su apellido se convierta en un adjetivo. Y según el Diccionario de la Real Academia Española, sólo dos economistas han conseguido ese honor. En economía uno puede ser smithiano, ricardiano, marshalliano, friedmaniano o keynesiano, pero ninguno de esos calificativos, frecuentemente utilizados en el mundo académico, ha franqueado aún las puertas del idioma oficial, por muy eminentes que hayan sido las figuras que los originan. El Diccionario de nuestra lengua sólo ha reconocido a dos economistas, y sólo admite en sus páginas los adjetivos marxista y malthusiano.

El principio fundamental de la teoría malthusiana es hacer depender el crecimiento de la población de las condiciones materiales de la economía, especialmente de la oferta de alimentos. El crecimiento de la población se frenaría por el estancamiento en la producción de alimentos. Esta situación sólo se podría evitar a través de la contención moral (por ejemplo, el retraso del matrimonio debido al temor al hambre), pero también mediante aumentos naturales de la mortalidad por las guerras, pestes o enfermedades.

En su primer ensayo, Malthus afirmaba: «La población, libre de restricciones, crece en progresión geométrica. Los alimentos aumentan sólo en progresión aritmética». Esta ley nunca fue probada, como el mismo Malthus reconoció en su obra posterior, más madura. Los datos con los que trabajó Malthus eran muy endebles. Efectivamente, en 1801, el primer censo inglés reveló una población mayor a la habitualmente estimada. Al darse cuenta de que estos datos contradecían su modelo, Malthus se retractó de su afirmación juvenil. Con la esperanza de que su primer trabajo fuera olvidado, publicó una segunda edición, la de 1803, muy distinta de la primera: después de todo, nadie lee una primera edición cuando se ha publicado ya la segunda. Sin embargo, el texto original ha sido mucho más leído que el revisado. Como Malthus descubrió, es muy difícil idear una teoría que esté de acuerdo con los datos demográficos. De hecho, los resultados de las investigaciones empíricas muestran una relación positiva entre crecimiento de la población y crecimiento económico.

ALIMENTOS PARA TODOS.- Hoy, todos los expertos reconocen que el mundo produce suficientes alimentos para todos. En los últimos 50 años, la producción de alimentos ha superado el crecimiento de la población, a pesar de los temores sobre la degradación de la tierra cultivable y la falta de crecimiento en las cosechas. Una prueba de que difícilmente se llegará a una crisis alimentaria mundial es que la Unión Europea (UE) está incentivando el abandono de la producción de cereales, no porque se haya acabado la tierra para producirlos, sino porque los precios internacionales son demasiado bajos para los costes europeos de producción. En el futuro, al haber menos oferta de cereales por la menor producción europea, los precios subirán a corto plazo, por lo que los países con excedentes de tierras cultivables podrán aumentar su producción, ya que tienen costes más bajos que los europeos, como ocurre con EEUU, Argentina o Australia.

El aumento de la producción de cereales en tierras más fértiles y con menores costes volvería a reducir los precios a largo plazo. A medio plazo, algunos cereales bajarán sus precios: así, por ejemplo, y según previsiones de la OCDE, los cereales oleaginosos (como el girasol y la soja) reducirán su precio desde 246$/Tm., en el periodo 1990-94, a 230$/Tm. en el comienzo del próximo siglo.

Por tanto, las opiniones malthusianas acerca de una falta de suministro de alimentos a nivel mundial parecen injustificadas. El problema fundamental de la producción de alimentos no es la capacidad de producirlos, sino los precios a los que se venderán. Todavía existe una gran cantidad de tierra en condiciones para dedicarla a actividades agrícolas y, si los precios de los cereales son atractivos, la producción aumentará automáticamente.

TONELADAS.- Aunque la población mundial tiende a estabilizarse seguirá todavía creciendo y se necesitarán millones de toneladas de cereales para alimentarla. Países que tienen posibilidades de abastecer al mundo con cereales a tan amplia escala son Australia, Argentina, Canadá y otros pequeños países (por ejemplo, Uruguay) con una buena tradición productiva de cereales, y cuyas reservas de tierra están aún sin explotar. Argentina posee una tierra para fines agrícolas de alrededor de 30 millones de hectáreas (durante los años 30 el área de cultivo en Argentina alcanzó un máximo de 29 millones de hectáreas), de las cuales, ahora sólo se cultivan 16 millones.

Por consiguiente, Argentina podría utilizar esta tierra ociosa de 14 millones de hectáreas que podrían producir aproximadamente 30 millones de toneladas suplementarias de cereales. Esto considerando que la producción de la tierra no pueda ser mejorada, lo cual es falso. Argentina tiene tierra sin cultivar debido a que su producción de cereales - extensiva, es decir, sin uso de fertilizantes- no puede competir con los subsidios agrícolas que se dan en el mundo industrializado. Pero la tierra sigue allí, y podría ser cultivada en un breve periodo de tiempo.

También estamos excluyendo las posibilidades de países como Ucrania (el antiguo granero de Europa), que puede convertirse en un importante productor mundial (sus praderas son de las más fértiles, junto con las de EEUU y la Pampa argentina). Muchas de las previsiones sobre la relación entre alimentos y población son erróneas debido a la existencia de grandes extensiones de tierras cultivables no explotadas y al avance tecnológico en la agricultura.

EL HAMBRE.- La constatación de los innegables progresos que han acompañado al crecimiento de la población, y que señalan fallos en los pronósticos de los expertos, no supone ignorar que queda aún mucha desigualdad, hambre y pobreza. Como ha puesto de manifiesto el profesor Bauer, el hambre no es un problema de superpoblación, es un problema político y geográfico generado por tres factores: mala distribución de recursos, cambios climáticos e incompetencia política.

Efectivamente, si, como parece, hay en el mundo recursos suficientes, que permitan cultivar y producir alimentos y a la vez existen zonas subalimentadas, se precisa una mejor distribución internacional de recursos. Los países en desarrollo (PED) necesitan una masiva inversión de capital, apoyo investigador, capital humano, etc., para poder ser más autosuficientes en sus necesidades de alimentos. Las simples ayudas en forma de alimentos sólo sirven para aplazar y agravar la situación futura y los desequilibrios mundiales.

En segundo lugar, en áreas concretas de la Tierra, como la zona Sur del Sáhara, se han producido alteraciones en el clima, especialmente en el régimen de lluvias que han modificado la delicada ecología del desierto. El resultado ha sido la obtención de unas cosechas muy escasas que han provocado situaciones de hambre.

En tercer lugar, como denuncia la FAO, la incompetencia política y burocrática de los gobiernos de los países pobres impide llevar a la práctica una política alimentaria y agraria de suficiencia, siendo incapaces de administrar la ayuda alimentaria que les llega de otros países e instituciones. Los incontables casos de esta incompetencia administrativa; por ejemplo, en algunas ocasiones, toneladas de alimentos destinadas a los pueblos hambrientos de la India fueron comidas por las ratas porque las autoridades fueron incapaces de darles una salida adecuada.

Rafael Pampillón es catedrático y profesor del Instituto de Empresa.

Nació el 13 de febrero de 1766 en Guildford, en el condado de Surrey. Fue el segundo y último varón de los ocho hijos de Daniel Malthus, pequeño hacendado y un hombre un tanto fuera de lo corriente, una de cuyas más felices rarezas consistió en ser, a la vez, amigo de David Hume y de Jean-Jackques Rosseau, quienes le visitaron conjuntamente cuando el pequeño Robert (parece que en la vida privada nunca fue

Según Malthus, el aumento de la miseria elimina naturalmente una fracción de la población. Adicionalmente, la presión que ejerce la miseria lleva a retardo el matrimonio.




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Enviado por:Atenea^
Idioma: castellano
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