Filosofía y Ciencia


Teoría del conocimiento en Hume


LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO EN HUME: CRÍTICA AL IDEALISMO METAFISICO. EMPIRISMO Y PRINCIPIO DE CAUSALIDAD.

La epistemología es aquella parte de la filosofía que intenta averiguar el procedimiento para establecer la verdad (criterios: cómo podemos saber que algo es verdad?). Las diferentes propuestas conforman las “teorías del conocimiento”, que abarcaran preguntas como qué método es el apropiado para alcanzar la verdad, cómo podemos evitar el error, si la razón humana puede llegar a descubrirla etc…

Tiene su auge con el pensamiento moderno(s XVII), puesto que anteriormente las reflexiones se centraban sobre la ontología (que se encarga de averiguar la naturaleza y esencia de los seres, lo que son las cosas). Para entender este cambio es necesario comprender el contexto histórico:

En los siglos XVI y XVII, los conocimientos filosóficos y científicos entran en crisis, comienzan a producirse una serie de descubrimientos y de reflexiones que van a llevar a un cambio de paradigma, especialmente a partir de la revolución copernicana. A partir de este momento, se empiezan a cuestionar todo ya que “si antes pensábamos que algo era cierto, y ahora se ha demostrado que era falso ¿cómo podemos saber que esto que ahora damos por bueno, no es falso también?” Es así como surge esa preocupación por establecer los criterios de verdad, por no volver a cometer los errores del pasado.

Otro factor añadido es el hecho de que muchas parcelas que antes eran estudiadas por la filosofía cuando ésta se dedicaba básicamente a la ontología (por ejemplo, las ciencias naturales), comienzan a separarse y a estudiarse independientemente, apoyadas en métodos experimentales y matemáticos. La filosofía entonces comenzó a interesarse ya no por lo que son las cosas (ontología), sino por el cómo saber si son verdad (epistemología)

Aparecen 2 corrientes de pensamiento:

-El racionalismo (Descartes, Leibniz) que defiende la existencia de ideas innatas, cuyo conocimiento y verdad son independientes de la experiencia. Piensan que existen verdades eternas y racionales, tanto en el campo de la lógica como en el físico, a las que puede llegarse por la mera introspección racional (por ejemplo el principio de causalidad, o el hecho de que todo cuerpo tenga que ser extenso). Mediante ellas, obtenidas únicamente por la razón, podemos alcanzar el conocimiento.

Para los racionalistas, no puede tratar de hallarse conocmiento en el mundo sensible, porue los sentidos sólo nos dan “realidades” engañosas y poco fiables.

-El empirismo (Locke, Berkeley, Bacon, Hobbes ,Hume.) consideran que nuestros sentidos captan el mundo exterior son la única fuente de información de todo lo que ocurre. La razón no nos descubre lo fundamental, las ideas innatas no existe. Todo conocimiento posible tiene que haber pasado antes por los sentidos.

Así pues, a partir de la información que captan los sentidos sobre el entorno en el que estamos, se forman en nuestra mente unas “ideas”, y de esto es de lo único que tenemos conciencia. De esta forma se establece que a cada idea debe corresponderle una sensación o impresión anterior, y que si queremos saber si una idea es verdad o no, debemos buscar su impresión/sensación correspondiente. Si no se encuentra, esa idea no tiene sentido.

Hume concretamente quería crear una “ciencia del hombre”, que abarcara todas las demás disciplinas como la política, la moral, la crítica etc., porque todas ellas están de una u otra forma vinculadas con el hombre. Buscará principios comunes a todas ellas por las que se rijan todas esas disciplinas estableciendo así una “jerarquía”. (Influencia de Newton). La experiencia sería la base de esa nueva ciencia.

La teoría del conocimiento de Hume supone una crítica al idealismo metafísico (racionalismo).
Lo primero que hace es rechazar la existencia de ideas innatas, ya que todas las ideas provienen de la experiencia.

El término “percepción” lo va a usar para referirse a todo aquello que esta en la mente (de lo que se tiene conciencia) y que ha llegado ahí por medio de los sentidos

Distingue dos tipos de percepciones:

Las Impresiones, que captamos a través de los sentidos, y penetran en nosotros con mayor fuerza y vivacidad. No tienen por qué ser ciertas ya que los sentidos pueden engañarn, pero es la única manera de conocimiento que tenemos. Pueden ser simples (forma, color…) o complejas (un objeto en su conjunto)

Las ideas, que son el recuerdo el objeto ausente. Vienen dadas por las impresiones, por lo que no podemos tener ninguna idea a la que no corresponda una impresión que nos ha llegado por medio de los sentidos y de ser así, esa idea carecería de sentido (de esta forma NIEGA la existencia de ideas innatas). Son más débiles que las impresiones, y también pueden ser simples o compuestas.

Sin embargo, las ideas en general serían para Hume realidades abstractas e inmateriales que nos guían en el conocimiento y reconocimiento de las cosas. Sin ser nada en concreto, es a la vez todos los particulares de ese grupo, que producen en la mente impresiones muy similares. Por tanto las ideas generales abstractas son nombres colectivos que sirven cómodamente al lenguaje, y que en realidad no existe porque solo lo existe lo individual y singular.
Esta forma de entender las ideas choca con la filosofía de Platón, que era casi al contrario, ya que para él (Platón) la idea sería la causa de que los objetos que percibimos fueran de una determinada forma, mientras que el pensamiento de Hume se aproximaría más a lo que pensaba Aristóteles (las ideas generales eran la consecuencia de los objetos particulares, la idea como abstracción d objetos sensibles)

Hume tuvo discrepancias con Locke en estos aspectos, ya que éste último incluye todas nuestras percepciones bajo el término idea , y si esto fuera así si que tendríamos ideas innatas porque si que existen impresiones innatas (se refiere a los instintos derivados de la naturaleza humana, las pasiones) Habría que distinguir Innatismo, que se refiere a todo aquello que es natural y propio del ser humano como sus deseos, sentidos etc, e Ideas innatas, que se refiere a un contenido mental ya inscrito en el ser humano desde el momento en que nace.

Además, Hume divide las impresiones en impresiones sensibles (aquellas producidas en el hombre directamente por la sensación) e impresiones de la reflexión (estados internos causados por idas que a su vez han sido producidas por impresiones sensibles anteriores).

La memoria reproduce con mayor precisión las impresiones, guardan el orden y forma de las impresiones originales. La Imaginación, sin embargo, deforma la realidad, y las reproduce de una manera tenue y débil, como si las esquematizara. La imaginación da lugar a las ideas de la fantasía, que se originan a partir de la asociación de impresiones sensibles que se han recibido anteriormente, las une a voluntad y crea una idea compleja que no tiene por qué tener una impresión (sirena, centauro) De esta forma podemos imaginar cosas que no existen.

Además, Hume es el creador del Principio de asociación de ideas, en el cual afirma que las ideas complejas se forman por agrupación o combinación de las ideas simples (las leyes de la mente en unir ideas simples, formarán una compleja), pero no de una manera fortuita y arbitraria, sino en virtud de la asociación de ideas. Las ideas se combinan entre sí mediante tres leyes de asociación:

-Semejanza: la mente elabora ideas compuestas uniendo ideas simples que se parecen. (Al ver una foto de alguien, pensamos en esa persona)

-Contigüidad: asociar ideas simples próximas en el espacio (Al pensar en el Miguelete, pensamos en Valencia)

-Causalidad: no se refiere a la relación causa-efecto sino que si sabemos que algo es causa de otra cosa, pensamos en esa cosa, que es el efecto, y al revés, si sabemos que algo es efecto de otra cosa, pensamos en esa cosa que sería la causa. (Al pensar en el hijo pensamos en el padre)

Todo el conocimiento, según Hume, se reduce a 2 tipos:

-Relaciones de ideas: expresan algo necesario, ya que la idea contenida en el predicado se encuentra ya dentro de la idea que contiene el sujeto. No aumentan el conocimiento, y no se necesita la experiencia para comprobarlas. Por ejemplo, “los calvos no tienen pelo”, no puede concebirse un calvo con pelo porque implicaría una contradicción.
Son las ciencias formales (matemáticas y la lógica) y se basan en la deducción.

-Cuestiones de hecho: que sean o no ciertas ha de ser comprobado empíricamente, porque la idea expresada en el predicado no se encuentra implícita en el sujeto. Serían las ciencias naturales, y se basan en la inducción puesto que no expresan algo “necesario”, como ocurre con las relaciones de ideas, sino sólo “contingente” (puede que sea o que no sea). Por ejemplo si digo “El aula es grande”, el aula podría ser o no ser grande, por lo que si que estoy aportando información nueva sobre el sujeto. Frente a cualquier hecho que afirme, puedo concebir lo contrario, aunque no siempre lo crea La única forma que hay de comprobar si esa afirmación es o no cierta es mediante la experiencia. Y La experiencia engendra hábito, costumbre, creencia. Hace nacer un sentimiento de costumbre que nos hace esperar y creer que a lo primero seguirá lo segundo. Y es aquí cuando Hume comienza su crítica a la causalidad, que analizaremos más adelante.

Hume se da cuenta que la gran diferencia entre ambos conocimientos es el grado de certeza que tienen. Las proposiciones sobre cuestiones de hecho tienen muchas posibilidades de cumplirse y de ser verdaderas pero no podrán ser totalmente ciertas, entendiendo por ciertas aquella que es lógicamente necesaria y cuya opuesta es contradictoria o imposible.

Otra crítica que realiza Hume a los racionalistas (a Descartes concretamente) es la de la idea del “yo”

Para Descartes, el alma era la esencia del ser humano, considerándola una sustancia inmutable y eterna, que se encontraba en el individuo a lo largo de toda su vida, y sin extensión, puesto que no es algo material. Es un concepto amplio n el que incluyen todo lo inmaterial del ser humano (sede del conocmiento, obligaciones morales, conciencia de uno mismo…) El alma es lo que recoge las impresiones e ideas.

Para Hume la mente no es algo en sí misma, sino que está compuesta por una sucesión de impresiones y pensamientos, que recibimos a cada momento. Además, no tenemos noción de ninguna sustancia material o espiritual, de ella sólo tenemos la “idea”, pero no la impresión por lo tanto, carece de sentido.

Para explicar entonces la conciencia de la propia identidad, Hume recurre a la memoria ( no tengo impresión del yo, y por tanto no tengo consciencia de mi existencia, tan solo lo se por la memoria. )

Pasamos ahora a explicar la Crítica al principio de causalidad, basada en el hecho de que las ciencias naturales son cuestiones de hecho, como hemos visto anteriormente.

La causalidad afirma que “Todo lo que comienza a existir debe tener una causa de su existencia””
La causalidad está envuelta por 3 circunstancias, que son:

- Contigüidad en tiempo y lugar
- Prioridad temporal de la causa con respecto al efecto
- Conjunción constante entre la causa y el efecto, esto quiere decir que todo objeto que sea similar a la causa siempre va a producir algún objeto similar al efecto.

Para Hume, el principio de causalidad no es evidente a priori,

No hay ningún nexo entre causa y efecto, porque no tenemos impresión del mismo. Por experiencia intuitiva vemos la contigüidad y sucesión temporal de dos hechos, pero no su conexión necesaria. (la “necesidad” implicaría que estuviéramos hablando de una relación de ideas, lo cual es falso)

Además, si se analiza una cosa, no encontramos jamás en ella que deba producir un determinado efecto. Tampoco podemos afirmar que todo lo que empieza a existir tiene una causa, ni que las mismas causas producen los mismos efectos

Sin embargo, con frecuencia nos apoyamos en el principio de causalidad para tratar de predecir acontecimientos. Por ejemplo, si veo una bola de billar moviéndose hacia otra, adelantaré que la segunda se moverá. ¿Por qué? Porque esta sucesión es la que hemos observado siempre, pero nunca hemos observado la relación necesaria entre una cosa y otra.

Así, “inferimos” lo que va a pasar, ya que el hecho de que la bola se mueva o no es una cuestión de hecho, y no una relación de ideas (en tal caso no podríamos concebir que la bola no se moviera tras el choque), por lo que lo único que podemos hacer es Inferir, es decir, hacer un razonamiento en el que se obtiene una concusión general a partir de una serie de casos singulares conocidos por experiencia. Y esta inducción siempre va a ser incompleta ante la imposibilidad de comprobar todos los casos posibles, tanto de lugar (imposible) como de tiempo (aún más inverosímil puesto que no podemos viajar al futuro)

Y para hacer esta inferencia, nos basamos en la experiencia y no en la razón, ya que no podemos tratar de predecir el comportamiento de algo si no es basándonos en la forma en que lo ha hecho hasta ese momento (es decir, el hábito). Pero esta “predicción” que hace la mente de forma casi automática puede ser equivocada, y no tenemos certeza de nuestro acierto hasta que no lo comprobamos empíricamente (vemos que, efectivamente, la bola de billar ha puesto en movimiento a la segunda). Pero un día podría no ocurrir.

(Esta critica a la inducción coincide con la que Popper y Kuhn, que consideran, igual que Hume, que no hay justificación alguna para pasar de enunciados particulares a enunciados universales. Proponen el falsacionismo es el método más “honesto” para conseguir una aproximación más cercana a la verdad, por lo que siempre será “altamente probable” y no “absolutamente cierto”.En la medida en que busquemos situaciones que pongan en duda nuestra idea y no los encontremos, más fiable será. Pero la ciencia nunca podrá llegar a enunciar leyes universales.)

De esta forma llegamos a la conclusión de que todos los razonamientos causa-efecto se basan en la experiencia, y en la costumbre, puesto que no hay argumento alguno que me lleve a pensar que el efecto sea conforme a la experiencia pasado. Las fuerzas por las que operan los cuerpos son totalmente desconocidas a priori, sólo percibimos las cualidades que nos llegan por los sentidos, así que no hay ninguna razón para pensar que las mismas fuerzas siempre estén unidas a las mismas cualidades sensibles.

Pero además, en la creencia de que el futuro va a seguir siendo conforme al presente y al pasado, que la naturaleza va a seguir funcionando conforme lo ha hecho hasta ahora, y esto nunca va a poder demostrarse (El criterio de verdad de Hume afirma que para saber si una idea es verdadera debemos ver la impresión que le corresponde, pero no podemos tener impresiones de un hecho que todavía no ha sucedido.). Entonces es una CREENCIA el pensar que los hechos del futuro se producirán de la misma forma que lo hicieron en el pasado, ya que los hechos podrían cambiar y no haber contradicción en ellos. Así, aceptamos el Principio de Uniformidad de la Naturaleza, sin prueba alguna. (Rechaza las leyes “universales” que supuestamente rigen la naturaleza)

De esta forma, no actuamos racionalmente, sino más bien por costumbre. Cuando crees que algo va a suceder, esa creencia no añade ninguna idea nueva sino que es una manera peculiar de concebir un objeto, es como más fuerte, más firme, que da más intensidad a la misma idea. Es decir, es algo privativo del sentimiento, que se añade a la concepción.

Es por tanto esta costumbre en la percepción de los fenómenos la que nos induce a creer que algo ocurrirá, nuestra creencia se inclina por aquello a lo que estamos más habituados.

Incluso creer que las cosas siguen existiendo cuando no son percibidas, también es una creencia.

Además, a pesar de que su teoría esta basada en el empirismo, plantea las impresiones no tienen por qué venir de la realidad. Lo que se presenta a la mente es solo una imagen y una percepción del objeto, los sentidos son únicamente puertas a través de los cuales entran las imágenes, sin que haya una relación inmediata entre la imagen y el objeto. Podrían estar engañándonos, por ejemplo: “la mesa que vemos parece empequeñecerse a medida que nos alejamos”, pero la mesa real sigue ahí, independiente de nosotros, sin sufrir alteraciones.
Así que ni siquiera podemos afirmar la existencia de una realidad externa, de manera que el límite del conocimiento se queda en las impresiones, no podemos ir más allá. (Relación con el “solipsismo” propuesto por Berkeley, actitud según la cual puesto que todo nuestro conocimiento versa sobre nuestros propios estados mentales, no podemos saber si existe ninguna otra cosa fuera de nosotros. Sentirse “encerrado” dentro de la propia mente.
A estas conclusiones también llegó Descartes [“pienso, luego existo”], pero la usó como justificación del “evidente” predominio de la razón, del intelecto)

De esta manera, Hume nos conduce a un escepticismo, porque, según esto, nunca podemos tener seguridad en lo que se llega a conocer, entonces, ¿nada puede ser conocido? Sin embargo (y afortunadamente) el sentido común que nos transmite la naturaleza nos impide ser radicalmente escépticos.





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Enviado por:Rinoa H
Idioma: castellano
País: España

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