Religión y Creencias


Sectas


INDICE

1. Introducción (la necesidad de creer)

2. ¿Qué es una secta?

3. ¿Qué es una secta peligrosa?

3.1. Los puntos en común de las sectas peligrosas

3.2. Sectas peligrosas comerciales

3.3. Sectas peligrosas empresariales

3.4. Sectas peligrosas de culto y religion

  • Las promesas de las sectas peligrosas

  • Cuando las señales no se cumplen

  • 4. ¿En dónde radica la peligrosidad de las sectas?

    4.1. Perfil de la persona susceptible de engancharse a una secta

    4.2. Como una droga

    4.3. Los anzuelos de las sectas peligrosas

    5. Como desenganchar a un sectario

    5.1 Perfil de la persona susceptible de engancharse a una secta

    5.2. Como una droga

    5.3 Los anzuelos de las sectas peligrosas

    6. Distintos tipos de sectas peligrosas

    6.1. Cómo reconocer a una persona proclive a las sectas

    6.2. ¿Qué hacer cuando se notan estos síntomas?

    6.3. Diferentes tipos de sectas

    7. ¿Porqué existen las sectas?

    7.1. ¿Qué persiguen las sectas?

    7.2. ¿Quiénes se quedan en las sectas

    8. Conclusiones

    “Un rasgo de rebeldía”

    9. Bibliografía

    -“El peligro de las sectas”. de Robert Wall Newhouse.

    Edicomunicación, S.A

    -Microsoft Encarta 2001

    1.INTRODUCCION (la necesidad de creer)

    La razón de que se vendan tantos libros de ciencias ocultas, adivinación, psicología, crecimiento personal, religión y temas afines, se debe principalmente que el ser humano tiene una enorme necesidad de creer.

    Esta misma necesidad es la que se expresa cuando nos convertimos a una religión, a un partido político, a un grupo deportivo o a una secta.

    Meter todo en un mismo saco puede parecer una banalidad, una reflexión poco rigurosa, sin embargo, los actos de los seres humanos son igualmente irreflexivos, simples y banales.

    En otras palabras podríamos decir que los actos que realizamos son más emocionales y los impulsos inmediatos antes que el pensamiento.

    Si pensáramos cada uno de nuestros actos antes de lanzarnos de cabeza a tal o cual situación, posiblemente no haríamos ni la mitad de lo que hacemos diariamente.

    Nuestra señal de peligro y de alarma tarda en encenderse, y a menudo se enciende cuando es demasiado tarde, cuando el peligro es inminente o inevitable.

    Hay quien señala que el hombre, junto a su instinto de supervivencia, posee un instinto de autodestrucción, de autodegradación y de relajamiento.

    En cierta forma, cuando el ser humano se encuentra ante un problema que cree de difícil solución, se entrega, se deja llevar, delega sus propias responsabilidades en terceras personas o en el laberinto de las circunstancias.

    La raza humana ha demostrado a través de los siglos una capacidad envidiable de supervivencia. El ser humano se ha sobrepuesto a catástrofes naturales. Ha sobrevivido ante enemigos más grandes y más fuertes. Ha superado sus propias limitaciones y ha logrado mantenerse sobre la faz de la tierra a pesar de las guerras y destrucciones que ha promovido él mismo.

    Pero a la vez que el hombre es y ha sido capaz de sobrevivir a todo tipo de penalidades, catástrofes y guerras, no deja de ser un ente demasiado débil, demasiado frágil y, lo que es peor, destructivo y autodestructivo.

    Nuestra moral se mina con facilidad, nuestro ánimo se irrita ante cualquier contratiempo. Nos deprimimos, nos angustiamos, somos incapaces de mantener la serenidad y la cordura. Nos dejamos convencer por los halagos y por las voces de apoyo, aunque sean falsas e impostadas, incluso cuando somos conscientes de que nos están engañando.

    Somos maestros del engaño y e autoengaño. Nos dejamos arrastrar por las pasiones y por las tentaciones. No sabemos decir que no a muchas de las situaciones inconvenientes o molestas que nos comprometen y someten innecesariamente.

    Dejamos que sean otros los que se encarguen de nuestra vida intelectual y moral.

    Criticamos, pero no analizamos ni intentamos en ningún momento hacer frente a nuestras responsabilidades físicas, intelectuales, religiosas, morales, económicas y sociales.

    Nos contentamos con ser uno más...,y cuando intentamos destacar lo hacemos compitiendo con el resto, dando codazos, traicionando confianzas, vendiendo dignidades y destruyendo el esfuerzo ajeno.

    Estamos tan inmersos en nuestros condicionamientos, que somos incapaces de entender la vida de otra manera. Por eso, cuando nos rebelamos contra las estructuras establecidas, generalmente lo hacemos desde un marco idéntico al que combatimos, y creemos cambiar la esencia cuando sólo cambiamos las formas.

    Nuestros conceptos suelen ser estereotipados, erróneos, confusos, tendenciosos, parcialistas, supersticiosos, prejuiciosos, impuestos, heredados, poco rigurosos y hasta falsos, pero eso no nos impide ser tozudos, intransigentes e intolerantes con respecto a ellos, y a menudo somos capaces de defenderlos hasta la muerte.

    Desde tiempos inmemoriales los hombres han sido capaces de matar hasta sus propios hermanos por una diferencia de conceptos. La ambición es un gran acicate para la guerra y el crimen, pero los conceptos no se han quedado atrás a la hora de cometer un asesinato o de iniciar una guerra.

    El broche de oro es el suicidio, esa capacidad de autoaniquilarnos personal y conscientemente. Hay suicidios velados por la omisión o la ofuscación del momento. Hay suicidios a largo plazo, autodegradantes, irresponsables e inconscientes. Pero ninguno de ellos es tan terrible como el directo y consciente, sin causas aparentes o por causas tan mínimas que resulta inexplicable el hecho.

    En muchos de los trabajos que se publican sobre el suicidio se habla de las formas, de los sucesos y del inexplicable final, pero en pocos el ensayista se atreve a decir el porqué del mismo. ¿Por qué se suicida la gente? ¿Cuál es la razón de que una persona aparentemente entera se pegue un tiro en la cabeza o se cuelgue en su habitación?

    Cuando sabemos que una persona alcohólica, enferma, endeudada o sumamente depresiva ha dado fin a su vida, nos parece que lo ha hecho por los problemas inmediatos que le aquejaban y que no supo resolver. Pero cuando nos enteramos que una persona que llevaba una vida completamente normal ha terminado con su existencia física, nos llevamos las manos a la cabeza y con un gran pesar interno decimos que no lo comprendemos.

    ¿Qué le ha pasado a esa persona? Tenía dinero, trabajo, padres, hijos, amor; lo tenía todo ..., o por lo menos todo aquello que pensábamos debe tener una persona. Entonces, ¿qué ha fallado?

    La respuesta exacta puede haberse ido a la tumba con el individuo, pero es posible que el tampoco supiera responder por qué se ha quitado la vida.

    La respuesta simple es que la persona ya no quería vivir, pero, ¿por qué alguien “normal” querría dejar de vivir? La muerte es la única cosa segura que tenemos en esta vida, ¿qué sentido tiene acortar el plazo?

    Es posible que la propia inminencia y certeza de la muerte sean suficientes para empujar a alguien al suicidio si nos planteamos la pregunta en sentido contrario: ¿qué sentido tiene vivir si nacemos condenado a muerte?

    Aquí es donde empiezan realmente los problemas. Sabemos que la muerte es segura, pero no sabemos qué hay más allá de la muerte, ni siquiera sabemos si hay algo, cualquier cosa, más allá de los limites de nuestra precaria y corta vida terrenal.

    Muchos suicidas potenciales dejan de serlo porque aprenden a creer, porque necesitaban creer y la creencia les ha dado un nuevo sentido en la vida.

    El suicidio es, desde un punto de vista simple, la incapacidad de la persona para encontrarle un sentido a su vida y a su existencia. Cuando la persona ve derrumbarse sus estructuras internas y externas, cuando el mundo real deja de tener un peso en sus sentidos, cuando se vive la inutilidad de la vida y la existencia, cuando se presiente el vacío, el conflicto y la ausencia de algo tan endeble como la propia vida, cuando no hay creso que nos llene ni idea que nos satisfaga, cuando nos quedamos sin preguntas ni respuestas, cuando percibimos la intranscendencia del ser y de todo el universo, el abismo de la nada se abre ante nosotros y acabamos con nuestra propia existencia.

    El suicida intenta liberarse de este mundo, pero también intenta liberarse de sí mismo porque se ha quedado sin salidas internas, y para volver a vivir necesita volver a creer, y no sólo en el más allá, sino en la propia vida.

    Las religiones, los grupos esotéricos y las sectas se basan en lo mismo: la necesidad de creer en algo que tiene la gente. Y si la gente necesita creer en algo, es obvio que pide a gritos la existencia de las religiones, los grupos esotéricos y las sectas.

    2.¿QUÉ ES UNA SECTA?

    Una secta es una organización (o grupo) que se basa en una doctrina creada por una persona (maestro, profeta o guía), en la que creen, defendiéndola a ultranza, otras personas (seguidores, adeptos, etc.)

    Una secta, como su nombre lo indica, sectariza, separa, segrega; es decir, atrae a sus seguidores poniéndolos inmediatamente en contra de sus detractores.

    Una secta puede nacer de cualquier idea que fundamentalmente, aunque sea torpe y vagamente, una doctrina. La doctrina es la razón literaria de ser de la secta, por eso las sectas recurren a un libro o a una tradición hablada o escrita donde se encuentran las reglas y las bases de su ideología.

    El libro que contenga la doctrina de la secta puede ser un simple panfleto, un decálogo, una canción o cualquier referencia por el estilo; porque lo importante es que la doctrina tenga la capacidad suficiente de atraer al posible adepto.

    La doctrina no tiene porque tener calidad ni lógica, lo único que requiere es tocar la fibra sensible de la persona o coincidir con su forma de pensar o de sentir.

    Las doctrinas sectarias se basan principalmente en las debilidades y aspiraciones del ser humano.

    Todo esto nos lleva inevitablemente a encontrar sectas por todas partes y de todos los estilos. Tomando en cuenta las premisas de lo que es una secta podemos decir de inmediato que el espíritu sectario del hombre se manifiesta casi en cualquier agrupación.

    3.¿QUÉ ES UNA SECTA PELIGROSA?

    Si partimos de la base que muchas de las actitudes humanas son sectarias, parecería difícil establecer lo que es una secta peligrosa. El problema aumenta cuando a nivel mundial no existe un acuerdo unánime en lo que respecta al problema.

    Aunque es a los gobiernos y a las religiones oficiales a los que más problemas les causan las sectas, tampoco hay acuerdo entre ambas instituciones.

    Una religión perfectamente establecida no puede ver con buenos ojos a una secta, incluso si ésta mantiene como base de su doctrina los dogmas de la misma religion.

    La Iglesia Católica ha sufrido varios casos de sectarismo en su seno, alguno de ellos han dado forma a órdenes religiosas dentro de la misma Iglesia, y otros más han terminado convirtiendose en nuevas religiones.

    Los cismas de una iglesia establecida provienen generalmente de enfrentamientos ideologicos y teologicos que dan vida a nuevas formas de expresar el culto.

    Muchas de las religiones evangelistas siguen siendo completamente sectarias e intolerantes, pero eso no les ha impedido formar pueblos enteros.

    Jacobinos y Menonitas, entre otras muchas, han fundado poblados enteros a lo largo del Continente Americano. La mayoria de estos grupos han intentado mantenerse al margen de la sociedad, el progreso y el mundo, y la verdad es que algunos han logrado quedarse anclados en el pasado.

    Estos grupos son completamente sectarios, y secuestran a sus fieles desde el nacimiento hasta la muerte, pero como no son violentos ni causan demasiados problemas sociales en su entorno, no son considerados como peligrosos.

    La Iglesia de los Santos de los Últimos Días, los mormones, parientes cercanos de otros grupos evangélicos, han admitido mayoritariamente el progreso y han formado ciudades tan modernas y eficientes como Salt Lake City, en el norteamericano estado de Utah. Los mormones viven de acuerdo a sus creencias aceptando el modernismo y alejandose del criterio apocaliptico que tuvieron en un inicio, pero eso no ha impedido que dentro de sus estructuras hayan nacido grupos más radicales que desean seguir viviendo como hace hace cien años y que han logrado, entre otra cosa, que en ciertos condados de Utah la poligamia sea permitida.

    La Rosa Cruz y la Masonería eran las favoritas, ya que ademas de dar cierto prestigio a sus adeptos, eran compatibles con las religiones cristianas,pero no eran las unicas.

    Por rachas y temporadas el exotismo de religiones lejanas o históricas atraían a los occidentales, pero, al no ser compatibles con las religiones oficiales se corria el riesgo de ser excomulgado o quemado, y eso evitó que proliferaran y ganaran peso e importancia.

    Sin embargo, finales del siglo XIX y a principios del XX, las religiones oficiales aflojaron la vigilancia y las sectas orientalistas empezaron a proliferar entre los occidentales.

    Franciscanos y Jesuitas tuvieron que hacer muchos méritos para ser admitidos como orden regular dentro de la Iglesia Católica. Sin embargo, los segundos siguen considerados en muchos paises como una poderosa secta instalada dentro del catolicismo, que se dedica más a la politica y a manipulacion de los pueblos del tercer mundo que a preconizar la palabra de Dios.

    En Estados Unidos hay miles de sectas, y muy pocas son consideradas peligrosas.

    Y así como Texas es el estado rey de los reverendos, California es el estado de las sectas esotéricas. En Los Angeles existe la tasa más alta de sectas. Estas sectas aparecen y desaparecen con la misma celeridad que las tiendas y las empresas; unas logran el éxito economico y otras no. Algunas suben como la espuma al estar respaldadas por alguna estrella de cine, como es el caso de Shirley McLeine; otras se sostienen con unos cuantos seguidores, diez o doce que mantienen al “maestro” y a su segundo de a bordo de la mejor manera que pueden.

    Una secta puede ser satánica, sexual, ultra derechista, militar, apocaliptica, etc.,sin que la administracion la censure. Puede anunciar el fin del mundo o el holocausto nuclear, de la misma manera que puede vender viajes espaciales a Venus y Jupiter a sus seguidores, o prometerles un desplazamiento astral al paraíso. Todo vale, mientras no se cometa un delito fiscal o común.

    Muchas sectas tienen armas, pero mientras cuenten con la licencia correspondiente y su numeracion no corresponda con la de una utilizada en un delito, no pasa nada. Algunas mantienen a sus fieles lejos de la familia, pero mientras no sea contra su voluntad y sean mayores de edad, no hay problema. Incluso una persona puede llevar a su familia al seno de la secta y mantenerla ahí contra su voluntad, sin que esto se considere delito.

    Hace falta que una secta cometa un asesinato o un secuestro flagrante para que la justicia intervenga en su contra, o un delito común de robo, apropiacion indebida o abusos sexuales(todo ello denunciado y probado suficientemnete)para que la policia actúe.

    Desgraciadamente las actuaciones legales y policiales se realizan cuando es demasiado tarde. Las raras veces denuncian hechos delictivos; incluso los “desenganchados”no actúan legalmente contra las sectas por regla general, si acaso salen en la televisión para denunciar el peligro que supone ingresar en ellas, nada más, y el desencanto de unos sirve de muy poco para desanimar a los posibles nuevos fieles, y de nada para desmantelar una organización de este tipo.

    Lo peor del caso es que el modelo norteamericano de sectarismo se va extendiendo cada vez más al resto del mundo, y las autoridades de otros países cada vez se encuentran más confusas y con los mismos problemas legales que las autoridades norteamericanas.

    Las sectas están en todas partes y han existido prácticamente en todos los tiempos. La mayoría de ellas cautivan en un momento u otro y de una manera u otra el pensamiento de sus seguidores, y aprovechan todo lo aprovechable que puede tener un ser humano en los aspectos material, social, intelectual o espiritual; el problema es saber cuando se convierten en peligrosas.

    Los puntos en común de las sectas peligrosas

    Líder carismático(preferentemente vivo, a ser posible un caso especial, por ejemplo haber sido curado de una enfermedad fatal por su poder mental o por la gracia de Dios; o bien que sea la reencarnación de Cristo, la Virgen, Buda o cualquier otro símbolo religioso importante; o incluso ser el actual hijo de Dios o Dios en persona; y lo más significativo de todo, que el líder mismo sea el primero en creer a pies juntillas que es la luz del mundo, el máximo elegido para desarrollar esa tarea.

    Libro: propio, escrito por el líder; o ajeno, un clásico religioso.

    Doctrina: propia o ajena, pero que toquen la fibra sensible o ambiciosa del posible adepto.

    Proselitismo: captación constate de fieles.

    Sometimiento: disciplina, compromisos, iniciaciones, grados, etc.…; o captar a otros fieles, convencer a otra gente, porque eso crea un enorme y confuso sentimiento de superioridad y culpabilidad mezclado con la obediencia a la secta y al líder.

    Cuotas: diezmos, obligación moral de comprar libros, casetes y todo tipo de material propio de la organización, o de comercios afines a la misma.

    Control: reuniones programadas, reuniones sorpresa, llamadas telefónicas seminarios, viajes, visitas, compromisos de alojamiento para compañeros del grupo, etc.

    Promesas de riqueza terrenal: protección económica del grupo, negocios, empleo, señuelos, ayudas esporádicas, etc.

    Promesas de salvación espiritual: hacer que el adepto se crea un elegido, un ser querido y amado por Dios, la corte celestial o los extraterrestres; hacerle creer que es un ser especial, que de el depende la salvación del mundo o que se deja de pertenecer a la secta se condenara para siempre o cosas por el estilo.

    Desvinculación de la familia y/o los amigos: incentivas el complejo de superioridad en el adepto con respecto a su mujer, hijos, padres, hermanos y amigos ya que él ha sido elegido, ellos no; hacerle creer que todo lo que no pertenece a la secta es feo, malo, retorcido, sucio e indigno; ofrecerle el amor sexual, conyugal, familiar o amistoso dentro de la organización, con mas vehemencia que el cotidiano para que compare y se anime a sustituirlo; o es su defecto, ayudarle a convetir en adeptos a la mayor cantidad posible de amigos y familiares, incluyendo cónyuge e hijos.

    Lenguaje propio de la secta: ideas afines, claves, secretos, misterios, cambio de nombre propio, complicidades, tecnicismos esotéricos o simplemente correligionarios; nuevas palabras, nuevos conceptos que solo se utilicen dentro de la secta y que sean prácticamente incomprensibles fuera de ella.

    Desvinculación con la realidad: incentivas la creencia en otros mundos y otras realidades accesibles solo a los adeptos; insistir en que lodo lo que no se encuentre dentro de los parámetros de la secta es falso, nocivo, maligno e irreal. Las promesas de salvación idílica o destrucción total del mundo son tan efectivas como recurrentes.

    Racismo y/o segregación: incentivar el desprecio por otras tazas, o por el resto de las personas que no pertenezcan a la secta; o simplemente hacer creer al adepto que todos lo que no pertenecen a la secta son dignos de lastima, no son seres humanos ralamente, o viven en él más letal de los engaños.

    Capacidad de sacrificio: algunas sectas peligrosas son radicales y violentas, pero otras no, son las “humanistas” y tolerantes, pero de cualquier manera en ambos casos se debe convencer al adepto, cosa que no resulta difícil después de haber conseguido la mayoría de los puntos anteriores, de que lo de todo por la secta, su vida incluida. En un alto porcentaje las sectas peligrosas se caracterizan porque el mismo líder ostenta esta capacidad de sacrificio, este sentido de autodestrucción que le llevara a la prisión o al suicidio en caso de que su organización corra peligro.

    Este organigrama lleva implícita la entrega total del adepto aunque sea por un tiempo limitado ya que una entrega de esta magnitud mantendrá vivos por un tiempo limitado, ya que una entrega de esta magnitud mantendrá vivo el sentimiento de culpabilidad, el temor, la confusión existencial y la dependencia psicológica al líder y al grupo.

    Muchas sectas peligrosas carecen de líder vivo, pero mantienen latente las obras y los mensajes de su fundador. Otras lo mantiene “escondido”, y hacen servir su imagen como un señuelo, como un premio para que los adeptos se apresuren en hacer méritos y ascender, ya que solo su depuración, entrega y dedicación les permitirá tener el honor y la gloria de conocerle algún día. Y buena parte de ellas, las más pequeñas, funcionan con el “maestro” en directo.

    Sectas peligrosas comerciales

    Algunas sectas peligrosas son verdaderas empresas transnacionales, imperios económicos que se dedican a la venta piramidal de joyas, jabones, libros o cualquier otra cosa.

    Pero en estos casos el producto a vender es lo de menos, ya que el beneficio económico y sectario viene del proselitismo que hacen los vendedores en su afán de escalar puestos y ganar dinero.

    El sistema, de forma simplificada, en el siguiente:

    • Captar el vendedor por medio de un anuncio.

    • Tentarle su sentido de ambición destapando sus frustraciones.

    • Ofrecerle, en segundo lugar, un sistema de ventas que él también podrá vender si recluta vendedores que trabajen para él.

    • Desvelarle el “secreto “: que mientras más vendedores reclute, ganará más y trabajará menos, ya que éstos reclutarán a otros y esos otros reclutaran a otros más y así sucesivamente hasta que se le llenen los bolsillos de la ambición de sueños e ilusiones.

    • Además del aspecto económico, se le debe despertar la ambición de poder y mando, prometiéndole que irá ascendiendo en el escalafón y que podrá, incluso, llegar hasta lo más alto, a ser jefe principal de la empresa.

    • Si el vendedor se engancha y recluta más vendedores en orden piramidal, las promesas de ascenso deben crecer en tono y fantasía.

    Las sectas peligrosas comerciales se distinguen de las empresas de venta a domicilio por su carácter proselitista, que trata desde los primeros contactos, comprometer al vendedor en algo mas que las simple ventas.

    Cuando uno va a pedir trabajo de vendedor a una empresa que se anuncia en el diario, el cuestionario que nos hacen en la primera o en la segunda entrevista es bastante delator.

    Una empresa normal jamás se preocupara de nuestras ambiciones y frustraciones, sino en nuestra apariencia física o de nuestra verborrea.

    La empresa sectaria hace cuestionarios como el siguiente:

    ¿Es cierto que usted no está contento en su trabajo actual?

    ¿Es cierto que usted no se encuentra a gusto con su situación actual?

    ¿Es cierto que le interesa mejorar su calidad de vida?

    ¿Invertiría usted un poco de tiempo y dinero para ganar mucho?

    ¿Le gustaría realizarse como persona?

    ¿Le gustaría trabajar en una empresa que le apoye y que reconozca sus méritos?

    ¿ Le gustaría llegar a tener todo lo que desea?

    En fin, preguntas a las que la mayoría de las personas no tendrían más remedio que contestar que sí.

    La venta de productor dentro de las sectas, incluso en aquellas sectas no comerciales como los Hare Krishna o los Niños de Dios, que venden libros, flores y panfletos, es sólo un pretexto para pedir limosna, enriquecer al “guía” y captar más adeptos. Y ya que el comercio y el dinero son nuevos dioses de nuestro tiempo, no han faltado “maestros” que han preferido montar una secta comercial en lugar de una secta religiosa, para “ayudar” a la gente.

    Precisamente la palabra “ayudar” es otro de los aspectos que delatan a las sectas peligrosas comerciales. Los vendedores se convierten en distribuidores “ayudando” a otra gente a ser vendedores.

    Los peldaños ( o fases progresivas de enganche) a subir son denominados de diferente manera dependiendo de la secta comercial.

    La secta comercial AMWAY (Estoy en el Sendero), utiliza los escalafones de perla, gema, esmeralda y diamante, para medir lo enganchado que está el adepto, quien a su vez, supone inocentemente que dichos escalafones sirven para medir su capacidad de trabajo y triunfo.

    Sectas peligrosas empresariales

    Algunas de las sectas que nacieron como sectas comerciales, han logrado con el tiempo convertirse en sectas empresariales más cerradas y selectivas que las anteriores, que transforman en adeptos a sus empleados

    a sus adeptos .

    En las sectas empresariales no es tan fácil entrar como en las sectas comerciales. Se puede ser consumidor, creyente o simpatizante sin ningún problema, pero para introducirse en las estructuras de la “empresa” hace falta algo más que simpatía o fe.

    Hay empresas que manipulan exageradamente a sus empleados y ejecutivos, obligándoles en cierto modo a cambiar sus hábitos de vida. Pero eso no quiere decir que sean sectas en toda la extensión de la palabra.

    ¿Qué es lo que las distingue de las empresas sectarias?

    Pues algo ten sencillo como el nivel de eficiencia en el puesto de trabajo. En una empresa multinacional nadie obliga al empleado a pertenecer eternamente a la empresa. Un empleado que no cumpla con su trabajo termina siendo despedido o cesado, sin que ningún “auditor” controle su vida haciéndole llamadas amenazadoras o visitándolo con el propósito de “recuperarlo” para la empresa.

    Una secta empresarial sí persiguirá, controlará y amenazará a los “empleados” que quieran desertar, utilizando todo tipo de presiones económicas, sociales, morales, psicológicas y emocionales para lograr su regreso al seno de la secta.

    La iglesia de la Cienciología (Dianética ) y el Opus Dei son verdaderas máquinas de crear empresas sectarias.

    Otras, como Rosemberg y Dle Carnegie, simplemente se dedican a mantener su propia estructura y a vender sistemas de enajenación para empleados y ejecutivos de otras empresas.

    Estas sectas, como en su tiempo lo hicieron los masones, están incrustadas en multinacionales y gobiernos.

    La secta del reverendo Moon se jacta de mantener en sus filas a varios gobiernos del mundo, pequeños y grandes, pero pocos gobernantes se atreven a declarar públicamente sus relaciones íntimas con dichas sectas.

    Cualquier presidente dice abiertamente si es católico, protestante, budista o musulmán, pero ninguno se apresura a reafirmar su membresía a la Dianética o el Opus Dei.

    El Opus Dei, gracias a sus relaciones con la jerarquía eclesiástica católica, está avanzada en su proceso de maduración y asentimiento, lo que podrá permitir a sus adeptos a manifestarse libremente sobre su condición de opusdeístas .

    Sin embargo, la experiencia nos dice que las sectas empresariales no tienen una gran capacidad de duración, ya que la mezcla de intereses financieros y espirituales termina por ser conflictiva .

    El camino de estas sectas, para hacerse duraderas, pasa por un baño de humildad para sobrevivir, lo que les obliga a tomar una de las alternativas: convertirse en una orden dependiente de una religión oficial ya establecida (como es el caso del Opus Dei), o convertirse en una secta religiosa no peligrosa de medio pelo ( como los Rosacruces de AMORC), que no aspire a otra cosa que engañar incautos para llenar los bolsillos de tres o cuatro dirigentes.

    Sectas peligrosas de culto y religión

    Las sectas comerciales y empresariales son prácticamente inocuas en su peligrosidad, si las comparamos con las sectas peligrosas de culto y religión.

    La mayoría de las sectas de culto o religión son de estructura pequeña, dominadas por un iluminado y de claras tendencias evasivas, autodestructivas y apocalípticas.

    Estas son consideradas de mayor peligrosidad porque en sus filas se han realizado todo tipo de crímenes, independiente si las mismas se consideran pacíficas o violentas.

    Lo que se venden a sus adeptos es felicidad y/o salvación directa, es decir, solo conceptos y formas de pensamiento, nada más. Algunas, las que más adeptos han ido ganando, están en proceso de transformarse en religiones, como los Testigos de Jehová, pero de momento siguen siendo sectas que secuestran

    el pensamiento y la libertad moral de la persona.

    Este tipo de sectas son las más abundantes y diversificadas, siendo las más difíciles de controlar por las autoridades.

    Estas sectas nacen en muchos casos de la mente enferma de su líder, que solo desea satisfacer sus mas inmediatas necesidades, o de justificar sus limitaciones, pecados o debilidades.

    El sexo, la venganza, el complejo de inferioridad, un alto nivel de frustración, el miedo a la muerte, el deslumbramiento ante cosas aparentemente sobrenaturales, la debilidad mental, la ignorancia, la

    superstición o incluso una simple esquizofrenia paranoica puede ser suficiente para iniciar una secta.

    El líder comienza con su propia iluminación, creyendo que ha visto a Dios o cosas por el estilo. En poco tiempo descubre casi inconscientemente que hay más gente como él: dispuestas a creer cualquier cosa.

    Más tarde descubre que tiene ciertos “poderes”: adivina, profetiza, sigue padeciendo alucinaciones histéricas, etc ., y a la vez se da cuenta que la gente que se acerca a él esta dispuesta a seguirle.

    Los libros esotéricos, la devoción religiosa, mágica o supersticiosa, así como el hecho de haber sido curado por una medicina alternativa o el haber pertenecido a una secta anteriormente, pueden ayudar al iluminado detonado el disparador que lleva dentro, es decir, revelándose una doctrina, dándole una prueba.

    Muchos de los pequeños líderes inician su andadura sectaria “Secuestrando” a su propia familia, apartándola del mundo y de la realidad para sumergirla en sus ideas y doctrinas. Si no logra convencer a su pareja e hijos, buscará adeptos entre sus amigos ya llegados, para terminar repudiando a los suyos por ímpios.

    No es raro que en los inicios de una pequeña secta uno de los familiares (parientes, hijos o conyugues), sea sacrificado por el grupo arguyendo que tenía el demonio dentro, sólo porque dicho familiar no estaba de acuerdo con las teorías del líder.

    Una vez que la secta cuenta con un pequeño grupo de seguidores, el líder aun está a tiempo de recuperar la razón, pero tanto él como sus seguidores se encuentran entre la espada y la pared, comprometidos y deseosos de mantenerse unidos, lo que dificulta la disolución de la incipiente secta.

    A partir de este punto pueden suceder dos cosas:

    1. - Que el líder de marcha atrás frustrado a sus seguidores y ganándose el odio y despreciado de los mismos.

    2. -Que el líder decida llegar hasta el final, pase lo que pase y caiga quien caiga.

    Todas las pequeñas sectas son peligrosas en sus inicios. No importa el tipo de “mensaje divino” que haya recibido su líder, y tampoco importa la doctrina a seguir, porque las pequeñas sectas comienzan con la despersonalización, la segregación y el rompimiento con la realidad.

    En poco tiempo, para el seguidor el líder se convierte en alguien todopoderoso, mágico, omnipotente, milagroso, poderoso, etc., y hacia él dirigirá sus rezos, oraciones, deseos, peticiones, fe, confianza y todo lo que

    haga falta para merecer seguirle o estar a su lado. Todos lo errores, debilidades y equivocaciones del líder serán para el seguidor algo así como señales, símbolos, enseñanzas. El líder nunca comete errores ante los

    deslumbrados ojos del seguidor, porque para el seguidor el líder tiene poderes y atribuciones y atribuciones que este jamás había pensado tener.

    Para el seguidor, el líder representa la salvación, la elección divina, el maestro a seguir, el guía, la luz, la protección, la seguridad, la paz interior, la tranquilidad de saber que está en manos de alguien, que depende de alguien, que no tendrá que responsabilizarse de sí mismo jamás. Y en esta inteligencia le entrega todo a su líder, lo que sea, desde su cartera hasta su confianza, desde su cuerpo hasta su pensamiento y su espíritu.

    Dependiendo de sus tendencias, las sectas peligrosas ofrecen a sus fieles seguidores promesas como las siguientes.

    Las promesas de las sectas peligrosas

    • Conocer a Cristo en persona

    • Poder ver a Dios, Buda, Osiris, o cualquier otra divinidad.

    • Conocer a Satanás y a su corte demoníaca.

    • Conocer las propias vidas anteriores.

    • Descubrir que personaje famoso fuimos en una vida pasada.

    • Contactar visualmente con los OVNIS.

    • Contactar físicamente con los extraterrestres.

    • Ser evacuado de esta mala Tierra por los extraterrestres

    • Viajar a otros mundos cómodamente instalado en un platillo volante.

    • Desprenderse del cuerpo.

    • Hacer viajes astrales.

    • Conocer otras dimensiones.

    • Entrar en contacto con los muertos (sobre todo los muertos ilustres famosos o importantes)

    • Obtener poderes de curación, adivinación o videncia, entre otros.

    • Dominar nuestro cuerpo, mente y alma.

    • Alcanzar la pureza necesaria de alma, cuerpo y mente, etc.

    • Descubrir los secretos de la vida.

    • Conocer el comienzo del universo, la construcción del mundo, etc.

    • Viajar al pasado o al futuro.

    • Convertirse en luz

    • Alcanzar la felicidad total.

    • Curarse de una enfermedad total.

    • Ser elegido para convertirse en Dios de otro planeta o de otro universo.

    • Convertirse en el padre o la madre de Dios.

    • Convertirse en el mismo Dios.

    • Salvarse de la destrucción del mundo.

    • Vivir en el paraíso terrenal adquirir un coeficiente intelectual incomparable.

    • Ser inmortal.

    • Gozar de fama, riqueza, poder y fortuna en todos los planos vitales intelectuales y espirituales.

    • Pertenecer a la cúpula de la secta.

    • Cuando la secta es grande y multinacional, conocer personalmente al líder.

    • Dominar a demonios, angeles, gnomos, elfos, o cualquier otra forma de ser mitológico.

    • Conocer los secretos de las ciencias ocultas, como el esoterismo, etc.

    • Llegar a dominar mentalmente a todos los seres vivientes.

    • Llegar a dominar todas las artes y las ciencias, en fin, saberlo todo dominarlo todo con genio y talento.

    • Entrar en comunión con las fuerzas superiores del universo, fundirse con Dios.

    • Viajar al centro de la tierra.

    • Dominar todos los elementos.

    • Convertirse en un ser indestructible.

    • Alcanzar la paz interior, el equilibrio espiritual, la santidad, el nirvana, el estado máximo del ser, etc.

    • Alcanzar el amor, la felicidad, el reconocimiento, la plenitud, la realización personal, la perfección, o cualquier otro concepto parecido.

    • Ser partícipe de la construcción de un nuevo mundo lleno de armonía, justicia, tranquilidad, abundancia y seguridad.

    • No envejecer, o hacerlo muy lentamente.

    • Dominar el mundo y las estrellas.

    • Formar parte de la jerarquía humana.

    • Formar parte de los elegidos de Dios.

    • Salvar al mundo ( o por lo menos a las personas y cosas que nos interesen personalmente).

    Y para llegar a conseguir todo esto o cualquiera de estos puntos, el seguidor no tiene que hacer otra cosa que pertenecer a la secta que ha elegido.

    Cuando las señales no se cumplen

    Para pertenecer a una secta hace falta una gran necesidad de creer, un sentido de búsqueda intenso que nos lleve a buscar un maestro que nos desvele todos los misterios de la vida y el espíritu.

    Siguiendo este orden de ideas, el seguidor puede llegar a recibir una prueba o no. Si no la recibe su decepción interna entrará en conflicto con su dependencia sectaria, lo que le llevará tarde o temprano al caos personal, la locura, el suicidio, o a otra secta. Si, por el contrario, recibe una prueba de lo intangible, aunque ésta sea débil o producto de una histeria, el seguidor estará tranquilo por un tiempo y abrazará con más fe su secta.

    Pero una prueba no es suficiente y un poco más tarde el seguidor pedirá más pruebas, más señales. Y estas señales tendrán que ser cada vez más fuertes, más reales, más tangibles, más definitivas, porque el apetito de más allá que tiene el ser humano no se satisface nunca.

    El líder iluminado pasa por el mismo proceso: cada vez necesita más pruebas, más señales concisas y precisas que ratifiquen su iluminación, su poder, su divinidad.

    Una de las profecías más socorridas es el fin del mundo.

    No hace mucho en Corea se reunieron más de cien mil personas en un estadio de fútbol a esperar el fin del mundo que, según su guía y reverendo, tendría que darse esa misma tarde. La hora señalada por el reverendo llegó, pero el mundo no desapareció. Los fieles esperaban escuchar los gritos de desolación al otro lado del estadio (el estadio sería el único lugar del mundo que se mantendría a salvo de la destrucción divina), pero los gritos no llegaban. Ni un temblor, ni una ola gigantesca, ni los jinetes del Apocalipsis, nada, no pasaba nada.

    Las horas pasaron y el fin del mundo no llegó. Los fieles estaban decepcionados, el guía no sabía que decir. Las señales no se hablan cumplido. El mensaje divino habla sido erróneo o mal interpretado.

    El reverendo no perdió los nervios, cayo en un corto trance y a través

    de la megafonía dijo a sus seguidores que Dios le había hablado para

    decirle que, de momento, perdonaba al mundo, pero que la destrucción del mismo era inminente.

    Las sectas grandes soportan mejor estas decepciones. Pero muchas de las sectas pequeñas caen fulminadas cuando las señales no se cumplen. Algunas de ellas, conocidas por todo el mundo, llegan al suicidio colectivo cuando se sienten acorraladas o cuando el fin del mundo no se cumple como había dicho el líder.

    4.¿ EN DONDE RADICA LA PELIGROSIDAD DE

    LAS SECTAS ?

    Perfil de la persona susceptible a engancharse a una secta

    • Entre 15 y 30 años.

    • Falta de integración familiar.

    • Posición económica media.

    • Carácter débil e introspectivo, o bien estar pasando por una etapa de debilidad de carácter e introspección.

    • Formación escolar, religiosa o familiar férrea.

    • Desencantado o decepcionado, ya sea por los demás o por sí mismo.

    • Carente de afecto o de comprensión.

    • Con sentimientos de culpabilidad, infelicidad y/o frustración.

    • De formación religiosa o con tendencias ocultistas y esotéricas.

    • Carente de sentido vital.

    • Nivel intelectual medio, o medio alto, es decir, personas con estudios, aunque se da la circunstancia de que la mayoría de los sectarios han dejado inconclusa su educación o su carrera universitaria.

    • Carácter difícil o indefinido.

    • Aunque todos estos puntos del perfil de la persona propicia a caer en una secta se pueden resumir en uno solo: estar a disgusto con la propia existencia, con la propia vida.

    Este tipo de personas, está pidiendo a gritos que alguien le regale una doctrina que le ayude a dar sentido a su vida; está pidiendo a gritos que alguien se haga cargo del pesado fardo que es su existencia, y de paso se responsabilice de sus frustraciones, ambiciones, aspiraciones y penas, alguien que le dé ayuda emocional a cualquier precio. En fin, alguien que compre su alma a cambio de un poco de atención y reconocimiento.

    Como una droga

    Se podría pensar que la persona proclive a las sectas busca una secta específica, con valores y doctrinas parecidas a sus aspiraciones personales. Pero no es así, porque la persona cae en las redes de la primera secta que toque su fibra sensible y emocional, no la que esté más en concordancia con su manera de pensar.

    Por supuesto, la persona que cae en una secta no se plantea que ésta pueda ser peligrosa. Cree, como en el caso de la droga, que lo podrá controlar todo a cada momento. No se lo dice a nadie, pero interionnente se repite que lo dejará cuando se encuentre mejor o cuando haya sacado de la secta lo que ha ido a buscar.

    El sectarismo es como una droga. Siempre despierta ciertos recelos en el consumidor cuando se inicia en la afición.

    Las doctrinas que le proponen no le fulminan de imnediato, sino que pueden parecerle ridículas y estúpidas. Pero con el tiempo y la reiteración hacen que el consumidor se habitúe al nuevo vicio, y donde antes encontraba molestias tiene ahora poco a poco una fuente de placer.

    Los anzuelos de las sectas peligrosas

    • El sexo.

    • El racismo.

    • El patriotismo.

    • El poder.

    • El dinero.

    • El amor.

    • El conocimiento.

    • La ecologia.

    Todas las sectas ofrecen felicidad, iluminación espiritual, contacto con dioses, crecimiento personal, divinidad, etc.

    Algunas incluso no ofrecen nada, simplemente se dedican a rendir culto a un líder vivo o muerto, o de seguir las doctrinas de alguna religión ya establecida.

    Pero todas viven de sus fieles, así que inventan todo tipo de ganchos para disputarse los clientes.

    Unas prefieren adeptos profesionalmente cualificados. Algunas son sexistas y sólo aceptan hombres o mujeres. Otras tantas aceptan a cualquiera aunque sea sólo para que ayude en tareas menores de las sectas.

    Pero a ninguna le sobra material humano. Ni siquiera los Testigo de Jehová (organización que cuenta actualmente con varias escisiones), que aseguran a sus millones de fieles que en el cielo sólo caben 144.000 elegidos, desprecian la materia prima humana.

    Unas persiguen sólo el dinero. Otras persiguen el dinero y el poder. Incluso existen las que viven en perpetua quiebra de poder y dinero, las que no saben ni lo que persiguen, o las que persiguen realmente ser salvados por Dios o tener una prueba sobrenatural constante. Para llegar a lo que desean utilizan todo tipo de pretextos. Algunas consiguen sus fines, otras no. Unas duran siglos, otras apenas un instante.

    Muchas de las sectas consideradas peligrosas no lo serían tanto si sus fieles fueran sólo un poco menos fanáticos que sus enloquecidos lideres.

    Todo depende del anzuelo. No hay que olvidar que el anzuelo representa la fatalidad para el pez que lo muerde, ya que el anzuelo es un cruel engaño se clava en la boca y que se hinca más mientras el pez más trata de soltarse.

    El sectario es como un pez que recorre el arroyo de las creencias hasta que muerde el anzuelo de una secta. Morder el anzuelo es lo que le convierte realmente en fanático y, por lo tanto, en peligroso para sí mismo y para los demás.

    El anzuelo es ni más ni menos que el nudo de la doctrina de la secta.

    Una secta puede pretenderse religiosa, como los Niños de Dios, pero su verdadero nudo, su punto de partida, su razón de ser, su anzuelo, es el acto con que se fabrican a esos niños que serán de Dios el día de mañana, es decir, el sexo.

    Otra secta puede pretenderse esotérica, como Nueva Acrópolis, en un principio escisión de las Juventudes Teosóficas, de Argentina, pero su verdadero nudo, su anzuelo intangible, es el racismo, el neofascismo.

    El sectario que muerde el anzuelo y se compromete en cuerpo y alma con el nudo de la secta, se convierte de imnediato en un fanático peligroso, dispuesto a hacer todo por la secta. El sabe que ha caído, que está atrapado, y reacciona con obcecada vehemencia lanzándose fuera del arrollo hacia un destino que se adivina fatal.

    5.COMO DESENGANCHAR A UN SECTARIO

    No todos los que entran en una secta se quedan enganchados definitivamente a ella.

    Las secuelas de dependencia psicológica que una secta deja dentro del antiguo sectario se prolongan durante muchos años en su mente.

    Algunos se desengañan de la secta en que se encuentran por una u otra razón, y que este desengaño, cuando les toca personalmente, es suficiente para que se curen de su afición sectaria.

    Otros tantos, en los procesos de selección sectaria, desarrollan sistemas de protección psicológica cuando se ven amenazados por la secta.

    Un sistema de desenganche

    • Secuestro del enganchado.

    • Encierro y limitación de movimientos.

    • Adoctrinamiento por parte del psicólogo.

    • Charlas con otro desenganchado.

    • Charlas con el resto del grupo.

    • Reuniones llenas de emocionalidad con un antiguo amor o con la antigua pareja.

    • Muestras de amor y cariño.

    • Muestras de reconocimiento a los méritos del enganchado.

    • Choque de conceptos.

    • Promesas de cambiar positivamente para que él pueda darle un nuevo sentido a la vida.

    • Terapia psicológica individual continuada.

    • Terapia de grupo.

    • Control sutil sobre actos y actitudes.

    • Reforzamiento de los lazos emotivos, morales y sentimentales.

    • Reintegración a la vida cotidiana con un papel definido y retribuido, para el desenganchado.

    • Propuesta de que ayude a desenganchar a otros desenganchados.

    Este sistema de desenganche presenta ciertos problemas legales en algunos países, sobre todo cuando el enganchado es mayor de 18 años y alega que ha sido secuestrado por sus familiares, que lo retienen contra su voluntad. El enganchado dice esto de la misma manera que arguye que está en la secta por voluntad propia, sin que nadie le obligue física ni psíquicamente a vivir con la secta.

    Otro problema que presenta este tratamiento es la necesidad de un control psicológico y físico sobre el desenganchado para que no recaiga.

    El proceso de desenganche es largo y las recaídas o intentos de recaídas son recurrentes. Por eso a menudo se le añade al programa una especie de reinserción religiosa dentro de una iglesia "normal", para que el desenganchado tenga área de desfogue espiritual.

    Esta reinserción se lleva a cabo a través de los planes de trabajo de ayuda a drogadictos, o de cualquier otra obra social que realice dicha iglesia. Ahí encontrará el desenganchado otra gente grupal con inquietudes espirituales parecidas en cierto modo a las suyas.

    Algunos psicólogos desaconsejan este sistema por considerarlo demasiado paralelo al utilizado por las sectas.

    Sistema de desenganche sectario

    • Contacto verbal directo y decidido.

    • Secuestro mental, psíquico e incluso físico del adepto.

    • Encierro y/o limitación de movimientos.

    • Adoctrinamiento continuo.

    • Control por otro adepto de reciente ingreso.

    • Charlas y actividades con el resto del grupo para integrarlo en laorganización y para minar su resistencia.

    • Reuniones llenas de emocionalidad donde se le asigna sutilmente una nueva pareja.

    • Muestras de amor y cariño reiteradas e incluso pesadas.

    • Muestras de reconocimiento a los méritos subjetivos del adepto.

    • Crear conflicto entre los conceptos cotidianos del adepto y los conceptos de la secta, para que ponga en duda todo lo que ha aprendido hasta entonces.

    • Promesas de todo tipo.

    • Repetición constante del programa y de la doctrina.

    • Pequeños incentivos y premios por "buena conducta"

    • Control sutil sobre actos y actitudes.

    • Reforzamiento de los lazos emotivos, morales y sentimentales.

    • Darle cargos y trabajos progresivos dentro de la secta que le hagan sentirse responsable del grupo, pero en los que no tenga responsabilidad sobre sí mismo.

    • Propuesta de que ayude a la gente del mundo exterior para que se acerquen a la luz divina de la secta.

    • Reglas de comportamiento para que rechace automáticamente a todos los que le hagan dudar de sus convicciones sobre la secta.

    Básicamente un sistema y otro son bastante similares, por eso creer en que el enganchado ha sido engañado por la secta es un error. Ni la secta ni el psicólogo le engañan, lo único que intenta cada parte es darle una puerta de salvación.

    Mostrarle lo malo que es el mundo o lo mala que es la secta es un trabajo reiterativo que intenta no demostrarle que una cosa u otra es mala, sino brindarle una forma de reafirmar su malestar hacia esas cosas. El enganchado no cree en realidad que el mundo o la secta sean malos, lo único que busca es en quien apoyarse para refugiarse del posible mal que haya en lo que le rodea

    La necesidad que tiene el ser humano en general y el enganchado en particular de sentirse seguros de algo o de alguien; alguien en quien confiar en los malos momentos; alguien con quien contar para compartir tanto la infelicidad como la alegría; alguien que prometa sueños e ilusiones, es decir, alguien que sea capaz de ilusionar; un símbolo, un sentido, un apoyo, una dirección, una esperanza, un destino; alguien que no nos abandone; alguien que siempre esté allí; alguien o algo a quien respetar.

    Y ese alguien o algo que nos dé la seguridad interior puede ser un amigo, un amor, una institución, una empresa, la familia, la pareja, los hijos, una religión, un equipo de fútbol, un grupo, o incluso una secta. Y mientras más seguridad sintamos que nos da, más nos entregaremos y más nos comprometeremos, siendo capaces incluso de dar la vida por ello.

    Por estas razones el enganchado, lo mismo que el adepto simple, el simpatizante o la persona que esté interesada en el más allá, el esoterismo, las ciencias ocultas o la religión a ultranza, necesita de tres puntos que le permitan volver a poner los pies en la tierra.

    Tres puntos indispensables para el desenganche

    • 1. - Un medio de expresión, un puente que le permita manifestar lo que lleva dentro sin que se sienta violento o ridículo.

    • 2. - Confianza, credibilidad y respeto hacia su persona e inteligencia.

    • 3. - Seguridad en todos los planos.

    De nada sirven las reprimendas ni las amenazas, de la misma manera que no sirven los castigos ni los encierros. El enganchado vive una situación límite y su psique es frágil, está acostumbrado al cansancio físico y mental, pero está a punto de derrumbarse o de explotar en cualquier momento, tanto dentro como fuera de la secta. Los momentos de felicidad que vive en el grupo son como una borrachera, o como una dosis de droga: escasos, adormecedores y con resaca o efectos secundarios. Cada vez se necesitan dosis más fuertes, pero cada vez los efectos son más desesperanzadores, menos efectivos y todo se reduce a una molesta y larga dependencia con mínimos momentos de euforia que sólo se pueden soportar por la complicidad de los otros dependientes, por ese entorno que se ha convertido en su "familia".

    6.DISTINTOS TIPOS DE SECTAS PELIGROSAS

    Fuera de las sectas arcaicas que hoy en día han perdido casi todo poder de influencia, casi todas las otras pueden considerarse peligrosas de una u otra manera.

    Unas son más peligrosas que otras, de la misma manera que unas son más ambiciosas que otras y que unas son más virulentas que otras, pero todas ellas, incluso las arcaicas, se basan en fónnulas que degradan la capacidad de pensamiento objetivo de las personas llenándoles de pajaritos la cabeza por conceptos descabellados, seudoreligiosos y enajenantes. No en vano son descendientes bastardos e indirectos de las religiones oficiales, pero menos establecidos y menos maduros. Tienen la capacidad, como sus antecesoras, de tocar la fibra sensible y emocional de los seres humanos, y de excitar los sentidos devocionales.

    Todas ellas, las recogidas y las ignoradas, entrañan un peligro inmediato para la salud psíquica de sus seguidores.

    Como reconocer a una persona proclive a las sectas

    El saber que una secta, cualquiera que sea, puede trastocar el sentido de la realidad de la persona que se acerca a ella, nos lleva necesariamente a querer saber cómo reconocer que nuestro hijo, hija, esposo, esposa, familiar o amigo están a punto de caer en la tela de araña de alguna secta.

    Como en otros casos de dependencia, existen una serie de síntomas que nos permiten percatarnos del estado en que se encuentra esa persona.

    Y para darnos cuenta de que está deslizándose por la pendiente del sectarismo, hemos de observar los siguientes puntos:

    • Cambio de actitud ante la vida.

    • Interés por discutir sobre cosas sobrenaturales.

    • Retraimiento.

    • Rompimiento con la pareja y/o con las amistades.

    • Alejamiento de las responsabilidades personales.

    • Cambio en su discurso de valores y conceptos.

    • Deslumbramiento, ensoñación.

    • Sucesivos cambios de humor: felicidad o tristeza extremas.

    • Inusitado interés o preocupación por la marcha del mundo:

    • pesimismo, alarmismo. Afirmaciones deterministas sobre el fin del mundo, de la sociedad o del hombre.

    • Inusitada religiosidad y misticismo.

    • Desconcentración y desconexión.

    • Progresivo descuido personal.

    • Hablar en pasado de sí mismo.

    • No responder cuando se le llama por su nombre.

    • Inusitada alegría, iluminación y entusiasmo.

    • Notar que habla como si estuviera despidiendo (como el suicida, el sectario avisa varias veces y de manera sutil sus intenciones).

    ¿Que hacer cuando se notan estos síntomas?

    - En primer lugar se le debe prestar atención a la persona y escucharle

    - No ridiculizar sus ideas ni enfrentarse irónicamente a sus conceptos.

    - No prohibirle sus actividades ni limitarle susu movimientos.

    - Evitar los enfrentamientos

    - Hablar clara y sinceramente de lo que se piensa.

    - Desnudar el alma ante la persona, reconocer las limitaciones y los

    errores propios para que ella desvele los suyos.

    - Revelarle las propias aspiraciones y los propios temores y dudas.

    - Darle información imparcial de sectas y religiones.

    - Reforzar los lazos familiares, amistosos y sentimentales.

    - Tomarle en cuenta, reconociendo tanto sus méritos como sus errrores.

    - Darle responsabilidades dentro de la familia.

    - No hacerle promesas ni amenazas que no se puedan cumplir.

    - Mantener el principio de autoridad y disciplina.

    - Mantener el diálogo dentro de una relación humana abierta, clara,

    sincera y dignna.

    Si nos ponemos en contra o si hacemos caso omiso a lo que le pasa, sólo reforzaremos lo que la secta le ha dicho. En las sectas saben de la poca comunicación que existe en tre las familias y de los enfrentamientos sexuales , morales, religiosos y generacionales que se desarrollan en su seno. Conocen los problemas y las frustraciones que nacen de la convivencia familiar. Asi que no debemos dar pie a que reafirme en el sectario lo que es de esperar: el rechazo, la omisión , la confusión y finalmente , el rompimiento.

    Diferentes tipos de sectas

    -Racistas, que proclaman un apureza de raza inexistnte y unas difrencias atávicas que sólo viven en el temor a lo desconocido y en la mala conciencia de la expllotación que los que se creen superiores han ejercido desde hace siglos sobre el resto de los pueblos.

    Al entrar en una de estas sectas perdemos el poco sentido común que nos queda y podemos llegar a realizar los actos más indignos , violentos y sangrientos que pueda imaginar un ser humano.

    -Sexistas, que proclaman la superioridad del hombre sobre la mujer y los homosexuales , sin saber que todos somos hormonalmente mujeres que hombres.

    Que utilizan nuestros tebúes sexuales como armas de enganche o como represiones religiosas.

    -Orientalistas, que proclaman las exceltitudes de Oriente.

    -Religiosas, que proclaman las figuras reencarnadas de la corte celestial.

    También proclaman el fin del mundo , o la inminente creación de un paraiso terrenal, fallando descaradamente en las fechas de sus absurdas profecías.

    -Ecologistas, que proclaman que se debe salvar el mundo sin tener la mas mínima idea de ecología cientifica.

    Que proclaman la paz, pero que no dudan en utilizar la violencia psíquica con sus adeptos, ola violencia física con sus detractores , e incluso con sus compañeros de grupo si la ambición política o economica asi lo requieren.

    Que proclaman la libertad , pero que no dudan en controlar a sus adeptos como las SS controlaban al pueblo alemán.

    -Extraterrestres, que proclaman la salvación o la destrucción del mundo a través de seres de otro planeta.

    -Espiritualistas y/o espiritistas, que proclaman el contacto con los muertos divinos o con cualquier otro tipo de muertos pero que en el fondo sólo entran en contacto con el incosciente y las carteras de los adeptos, tienen el agravante de que muchoscasos cuentan con los mismos defectos que las sectas religiosas.

    -Exóticas, que rinden culto a todo tipo de dioses de las más diversas culturas. Desde las divinidades del antiguo Egipto hasta las del Imperio Azteca, pasando por mayas, austrialianas, africanas mongoles,eslavas,etc, encuentran sus reencarnaciones más o menos ridículas y los seguidores más o menos convencidos que esperan encontrar la verdad en el supuesto exotismo de ilumnados que jamás han estado en esas tierras.

    -Esotéricas, Abundan por todas partes y son verdaderos batiburrillos de toda clase de ciencias ocultas (astrología, tarot,quiromancia, alquimia, magia , brujería, mediumnismo,etc),orientalismo, cristianismo, viajes astrales, psicología, gimnasia, curanderismo, magnetismo,parapsicología , extraterrestres, nuevas ciencias ocultas denominadas New Age, que son las de siempre pero con un lenguaje más moderno, seudocientífico y seudotecnológico, racismo encubierto y más o meno tolerante.

    Estas sectas proclaman el crecimiento personal, la sabiduría , la superación el autoconocimiento, la revelación , la iluminación y la espiritualidad.

    Sus aspiraciones materiales y de poder no suelen ser desmesurada, y, por regla general , no secuestran físicamente ni presionan demasido psiquicamente a la mayoria de sus adeptos, aunque, eso si, les trastocan de una manera u otra su sentido de la realidad.

    También entre ellas hay reencarnaciones de divinidades y famosos.

    Reglas muy difícilies o imposibles de seguir. Iniciaciones desveladas y misterios tan secretos como el alfabeto hebreo.Ritos,fórmulas, curaciones a distancia, despertar sextos sentidos y revelaciones espirituales.En suma, que hay de todo entre sus filas y sus seguidores, aparte de sentirse seres especiales y en cierta formas sabios y elegidos , son gente común y corriente que jamás pensaría que esta enganchada a una secta.

    Martinistas, germanistas, arcanistas, rosacruces, francmasones, masones , teósofos, promotores de la "nueva era",distintas ramas espiritistas, yoguistas, amantes de la microgimnasia, adoradores de la terapia de grupo,silvistas, partidarios de Gurdjieff, vedandistas, y una larga lista practicamente interminableforma el grupo de este tipo de sectas, quizá la menos "peligrosas" de todas.

    -Empresariales y/o comerciales, prclaman lo mismo que las esotéicas, pero a diferencia de éstas tienen una gran ambición de poder y dinero que transmiten a sus adeptos.

    -Politicas y/o partidistas, que carecen de ideologías doctrina espiritual y se rigen sólo por la emocionalidad de los valores como el patriotismo, el color de la camiseta, el apoyo irracional al lider, el culto a la personalidad y a la violencia. Estas sectas suelen crearse alrededor, pero desde dentro , de instituciones oficiales y privadas ;educacionales o deportivas; militares, policíacas o políticas ; religiosas o sectarias.

    No son muy duraderas y suelen requerir constantes reemplazos , pero son más peligrosas y radicales

    7.¿ POR QUE EXISTEN LAS SECTAS ?

    El ser humano es un animal gregario que requiere más de la compañía grupal que de la soledad. Necesita ser estimado, escuchado y reconocido por los que le rodean.

    Si no encuentra en su entorno lo que necesita, buscará a las personas que le comprendan, o bien, buscará simplemente a la personas que estén dispuestas, de una o de otra manera , a hacerle compañía.

    Las sectas nacen de la necesidad gregaria del hombre, o en otras palabras , del temor al vacío y a la soledad, al desamor y al rechazo. Las sectas son tan viejas como el hombre, su primer formato fue la religiosidad expresada en la tribu.

    A las sectas se acercan personas de todo tipo, cultura y condición social, pero con un denominador común: miedo a la muerte y a al soledad

    Se puede enmascarar este temor con toda serie de doctrinas y teorías .Se le puede formar con las frustraciones y ambiciones propias del ser humano. Pero sigue siendo simple temor: temor a la vida, temor a la muerte, temor al vacío, temor a la nada, temor a la intranscendencia.

    Y el temor es menor si se comparte. La figura del líder no es otra cosa que un refuerzo, un punto donde apoyarse, una vaga idea de seguridad gratificaste.

    El sectario es como un niño asustado en la noche cuando su padre no está en casa. La secta es para él esa figura paternal que le da seguridad y protección durante la oscura y larga noche de la vida, porque la secta es como un padre que cuida a sus " pequeño" para que los "fantasmas" o los "ladrones" no les hagan daño. Y no importa si ese padre es cruel, malvado, pervertido o absorbente, porque al llegar la noche estará ahí para velar el sueño del sectario.

    ¿Qué persiguen las sectas?

    No todas las sectas nacen de la misma manera ni con las mismas intenciones. Los marcos geográficos, cronológicos y culturales hacen que cada una de ellas nazca y se desarrolle de más diversas maneras.

    Todo cambio cultural, político, económico, histórico y/o religioso puede incidir perfectamente en la aparición de nuevas sectas.

    En la nueva Rusia no comunista, por ejemplo, las nuevas sectas son de un abierto aire religioso iluminado. La Hermandad Blanca y el Centro de la Virgen, por ejemplo, son las más sonadas y los más adeptos están captando en este momento.

    Algunas sectas nacen de la paranoia, esquizofrenia, histeria o cualquier otro defecto psicológico de su líder y creador, se desarrollan en la ciega entrega de sus seguidores y terminan siendo burdas formas de obtener pequeñas parcelas de poder y dinero.

    David Courage y Charles Manson pasaron de ser músicos frustrados a ser líderes religiosos, abortando el desarrollo y fines de sus propias sectas por desequilibrio propio. Pero no todos los megalómanos paranoides tienen el mismo fin, algunos logran “curarse” al ver el fruto de deseos transmutado en liderazgo religioso.

    L. Ronald Hubbard, el padre de la Dianética y de la iglesia de Cienciología logró ver la fructificación de su propio imperio, llegando a conseguir más de lo que jamás hubiera imaginado. Los líderes religiosos rayan la genialidad, poseen un gran carisma y unas cualidades poco comunes en el resto de la humanidad, y, cuando se dan cuenta de su poder, pocos son los que no caen en la tentación de utilizar sus características en beneficio propio.

    Casi ninguna secta nace con la idea de conseguir poder y dinero, pero muchas se desvían por este camino. Pocas logran un poder o fortuna considerable, pero la mayoría pasa por convertirse tarde o temprano negocio más.

    Para resumir, lo que buscan las sectas se puede puntualizar de la siguiente manera:

    • Manifestar una idea religiosa o grupal propia.

    • Atraer a un grupo de personas que sean afines a la idea religiosa o que tengan necesidad de suplir sus carencias personales apoyándose en la fuerza del líder y del grupo

    • Solidificar sus estructuras y establecerse en el “ mercado “.

    ¿Quiénes se quedan en las sectas?

    En una secta, peligrosa o no, puede ingresar cualquier persona. Ya sea por error, ambición, debilidad, curiosidad o búsqueda espiritual; por pasión, emoción o negligencia. Pero una vez pasados los primeros tiempos de atracción e identificación, sólo se quedan unos cuantos, o bien, sólo unos cuantos se convierten en verdaderos adeptos, en verdaderos fieles.

    Uno puede nacer dentro de una comunidad religiosa determinada y ser bautizado como tal. Pero eso no implica la feligresía real y constante, y mucho menos la entrega física, mental o espiritual a la religión natal. Mas o menos pasa lo mismo con las sectas, por ello sólo se quedan tres tipos de personas:

    • Los débiles o numerarios, aquellos que no sabrían vivir la vida fuera del ámbito de la secta, que han encontrado ahí su sentido vital, su familia o su ambiente, y que están dispuestos a depender siempre de su doctrina, sus líderes y sus compañeros. Este tipo de gente estará siempre en una secta u otra, en cualquier grupo que les acepte. Para ellos la entrada es critica y dolorosa, y la estancia molesta y llena de dudas, pero lo suficientemente gratificante o protectora como para no abandonarla. Pueden ser programados y desprogramados, pero su alma siempre estará en la secta. Para ellos no es ningún trauma ingresar en el grupo; la tragedia viene cuando la secta los abandona o desaparece. En un momento dado pueden ver la realidad y dejar la secta que los ha decepcionado, pero lo harán sólo para ingresar más tarde en otro grupo o secta.

    • -Los iluminados, los convencidos o verdaderos creyentes, es decir, los que tienen vocación correligionaria o religiosa, que de no entrar a una secta, ingresarían en un monasterio o al sacerdocio de cualquier religión oficial. A estos nadie los engaña y conocen las verdaderas posibilidades y limitaciones de la secta, pero la defenderán ante cualquier persona que la ataque o critique. Suelen ser los que más conflictos familiares y sociales tienen con su ingreso, los que más sufren los ataques externos y los que verdaderamente trabajan sin afán de lucro o poder dentro y fuera de la secta. Eso sí, si personalmente consideran destructiva o peligrosa

    • A la secta o sus líderes, no dudan en abandonarla y en formar la suya propia, o en formar parte de otra opción religiosa más seria. No so vehementes ni fanáticos, pero creen en lo que hacen.

    • Los ambiciosos, ya sea de poder, dinero o sexo. Son los más fanáticos y retorcidos, aunque no crean en nada y son los que hacen que cualquier grupo, religión o secta se conviertan en estamentos peligrosos y destructivos. Son los que persiguen a los que se van y los que lavan el celebro de los que se quedan. También son los más paranoicos al abandonar la secta, es decir, son los que dicen ser perseguidos hostigados y amenazados por la organización cuando la dejan. Sus ambiciones mezquinas y personales no impiden que pasen por procesos de conversión o duda, de atracción angélical o tentación demoníaca. Algunos huyen cuando han conseguido mas o menos lo que buscaban e intentan comprometerse lo menos posible, pero otros siguen hasta el final con la esperanza de llegar algún día hasta el puesto más elevado. Por supuesto, muchos líderes carismáticos están en este caso.

    CONCLUSIONES

    Un rasgo de rebeldía

    La libertad bien entendida empieza dentro de nosotros y termina justo donde empieza la libertad de otros. Para que la libertad sea afectiva debe respetar las libertades individuales de todos los agentes de la sociedad, al tiempo que debe mediar y equilibrar las libertades opuestas.

    El derecho a la libertad debe ser compartido y, por lo tanto, limitado al bien común.

    Lo que debe determinar en el caso de las sectas es si rebasan o no las libertades comunes.

    El bien de la comunidad no debe estar por encima del bien de los individuos, de esta manera debe entenderse la interrelación humana. ¿Pero hasta dónde están dispuestos a ceder unos y otros?

    El principal problema de las sectas radica en que la mayoría de la gente no les acepta.

    La rebeldía del sectario puede nacer de su inconformidad y de su deseo interior de mejorar las cosas, pero también puede nacer, y en realidad este es el caso más mayoritario, de la terrible conformidad e inseguridad del individuo ante unos esquemas que no parecen haber sido hechos para él.

    La sociedad, en realidad, no parece haber sido hecha para nadie. Ningún individuo en su sano juicio puede pretender que las estructuras sociales existentes son las ideales para el desarrollo de una persona.

    Cada época tiene sus tendencias y sus manías, y en cada etapa los adultos cuestionan el comportamiento de los jóvenes de la misma manera que los jóvenes cuestionan el comportamiento de los adultos. Y, por si fuera poco, todos se cuestionan su propio funcionamiento como grupo humano.

    El sectario, es esa persona que busca un rasgo de distinción personal, aunque sea en secreto. El sectario, es ese ser atormentado porque los esquemas sociales religiosos no le cuadran. El sectario, es esa persona astuta que ha descubierto un medio emocional de obtener poder. El sectario que, como su nombre indica, ha querido escindirse de la gran masa para formar parte de una pequeña o elegida masa. El sectario también ha existido siempre y se ha manifestado de diversas maneras.

    El sectario se rebela ante la sociedad y desprecia a sus componentes, porque para el sectario no hay nada mejor que su secta. Todo lo que está fuera del circulo es malo y equivocado. Sólo lo que hay en la secta es verdadero. La secta es lo mejor, lo único. La secta no tiene defectos, y si los tiene no son culpa de la secta, sino de alguno de sus componentes. Y, en todo caso, los pequeños defectos de la secta no pueden compararse con los macrodefectos de la sociedad.

    La secta es un refugio. La secta ofrece, aunque no cumpla jamás, la oportunidad de llegar a los planos más elevados de la existencia, mientras

    que la sociedad no promete otra cosa que una constante lucha llena de obstáculos, cosa que cumple en la mayoría de los casos. La secta es lo bueno por conocer, la ilusión y la promesa de un mundo mejor, es la creencia en un más allá exclusivo.

    BIBLIOGRAFÍA

    -“El peligro de las sectas”. de Robert Wall Newhouse.

    Edicomunicación, S.A

    -Microsoft Encarta 2001




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    Enviado por:Javi
    Idioma: castellano
    País: España

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