Arte


Románico


Románico

Es un conjunto de obras, que se realizaron en Europa occidental desde aproximadamente el año 1.000 d.C., hasta la aparición, en la segunda mitad del siglo XII. El término románico se aplicó también a la escultura, la pintura y las artes decorativas.

Los estilos prerrománicos

Los invasores de Europa septentrional, llamados `bárbaros' por los romanos, se fueron estableciendo en la mayor parte del Imperio romano de occidente durante el periodo de su disolución (193-476. Después de la caída de Roma el año 476, se desarrollaron en las sociedades prefeudales más evolucionadas un conjunto de estilos artísticos y arquitectónicos que se conocen de forma genérica como `estilo de las invasiones bárbaras'. Estos estilos regionales se caracterizaron por el uso de formas zoomorfas y complejos motivos decorativos. El arte de Irlanda se denomina celta, el de Inglaterra sajón, el de Francia merovingio y el español visigótico. Los templos paganos más antiguos se construyeron en madera y sirvieron como modelo para las primeras iglesias de Noruega, sustentadas por grandes mástiles y denominadas stavkirker. Con el paso del tiempo todas estas formas de arte local desarrollaron características regionales distintivas y abandonaron el estilo clásico que Roma había impuesto en las provincias que formaban su imperio.

El arte bizantino y el romano ejercieron una fuerte influencia en el estilo artístico de los francos. El arte y la arquitectura de los francos de los siglos VIII y IX se denomina arte carolingio por el nombre latino del emperador. Carlomagno quiso dar a sus dominios la amplitud y el prestigio del antiguo Imperio romano, y por ello, tuvo lugar un florecimiento de las artes clásicas y de los estudios científicos realizado bajo su mecenazgo, que dejó dos legados significativos para los tiempos venideros. El primero fue la gran cantidad de códices copiados por los monjes. En estos manuscritos se conservaron prácticamente todas las obras de las antiguas culturas latina y paleocristiana que sobrevivieron a las invasiones bárbaras.

El segundo legado fue una reforma importante de la escritura, por entonces degradada e ilegible, que aparece en los últimos manuscritos de la época merovingia.

Después de la muerte de Carlomagno, el imperio se dividió, y el título imperial pasó finalmente al soberano de los francos orientales (germanos). El estilo desarrollado durante los siglos IX y X, sobre todo en la zona del Rin, se denominó otónico en honor de Otón I, descendiente imperial de Carlomagno.

Durante los periodos prerrománico y románico la Iglesia, único vínculo supranacional que agrupaba a los estados cristianos de Europa occidental, continuó la difusión de la cultura clásica desde su centro en Roma. Las tradiciones romanas se conservaron en otras regiones fuera de Italia.

En el periodo final prerrománico los elementos estilísticos clásicos se fundieron con los bizantinos, tanto en Oriente Próximo como en los pueblos germánicos, celtas y otras tribus septentrionales. Estas influencias, combinadas de forma diferente, crearon en Europa occidental una multiplicidad de estos locales que han adquirido el nombre genérico de románico.

El arte prerrománico y románico se manifestó fundamentalmente en las obras arquitectónicas.

La arquitectura

La desintegración de la cultura y economía romanas trajo consigo la desaparición de la estructura social capaza de generar un cierto número de arquitectos cualificados y artesanos especializados. Los intentos de construir edificios monumentales dieron como resultado unas estructuras que fueron a menudo toscas y de proporciones relativamente modestas. La excepción a este tipo de arquitectura, que desde finales de los siglos V al VIII fue extremadamente sencilla, fue la desarrollada en la ciudad de Ravena, entonces bajo dominio bizantino.

El estilo prerrománico en muchas regiones fue una prolongación del arte y arquitectura paleocristianas. Así ocurrió con las iglesias de Roma, construidas en planta basilical.

Durante el periodo prerrománico se construyeron iglesias centralizadas con cúpulas inspiradas en los modelos de la arquitectura bizantina. Avanzando en le tiempo, en la región de Aquitania y en Escandinavia se construyó de esta manera. San Vital de Ravena (526-548), construida para el emperador bizantino Justiniano, la capilla del palacio construido para Carlomagno en Aix la Chapelle entre el 792 y el 805 según el modelo de San Vital son los ejemplos más complejos y mejor conocidos. El desarrollo del cuerpo occidental de las basílicas cristianas fue una de las creaciones de los arquitectos carolingios. Este cuerpo occidental se convirtió en el prototipo para las grandes fachadas de las catedrales románicas y góticas.

El monaquismo, manifestación social y religiosa características del periodo, necesitaba grandes complejos residenciales que incluyeran capillas, claustros, bibliotecas, etc... para los monjes. Los arquitectos idearon nuevas técnicas constructivas. Se edificaron complejos monasterios prerrománicos para los benedictinos de Saint-Gall la isla de Reichneau y Montecassino.

El desarrollo de las bóvedas de piedra fue uno de los logros excepcionales de la arquitectura románica. La razón principal para el empleo de las bóvedas fue la necesidad de encontrar una alternativa a las cubiertas de madera de las estructuras prerrománicas, expuestas al fuego y la humedad. Los intentos para solucionar los nuevos problemas estructurales variaron infinitamente. Se utilizaron cúpulas, bóvedas de cañón semicirculares y apuntadas y bóvedas de arista. Sin embargo, hasta el periodo gótico, no se consiguió una estructura de mampostería en la que los empujes de las bóvedas estuvieran contenidos exclusivamente por pilares exentos y contrafuertes.

Como las bóvedas de piedra eran más pesadas que las cubiertas de madera, se utilizaron muros más gruesos y columnas más robustas. En el estilo románico particularmente en el francés, el uso de muros con contrafuertes y pilares macizos como soportes para las pesadas bóvedas de piedra produjo un modelo característico de edificio en el que la estructura se compone de unidades más pequeñas articuladas. Estas unidades, son los espacios de planta cuadrada o rectangular cubiertos por cada bóveda de arista.

La solidez de las estructuras en piedra es otra de las características más notorias de la arquitectura románica.

Italia

En las provincias italianas aparecieron durante el periodo románico una gran variedad de estilos. En Lombardía, se desarrolló un estilo italiano caracterizado por un notable ingenio estructural. Entre sus elementos destacan el uso continuado de la bóveda de arista y la invención de la bóveda de crucería, la realización de edificios sombríos, impresionantes por sus macizas proporciones, y los detalles decorativos que acompañaron a sus bóvedas. Entre los ejemplos más antiguos de este estilo se conservan las iglesias de San Ambrosio de Milán y San Miguel. Las catedrales y baptisterios de Parma, Cremona, Piacenza, Ferrara y Módena.

Otro modelo románico importante fue el de la parte central de Italia. Exhibió pocas innovaciones estructurales. En las provincias cercanas a la ciudad eterna, el estilo está tipificado por las basílicas medievales, como la de San Clemente en Roma.

Las iglesias de Toscana tuvieron una decoración más profusa que las de Roma, pero ambas utilizaron libremente los motivos clásicos. La utilización de mármoles policromos en diseños geométricos, creando bandas alternativas de colores fue característica. La fachada de la iglesia de San Miniato al Monte de Florencia, está revestida con mármoles negros, blancos y verdes. Los pórticos abiertos, las columnatas y las tribunas son otros elementos característicos, así como las fachadas decoradas con relieves escultóricos.

En la Italia meridional, se desarrolló un estilo peculiar que combinó elementos bizantinos, romanos, musulmanes, lombardos y normandos. Su característica principal es el uso decorativo de mosaicos y arcos apuntados entrelazados.

Francia

La arquitectura románica en Francia se caracteriza por las diferentes soluciones que adoptó en la construcción de bóvedas. Incluso en Provenza, donde se encuentra la arquitectura románica más clasicista: la nave central se cubrió generalmente con los modelos romanos en sus proporciones y detalles decorativos. De todos los edificios románicos realizados fuera de Italia, la iglesia que más emuló los órdenes clásicos fue la de Saint-Trophîme de Arlés. Sus construcciones principales datan del siglo XII. Existe un magnífico claustro contiguo a la iglesia, excepcional por la decoración de sus columnas. En Arquitania, los arquitectos adoptaron la disposición bizantina de iglesia centralizada cubierta con cúpulas, como se observa en Saint-Front de Périgueux y en las catedrales del siglo XII de Cahors y Angulema. Sus características principales fueron el uso de cúpulas apuntadas y fachadas de hileras de arcos ciegos decoradas con motivos escultóricos.

La variante estilística que se desarrolló en Auvernia, representa una evolución provinciana del románico borgoñón y es importante por la experimentación que realizó para resolver el problema funcional de las iglesias de peregrinación. La iglesia de Saint-Martin de Tours son los ejemplos más antiguos de iglesias con una larga tribuna sobre las naves laterales y un ábside semicircular con deambulatorio y capillas radiales.

En Borgoña, las iglesias basilicales de tres naves cubiertas por bóvedas de cañón se desarrollaron enormemente, sobre todo gracias a las órdenes monásticas cisterciense y benedictina, la primera originada en la abadía de Cîteaux y la segunda encabezada por el monasterio de Cluny.

Un ejemplo temprano de este estilo es la gran iglesia de Saint-Philibert de Tournus extraordinaria por su pórtico de acceso de dos niveles cubierto con bóvedas de arista, que contribuyó a la difusión de las fachadas de doble torre. Otra iglesia monástica de impresionante tamaño y sencillez es la de Saint-Benoît-sur-Loire. La iglesia más grande de la cristiandad medieval, demolida en tiempos de la Revolución Francesa, fue la abacial de Cluny, que se construyó entre los años 1080 y 1130 y que influyó decisivamente en las construcciones de Normandía, Lombardía y la zona del Rin.

Los arquitectos normandos asimilaron los métodos de la construcción de bóvedas desarrollados en Lombardía y crearon un estilo original.

Las innovaciones estructurales normandas, así como la composición de sus fachadas, caracterizadas por dos torres altas en los flancos, fueron adoptadas en la región de la Île-de-France, conformando las bases para la evolución de la arquitectura gótica temprana. La abadía de Saint-Denis, está estrechamente asociada con la aparición del estilo gótico. Su reconstrucción desde el año 1136 hasta el 1147, marca el final del periodo románico.

Alemania o el Sacro Imperio Germánico

El estilo románico en Alemania evolucionó a partir de la arquitectura otónica. La relevancia tradicional del cuerpo occidental fue particularmente notable en los edificios que presentan torres emparejadas, como en la primitiva catedral de Estrasburgo, del primer románico, donde se prefigura la disposición de las típicas fachadas góticas. Las iglesias románicas alemanas estuvieron proyectadas a menudo con gran amplitud, pero las construidas fuera de la región del Rin no suelen presentar bóvedas sobre la nave central. Las catedrales renanas se construyeron con cubiertas de madera, que más tarde se sustituyeron por bóvedas. Las catedrales de Espira y Maguncia contaban con bóvedas de crucería sobre planta cuadrada. Muchas iglesias renanas tienen una considerable altura y, a menudo, un ábside a cada lado. Las torres octogonales y circulares están agrupadas en los extremos del transepto, mientras que las torres más prominentes se sitúan en la fachada y sobre el crucero. Entre los ejemplos de catedrales de este tipo se incluyen las de Colonia, sobre todo la iglesia de los Apóstoles y las catedrales e iglesias del siglo XII en Tréveris, Worms, Laach, Reichnau, Quedlinburg y Hildesheim.

El reino anglonormando

Se conservan pocos ejemplos de arquitectura prerrománica en Inglaterra. Antes del siglo X la mayoría de los edificios se construían en madera y los primeros de piedra fueron edificios toscos, como la torre de Todos los Santos de Earls Barton en Northampton. Después de la conquista normanda en el año 1066, el estilo románico, conocido en las islas Británicas con el nombre de normando, reemplazó al sajón. Desde aproximadamente el año 1120 al 1200 se construyeron la mayoría de las estructuras monumentales normandas, como las partes principales de las catedrales de Ely, Durham, Lincoln, Winchester y Gloucester y las grandes iglesias abaciales en Fountains y Malmesbury. Las naves principales se cubrieron con techumbres planas, que más tarde se sustituyeron por bóvedas de crucería. Otras características del estilo incluyen muros y pilares macizos, edificios largos y estrechos, ábsides rectangulares, transeptos dobles y pórticos profundamente retranqueados que se decoraron con molduras denticulares y en zig-zag.

Los reinos hispano-cristianos

La arquitectura prerrománica en España está ejemplificada por las iglesias construidas en el siglo IX, durante el reinado del rey asturiano Alfonso II. Se puede discernir una mezcla de influencias paleocristianas y bizantinas fechadas aproximadamente entre los años 800 y 850. Estas influencias, junto con una fuerte impronta de la arquitectura musulmana, seguirán apareciendo en edificios posteriores.

Dentro de la arquitectura románica de los diferentes reinos que conforman la península Ibérica durante el periodo románico, debemos distinguir tres momentos constructivos atendiendo a su desarrollo cronológico y a las diversas escuelas regionales. Un primer románico durante el siglo XI, un románico pleno que se desarrolla entre el último tercio del siglo XI y durante la primera mitad del siglo XII, y un tardorrománico que engloba las iglesias románicas con elementos protogóticos centrado en la segunda mitad del siglo XII.

En los condados catalanes del siglo XI, tiene lugar la construcción de una serie de edificios de estructura simple en los que se emplean las novedades arquitectónicas introducidas en Europa por los monjes cluniacenses, caracterizadas por el uso de un aparejo rústico, naves cubiertas con techumbres de madera o bóvedas de cañón, zonas absidiales en sus cabeceras, soportes en forma de columnas o pilares, fachadas torreadas y una característica decoración exterior a base de arcos ciegos y lesenas o bandas decorativas de tradición lombarda.

La configuración del denominado románico pleno conlleva la creación de un estilo uniforme, con un lenguaje arquitectónico común, que se extendió por los diferentes reinos de la península Ibérica a lo largo d toda una serie de edificios religiosos compuestos con una misma sintaxis plástica y constructiva.

La expansión de la orden cluniacense en España, la interrelación de las diferentes zonas geográficas a través de las nuevas vías de comunicación, la sustitución de la liturgia visigoda por la romana y el establecimiento de grandes rutas de peregrinación como el Camino de Santiago, ayudaron a la difusión del estilo románico pleno.

La catedral de Santiago de Compostela, construida sobre el sepulcro del apóstol Santiago el Mayor, se inicia el año 1075 bajo los auspicios del obispo Diego Peláez. Como iglesia de peregrinación, recoge en su distribución los precedentes de las iglesias francesas de Saint-Martin de Tours, Sainte-Foi de Conques, Saint-Sernin de Toulouse y Saint-Martial de Limoges. Se compone de una planta de cruz latina de tres naves, amplio transepto también de tres naves, cabecera con girola y cinco capillas absidiales, torres en su fachada occidental y tribunal en el interior. Su nave central está cubierta con bóveda de cañón, las naves laterales con bóvedas de arista y las tribunas con bóvedas de cuarto de cañón.

En el área castellano-leonesa la peregrinación jacobea determinó la edificación de toda una serie de iglesias en la ruta hasta las reliquias del apóstol. En la colegiata de San Isidoro de León, de planta basilical con tres naves, tres ábsides semicirculares y bóvedas de cañón y arista, a cuyos pies se sitúa el panteón de los Reyes de Castilla, destacan además los arcos lobulados de influencia árabe que aparecen en el crucero.

En San Martín de Frómista, construida con el apoyo de doña Mayor, viuda de Sancho el Mayor, se realizó una de las iglesias románicas mejor conservadas, con planta basilical de tres naves separadas por pilares cruciformes, tres ábsides semicirculares, un cimborio de tambor octogonal sobre trompas cubierto con una cúpula y torres circulares en su fachada occidental.

En las regiones aragonesa y navarra destacan la catedral de Jaca, con sus naves divididas por columnas y pilares cruciformes dispuestos alternamente, el conjunto fortificado de Loarre con sus murallas y su cripta, y la iglesia de Leire, con su cripta configurada por pilares que soportan unos macizos capiteles y arcos de medio punto peraltados.

Por último, debemos referirnos a un conjunto de edificios realizados o iniciados en la segunda mitad del siglo XII, considerados por algunos especialistas como edificios plenamente románicos, mientras que para otros presentan algunos avances constructivos del periodo gótico. Se trata de la catedral de Zamora, la catedral vieja de Salamanca y la colegiata de Toro. El elemento más destacado de los tres edificios es el empleo del cimborio agallonado sobre le crucero, inspirado probablemente en los modelos bizantinos.

La escultura

La escultura a pequeña escala en marfil, bronce y oro de la época prerrománica estuvo influenciada por el arte paleocristiano y bizantino. Adoptaron también otros elementos de los diferentes estilos locales de Oriente Próximo, conocidos a través de la importación de manuscritos miniados, eboraria, orfebrería, cerámica y tejidos. Los motivos originados en los pueblos nómadas, como las figuras grotescas del bestiario y los diseños geométricos entrelazados, fueron muy importantes, sobre todo en las regiones del norte de los Alpes. Entre las obras escultóricas más excepcionales del periodo se encuentran los marfiles ejecutados por el moje Tutilo en el siglo IX en el monasterio de Saint-Gall y los realizados en los talleres de Reims.

En el periodo prerrománico es muy raro encontrar escultura monumental independiente de un contexto arquitectónico. La mayor parte de l escultura románica estuvo integrad en la propia arquitectura, y tuvo una doble función estructural y decorativa. Los mejores trabajos se realizaron en Hildesheim en el siglo XI, incluyendo puertas de bronce, pilas bautismales, lápidas funerarias y otros objetos de mobiliario litúrgico.

En el sur y norte de Italia se hicieron hermosas puertas fundidas en bronce. En el valle del Mosela, Bélgica y la Francia septentrional, a comienzos del siglo XII, la escuela del Mosela produjo un gran número de esculturas en bronce, incluyendo la gran pila bautismal de San Bartolomé de Lieja, realizada por Rainiero de Huy.

Las decoraciones escultóricas en piedra a gran escala fueron usuales en el siglo XII en toda Europa. En las catedrales de Toulouse, Autum y Poitiers pueden verse ejemplos excepcionales de la escultura arquitectónica francesa, conservada casi por completo en su estado original. En su composición y materia temática anticipan directamente las obras maestras de Chartres, Amiens y el resto de las catedrales góticas. En Lombardía y Toscana se hicieron trabajos escultóricos interesantes, sobre todo para las fachadas delas catedrales de Módena, Ferrara, Verona y Parma.

En la península Ibérica, dentro del primer románico de principios del siglo XI, destacan los dinteles o retablos de altar de San Genis les Fons y de San Andrés de Sureda, donde aparece representada la maiestas domini acompañada por los doce apóstoles. El románico pleno se caracterizó por la escultura monumental en piedra para la decoración de los templos, tanto en las arquivoltas, tímpanos y jambas de sus fachadas como monasterios, en los capiteles de las columnas o los canecillos y modillones de los aleros salientes. Destacan la puerta de las Platerías en Santiago de Compostela, con escenas del Nuevo Testamento, realizada a principios del siglo XII; las portadas del Cordero y del Perdón de San Isidoro de León, donde se representan el sacrificio de Isaac y el Cordero portado por los ángeles dentro de su mandorla; los temas de la Crucifixión, las tres Marías ante el sepulcro y la Ascensión de Cristo, la fachada del monasterio de Ripio y el tímpano del Crismón flanqueado por leones de la catedral de Jaca.

También en el claustro de la antigua catedral románica de Pamplona existieron capiteles interesantes, especialmente entre los dedicados a Job y a la pasión de Cristo.

Un elemento clave en la transición hacia el estilo gótico son las estatuas-columna del famoso pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela obra atribuida al maestro Mateo. La organización del conjunto se hace eco del nuevo sentido naturalista idealizado de finales del siglo XII, al tiempo que las figuras que lo integran expresan sus sentimientos y empiezan a entablar lo que se denomina sacra conversacione, es decir, la comunicación entre los personajes sagrados.

En el ámbito de la escultura exenta o de bulto redondo destacan las representaciones de la Virgen sedente, entronizada con el Niño Jesús acomodado en su regazo y del Cristo crucificado o en Majestad, realizadas en madera y en la mayoría de los casos policromadas. Los más conocidos son los Cristos de Caldes De Montbuy y Batlló y las Vírgenes de la catedral de Gerona o la de Covet, también en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

La pintura

La pintura al fresco evolucionó durante el periodo carolingio. Sin embargo, el estilo de las pinturas murales que no se han conservado puede deducirse por los manuscritos minados de la época.

Los ejemplos de pintura mural conservados incluyen motivos abstractos en los elementos arquitectónicos aislados, tales como columnas, y representaciones de escenas bíblicas y de las vidas de los santos en las grandes superficies murales. De la extensa decoración mural realizada en otras zonas de la Europa occidental sólo se conservan algunos ejemplos, entre los que destacan los frescos.

En le ámbito de la península Ibérica la pintura románica está muy bien representada en las áreas catalano-aragonesa y castellana. Se conservan importantes restos pictóricos murales de muchos templos.

Deben distinguirse por una parte las representaciones murales pintadas al temple que cubrieron el interior de las iglesias, y por otra las pinturas sobre tabla de los antependios.

Dentro de la pintura mural de distinguen dos corrientes pictóricas. Por una parte, la corriente ítalo-bizantina desarrollada en el área catalana que recoge las fórmulas orientales, y por otra l corriente francesa, que continúa las formas del arte carolingio u otónico, centrada fundamentalmente en el área castellana.

En la corriente ítalo-bizantina los conjuntos de pintura mural más importantes proceden de Cataluña.

Las pinturas de la ermita de la Vera Cruz de maderuelo, conservadas en el Museo del Prado de Madrid, aunque pertenecientes al área castellana participan también de esta tendencia estilística, al igual que los frescos de la iglesia de San Baudelio de Berlanga, que se conservan en parte en el Museo del Prado y diferentes museos y colecciones privadas estadounidenses.

La corriente de influencia francesa está representada por las pinturas de la primera mitad del siglo XII del Panteón de los Reyes de la colegiata de San Isidoro de León, así como por los frescos aragoneses procedentes de la iglesia de los Santos Julián y Basilisa de Bugüés conservados en el Museo Diocesano de Jaca.

Respecto a la pintura sobre tabla debemos de destacar los frontales de Seo de Urgell y de Ix, el primero con la representación del Cristo en majestad con los apóstoles y el segundo con escenas alusivas a san Martín.

Los mosaicos tuvieron una influencia bizantina incluso mayor que la pintura y se usaron extensamente en la decoración de las iglesias románicas italianas, especialmente en la basílica de San Marcos de Venecia y en las iglesias sicilianas de Cefalú y Monreale.

Las artes decorativas

El periodo prerrománico produjo hermosos manuscritos miniados. En Lindisfarne apareció ya en el siglo VII una importante escuela de ilustradores de manuscritos. La labor de dicha escuela se caracterizó por los dibujos geométricos entrelazados, a menudo completados con figuras humanas grotescas, pájaros y bestias que decoraban las letras capitales, los márgenes e incluso páginas enteras. Los manuscritos de estilo celta ejercieron una influencia en las escuelas románicas que aparecieron posteriormente en le resto de Europa. En los manuscritos carolingios, por ejemplo, los complicados motivos celtas están utilizados muchas veces en combinación con elementos y figuras decorativas clásicas.

El salterio de Utrecht, muestra una técnica e imaginación excepcionales. Después del periodo carolingio, con la llegada de la época otoniana, los entrelazos célticos se abandonaron y se fue incrementando la influencia bizantina. Las escuelas regionales de manuscritos miniados desarrollaron sus propias características y estilos distintivos.

A principios del siglo XII la ilustración de manuscritos en el norte de Europa llegó a compartir las mismas características de la escultura coetánea. En Italia la influencia bizantina se mantuvo dominante tanto en la decoración miniada como en la pintura mural y los mosaicos.

El arte de la metalistería progresó enormemente durante los periodos prerrománico y románico. Se utilizó para elaborar objetos de uso litúrgico. Gran parte de la metalistería francesa se destruyó con el saqueo de las catedrales que tuvo lugar durante la Revolución Francesa, pero el resto de las catedrales europeas conservan todavía muchas de estas piezas. Entre las obras de estos periodos se incluyen trabajos de joyería y de plata labrada de origen celta.

Los notables esmaltes, sobre todo el esmalte alveolado y el esmalte campeado o excavado, se produjeron en las regiones de los ríos Mosela y Rin. Roger de Helmarshausen, un orfebre alemán famoso por sus funciones de bronce y el esmaltador flamenco Godofredo de Clarier fueron dos famosos artífices del siglo XII.

El tapiz de Bayeux, realizado con la técnica del bordado, es el ejemplo mejor conocido del trabajo textil del siglo XI. Otra pieza importante de esta época es el Bordado del Génesis o Tapiz de la Creación en Gerona, realizado en punto de cadeneta con lanas de colores sobre un tejido de lino. Los atuendos eclesiásticos y las cortinas de altar representan otros ejemplos conservados de telas románicas.

BIBLIOGRAFÍA

  • Encarta 1999

  • Enciclopedia de la universidad

INDICE

Románico ............................................................Pág. 1

Los estilos prerrománicos ...................................Pág. 1

La arquitectura .....................................................Pág. 2

Italia ....................................................................Pág. 3

Francia ................................................................Pág. 3-4

Alemania o el Sacro Imperio Germánico .............Pág. 4

El reino anglonormando.......................................Pág. 4-5

Los reinos hispano-cristianos ..............................Pág. 5-6

La escultura .........................................................Pág. 6-7

La pintura ............................................................Pág. 7-8

Las artes decorativas............................................Pág. 8

Bibliografía .........................................................Pág. 9

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Enviado por:Brujita 4
Idioma: castellano
País: España

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