Economía y Empresa


Sector textil


INDICE

1. Introducción: características generales del sector textil

1.1. Producto ofertado

1.2. Clientes

1.3. Proveedores

1.4. Fases productivas

1.5. Subcontratación

1.6. Estructura de costes

1.7. Tipos de empresas

2. Las actividades del sector textil y de la confección

2.1. Las actividades del sector textil a partir de la CNAE

2.2. Delimitación de los subsectores de textil confección

2.3. Puestos de trabajo del sector por actividades y ocupaciones

2.4. Tendencias y necesidades formativas

2.5. Nuevas tecnologías según actividades

2.6. Situación de la manufactura en los principales subsectores del textil

3. Liberalización del comercio exterior textil

3.1. Del GATT a la OMC (ATV)

3.2. Efectos, consecuencias liberalización 1 enero 2005

4. Sector textil español (siglo XIX-XXI)

4.1. Industria textil catalana siglo XIX-XX, proteccionismo

4.2. Apertura siglo XX

4.2.1. Evolución económica durante la etapa franquista 1939-1975: autarquía económica

4.2.2. Reconversión industrial 1981-85

4.2.3. Entrada UE (1986), nuevo marco de intercambios textiles

4.2.4. Situación actual de la industria textil en Europa: intercambios comerciales, facturación…

4.2.5. Situación actual de la industria textil española

4.2.6. Comercio exterior español: exportación e importación

4.3. Perspectivas de crecimiento y grado de madurez

5. Un ejemplo, el sector textil-confección de Galicia

5.1. Tasa de cobertura, subsectores, trabajadores y empresas, empresas líderes en ventas, resumen.

6. Conclusiones

7. Valoración personal

8. Bibliografía

1. INTRODUCCIÓN: CARACTERÍSTICAS DEL SECTOR TEXTIL

El sector textil pertenece al sector secundario, cuyo objetivo es transformar las materias primas o productos semielaborados en productos terminados listos para su venta. El sector industrial es considerado el motor del desarrollo económico de un país. Las razones de esto son varias: elevada productividad, alto ritmo de crédito y la capacidad para amaestrar a otros sectores.

Las actividades que lo forman se clasifican según su nivel de demanda y contenido tecnológico. El sector textil es una ADCT media-alta. Esta clasificación indica las posibilidades de aumentar la productividad por medio de la innovación y la capacidad de crecimiento de la producción. Las ramas de alto contenido tecnológico se corresponden con los mercados en expansión.

El sector de la confección textil es un sector maduro, atomizado, muy intensivo en mano de obra y poco atractivo. En los países desarrollados (PD) atraviesa importantes dificultades relacionadas con el coste de la mano de obra, mucho mayor que en la de los países en vías de desarrollo (PVD).

El sector textil-confección es aún hoy día la tercera industria en volumen de ocupación de la Unión Europea y la segunda de España. Es un sector básico y característico de actividad que, como el conjunto de la industria manufacturera, está en continua evolución en el marco de una economía global y de cambios continuos. Además, la industria textil comunitaria continúa siendo una de las grandes industrias de Europa, a la búsqueda de nuevos retos y objetivos, gracias a una política de diversificación, de innovación y de exportación. Pero no hay que olvidar que el textil europeo está constituido por una gran cantidad de empresas interdependientes y fuertemente implantadas en una serie de regiones claves de la UE con amplia tradición en el sector y fuertes vínculos comunitarios y sociales.

El sector textil-confección en Europa, ha experimentado a grandes rasgos una evolución caracterizada por la pérdida de empleos y de peso económico frente al auge de otros sectores industriales y, fundamentalmente, de servicios. Sin embargo, el sector textil continúa profundamente enraizado a nivel europeo y al peso de su tradición y de su historia une, todavía, no sólo su capacidad de proporcionar empleo y actividad industrial a numerosos ciudadanos de la comunidad, sino también su capacidad de permanencia, de innovación y renovación. Es, desde estas vertientes virtuales, con fuertes lazos vinculados a su desarrollo en determinados territorios que, el futuro del textil se contempla no sólo desde una óptica de conjunto, de actuación estratégica en el mercado único de la Unión Europea, sino también unido a programas e iniciativas que aseguren, mediante la colaboración de las administraciones locales y regionales y de los agentes sociales presentes en los territorios donde predomina el sector, las interacciones entre regiones textiles consolidadas y dinámicas en su especialización en materias primas, fases o procesos del sector.

1.1. PRODUCTOS OFERTADOS

La casi totalidad de los fabricantes afirman que el muestrario es básico dentro del proceso productivo de la empresa. Las ventas de cada temporada dependen del acierto o desacierto de las prendas que constituyen el muestrario, la imagen de la empresa depende de que éste sea el acertado a lo largo de sucesivas temporadas.

Cuando se habla de imagen de la empresa, se hace referencia tanto a la impresión sobre la marca que tienen los clientes que adquieren las prendas (en cado de que las empresas lleven a cabo una gestión activa de ésta), como a la impresión sobre el saber hacer de las empresas que perciben los clientes intermedios, que puedan ser comercios tradicionales o grandes cadenas.

Las tendencias de la moda hacen que cada temporada los muestrarios de las empresas fabricantes se ven obligados a incluir aquellos detalles que parece que van a dar un buen resultado en las ventas. Alguna de las empresas se dedican a la fabricación y posterior venta de una determinada línea de productos, como pueden ser las prendas de abrigo, la ropa deportiva, prendas de punto, lencería, corsetería, etc.; mientras que otras, queriendo ofrecer una gama más amplia de productos, apuestan por la fabricación y venta de ropa exterior en su conjunto, con el objeto de ofrecer un servicio más completo y “vestir de la cabeza a los pies” a sus clientes.

Un aspecto curioso es el relacionado con la estacionalidad del producto, debido al clima húmedo que caracteriza esta geografía; las empresas que se han especializado en estas prendas, ven limitado su campo a las zonas geográficas en las que el clima es similar.

Para realizar el diseño de muestrario, es necesario viajar mucho y observar las tendencias de moda en otros países. El escaparate europeo más importante es Italia, aunque Alemania y Francia también tienen qué decir en este mundo.

Acudiendo a desfiles, ferias e incluso observando la vestimenta de la gente en la calle o en las discotecas, el/la diseñador/a tiene que intuir la moda que marcará la tendencia de la temporada en su mercado y, a partir de ahí, crear su propia colección. Las empresas fabricantes de corsetería, por ejemplo, tienen la suerte de que la moda interior siempre va un año retrasada respecto a la exterior.

Las tendencias de la moda exterior se reflejan en la moda interior del año siguiente, por lo que los corseteros pueden seguir perfectamente y con toda seguridad la corriente de la moda.

Las tendencias del muestrario dependen de la cercanía de cada fabricante a los gustos del consumidor. De esta manera, el número de modelos que se presentan en el primer muestrario puede variar entre las setenta y trescientas prendas, dependiendo también de la complejidad de la moda de cada temporada. Conforme ciertos modelos vayan teniendo éxito (en término de número de pedidos por prendas), el propio fabricante va puliendo su muestrario de manera que el éste se reduce, en casi todos los casos, a unas sesenta o setenta prendas, que son las que realmente se fabrican.

Las temporadas coinciden, en la mayoría de los casos, con las de primavera-verano y otoño-invierno en lo que se denomina la moda exterior (prendas de mujer, hombre, niño, prendas deportivas), ya que parece ser en la moda interior no influye en el hecho de que sea invierno o verano. De hecho, la única diferencia en este tipo de prendas entre una temporada y otra radica en los colores.

Por otro lado, se ha podido observar un cambio importante en lo que se considera factor clave del muestrario. Hasta hace algunos años, la importancia de las prendas era valorada en función de su diseño, y tanto el color como el material eran aspectos secundarios; después, se empezó a valorar el color por encima de los demás factores. Hoy en día parece ser que estamos en la era de los materiales. El consumidor final valora más el tejido que compone la prenda, tanto en términos estéticos como en aspectos prácticos (que sea una moda urbana, cómoda, que no necesite planchado, etc.), por lo que los fabricantes del sector, y sobre todo los diseñadores, están invirtiendo cada vez más en este aspecto.

1.2. CLIENTES

Los fabricantes cuentan en su haber con dos tipos de clientes: por un lado, el comercio tradicional o pequeño comercio; por otro, las grandes cadenas.

Una de las ventajas de trabajar para las grandes cadenas es la del volumen de los pedidos realizados por los clientes. Si bien el margen obtenido por cada prenda es menor, estos clientes suelen demandar una cantidad mucho mayor, lo cual permite compensar el efecto de la disminución del margen unitario.

A pesar de esto la compensación de este efecto no se produce de igual manera para todas las empresas, con lo que se puede deducir que ni la capacidad negociadora ni la eficacia productiva de las empresas analizadas es igual en todas ellas.

Otra de las ventajas de las grandes cadenas como clientes es el conocimiento que éstas tienen en el mercado. Existe un continuo contacto entre el fabricante y el productor y se comparte mucha información sobre las tendencias de la moda, los modelos más exitosos, los tejidos, etc.

Por último, en lo que a ventajas se refiere, cabe mencionar que, aun pagando unos precios menores que los clientes detallistas, las grandes cadenas resultan ser muy solventes, luego los impagados son casi inexistentes en este segmento de cliente. Es lo contrario de lo que ocurre con los clientes detallistas, con los que, hasta hace unos años, las ratios de impagados eran muy altas.

Por otra parte, la principal desventaja de trabajar con las grandes cadenas es la capacidad negociadora que tienen. El hecho de que realicen unos pedidos de grandes dimensiones hace que sean capaces de establecer precios realmente ajustados, obligando así a los fabricantes a soportas unos márgenes muy pequeños que apenas les permiten cubrir los costes para poder continuar con el negocio. Este hecho hace que cuanta mayor sea la dependencia del fabricante respecto a este tipo de clientes, mayor será el poder que éste ejerza, obligándole a disminuir más los precios.

Otra desventaja derivada de la relación con las grandes cadenas es el elevado conocimiento del sector de confección que poseen estos clientes. Estas grandes cadenas conocen tanto a los proveedores como a los clientes y pueden llegar a saber prácticamente qué margen obtiene cada fabricante por cada prenda vendida.

En este sentido, es cada vez más habitual que sea el propio el que intente establecer el precio de la prenda que le vende el fabricante. Si se da el caso, el cliente cierra con el proveedor de tejidos del fabricante un acuerdo para el suministro del tejido a un precio más bajo del que habitualmente consigue el fabricante, pero esta diferencia en el coste de la materia prima repercute directamente, y en su totalidad, en el precio de venta de la prenda al cliente. Cuando esto ocurre se puede decir que el cliente intenta introducir al fabricante dentro de su proceso de generación de valor.

Lo que se pretende es controlar los dos extremos de la cadena de valor, pudiendo así aumentar su margen a costa de la reducción de los márgenes tanto del fabricante como del proveedor inicial.

Otro peligro asociado a la relación con las grandes cadenas sería el derivado de la consideración del extremo de la situación anterior: la amenaza de su total integración hacia atrás, es decir, que comenzasen a confeccionar ellos mismos la ropa.

En este sentido las grandes empresas están introduciendo en sus empresas equipos de diseñadores con el objeto de abarcar el ciclo completo de producción. Esta amenaza no es elevada, ya que no basta con realizar las inversiones pertinentes, hay que tener experiencia y exige plantearse el negocio de forma muy distinta.

Otro aspecto importante relacionado con la proporción de fabricantes que se dirigen a un tipo de cliente o a otro es el de la clase de producto que fabrican. Así, podemos apreciar como todas las empresas que apuestan por generar una imagen de marca optan por los detallistas como principal forma de distribución de sus productos y, en algunos casos, también por las tiendas propias.

En ocasiones, una empresa vende su línea principal de productos bajo una marca (la suya propia) y, a la vez, comercializa otra línea de productos distinta, que incluso puede dirigirse a las grandes cadenas. Éste es el caso de algunas empresas que, tras obtener una posición competitiva favorable gracias a su imagen de marca, deciden atender la demanda de las grandes cadenas etiquetando las prendas con la marca del cliente, de modo que el consumidor final no pueda relacionar las dos marcas.

Si se analiza la territorialidad de los clientes, es posible observar que la mayoría de los fabricantes del sector venden a clientes situados en todo el Estado. Casi el 35% de los casos, las empresas fabricantes optan por salir al exterior a vender sus colecciones; eso si, siempre después de haberse asegurado un cierto número de clientes en España. En este sentido, cabe señalar que los fabricantes que venden a las grandes cadenas, debido a la presencia de éstas en todo el Estado, lo hacen por igual en todas las provincias de España.

Teniendo en cuenta que la mayoría de las empresas analizadas tiene a sus clientes repartidos a lo largo de todo el Estado, cabe señalar el poco éxito de la zona sur como objetivo de ventas, debido sobre todo a que los precios de los fabricantes de allí son muy bajos y a que, por lo tanto las empresas fabricantes del norte no pueden competir en este aspecto con éstas. A esto hay que añadir el factor del clima, ya que, debido al contraste climático entre las comunidades del norte y las del sur, resulta imposible pretender vender la misma cantidad de prendas de abrigo, por ejemplo.

1.3. PROVEEDORES

Los principales proveedores son los fabricantes de tejidos, incluyendo no sólo las telas, sino también la materia prima que sirve para confeccionar prendas de punto.

Dado que no se posee mucha información acerca de los proveedores, se puede deducir que su gestión no es fuerte de ventaja comparativa. Las empresas no consideran que la capacidad de negociación de sus proveedores sea especialmente fuerte y, tampoco ven que pueda haber una empresa que obtenga alguna ventaja significativa, como por ejemplo acceder a un precio más barato al tratar con un proveedor en exclusiva.

Si bien hay tejidos de diferente tipo y calidad, la tela como tal es un bien genérico y la calidad para cada nivel de precio está bastante estandarizada. En este sentido, cada fabricante cuenta con varios proveedores que se reparten por toda Europa. Así, las empresas dedicadas a la fabricación de lencería consideran que los tejidos procedentes de las empresas españolas no tienen tan buena calidad como los procedentes de Francia, Suiza, Alemania, Italia e incluso China.

El poliéster español parece estar bastante logrado, pero el dominio de la producción de las fibras naturales sigue estando en manos de proveedores extranjeros. Parece que, hasta hace unos cinco años, la oferta española de tejidos, centrada sobre todo en Cataluña, era muy buena tanto en lo que a la variedad, como a la calidad y al precio se refería, pero en los últimos tres o cuatro años se ha notado un claro estancamiento en su colección ofertada.

En el mercado Europeo, los tejidos han evolucionado considerablemente, adquiriendo mucha importancia los tejidos elásticos, plastificados, sintéticos, inteligentes, etc., y parece que las productoras catalanes no han sabido estar a la altura de las europeas. De hecho, la oferta presentada en las últimas ferias españolas de tejido no ha tenido la suficiente variedad ni acento, sobre todo en lo que se refiere a los mencionados tejidos modernos, lo que ha provocado que mucho de los fabricantes hayan reducido su consumo estatal.

1.4. FASES PRODUCTIVAS

Lo que la empresa denomina fases productivas forma parte de algo más externo, sin ceñirse a las fases productivas propiamente dichas. Esto es, más que hablar de fases productivas sería más apropiado referirse a los procesos realizados en la empresa por el concepto de cadena de valor.

La cadena de valor del sector está constituida por los procesos de diseño, patronaje, escalado, corte, confección, embalaje, control de calidad y comercialización.

  • Diseño: la fase de diseño engloba actividades tales como la visita a ferias, compra de prendas para la copia práctica (habitual en el sector), así como todas las actividades propias del proceso como realización de bocetos, selección de tejidos, etc.

El resultado final de esta fase consiste en la obtención de un muestrario que se ofrecerá a los clientes. Dependiendo de su acogida entre éstos, la empresa obtendrá un determinado nivel de ventas. Pero además, de ello dependerá a su vez, el prestigio de la firma y el reconocimiento tanto de los clientes, como de los propios consumidores finales.

En general, el tamaño del muestrario oscila entre setenta y trescientos modelos. El porcentaje de venta de los modelos sobre muestrario es muy variado, ya que depende de numerosas variables como el prestigio de la marca, acierto en las tendencias, etc., si bien oscila entre un 45% y un 80-85%. Este proceso es clave para aquellas empresas que lo poseen, ya que de él depende la supervivencia de la compañía.

  • Patronaje, escalado y corte: estas fases son comunes para las empresas del sector. Así, de todas las empresas con fase de diseño, un 90% realizan estas tres fases internamente antes de poder confeccionar ellas mismas, o bien, mandar el tejido cortado a algún taller donde se subcontrata el proceso de confección.

  • Confección: la fase de confección se desarrolla en su mayoría (90% del total) en talleres especializados que no poseen ningún proceso de diseño propio, sino que son subcontratados por otras empresas.

  • Embalaje y control de calidad: estas dos fases están evolucionando durante los últimos años, debido sobre todo, a los avances tecnológicos del embalaje y a una mayor exigencia de calidad. El aumento de los requerimientos de calidad por parte de los clientes hace que sea necesario realizar un seguimiento constante de la calidad del producto en distintas fases:

  • En las etapas de subcontratación: después de recibir los productos procedentes de los talleres subcontratados.

  • Antes de la entrega al cliente: cada vez más y, sobre todo, ante clientes importantes, que suponen cantidades de venta elevadas, puesto que el mínimo error puede hacer devolver la mercancía vendida.

    • Comercialización: el proceso de venta de las empresas que cuentan con un diseño propio se hace a través de representantes asignados a un espacio geográfico determinado. El número de representantes varía en función de la cobertura geográfica que la empresa quiera obtener y, obviamente, de los recursos económicos y humanos que la empresa quiera o pueda destinar a este concepto.

Al valorar el grado de cumplimiento de los objetivos de ventas, es básico contar con unos representantes bien posicionados entre sus clientes. Los representantes son las personas en las que confían los detallistas a la hora de hacer los pedidos, por lo que un buen representante no sólo asegura las ventas de un período, sino que además es el que origina la captación de los nuevos clientes.

La característica o proceso que determina la tipología de la cadena de valor es la posesión o no del proceso de diseño integrado en la empresa. Paradójicamente, el proceso de confección en sí mismo no se halla entre los procesos habituales. La razón se encuentra en la propia evolución del sector hacia la búsqueda de flexibilidad y reducción de costes, de forma que, cada vez más, las empresas optan por deshacerse de los procesos que pueden ser objetos de subcontratación.

Así, un 90% de las empresas con un proceso de diseño propio subcontrata la confección en su totalidad; de forma que las empresas que fabrican prendas con su diseño propio o bien desarrollan su propio muestrario incorporan los procesos de diseños, patronaje, escalado, corte, embalaje, control de calidad y comercialización.

Sin embargo, las empresas sin fase de diseño corresponde básicamente a los talleres dedicados exclusivamente a la confección y sus servicios son contratados por las empresas que poseen un proceso de diseño propio. En este caso, la cadena se ciñe al corte, confección, embalaje y control de calidad.

1.5. SUBCONTRATACIÓN

La subcontratación es algo habitual en el sector; el 90% de las empresas lo utilizan habitualmente.

El recurso de la subcontratación se centra fundamentalmente en la etapa de confección. Se lleva a cabo con el objeto de lograr una mayor flexibilidad en la producción y, por lo tanto, llegar a ser más competitivos en el sector.

La subcontratación está aumentando durante los últimos años, tanto por el porcentaje de producción que se subcontrata, como por el mayor número de fases subcontratadas.

Las razones que empujan a dicha elección pueden variar dependiendo de las zonas geográficas seleccionadas. Ello se refleja de la siguiente manera:

Zonas Nacionales

  • Cercanía razonable, coste mayor que en el extranjero, lo cual también implica una buena capacidad de respuesta ante necesidades urgentes e imprevistas.

  • Relación calidad-precio razonable, aunque bastante inferior a otras zonas.

  • Buena relación calidad-precio.

Zonas Extranjeras (por ejemplo: Portugal y Asia)

  • Muy buena relación calidad-precio, mejor que en las otras zonas.

  • Amplias posibilidad de subcontratación de los diferentes procesos.

  • Altos costes de transporte.

  • Necesidad de planificar de antemano las necesidades de subcontratación debido a la distancia.

  • Mayor riesgo debido a la imposibilidad de verificar la calidad de los productos durante el proceso.

El recurso de la economía sumergida para la subcontratación se ha reducido considerablemente hasta el punto de no considerarse en las empresas. Las razones argumentadas para ello pueden resumirse de las siguientes maneras:

    • Los productos fabricado por mujeres en economía sumergida presentan una peor calidad que los talleres que se dedican a ello. Además es necesario repartir las prendas que se van a confeccionar entre muchas de ellas para producir todo el lote. Esto hace que la calidad varíe en gran medida dentro de la producción de un mismo modelo.

    • Subcontratar a personas en economía sumergida significa disolver la producción en gran medida, ya que cada persona contratada posee una capacidad muy limitada. Ello aumenta los costes de recogida de los productos.

    • Puede acarrear problemas con Hacienda Pública.

    • El sistema de control para verificar la calidad de las prendas procedentes de los talleres es una actividad calificada como muy necesaria. Además, la calidad es un argumento cada vez más importante a la hora de seleccionar estos talleres. Antes de contratar sus servicios profesionales, se suelen recoger muestras para verificar su calidad y negociar el pedido que se les encargará.

  • ESTRUCTURA DE COSTES

  • Los sistemas de medición de costes utilizados por la gran mayoría de las compañías se basan en la experiencia. Antes de establecer o negociar los precios de los diferentes artículos, se fija un procedimiento por modelo de costes, al cual se aplica el margen correspondiente.

    El sector de confección de prendas exteriores se caracteriza por un mayor peso de los costes laborales y uno menor de las amortizaciones y de los costes laborales y uno menor de las amortizaciones y de los costes intermedios que la media de la industria manufacturera.

    Es más, dentro de este sector de diferencian dos subsectores: de la confección industrial y el de la confección a medida, caracterizándose el segundo por un peso de los costes laborales todavía mayor que el de la confección de otras prendas exteriores. Esto empuja a las empresas a reducir al máximo la mano de obra contratada.

    De esta forma, la subcontratación de procesos intensivos en mano de obra y de baja calificación es un recurso utilizado cada vez en mayor medida. Respecto a los distintos procesos que forman la cadena de valor, la distribución de los costes es más o menos homogénea dependiendo de si las empresas poseen la fase de diseño o no.

    Para las empresas con la fase de diseño, supone un alto porcentaje del coste total, debido fundamentalmente al elevado coste de realización del muestrario, que puede variar en función del número de modelos que lo integran.

    Asimismo la fase de confección supone un alto porcentaje del coste, debido a la cantidad de mano de obra que requiere. Ello tiene como consecuencia el mayor número de empresas que optan por la fórmula de la subcontratación.

  • TIPOS DE EMPRESAS

    • Empresas familiares de larga trayectoria. Son empresas creadas hace dos o tres décadas en un entorno mucho más favorable que el actual, cuando el grado de rivalidad no era tan alto y había posibilidades de crecimiento para todos los competidores. Ahora su gestión está en manos de la segunda generación de la familia y no han sabido asimilar los cambios que han acontecido. Son buenos conocedores del sector, pero dirigen sus empresas bajos los mismos planteamientos que lo

    hacían sus padres, sin adaptarse del todo al entorno actual.

    • Tienen estructuras rígidas. Estas empresas tienen una considerable plantilla fija, lo que limita la subcontratación. En muchos casos los gestores son conscientes de las ventajas que les aportaría subcontratar una o varias fases de su etapa de producción, pero no les es posible llevar a la práctica esta subcontratación porque ello exigiría despedir a parte del personal.

    • No gestionar la marca. Si bien se ha mencionado que todas las empresas consideran importante el hecho de tener marca, estas empresas creen que conseguir imagen demarca está fuera de su alcance (requerirán demasiadas inversiones, etc.) y se resignan a conseguir un buen equilibrio en el binomio calidad-precio.

    • No se sienten activas en el sector. Es decir, consideran que su futuro depende de la evolución de éste y no tanto de su propio esfuerzo. Son conscientes de la problemática del sector, pero no se sienten capaces ni de cambiar las reglas de juego ni de encontrar una nueva concavidad de mercado al que puedan satisfacer mejor que la competencia.

    2. LAS ACTIVIDADES DEL SECTOR TEXTIL Y DE LA CONFECCIÓN

    2.1. LAS ACTIVIDADES DEL SECTOR TEXTIL A PARTIR DE LA CNAE

    El ciclo completo textil comprende la producción de fibras naturales y químicas, las industrias propiamente textiles, es decir, las que realizan los procesos de hilatura, tejeduría y acabado y, finalmente, la industria de la confección. Las industrias propiamente textiles se suelen dividir en función de las materias primas utilizadas y/o el tipo de actividad que llevan a cabo. De esta manera encontramos, según la Clasificación Nacional de Actividades Económicas los siguientes subsectores.

    17.- Fabricación de textiles y productos textiles

    171

    Preparación e hilado de fibras textiles

    1711

    Preparación e hilado de fibras de algodón y sus mezclas

    1712

    Preparación e hilado de fibras de lana cardada y sus mezclas

    1713

    Preparación e hilado de fibras de lana peinada y sus mezclas

    1714

    Preparación e hilado de fibras de lino y sus mezclas

    1715

    Torcido y preparación de la seda. Torcido y textura de filamentos sintéticos y artificiales

    1716

    Fabricación de hilo de coser

    1717

    Preparación e hilado de otras fibras textiles

    172

    Fabricación de tejidos textiles

    1721

    Fabricación de tejidos de algodón y sus mezclas

    1722

    Fabricación de tejidos de lana cardada y sus mezclas

    1723

    Fabricación de tejidos de lana peinada y sus mezclas

    1724

    Fabricación de tejidos de seda

    1725

    Fabricación de otros tejidos textiles

    173

    Acabado de textiles

    1730

    Acabado de textiles

    174

    Fabricación de otros artículos confeccionados con textiles, excepto prendas de vestir

    1740

    Fabricación de otros artículos confeccionados con textiles, excepto prendas de vestir

    175

    Otras industrias textiles

    1751

    Fabricación de alfombras y moquetas

    1752

    Fabricación de cuerdas, cordeles, bramantes y redes

    1753

    Fabricación de telas no tejidas y artículos confeccionados con éstas, excepto prendas de vestir

    1754

    Fabricación de otros artículos textiles

    176

    Fabricación de tejidos de punto

    1760

    Fabricación de tejidos de punto

    177

    Fabricación de artículos en tejidos de punto

    1771

    Fabricación de calcetería

    1772

    Fabricación de otros artículos en tejidos de punto

    18.- Industria de la confección y de la peletería

    181

    Confección de prendas de cuero

    1810

    Confección de prendas de cuero

    182

    Confección de prendas de vestir textiles y accesorios

    1821

    Confección de prendas de trabajo

    1822

    Confección de otras prendas exteriores

    1823

    Confección de ropa interior

    1824

    Confección de otras prendas de vestir y accesorios

    183

    Preparación y tejido de pieles de peletería; fabricación de artículos de peletería

    1830

    Preparación y tejido de pieles de peletería; fabricación de artículos de peletería

    19.- Preparación, curtido y acabado del cuero; Fabricación de artículos de marroquinería y viaje. Artículos de guarnicionería, talabartería y zapatería

    191

    Preparación, curtido y acabado del cuero

    1910

    Preparación, curtido y acabado del cuero

    192

    Fabricación de artículos de marroquinería y viaje, artículos de guarnicionería y talabartería

    1920

    Fabricación de artículos de marroquinería y viaje, artículos de guarnicionería y talabartería

    193

    Fabricación de calzado

    1930

    Fabricación de calzado

    Si acudimos a otras clasificaciones, para el caso más concreto del textil y de la confección de prendas de vestir, observamos algunos de los problemas básicos en la realización de clasificaciones de actividades en subsectores y sectores. Así, por un lado tenemos materias primas que pueden utilizarse en bruto (a) o semielaboradas (b); por otro, tenemos los procesos o fases de la producción textil (c); y, finalmente, los productos finales para el consumo (d):

    a) Materias primas: lana, algodón, seda, fibras artificiales, sintéticas.

    b) La elaboración de estas materias primas en tejidos, hilos, tramas.

    c) Las diferentes fases del proceso de trabajo: fibras, preparación, hilado, tisaje, tintes y acabados, confección.

    d) Los diferentes outputs o productos finales resultantes: prendas de vestir, hogar, industriales.

    'Sector textil'

    'Sector textil'

    Las actividades del textil y la confección están configuradas por una serie de subsectores con peculiaridades específicas. La amplitud del proceso textil y la variedad de procesos técnicos hace que convivan dentro del sector textil y de la confección subsectores dispares en cuanto a la estructura y a la integración empresarial.

    En la etapa conocida por operaciones previas y preparatorias de la hilatura, se lleva a cabo la transformación de las materias primas que pueden ser naturales, como la lana o el algodón, o artificiales, como el rayón, o sintéticas, como las poliamidas o los poliésteres.

    Durante el proceso de tejeduría se transforman series de hilos en una superficie uniforme (el tejido).

    A continuación en la fase de ennoblecimiento textil, último proceso antes de la confección, se engloban los tintes, estampados y acabados.

    En el proceso de confección, normalmente seriado y con características propias y diferenciadas del resto del conjunto, el tejido se transforma en una pieza de ropa, o género de punto, para ser usada y comercializada.

    Por último encontramos la actividad de las telas no tejidas, que a pesar de tener poco peso específico en comparación con las anteriores, es una de las que tiene mayor potencial de crecimiento en los últimos años. Esta actividad forma una especialidad lineal de producción que se concreta en un proceso -de vía seca, de vía húmeda o de extrusión- con cuatro fases diferenciadas: formación de velo, superposición de capas de velo para formar napa, cohesionado e inspección y repaso.

    2.3. PUESTOS DE TRABAJO DEL SECTOR POR ACTIVIDADES Y OCUPACIONES

    De manera pormenorizada, por subsectores textiles las ocupaciones posibles, siguiendo las fichas ocupacionales elaboradas por el INEM, son:

    En la fase de la hilatura: desmontador/a de algodón, lavador/a de lanas, reciclador/ a de materias tejidas, preparador/a de fibras, preparador/a para hilatura, transformador/a de cable en cinta, hilador/a, acabador/a de hilados, bobinador/ a de hilados, controlador/a de calidad textil, coordinador/a técnico/a de producción textil, empaquetador/a textil y almacenero/a textil.

    En la fase de tejeduría de calada: encolador/a de urdimbre, urdidor/a textil, preparador/a de monturas y cartones jacquard, tejedor/a en telar de calada, almacenero/a textil, empaquetador/a textil, controlador/a de calidad textil, coordinador/a técnico de producción textil, diseñador/a textil, revisador/a-reparador/a textil.

    En la fase de tejeduría de género de punto: montador/a en máquina de género de punto por recogida, montador/a en máquina de género de punto por urdimbre, tejedor/a de género de punto en máquina circular de gran diámetro, tejedor/a de género de punto en máquina circular de pequeño diámetro, tejedor/a de género de punto en máquina cotton, tejedor/a de género de punto en máquina tricotosa, tejedor/a de género de punto en máquina de urdimbre, almacenero/a textil, controlador/a de calidad textil, coordinador/a técnico/a en producción textil, diseñador/a textil, empaquetador/a textil y urdidor/a textil.

    En los procesos de ennoblecimiento textil: preparador/a de disoluciones, preparador/a-blanqueador/a textil, tintorero/a textil, estampador/a textil, aprestador/aacabador/a en máquina continua, almacenero/a textil, controlador/a de calidad textil, coordinador/a, técnico/a de producción textil, diseñador/a textil, empaquetador/a textil y revisador/a-reparador/a textil.

    En la confección: acolchador/a-bordador/a en máquina continua, modelista-patronista-escalador/a, cortador/a, cosedor/a-ensamblador/a, planchador/a, revisador/a-reparador/a textil, almacenero/a textil, bordador/a en máquina semimecánica-automática, controlador/a de calidad textil, coordinador/a técnico/a especialista de confección, diseñador/a de prendas de vestir, y empaquetador/a textil.

    Respecto a las telas no tejidas son: procesador/a de telas no tejidas por vía seca, húmeda y/o extrusión, procesador de telas no tejidas por cosido-tricotado, y procesador de telas no tejidas por tufting.

    2.4. TENDENCIAS OCUPACIONALES Y NECESIDADES FORMATIVAS

    En la industria de la confección, con una evolución irregular en los últimos años, la situación respecto al empleo es mejor que en el textil, ya que presenta un 14,6% de tasa de desempleo frente al 31,8% del textil. Los datos sobre la oferta nos indican que ésta ha disminuido para la industria textil y se ha mantenido para la confección, aunque el aumento del número de demandantes ha sido proporcionalmente mayor en esta última, con lo que se ha ampliado la brecha entre la oferta y la demanda. Sin embargo, a pesar de la tasa de paro, existe una falta de profesionales cualificados en ocupaciones de un nivel alto o en las que se han producido muchas innovaciones tecnológicas o de tipo organizativo.

    Las ocupaciones más ofertadas del sector durante el segundo semestre de 1991 y todo 1992, según las ofertas registradas en las oficinas del INEM, fueron las de

    cosedor/a a máquina (35% sobre el total del sector), aprendiz/a en general

    (15,25%), peón de industrias textiles (12,37%) y la de hilador/a textil (9,28%).

    Las ocupaciones más demandadas en el mismo período fueron las de cosedor/a a máquina, tejedor/a en telar manual (excepto jacquard), bobinador/a de hilados, hilador/a máquina continua y planchador/a máquina. De todas las demandas, casi el 90% en la confección y alrededor del 80% en el resto del textil se han formalizado por mujeres.

    Respecto a la contratación, la mayoría de contratos son nominativos, característicos de un sector donde las promociones y los contratos se realizan a amigos, familiares y trabajadores fieles, dada la tradición familiar del textil. En 1991 en la provincia de Barcelona, uno de cada diez contratos registrados para mujeres se daban en el textil o en la confección. Un dato a destacar es la relativamente alta proporción de contratos registrados en ocupaciones de la confección para mujeres con edades comprendidas entre los 40 y los 50 años, aunque más de la mitad de los contratos eran para menores de 25 años.

    En lo referido a las necesidades formativas, la introducción de la informática y la microelectrónica en el sector textil, aplicadas tanto a las máquinas como a sus sistemas de control y abastecimiento, la programación de la fabricación y su control.

    3. LIBERALIZACIÓNDEL COMERCIO EXTERIOR TEXTIL

    3.1. DEL GATT A LA OMC (ATV)

    Durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial cincuenta países se reunieron para pactar un marco legal más estable y libre para el comercio internacional. Las negociaciones estuvieron marcadas por la experiencia del período de entreguerras, sobre todo por lo sucedido tras la depresión de 1929, cuando los países recurrieron a la protección como vía para exportar la crisis a las economías vecinas.

    Semejante proceder, al generalizarse al conjunto de los países, comportó una reducción del comercio internacional y, con ello, un agravamiento de la crisis. Conocida dicha experiencia, los países que participaron en la negociación trataron de pactar una nueva regularización más favorable a la integración y al comercio internacional.

    Tras el fallido intento de crear una Organización Internacional del Comercio (OIC) como agencia especializada del Sistema de Naciones Unidas, debido a la resistencia de Estados Unidos, los países optaron por un propósito más modesto: firmar un acuerdo internacional que alentase la liberalización y la multilateralización del comercio. Nace así el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio) suscrito en 1948, en Ginebra, por 23 países.

    El objetivo del GATT era conseguir unas relaciones comerciales más libres, con menos niveles de protección, basadas en la reciprocidad (es decir, en las reducciones arancelarias mutuas) y en la eliminación de los tratos discriminatorios, con el fin de que las normas y los tratos sean comunes para todos los firmantes.

    Una pieza fundamental en este Acuerdo fue la cláusula “nación más favorecida“ que obligaba a que toda concesión concedida por uno de los firmantes a otro de los socios, debía extenderse automáticamente al resto de los firmantes. A través de esta cláusula se evitaba la existencia de tratos discriminatorios que rompiesen la homogeneidad de los tratamientos en el mercado internacional.

    No obstante, se admitieron excepciones a dicha cláusula, una relacionada con la promoción de los procesos de integración regional: el GARR admite que los países sumergidos en un proceso de integración formal se conceden tratamientos especiales que no se extiendas a terceros países, siempre que el arancel externo resultante no sea superior al existente previo a la integración.

    La segunda excepción admitida tiene que ver con el tratamiento de los productos procedentes de países en desarrollo, que puede se objeto de rebajas arancelarias no recíprocas al objeto de favorecer sus capacidades exportadoras.

    La Ronda de Uruguay se acordó la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que promovió un nuevo impulso en las reducciones arancelarias, compromisos para la liberalización de los mercados agrícolas y textiles y para la defensa de la propiedad de la defensa intelectual.

    La industria textil de los países desarrollados es un sector susceptible por razones de orden social y económico y hasta incluso político; por ese motivo nunca se han aplicado plenamente las reglas de la libertad de comercio indicadas por el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT).

    En Octubre de 1961 entra en vigor el primero de los denominados Acuerdos sobre el comercio Internacional de los textiles de algodón, predecores del Acuerdo Multifibras (A.M.F) que fue creado por los países desarrollados con el objetivo de “defender la desorganización de mercado”

    A continuación el 20 de diciembre de 1973 después de una larga negociación en el seno del GATT quedaba concluido el Acuerdo Multifibras que entró en vigor en 1979. El AMF no se aplicaría a todos los productos solo a tops e hilados, tejidos, artículos textiles de confección, ropa y otros textiles manufacturados de algodón, lana, fibras sintéticas o artificiales, ni a todos los países, solo tenía vigencia en los firmantes del mismo.

    Estos países podían concluir acuerdos bilaterales en condiciones aceptables a fin de eliminar riesgos de desorganización del mercado en los países importadores y una desorganización del comercio en los países exportadores, por otra parte también se aseguraban la expansión y el desarrollo ordenado del comercio de textiles y un trato equitativo para los países participantes.

    Los países desarrollados importadores de textiles negociaron acuerdos Bilaterales con los principales países suministradores de estos productos. El AMF se planteó un acuerdo que duró más de veinte años, el cual permitía establecer restricciones al comercio y la aplicación de la selectividad y la discriminación por productos y países.

    El Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido (ATV) estableció las pautas que tenían que aplicar los Miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) durante un período de diez años, para la integración del sector de los textiles y el vestido en el GATT de 1994.

    Con el fin de evitar efectos perjudiciales sobre la industria de los países importadores se fijaron unos plazos para la eliminación de las restricciones cuantitativas. Dicha etapa se haría en tres etapas, y en cada una de ellas se integrarían productos de los cuatro grupos siguientes: tops e hilados, tejidos, artículos textiles confeccionados y prendas de vestir.

    Los respectivos programas de integración deberían ser notificados en detalle al Órgano de Supervisión Textil (OST) con doce meses de antelación a su entrada en vigor para que este los distribuyese a todos los miembros.

    El calendario de liberación establecido para cada una de las etapas fue:

    I. El 1 de enero de 1995, cada Miembro de la Organización Mundial de Comercio debería integrar en el GATT de 1994, productos que en 1990 representaban el 16% del volumen total de las importaciones realizadas de los productos enumerados en el anexo del Acuerdo.

    II. El 1 de enero de 1998 cuando se liberalizarían productos que en 1990 representaban el 17% del volumen total de las importaciones realizadas.

    III. El 1 de enero de 2002 se liberalizan productos que en 1990 representaron el 18% del volumen total de las importaciones realizadas. En esa fecha, ya se habrían liberalizado productos que en 1990 representaba el 18% del volumen total importado.

    En diciembre de 2001 China y en enero de 2002, ambos países son miembros de la Organización Mundial de Comercio.

    En agosto de 2002 se rubrica un acuerdo en forma de Memorándum de Acuerdo entre la Comunidad Europea y la República Federal del Brasil relativo a las medidas en materia de acceso al mercado para los productores textiles y prendas de vestir.

    Por dicho acuerdo la Comunidad suspende la aplicación de las restricciones cuantitativas a las importaciones de productos textiles procedentes de Brasil, dado que es mantenían 9.

    IV. Finalmente el 1 de enero de 2005 debían estar integrados en el GATT de 1994 todos los productos textiles y de confección, tras haberse eliminado todas las restricciones.

    El Acuerdo establecía que las tasas de crecimiento de las cuotas (establecida en los acuerdos bilaterales concertados con la protección del Acuerdo Multifibras) debería incrementarse en un 16%, 25% y 27% para la primera, segunda y tercera fase respectivamente.

    La desprotección que este proceso de liberalización podría suponer para los mercados de los países importadores se compensaba mediante el refuerzo de las reglas y disciplinas del GATT (antidumping, antisubvención, protección de la propiedad intelectual e industrial, procedimiento de solución de diferencias) y la apertura de los mercados, intercediendo por que todos los miembros procedieran a una consolidación y reducción de sus derechos arancelarios y a una eliminación de las barreras no arancelarios, permitiendo un acceso a los respectivos mercados.

    El ATV vigila la posibilidad de adoptar medidas de salvaguardias específicas y transitorias para el textil, únicamente aplicable a aquellos productos que todavía no habían sido integrados en el GATT.

    Por otra parte no se ha empleado dicha cláusula de salvaguardia específicas y transitorias para el textil; por otro lado los países exportadores no han cumplido con los compromisos asumidos en el Acuerdo ya que no han tomado ninguna medida necesaria para lograr una mayor apertura de sus mercados (incluso hasta se han incrementado las barreras en algunos países) a pesar de que la Unión Europea se muestra susceptible a efectuar concesiones que les permitan mejorar el acceso a sus mercados.

    3.2 EFECTOS, CONSECUENCIAS LIBERALIZACIÓN DEL 1 ENERO DE 2005

    Desde la entrada en vigor del Acuerdo se ha producido un constante incremento de las importaciones, el índice de penetración ha aumentado 28 puntos porcentuales.

    La primera fase de integración no tuvo efectos importantes sobre la evolución de los datos de comercio exterior ya que, los productores integrados en la Organización Mundial de Comercio, ninguno estaba sujeto a restricciones cuantitativas.

    La liberalización originada de la segunda fase supuso una apertura del mercado que condujo a un importante incremento en las importaciones de los productos integrados en dicha fase originarios de los países miembros de la OMC sujetos a restricción cuantitativa, que aumentaron en un 43.7% en 1998. Este grado de variación experimentado es superior al experimentado por el resto de los productos textiles o por los mismos productos originarios de otros países

    Sin embargo en la tercera fase, en la que se eliminaron un gran número de restricciones y se liberalizaron productos más sensibles, no tuvo el mismo efecto dado que las importaciones de los productos integrados originarios de los países miembros de la OMC sujetos a cuotas (excluyendo China y Taiwán, cuya entrada en la OMC coincide en el tiempo con la entrada en vigor de la tercera etapa de integración) disminuyeron en un 13.3%.

    Un elemento muy importante en esta tercera fase es que el resto de países suministradores tuvieron que afrontar la competencia de China que, con su entrada en la Organización Mundial deL Comercio, también se benefició de la liberalización.

    En el momento de su entrada, en diciembre de 2001, se eliminaron las restricciones cuantitativas a la importación de productos integrados en la primera y segunda fase de integración del ATV y, el 1 de enero de 2002, las de la tercera fase.

    El efecto de la eliminación de las restricciones fue muy claro: en 2002 las importaciones de productos integrados en la tercera fase originarios de China creció en un 46.5% y las de los productos integrados en la segunda fase un 23.8%. Además junto a dicho incremento se produjo una caída de los precios (el precio medio de los productos textiles importados de China disminuyó un 16.8%); más subrayada en los productos liberalizados.

    Por otra parte, la aplicación del Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido (ATV) también ha conducido a una modificación en el origen de las importaciones Españolas. Las introducciones de la Comunidad que antes suponían un 62.5% de las importaciones totales, han aumentado a un ritmo muy lento a las importaciones de terceros países.

    Resumen:

    La eliminación definitiva de los contingentes de importación ha coincidido con otros cambios estructurales en el sector debido al mercado, la situación económica general y a los cambios tecnológicos

    Como podemos constatar día a día en los diarios dicha liberalización del comercio provoca un creciente temor a una avalancha de productos baratos procedentes de países de fuera de Europa donde la mano de obra es mucho más barata. El principal responsable de dicho temor es China la cual desde que se adhirió a la OMC en 2001se ha ido beneficiando de la eliminación progresiva de cuotas de conformidad con los acuerdos sobre textiles y confección.

    El sistema de cuotas imponía un límite al crecimiento de las exportaciones pero aseguraba el acceso al mercado de los países menos desarrollados, pero en realidad ha favorecido un incremento del regionalismo en lugar del multilateralismo.

    Las ventajas comerciales concedidas a los países vecinos con bajos costes laborales (la UE hacia el área mediterránea y EEUU hacia México) han permitido que estos países se beneficiaran de un acceso preferencial a estos mercados en desventaja oros países como Asia.

    Dicha preferencia se ha visto favorecida por las estrategias de las multinacionales de deslocalizar parte de sus procesos productivos hacia países cercanos con salarios bajos y reducidos costes de transporte.

    A medida en que estas cuotas van desapareciendo dicha inclinación del comercio tiende a cambiar y podría provoca que el aprovisionamiento del textiles y vestidos pase a depender de seis o sietes países, en lugar de los cincuenta que actualmente exportan.

    Con la liberalización total del comercio se han eliminado 42 contingentes chinos que se utilizaban en muy alto grado; todo ello ha llevado a China a controlar el 18% del sector textiles Europa y el 32% en Estados Unidos siendo el objetivo de los dirigentes chinos hacerse con el 50% del mercado mundial a medio plazo.

    El sector público apoyo esta innovación con ayudas destinadas a la amortización y renovación del capital productivo. La existencia de estas ayudas junto con la protección comercial permitió al sector textil y de la confección mantener saldos comerciales positivos.

    4. SECTOR TEXTIL ESPAÑOL

    4.1. SIGLO XIX, NACIMIENTO INDUSTRIA TEXTIL CATALANA, PROTECCIONISMO

    La industria textil en España tiene su origen en Cataluña en el siglo XIX durante la revolución industrial, que también afectó a la zona del País Vasco. El proceso de industrialización no fue tan potente como en otros países europeos y llegó con retraso. Cuando algunos países iniciaban la segunda fase de la revolución industrial, España aún era un país eminentemente agrario.

    El retraso puede explicarse de dos maneras: por falta del poder adquisitivo de la población y por las medidas proteccionistas. El proteccionismo llegó a ser excesivo y no estimulaba la renovación tecnológica, lo que hacía perder mucha competitividad con el encarecimiento consiguiente de los productos.

    Otras causas del atraso son: la falta de inversiones, las malas comunicaciones terrestres y la falta de redes comerciales que permitieran llevar los bienes al consumidor potencial.

    Para que prosperase la industria textil en el siglo XIX eran necesarias cinco condiciones: existencia de capital (inversiones), suficiente mano de obra, innovación tecnológica, materias primas o fuentes de energía abundantes y baratas y, por último, una demanda de tejidos suficiente. Esto se dio en Gran Bretaña, pero en Cataluña y algunos focos aislados no se dieron todas las condiciones.

    El Cataluña el algodón y el carbón tenían que importarse y el mercado español tenía escasa capacidad de compra, pero gracias al proteccionismo aplicado por casi todos los gobiernos liberales y al avance de la economía catalana se creó una importante industria textil, sobretodo algodonera.

    La fuente principal de capital fueron el rendimiento del comercio y las manufacturas. Además el crecimiento demográfico ofreció mano de obra abundante. Por último, hay que añadir como elemento decisivo el espíritu emprendedor y de riesgo de muchos sectores de la sociedad catalana.

    Un ejemplo de este espíritu son los hermanos Bonaplata que construyeron la primera fábrica que funcionaba con energía procedente del vapor.

    Los empresarios catalanes, siguiendo el modelo británico, se basaron en el uso del carbón, copiaron sus estrategias, la tecnología y la maquinaria. En 1860 ante el elevado coste del carbón se buscó el aprovechamiento de los saltos de agua en las corrientes de los ríos al mover las turbinas.

    La supervivencia y la expansión de la industria textil fueron posibles gracias al proteccionismo comercial. La superioridad inglesa en cuanto a precios y control del mercado obligó a proteger su producción, evitando la importación de tejidos británicos y procedentes de las colonias. Este proteccionismo permitió la existencia de la industria textil, pero perjudicó la expansión de su mercado por sus precios elevados que no le permitían competir con los tejidos británicos.

    En la década de 1880, la industria textil catalana vivió un periodo de gran desarrollo. La Ley de Relaciones Comerciales con las Antillas de 1882 le aseguró el mercado colonial hasta la derrota en 1898. El periodo de esplendor entre los años 1875 y 1886 coincidió con el auge de la agricultura, pero las estructuras básicas de la industria textil no variaron respecto a los años de la década de 1850: empresas de pequeño tamaño, con maquinaria anticuada y defendidas por una política proteccionista que no favorecía a la competencia ni al desarrollo tecnológico.

    4.2. SIGLO XX: DE LA AUTARQUÍA ECONÓMICA A LA APERTURA EXTERIOR

    4.2.1. EVOLUCIÓN ECONÓMICA DURANTE LA ETAPA FRANQUISTA

    1939-1975: AUTARQUÍA ECONÓMICA

    • En 1939, bajo la dictadura del general Franco, en España se adoptó una política autárquica orientada al autoabastecimiento, cuyos objetivos eran: desencadenar un proceso de industrialización sustitutivo de importaciones y rescatar a la industria de su secular atraso.

    El Estado intentó incentivar el sector industrial en 2 direcciones:

    • Promoción del sector industrial en el sector privado a través de leyes que demostraban el proteccionismo e intervensionismo del Estado, en cuanto a las regulaciones en el sector público y ordenación del sector.

    • Se impulsó la industria con la creación en 1941 del INI (Instituto Nacional de Industria) a través del cual el Estado gestiona su participación en múltiples empresas industriales.

    El resultado de la etapa autárquica sobre la industria española se caracterizó por:

    • Orientación al mercado interior de la industria, solo se produce para los españoles.

    • Especialización en producción de bajo contenido tecnológico, intensiva en mano de obra y poco competitiva a nivel internacional.

    El escaso poder adquisitivo español limitaba el crecimiento de la producción y ocasionaba una falta de dimensión en la planta económica. Por otro lado también quedaba frenado el crecimiento industrial por las dificultades de financiación exterior.

    • En la etapa desarrollista de la dictadura, con el Plan de Estabilización de 1959 se impulsó la liberalización y la apertura exterior de la economía española, tanto en las relaciones comerciales como en los movimientos de capital.

    Desde este momento se produjeron grandes cambios en la economía española y con ello un crecimiento excepcional de la producción industrial.

    Esto fue posible a un fuerte proceso de capitalización que contribuyo a modernizar la industria española. En la modernización fue fundamental la asimilación de tecnología de países industrializados y la entrada de capital extranjero.

    Esta expansión fue impulsada por el fuerte aumento de la demanda interior, motivada por el cambio en las pautas de consumo y el aumento del nivel de vida y de las exportaciones. De todas formas los problemas crónicos siguieron sin resolverse, como:

    - La dimensión inadecuada (empresas grandes no útiles)

    - La dependencia tecnológica respecto al exterior

    - La especialización poco favorable (las empresas fabricaban productos poco competitivos, hubo una época en la que estas tenían que fabricar de todo).

    • La crisis de los años 70 provocada por el aumento exagerado del precio del petróleo llegó a España con retraso pero con mayor intensidad que en el resto de Europa, motivado por las características de la economía en el proceso de transición.

    La crisis se manifestó en la industria española de la siguiente forma:

    -A la elevación de los precios de la energía se unió un rápido aumento de los salarios, permitido para evitar mayores conflictos sociales y la caída de las inversiones.

    -Los costes de producción, tanto energéticos como laborales, crecieron rápidamente mientras que bajaba la demanda interna por la disminución de las rentas reales. Las empresas tuvieron que reaccionar ante todo esto, se produjo una disminución de la demanda, de la inversión, la producción y el empleo.

    Ante la crisis del mercado interior la solución fue la búsqueda de mercados exteriores. Esta apertura fue dificultada por la contracción de la demanda mundial, el aumento de la competencia y la irrupción de nuevos competidores de los NPI (Nuevos países Industrializados, surge el crecimiento de los países asiáticos con mano de obra muy barata).

    A pesar de estos obstáculos crecieron las exportaciones españolas, en el periodo 1976-80, la producción industrial creció el 2,5%, elevado crecimiento en comparación con otros países industrializados. No obstante entre 1981-85 la producción industrial disminuyo en un 0,3%, por que el aumento de las exportaciones no fue suficiente para compensar la contracción del mercado interno.

    4.2.2. RECONVERSIÓN INDUSTRIAL 1981-85

    • Reconversión industrial. Ante la situación de crisis la industria se veía obligada a adaptarse a la nueva situación. Era necesario plantearse la reconversión industrial cuyos objetivos eran: la adaptación de los procesos productivos a los cambios tecnológicos, modificar los productos para adaptarlos a las nuevas exigencias de los consumidores, e introducirle características diferenciadores que lo hicieran más competitivos, reducir los costes laborales (no en cuanto a la bajada del salario, sino a la bajada del nº de empleados), eliminar los excesos de capacidad de determinadas industrias y adaptar a las grandes empresas a los mercados. Algunas de estas medidas llevan consigo el aumento de las tasas de desempleo.

    Los procesos de reestructuración fueron impulsados y apoyados por el sector público a través de políticas de reconversión en 1981 y más tarde en 1984 con la Ley para la reconversión industrial y la reindustrialización.

    Con este soporte legal, la administración con las asociaciones empresariales y las organizaciones sindicales, diseñó planes sectoriales de reconversión, en ellos se incluían ayudas de carácter financiero, fiscal y laboral (esto facilitó el despido de muchos empleados). Se aprobaran planes de reconversión para II sectores (algunos quedaron fuera): construcción naval, acero, forja pesada, aceros especiales, siderurgia integral, electrodomésticos de línea blanca, componentes electrónicos, equipos eléctricos de automóviles, semi-transformados de cobre, textil y calzado.

    • Al evaluar los resultados de la reconversión industrial se encuentran aspectos positivos y negativos.

    Positivos:

    • Moderación del aumento salarial.

    • Incorporación de mejoras técnicas.

    • Se ajusta la capacidad de los sectores en crisis.

    • Saneamiento financiero de las empresas industriales.

    Negativos:

    • Disminución del empleo, un 20% en empresas industriales.

    • No se restableció definitivamente la competitividad de las empresas en crisis, la adaptación de ciertas empresas no fue total.

    • No se dio salida a las áreas geográficas mas afectadas.

    • Las políticas de reconversión fueron insuficientes.

    • Hubo subsectores que se quedaron fuera de las medidas adoptadas.

    • La Industria Española en Europa. En 1986 España entró en la UE, en una etapa de expansión económica, impulsada por la situación internacional, la crisis había quedado atrás.

    4.2.3. ENTRADA UE 1 ENERO 1986

    El impacto de la adhesión

    El ingreso en la Comunidad Europea supuso un nuevo cambio radical al producirse una considerable desregulación arancelaria y al eliminarse la política de fomento a la exportación. Este “shock” estuvo además reforzado por una política monetaria restrictiva que provocó, al mismo tiempo, altos tipos de interés -que afectaron negativamente a los costes empresariales - y una revalorización de la peseta que aumentó las dificultades en el sector exterior. La creciente competencia internacional, tanto de los países comunitarios como de los extracomunitarios, se tradujo en una fuerte presión hacia la industria local que tuvo enormes dificultades para sobrevivir, tanto en el segmento más bajo del mercado, donde la pérdida de medidas protectoras favoreció la entrada de productos baratos provenientes del tercer mundo, como de productos de mayor calidad en los que las marcas, el diseño y las redes de comercialización juegan un papel fundamental. Los efectos más visibles de esta competencia creciente se encuentran en la caída de la producción interior, el desequilibrio del comercio exterior - que refleja la pérdida de una parte del mercado interior por las empresas locales y sus dificultades de expansión internacional - y la fuerte pérdida de empleo.

    Los especialistas de incorporación valoran la inversión tanto de empresas españolas como extranjeras. La industria española trataba de modernizarse mientras que el capital extranjero veía un atractivo en las empresas españolas industriales. El aumento de la inversión se reflejó en la renovación de equipos productivos y la incorporación de tecnologías avanzadas. El esfuerzo lo realizan las empresas españolas y el capital fue extranjero.

    La incorporación a la Comunidad Europea suponía una ampliación de mercados con poder adquisitivo alto y la intensificación de la competencia del mercado interior. La empresa española tendría que adaptarse a esta nueva situación que se produce en un entorno competitivo.

    Aumentaron tanto las importaciones como las exportaciones, pero el aumento de las importaciones fue mayor por lo que se produjo un deterioro del saldo comercial, por la insuficiente competitividad de la empresa española.

    Las etapas por las que atraviesa la industria española desde la adhesión a la CEE son:

    1986-90. Periodo de expansión.

    1990-95. Recesión con fuerte destrucción de empleo industrial, ya que la industria era muy sensible al ciclo económico. Se produjo una bajada de la demanda y los costes laborales no se adaptaron a la situación por lo que los beneficios empresariales bajan. Ante esto las empresas quisieron aumentar la productividad y ajustar sus plantillas.

    1995-... Recuperación. Se dio paso a una etapa de crecimiento de la producción industrial.

    4.2.4. SITUACIÓN ACTUAL DE LA INDUSTRIA TEXTIL EN EUROPA

    La industria textil-confección europea está formada por un conjunto de empresas que han sabido recoger las tradiciones culturales y el saber empresarial de numerosas regiones europeas consiguiendo una destacable fortaleza hasta el umbral del siglo XXI.

    La UE es el primer exportador de productos textiles, el segundo tras China, en exportación de prendas confeccionadas, el primer constructor de bienes de equipo para la producción textil, lidera el universo del diseño y de la moda, y controla la distribución y el mercado consumidor europeo.

    Desde el punto de vista social, para llegar hasta donde está, se han tenido que asumir grandes sacrificios, como: la pérdida de muchos puestos de 975000 empleos y de empresas, a favor de la mejora de la productividad y de la creación de empleo sustitutivo en los países del área pan-euro-mediterránea, que es la reserva productiva de la UE.

    Datos Eurostat, año 2000:

    113.000 empresas, 2.100.000 trabajadores (1.087.900 en el sector textil y 991.400 en el de la confección), volumen de facturación de 200.000 millones de euros, exportaciones 43.800 millones de euros e importaciones de 72.400 millones de euros. El déficit era de 29.600, concentrado en el sector de la confección provocado por el desequilibrio comercial por la entrada de los PVD, principalmente asiáticos.

    Dinamismo exportador. El 4,58 por 100 de las exportaciones manufactureras y el 4,45 por 100 de las exportaciones totales extra-UE. En el 2001 ocupaba la sexta posición del ranking global europeo. Italia es el país dominante, seguido de Reino Unido, España, Portugal y Alemania.

    Su dinamismo inversor explica su vitalidad: en 2000 las inversiones alcanzaron los 6900 millones de euros, situando el índice de modernización de su equipamiento productivo textil entre lo más altos del mundo. El país dominante es Italia, seguido de Alemania, Francia, Reino Unido, Portugal y España.

    Volumen de facturación. España está en quinto lugar con un 7,5 por 100, detrás Italia, Alemania, Francia y Reino Unido.

    'Sector textil'

    Intercambios comerciales con Asia. El 4,58 por 100 de las exportaciones manufactureras y el 4,45 por 100 de las exportaciones totales extra-UE. En el 2001 ocupaba la sexta posición del ranking global europeo. Italia es el país dominante, seguido de Reino Unido, España, Portugal y Alemania.

    Destinos: Asia sólo recibe el 7 por 100 de las exportaciones europeas. La protección en los países asiáticos mediante aranceles y barreras no arancelarias supone una dificultad que impide la necesaria intensificación de los intercambios comerciales con y entre estos países.

    Según los datos del Eurostat las importaciones comunitarias han aumentado un 60,5 por 100 durante el periodo 1995-2002, pasando de 41.790 millones de euros a 72.400 millones de euros. En cuanto a su origen el 45,5 por 100 provienen del continente asiático, muy especialmente de China que es el primer proveedor de la UE en confección y segundo en productos textiles.

    Intercambios en la zona pan-euro-mediterráneo. En 2002 supusieron el 58 por 100 de las exportaciones comunitarias y el 40 por 100 de las importaciones. Este comercio se basa en el procesamiento y transformación de los tejidos en prendas confeccionadas. Los principales clientes textiles de la UE son Polonia, Rumania, Túnez y Marruecos, detrás de EEUU. El principal proveedor textil es Turquía, seguido de China, y es el segundo en confección, muy por detrás de China.

    Intercambios con el NAFTA (North America Free Trade Agreement). El 7 por 100 de las importaciones, centradas en las fibras químicas y tejidos especiales. La UE envía el 17 por 100 de sus exportaciones a esta zona, especialmente centradas en fibras químicas, textiles para el hogar y artículos confeccionados.

    Resultado: balanza comercial positiva en el textil con algo más de 5.000 millones de euros y muy negativa en los artículos confeccionados superando los 34.350 millones de euros. Solo Italia y Portugal mantienen una balanza comercial textil-confección favorable.

    4.2.5. SITUACIÓN ACTUAL DE LA INDUSTRIA TEXTIL ESPAÑOLA

    Los cambios producidos en la economía internacional junto con los procesos de mayor liberalización causan la transformación y adaptación de nuestro sector.

    Este sector esta manifestando una alta innovación y de avance a los cambios de temporada, a la evolución cultural, por la presión de los consumidores exigentes y la penetración de nuevos competidores. Apuesta por la innovación continua lo que otorga un carácter estable y una dimensión estratégica.

    El proceso actual de industrialización se diferencia al del siglo XIX en varios aspectos. Por ejemplo, ahora hay competidores instalados y el mercado está cubierto, tiene exceso de producción, altos costes salariales, sociales y de regulación en los países desarrollados. Los nuevos entrantes tienen ventajas competitivas apreciables, por ejemplo, si sus costes antes mencionados son bajos. Otra diferencia es que tras la continua liberalización, cada vez es menor la posibilidad de jugar con barreras arancelarias y proteger la producción de la importación. Los países en vías de desarrollo combinan las barreras no arancelarias con fiscalidad adicional en forma de aranceles, recargos compensatorios y tasas. En el actual mercado global se pueden combinar los factores productivos en su nivel más adelantado. Y por último, otra diferencia es el avance en el uso de las posibilidades derivadas del abaratamiento de los costes de comunicación y de transporte. Los países que más han avanzado pueden concentrar en su propio país la gestión, I+D, diseño, marketing y control de calidad, y deslocalizar la producción en países de menores costes laborales y regulatorio.

    La industria textil es uno de los mejores exponentes de la complejidad de la manufactura española. Los rasgos peculiares de esta industria son las siguientes: 1) Opera en una economía abierta y con déficit comercial, con una tasa de cobertura que ronda el 70 por 100. 2) La clientela es madura y conoce el producto y sus prestaciones, la lealtad al proveedor es reducida y el gasto asignado a vestuario pierde peso en las compras de las familias. 3) La demanda de la producción final del sector consta de la reposición de productos y la compra por impulso. 4) En cuanto a la producción, pierde nitidez la segmentación de mercados de materias primas, producto intermedio y final. 5) Crece la importancia de aspectos inmateriales como la marca y el diseño. El reconocimiento de los derechos, su tratamiento fiscal y la protección frente a la protección es insuficiente. La competencia tanto exterior como interior es muy elevada.

    En la tabla que aparece a continuación, se recogen los puntos fuertes y débiles de un sistema industrial localizado.

    'Sector textil'

    El sector textil español en el contexto europeo. La industria de textil y confección de a UE está muy concentrada, los países referentes son Italia, Alemania, Reino Unido, Francia, España, Bélgica y Portugal. España ocupa el quinto lugar, aportando el 8,6 por 100 del valor añadido en textil y en 10,7 por 100 en confección. En términos de empleo España ocupa el segundo lugar e la UE-15 con un 11,2 por 100 en textil y un 15,1 por 100 en confección.

    En el gráfico 1 podemos observar el porcentaje de participación en el valor añadido del sector textil y confección de los países referentes de este sector

    'Sector textil'

    El gráfico 2 se centra en la evolución del empleo en el sector textil y confección en la UE desde el año 1996 hasta el 2001. El comportamiento de España es diferente al de muchos países, esto se debe a que en estos últimos años los demás países europeos se han visto obligados a realizar recortes de personal debido a la deslocalización hacia los países del área pan-euro-mediterránea. A partir del año 2002 en España se ha ido reduciendo el empleo, y puede que en un futuro se requieran reducciones adicionales.

    'Sector textil'

    Si nos fijamos en su productividad, después de Portugal, es el país con menor productividad aparente, esto es un indicio de que más adelante España experimentará más ajustes. A pesar de que los costes salariales son inferiores, cuando se ajusta la productividad por el salario, no mejora la posición de España.

    En los nuevos países miembros la productividad también es muy baja, la productividad ajustada por el salario supera a la de los demás países europeos, por eso sería extraño que se produjera cierta deslocalización hacia estos nuevos países. Estos nuevos países se deberían de aprovechar como mercado de destino de nuestros productos.

    Los niveles de productividad están ligados a los de inversión. En estos últimos años las diferencias entre algunos países se están acortando. En España la inversión en textil es mayor que en confección.

    El sector textil y confección está perdiendo peso en el conjunto de la industria. Por ejemplo, en 1993 representaba el 4,9 por 100 de la industria, y en 2002 sólo en 3,8 por 100. En la economía española se está produciendo una continua y paulatina reducción del peso de los sectores tradicionales en la estructura global.

    Una característica importante del sector es la presencia mayoritaria de pequeñas y medianas empresas que se concentran en determinadas regiones. El primer rasgo a destacar es que un elevado porcentaje de ellas no cuentan con ningún asalariado, un 30,2 por 100 en textil y un 40 por 100 en confección en el año 2003. Esta característica está relacionada a que muchos trabajadores, especialmente mujeres, realizan el trabajo en sus propias casas.

    'Sector textil'

    En el gráfico 3 se muestra la evolución del empleo en los últimos diez años. En primer lugar, se observa que el comportamiento del empleo es muy diferente en textil respecto de confección. Mientras en textil se podría hablar de una tendencia bastante estable, de ligero crecimiento a lo largo del período, el sector de confección parece haberse visto más afectado por el ciclo económico y por la adaptación al nuevo marco internacional. La crisis económica vivida en

    1993 dejó su huella en el sector de confección con una reducción en el empleo de casi un 10% en dos años, lo que supuso el recorte de más de 13.000 puestos de trabajo.

    Al unísono con el conjunto de la industria, en la segunda mitad de la década de los noventa se asiste a un intenso proceso de creación de empleo, que superó los 21.000 puestos, con lo que se llegó a alcanzar los 140.000 trabajadores.

    Pero a partir de ese momento se trunca esta tendencia alcista y se destruye empleo a tasas muy elevadas, lo cual no sucede en la industria en su conjunto. Este comportamiento reciente es el que provoca que, finalmente, se haya pasado a niveles de empleo inferiores a los existentes en 1993

    Con relación a los niveles de productividad aparente, señalar que el sector textil presenta mejores resultados que el de confección. Y a pesar de ser los salarios en confección mucho más bajos que en textil, la productividad ajustada por el salario es también superior en el sector textil.

    Sin embargo, la evolución de la productividad en los últimos años no parece muy positiva en este sector. Se pueden distinguir dos períodos notablemente diferentes. Hasta 1997, la productividad ajustada sigue una tendencia creciente, con una tasa anual media de crecimiento del 7%, similar a la de industria en su conjunto. A partir de ese año, aunque en la industria en general también se produjo una contención importante del crecimiento (1,1%), en el sector textil la tasa anual media de crecimiento pasó a ser negativa (-2,6%).

    4.2.6. COMERCIO EXTERIOR ESPAÑOL: IMPORTACIÓN Y EXPORTACIÓN

    Desde mitad de la década de los ochenta, la balanza comercial textil cambió de signo para convertirse en una balanza negativa. España se ha convertido en un país importador neto de productos textiles.

    'Sector textil'

    El sector textil se enfrenta a una importante competencia exterior. El comercio exterior ha evolucionado en los últimos cinco años, los intercambios comerciales con el exterior han crecido en importancia. En el cuadro 1, donde se muestra la evolución de los principales parámetros de comercio exterior en los últimos cinco años, puede apreciarse que durante este periodo las importaciones aumentan de forma constante, manteniendo un ritmo de crecimiento anual que oscila entre el 6% y el 8%. Aumenta el déficit comercial, llegando el pasado año a los 3.348 millones de euros, 3.430 si se incluyen las fibras. La mayor parte del déficit corresponde a la confección (el 86,4% en 2004), seguido del textil (11,2%) y las materias primas (2,4%).

    La actividad exportadora ha permitido a la industria española afrontar el fuerte incremento de las importaciones. Las exportaciones siguen un comportamiento más irregular. Hasta el año 2002 crecen a un ritmo superior al de la importación, a partir de esta fecha se produce un estancamiento debido a la fortaleza del Euro y a la desaceleración de la demanda en la Unión Europea, que es nuestro principal socio comercial. No obstante, el esfuerzo exportador ha aumentado en 11 puntos porcentuales en estos cinco años y en 2004 el 46% de la producción fue destinado a mercados exteriores, frente al 35% de 2000.

    Igualmente, a partir de 2002 disminuye el consumo aparente como consecuencia de la caída de la demanda interior de materias primas y productos textiles, aunque evoluciona positivamente el consumo de productos finales. Una parte cada vez más importante de este consumo se abastece en mercados exteriores, como muestra la evolución del índice de penetración, que ha aumentado 14 puntos porcentuales desde el año 2000.

    'Sector textil'

    La producción sigue una evolución paralela a la del consumo aparente y las exportaciones.

    Hasta el año 2001, la actividad exportadora, unida al buen comportamiento de la demanda interna, ha permitido a la industria española afrontar el fuerte incremento de las importaciones. Sin embargo, desde el año 2002, el cambio en la tendencia de ambos parámetros afecta negativamente al sector, conduciendo a una disminución de la producción y el empleo.

    'Sector textil'

    La exportación.

    Aunque con un ritmo de crecimiento muy lento, las exportaciones han aumentado un 1,6% en 2004 con respecto a 2003, este año se ha producido una ligera recuperación de nuestra actividad exportadora, alcanzando los 6.542 millones de Euros como puede verse en el cuadro 4. No obstante, únicamente tiene crecimiento positivo la exportación de prendas de vestir, que ha aumentado un 5,7%, y la de productos textiles confeccionados, 7,7%. Las exportaciones de materias primas han disminuido un 6,9%, las de hilados un 2,2% y las de tejidos un 2,5%,

    En consecuencia, continúa aumentando el peso de la confección sobre el total de las exportaciones del sector y en 2004 un 48,4% de las exportaciones ha correspondido a prendas de vestir (46,5% en 2003), un 47,7% (49,20% en 2003) a productos textiles y el 3,9% a materias primas (4,3% en 2003).

    'Sector textil'

    Países de destino: como puede observarse en el cuadro 5, donde se recogen las principales zonas de destino de las exportaciones totales del sector, la mayor parte, el 67,3% (68,1% en 2003), son expediciones dirigidas a la Comunidad, fundamentalmente a Portugal (15,6%), Francia (15,1%), e Italia (9,0%). El comercio con los nuevos Estados miembros es todavía muy pequeño (3,3%), aunque evoluciona positivamente y nuestras ventas a estos países han aumentado un 10,9% en 2004 respecto a 2003, lo que supone un ritmo de crecimiento muy superior al de nuestras expediciones al conjunto de la Unión Europea, que han aumentado únicamente un 0,5%.

    El 32,7% restante se envía principalmente al norte de África (9,7%), destacando Marruecos (7,7%), América del norte y central (6,4%), sobre todo México (3,2%), y al resto de Europa (7,4%). Las exportaciones a terceros países han evolucionado de manera más favorable que las expediciones a la Unión Europea, creciendo un 4,1% en relación con 2003. Hay que destacar el buen ritmo de crecimiento de las exportaciones al resto de Europa (13%), sobre todo a países candidatos a la adhesión a la Comunidad (Turquía y Rumania), y al resto de Asía (16,5%), sobre todo Japón y Hong-Kong. Por el contrario, han disminuido nuestras ventas a América (un 1,1%) y Oriente Medio (un 6,4%).

    'Sector textil'

    La importación.

    Las importaciones han aumentado a un ritmo similar al del año anterior, un 5,7% en 2004 con respecto a 2003 (5,03% en 2003 respecto a 2002), debido al buen comportamiento de la demanda de productos finales. Como puede verse en el cuadro 6, las importaciones de prendas de vestir se han incrementado en un 11,7% en relación con 2003 y las de productos textiles confeccionados (denominados en el cuadro “Resto textiles”) en un 7,1%.

    Por el contrario, como ya sucedió en años anteriores, disminuyen las importaciones de materias primas (1% respecto a 2003), las de hilados (8,2%) y las de tejidos (3,3%) como consecuencia de la menor actividad en la industria. En 2004 más del 60% de las importaciones totales de productos textiles y de la confección, un 61,5%, ha correspondido a prendas de vestir (el 58,2%, en 2003), el 35,1% a productos textiles (38,2% en 2003) y el 3,4% a materias primas (3,6% en 2003).

    'Sector textil'

    Países de origen: como ha sucedido en años anteriores, las compras realizadas en terceros países han crecido más rápidamente, un 14,6% respecto a 2003, que las introducciones provenientes de la Comunidad, que este año han disminuido un 2,4%. Por otra parte, durante todo el periodo las importaciones de productos textiles y de la confección sujetos a restricción cuantitativa aumentan más lentamente que las importaciones de terceros efectuadas en libertad comercial.

    Como en el caso de la exportación, destaca el fuerte ritmo de crecimiento de las importaciones del resto de Europa (31,6%), sobre todo de países candidatos a la adhesión a la Comunidad (Turquía, Bulgaria y Rumania), y de Asia (14,4%), sobre todo de China y Bangladesh. Las compras en el norte de África solo han aumentado un 2,7% respecto a 2003. Por lo que se refiere a las zonas de origen, el 48% de nuestras compras proceden de la Unión Europea, Italia (15,3% del total importado), Portugal (8,5%) y Francia (8,1%) son nuestros principales proveedores comunitarios. En terceros países importamos fundamentalmente de Asia (32,9% del total importado), destacando China (13,3%), India (3,9%) y Bangladesh (3,2%). También se importan cantidades significativas del resto de Europa (8,4%), sobre todo de Turquía (6,1%), y norte de África (7,8%), primordialmente de Marruecos (6,6%).

    'Sector textil'

    Subsector de materias primas.

    En los últimos cinco años las importaciones de materias primas han caído un 16,9% en valor, y las exportaciones han disminuido un 6,5% (cuadro 8). Por lo tanto, ha disminuido el déficit comercial y aumentado el grado de cobertura (8 puntos porcentuales en cinco años). Como no se dispone de las cifras de producción a partir de 2002, no es posible constatar sí la positiva evolución de las exportaciones en relación con las importaciones ha permitido a este subsector compensar la caída de la demanda de materias primas en el mercado interior.

    'Sector textil'

    La mayor parte de las ventas (el 71,1% en 2004) se dirigen a la Unión Europea, fundamentalmente a Italia (23,8%), Francia (14,4%) y Bélgica (8,7%). Fuera de la

    Comunidad exportamos al norte de África (10%), sobre todo a Argelia (4,8%) y Marruecos (4,4%), y resto de Asia (8,8%), destacando China (6%). También se han exportado cantidades significativas a Turquía (3,5%).

    Por lo que respecta al origen de las importaciones, un 57,3% de las compras se han realizado en la Unión Europea y el 42,7% restante en terceros países. Nuestros principales suministradores comunitarios han sido Alemania (13,3% del total importado), Austria (7,8%), Francia (7,6%), y Bélgica (6,6%). Fuera de la Unión Europea importamos fundamentalmente de Turquía (7,2%), Estados Unidos (5,8%), y Corea del Sur (4,9%). El peso de las importaciones procedentes del grupo de países sometidos a medidas de restricción siempre ha sido bajo (10,9% de las importaciones totales de fibras en 2004) en comparación con los otros subsectores.

    Subsector textil

    La evolución del comercio exterior en el subsector textil se muestra en el cuadro 9. En cinco años las importaciones han disminuido un 2,7 % y las exportaciones un 1,4%, el índice de penetración y el esfuerzo exportador han aumentado prácticamente en igual proporción (5 y 6 puntos porcentuales respectivamente).

    En 2004 se ha producido una cierta recuperación del saldo comercial y el déficit ha sido de 386 millones de euros (437 en 2003). Este déficit es debido al desequilibrio comercial del resto de los textiles (-324 millones de euros en 2004), y de los hilados (-166 millones de euros), mientras que los tejidos han mantenido superávit comercial durante prácticamente todo el periodo que se analiza (105 millones de euros en 2004).

    'Sector textil'

    En este último año las exportaciones han llegado a los 3.120 millones de euros, lo que supone una disminución del 1,4% respecto a 2003. La mayor parte de estas ventas (un 63,9%) se han destinado a la Unión Europea, fundamentalmente a Francia (15,1%), Portugal (11,6%) e Italia (10%). Del 36,1% restante, un 15,8% se envía al norte de África, sobre todo a Marruecos (13,6%) y Túnez (1,7%), un 6,9% al resto de Europa destacando Bulgaria (1,7%) y Turquía (1,6%), y un 8,2% a América, principalmente a Estados Unidos (2,9%) y Méjico (2,4%). Las exportaciones a Asia han supuesto únicamente el 4,3% de las ventas totales.

    También se ha producido un descenso en las importaciones, que en 2004 han caído un 2,7% en relación con 2003. Un 63,9% proceden de la Unión Europea, principalmente de Italia (21,6%), Alemania (10,9%) Francia (10,8%), y Portugal (6,6%). Fuera de la Comunidad importamos fundamentalmente de Asia (26,4%), sobre todo de China (7,8%), India (5,2%) y Pakistán (4,2%) y resto de Europa (6%), destacando Turquía (4,8%). No obstante, los principales países de origen de nuestras importaciones y de destino de nuestras exportaciones varían en función del tipo de producto textil. Por este motivo se han recogido por separado en el cuadro 10 nuestros principales suministradores y compradores de hilados, tejidos y otras manufacturas textiles.

    Las compras en países sometidos a cuota han supuesto el 69% de nuestras importaciones originarias de terceros países (24,9% de las importaciones totales) y más de la tercera parte de estas importaciones (el 9,2% de las importaciones totales) corresponden a productos sujetos a limitación cuantitativa. En total, incluyendo los contingentes frente a Corea del Norte y Serbia y Montenegro, los productos textiles estaban sujetos 109 limitación cuantitativas a las importaciones en 2004.

    'Sector textil'

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    Subsector de la confección

    El sector de la confección es él que ha tenido que afrontar en mayor medida el fuerte incremento de las importaciones que se ha producido en los últimos años. Si se comparan las cifras con las de 2000, las importaciones han crecido un 61% y el índice de penetración ha aumentado en 20 puntos porcentuales (cuadro 11). A pesar de la positiva evolución de las exportaciones (que se han incrementado en un 50,5% desde 2000) y del esfuerzo exportador, que ha aumentado 17 puntos porcentuales en 5 años, desde el año 2001 la producción ha disminuido de forma constante.

    En 2004 las exportaciones se han incrementado en un 5,7% en relación con 2003, alcanzando los 3.165 millones de Euros. La mayor parte se dirigen a la Unión Europea (un 70,4% en 2004), sobre todo a Portugal (20,3%), Francia (15,1%) e Italia (6,9%). Fuera de la Comunidad destacan Méjico (4,2%), principal destino extracomunitario de nuestras ventas, Marruecos (2,2%), Turquía (2,1%) y Suiza (2,0%). Los envíos a Asia han supuesto el 9,2% del total exportado, aunque están concentrados en Oriente Medio (5,9%), principalmente Arabia Saudita (1,5%) y Emiratos Árabes (1,5%), y Japón (1,8%). En el cuadro 12 se muestran los 10 principales suministradores y compradores en función del tipo de.

    Por lo que se refiere a las importaciones, que han crecido un 11,7% en 2004 respecto a 2003, un 38,4% se han realizado en la Unión Europea, sobre todo en Italia (12,2%), Portugal (9,9%) y Francia (6,5%). El 61,6% restante se ha importado sobre todo de Asia (37,7%), destacando China (17%), que es nuestro principal suministrador de productos de confección, Bangladesh (5,0%) e India (3,3%). Fuera de este grupo de países compramos fundamentalmente en Marruecos (10,1%) y Turquía (6,8%).

    Las importaciones de prendas de vestir originarias de países frente a los que se mantenían cuotas a la importación han representado en 2004 un 30,6% de las importaciones totales (el 49,7% de las importaciones de terceros países) y más de la mitad de estas importaciones (el 17,7% de las importaciones totales) se ha efectuado bajo limitación cuantitativa. En total, las prendas de vestir estaban sujetas a 201 restricciones cuantitativas a la importación.

    'Sector textil'

    'Sector textil'

    4.3. PERSPECTIVAS DE CRECIMIENTO Y GRADO DE MADUREZ

    El sector debe proseguir en su esfuerzo inversor y en el aumento de la calificación de su personal. Uno de los handicaps actuales es encontrar personal cualificado.

    La madurez de la actividad y el elevado componente del coste laboral aconsejan orientar la producción hacia los segmentos que más valor añadido suponen, como el aseguramiento de la calidad e innovación en fibra, hilo, tejido, estampado y acabados y la mejora constante en el diseño de los productos finales.

    Un sector de tan elevado grado de apertura al exterior tiene que tener en cuenta los mercados externos, por lo que se hace indispensable el fomento de las exportaciones, la combinación de actividades innovadoras internas y externas, y por último, son necesarias las alianzas comerciales, productivas e innovadoras con empresas de otros países.

    En el mundo abierto del textil-confección se impone la exigencia de reciprocidad con las importaciones, de manera que estén sujetas a los mismos requisitos que la producción nacional. Para que haya una lealtad competitiva tienen que desaparecer las barreras no arancelarias administrativas, homologaciones parafiscales…, etc.

    Tras la superación de la reconversión de los años 80 y la profunda crisis del 92-93, el sector se ha renovado profundamente, ha integrado nuevas tecnologías de tratamiento de la información en la producción, la gestión y distribución, ha mejorado su eficiencia y solvencia.

    Una prioridad básica para el sector es seguir mejorando la competitividad de la industria a nivel europeo. En la Cumbre de Lisboa los Jefes de Estado y de Gobierno fijaron como objetivo para 2010 convertir a la economía europea en la más dinámica y competitiva. Siempre que se aprovechen las oportunidades y se reparen las estructuras que pongan de relieve sus ventajas competitivas, será posible cumplir este objetivo.

    Otro objetivo a tener en cuenta es superar la considerable desventaja en costes respecto a los países asiáticos a través de mejoras en la productividad. Apostar por la calidad y el diseño es la medida que preferentemente han adoptado las empresas europeas.

    5. UN EJEMPLO: EL SECTOR DE LA CONFECCIÓN EN GALICIA

    Una primera proximidad a la desarrollo del comercio exterior de productos textiles en Galicia, empieza por el análisis de las cifras de importación y exportación de productos textiles. Para ello nos basaremos en datos relativos a los años 1995-2004, lo cual profundizaremos, tanto para la entrada como para la salida de los mismos, la tasa de cobertura, la evolución de la misma para el periodo de referencia.

    CÓDIGOS TARIC

    'Sector textil'

    De los datos que se muestran cabe destacar el peso que contiene cada uno de los distintos grupos de productos que constituyen el sector, estacando el Grupo XI, de «Materiales Textiles y su Manufactura», con más del 90 por 100 de volumen de importaciones, especialmente los epígrafes 61 y 62, que suponen casi un 75% de las importaciones del textil de Galicia.

    Esto coincide con la estructura del sector, en la Comunidad Autónoma, pues el subsector de confección supone más del 75% del total de la actividad textil en Galicia. Cabe subrayar el porcentaje que suponen las importaciones textiles dentro del conjunto de importaciones gallegas, dado que éstas se incrementan año tras año, llegando casi a duplicarse en un período de 10 años, dato que refleja la relevante presencia de productos de confección de otros países y que manifiesta el grado de apertura que se está produciendo en el sector, con respecto al resto de sectores de la industria gallega. (Ver cuadro 2).

    'Sector textil'

    El análisis de las importaciones no es suficiente, sino que debemos asociar con el estudio de las exportaciones o salidas de productos textiles y tratar de advertir una comparativa entre las dos variables. Vamos a determinar la evolución de las exportaciones gallegas de productos textiles para el mismo período.

    'Sector textil'

    En este caso, es importante destacar la coincidencia con las importaciones, del mayor peso que supone el Grupo XI, frente al Grupo VIII, ya que el primero representa más del 90% del conjunto de las exportaciones totales. Igualmente dentro del Grupo X, los capítulos 61 y 62, concentran el grueso de las exportaciones, ya que suponen en el año 2004, el 86,95% de las exportaciones gallegas de productos textiles.

    Si atendemos a la evolución de las exportaciones, podemos observar que el grado de internacionalización del sector textil-confección de Galicia ha continuado una tendencia exponencial, que ha permitido multiplicar por 8 la cifra absoluta de las exportaciones en el período 1991-2004. Esto ha generado que en la actualidad la industria de la moda se sitúe en cuarto sector exportador, por delante de actividades tradicionalmente exportadoras como: el sector de la piedra natural o el sector conservero.

    En relación con el conjunto de la industria gallega, la evolución del porcentaje de las exportaciones del sector, casi triplica su peso en el período considerado, lo que da una idea del grado de aportación de la industria de la moda a la balanza exterior de la economía gallega.

    Tasa de cobertura

    La evolución de las importaciones y las exportaciones nos proporciona una idea clara del desarrollo y de su posición frente al mercado internacional. Así, como las cifras de las importaciones y exportaciones para el periodo considerado que son bastante similares, no existe un desfase entre ambas, sino que en líneas generales, siguen una misma tendencia.

    'Sector textil'

    No obstante, se puede apreciar que entre los años 1995 y 1997 el volumen de entradas de productos es mayor que el de salidas, para mantener unas cifras prácticamente iguales entre 1998 a 2000. Durante el año 2001 se observa un mayor crecimiento de las importaciones, provocando un descenso de la tasa de cobertura, para a partir del ejercicio 2002 producirse un crecimiento mayor de las exportaciones sobre las importaciones.

    Si observamos la evolución de la tasa de cobertura de las exportaciones e importaciones de productos textiles en Galicia (Gráfico 2), vemos que durante el periodo 1995-1998 la tasa de cobertura es negativa, pues el total de importaciones es mayor que el volumen de exportaciones, para durante los dos años siguientes alcanzar una tasa positiva. Durante el año 2001 se vuelve a obtener una tasa negativa para luego seguir con una tendencia de mayor crecimiento de las exportaciones manifestada por una tasa que en el año 2004 alcanza el 120%.

    'Sector textil'

    En los Gráficos 3 y 4, se puede apreciar que la situación es diferente, para los productos de punto (epígrafe 61) el avance es similar al conjunto del sector. Pero para los productos del epígrafe 62, (ropa y complementos de vestir) la evolución es diferente, pues la tasa de cobertura es positiva para todos los años, pero se observa una tendencia descendente a partir del año 1999. Esto nos está indicando que para este tipo de productos estamos recibiendo más productos de los que vendemos en el exterior.

    'Sector textil'

    'Sector textil'

    Subsectores

    El textil gallego está muy especializado en la confección en base a tejido principalmente, pero también en género de punto. Al margen de la confección hay, comparativamente una pequeña actividad textil y en cuero-piel. Tal y como veremos en los apartados siguientes, la división del trabajo del sector se establece en base a empresas especializadas en las diversas fases del proceso confeccionista.

    Trabajadores y empresas

    En conjunto, los 20.000 trabajadores del sector representan el 12,5% del empleo industrial de la comunidad. La Coruña es la provincia que concentra un mayor número de trabajadores (55%), seguida de Pontevedra (27%) y Orense (18%);

    Lugo tiene un papel muy marginal.

    'Sector textil'

    Como se puede apreciar la confección, de tejido sobre todo pero también de género de punto, es el subsector dominante en la comunidad. La distribución entre empresas comerciales (diseño y comercialización) y talleres de confección (cosido, planchado, repasado, etc.), nos muestra que existe un núcleo importante de unidades centrales fabricantes (36% de las empresas), apoyado por una gran red de talleres subcontratados (64% de las empresas). No obstante, gran parte de estas empresas centrales ha de contar con talleres propios, lo que explica que signifiquen el 61,2% de la ocupación total del sector, frente al 38,8% de las cooperativas, talleres y trabajo a domicilio.

    En la comunidad no existe prácticamente mediana o gran empresa; en todos los

    subsectores predominantes la pequeña y la microempresa son los tamaños con mayor presencia. Las comerciales de la confección son las que cuentan con un tamaño medio más adecuado para ejercer la función de liderazgo. Estos datos, no obstante, han de complementarse con los procedentes del siguiente apartado.

    'Sector textil'

    Las empresas líderes en ventas

    De las 39 empresas presentes en la lista de líderes en ventas del subsector confeccionista gallego, 24 poseen 50 o más trabajadores (medianas empresas), entre éstas 12 tienen más de 100 trabajadores (grandes empresas). Del total de empresas 6 pertenecen directamente al grupo Zara, con 7.693 trabajadores, concentrados fundamentalmente en la Industria del Diseño Textil (7.323); a mayor distancia se sitúa Adolfo Domínguez que en su factoría de San Ciprian de Viñas tiene 430 ocupados, Caramelo con 350, Maneiras con 334 y Manufacturas Femeninas Coruñesas de Confección con 214; finalmente, completan la lista de empresas con más de 100 trabajadores, Confecciones Fríos (124), Confecciones Goa (105), Jealfer (130), Vicaro Confección (100), Viriato (165), Marpy (132) que junto con Confecciones Verin y Roberto Verino forman el grupo Verino y el Grupo de Punto Montoto (140). En total las 39 empresas cuentan con 10.959 trabajadores, es decir más de la mitad del sector y facturan anualmente 197.690 millones de pesetas; claro que sólo el grupo Zara ya supone 154.600 millones, seguido de Adolfo Domínguez con 12.000 millones; por encima de los 3.000 millones de pesetas se sitúan Caramelo (4.131), Confecciones Fríos (3.050), Maneiras (3.200) y Trisko (4.450); por encima de los 1.000 millones,

    Manufacturas Femeninas Coruñesas de Confección (1.400), Marpy del grupo Verino

    (1.565), Florentino (1.300) y Umbro (1.530).

    Además, en el listado de líderes en ventas, aparecen 9 empresas del textil. La más importante en facturación es Diéguez Sur con 1.626 millones, que forma grupo con Dimotex (675 millones); otra unidad interesante es Galicia Textil (1.625 millones) y Diéguez Norte (925 millones). En total estas empresas del textil tienen 366 trabajadores y facturan 6.653 millones de pesetas; la diversificación es notable (automóvil, redes de pesca, cintas y tejidos PVC, filamentos de polipropileno…)

    Finalmente, en el mismo listado aparecen 6 empresas del cuero y piel con 189 trabajadores y 4.505 millones de facturación. La más notable en facturación es Comercial Galfer con 1.535 millones de pesetas. Zara, fundamentalmente, y más alejada Adolfo Domínguez, son empresas del mayor interés para el conjunto de la confección española. Destaquemos también, que el fenómeno confeccionista gallego es relativamente reciente, sobre todo si lo comparamos con otros territorios

    Adaptex, de gran tradición textil.

    Resumen

    Sobre una tradición muy reciente algunos grupos empresariales que controlan el diseño y la comercialización han consolidado un subsector confeccionista y del género de punto. En este apartado, la clave esta en la pujanza de estas empresas centrales y en su capacidad de control de las redes de subcontratación formadas por cooperativas, talleres y trabajo a domicilio. De hecho, al margen de algunas empresas textiles especializadas en el servicio a otras industrias, el conjunto del textil y piel gallego gira en torno a la moda que implantan nombres como Zara,

    Adolfo Domínguez, Roberto Verino, Caramelo, etc. A partir de ellos se confeccionan tejidos, géneros de punto, complementos, zapatos, prendas de piel o cuero, de señora, caballero o niño.

    'Sector textil'

    6. CONCLUSIONES

    La situación del comercio exterior español ha estado condicionada por los profundos cambios experimentados tanto por la apertura comercial propiciada por el ATC como por las ampliaciones de la UE. El esfuerzo de modernización y adaptación a las nuevas circunstancias, en particular apostando por la calidad y el diseño, se ha dejado notar en mayor medida en el sector de confección. Como se ha comprobado a lo largo del estudio realizado, la posición española en confección dentro del mercado europeo ha mejorado de forma sensible en los últimos años. Es especialmente destacable la evolución seguida por algunas empresas españolas que se encuentran entre los diez primeros productores europeos del sector, como es el caso del grupo Inditex, con su marca Zara a la cabeza.

    Otro reflejo de esta mejor posición del sector de confección se ha encontrado en los indicadores de competitividad exterior, ya que todos ellos apuntan a un avance de la competitividad de la industria de confección en España. En el caso de la industria textil, estos indicadores advierten de una posición bastante vulnerable. Aunque en este sector se ha realizado un esfuerzo importante incentivándose la innovación y la producción de tejidos industriales, es preciso que se aborde una reestructuración en la producción de los textiles más tradicionales, puesto que son éstos los más vulnerables ante la competencia internacional a la que se va a asistir en los próximos años.

    Del estudio realizado sobre el sector de confección textil registramos una realidad competitiva propia de los sectores maduros, donde las escasas posibilidades de crecimiento crean un clima de gran rivalidad. En muchos casos las empresas fabricantes operan con márgenes muy estrechos ya que el poder d negociación que tienen frente a sus clientes, sobre todo frente a las grandes cadenas, es muy bajo dado su reducido tamaño y capacidad de diferenciación.

    Las grandes cadenas son la forma de distribución que mayor crecimiento ha experimentado en los últimos años, crecimiento conseguido, como en todo sector donde la facturación presenta un ritmo de crecimiento reducido y decreciente, a costa de la pérdida de peso de la tienda independiente tradicional. La menor presencia de estos pequeños detallistas ha causado en muchos fabricantes la desaparición de su mercado natural, frente al cual disfrutaban de un mayor poder de negociación y de unos márgenes holgados.

    Asimismo, el crecimiento de las grandes cadenas como forma de distribución no sólo supone una amenaza a la supervivencia de los fabricantes por el estrechamiento de márgenes y la mayor dureza de las condiciones, sino que además llevaría en el futuro al sector de confección a convertirse en menores talleres subcontratados, con total dependencia de las cadenas y sin ninguna capacidad de negociación o decisión.

    Frente a esta situación, resulta necesario reflexionar sobre la búsqueda de alternativas estratégicas que puedan servir de vía de mejora en la situación que atraviesan las empresas del sector de confección textil.

    La mejora operativa y de productividad es una opción que plantea la posibilidad de aumentar los márgenes obtenidos mediante un incremento de la productividad. Estos últimos se consigue a través de mejoras en los procesos productivos de la confección, del empleo de las nuevas tecnologías y de la mejora de los equipamientos productivos.

    Esta vía supone la realización del personal, dado el bajo nivel de formación detectado en el sector, inversiones que permitirán aumentar la eficacia y; al menos en el corto plazo, la mejora de márgenes y rentabilidades en las empresas. Sin embargo, el escenario a medio-largo plazo resulta incierto, ya que las cadenas seguirían manteniendo una posición predominante y podría persistir la situación la situación de dependencia respecto de ellas a pesa de la mejora operativa continua. Por lo tanto, lo máximo que éstas les podría asegurar es la supervivencia y no una ventaja competitiva a largo plazo. Por otro lado, habría que considerar los efectos en la mano de obra del sector que podría acarrear una progresiva incorporación de tecnología a los procesos.

    La diferenciación plantea la posibilidad de mejorar los márgenes obtenidos mediante la creación de atributos diferenciales (diseño, marca….) que permitan a la empresa distinguirse de la competencia, fidelizar a un nivel de mercado que aprecie dichas características diferenciales y, con ello, conseguir aumentar el poder de negociación frente a las cadenas de distribución.

    Está opción exige la identificación de un fracción de mercado objetivo y la realización de inversiones que permitan conseguir que la diferenciación que se pretenda se llegue a reconocer en el lugar elegido. También hay que tener en cuenta que las empresas que optasen por esta alternativa seguirían pasando por un intermediario para llegar al cliente final, y por lo tanto, carecerían de la información directa que resulta tan conveniente para poder conocer sus gustos, preferencias, estilos…. Y, normalmente, al vender prendas con su propia etiqueta, lo harían a tiendas independientes que, son canales de distribución en recesión. Además, la capacidad de mantener en el tiempo la percepción de esta diferenciación normalmente suele requerir grandes esfuerzos e inversiones continuas en publicidad, creación de una colección o diseño de la prenda, etc. y, por ello constituye la mayor incertidumbre de este escenario a medio-largo plazo.

    Estas dos primeras alternativas están planteadas bajo el supuesto de que las empresas mantienen su actividad en el sector de la confección textil. Sin embargo, cabe la posibilidad de dar un paso más y es que la empresa de confección entre en la actividad de distribución.

    La integración vertical hacia delante supone crear una res de distribución que permita a los propios fabricantes llegar hasta el cliente final y, de esta forma, conseguir esos mayores márgenes. Este proceso no sólo supone la realización de inversiones importantes, sino que mediante esta alternativa el fabricante entre en un sector de la actividad distinto, con unas claves competitivas diferentes, cuyo dominio hay que asegurarse para tener la posibilidad del éxito.

    La fórmula que en la actualidad está gozando de mayor éxito sería la cadena especializada. Por lo tanto, se debería optar por afrontar la entrada en el sector de la distribución bajo esta fórmula.

    Dentro de esta vía se pueden visualizar distintas opciones, ya que debería acompañarse con una de las dos alternativas estratégicas anteriores o, mejor aún, con ambas.

    Por otro lado, se debe conseguir una mejora operativa que permita ser flexibles en la producción y, con ello, poder trasladar a nuestro cliente final las reducciones de costes alcanzadas; así como una diferenciación mediante la cual podamos fidelizar al cliente en a medida de lo posible, dadas las características del consumidor de ropa o, al menos, que las fracciones de mercado se reconozcan.

    Resulta evidente que el volumen de la inversión Nicasio para llevar a cabo esta alternativa es muy elevado. Ello obliga a reflexionar sobre la búsqueda de fórmulas que posibiliten que la entrada en el sector de distribución sea una alternativa real para las empresas fabricantes nacionales.

    Entre ellas se puede plantear la posibilidad de entrar en el sector de distribución

    A través de un canal no presencial y llegar al consumidor final mediante una plataforma tecnológica. Esta posibilidad requeriría, por un lado la existencia de un nicho de clientes con un tamaño crítico suficiente para ser rentable, aunque, este tipo de venta es aún minoritaria en nuestro ámbito geográfico; y, por otro lado, fuertes inversiones en tecnología que permitieran emprender esta vía, que se podría reemplazar con la alianza con un socio tecnológico adecuado o con un distribuidor en la red que, acudiendo a nuestro mismo público objetivo, no ofertase aún ropa para él, por lo que nuestra entrada le permitiría completar su oferta.

    Cabe plantearse la entrada en el sector de distribución de forma no individual sino agrupada, a través de la formación de una asociación de pequeños fabricantes, que conjuntamente reúnan la masa crítica en cuanto a recursos financieros y capacidad productiva, como una alternativa posible de llevar a cabo el proyecto. Esta vía exigiría el llegar a un acuerdo con los socios acerca de la oferta que cada uno podría realizar para confeccionar las prendas de la colección que se diseñase, sin perjuicio de que pudiesen seguir produciendo para otros intermediarios del sector. Algunas de estas vías ya se han explorado por algunos fabricantes del sector de confección textil con más o menos éxito.

    6. VALORACIÓN PERSONAL

    Realmente esta investigación acerca del sector textil nos ha aportado información muy valiosa dado que hemos aprendido mucho acerca de los acontecimientos que ocurren a nuestro alrededor y que a menudo desconocemos lo trascendentales que pueden llegar a ser.

    Los datos que hemos manejado nos han acercado a la estructura de la empresa española, desde sus comienzos hasta la actualidad, como ha ido evolucionando y afrontando los retos y las situaciones tanto políticas como económicas que se le iban presentando.

    Nos ha parecido interesante porque mucha de la información que hemos ido recogiendo la desconocíamos y nos ha ayudado a comprender problemas actuales, como el crecimiento de China como potencia textil o por qué se dice que la balanza comercial es deficitaria.

    7. BIBLIOGRAFÍA

    • Boletín Económico de Ice

    www.revistaice.com

    • Instituto Nacional de Estadística

    www.ine.es

    • Ministerio de Economía

    www.mineco.com

    • Secretaría de Estado de Turismo y Comercio. Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

    www.mitc.com

    • El sector textil-confección español: situación actual y perspectivas de Juan Canals Oliva.

    • La internacionalización del sector textil-confección de Victor Fabregat Muñoz.

    • El sector textil y confección en España ante un futuro incierto de María José Moral y Consuelo Pazó.

    • La industria textil-confección Europa en el umbral del siglo XXI de Salvador Maluquer Trepat.

    • El sector textil-confección de Luisa Riber García.

    • Perspectivas del sector textil y de la confección de la Subdirección General de Análisis y Estrategia




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    Enviado por:Ansira
    Idioma: castellano
    País: España

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