Literatura


Romancero español


ROMANCERO ESPAÑOL

Vida cultural de España en la Baja Edad Media.

El romancero es la expresión literaria emergente de la vida cultural de España en la última parte de la Edad Media.

Es necesario tener en cuenta el proceso histórico de la Península Ibérica desde la conquista romana en el Siglo II A.C. que se prolongó hasta el S. V D.C. con gran florecimiento cultural en especial en la zona de la actual Andalucía. Cae el imperio Romano de Occidente, se instalan los visigodos y en el sur se produce la invasión de los moros musulmanes, que llegan el el S.VIII D.C.., penetrando hasta el norte de al península, siendo derrotados en la batalla de Poitiers por Carlos Martel en territorio francés.

Además tenemos en España la fuerte presencia de la población judío sefaradí en un ambiente de tolerancia religiosa que los hace convivir con los musulmanes dentro del Califato de Córdoba, así como en los reinos cristianos ibéricos, en especial Toledo, hasta su expulsión por los Reyes Católicos en 1492. Hay que señalar que adonde fueron siguieron manteniendo su idioma el “ladino” especie de español antiguo.

Evolución idiomática.

Durante el Imperio Romano: dentro del ámbito eclesiástico se hablaba el latín clásico y el pueblo se comunicaba en latín vulgar, que tenía diversas ramas según la región en la cual se hablara. Así tenemos las lenguas neolatinas, las cuales según los lugares donde fueron surgiendo fueron adquiriendo rasgos propios. Son derivados del latín , regiones:

Balcánica, surgió el rumano; itálica: surgió el italiano; gálica: el francés; ibérica: de la cual surgieron distintas lenguas, así el muzárabe, el ladino judeo-español, el gallego-portugués, el catalán y el castellano. Éste ultimo adoptado como idioma español.

Durante la Edad Media, el sector ilustrado de la Europa Occidental, integrado principalmente por miembros de la iglesia se expresaba oral y en forma escrita en latín. La mayoría de la población no hablaba ni entendía esa lengua y se comunicaba en lenguas romance o románicas, haciéndolo en forma exclusivamente oral, pues el analfabetismo era generalizado y esas lenguas no existían en forma escrita.

Situación político-geográfica y cultural.

A mediados de la Edad Media, la península Ibérica estaba dividida en diversas áreas, con fronteras no claramente delimitadas.,

Así Al-Andalus, territorio musulmán bajo el Califato de Córdoba, dinastía Omeya en el S. y S.E.

En el centro: Reino de León. Se extendía al norte de la península, sobre las costas del Cantábrico, desde el Atlántico hasta los Pirineos.

Y entre ambos subsistían los territorios de la corte de Toledo vestigios que quedaban de los visigodos.

Indudablemente en los Siglos X y XI el centro cultural estaba en Córdoba, que extendió su influencia sobre los territorios cristianos.

El principal medio de trasmisión de la cultura musulmana hacia la zona cristiana fue la Escuela de Traductores que funcionaba en Toledo. A través de ellos se tuvo conocimiento del pensamiento aristotélico o sea que preservaron la cultura griega.

Las poblaciones cristianas de la península Ibérica tuvieron, a pesar de esa dispersión, factores de unidad, conducentes a una unidad cultural y aún política y que fueron:

Factor de índole religioso: común fe cristiana regida por la Iglesia Católica Apostólica Romana, que ejercía un estricto dominio espiritual y religioso. Tener en cuenta la importancia de la religión en las Cruzadas y en la Reconquista de los territorios de la península en manos musulmanas;

Factor cultural: lengua latina, como elemento unificador por lo menos a nivel eclesiástico y oficial. Era la única lengua escrita.

Este último factor fue el que menos perduró.

En el área cantábrica y central sur, donde había muchos castillos fortificados por lo cual se la conoció como Castilla, se desarrolló un dialecto romance, el castellano, que penetró fuertemente en el habla popular por sus formas gramaticales simplificadas y su sencillez en el uso de vocales. Esta lengua romance se expandió rápidamente por el centro de la península alcanzando la zona de Andalucía árabe.

Siguió evolucionando el castellano en los Siglos XI, XII y XIII y combinándose con manifestaciones culturales populares, con predominio de expresiones versificadas de distinto contenido.

Trovadores y juglares.

Trovadores: eran autores nobles y cultos, poetas cortesanos cultos, que componían versos amatorios en lengua romance provenzal (sur del actual territorio de Francia). Se referían a la mujer amada, dueña, elegida y adorada del alma del poeta, idealizada y espiritualizada casi hasta lo religioso. Además la lucha entre los caballeros feudales introdujo en los cantares el tema épico, por el cual los caballeros feudales pasaron a ser exaltados por sus hazañas guerreras.

Mientras el pueblo llano, siervos y villanos, se fue alejando del idioma culto y fue dando origen a expresiones de diversión basadas en la burla de los curas y frailes y la exaltación del vino y las mujeres.

El mundo feudal agrario dio paso al mundo feudal urbano, a los habitantes de villas y burgos, naciendo un nuevo público, el burgués, a quienes interesaban las expresiones poéticas referidas a las damas de sus desvelos.

La estructura feudal de la Edad Media salpicada de burgos, o sea centros urbanos que se formaban alrededor de un castillo, hizo que quienes proporcionaban entretenimientos tuvieran que desplazarse de un burgo a otro burgo. Estas personas fueron los:

Juglares: eran profesionales del arte que ejecutaban toda clase de actos para entretenimiento, acompañados de instrumentos musicales de cuerdas y percusión recitaban los poemas líricos compuestos por los trovadores. Los instrumentos musicales empleados de cuerda eran el laúd y la vihuela, esta ya sea de plectro (que se tocaba con una uña de metal) o de arco (de donde luego surgió el violín), y los de percusión eran tambores, panderos, cascabeles, etc.

En la península Ibérica ya en época temprana aparecieron juglares que emplearon distintas lenguas para expresarse. Lengua romance visigótica muzárabe (de cristianos que vivían con moros), sefaradíes (judíos que convivían con moros y cristianos), segreres (gallego-portugués).

El estilo recitativo y en especial el canto acompañado de instrumentos musicales, exigía una expresión versificada, en períodos cortos y con frecuentes repeticiones rítmicas. Su métrica irregular, calculada de oído, sin reglas de rima, casi siempre asonante.

El repertorio de los juglares, en un principio compuesto por versos referentes al amor y la religión pronto fue ampliándose pasando a tratar asuntos vinculados a los caballeros cruzados a cuestiones de guerras religiosas o políticas. La actividad juglaresca dio origen a una expresión literaria en lengua romance.

Así poro a poco las necesidades de la creciente vida económica y de intercambio comercial, fueron llevando a un cierto uso de la escritura en lengua romance para atender la elaboración de documentos necesarios para tales actividades y también poco a poco la necesidad de tener un repertorio para ofrecer en los espectáculos llevó a que se fueran creando un fono de escritos en lengua romance en que debían ser contados o cantados los textos que los juglares presentaban a su público. Algunos de estos materiales fueron adquiriendo especial importancia, eran relatos de grandes hazañas o de leyendas que suscitaban admiración e interés. Extensos textos versificados que trataban temas de índole épica, se llamaron:

Cantares de gesta.

Los temas eran obra de los autores cultos que se atenían a ciertas reglas formales y estéticas en materia de versificación (metro, rima, ritmo, etc.)

En cambio los juglares que componían los cantares de gesta, desconocían las reglas de métrica y rima, expresándose en versos que mezclaban expresiones latinas con términos de las lenguas romances siendo sus temas generalmente hazañas de caballeros y guerreros, a veces absolutamente fantasiosos, pero capaces de captar la atención y el asombro de un auditorio compuesto casi en absoluto por incultos e ignorantes.

La intensificación de la lucha contra los musulmanes sarracenos primero en las Cruzadas y luego en la Reconquista de la península Ibérica en manos de los moros, impulsó cada vez más el relato de las acciones heroicas de los caballeros durante los combates de los ejércitos cristianos.

Durante los siglos XII y XIII los temas preferidos de los juglares fueron los relatos épicos, narraciones de grandes hazañas y también de las grandes desgracias, de los sucesos más o menos históricos de la Iberia visigoda y de la Provenza carolingia (sur de Francia bajo el dominio de Carlomagno y sus herederos).

Tenemos en España la tragedia de Don Rodrigo último rey godo que pierde España frente a los moros en el siglo VIII, o también los Infantes de Lara, que mueren asesinados muy jóvenes por intrigas familiares y el extenso relato de todos los hechos protagonizados por Rodrigo (Ruy) Díaz de Vivar, el Cid Campeador.

La producción literaria de los juglares ayudaron en el proceso de formación de las lenguas romances y su consolidación, especialmente el idioma castellano.

MESTER DE JUGLARIA Y MESTER DE CLARECIA.

Surgieron y coexistieron durante un extenso período de tiempo dos grandes estilos de expresiones literarias.

--Los juglares, cuyo público era en su mayoría inculto formado por siervos y villanos pero también por nobles, utilizaban un lenguaje vulgar, mezcla de expresiones neolatinas y romances, y no les preocupaban los aspectos formales de la versificación en

cuanto a métrica y rima.

--Los clérigos, integrados por personas pertenecientes a la iglesia o adjuntas a ella generalmente con altas posiciones cortesanas, quienes tenían expresiones literarias elaboradas con un cuidadoso uso del idioma y preocupados en atenerse a las reglas de la versificación (ritmo, rima, métrica, etc.)

¿De dónde viene la palabra mester? Del castellano antiguo y a ésta a su vez de la palabra latina “ministerium” con la cual se designaba un oficio o actividad.

De ahí que:

  • la actividad literaria de los juglares pasó a llamarse “Mester de Juglaría”;

  • la actividad literaria de los clérigos pasó a llamarse “Mester de Clerecía

  • Así al Mester de Juglaría:

    pertenecen los textos más antiguos conocidos en lengua romance, el primitivo castellano, muchas veces mezclado con palabras en latín , así tenemos:

    --El Cantar del Myo Cid (no confundir con los posteriores Romances del Cid Campeador). Se cree que fue transcripto en 1140 aunque la primer copia conocida es de 1307.

    --El Cantar del Rey Rodrigo. Se trata del último rey visigodo que perdió sus territorios derrotado por los moros. No se han conservado fragmentos escritos.

    --El Cantar de los Infantes de Lara. Tampoco existen fragmentos escritos. Pero igual que el anterior se admite que existió pues hay referencia en otros cantares y romances. Los siete infantes mueren en una emboscada tramada por su tío Ruy Velásquez siguiendo toda una saga de venganzas dentro de la familia.

    --El Cantar de Roncesvallas. Se conserva un frangmento de 100 versos la “Chanson de Roland”, copia de origen provenzal de cerca del año 1080. Se trata de las batallas del reino carolingio, contra los moros en territorio francés.

    --Las Mocedades del Cid. Atribuído a fines del sigo XIV y principios del XV. Se ha perdido todo el texto.

    --El Cantar el cerco de Zamora. Referente al sitio efectuado por el rey Sancho II a la ciudad de Zamora dejada en herencia a su hermana doña Urraca por el padre de ambos Fernando I. El Cid interviene también en dicho sitio al ser llamado por el Rey a quien debe obediencia. El Cid y doña Urraca habían sido amigos y criados juntos de niños. Toda versión versificada se ha perdido. Subsiste una en prosa incorporada a la “Estoria de España” iniciada hacia 1270 por orden del Rey Alfonso X “El Sabio”.

    El “Mester de Clerecía” cuya característica era ajustarse a estrictas reglas formales de versificación. Así empleaban versos de 14 sílabas, divididos en dos períodos de 7 sílabas, con rima asonante. Una de las principales obras de este mester fue el “Libro de Alejandro” donde se empleó el tipo de verso antes referido y de ahí que se le llamó alejandrino.

    La imposibilidad de que una obra escrita en latín fuera comprendida por aquellos a quien iba destinada impuso finalmente que el mester de clerecía abandonara el latín y pasara a utilizar la lengua romance, pero a pesar de ello utilizaba un lenguaje más culto que el mester de juglaría además de emplear las formas métricas indicadas.

    La última expresión literariamente valiosa del mester de clerecía se considera que es “El libro del buen amor” del Arcipreste de Hita(Juan Ruiz). El tema central del libro es un conjunto de cuentos que relatan los amores del propio autor, quien es asistido por una alcahueta llamada Trotaconventos. Además hace una sátira de las costumbres de su época (siglo XIV), referida a la zona de Toledo donde el autor fue sacerdote.

    El proceso de la cultura ibérica entre los siglos XII a XIV tal como se manifiesta en las expresiones literarias a partir de las canciones juglarescas, y del mester de clerecía muestra una evolución de parte temática, desde una que exalta los valores caballerescos y una mística oportuna frente a las guerras de Reconquista del territorio español de manos de los moros musulmanes, hacia un creciente interés por los temas de la vida civil y de las costumbres sociales, incluyendo diversos aspectos en los que hay lugar para exponer diversas pasiones, tanto de tipo amatorio como relacionadas con las luchas del poder y los odios consiguientes.

    ROMANCERO

    Se designa “Romancero”un conjunto integrado por una gran cantidad de poemas épico-líricos breves, cuyo tema general es narrativo aunque hay diversos contenidos, surgidos en territorio ibérico aproximadamente a partir del siglo XIV, que por lo general se cantaban acompañados con el sonido de un instrumento y que esencialmente eran conocidos por su trasmisión oral, aunque luego han sido recopilados en diversas épocas, incluso algunos muy recientemente.

    El nombre romance tiene indudablemente un origen vinculado inicialmente a la lengua utilizada, “lengua romanz” o sea lengua de los romanos. La expresión para servir de denominación a la obra versificada en “lengua romance” (aquí se usa como adjetivo pasando a ser luego sustantivo), aparece utilizada en el texto escrito antiguo del Cantar del Myo Cid de 1307, designándose a la obra misma. En unos versos finales que no forman parte del relato, el juglar solicita al público o talvez al contratante diciendo: “que habiendo recitado el romanz” corresponde que se le entreguen lo esperado como gratificación por su actuación, en este caso vino y comida.

    Los cantares de gesta se denominaban “Fablas” o se hablas de gesta, al mismo tiempo que se le denominaban “romanz” pero con posterioridad al diferenciarse el cantar extenso del romance breve, el término “romanz” se aplicó exclusivamente al romance breve.

    Al aparecer la imprenta, la popularidad de los romances llevó a que se publicaran recopilaciones. Se considera que la primera de ellas fue realizada por Marío Nuncio, publicada en Amberes en 1550. En el sigo XVIII apareció una compilación de romances bajo el título de “Romancero General.”. En tiempos muy recientes ha sido sumamente trascendente la obra recopilada por Ramón Menéndez Pidal.

    La denominación de romances si bien se aplica a los de origen español, lo cierto es que hay expresiones equivalentes en los inicios de la literatura de otros países románicos. Así lo encontramos en Francia, “La Chanson de Roland”, que relata las guerras con los invasores árabes. En Inglaterra y Escocia, antiguas baladas medievales. En Alemania, el norte de Italia, países escandinavos y balcánicos. Los temas de estas antiguas obras están ligados en general a gestas guerreras medievales, constituyendo un modo de contar la historia, mantener vivos los ideales de las incipientes nacionalidades y lealtades hacia dinastías reales.

    Fragmentos de antiguos relatos cobraron vida propia, centrando su referencia a algunos personajes o a algunos episodios destacables.

    Casi con seguridad el desarrollo y permanencia del romancero en la península Ibérica respecto de otros países se debe a la circunstancia de que en ella se haya desarrollado a

    lo largo de cinco siglos la Reconquista de su territorio de manos de los moros invasores. La extensión de esta guerra determinó que no fuera un período continuado de combates sino que durante largos períodos de tiempo surgieron extensas treguas que dieron lugar a períodos de convivencia fronteriza entre las culturas cristianas y musulmana y también con importantes núcleos de judíos, especialmente en la zona de Andalucía y Toledo, a cuyo relacionamiento a menudo aparecen referencias en el romancero español.

    Rasgos peculiares del romancero español.

    Se trata en su mayor parte de:

    --Textos de autor anónimo.

    --Constituyen una emanación de los cantares de gesta, fragmentos de éstos que adquirieron autonomía porque relataban algún aspecto atractivo para el público por lo que se cantaban más frecuentemente al mismo tiempo que recibían ciento grado de retoque en su aspecto formal.

    --Trasmisión oral. Por su brevedad, así como porque trataban algún tema de arraigo popular como también la musicalizad de su versificación y su frecuente repetición hizo que la trasmisión oral se hiciera tradicional.

    --Lenguaje equivalente a obras cronológicamente posteriores. Ello se debe probablemente a que los romances fueron recopilados por investigadores de la literatura y la historia literaria en épocas posteriores a su creación y que en alguna época hayan sido modificados en su léxico originario porque al haber sido conocidos y escritos fueron adaptados a la evolución de la lengua.

    --Permanencia integrado a la cultura popular. Es otro de sus rasgos peculiares. A pesar de que el elemento difusor originario o sea los juglares hayan desparecido, los romances mismos continuaron presentes en la memoria colectiva, siendo constantemente repetidos en reuniones, etc.

    El proceso de trasmisión oral ha hecho que se produzcan variantes, deformaciones, intercalaciones diversas, incluso variaciones idiomáticas regionales. Encontramos por ello que de un mismo romance en cuanto al tema existen varias versiones dependiendo de la región y de la época.

    Manuel Menéndez Pidal ha sido el más grande recopilador y comentador de romances. Su obra “Flor nueva de romances viejos” pone de manifiesto lo expresado en el parágrafo anterior al observar que del romance de “Gerineldo” existen 164 versiones diferentes las cuales halló en España, Marruecos y América. También en los distintos pueblos se repiten algunos argumentos, por ejemplo el de la doncella que se viste de soldado y va a la guerra, la mujer adúltera que desconoce al marido, etc.

    ORIGEN DE LOS ROMANCES

    En resumen:

    Se estima que los romances se iniciaron como cantos juglarescos en el siglo XIII. Contemporáneos con los cantares de gesta y en gran medida originados en ellos, pronto adquirieron autonomía literaria a su respecto.

    Mientras los cantares de gesta tienen estructuralmente una índole novelesca en el sentido de que son bastante extensos, se refieren a una sucesión de hechos que en general están encadenados entre sí y en que aparecen diversidad de personajes unos con mayor protagonismo que otros.

    Los romances tienen una estructura poética y frecuentemente lírica, se concretan a un único episodio de hecho, más que nada, como elemento determinante de una situación emocional o espiritual, aunque pueda ser de carácter épico como generalmente lo es.

    En el cantar de gesta el interés está principalmente referido al tema general de que tratan, demorándose en extensas descripciones y se dirige a crear una cierta expectativa acerca de la suerte final de sus personajes principales, refiriendo la sucesión de sus aventuras, suscitando situaciones en las cuales lo que finalmente impacta es el desenlace.

    El romance tiene una intensa concentración poética y aún cuando en algunos casos se fundamente en un hecho, el acento no está puesto en el episodio de hecho sino en su repercusión emocional y espiritual (Ver romance del Rey Rodrigo).

    En realidad los romances tradicionales se conservaron por siglos fundamentalmente a través de la trasmisión oral hasta que la aparición de la imprenta, a fines del siglo XV y principios del XVI fueron recogidos en forma escrita. Pero continuaron trasmitiéndose en forma oral prácticamente hasta los tiempos actuales, no sólo en España sino en muchos sitios de América e incluso en las regiones latinas de los Balcanes. Se ha constatado que comunidades judías sefaradíes, que fueron expulsadas de España en 1492 y se trasladaron a las regiones turcas de Constantinopla o de la Grecia del Sur conservaron la lengua castellana, mantuvieron la tradición romancesca de una manera fiel a sus orígenes.

    ESTRUCTURA FORMAL DE LOS ROMANCES

    --Versos octosílabos a veces heptasílabos.

    --Sin división en estrofas o sea de una sola tirada variable en su extensión.

    Son versos de arte menor (ocho sílabas o menos), lo que es más apropiado para expresar ideas y conceptos más precisos que en los versos más extensos. Esta forma hace que el recitado se haga en forma más fluída y rítmica, además facilita la memoria, conduce a una concentración expresiva. Un suceso se expone en dos o tres versos que se repiten en forma rítmica, lo que permite poner énfasis en un detalle determinado.

    --Generalmente de rima asonante en los versos pares quedando libres los impares.

    En los romances más viejos la rima es consonante.

    La rima asonante alternada introduce un nuevo componente rítmico adicional.

    --Dialogado. Diálogo entre varios personajes aunque muchas veces presenta la voz de una única persona la cual se dirige a un interlocutor determinado aunque éste no hable.

    --Comienzo abrupto.

    Al tratarse el romance de un fragmento extraído de un texto mayor, hace que muchas veces tenga un comienzo abrupto o sea que entra en el tema de manera un tanto sorpresiva, sin referir antecedentes de los personajes y a menudo sin siquiera nombrarlo, ya que esa información ya era conocida por el público.

    --Final trunco.

    Vinculado a lo anteriormente dicho. Al ser un fragmento de un texto mayor. La finalidad del romance no consistía en el relato del hecho sino en exponer una determinada situación emocional.

    --Descripción.

    Abundan pero se caracterizan por ser breves, estrictamente funcionales al resto del objeto del romance. Siguen el estilo enumerativo aludiendo a algunos detalles del objeto descripto (boca, labios, manos, etc.), los describen mediante comparaciones de tipo lírico, metafórico, alusivas a otros objetos por la cualidad que se les asigna como propia, exaltan en general el objeto comparado. Así comparan con perlas, oro, plata. Etc.

    --Tiempo verbal.

    Utilizan el presente, aunque resulta obvio que los sucesos a que hacen referencia son pasados en el romance casi siempre los expresan, los cuentan en tiempo presente, lo cual acentuaba el impacto evocativo y emocional, ya que aunque los hechos eran pasados, eran relativamente presentes y se vinculaba a situaciones que mantenían su vigencia.

    Los verbos activos son conjugados en pretérito indefinido, lo que da continuidad y permanencia a la acción.

    CLASIFICACIONES DE LOS ROMANCES

    POR SU ORIGEN

  • Juglarescos.

  • Se consideran compuestos originariamente por los juglares a partir del desprendimientos temáticos de los cantares de gesta.

    Temas referentes a aventuras y amores de los héroes de la épica castellana y francesa.

    Aquí encontramos el Romance del Infante Arnaldos así como los romances del Cid Campeador.

  • Fronterizos.

  • Son los que se corresponden con la última parte de la Reconquista en que se había establecido diversos tipos de relaciones entre la sociedad cristiana y la morisca.

    Hace referencia a personajes moros, a situaciones amorosas entre hombres y mujeres de ambas religiones y sociedades, algunos a escaramuzas circunstanciales de la guerra de Reconquista, etc.

    Aquí encontramos Romance de Abenámar. Romance del rey moro que perdió Granada también denominado Romance de la Alhama.

    SEGÚN SUS TEMAS.

  • Históricos.

  • Sus temas son referidos a episodios o personajes bíblicos o de la historia antigua.

    2) Hispánicos.

    Temas referidos a personajes o episodios de la historia española medieval. También entran en esta clasificación los romances fronterizos de tema épico.

    Los siete infantes de Lara; El Rey Rodrigo; Cid Campeador; Bernardo del Carpio.

    3)Romances franceses.

    Son españoles pero en algunos casos por traducción o imitación equivalente a los franceses o por referirse a héroes provenzales ligados a la historia de la Galia.

    Los más importantes son los carolingios que tratan la batalla de Roncesvalles y las aventuras de Roldán (Rolland) así como de Lanzarote.

    El romance En París está doña Alda esposa de don Roldán.

    4)Romances líricos y novelescos.

    Su temática se refiere a amores, frustraciones, desengaños y tienen un relato somero de cierto alcance argumental.

    Romance de Blanca-Flor

    Romance del Enamorado y la muerte

    Romance de Moraima

    Romance de Fonte.Frida

    Romance de la amante de Bernal Francés

    5)Romances noticiosos.

    Comentaban un suceso y divulgaban los sucesos contemporáneos más destacados.

    Actos de Justicia de Pedro el Cruel

    Los referentes a Fernando III El Santo, todos del siglo XIV.




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    Enviado por:Juan Larrañaga
    Idioma: castellano
    País: Uruguay

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