Literatura


Temario selectividad de Literatura


1.LA LITERATURA DEL S.XVIII. ENSAYO Y TEATRO.

El siglo XVIII es el siglo de las luces, donde la razón se vuelve protagonista. La burguesía emergente introduce una nueva visión de mundo, optimista y confiada en el progreso y en la educación.La literatura Neoclásica es una vuelta a los escritores clásicos grecolatinos y a las reglas y normas que buscaban el buen gusto, la razón, la sobriedad y la mesura, y nunca la originalidad. Querían difundir sus ideas, transmitir un mensaje. En España esta corriente entro con cierto retraso respecto a Europa.

Distinguimos tres períodos:

· Posbarroco: en la primera mitad de siglo (sobretodo en teatro).

· Neoclasicismo: se desarrolló durante el reinado de Carlos III, es puramente ilustrada.

· Prerromántico: dos últimas décadas del siglo.

ENSAYO

Es el vehículo de difusión de las ideas ilustradas, que trataban sobre las cuestiones que inquietaban a los pensadores de la época: la educación, las supersticiones, las corridas de toros... Destacaron:

· Benito Feijoo: Perteneciente al Posbarroco, era muy moderado en sus afirmaciones, era monje, defendía el equilibrio y un estilo sencillo y natural. Escribió Cartas Eruditas y Curiosas y Teatro Crítico Universal.

·José Cadalso: Escribió Cartas Marruecas, inspirado por Montesquieu, donde utiliza la técnica epistolar para criticar a la España tradicional y sus costumbres. En Noches Lúgubres introduce el espíritu romántico en nuestra literatura.

·Melchor Gaspar de Jovellanos: intervino activamente en la política de la época y fue toldado de afrancesado. Intentó analizar los problemas de España y resolverlos. Escribió Memoria para el arreglo de la política de los espectáculos e Informe sobre la ley agraria.

TEATRO

Se vuelve al teatro clásico con la regla de las tres unidades (que Lope había roto en el Barroco), con un único lugar, tiempo y acción. Es un teatro mediocre, poco original, frío, que imita a los autores clásicos y sigue las normas grecolatinas. Intenta comunicar un mensaje, enseñar, y se dirige a la burguesía y no a las clases populares.

Destaca Leandro Fernández de Moratín que trata fundamentalote de temas morales y costumbristas, como la necesidad de que la mujer elija libremente y no obligada por los hombre, que queda reflejado en El sí de las niñas o La comedia nueva o El café. Tiene un estilo correcto y elegante, y avanza en el concepto de teatro como medio de comunicación.

También destacan El delincuente honrado, de Gaspar de Jovellanos y El señorito mimado, de Iriarte.

Se escribieron entreactos para las Comedias Neoclásicas, donde destacó Ramón de la Cruz, cuyos personajes populares y castizos satirizaban de forma suave las costumbres y tradiciones españolas.

2.EL ROMANTICISMO LITERARIO DEL SIGLO XIX.

El Romanticismo, originado en Alemania, llega a España bien entrado el siglo XIX tras la muerte de Fernando VII. Muchos autores que se habían exiliado al extranjero introducen este movimiento cultural, artístico, político... al regresar al país, cuando en Europa ya estaba decayendo. Se caracteriza por el subjetivismo e idealismo, la abundancia de sentimientos, de ansias de libertad, de amor trágico, pasional, de un destino adverso e inevitable. Cobra protagonismo el yo, la individualidad, así como el papel de la naturaleza como escenario, que será un reflejo de los sentimientos del protagonista (cementerios, ruinas, paisajes nocturnos, tempestades...) y el gusto por lo sobrenatural y misterioso, de aquello que no tiene explicación racional, la religión, el Más Allá... Se interesan por lo nacional y popular, por el folklore, las tradiciones y costumbres del pueblo, etc., los lugares exóticos, lejanos, y épocas históricas, sobretodo medievales.

POESÍA

Hay libertad de reglas y modelos. Abunda la polimetría, la métrica popular, el octosílabo y otros versos de arte menor. Se cultiva tanto la poesía narrativa como la histórica. Los temas son los típicos: el amor, la libertad, el desengaño... El duque de Rivas es el introductor de la poesía romántica en España con su obra El moro expósito. Destacan José de Espronceda, con una obra rebelde, inconformista, personal, llena de personajes marginales como piratas, reos, condenados a muerte o mendigos, que canta a la juventud perdida, al paso del tiempo, al desengaño vital... Escribe El estudiante de Salamanca o El diablo Mundo. Otros autores son José Zorrilla y Ramón de Campoamor.

Dentro de lo que se ha llamado el Posromanticismo encontramos a Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro. G.A. Bécquer tiene una poesía sencilla y breve, con un vocabulario no muy complejo con el que describe los sentimientos, el amor, el desengaño, la muerte, la nostalgia... Escribió Rimas y en prosa, Leyendas. Aspira a plasmar la perfección absoluta. Rosalía de Castro escribe en gallego y en castellano, con un lenguaje intimo y personal. Buena parte de su obra está dedicada a Galicia y a sus gentes, a la opresión y el atraso. Escribe A orillas del Sar, Follas Novas, El caballero de las botas azules.

TEATRO

Busca conmover, impresionar y emocionar al espectador. Hay gran libertad: mezcla lo trágico con lo cómica, la prosa y el verso, rompe las unidades de tiempo y lugar. Los escenarios son lúgubres y cuidados, y los personajes héroes y heroínas que viven y mueren por amor.

Destaca el duque de Ribas con Don Álvaro o La fuerza del sino, donde se representa un mundo caótico, sin sentido ni consuelo, donde el suicidio es un acto de libertad. Es la obra romántica prototipo.

José Zorrilla con Don Juan Tenorio, donde un joven libertino seduce a varias mujeres hasta que tiene una experiencia sobrenatural que lo redime Su estructura rompe la regla de las tres unidades y la acción se desarrolla en dos noches. Dota a la obra de gran dinamismo y emplea una versificación muy rítmica.

Martínez de la Rosa escribe Conjuración de Venecia y García Gutierrez, El trovador.

PROSA

Destacan dos géneros:

La Novela Histórica: reconstruye el pasado para interpretarlo como enseñanza en el presente. Tiene gusto por la ambientación medieval. Destaca José Mariano de Larra con El doncel de don Enrique el Doliente y El señor de Bembibre, de Gil y Carrasco.

Costumbrismo: Los artículos de costumbres presentan sucesos cotidianos con las reflexiones del autor, intentando el reflejo de la realidad con cierto humor e idealización. El mejor representante es Mesonero Romanos. Se incluyó, además, la capacidad de instrumento como crítica social, que fue muy bien utilizado por el periodista Mariano José de Larra, alias Fígaro, que denunció la ignorancia, el falso orgullo, la mala educación, el exceso de burocracia y los abusos de la burguesía y el clero. Escribió Vuelva usted mañana y Casarse pronto y mal.

3.LA NOVELA REALISTA Y NATURALISTA DEL S.XIX

Este movimiento se desarrolla en España durante la segunda mitad del siglo XIX proveniente de Francia. Intenta reflejar la realidad en la que vive el país, que ha sufrido grandes cambios políticos y tecnológicos. Se preocupa por una descripción minuciosa de la realidad y por el análisis del comportamiento humano. Es un movimiento objetivo, el autor no expresa sentimientos, no inventa nada, sólo escribe lo que ve. Distinguimos varias etapas:

·Prerrealismo: se inicia con la publicación de La Gaviota, de Fernán Caballero, en la mitad del siglo, con tintes costumbristas e intención moralizante.

·Realismo: se inicia en 1870 con la publicación de La fontana de oro de Benito Pérez Galdós. El autor adopta una actitud más objetiva hacia sus personajes y el retrato psicológico se convierte en motivo central.

·Naturalismo: Es una corriente mucho más profunda, que llega desde Francia iniciada por Emilio Zola. Busca en lo más profundo del ser humano, lo más íntimo, lo oculto, la imposibilidad de cambiar debido a que esta determinado por la herencia biológica y el ambiente. Tiene especial interés en lo feo, lo sórdido, la enfermedad, la marginación. En España destaca Emilia Pardo Bazán, escritora gallega que escribe Los Pazos de Ulloa y Madre Naturaleza.

POESÍA

Los posrománticos siguen publicando, pero la poesía realista tiene poca relevancia. Tiene un tono didáctico, moral o cívico. El autor más relevante es Campoamor.

TEATRO

Tampoco tiene mucha relevancia al no poder cumplir la característica propia del teatro, que es la comunicación. Intenta reflejar críticamente la sociedad del momento. Destaca José de Echegaray (premio Nobel en 1904). Al final de siglo, Galdós adapta sus técnicas narrativas al teatro.

PROSA

Es el género por excelencia de este periodo. Refleja los conflictos de la sociedad de la época: las tensiones políticas y religiosas, las relaciones humanas, la importancia del dinero... Los personajes son individuos populares extraídos de la realidad cotidiana. El narrador suele ser externo y omnisciente. El espacio son lugares concretos y verdaderos. A veces, la narración se empieza “in media res”. El estilo se caracteriza por la precisión de las descripciones y la agilidad de los diálogos. El lenguaje es sencillo y los personajes se expresan como les corresponde a su nivel social. España tenía tradición realista desde la novela picaresca o la cervantina.

Destacarán Fernán Caballero, Pedro Antonio de Alarcón, José Mª de Pereda, Juan Valera, Emilia Pardo Bazán, Vicente Blasco Ibáñez... Formarán la llamada “ Generación de 1868”. Pero sin duda los mejores serán:

·Benito Pérez Galdós: es el máximo representante del Realismo español. Su vasta producción se agrupa en: Episodios Nacionales (Cuenta la historia de España en 46 novelas desde 1805 hasta 1875), Primeras Novelas (de menor calidad, son novelas de tesis, con personajes planos para representar dos visiones del mundo, liberal y conservador. De esta etapa es Doña Perfecta), Novelas Españolas Contemporáneas (en plena madurez literaria, los personajes se vuelven más profundos e incluso se intercambian entre novelas. Retrata a la clase media y un Madrid social como escenario. Miau y Fortunata y Jacinta) y el Último Período (donde entra en una etapa más espiritual, se centra en el ser humano y en el sentido de su existencia, incorporando elementos simbólicos y fantásticos. Tristana, Nazarín o Misericordia).

·Leopoldo Alas “Clarín”: escribió artículos periodísticos, cuentos y su obra maestra, La Regenta, donde describe la sociedad en un ambiente asfixiante, la degradación de la protagonista, las intrigas y luchas sociales...Su técnica es sencilla, con narrador omnisciente y el uso del perspectivismo.

4.MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98

El modernismo y la generación del 98 surgen como corrientes literarias que buscan la renovación del país, se rebelan ante el sistema de la restauración de finales del siglo XIX. En esos momentos esta como regente de Alfonso XIII su madre María Cristina, y los partidos liberal y conservador, con Canovas y Sagasta, se alternan el poder por medio del bipartidismo y el caciquismo. Tuvieron en común su actitud rebelde frente a los valores burgueses, la desconfianza de la razón, y la visión pesimista de la vida.

El modernismo surge en Latinoamérica de la mano de Rubén Darío. Se evadía de los problemas para no afrontarlos, se evadía en espacios exóticos, orientales (China, India) y en el tiempo (medievo, Renacimiento...), persigue la musicalidad y el ritmo, la sensualidad. Utiliza un léxico rico en cultismos, neologismos y referencias culturales, con innovación métrica, le canta la estética de la vida bohemia y disipada del París abierto y acogedor, a los héroes americanos de la época precolombina.

Se distinguen dos etapas: la primera hasta 1896 (Prosas profanas de Rubén Darío) con preciosismo formal y culto a la belleza; la segunda en la que se intensifica la poesía intimista y la presencia de temas americanos.

· En la lírica destaca Rubén Darío un con sus obras Azul, Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza; Antonio Machado con Soledades, y Juan Ramón Jiménez con Ninfeas y Arias Tristes.

· En narrativa, Sonatas de Valle Inclán, Las cerezas del cementerio de Gabriel Miró y Platero y yo de Juan Ramón Jiménez.

· En teatro, Comedia de ensueño de Valle Inclán, Las hijas de El Cid de Eduardo Marquina y La noche del sábado, de Jacinto Benavente.

El concepto de Generación del 98 fue creado por Azorín en unos artículos de 1913 y hace referencia a un grupo de escritores que comparten características en común: afectados por la crisis intelectual, política y de decadencia que sufre España tras la pérdida de los últimos restos del imperio colonial en 1898. Sienten que deben volver a la Castilla antigua, con sus arcaicos valores. Tienen interés por la intrahistoria, la vida callada de los habitantes del país. Al contrario que en el Modernismo, se hace frente a los problemas y se busca una solución. Tienen una formación cultural semejante, con influencias de sus contemporáneos. Su estilo es sobrio, con una forma cuidada y gusto por las palabras tradicionales y el subjetivismo. Los temas que aparecen son España, el sentido de la existencia, el tiempo, la muerte y el sentimiento de hastío de vivir.

·Miguel de Unamuno: escribió ensayos, Vida de Don Quijote y Sancho. En sus novelas describe los dramas internos de los personajes y al deseo de inmortalidad, Niebla. Fue el aglutinante de todos los miembros del grupo.

·Azorín: Lo importante en sus obras no es el argumento, sino el desarrollo interno de los personajes, el lenguaje, la descripción de ambientes, su idea de España y de la vida en general, Felix Bargas, La Voluntad.

·Pío Baroja: Presenta el proceso de aprendizaje por medio de la experiencia y los diálogos, La Busca, El árbol de la ciencia.

·Valle-Inclan: Máximo representante del modernismo y precursor del teatro contemporáneo europeo. Escribe novela, Sonatas, y crear el género del esperpento (deformación sistemática de la realidad para analizar la sociedad) en Luces de bohemia.

·Antonio Machado: Tras el intimismo modernista de Soledades, pública en 1912 Campos de Castilla, donde aparecen cuadros de paisaje, de gentes y meditaciones.

Otros autores son Ramiro de Maetzu y R. Menéndez Pidal.

5.EL NOVECENTISMO Y LAS VANGUARDIAS

Tras la Primera Guerra Mundial la hegemonía mundial pasó a manos de Gran Bretaña y Estados Unidos, se dió la Revolución Rusa en 1917 y España estará bajo la dictadura de Primo de Ribera hasta el triunfo de la Segunda República.

El Novecentismo es un movimiento cultural que surge entorno a 1910 y decae hacia 1930 como rechazo al tono visceral y subjetivo de sus mayores hacia el arte del siglo XIX. Las principales características de estos escritores son el racionalismo, el antirromanticismo, defensa del arte puro, el aristocracismo intelectual (escriben para minorías selectas), un estilo muy cuidado y el europeismo (lo universal frente a lo nacional), aunque se siguen preocupando por el problema de España. Algunos autores fueron a Ortega y Gasset, Azaña, Gregorio Marañón, Pérez de Ayala, Gabriel Miró, J. R. Jiménez... Se les conoce también como la Generación del 14.

El novela destacan Gabriel Miró, con una prosa muy elaborada que buscar la perfección formal en El Obispo leproso, y Ramón Pérez de Ayala con su novela intelectual, Luna de miel, luna de hiel.

En ensayo Ortega y Gasset, el más destacado autor y filósofo de esta época, con La deshumanización del arte, La rebelión de las masas, Manuel Azaña con La Invención del Quijote y Gregorio Marañón con Don Juan.

En teatro destacar Jacinto Grau, autor de y El señor de Pigmalión, y en poesía, Juan Ramón Jiménez, al que los poetas jóvenes consideraban guía y maestro, con Platero y yo, Diario de un poeta recién casado y Dios deseado y deseante.

Las Vanguardias los movimientos vanguardistas o “ismos” (cubismo, futurismo, dadismo, expresionismo y surrealismo) se iniciaron en Europa y triunfaron en torno a los años 20, finalizando en la década de 1930. En España, los movimientos que alcanzaron mayor desarrollo fueron el creacionismo y el surrealismo, y como vanguardia autóctona apareció el ultraísmo. Las vanguardias se caracterizan por la ruptura radical con toda tracción artística, una renovación constante del concepto del arte en general y un desafío constante tanto a la moral como la estética burguesas.

En España se distinguen dos etapas:

  • Nacimiento y auge del vanguardismo (1908-1925): Las primeras manifestaciones aparecen con Ramón Gómez de la Serna. El creacionismo defiende la capacidad creadora de las imágenes, destaca Gerardo Diego con Imagen. El ultraísmo se basa en la metáfora.

  • Surrealismo y rehumanización (1926-1936): Se recogen las emociones, angustia y la rebeldía ante la sociedad moderna. Fue el movimiento más influyente en la generación del 27. Su huella se refleja en la libertad imaginativa y formal, en las nuevas imágenes irracionales, sin significado lógico pero de enorme carga emotiva. Alberti escribe Sobre los ángeles.Ocupa un lugar destacado Ramón Gómez de la Serna, que incluso creó su propio ismo (Ramonismo)

  • 6.LA POESÍA DE LA GENERACIÓN DEL 27.

    En este periodo, considerado como la Edad de Plata de la literatura española (1902-1939) surgió un grupo de jóvenes poetas vinculados a las vanguardias artísticas que, junto a otros intelectuales, participarán en el homenaje a Góngora la celebrado en 1927.

    Ideológicamente de se caracterizan por una visión pesimista de la vida; están en contra de la represión ejercida por una sociedad alienante. Defienden la vida, lo instintivo, espontáneo y natural. Les interesara lo nuevo, lo diferente, lo raro, lo inocente, lo inconsciente.

    Literariamente, conoce la literatura y admiran a los clásicos. Suponen una síntesis entre tradición (romanceros, cancioneros y coplas) y renovación o vanguardia, de donde toman lo novedoso, lo provocador, el juego de ingenio y la ruptura humorística. Tienen un gran equilibrio entre lo intelectual y la sentimental, lo culto y lo popular. Buscaron un léxico especial, el uso y la reinvención de la metáfora, un amplio desarrollo del verso libre y la recuperación de esquemas rítmicos clásicos.

    Los temas son variados: la ciudad, la naturaleza (acercándola a la ciudad y al mundo cotidiano), el amor y el compromiso con su tiempo.

    Se distinguen tres etapas:

    - Hasta 1928: la “poesía pura” que busca la belleza absoluta, poesía deshumanizada en la que se aprecia la influencia de Bécquer, las primeras vanguardias y J. R. Jiménez, así como el empleo de estrofas tradicionales (soneto, romance, villancico...)

    - Hasta 1936: la “poesía humanizada”, más humana y apasionada. Toman elementos del surrealismo, como L. Cernuda en Los placeres prohibidos.

    - Después de la Guerra Civil: Exilio y dispersión. Lorca ha muerto y Miguel Hernández, epígono de esta generación, perece en la cárcel. En el exilio, los temas más significativos giraron en torno a la nostalgia de España, de los amigos muertos, el desarraigo...

    Los autores y obras más relevantes fueron:

    · Rafael Alberti: con variedad de tonos, temas y estilos, desde una poesía neopopulista, Marinero en tierra, neogongoriana en Cal y canto...

    · Federico García Lorca: su poesía evolucionó desde la sencillez de Impresiopnes y paisajes, pasando por la fuerza de Romancero gitano y llegando a la poesía vanguardista de Poeta en Nueva York.

    · Pedro Salinas: es el autor del amor por excelencia con La voz a ti debida.

    · Dámaso Alonso: cultiva la poesía pura y la poesía existencial en Hijos de la ira.

    · V. Aleixandre: es autor de poesía surrealista como Espadas como labios.

    · Luis Cernuda: reunió diversos libros bajo el título de La realidad y el deseo, y ya en el exilio escribió Desolación de la quimera.

    Otros autores son J. Guillén, G. Diego, M. Altolaquirre, E. De Champourcín y C. Méndez.

    7.EL TEATRO DE PREGUERRA (ANTERIOR A 1936)

    En los primeros años del S. XX el teatro experimenta un notable impulso de cambio y renovación. Se distinguen diferentes tendencias:

    1.- Comedia burguesa o benaventina: rompe con el énfasis y la ampulosidad de los dramas de Echegaray y ofrece un teatro mucho más equilibrado, con gran interés por el diálogo conversacional y construcción dramática de signo realista. Los temas y personajes se corresponden con las clases medias y altas de la sociedad y los conflictos típicos (amores insatisfechos, infidelidades, hipocresía, hijos calaveras…), como vemos en La malquerida y en Los intereses creados de Jacinto Benavente, máximo exponente de esta tendencia.

    2.- El teatro poético o histórico modernista, en verso. Se caracteriza por un lenguaje sonoro y retórico, mundos exóticos y escenografía deslumbrante. Se trata de un teatro de pura evasión, sin relación inmediata con la realidad. Destacan Las hijas del Cid, de Eduardo Marquina; El alcázar de las perlas, de Villaespesa; o La Lola se va a los puertos, de los hermanos Machado.

    3.- El teatro cómico (comedia costumbrista): preferida por las clases populares. Se distinguen la zarzuela y los sainetes. Estos últimos, de Carlos Arniches, siguen la tradición de los entremeses para presentar la galería de personajes pintorescos de Madrid, los problemas cotidianos y su forma castiza de hablar. En sus tragedias grotescas denuncia las lacras sociales, como en La señorita de Trevélez. También pertenecen a esta tendencia los hermanos Álvarez Quintero, quienes sitúan sus obras en Andalucía. Pedro Muñoz Seca parodia en verso los dramas históricos neorrománticos, como vemos en La venganza de don Mendo. Crea el “astracán”, género que con la deformación y exageración de la realidad consigue un gran efecto cómico mediante los juegos de palabras, dislocaciones lingüísticas, chistes y parodias.

    4.- Teatro de innovación y vanguardia, en el que destacan Valle-Inclán, con el “esperpento” de Luces de bohemia y Martes de Carnaval; y García Lorca, de influjo surrealista en Bodas de sangre o el drama La casa de Bernarda Alba. Siguen los aires innovadores europeos, aunque con menor fuerza. Serán obras incomprendidas en su época.

    Por último, señalar otras tendencias, como el teatro de la Generación del 98, en el que destacan Unamuno, con obras de excesiva desnudez y esquematismo como El otro; Azorín, con obras entre irreales y simbólicas, Brandy, mucho brandy. Entre los novecentistas, las piezas irrepresentables de Ramón Gómez de la Serna, Los medios seres y Jacinto Grau, con El señor de Pigmalión. Además de Lorca, en el grupo del 27 cultivaron teatro R. Alberti, con El hombre deshabitado; Max Aub, con Narciso; o Pedro Salinas, en Judit y el tirano.

    8.LA NOVELA ESPAÑOLA DE 1939 A FINALES DE LA DÉCADA DE LOS 70. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS PRINCIPALES.

    Tras la Guerra Civil, España va a quedar sumida en una depresión que abarca todos los aspectos. La muerte, el exilio de los escritores, junto a la censura y el aislamiento del país hicieron que la vida cultural de España fuese muy pobre. Algunos autores exiliados son Rafael Alberti, R. J. Sender y Max Aub. La censura irá a menos con los años.

    -Década de los 40: Distinguimos dos grupos de escritores, los que nacieron antes de la guerra y los que nacieron después. Los que nacieron antes quedarán mediatizados por la guerra, limitándose a escribir obras de poca trascendencia, reeditar anteriores o a la traducción. Quedan todavía autores de la generación del 98, como Azorín y Baroja. Entre las que nacieron después encontramos al Carmen Laforet, que escribe Nada y a Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte (habla de la vida en el campo pero sin ubicarla, lo que le libra de la censura). Con esto empieza el “Tremendismo”, que revela insatisfacción con la vida, existencialismo, lo feo, desagradable, prostitutas, criminales, tarados... en definitiva, el pesimismo de la posguerra.

    Otros autores el son Ana María Matute y con Los Abel e Ignacio Agustí que escribe Mariana Rebull.

    -Década de los 50: Hay una cierta liberización intelectual y comunicación con el exterior. Aparece la novela social con La colmena, de Camilo José Cela (Se intenta reflejar el realidad social tal cual es, las injusticias, la represión, la falta de libertad...) Se nutren del testimonio, denuncia y crítica. Miguel Delibes escribe Mi idolatrado hijo Sisí, Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama. Un segundo subtema es el campo y el campesinado (donde serán las mayores injusticias y desigualdades) R. J. Sender escribe Réquiem por un campesino español. Un tercer subtema son los viajes. C. J. Cela escribe Viaje a la Alcarria, y un cuarto sobre la ruptura de los valores convencionales. Juan Goytisolo escribe Señas de identidad y Luis Martín Santos, Tiempo de silencio.

    Aparece el Objetivimos, donde el narrador cuenta la realidad como la ve pero sin aparecer, como si filmara una película. No trata bien el lenguaje, con frases cortas, sencillas, vocabulario limitado...(Generación de la Berza.) Una escritora será Ana Mª Matute.

    -Década de los 60: Predominio del fondo sobre la forma. Hay diversidad de temas. Es la década de la experimentación: desaparece el capítulo como única estructura (circular), los personajes son muy diferentes pero todos están conectados, monólogo interior, diferentes puntos de vista, desorden cronológico, signos de puntuación alterados... Cinco horas con Mario, de M. Delibes, San Camilo, de C. J. Cela.

    -Década de los 70: Adquiere mayor importancia la técnica en detrimento del argumento o el tema. Coinciden narradores de las generaciones anteriores como Cela o Delibes. Se incorporan nuevas formas narrativas. Destacan La saga/fuga de J. B., de Torrente Ballester, Volverás a la Región de Juan Benet y La oscura historia de la prima Montse, de Juan Marsé.

    9.EL TEATRO ESPAÑOL DE 1939 A FINALES DE LA DÉCADA DE LOS 70. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS PRINCIPALES.

    Comparado con el bullir de experiencias del teatro extranjero, el panorama de la escena española resultará pobre. Esto se debe a condicionamientos comerciales e ideológicos y a la censura. Se habló de un teatro soterrado, que intenta responder a nuevas exigencias éticas y que apenas logró mostrarse.

    Se distinguen varias etapas y tendencias:

    -Años 40 y mitad de los 50: Tras la guerra civil el panorama español queda desolado debido a la muerte de autores (Valle-Inclán, Lorca...) y una censura implacable que sólo permite obras de diversión, ante las cuales el cine lleva ventaja y aparece una crisis en el teatro. Las tendencias de los años cuarentas son:

  • La alta comedia: predominan las comedias de salón o los dramas de tesis, caracterizados por la preocupación por una obra bien hecha. Destacan Luca de Tena, Edgar Neville, Joaquín Calvo Sotelo.

  • b. El teatro cómico: donde se notan dos tendencias: la conservadora, de Muñoz Seca, y la renovadora, de Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro) y Miguel Mihura (con un teatro nuevo y rompedor, Tres sombreros de copa).

    c. Un teatro grave, preocupado, inconformista que se inserta, al principio, en una corriente existencial: Historia de una escalera de Buero Vallejo y Escuadra hacia la muerte y de Alfonso Sastre, es un teatro diferente.

    -Mediados de los 50 y 60: Es el teatro realista, de protesta y denuncia. Teatro social. Tiene finalidad política. Sastre se inclina hacia un teatro de denuncia: Muerte en el barrio, La cornada. Antonio Buero Vallejo pretende reflexionar sobre la situación del hombre en el mundo, El concierto de San Ovidio.

    Aparece la generación realista. Son autores nacidos en torno 1925: Rodríguez Menéndez con Los inocentes de la Moncloa, Carlos Muñiz con El tintero o Lauro Olmo con La camisa. Lo común sería el tema de la injusticia social y de la alineación.

    - Años 70: Búsqueda de nuevas formas. Hacia 1970 numerosos dramaturgos se lanzaron a una renovación de la expresión dramática. Se asimilan corrientes de experimentales del teatro extranjero, del teatro del absurdo. Entre sus representantes destacan: Francisco Nieva, Fernando Arrabal, José Maria Bellido, Martínez Ballesteros... Su audacia formal les aleja de escenarios oficiales. Aparece en una corriente de teatro soterrado. Sigue siendo un teatro de protesta y denuncia, su temática gira en torno a la dictadura, la falta de libertad, la injusticia, la alineación con enfoques simbólicos y alegóricos, los personajes suelen ser símbolos del dictador... Se recurrirá a la farsa, a lo grotesco, a deformaciones esperpénticas, a lo onírico... Aparecerán los grupos de teatro independiente, al margen de las cadenas comerciales como “Los Goliardos” o “Tábano”.

    10.POESÍA ESPAÑOLA DE 1939 A FINALES DE LA DÉCADA DE LOS 70.

    Al comenzar la Guerra Civil la poesía se encontraba en un momento de gran esplendor, riqueza y creatividad. Al terminar, el panorama era desolador, el país se encuentra dividido entre la España del interior y la del exilio. En el exilio siguen produciendo sus obras poetas como Juan Ramón Jiménez, El otro costado; Cernuda, Vivir sin estar viviendo; Salinas, El contemplado; Guillén, Clamor; Alberti, Retornos de lo vivo lejano...En España distinguimos varias tendencias:

    1.- Posguerra: años 40. Siguiendo la clasificación de Dámaso Alonso distinguimos dos líneas: la poesía arraigada y la desarraigada. En la primera se inscribe un grupo que ofrece una imagen armónica del mundo. Es una poesía épica, triunfalista, religiosa, de factura formal y clasicista. Escriben en revistas como Escorial. Toman a Gracilaso como modelo. Se agarran a la tierra, la familia y Dios. Destacan Luis Rosales, La casa encendida; Leopoldo Panero, Escrito a cada instante; Dionisio Ridruejo, Sonetos a la piedra; y José García Nieto, Tú y yo sobre la tierra.

    Para los desarraigados, el mundo es un caos y la poesía el medio para encontrar el orden y la serenidad. Cultivan una poesía de tono trágico, son existencialistas. Destacan Dámaso Alonso, con Hijos de la ira, y Vicente Aleixandre, con Sombra del paraíso. Ambos inician el proceso de rehumanización de la poesía. Destacan también Carlos Bousoño, Gabriel Celaya, José Hierro y Blas de Otero, con su obra Ángel fieramente humano.

    Otras tendencias son el Postismo y postsurrealismo, vuelta a las vanguardias europeas, y el grupo Cántico, heredero del 27, con una poesía intimista.

    2.- Poesía social: años 50. El intimismo y desarraigo existencial ceden paso al compromiso cívico, la poesía es un instrumento para reflejar y transformar la sociedad. Los temas son España, solidaridad, anhelo de libertad, la injusticia social. Se rechaza el esteticismo y el lenguaje es sencillo, cercano al narrativo. Destacan Blas de Otero, con Pido la paz y la palabra, y Gabriel Celaya, con Cantos íberos.

    3.- Años 60, generación de los 50 o medio siglo. La poesía no es ya comunicación, sino un medio de conocimiento de la realidad; del yo social al yo poético e íntimo. Es una poesía de la experiencia, con un tono cálido y cordial. Predomina un tono reflexivo o meditativo, un estilo conversacional, un lenguaje coloquial y son frecuentes el uso de la ironía y la intertextualidad. Los temas son la familia, la infancia, el amor, la amistad...Destacan Áspero mundo, de Ángel González; Las personas del verbo, de J. Gil de Biedma; La memoria y los signos, de J. A. Valente; Conjuros, de Claudio Rodríguez, J. A. Goytisolo, J. M. Caballero Bonald, Carlos Barral...

    4.- En los años 70 comienza la renovación de mano de los Novísimos: Félix de Azúa, Guillermo Carnero, Pere Gimferrer (Arde el mar), Molina Foix, Vázquez Montalbán, Leopoldo María Panero (Poemas del manicomio de Mondragón)... Se trata de una nueva vanguardia, despreocupación de las formas tradicionales, talante provocador, voluntad rupturista; es un arte minoritario. Se caracteriza por el rechazo del realismo social, integración de influencias (cine, publicidad, televisión, literatura anglosajona, surrealismo, poesía de vanguardia…), un estilo selecto y un contenido culturalista (referencias artísticas, mitológicas e históricas).

    11. LA NOVELA Y EL CUENTO HISPANOAMERICANOS DE LA 2º MITAD DEL S.XX. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS PRINCIPALES.

    La difusión internacional de narrativa hispanoamericana se produce en 1962, con la publicación de tres novelas que iniciarán el “boom”, es decir el reconocimiento mundial de la calidad literaria e interés de esta literatura poco conocida o poco apreciada hasta este momento.

    Los nuevos autores (Vargas Llosa, Cortázar, Gabriel García Márquez, Donoso... ) continúan el realismo mágico y el género fantástico y alternan los espacios urbanos con ámbitos rurales. Practican una literatura critica en el plano social y político, sobre todo de denuncia a las dictaduras.

    Es una novela brillante que debe su calidad literaria a dos factores esenciales:

  • El uso de procedimientos narrativos nuevos y de gran audacia. (se abandona la estructura lineal ordenada y lógica, se altera el tiempo cronológico lineal- flash-back, feed-back-, se abandonan los escenarios realistas y se sustituyen por otros oníricos y se reemplaza el narrador omnisciente en 3ª persona por diferentes puntos de vista.)

  • La utilización de una legua rica en matices, barroca de gran belleza sensorial y riqueza léxica, que culmina en la obra de Lezama Lima: Paradiso.

  • Numerosa es la nómina de autores de novela, se suelen distinguir tres promociones:

    1ª promoción: Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.

    2ª promoción: Roa Bastos, José Donoso, Lezama Lima.

    3ª promoción: Bryce Echenique, Isabel Allende, Manuel Puig y Laura Esquivel.

    Julio Cortázar: sus obras reflejan el caos que domina la realidad, en ellas predomina lo insólito y lo absurdo, la innovación técnica. Aparecen temas como la soledad y el enigma de la existencia humana, como Rayuela. Es el principal renovador del cuento.

    Gabriel García Márquez: las primeras obras son novelas cortas en las que va configurando el espacio mítico de Macondo, espacio que será fundamental en su novela Cien años de soledad (traducida a 38 idiomas), Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera... Recibió el premio Nobel en 1982.

    Mario Vargas Llosa: La ciudad de los perros suele considerarse una de las novelas inaugurales del “boom”. Se distingue por su realismo fundamental, sin introducción de elementos sobrenaturales propios del realismo mágico. Sus primeras novelas apuestan por la experimentación más radical : La casa verde, Conversación en la Catedral... en sus novelas de los años 70 y 80 modera la experimentación y profundiza en los males de Hispanoamérica, sobre todo a la corrupción política. Escribe La fiesta del Chivo.




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    Enviado por:Ana Me
    Idioma: castellano
    País: España

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