Música


Romanticismo musical


El Romanticismo Musical:

El Origen:

El siglo XIX supone una época de profundas transformaciones en las sociedades europeas. El crecimiento de la industria y el considerable auge del comercio, hacen que el poder económico se traslade definitivamente desde el campo a la ciudad, con todos los cambios sociales, políticos y financieros que esto supone. Gran Bretaña es el país pionero en llevar a cabo la Revolución Industrial, seguida de lejos por Francia, los Países Bajos, Alemania y Austria. En estos países, y conectados entre ellos, surge un grupo de importantes banqueros y comerciantes que desplazan el poder que hasta entonces tenía la aristocracia terrateniente. La nueva sociedad de clases emergente de la Revolución Francesa (1789), propicia descontentos sociales que cristalizan en las sucesivas revoluciones que convulsionan Europa en el siglo XIX.

Los intelectuales ilustrados marcan la pauta desde el pensamiento de ruptura con el Antiguo Régimen: Gibbson, Hume, Diderot y Montesquieu, son los abanderados de este gran cambio social liderado por el nuevo ideal democrático y fraternal.

En el ámbito cultural, el Sturn Und Drang da paso al movimiento Biedermaier, en el que se gesta el Romanticismo como movimiento filosófico y artístico. Así, en los primeros años del siglo XIX, el término romántico hacía referencia a lo abstracto, a lo indefinido o, simplemente, a lo moderno, que nada tenía que ver con lo antiguo. En este movimiento, la arte más abstracta y, por esto, más romántica, era la música, por la falta de significados concretos que le es propia.

El Músico en el Romanticismo:

La condición de músico experimenta cambios radicales respecto al siglo anterior, fruto de los agitados cambios sociales que se están produciendo. El músico pasa de estar al servicio de una corte a ser un profesional independiente. La nueva conciencia que adquiere el artista en esta nueva sociedad alcanza también a transformar la conciencia del músico, que se siente como un ser dotado de un don especial, de un halo místico. El patronazgo que la nobleza y la Iglesia tenía sobre el músico se traslada ahora al ámbito empresarial o al de las salas de conciertos. El músico compone ahora casi en toda su totalidad para la burguesía y para la clase media.

Este papel tiene mucho que ver con la visión que tiene ahora la sociedad de su producción. La música romántica deja de estar al servicio de la religión, en el mismo grado que deja de ser música de consumo o de entretenimiento de las clases nobles. Ahora, el arte tiene un sentido por sí misma, y la música es una de las más elevadas formas de expresión artística. Los compositores y los teóricos del arte, piensan que la música debe comprometer al hombre en su totalidad y, ya que luego, la condición del artista don puede ser otra que la libertad absoluta con respecto a cualquier vínculo moral y material. El músico compone a partir de ahora para él, para la eternidad, y ya no para ocasiones concretas. La música no necesitaba ser útil ni instructiva, sólo tenía que ser arte.

De este concepto vital, parte también la diferenciación que se establece en el Romanticismo, entre el músico como compositor, imbuido del espíritu del “genio”, y el músico como intérprete, bien sea profesional asalariado o bien un aficionado o diletante.

Los Conciertos Públicos en Europa y la Música Familiar:

Desde la inauguración del primer teatro público de ópera en Venecia en 1637, muchos teatros abrieron sus puertas en toda la Europa durante el siglo XVIII. En el siglo siguiente, la ópera era ya un espectáculo muy popular en varios países. Los conciertos públicos aparecerían más adelante. En Italia adquieren un gran protagonismo las academias encargadas de organizar los conciertos. En el contorno germánico y austriaco, los conciertos tenían una vertiente más popular y, por su parte, en Inglaterra, el impulso del comercio y de la industria propició la existencia de una clase media próspera, que creó una creciente infraestructura musical. Comenzó a extenderse entonces la modalidad de abonos y de subscrición previa, que hacían más estables las temporadas de conciertos. En Francia, la temporada de ópera ocupa todo el año, con la excepción de la Cuaresma, período en el que se le ofrecía al público los conciertos espirituales, que gozaban de mucho éxito. Este panorama de una idea de la formación de un público musical moderno en toda Europa, que pagaba y, en cierto modo, marcaba las pautas del gusto y de la creación musical hecha para él.

Del mismo modo, este público demandaba también música para ser interpretada en las veladas familiares, de ahí a la proliferación de composiciones para ser tocadas en el hogar, que se editaban y circulaban por toda Europa. Al mismo tiempo, esta burguesía demanda lugares donde poder escuchar la música sinfónica y, por esto, se construyen en toda Europa salas de concierto. Como consecuencia directa, experimenta un gran desarrollo la industria de construcción de instrumentos; especialmente de guitarras, clavicémbalos y pianofortes. La industria que surge alrededor de la música en el XIX, se ve completada por la aparición de los periódicos filarmónicos, especializados en todo tipo de noticias relacionadas con la música. Se contabilizan más de 200 periódicos en la primera mitad del siglo XIX, lo que da una idea de la importancia de la que gozó la música en este período.

Características del Romanticismo Musical:

*Procuración del infinito, de lo alejado en el espacio y en el tiempo. Surge así, por una parte, el interés por la música que procede de lo exótico, de lo oriental y también por la de los países periféricos, y, por otra parte, por la de épocas precedentes.

*Dicotomía entre la música para grandes masas instrumentales y vocales y las composiciones que procuran el infinito.

*Procuración de la música absoluta, de la que la máxima expresión sería la música instrumental y su forma musical predilecta , la sinfonía.

*En el ámbito formal existe un interés por las grandes formas musicales, por la expansión de las formas y de sus desenvolvimientos y, al mismo tiempo, crece la tendencia por la concentración formal, mediante el cultivo de las pequeñas formas instrumentales y vocales sin una estructura prefijada, entre las que destacan los lieder, las barcarolas, las fantasías, las mazurcas y las polonesas. En el Romanticismo es decisivo el papel de la inspiración en detrimento de la organización formal y racional de la música.

Nace la música programática, que traslada a la música un tema literario. Surge el poema sinfónico en un solo movimiento.

*Evolución de la armonía clásica, a través de la exploración de tonalidades distanciadas y con muchos cromatismos, que en el Romanticismo tardío, llegarán al límite de la atonalidad. Se explota la disonancia de un modo expresivo, igual que los intervalos de séptima y de segunda. Desaparece la polarización existente en el Clasicismo entre la tónica (I) y la dominante (V), a favor de las modulaciones al IV grado, subdominante.

*La melodía como vehículo predilecto para la expresión de los sentimientos, pierde sus características clásicas de simetría, racionalidad y equilibrio.

*Fuerte explotación del timbre.

*Nacimiento del Historicismo como fenómeno de recuperación musical de estilos y repertorios de la historiografía musical.

La Música Instrumental en el Romanticismo:

La naturaleza de la música instrumental en el siglo XIX difiere en su esencia de las épocas anteriores, ya que en el Romanticismo la música instrumental se convierte en el medio preferido para expresar todo aquello que la palabra no es capaz de transmitir. Para aquellos compositores que concibieron su música como una huída del mundo real, como una procuración de la introspección, la ausencia de la palabra aumentó el valor expresivo del sonido. La supremacía de la música instrumental será una constante durante todo el Romanticismo.

Esto va ligado al interés que tienen los compositores de enriquecer de un modo expresivo el colorido y las posibilidades de sus orquestaciones, lo que supone un cambio sensible respecto a la orquesta clásica.

La Orquesta Romántica:

Ahora se tratan como protagonistas, agrupaciones instrumentales, que estuvieron antes subordinadas o simplemente no tenían cabida en la música orquestal de los clásicos. La orquesta clásica se centraba en la familia de la cuerda y del viento; la primera, era encargada de interpretar los pasajes protagonistas, mas difíciles y expresivos; por el contrario, los instrumentos de viento tenían una función mucho más limitada, y sólo el clarinete y el fagot poseían una cierta individualidad dentro de la orquesta. El trombón era un instrumento de relleno para los bajos y solamente en la sección del réquiem Tubam mirum, sonaba como solista. La de Beethoven constituye el tránsito entre la orquesta clásica y la romántica, que no aumenta el cuadro de intérpretes de la orquesta mozartiana, pero confiere a la articulación orquestal un movimiento más enérgico y mayor expresividad en todos los instrumentos, lo que le da una nueva dimensión. La orquesta romántica parte de estos descubrimientos, que adquieren un nuevo impulso en la obra de Brahms. Los compositores románticos se interesan por explotar la variedad tímbrica y los aspectos expresivos de todos los instrumentos.

Todo esto trae consigo, la creación de nuevos instrumentos, como el pianoforte, la tuba, el cuerno inglés, el contrafagot y el saxofón, y el perfeccionamiento de los ya existentes; sirfva como ejemplo el sistema de llaves en los instrumentos de viento, que les facilita la interpretación en ciertas tonalidades.

Como consecuencia del aumento de la audiencia a los conciertos, la orquesta precisa crecer para llenar las capacidades de las nuevas salas de conciertos, llegando a contar en este período hasta noventa integrantes.

Formas Instrumentales en el Renacimiento:

La Sinfonía:

Su estructura es muy próxima a la de la sonata y en estos momentos puede ser considerada como una gran sonata para orquesta. Sigue el esquema en cuatro movimientos que fijará Haydn al añadir un minueto. Beethoven cambió en sus sinfonías este movimiento por un scherzo, que se adaptaba más a sus intenciones improvisadoras y de establecimientos de juegos melódicos y instrumentales. Este compositor introduce una estructuración más libre, con sinfonías de cinco tiempos, como la Pastoral, o con cambio en la sucesión de los tiempos. En estes momentos, comienzan a trabajarse los aspectos programáticos de la sinfonía romántica, como hará con gran maestría Berilos.

El Concierto:

La segunda forma de importancia en el Romanticismo es el concierto, que deriva del clásico en su aspecto más general. Los tiempos son, cono en la sonata, tres, y responden al esquema general de rápido-lento-rápido. Los compositores suelen emplear una tonalidad diferente en el segundo movimiento, que expresa

de un modo más lírico y reposado, la individualidad del instrumento.

En los conciertos románticos, se encuentra en el primer tiempo, la estructura de la forma sonata, aunque ésta puede tener muchas variaciones: desde una exposición simple, a una doble exposición, un juego combinatorio de temas, etc. Es en esta característica donde se encuentran las grandes innovaciones del Romanticismo, en lo que se refiere a la libertad formal.

La Obertura:

Esta forma instrumental experimenta una fuerte transformación, cuando deja de ser el preámbulo obligado de una obra teatral vocal y llega a convertirse en una pieza independiente, destinada al uso en el concierto. En las oberturas románticas se deja ver la influencia de la forma sonata, y muchas de ellas están estructuradas siguiendo el esquema de exposición, desenvolvimiento y reexposición. En otras ocasiones, las formas de las oberturas son libres.

El Poema Sinfónico:

Es una forma que nace ahora, con la finalidad de describir con música el trama de una historia escrita. Aunque desde la época barroca se componen obra con una intención descriptiva, esta es el único hilo conductor de todas las obras. El primer compositor de poemas sinfónicos es Liszt, seguido por Berilos, que introduce la idea fija, un procedimiento que permite la identificación del personaje central de la historia con una melodía concreta.

Las Pequeñas Formas:

Al mismo tiempo que se cultivan las grandes formas instrumentales, los compositores exploran las sonoradidades del íntimo, con formas libres, en las que se le dan rienda suelta a la fantasía y a la emoción, generalmente para piano y, en menor medida, para el violín. Entre las muchas que nacen o se desenvuelven durante el Romanticismo, destacan las siguientes:

*Mazurca: pieza de ritmo ternario que tiene su origen en las danzas folclóricas polacas que llevan este nombre.

*Polonesa: danza polaca aristocrática, de ritmo moderado, muy cultivada por Chopin, de igual modo que la anterior.

*Balada: pieza de forma libre, de naturaleza sentimental y poética.

*Barcarola: toma como base inspiradora las canciones así denominadas en Venecia, donde cantaban los gondoleros.

*Impromptu: composición de naturaleza improvisatoria.

*Estudo: pieza virtuosística centrada en un problema técnico concreto.

*Nocturno: pieza para piano, de naturaleza sentimental y lírica.

*Romanza: forma libre y sentimental, tomada del repertorio vocal.

*Rapsodia: pieza de forma libre y de carácter improvisatorio.




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Enviado por:María Varela Tubío
Idioma: castellano
País: España

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