Documentación sanitaria


Terapia antimicrobiana


TERAPIA ANTIMICROBIANA

INTRODUCCIÓN

El uso de los agentes antimicrobianos en la terapéutica de las enfermedades infecciosas, ha constituido un acontecimiento sin precedentes, porque la curación y control de las infecciones permitió modificar favorablemente el panorama de la morbilidad y mortalidad en animales, en el que estas afecciones ocupan el primer lugar entre las causas de muerte.

El desarrollo de la antibioticoterapia en la actualidad, permite un eficaz tratamiento de infecciones bacterianas agudas y algunas enfermedades crónicas, pues los nuevos antibióticos resultan alentadores para el control de enfermedades virales e infecciones parasitarias y micóticas de los animales.

El desarrollo alcanzado por la microbiología veterinaria en nuestros días, ha permitido identificar otros tipos de microorganismos e infecciones, por lo que se hace necesario el uso de nuevos fármacos para su tratamiento.

El empleo de agentes farmacológicos en el tratamiento de infecciones comienza cuando los chinos hace más de 2 500 años, utilizaron la cáscara enmohecida de la soja en el tratamiento de carbuncos, forúnculos e infecciones similares. En el año 1877 Pasteur y Joubert reconocen las potencialidades clínicas de los microorganismos como agentes terapéuticos. Ehrlich fue el primero en formular los principios de la toxicidad selectiva y en reconocer las relaciones químicas específicas entre los parásitos y los medicamentos, el desarrollo de resistencia a medicamentos en los parásitos y el papel de la terapéutica combinada para combatir dicha resistencia.

La era moderna de la terapéutica antimicrobiana se inicia en 1934 con la descripción de Dogmak de la efectividad de la primera sulfonamida en el tratamiento de las infecciones experimentales por estreptococos.

La llamada "Edad de Oro" de los antibióticos comienza en 1941 con la producción de la penicilina a gran escala y su utilización con buenos resultados en ensayos clínicos. En la actualidad se calcula que aproximadamente el 40 % de todos los animales enfermos reciben tratamiento con antimicrobianos, por lo que en la últimas décadas se han obtenido numerosos compuestos de esta índole, los que resultan de utilidad incuestionable, sin embargo, su amplio uso fomenta el aumento de la resistencia de los gérmenes, lo que crea una necesidad cada vez mayor de nuevas drogas, y se encarece el tratamiento. En este sentido, resulta imprescindible para nuestro trabajo diario, conocer los criterios farmacológicos y microbiológicos que permitan el uso más racional de estos compuestos.

Es propósito de este capitulo es conocer los principios generales que rigen el uso de los agentes antimicrobianos específicamente los antibióticos en los animales enfermos con procesos infecciosos específicamente.

CONCEPTO

Los antibióticos son sustancias químicas producidas por diferentes especies de microorganismos (bacterias, hongos, actinomicetos) o sintetizados por métodos de laboratorio, suprimen el crecimiento de otros microorganismos y pueden eventualmente destruirlos. Estos compuestos difieren marcadamente en sus propiedades físicas, químicas y farmacológicas, así como en su mecanismo de acción y espectro antimicrobiano.

Con frecuencia se han utilizado de manera indistinta los términos antibiótico, antimicrobiano y quimioterápico para designar sustancias químicas definidas con actividad contra microorganismos específicos, como ya señalamos, el antibiótico es una sustancia producida en la naturaleza por microorganismos vivos o sintetizada en el laboratorio, por lo que se considera un producto de la evolución y puede conferir una ventaja selectiva a quienes los producen en un ecosistema específico.

Desde el punto de vista técnico, los antibióticos difieren de los quimioterápicos en que estos últimos son productos de síntesis química, aunque algunos como las sulfonamidas tienen actividad antibacteriana, por lo que se ha propuesto el término antimicrobiano para describir a todas las sustancias con esta actividad, ya sean naturales o de origen sintético.

CLASIFICACIÓN Y MECANISMO DE ACCIÓN

En la práctica diaria, las clasificaciones que más se utilizan son las que se basan en la acción del antibiótico sobre la bacteria, las que los clasifica según su mecanismo de acción, y al tener en cuenta la coloración de Gram y las que los agrupa según su estructura química. Según el efecto que ejerzan sobre la bacteria pueden ser:

Tabla 1. Clasificación de los antibióticos según su efecto bacteriano

Bactericidas 

Bacteriostáticos

Penicilinas

Tetraciclinas

Cefalosporinas

Eritromicina

Aminoglucósidos

Sulfonamida

Rifampicina

Novobiocina

Quinolonas

Cloranfenicol

Monobactámicos

 

Polimixinas

 

  • Bacteriostáticos: aquéllos que inhiben la multiplicación bacteriana, la cual se reanuda una vez que se suspende el tratamiento.

  • Bactericidas: poseen la propiedad de destruir la bacteria, su acción es terapéutica irreversible.

  • Estas designaciones de bacteriostático o bactericida pueden variar según el tipo de microorganismo: la penicilina G suele ser bactericida para cocos grampositivos, pero sólo es bacteriostático contra enterococos (Strep tococus faecalis), en tanto que el cloranfenicol suele ser bacteriostático, incluso a concentraciones muy altas, pero puede ser bactericida contra Hemophilus Influenzae.

    La clasificación que se basa en el mecanismo de acción de los antibióticos, resulta de gran utilidad, sobre todo si hay que utilizar simultáneamente varios agentes.

    Según su mecanismo de acción, los antibióticos se clasifican como sigue (fig.1, tabla 2): FIG. 1. Mecanismos de acción de los distintos antimicrobianos.

    TABLA 2. Clasificación de los antibióticos según su mecanismo de acción sobre la estructura bacteriana

    I. Inhibición de la síntesis de la pared celular

    Penicilinas

     

    Cefalosporinas

     

    Vancomicina

     

    Fosfomicina

     

    Tercoplanina

     

    Bacitracina

    II. Lesión en la permeabilidad de la membrana 

    Poliomixinas

    celular

    Colistinas

     

    Nistatina

     

    Anfotericín B

    III. Inhibición de la síntesis proteica

    Cloranfenicol

     

    Tetraciclina

     

    Aminoglucósidos

     

    Lincomicinas

     

    Eritromicina

    IV. Inhibición de la síntesis de ácidos nucleicos

    Quinolonas

     

    Sulfonamidas

     

    Rifampicina

     

    Trimetropín

    1. Antibióticos que inhiben la síntesis de la pared celular.

    Las bacterias son microorganismos hiperosmolares con respecto a los tejidos y al líquido intersticial de los mamíferos, por tanto, para mantener su integridad cuando infectan los animales, necesitan una pared celular rígida.

    La inhibición de la síntesis de la pared bacteriana tiene habitualmente un efecto bactericida. La estructura de la pared celular es un polímero denominado peptidoglicano, cuya síntesis se divide en 3 etapas principales, cada una de éstas es inhibida por un grupo de antibióticos diferentes.

    En la primera etapa se forma el UDP-N-acetil-munamil-pentapéptido en el citoplasma bacteriano. En la segunda etapa, se polimerizan el UDP-N-acetil-muramil-pentepéptido y la N-acetilglucosamina que son transportados a través de la membrana citoplasmática y se unen al punto de crecimiento de la pared bacteriana. Esta fase es inhibida por antibióticos como la vancomicina y la bacitracina. Por último, las cadenas de peptidoglicano, una vez fuera de la célula, quedan entrelazadas transversalmente y dan lugar a la formación de un polímero tridimensional, esta etapa, también conocida como reacción de transpeptidación es inhibida por las penicilinas y las cefalosporinas.

    2. Antibióticos que ejercen su acción a través de la membrana celular y afectan su permeabilidad.

    La membrana citoplasmática es fundamental para la regulación del medio intracelular de la bacteria. Esta membrana tiene estructura diferente para las bacterias y los hongos y puede lesionarse por algunos productos, de esta forma se obtiene una actividad antimicrobiana selectiva, antibióticos como polimixina, pristanamicina y anfotericín B poseen esta acción. Las polimixinas, tienen una afinidad especial para los receptores de polifosfatos situados en la membrana celular de las bacterias, producen toxinas, que si bien es letal para la bacteria, no es tóxico para el hombre.

    3. Fármacos que inhiben la síntesis proteica (es decir, inhibición de la traducción y transcripción del material genético).

    Algunos antibióticos (cloranfenicol, lincomicina, aminoglucósidos y las tetraciclinas) son capaces de inhibir la síntesis de las proteínas en las bacterias.

    El ribosoma bacteriano más pequeño que el de los mamíferos, consta de 2 subunidades denominadas 50s y 30s; el antibiótico se une a los ribosomas bacterianos y bloquean la acción del RNA mensajero, este bloqueo en ocasiones es reversible. En el caso de los aminoglucósidos, éstos se unen a la subunidad ribosomal 30s y producen la acumulación de complejos iniciales de la síntesis proteica, lectura errónea del código RNAm y producción de poli péptidos anormales que se comportan como bactericidas.

    4. Inhibición de la síntesis de los ácidos nucleicos.

    Las fluoroquinolonas, sulfonamidas, rifampicín, novobiocín y los nitroimidazoles actúan por este mecanismo al inhibir de forma selectiva, la enzima RNA polimerasa dependiente del DNA, lo cual cataliza la transcripción de la información genética contenida en el RNA mensajero y se convierte así en un potente bactericida.

    Mediante el método de tinción de Gram, las bacterias pueden clasificarse en grampositivas y gramnega tivas (tabla 3). La naturaleza química de la pared celular bacteriana permite regir sus propiedades de tinción, por lo que pueden dividirse las bacterias en dos subgrupos en dependencia de la coloración que adopte el microorganismo, al ponerse en contacto con determinados colorantes: aquéllos que retienen el colorante y permanecen de color azul después de ser tratados con alcohol, se clasifican como grampositivos; ejemplos de ellos son: el estafilococo, estreptococos, corynebacterium. Las bacterias que se decoloran completamente con el alcohol y después se colorean en rojo por la safranina, son identificadas como gramnegativas; ejemplos de ellas son: las Neisseria meningitidis y la Escherichia Coli.

    TABLA 3. Clasificación de los gérmenes según coloración de Gram

    GRAMPOSITIVOS 

    GRAMNEGATIVOS

    Staphylococcus aureus

    Neisseria meningitidis

    Streptococcus ß hemolíti-

    Co (A,B,C,G)

     

    Neisseria gonorrhoeae

    Streptococcus Grupo viridans

    Acinetobacter

    Streptococcus bovis

    Bordetella pertussis

    Enterococcus

    Brucella

    Streptococcus pneumoniae

    Campylobacter

    Bacillus anthracis

    Escherichia coli

    Corynebacterium diphteriae

    Haemophilus influenzae

    Listeria monocytogenes

    Klebsiella pneumoniae

     

    Legionella pneumophila

     

    Proteus mirabilis

     

    Pseudomonas aeruginosa

     

    Salmonella typhis

     

    Serratia marcescens

     

    Shigella

     

    Bacteroides fragilis

     

    Yersinia pestis

    Por último, los antibióticos pueden clasificarse según su composición química (tabla 4). En el orden práctico esta clasificación es de utilidad sobre todo a la hora de seleccionar el antibiótico o las combinaciones que de ellos se deben emplear, cuando se trata de infecciones polimicrobianas.

    TABLA 4. Clasificación de los antibióticos según su composición química

    I. Penicilinas

    I. Grupo Benzilpenicilinas

    Penicilina procaína

     

     

    Penicilina benzatínica

     

     

    Penicilina benetamine con clemizol

     

    II. Grupo (se absorben por vía oral, parecidas al primer grupo)

    Azidocillín

     

    Fenoximetilpenicilina

     

    Fenoxietilpenicilina

     

     

    Fenoxipropilpenicilina

     

    III. Grupo 

    A

    Penicilinas isoxazólicas

     

    (Meticillín resistente)

     

    Cloxacillín

     

     

     

    Dicloxacillín

     

     

    Flucloxacillín

     

     

     

    Oxacillín

     

     

    B 

    Meticillín

     

     

    C 

    Nafcillín

     

    IV. Grupo Penicilinas de amplio espectro

     

    - Ampicillín

     

     

    Hetacillín

     

     

     

    Melampicillín

     

     

     

    - Ésteres del Ampicillín

     

     

     

    Bacampicilina

     

     

     

    Levampicilina

     

     

     

    Pivampicilina

     

     

     

    Talompicilina

     

     

     

    - Ampicillín como componente

     

     

     

    Amoxacilina

     

     

    Cicloxicilina

     

     

     

    Epicilina

     

     

     

    Mecilina

     

     

     

    Pivmecilina

     

    V. Grupo Penicilina activa contra

     

    - Ureidopenicilina

     

     

    Apalcilina

     

    Pseudomonas aeruginosa

     

    Azlocillina

     

     

     

    Mezlocillina

     

     

     

    Piperacillina

     

     

     

    - Carboxipenicilina

     

     

     

    Carbenicilina

     

     

     

    Caxfecilian

     

     

     

    Carindacilina

     

     

     

    Ticarcilina

     

     

     

    Sulbenicilina

     

    VI. Grupo Penicilina resistente a los Temocilina

     

    Foramidocilina 

     

    Betalactamasas

     

     

    II. Cefalosporina (*)

    I. Grupo

    Cefazaflur (1ra G.)

     

     

     

    Cefazolina (1ra G.)

     

     

     

    Ceforadine (1ra G.)

     

     

     

    Ceftezole (1ra G.)

     

     

     

    Cefasetrile (1ra G.)

     

     

     

    Cefaloridine (1ra G.)

     

     

     

    Cefalotina (1ra G.)

     

     

     

    Cefaprín (1ra G.)

     

     

    II. Grupo

    Cefaclor (1ra G.)

     

     

     

    Cefadroxil (1ra G.)

     

     

     

    Cefatrizine (1ra G.)

     

     

     

    Cefroxadine (1ra G.)

     

     

     

    Cefalexín (1ra G.)

     

     

     

    Cefaloglicín (1ra G.)

     

     

     

    Cefaridine (1ra G.)

     

     

    III. Grupo

    Cefamandole (2da G.)

     

     

     

    Cefbuperazone (2da G.)

     

     

     

    Cefmetazole (2da G.)

     

     

     

    Cefodizime (2da G.)

     

     

     

    Cefonicid (2da G.)

     

     

     

    Cefotetán (3ra G.)

     

     

     

    Cefotiam (2da G.)

     

     

     

    Cefoxitín (2da G.)

     

     

     

    Cefuroxime (2da G.)

     

     

    IV. Grupo

    Cefepime (4ta G.)

     

     

     

    Cefetamet (3ra G.)

     

     

     

    Cefmenoxime (3ra G.)

     

     

     

    Cefodizime (3ra G.)

     

     

     

    Cefotaxime (3ra G.)

     

     

     

    Cefpirome (4ta G.)

     

     

     

    Cefpodoxime (3ra G.)

     

     

     

    Ceftazidime (3ra G.)

     

     

     

    Ceftizoxime (3ra G.)

     

     

     

    Ceftriaxone (3ra G.)

     

     

     

    Latamoxef (3ra G.)

     

     

    V. Grupo

    Cefixime (3ra G.)

     

     

     

    Ceftibutén (3ra G.)

     

     

    VI. Grupo

    Cefoperzona (3ra G.)

     

     

     

    Cefpimizole (3ra G.)

     

     

     

    Cefpiramide (3ra G.)

     

     

     

    Cefsulodín (3ra G.)

     

    III Betalactámicos

    Carbapenems

    Imipenem

     

     

     

    Imipenem + Cilastatín

     

     

     

    Meropenem

     

     

     

    Thienamicim

     

     

    Monobactámicos

    Aztreonam

     

     

     

    Carumonán

     

     

     

    Tigemonán

     

     

    Inhibidores de las betalactamasas

    Amoxacilina + Ácido clavulánico

     

     

     

    Ampicillín + Subbactom

     

     

     

    Ticarcilina + Ácido clavu-

     

     

     

    lánico

     

     

     

    Piperacilina + Tazobactam

     

     

     

    Ácido halopenicilínico

     

    IV. Macrólidos

    Azitromicina

     

     

     

    Claritromicina

     

     

     

    Eritromicina

     

     

     

    Josamicina

     

     

     

    Kitasamicina

     

     

     

    Midecamicina

     

     

     

    Miocamicina

     

     

     

    Micinamicina

     

     

     

    Oleandomicina

     

     

     

    Rosaramicina

     

     

     

    Roxitromicina

     

     

     

    Spiramicina

     

     

    V. Tetraciclinas

    Clortetraciclina

     

     

     

    Clomocicline

     

     

     

    Demeclocicline

     

     

     

    Doxicicline

     

     

     

    Limecicline

     

     

     

    Metacicline

     

     

     

    Minocidine

     

     

     

    Oxitetraciclina

     

     

     

    Rolitetraciclina

     

     

     

    Tetraciclina

     

     

    VI. Cloranfenicol

    Cloranfenicol

     

     

     

    Tianfenicol

     

     

    VII. Amminoglucósidos

    Estreptomicina

     

     

     

    Neomicina

     

     

     

    Kanamicina

     

     

     

    Gentamicina

     

     

     

    Tobramicina

     

     

     

    Amikacina

     

     

     

    Dibekacina

     

     

     

    Habekacina

     

     

     

    Isapemacina

     

     

     

    Kasugamicina

     

     

     

    Netilmicina

     

     

     

    Paramomicina

     

     

     

    Spectinomicina

     

     

     

    Trospectomicina

     

     

     

    Dihidroestreptomicina

     

     

    VIII. Sulfonamidas

    Para usos generales (han disminuido su uso por altos efectos colaterales, el que más se emplea es la triplesulfa)

    Sulfatiazol

     

     

    Sulfadiazine

     

     

    Sulfadimidine B.P.

     

     

    Triplesulfa

     

     

     

     

     

    Sulfa con compuestos altamente solubles (alcanzan grandes concentraciones en orina, principal uso en tratamiento de infecciones urinarias)

    Sulfafurazole

     

     

    Sulfametizole

     

     

    Sulfasonidine

     

     

    Compuestos de baja solubilidad

    Talilsulfatiazol

     

     

     

    Succinilsulfatiazol

     

     

     

    Sulfaguanidine

     

     

     

    Sulfaloxante de Calcio

     

     

    Compuestos de larga y media actividad

    Sulfametoxazole

     

     

     

    Sulfametoxipiridozine

     

     

     

    Sulfadimetoxine

     

     

     

    Sulfadoxine

     

     

     

    Sulfametopiracine

     

     

    Sulfonamidas tópicas

    Sulfasolazine

     

     

     

    Sulfadiazina de Plata

     

     

     

    Mafenide

     

    IX. Lincosamidas

    Lincomicina

     

     

     

    Clindamicina

     

     

    X. Antibióticos péptidos

    Ciclopéptidos

    Bacitracina

     

     

     

    Gramicidina

     

     

    Polimixina

    Sulfato de colistina

     

     

     

    Sulfometate de colistina

     

     

     

    Polimixín B

     

     

    Depsipéptidos

    Pristinamicina

     

     

    Glicopéptidos

    Daptomicina

     

     

     

    Telcoplamina

     

     

     

    Vancomicina

     

    XI. Metronidazole

    Nitroimidazole y Nitrotiazoles

    Metronidazol

     

     

     

    Omidazol

     

     

     

    Tinidazol

     

     

     

    Niridazol

     

    XII. Quinolonas

    4 Quinolonas

    Acrosoxacín

     

     

     

    Cinoxacín

     

     

     

    Ácido nalidíxico

     

     

     

    Ácido oxolínico

     

     

     

    Ácido pipemídico

     

     

    Fluoroquinolona

    Amifloxacín

     

     

     

    Ciprofloxacina

     

     

     

    Difloxacina

     

     

     

    Enoxicina

     

     

     

    Fleroxacina

     

     

     

    Flumequine

     

     

     

    Lomefloxacina

     

     

     

    Norfloxacina

     

     

     

    Ofloxacina

     

     

     

    Pefloxacina

     

     

     

    Temafloxacina

     

    XIII. Rifamicina

    Rifabutín

     

     

     

    Rifampicina

     

     

     

    Rifampicina sódica

     

     

     

    Rifapentine

     

     

     

    Rifaximen

     

     

    XIV. Agentes 

    Ácido paraminosalicílico

     

     

    antimicobac-

    Capreomicina

     

     

    terias

    Clofazimina

     

     

     

    Dapsone

     

     

     

    Etambutol

     

     

     

    Etionamida

     

     

     

    Isoniazida

     

     

     

    Pirazinamida

     

     

     

    Tiacetazona

     

     

     

    Tiambutosine

     

     

     

    Viomicina

     

     

    XV. Diamino-

    Diaminopirimidas en

    Co-Trimazine

     

    pirimidinas

    combinación con sulfa

    Co-Trimoxazole

     

     

     

    Pirimetamine

     

     

     

    Trimetropín

     

    XVI. Agentes 

    Azoles

    Fluconazol

     

    Antimicóticos

     

    Itraconazol

     

     

     

    Ketoconazol

     

     

     

    Miconazol

     

     

    Flucitosine, 5-Fluorocitosine

     

     

     

    Griseofulvina

     

     

     

    Macrólido poliénico

    Anfotericín B

     

     

    Otros Agentes

    Terbinafine

     

    XVII. Antivirales

    Adamantanes

    Amantadina

     

     

     

    Rimantadina

     

     

     

    Isoprinosine

     

     

    Interferones

    Interferón

     

     

    Nucleósidos

    Aciclovir

     

     

     

    Ganciclovir

     

     

     

    Idoxuridine

     

     

     

    Ribavirín

     

     

     

    Trifluxidine

     

     

     

    Vidaradine

     

     

     

    Zidovudine

     

     

    Compuestos en desarrollo con limitación clínica

    Bezimidazole

     

     

    Hidoxibentilbenzimidozole

     

     

    Enviroxine

     

     

    -

    Agentes Quelantes

     

     

     

    B-Diketone

     

     

     

    Ácido Fosfónico

     

     

     

    Foscarnet

     

     

     

    Ácido Fosfonacético

     

     

    Agentes Inmunomoduladores

     

     

     

    Imutiol

     

     

     

    Thimopentín

     

     

    Interferones inductores

     

     

     

    Ampligen

     

     

     

    Pirimidinones

     

     

    Nucleósidos

     

     

     

    Arabinósidos

     

     

     

    Citarabine

     

     

     

    Vidarabine monofosfato

     

     

    Dideoxinucleósido análogo 2' 3'

     

     

     

    Dideoxicitidine

     

     

     

    2' 3' Dideoxyinosine

     

     

     

    2' Deoxyribosides

     

     

     

    E-5 (2-Bromovinyl) 2' -Deoxiciridine

     

     

    Nucleósidos con sustitución del azúcar

     

     

     

    Fluoroiodoaracitosine 2' Fluoro B5-Metilaran

     

     

    Thiosemicarbazones

     

     

     

    Methisazone

     

     

    Agentes misceláneos

     

     

     

    Rifabutín

     

     

     

    Antiminiotungstate

     

     

     

    Catanospermine

     

     

     

    CD-4-análogo

     

     

     

    Aliogopéptidos y péptido T

     

     

     

    Sulfato de polisacárido

      (*) I Grupo: Compuestos parenterales de moderada actividad antimi crobiana y resistencia al stafilococos meticillín resistente, hidrolizado por una amplia variedad de betalactamasas. II Grupo: Compuestos orales de moderada actividad antibacteriana de resistencia al stafilococo y moderada resistencia a algunas enterobacterias de betalactamasas. III Grupo: Compuestos parenterales de moderada actividad antimi crobiana resistentes a un amplio rango de betalactamasas. IV Grupo: Compuestos parenterales con una actividad antimicrobiana potente y resistencia a un amplio rango de betalactamasas. V Grupo: Compuestos orales con una potente actividad antibacteriana y resistencia a un amplio rango de belactamasas. VI Grupo: Compuestos parenterales con una moderada actividad ente robacterias, pero activas contra pseudomonas aeruginosa, con resistencia a un amplio rango de betalactamasas.

    INTERACCIONES DE LOS ANTIBIÓTICOS

    Las interacciones de los antibióticos sobre los gérmenes pueden producir: sinergismo, adición, competencia, antagonismo y el llamado efecto posantibiótico.

    *SINERGISMO

    Cuando la acción bacteriana y/o bacteriostática de 2 o más antibióticos es mayor, que la que se obtiene con cada una de las drogas utilizadas individualmente. Son sinérgicas las combinaciones que actúan a diferentes niveles de la estructura bacteriana, por ejemplo penicilinas y aminoglucósidos, las primeras inhiben la síntesis de la pared celular mientras que los aminoglucósidos, inhiben la síntesis proteica.

    *ADICIÓN

    Cuando el efecto de una combinación de medicamentos es igual al que se produce con cada uno de los medicamentos utilizados individualmente; un efecto aditivo eficaz puede lograrse combinando 2 betalactámicos (carbenicillín y cefalotín).

    *COMPETENCIA

    La competencia se establece cuando se utilizan 2 antibióticos y uno de ellos es más eficaz que los 2 juntos, constituye un ejemplo clásico, la asociación de penicilina y cloranfenicol.

    *ANTAGONISMO

    Este fenómeno se produce cuando el efecto de una droga contrarresta el de la otra. El ejemplo de antagonismo más frecuente entre 2 antibióticos se refiere a la combinación de un bactericida activo en la pared celular (penicilina) con un bacterostático potente que inhiba la síntesis proteica (tetraciclina), porque para que los medicamentos tipo penicilinas ejerzan su efecto mortal, es necesario que las células estén en crecimiento.

    *EFECTO POSANTIBIÓTICO

    El seguimiento de la cinética de crecimiento de microorganismos expuestos a la acción de antimicrobianos permite comprobar la persistencia en la inhibición del crecimiento bacteriano de los supervivientes en un medio libre de antibióticos. Este efecto posantibiótico es variable en su duración en dependencia, además, del microorganismo de que se trate.

    Prácticamente, todos los antibióticos desarrollan esta condición frente a los grampositivos, así por ejemplo, las quinolonas y los aminoglucósidos inducen un efecto posantibiótico, tanto para los grampositivos como para los gramnegativos.

    El efecto posantibiótico significa que aun cuando no se erradiquen los gérmenes, éstos no proliferan nuevamente durante varias horas después de exponerlos a una concentración por encima de la concentración mínima inhibidora. Se ha demostrado además que en la fase de exposición posantibiótica, los microorganismos son más sensibles a la destrucción por los leucocitos.

    *MECANISMO DE RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS

    La resistencia de las bacterias a los antibióticos es un problema que se ha ido complicando, sobre todo en las últimas décadas, porque a medida que se han ido sintetizando nuevos antimicrobianos, han ido surgiendo cepas resistentes a los mismos.

    Se entiende por resistencia, el mecanismo a través del cual, la bacteria puede disminuir o inactivar la acción de los agentes antimicrobianos.

    Debe tenerse en cuenta que si bien la resistencia mi crobiana y resistencia clínica (fracaso terapéutico) están íntimamente relacionados, no son la misma cosa: la primera se refiere a la respuesta que desarrollan los patógenos susceptibles a las diferentes concentraciones de antibióticos mientras que la segunda, se refiere a la ineficiencia terapéutica, aun cuando las concentraciones del antimicrobiano sean correctas: las mismas dependen de factores extrabacterianos (selección inadecuada del antibiótico) o del huésped (neutropenia, cuerpos extraños, etc.).

    La resistencia bacteriana puede ser:

  • natural: cuando es una propiedad específica de algunas bacterias.

  • adquirida: cuando se produce una mutación cromo sómica o la bacteria adquiere un plásmido de resistencia, es decir, un fragmento estracromosómico de DNA portador de genes que modifican la resistencia al antibiótico. La información genética presente en algunos plásmidos, es un factor importante en la patogenicidad o la invasividad de las bacterias, en la velocidad de aparición de cepas patógenas o invasivas resistentes a las drogas antimicrobianas y en la evolución del cuadro clínico.

  • MECANISMO DE RESISTENCIA

    Los mecanismos de resistencia a los antibióticos pueden clasificarse en 3 grupos.

    *DISMINUCIÓN DE LA PERMEABILIDAD

    En estos casos el antibiótico no puede penetrar la superficie bacteriana y alcanzar el núcleo celular, es ésta la forma más frecuente de resistencia natural.

    La permeabilidad de la pared celular está determinada por la naturaleza de ésta. En las bacterias grampositivas, esta pared usualmente no es una barrera que impide la penetración de los antibióticos; sin embargo, en las gramnegativas, representa una barrera difícil de vencer y que varía según las diferentes especies; así por ejemplo, la pared celular es más permeable en algunas especies de Neisseria y H. influenzae, que la Escherichia coli, P. aeruginosa y Proteus indolpo sitivo.

    En la Escherichia coli y otras bacterias entéricas, una proteína específica (PORINS) impide la entrada de antibióticos hidrófilos con un peso molecular de hasta 650 daltons.

    Ejemplos de resistencia por disminución de la permeabilidad son la resistencia de los bacilos gramnegativos a la penicilina G, la eritromicina, la clindamicina y la vancomicina, así como la resistencia de los estreptococos, P. aeruginosa y otras bacterias anaerobias a los aminoglucósidos.

    *MODIFICACIÓN O INACTIVACIÓN DEL ANTIBIÓTICO

    La modificación o inactivación del antibiótico, es el mecanismo más común de resistencia adquirida y está determinado en gran medida por la producción de enzimas: las betalactamasas.

    Las betalactamasas representan un grupo diferente de enzimas producidas por gérmenes grampositivos, gramnegativos aerobios y anaerobios capaces de hidrolizar el anillo betalactámico e inactivar el antibiótico correspondiente.

    Abraham y Cham, en 1940, publicaron los primeros informes en relación con su mecanismo de acción. Se ha demostrado que constituye un factor importante de resistencia de gérmenes como Staphylococcus aureus, H. influenzae, N. gonorreae, Bacteroides fragilis y algunas enterobacterias.

    La información genética para la síntesis de estas enzimas puede estar contenida en un cromosoma o en un plásmido y su producción puede ser una característica del germen (tasa de producción constante), aunque también la misma puede ser inducida en presencia de un sustrato apropiado.

    Richmond y Sykes dividieron estas enzimas en 5 grupos (I B V) basados en el perfil de su sustrato y en la respuesta a los inhibidores enzimáticos. En la práctica los más importantes son los grupos I y III.

    El grupo I es producido en una cantidad significativa en presencia del antibiótico, codificado por los genes del cromosoma y universalmente distribuidos entre las cepas de las enterobacterias; estas betalactamasas son las responsables de la resistencia de cepas de bacilos gramnegativos nosocomiales a las cefalosporinas. Las betalactamasas del grupo III son enzimas de un alto espectro activas contra penicilinas y cefalosporinas y casi siempre codificadas por plásmidos; este grupo incluye el TEM betalactamasa que se encuentra presente en las enterobacterias, H. influenzae y N. gonorreae.

    Entre las bacterias anaerobias que producen beta lactamasas merece citarse el Bacteroides fragilis, el cual produce una cefalosporinasa capaz de ser inactivada por el ácido clavulánico 21. Como se conoce el ácido clavulánico y el sulbactam son capaces de inhibir las betalactamasas, fundamentalmente, aquéllas mediadas por plásmidos cuando se combinan con algunos antibióticos, amoxicillín, ticarcilina, ampicillín y otros.

    Recientemente se han identificado algunas cepas de betalactamasas que pueden hidrolizar los nuevos betalactámicos; en este grupo se incluyen enzimas mediadas por plásmidos aislados de cepas de Klepsiella pneumonae que pueden hidrolizar la cefotaxina y otras cefalosporinas de tercera generación, así como el aztreonam y enzimas mediadas por cromosomas presentes en cepas de xantomas ( pseudomonas ) maltophia, así como Enterobacter cloacae, Serratia marcense y Bacteroides fragilis, capaces de hidrolizar el imipenem y el meropenem.

    *ALTERACIONES DEL SITIO DONDE LOS ANTIBIÓTICOS EJERCEN SU ACCIÓN

    Estos mecanismos de resistencia se refieren a las modificaciones producidas en la estructura o paso metabólico sobre los que ejercen su acción, bien por incremento de la concentración de una sustancia competitiva, o por modificación de las diferentes estructuras bacterianas alternas.

    La tolerancia, si bien no es considerada propiamente un mecanismo de resistencia, puede en la práctica comportarse como tal. La tolerancia se define como la existencia de una CBM muy superior a la CTM y se atribuye a la selección de mutantes deficientes en sistemas autolíticos. Probablemente, las dosis altas destinadas a conseguir niveles muy superiores a la CIM del microorganismo reduzcan la selección de estas subpoblaciones, por lo que, cuando se sospecha la existencia de ésta es necesario prolongar el tiempo de duración del tratamiento.

    CRITERIOS PARA LA UTILIZACIÓN DE LOS ANTIBIÓTICOS

    El objetivo fundamental del tratamiento antimicrobiano es destruir o inhibir el crecimiento de un patógeno infectante sin causar daño al huésped, por lo que debe existir una interacción entre el huésped infectado, el microorganismo y el antibiótico que se utiliza. Es necesario tener en cuenta además, que las bacterias durante el tratamiento, pueden cambiar sus propiedades patogénicas hacia el huésped, y desarrollar mecanismos de resistencia.

    Los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de seleccionar el antibiótico adecuado son:

  • Identificación y sensibilidad del germen para seleccionar el antibiótico.

  • Reconocimiento de los factores que dependen del huésped y que son capaces de modificar la eficacia terapéutica.

  • Vías de administración, dosis, costos y complicaciones del tratamiento antimicrobiano.

  • Antes de iniciar el tratamiento es aconsejable identificar al germen infectante, pero en casi todas las circunstancias, no será posible disponer de la comprobación del cultivo y de pruebas in vitro , de sensibilidad antimicrobiana , cuando menos por unos días.

    En las situaciones en que sea posible, podemos auxiliarnos de pruebas simples como la tinción de Gram, la cual puede brindar una orientación inicial para la selección del antibiótico; hacemos énfasis en este proceder de fácil realización, bajo costo y probada confiabilidad, el cual con frecuencia no es utilizado.

    Existen algunas características del huésped que deben tenerse en cuenta a la hora de elegir el antibiótico.

    La edad es un factor fundamental, puesto que las edades límites plantean situaciones particulares, así por ejemplo en los individuos de la tercera edad, las infecciones sobre todo bacterianas son muy graves y se complican con frecuencia; además, en este grupo el diagnóstico de infección bacteriana puede ser más difícil que en el adulto joven y no debe olvidarse a la hora de iniciar la terapéutica, que la toxicidad particular de algunos antibióticos puede ser más elevada en el anciano, ejemplo de esto son la nefrotoxicidad y ototoxicidad de los aminoglucósidos y el aumento de riesgo de la sobrecarga de volumen al emplear antibióticos que contienen abundante sodio (ticarcilina, carbamicina).

    Las alteraciones genéticas y del metabolismo pueden interferir en los efectos terapéuticos de algunos antibióticos. El déficit de glucosa G fosfato deshidrogenasa, puede condicionar la aparición de episodios de hemólisis ante una situación de sobrecarga oxidativa en individuos sometidos a tratamiento con cloranfenicol y sulfamidas. Se conoce que en pacientes diabéticos a los cuales se asocia una vasculopatía no es recomendable utilizar la vía intramuscular para administrar antibióticos, sobre todo si la terapéutica debe prolongarse por más de 7 días, además, se ha comprobado que algunos antibióticos como el cloranfenicol pueden potenciar el efecto de los hipoglicemiantes orales.

    Hay infecciones donde la penetración del antibiótico al foco séptico es dudosa y aunque los gérmenes proliferan a una velocidad menor, se hacen mas difíciles de destruir, tal es el caso de las endocarditis bacterianas y las osteomielitis.

    En las infecciones relacionadas con obstrucción de vías urinarias, respiratorias o biliares, la penetración antimicrobiana a estas zonas es pobre, lo que sucede también en presencia de cuerpos extraños (sondas, válvulas protésicas) y abscesos donde las bacterias proliferan lentamente y el antibiótico puede ser destruido por enzimas elaboradas por los microorganismos.

    El paso de un medicamento al LCR no sólo se relaciona con el fármaco en sí, sino también con el grado de inflamación meníngea. Los compuestos liposolubles como el cloranfenicol, isoniacida, rifampicina, sulfonamidas y metronidazol llegan bien al LCR. Los aminoglucósidos, anfotericina B y polimixinas, no se difunden en LCR aun cuando hay inflamación. Las cefalosporinas, vancomicina y tetraciclina tienen una buena difusión solamente en presencia de inflamación meníngea.

    Cuando los mecanismos de defensa del huésped están índemnes, la respuesta al tratamiento antimicrobiano es la misma, independientemente de que el antibiótico usado tenga actividad bactericida o bacteriostática en caso de existir trastornos en dichos mecanismos, el control de la sepsis depende en gran medida del tipo de actividad antimicrobiana.

    En enfermedades tales como la drepanocitemia, neoplasias, diabetes mellitus, etc. la sepsis es un hecho temido y esperado de extraordinaria gravedad, además, estos enfermos en ocasiones son sometidos a antibioticoterapia profiláctica, que los predispone a superinfecciones con microorganismos resistentes y a sepsis nosocomiales de muy difícil control. Los gérmenes gramnegativos, los hongos, algunos protozoos (Pneumocystis carim) y algunos virus son los que infectan a estos pacientes con más frecuencia.

    Las alteraciones de la función renal y hepática influyen de manera decisiva sobre el empleo de estos fármacos. La mayoría de los antibióticos de uso común se eliminan sobre todo por el riñón; algunas excepciones incluyen la eritromicina y el cloranfenicol. Las concentraciones suelen ser más altas en orina y bilis que en suero, por lo que en la insuficiencia renal y hepática es necesario hacer ajustes posológicos.

    En el riñón, los factores de los cuales depende la excreción del antibiótico son: el flujo sanguíneo renal, la filtración glomerular y el transporte transtubular, así por ejemplo los aminoglucósidos se eliminan por la filtración glomerular y las penicilinas por secreción tubular activa.

    Varios de los antibióticos de uso más frecuente, se metabolizan en el hígado y se excretan por la bilis; tal es el caso de las sulfonamidas, el cloranfenicol y la tetraciclina, por lo que debe también ajustarse la dosis o no administrarse cuando existe una hepatopatía aguda o crónica.

    La selección del antibiótico, las vías de administración y las dosis a utilizar están en dependencia también de la severidad de la infección del estado del enfermo. Se prefiere la vía parenteral para las sepsis graves, pacientes críticos cuando se requiere niveles terapéuticos del fármaco en sangre y tejidos profundos; también se prefiere la vía parenteral cuando la absorción oral o intramuscular es deficiente, también cuan do el tratamiento debe prolongarse más de 2 semanas. En las tablas 5 y 6 se exponen los antibióticos que más se utilizan en la práctica diaria, así como sus dosis, vías de administración y gérmenes a los que son sensibles.

    TABLA 5. Gérmenes más frecuentes e infecciones y drogas seleccionadas en la terapéutica

    GERMEN 

    DROGA DE 1RA OPCIÓN

    ALTERNATIVA TERAPÉUTICA

    TAMBIÉN EFECTIVOS

    I. Cocos y bacilos grampositivos

    Staphilococcus aureus

     

     

     

     

     

     

    a) Metilcillina sensible

    PSRP (*) ej. Temocillín

    Cefalosporinas de 1ra. G, vancomicina, eritromicina

    Timentií, Unacyn, Imipenem, augmentín

     

     

    Clindamicina

    ciprofloxina pefloxacina

    b) Meticillina resistente

    Vancomicina

    Tercoplanina

    Ác. Fusídico, rifampicina, sulfaprim

    -Staphilococcus epidermides

    Vancomicina

     

    PSRP

    - Streptococcus

    Penicilina G-V

    Betalactámicos, eritromicina

     

    A,B,C,G,F

     

     

     

    -Streptococcus pheumoniae

    Penicilina G

    Múltiples drogas son efectivas, quinolonas, fluoroquilonas

    Rifampicina + vancomicina

    - Enterococcus

    Penicilina G

    Vancomicina + gentamicina

    Ampicillina

     

    Ampicillina + gentamicina

     

     

    - Bacilos grampositivos

     

     

     

    Bacilos anthracis

    Ciprofloxacina o doxiciclina

    Penicilina G, eritromicina

     

    Clostridium tetani

    Metronidazol

    Doxicilina

    Imipenem

    Clostridium perfringens

    Clindamicina + penicilina G

    Doxiciclina

    Eritromicina, cloranfenicol, cefoxitina penicilinas antipseudomonas, imipenem

    Clostridium difficile

    Metronidazol (V.O.)

    Vancomicina (V.O.)

    Bacitracina (V.O.)

    Corynebacterium diphteriae

    Eritromicina

    Penicilina G

    Clindamicina, rifampicina

    Listeria monocytogenes

    Ampicillín

    Sulfaprim

    Eritromicina, penicilina G (alta dosis)

     

     

     

    Aminoglucósidos antipseudomonas

    II. Cocos y bacilos gramnegativos

     

     

     

    - Neisseria meningitidis

    Penicilina G

    Ceftriaxone

    Cefuroxima, cefotaxima, doxiciclina

     

     

     

    Sulfonamidas (algunas cepas)

     

     

     

    Cloranfenicol (profiláctico)

    - Neisseria gonorrhoeae

    Ceftriaxone, cefixime

    Ofloxacina, ciprofloxacina, spectinomicina

    Karamicina

    -Bacilos gramnmegativos

    Metronidazol

    Clindamicina

    Cefoxitina, imipenem, timentín

    Bacteroides

     

     

    Piperacilina B Tazobactan, unacyn

    Enterobacter

    Imipenem o penicilinas antipseudomonas + Aminoglucósidos antipseudomonas

    + Timentín, ciprofloxacina

    Cefalosporinas 4ta. G

    Escherichia coli 

    Penicilinas + Inhibidores de 

     

     

     

    be+ talactamasas, Cefalosporinas 

     

     

     

    3ra G, fluoroquinolonas

     

     

     

    Sulfaprim, aminoglucósidos, nitrofurantoínas

     

     

     

    Imipenem (dependiendo del sitio de infección)

     

     

    Klebsiella pneumoneae 

    Cefalosporina 3ra G o ciprofloxacina

    Aminoglucósidos antipseudomonas

    Penicilinas antipseudomonas

     

     

     

    Imipenem, aztreonam

     

     

    Timentín, unacyn

     

    Proteus mirabilis

    Ampicillín

    Sulfaprim

    Augmentín, cefalosporinas 1ra., 2da, 3ra. G

    Indol

    Imipenem, aztreonam.

     

     

    Proteus

     

     

     

    Indol + (Providencia, Vulgari, Morganis)

    Cefalosporinas 3ra G, fluoroquinolonas

    Aminoglucósidos antipseudomonas

    Imipenem, aztreonam

    Providencia stuarti

    Amikacina, ciprofloxacina, cefalosporinas 3ra G

    Sulfaprim

    Penicilinas antipseudomonas + amikacina

     

     

     

    Imipenem

    Salmonella typhi

    Acitromicina, ceftriazone, cefoperazona

    Cloranfenicol, amoxacillín, sulfaprim

    -

    Serratia marcescens

    Amikacina, cefalosporinas 

    Aztreonam -

     

     

    3ra G, imipenem, Fluoroquinolonas

     

     

    Shigella

    Fluoroquinolonas

    Sulfaprim, ampicillín (resistente - en Latinoamerica y Medio Oriente)

     

    Yersinia enterocolítica

    Cefalosporina 3ra G, Aminoglucósidos antipseudomonas

    Ciprofloxacina

     

    Acinetobacter

    Imipenem, fluoroquinolonas + amicacina Ceftaxidima

    Se reporta 5 % resistencia a imipenem e incre mento de la resistencia a la amikacina y fluoroquinolonas

     

    Brucellas

    Doxiciclina + gentamicina

    Doxiciclina, sulfaprim, cloranfenicol

     

     

    Doxiciclina + rifampicina

     

     

    Gardnerella vaginalis

    Metronidazol

    Clindamicina

     

    Haemophilus influenzae

     

     

     

    - Meningitis

    Cefotaxime

    Sulfaprim

    Cloranfenicol

    Epiglotitis y otras infec-

    Ceftriaxone

    Imipenem

     

    ciones graves

     

    Ciprofloxacina

     

     

     

    Anpicillín (no productor de betalactamasas)

     

    - Infecciones no graves

    Argumentín, cefalosporinas orales de 2da y 3ra G

     

     

     

    Sulfaprim, azitromicina, claritromicina, unacyn

     

     

    Legionella pneumophila

    Eritromicina + rifampicina

    Azitromicina, claritromicina

    Sulfaprim,pefloxacino, ciprofloxacino 

    - Otros gérmenes

     

     

     

    Mycoplasmas pneumoniae

    Eritromicina, azitromicina

    Claritromicina

    Doxicilina

    Leptospira

    Penicilina G, doxiciclina

    -

    -

    Treponema pallidum

    Penicilina G

    Tetraciclina, eritromicina, cloranfenicol

    -

    Chlamydias pneumoneae

    Doxiciclina

    Eritromicina

    Aztromicín, claritromicina

    Chlamydias trachomatis

    Acitromicina, doxiciclina

    Ofloxacina, eritromicina

    Ciprofloxacina

    Citrobacter freundi

    Imipenen

    Fluoroquinolonas

    Aminoglúsidos antipseudomonas

    Pseudomona aeruginosa

    Penicilinas antipseudomonas

    Ciprofloxacino, cefalosporinas 4ta G timentín

    -

     

    Cefalosporinas 3ra G antipseudomonas, Imipenem, trobamicina

    Aztreonan

     

    Pseudomona cepacea

    Sulfaprim, imipenem, ciprofloxacina

    Minociclina, cloranfenicol

    Habitualmente resistente a los aminoglucósidos

    Vibrion cholerae

    Doxiciclina, fluoroquinolonas

    Sulfaprim

    -

    Campilobacter jejuni

    Fluoroquinolonas

    Eritromicina

    Clindamicina, doxiciclina

    Nota: (*) Penicilina semisintética resistente penicilinasa

     

    TABLA 6. Nuevos antimicrobianos, dosis y vías de administración

     

    ANTIMICROBIANOS

     

    DOSIS

    VÍAS DE ADMINISTRACIÓN

    Penicilinas 2da G 

    Nafcillín

    2 g c/4 h

    Ev

    Penicilinas 3ra G 

    Unasyn (ampicillín +sulbactán)

    1,5 a 3g c/6 h

    Im-ev

     

    Augmentín (amoxillina + ácido clavulánico)

    0,25 a 0,5 g c/8 h Oral

     

    Penicilinas 4ta G 

    Ticarcillina

    3 g c/4 h

    Ev

     

    Timetín (ticarcillina + ácido clavulánico)

    3,1 g c/4 a 6/h

    Im-ev

     

    Amdinocillín (Coactín)

    10 mg x kg c/6 h

    Im-ev

    Penicilinas 5ta G 

    Piperacillín

    3,4 g c/6 h

    Im-ev

     

    Azlocillín

    3,4 g c/6h

    Im-ev

    Penicilinas 6ta. G 

    Temocillín

    1!2 g c 12 h

    Im-ev

    Cefalosporinas 2da G 

    Cefoxitín (mefoxín)

    2 a 4 g c/8 h

    Im-ev

     

    Cefomandole (mandol)

    2 g c/4 h

    Im-ev

    Cefalosporinas 3ra G. 

    Cefotaxime (clarofán)

    2 g c/4 h

    Im-ev

     

    Ceftriazone (rocephín)

    1 g c/8 h

    Im-ev

     

    Ceftizoxime (cefizox)

    4 g c/8 h

    Im-ev

     

    Ceftazidime (Fortaz)

    1-2 g c/8 a 12 h

    Im-ev

    Cefalosporinas 4ta G. 

    Cefepime

    1-2 g c/8 h

    Im-ev

    Aminoglucósidos 

    Amikacina

    15 mg x Kg x día (dosis única diluida o

    Im-ev

     

     

    fraccionada en 2 dosis diarias)

     

     

    Dibekacina

    1 mg x Kg c/8 a 12 h

    Im-ev

     

    Netilmicina

    4-7,5 mg x Kg x día c/8 a 12 h

    Im-ev

    Carbapenems 

    Imipenem!cilastin (primaxín)

    50 mg x Kg x día (dosis máxima)

    Ev

     

    Meropenem

    1-2 g hasta 4 g diaria en 3 o 4 dosis)

     

    Monobactámicos 

    Aztreonam (azactam)

    1-2 g c/6 a 8 h hasta 8 g

    Ev

    Quinolonas 

    Ciprofloxacín

    500-750 mg c/12 h

    Oral

     

     

    200-300 mg c/12 h

    Ev

     

    Norfloxacín (noroxín)

    400 mg/día

    Oral

     

    Enoxacín 

    200-400 mg c/12 h

    Oral

    Las manifestaciones de toxicidad más frecuentes de los antibióticos comúnmente utilizados, se resumen en la tabla 7.

    TABLA 7. Complicaciones producidas por el uso de diferentes antibióticos

    ANTIBIÓTICOS 

    TOXICIDAD

    I.

    Penicilinas

    Alergia-rash maculopapular, urticaria vesicular, dermatitis por contacto, eritema multiforme, síndrome Henoch-Schonlein, síndrome Stevens-Johnson, vasculitis.

     

     

    Náuseas

     

     

    Vómitos

     

     

    Diarreas

     

    Penicilina antiestafilococos 

    Nefrotoxicidad

     

     

    Nefritis intersticial

     

     

    Fiebre, rash, hematuria y eosinofilia

     

    Penicilina antipseudomonas

    Diátesis plaquetaria

    II.

    Cefalosporinas

    Hipersensibilidad

     

     

    Nefrotoxicidad

    III.

    Betalactámicos monobactámicos

    Flebitis o molestias en el sitio de la infección

     

     

    Alergia-erupción leve, náuseas, vómitos y diarreas

     

     

    Incremento transitorio de los niveles de transaminasa y fosfatasa alcalina

     

    Betalactámicos carbapenems

    Convulsiones

     

     

    Náuseas

     

     

    Vómitos

     

     

    Diarreas

     

     

    Alergia-erupciones

    IV. 

    Macrólidos

    Flebitis

     

     

    Hepatitis colestásica (si se usa el estolato de eritromicina)

     

     

    Fiebre medicamentosa

     

     

    Exantemas

    V. 

    Tetraciclinas

    Hipersensibilidad

     

     

    Fotosensibilidad

     

     

    Hepatotoxicidad

     

     

    Diabetes insípida renal (si se usa democlociclina)

     

     

    Náuseas, vómitos

     

     

    Papiledema en el adulto

    VI. 

    Cloranfenicol

    Depresión de la médula ósea

    VII.

    Aminoglucósidos

    Ototoxicidad

     

     

    Nefrotoxicidad

     

     

    Bloqueo neuromuscular

     

     

    Alergia (rash)

    VIII. 

    Sulfonamidas

    Hipersensibilidad

     

     

    Necrólisis tóxica epidémica

     

     

    Síndrome Steven-Johnson

     

     

    Exacerba el lupus eritematoso sistémico

    IX. 

    Lincosamidas

    Enterocolitis seudomembranosa (por Clostridium difficile)

     

     

    Anafilaxia

     

     

    Leucopenia

    X.

    Antibióticos péptidos polimixinas

    Parestesias

     

     

    Bloqueo neuromuscular

     

     

    Convulsiones

     

    Antibióticos péptidos glicopéptidos

    Hipersensibilidad

     

     

    Nefrotoxicidad

     

     

    Hepatotoxicidad

     

     

    Ototoxicidad

     

     

    Hipotensión

    XI. 

    Metronidazole

    Hepatotoxicidad

     

     

    Gusto metálico en la boca

     

     

    Anorexia

     

     

    Vómitos

     

     

    Polineuritis

     

     

    Crecimiento excesivo de candidas

    XII. 

    Quinolonas

    Náuseas

     

     

    Vómitos

     

     

    Convulsiones

     

     

    Rash

     

     

    Insomnio

     

     

    Eleva enzimas hepáticas

     

     

    Leucopenia y Neutropenia

     

     

    Anemia

     

     

    Toxicidad del SNC

     Se señala que durante el tratamiento antimicrobiano pueden presentarse sangramientos, los cuales se producen por diferentes mecanismos, tales como: interferencia con la vitamina K, trastornos de la función plaquetaria e hipoprotrombinemia. Los glicopéptidos, específicamente la tecloplamina puede producir un cuadro de trombocitopenia importante que desaparece cuando se suspende el tratamiento.

    Algunos antibióticos orales (cloranfenicol, tetraciclina, neomicín) deprimen la flora intestinal encargada de sintetizar la vitamina K, y pueden producirse sangramientos. El metronidazol y sus congéneres, cuando se administran conjuntamente con anticonceptivos orales, por un mecanismo de competencia desplazan en parte los derivados de cumarínicos fijados en la albúmina plasmática y pueden también provocar hemorragia.

    Las ventajas y desventajas de las combinaciones de antibióticos y el uso profiláctico de la antibioticoterapia son aspectos polémicos. En el caso de las combinaciones, éstas tienen indicaciones precisas como son la bacteriemia polimicrobiana, pacientes críticos donde no se conoce el germen productor de la sepsis, infecciones graves y cuando es necesario reducir toxicidad y resistencia.

    Para la antibioticoterapia profiláctica deben preferirse antibióticos de bajo costo y toxicidad bien respaldados por una política antimicrobiana racional.

    ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA EL USO DE LOS ANTIBIÓTICOS

  • Siempre que sea posible utilizar un solo antibiótico.

  • No usar antibióticos de la misma familia.

  • En casos de sepsis graves usar bactericidas.

  • Trabajar en estrecha y activa colaboración con el laboratorio de Microbiología.

  • No utilizar antibióticos sin conocer su toxicidad.

  • No utilizar antibióticos de alta toxicidad en pacientes ambulatorios.

  • Si en el cultivo, el germen es sensible a una droga específica que hemos utilizado ya y la respuesta clínica es satisfactoria, puede valorarse con el mismo régimen de tratamiento.

  • El último antibiótico que aparece en el mercado no es necesariamente el mejor.

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    Enviado por:Ciro Traverso Arguedas
    Idioma: castellano
    País: Perú

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