Historia


Revolución Industrial. Imperialismo. Colonialismo


  • II Revolución Industrial.

    • Nuevas fuentes de energía Petróleo, electricidad, etc.

    • Nuevos sectores industriales Química, metalúrgica, eléctrica, etc.

    • Nuevas potencias industriales Alemania, EE. UU., Japón

    • Gran Capitalismo.

  • Cambios sociales.

      • Gran diferencia entre burguesía y proletariado.

      • Movimientos obreros Ideologías sociales

              • Intentan poner soluciones a sus problemas laborales

              • Aparecen los sindicatos

              • Buscan solución a los problemas políticos creando partidos políticos obreros, que pedirán derechos civiles

              • Partidos con ideología (que quieren solucionar los problemas sociales). Surgen tres ideas sociales:

                • Socialismo utópico

                • Marxismo o socialismo científico (Marx y Engels)

                • Anarquismo (Bakunin)

        Estas ideologías pueden acabar con los males del capitalismo

                  • Creación de las internacionales obreras:

                    • I Internacional o A. I. T.

                    • II Internacional. (Socialista)

                    • III Internacional. (Comunista)

                      • Expansión imperialista Relación de dominio de las potencias civilizadas (las europeas) sobre las no civilizadas (Asia, África)

                      • Redistribución Enfrentamiento entre las potencias, que conlleva a la I Guerra Mundial.

                      • Relaciones internacionales

                        • Europa de Bismarck (1870-1890). Crea las alianzas bismarckianas para controlar Europa.

                        • Paz Armada (1890-1914) Conlleva a la política d bloques (sistemas de alianzas enfrentados)

        • Triple Alianza (Alemania, Austria e Italia)

        • Triple Entente (Francia, Inglaterra y Rusia)

          • I Guerra Mundial

      • II Revolución industrial.

            • Nacen nuevas fuentes de energía:

          • Electricidad. Se fomenta la producción masiva. Se inventan nuevos aparatos: pila voltaica, dinamo, electrolisis, turbina, etc. Para transportar la electricidad se inventan el transformador, el alternador y el cobre. Se aplica la bombilla eléctrica para el alumbrado (por Edison). Se aplica el telégrafo a las comunicaciones, que funciona con ondas electromagnéticas (inventadas por Hertz), al teléfono descubierto por Bell, el cine descubierto por los hnos. Lumière, el fonógrafo inventado por Edison que fomenta la industria discográfica, la radio inventada por Marconni, el metro, el tranvía, el tren eléctrico, etc.

        • Ventajas.

            • Ampliación del horario laboral

            • Facilidad de transporte

            • Fomento de los medios de comunicación y de los transportes

            • Fuente de energía más limpia

            • Se puede convertir en luz, en calor y en movimiento

            • Bajan los precios y es más accesible

              • Petróleo. Se conocía pero no se fomentaba su uso. Se usaba para el alumbrado como queroseno y para que la madera de los barcos aguante más. Se descubre:

                • El motor de explosión inventado por Dalmier y Benz, se usa la gasolina (se introduce dentro con la simple fuerza de la gravedad y da más calor que el carbón).

                • El automóvil, con motores de explosión. Ford comienza con un sistema de trabajo que produce en cadena, aumenta beneficios y abarata los costes, por lo cual se vende más.

                • Motor de combustión interna, que utilizan gasoil, inventado por Diesel. Se utiliza en las industrias pesadas.

                • Zeppelín inventa los dirigibles.

                • Los Hnos. Wright inventan el avión.

                  • Ventajas.

            • Desarrollo del automóvil

            • Nuevo sistema de trabajo

            • Perfección de los medios de transporte

              • Industria química. Sirve para beneficiar a otros sectores, como el textil (invención de los tintes, la sosa cáustica, colorantes, etc.), la automovilística (caucho), la agricultura (los nitratos), la minería (la dinamita, inventada por Nobel), en la química (los fármacos), la petroquímica (derivados del petróleo), el mundo de la cosmética (perfumes), etc.

              • Industria metalúrgica. Surgen dos métodos para la conversión del hierro en acero y para aumentar la calidad de este: el método Bessemer, y el Siemens- Martín. Surgen nuevas aleaciones revolucionarias: acero, aluminio y níquel. Se descubre la importancia del cobre como conductor de la electricidad.

              • Industria de la construcción. Gran descubrimiento es el cemento armado, (cemento con un armazón de hierro) que permite el desarrollo de la ingeniería y la construcción. Se utilizan como nuevos materiales de construcción el hierro y el vidrio.

              • Industria eléctrica. Es importante la producción de electricidad y la fabricación de equipamiento eléctrico. Es muy rentable la inversión de capital, porque se obtiene rápidamente beneficios. La industrias más importantes son: AEG, Philips o General Electric. Estas industrias con su demanda estimulan el desarrollo de la industria del plomo, del cobre, etc. También en esta época se fabrican los primeros productos eléctricos (neveras, lavadoras, etc.)

              • Industria alimenticia. Aparece a finales del s. XIX potenciada por avances en el transporte y la especialización de los productos agrícolas. Las novedades en el tratamiento de los metales permiten utilizar el aluminio en vez del hierro. Aparece además una nueva forma de envasar los productos conocida por “Método Appert”, que crea unas latas higienizadas por dentro y cerradas por fuera al vacío. En esta época aparecen grandes empresas de alimentación como Lever o Nestlé, que hicieron llegar al gran público productos elaborados como azúcar de remolacha, harina, chocolate, leche y derivados. También se ve favorecida esta industria por el “Sistema Teiller” por cámaras frigoríficas industriales que permiten traer los alimentos de otros países y conservarlos durante más tiempo.

              • Industria de los transportes. Una vez terminadas las redes ferroviarias nacionales de los principales países industrializados se emprendieron a partir de 1870 los grandes proyectos transcontinentales. En 1879 el tren eléctrico de Berlín y en 1887 el metro de Londres iniciaron el uso de los transportes públicos urbanos. El barco de vapor experimentó un crecimiento importante en velocidad y capacidad como medio de transporte. Se introdujo la hélice y el motor diesel y se utilizó el acero en su fabricación, por lo que los astilleros desarrollaron la industria siderúrgica. También con el descubrimiento del motor de explosión alimentado por gasolina y con el descubrimiento de los neumáticos por Michelín se construyeron automóviles más autónomos. En 1900 eran todavía un objeto de lujo, pero con la introducción de mejoras, de modelos más seguros y rápidos se elevó la producción y se generalizó su uso, siendo las fábricas más importantes Renault (Francia) y Ford (EE. UU.). El primer avión de los Hnos. Wright se perfeccionó en 1909 con una mayor independencia y fue el primer avión que cruzó el Canal de la Mancha.

              • Industrias tradicionales. La textil y la siderúrgica siguen siendo importantes aunque pierden protagonismo. La textil se ve beneficiada por la industria química y los nuevos sistemas de trabajo y producción en cadena. También aparece la máquina de coser. En la industria siderúrgica el acero sustituye al hierro y su generalización estimuló a otros sectores industriales o a las industrias naval y armamentística. La industria del papel y la imprenta encontraron grandes estímulos ante el aumento de la demanda de embalajes, el desarrollo de la administración y la difusión de libros y periódicos.

        • Nacen nuevas potencias industriales.

          • Gran Bretaña. En la 1ª Revolución Industrial se convirtió en la primera potencia mundial, pero lentamente otras potencias toman el relevo en la 2ª Revolución Industrial y esta tiene cada vez menos importancia. Esta pérdida de la hegemonía se debe a que no introduce las innovaciones tecnológicas, no renueva las inversiones y, mientras que los demás países adoptan políticas proteccionistas para favorecer sus industrias, Gran
            Bretaña sigue practicando una política de libre cambio que no la protege de agresiones comerciales externas.

          • Francia. Tenía diferencias en su estructura y retardaban su industrialización y por eso hizo tarde la 1ª Revolución Industrial. Había una escasa inversión del ahorro a falta de bancos que las canalizara, empresas de tamaño reducido e inestabilidad política. Con el II Imperio de Napoleón se superaron esos problemas, la vida política se estabilizó, aumentó el volumen y la cantidad de empresas y una entidad bancaria, el Credit Mobilier, canalizó las inversiones. Con estos se desarrollo la industria y el ferrocarril.

          • Rusia. Comienza muy tarde la revolución, a partir de 1890 y además la hace con capital extranjero, eso creará una gran inestabilidad debido a la dependencia. Los principales focos de industria se localizan en San Petersburgo y en Moscú y lo más significativo de su revolución fue el desarrollo del ferrocarril.

          • España. Empezó muy tarde la industrialización por falta de capital y por carecer de una auténtica burguesía. La agricultura siguió siendo muy importante y las únicas actividades industriales fueron de algodón y hierro. El problema fue que la mayor parte del capital y de la tecnología provenían de fuera, sobre todo de Gran Bretaña y, esto hace que la economía sea dependiente.

          • EE. UU. A principios del s. XX tiene el liderazgo en la producción de hierro, carbón y acero, superando a Gran Bretaña. Se debe a que la independencia norteamericana se vuelca sobre su propio país ejerciendo fuertes medidas proteccionistas. Primero se hace la industrialización con capital extranjero y a partir de 1880 el capital que circula es de origen americano. Además concede importantes ventajas económicas, salarios altos, incorpora las tierras conquistadas del Oeste, concediéndolas a muy bajo precio para poder ocuparlas y explotarlas y, además, su política se basa en el ahorro para poder invertir. Se inicia la concentración de las empresas para evitar la competencia controlando loas precios, la producción y el mercado. Se intenta sacar el máximo beneficio con nuevos sistemas de trabajo como trabajo en serie y en cadena, denominado “taylorismo”, que consigue el máximo rendimiento con el menor esfuerzo. A veces se genera un problema para absorber el exceso de producción y la solución fue el fomento del consumo. Se mantienen los salarios altos y se pone de moda la venta a plazos y la publicidad, que animan a la población a consumir más.

          • Japón. Primero hace una reforma política y después hará la industrialización. Japón tenía un sistema feudal donde el único valor lo tenía la tierra, y en un primer momento se cerró a todo lo que proviniese del exterior, pero a partir de 1854 EE. UU. Obliga a Japón a abrir sus puertos al comercio exterior. A partir de este momento cambia y en 1868 hace la “Revolución Meijí”, que supone una apertura a occidente y una imitación a lo que se está haciendo en Europa. Se termina con el régimen feudal, se hace una constitución, una reforma agraria y el Estado fomenta la industrialización. Se produce una modernización del país, hay desarrollo agrícola en excedentes de población agrícola, que emigra a la ciudad y favorece el desarrollo de la industria y consiguen hacer de Japón una gran potencia.

            • Gran capitalismo o capitalismo monopolista.

        Las empresas se concentran para adquirir el monopolio y esto conlleva a la concentración del capital.

        Tipos de concentración:

        • Concentración horizontal. Consiste en la unión de empresas de la misma parte del proceso productivo con el fin de obtener el dominio absoluto de esa parte del proceso.

        • Concentración vertical. Consiste en la unión de empresas de todas las partes del proceso productivo. La misma empresa controla todo el proceso productivo hasta su venta.

        Tipos de concentración financiera:

        • Trust. Concentración de empresas para formar una sola empresa, dirigida por un consejo, formado por los accionistas de este conjunto de empresas, que aportan acciones y pierden su independencia. Así controlan el mercado.

        • Cartel. Agrupaciones de empresas que se unen y crean acuerdos para controlar la producción en zonas determinadas.

        • Holding. Sociedad financiera que poco a poco va comprando acciones de una hasta ser el socio mayoritario.

          • Movimientos obreros. Surgen al desarrollarse el capitalismo y del triunfo de las revoluciones liberales. Estos movimientos van a luchar por la igualdad de clases. Aún habiendo liberalismo y sociedad clasista, el proletariado se ve en desigualdad debido a la diferencia económica, la no intervención del Estado, libre contratación y libre despido, prohibición de las asociaciones (como el la Francia de 1830 con la “Ley Chapelier” o la “Combination Act” en G. Bretaña. Surge la desigualdad porque los empresarios obtienen beneficios a costa de la explotación del obrero, que está en pésimas condiciones laborales (largas jornadas de trabajo, bajos salarios, falta de seguro médico por enfermedad, falta de pensión por jubilación, no hay paro, la contratación de mujeres y niños a cambio de un salario menor que el de el hombre, sistema de trabajo disciplinario, etc.) y pésimas condiciones de vida (viven en casas cercanas a las fábricas y en estas viven múltiples familias, falta de luz, agua, calor, etc.). Debido a esto surgen los primeros movimientos obreros, pero ha de haber conciencia de clase, para pedir la igualdad, los derechos sociales (principalmente el de asociación) y derechos políticos (principalmente el derecho al voto universal y secreto). Estos movimientos son:

            • El movimiento ludista (en la 1ª Revolución Industrial). Es el impulsor del movimiento obrero y creían que, al sustituir la máquina al hombre, la mano de obra quedaría en la calle. El gobierno interviene a favor de los empresarios que reprimen el movimiento.

            • Aparecen los primeros sindicatos (Asociaciones obreras que reivindican los derechos laborales de los trabajadores). Se da en primer lugar en países industrializados (G. Bretaña), que tras abolir la “Combination Act” se crea la Trade Unions, que poco a poco se va convirtiendo en un sindicato a nivel nacional. También en Francia, tras abolir la “Ley Chapelier”, se crean las “Sociedades de Socorro y Ayuda Mutua”, que es una asociación obrera, pero no un sindicato. Pero los mayores progresos obreros se dan en la revolución de 1848 (Derechos sociales, Talleres Nacionales, etc.) Gracias a los derechos sociales adquiridos en 1848 se consigue el derecho al trabajo, a la reunión, a la huelga, etc. Los Talleres Nacionales de 1848 son los antecesores de los sindicatos, que daban trabajo y se preocupaban por el pueblo. Tras la vuelta del absolutismo de manos de Napoleón III estos derechos se suprimen hasta 1870, cuando este es destituido, y, con esta destitución vuelve una esperanza obrera.

            • Partidos políticos democráticos. El primer partido surgió tras la ruptura de la Trade Unions. Los obreros escribieron una carta del pueblo con peticiones para el parlamento. De ahí surge el cartismo. Los partidos políticos reivindican los derechos sociales pero dentro de estos piden el más importante: el voto universal. El cartismo pide:

              • El voto universal y secreto.

              • Parlamentos anuales. Se renueva el parlamento cada año.

              • Cambio de las circunscripciones electorales en relación con os habitantes. Representantes en relación con las zonas de las ciudades.

              • Para ser parlamentario no se necesita tener dinero.

              • Se exige un dinero a los que asisten al parlamento, a cambio de lo perdido en su trabajo por faltar un día.

        Esta carta intenta favorecer el desarrollo de la democracia. En 1848 el cartismo entra en decadencia.

                • Pensamiento social o ideología social. Estas ideologías luchan contra los males del capitalismo, principalmente contra la desigualdad. Hay tres ideologías:

                  • Socialismo utópico. Pretende terminar con el capitalismo, la destrucción del orden burgués, terminar con la desigualdad y la propiedad privada y propone un sistema social perfecto, inalcanzable, y por ello se le llama utópico y, se da hasta 1848. Sus características más importantes son:

                    • Procedencia burguesa de los ideólogos representantes.

                    • Carácter generoso, desinteresado y un deseo de cambio social.

                    • Creencia en un mundo mejor cuando los burgueses rectifiquen sus conductas.

                    • Creen que el trabajo es la fuente de la riqueza y critican los métodos capitalistas.

                    • Proponen la creación de sociedades perfectas, como los falansterios, cooperativas, etc.

        Los representantes más importantes son:

        • OWEN. Según él, el liberalismo económico degrada al hombre. Es necesario un cambio social y para ello es muy importante la educación. Funda en EE. UU. Una sociedad utópica, la “Nueva Armonía”, una cooperativa agrícola donde no existe la propiedad privada, está organizada de forma democrática y hay igualdad en los salarios. Esta fracasa y posteriormente, también en G. Bretaña.

        • SAINT- SIMON. Da mucha importancia a la industria, distingue entre ciudadanos activos (productores) y pasivos (aristocracia, rentistas, etc.) y la riqueza debería recaer en los activos. Fue partidario de la intervención del Estado en economía para favorecer a los más pobres.

        • FOURIER. Es contrario al capitalismo y defendió la creación de los falansterios (agrupaciones comunitarias donde la propiedad era colectiva y hombre, mujeres y niños compartían todas las tareas) Fracasa.

        • CABET. Diseñó un país, Icaria, donde se realizaba el sueño comunista de una completa igualdad social. Defendió la democracia directa. Fracasa.

        • LOUIS BLANC. Partidario de una democracia. Crea los talleres nacionales. Fracasa.

        • PRUDHON. Escribe la obra “Qué es la propiedad”, y el considera que esta es un robo. Es partidario de la igualdad de todos y la justicia social.

          • Socialismo científico ó marxismo. Sus representantes más directos son Karl Marx y Friedrich Engels. Los libros más importantes donde se recogen sus ideas son el “Manifiesto Comunista” y “El Capital”. Los objetivos del marxismo son la destrucción del estado burgués y la desigualdad y, propone una sociedad igualitaria, sin distinción de clases. Se basa en la filosofía alemana, fundamentalmente en el método dialéctico de Hegel. Se basa también en la experiencia revolucionaria francesa y en la expansión del liberalismo económico inglés, donde hará una crítica al capitalismo. Las ideas más importantes del marxismo son:

            • Materialismo dialéctico. Materialismo porque la materia es anterior al espíritu y condiciona todo lo demás. Dialéctico porque todo está en evolución, en cambio constante, en cambio dialéctico (dentro de cada elemento vivo o tesis existe una contradicción o antítesis. Ambos están en lucha y hacen nacer un elemento nuevo, la síntesis, que supera a los anteriores.

            • Materialismo histórico. Al aplicar el materialismo dialéctico a la historia surgió el materialismo histórico. Al hacer el estudio de la historia parte de que en toda sociedad lo más importante es el material, lo más importante es la economía, y la lama infraestructura, y de ella depende todo lo demás (sociedad, pensamiento de esta, literatura, etc.) y a esto lo llama superestructura. Según sea la infraestructura será la superestructura y cualquier cambio en aquella producirá un cambio en esta. Lo más importante para Marx es lo económico, las relaciones con los medios de producción, que solo puede ser de propietario y no propietario. De ahí que la sociedad se divida siempre en esas dos clases y se ha mantenido esto a lo largo de la historia. Por esto Marx considera que la historia de la humanidad está basada en la lucha de clases: Primero esclavos contra libres, segundo nobles contra campesinos y, en la época de Marx, burguesía y proletariado. El proletariado debe conseguir la destrucción del orden burgués llegando a la dictadura del proletariado. Esta es una fase transitoria para llegar a la sociedad socialista, igualitaria, sin clases ni estado. El proletariado debe conseguir el poder mediante una revolución organizada a través de los partidos políticos, formados por una minoría que se convierte en la organizadora del proletariado, la vanguardia del proletariado. Conseguirán el poder político y económico y crearán un nuevo Estado obrero, autoritario y centralizado al servicio del proletariado. Se daría un nuevo modo de producción, la producción socialista, donde no existiría la propiedad privada, pues la primera misión de la revolución sería la socialización de los medios de producción que pasarían al Estado. La propiedad sería socializada, estabilizada o pública. Los problemas se deben al modo de producción capitalista. Según Marx, el elemento clave de la explotación es la plusvalía, que consiste en la apropiación por parte del capitalista de una parte de las ganancias que producen los obreros. Es la acumulación capitalista. Así, durante la jornada laboral, el obrero trabaja primero para producir mercancías que equivalen a su salario. Después continúa trabajando y este trabajo no pagado es la plusvalía, fuente del beneficio capitalista que hace que el capital vaya concentrándose en pocas manos.

              • Anarquismo. Es una ideología social que pretende terminar con la desigualdad capitalista. Los principales representantes son Prudhon, Bakunin y Kropotkin. Anarquismo significa sin poder, sin autoridad, sin gobierno. La idea más importante para el anarquismo es la libertad, no una libertad individual, sino una libertad social, para los dos sexos, por lo que la igualdad es fundamental. Para conseguir estos ideales se fomenta la educación. Está en contra de todo sistema de poder establecido. Según sus representantes, todo poder corrompe porque la autoridad limita la libertad. Estos proponen la suspensión del Estado y la forma de organización sería a través de una federación de comunas. Cada uno, libremente, podrá pertenecer a una comuna, y cada comuna, libremente, podrá federarse y, también libremente, podrá separarse. La supresión del Estado debía realizarse a través de una revolución permanente, espontánea y sin ningún tipo de organización, por lo que rechazan la existencia de partidos políticos y la base de esta revolución debía ser el campesinado. La economía también terminaría en la propiedad privada y ahora sería pública, en manos de comunas autogestionarias. Habrá dos ideas distintas de anarquismo: una en unas comunas la propiedad es colectiva pero no la producción, a cada uno le corresponde su trabajo (anarco colectivismo) y la otra la producción y los beneficios son colectivos (anarco comunismo).

        Marxismo y anarquismo.

                • Diferencias

                  • Concepto de la historia

        En el marxismo se aplica el método dialéctico (evolutivo) de Hegel y el materialismo (la materia es anterior al espíritu) a la historia; de ahí surge el materialismo histórico. En este se destaca que todo depende de la economía y que hay una lucha constante de clases.

        En el anarquismo se quiere la igualdad social, que no exista un Estado gobernante y proponen una organización a base de comunas.

                  • Propuestas revolucionarias

        En el marxismo se propone una revolución proletaria que aplaste el orden burgués y, tras una fase de dictadura del proletariado, se instaura un sistema social perfecto (por lo cual, utópico)

        En el anarquismo proponen una revolución espontánea y desorganizada del campesinado, que aplastará al Estado y al orden burgués.

                  • Formas de organización

        Marxismo: Revolución organizada (dictadura del proletariado, partidos políticos)

        Anarquismo: revolución desorganizada y espontánea (comunas)

                  • Respecto al Estado

        Marxismo: Centraliza el poder en el Estado mientras dure la dictadura del proletariado, después se destruye.

        Anarquismo: Destrucción total del Estado y se sustituye por comunas.

                  • Influencia posterior

        Marxismo: Influye en Rusia, poniéndose en práctica en la U. R. S. S.

        Anarquismo: No se impone excepto en sindicatos.

                • Creación de las internacionales obreras.

        • I Internacional o AIT.

        Surge en 1864 y se celebra en Londres. Las internacionales obreras son uniones de obreros de todos los países que se unen para compartir ideas y poner soluciones a su desigualdad (laboral, social, etc.)

        A través de las huelgas se pedirán mejoras para los obreros, pero también se busca la destrucción burguesa. En esta internacional se unen todas las ideologías sociales: marxismo, anarquismo, socialismo utópico, cartismo y trade unionismo.

        La creación de los Estatutos de la I Internacional se los encargaron a Marx.

        El comité de la I Internacional se forma con ideas socialistas porque los anarquistas quieren hacer las cosas de forma espontánea.

        En esta Internacional se propone:

            • Igualdad social

            • Destrucción del orden burgués

            • Mejoras laborales

        La I Internacional comienza a decaer porque existe un conflicto entre marxistas y anarquistas y porque la Comuna de París (1870. Revolución en Francia en la que se imponen las ideas sociales) cae y por la falta de organización en la Internacional, provoca una decadencia de la misma.

              • II Internacional

        A partir de esta surgen partidos políticos organizados y obreros. En primero fue el Partido Socialdemócrata Alemán, que tenía una organización a nivel nacional.

        Posteriormente en Francia (en 1895) se formó la Génerale du Travail (CGT), sindicato de alcance nacional, pero hasta 1905 no se produjo una unificación de los partidos socialistas, fecha en que se fundó la Setion Française de l´International Ouvrière.

        En Italia nacía en Partido Socialista de los Obreros Italianos, que en las elecciones de 1900, con sufragio restringido, conseguía treinta y dos escaños. En 1905 se creó un sindicato nacional de inspiración socialista, la Confederazione Generale del Laboro.

        En España se había formado en la clandestinidad el Partido Democrático Socialista Obrero Español, luego PSOE, en 1879. En 1888 se fundaba la UGT, de tendencia socialista. En 1910, los socialistas consiguieron para Pablo Iglesias su primer escaño en Cortes. La debilidad del socialismo español se debía a una mayor implantación del anarquismo, sobre todo en zonas rurales.

        En Gran Bretaña los sindicatos ingleses habían abandonado la participación activa en la AIT por su desacuerdo con las posiciones revolucionarias. En 1905 impulsaron la fundación de un partido obrero, el Labour Party (partido laborista), representante en el Parlamento de las posiciones sindicales

        Esta Internacional, de carácter socialista, concluyó con el comienzo de la 1ª Guerra Mundial, en 1914.

              • III Internacional.

        En marzo de 1919, tras la Revolución Rusa, Lenin, el líder bolchevique del nuevo gobierno soviético, organizó otra Internacional, popularmente conocida como la Internacional Comunista, para impulsar la revolución mundial según el modelo comunista ruso. Cuando Lenin murió en 1924, la corriente revolucionaria había retrocedido en Europa y los sueños de una revolución socialista mundial dejaron paso a las ideas más nacionalistas de su sucesor, Stalin. Para este, la Internacional era poco más que un medio de proteger su poder absoluto en el interior y de aumentar cada vez más la influencia soviética en el exterior. Los radicales y aparentemente inexplicables cambios en la política de la Internacional, eran dictados por las intrigas intestinas y las estrategias de política exterior de Stalin. Como concesión a sus aliados estadounidenses y británicos durante la II Guerra Mundial, Stalin no dudó en disolver la Internacional en mayo de 1943.

                • Expansión imperialista.

                  • Definición. Es la relación de dominio entre las potencias civilizadas, desarrolladas, industrializadas y europeas, y las potencias no civilizadas, no desarrolladas, no industrializadas y de Asia y África. Es consecuencia de la II Revolución industrial. La metrópolis (países industrializados europeos) domina a las colonias (países sometidos de Asia y África).

        Las metrópolis más importantes son:

                    • Gran Bretaña y Francia (que fueron potencias en la 1ª Revolución Industrial y siguen ahora)

                    • Alemania e Italia (que surgen en la 2ª Revolución Industrial)

                    • España y Portugal (que se les ha de tener en cuenta porque son los “viejos imperios”, pero son potencias de 2º ó 3er orden)

                    • Rusia (crea un imperio con los países que lo rodean)

                    • EE. UU. y Japón (surgen como nuevas potencias de primer orden)

        • Etapas.

          • Del s. XVI al XVIII comienza una expansión colonial.

          • S. XIX (1870-1914) Fomento de la expansión imperialista.

          • Entre 1914 y 1945 aparece en las colonias el deseo de independencia.

          • De 1945 a 1970 se produce la descolonización. Los países coloniales seguirán dependiendo económicamente, aunque no políticamente. A esto se le puede llamar neocolonialismo.

        • Causas.

            • Económicas. En 1873 hay una superproducción en los países europeos. Para vender esos excedentes buscan en Asia y África la venta de estos, debido a que en Europa hay medidas proteccionistas. En estas colonias se encuentra con abundancia materias primas a bajos costes. Cuando los países desarrollados extraen las materias primas las llevan a su país, las transforman y, los excedentes son comprados obligatoriamente por las colonias. De aquí surge la economía colonial.

            • Sociales y demográficas. Hay superpoblación a partir de 1870, que conlleva al paro. La gente parada emigra a las colonias. La burguesía también emigra, pero con el fin de encontrar beneficios (materias primas)

            • Políticas. Se buscan situaciones estratégicas en el mapa para controlar las rutas y controlar sus colonias para que ninguna otra potencia sepa algo de estas colonias. También controlan estos puntos estratégicos para repostar y abastecer los barcos. Se realiza una expansión imperialista para adquirir prestigio y demostrar que se tiene poder. Esta constante muestra de prestigio da paso al nacionalismo, y este llevado al extremo, al racismo.

            • Ideológicas. Se cree que las potencias industriales tienen la misión de civilizar a las colonias (idea de Darwin, con su “Darwinismo social”). Esto da paso al racismo y al nacionalismo europeo (los europeos se auto-consideran los mejores). Cada una de las potencias cree que su religión es la mejor, por ello la implanta en sus colonias (nacionalismo). Se pretende evangelizar a los países que no conocen religión alguna, tanto desarrollados como subdesarrollados. Tienen afán de aventura, de conocer más culturas u otros conocimientos diferentes y de conocer el terreno con más perfección. Intentan convencer a la población para que apoyen al imperialismo.

            • Formas de organización. Las colonias son territorios en los que se implanta el gobierno y la administración de una potencia occidental que actúa sobre la población nativa, a la que somete totalmente mediante funcionarios e instituciones. Hay varios tipos:

              • Colonia de explotación. De ellas se obtienen sus recursos naturales a través del control de empresas occidentales. Este sistema predomina en la mayor parte de África.

              • Colonia de doblamiento o dominio. Hay una mayoría de población blanca. Es el destino de la mayor parte de emigrantes y trasladan las formas de vida de la metrópoli a estos territorios. Tienen autogobierno en muchos aspectos, excepto en política exterior. Ejemplo: Los dominios ingleses sobre Canadá, el Cabo de Buena Esperanza o Nueva Zelanda.

              • Protectorado. Sus colonias son gobernadas teóricamente por indígenas que organizaban la política interior, mientras que la política exterior y el ejército lo controlaba la metrópoli, quien además, ejercía una explotación económica. Ejemplo: Protectorado inglés en Egipto o el francés en Túnez.

              • Concesiones. Es el alquiler o cesión de puntos claves o puertos geográficos con el fin de obtener ventajas comerciales. Ejemplo: Las concesiones obtenidas por Francia y G. Bretaña en China.

              • Mandatos. Son creados por la Sociedad de Naciones después de la I Guerra Mundial para administrar los territorios coloniales de los países vencidos, hasta que alcancen la mayoría de edad. Ejemplo: La colonias de Alemania entre G. Bretaña y Francia y lo mismo sucede con los territorios del Imperio Turco.

        • Redistribución.

          • África, de la explotación al reparto.

        La «exploración» del continente

        La división del territorio africano entre las poten­cias europeas se inició a partir de 1880, y el proceso quedó formalmente consagrado después de la celebración de la Conferencia de Berlín de 1884. Sin embargo, en el periodo que va de 1830 a 1880, en opinión del historiador D. Fiedlhouse, se «gestaron las fuerzas» que condujeron al reparto del continente. Ésta es la época en que se efectúa la gran tarea de ex­plorar el interior del continente, tomando contacto con los diferentes Estados africanos. La situación del África precolonial era muy diversa, pero distaba mucho de parecerse a un conglomerado de tribus salvajes sin organización ni tradición política, que sólo con la llegada de los europeos ha­bían accedido a la civilización. Es cierto que por in­fluencia del comercio esclavista o por debilitamiento del imperio otomano, muchos de estos Estados ha­bían perdido gran parte de su esplendor. Pero, a pesar de todo, a la llegada de los europeos se mantenían vi­gentes verdaderos imperios, de Estados con muchos si­glos de historia: En el Magreb coexistían el sultanato de Marruecos, las regencias berberiscas de Argelia, Túnez y Trípoli, y Egipto regido pon el macedonio Muhainmad Alí hasta 1848; en el África occidental y ecuatorial el reino de Dahomey, así como el del Congo, lograron impresionar a los viajeros occidentales con sus ejércitos, riquezas y organización; y en el África austral eran importantes los reinos de Zan­zíbar o el de los zulúes que, gobernado por Tchaka, apodado el «Napoleón negro» , agrupaba principios del siglo XIX las regiones de Naval, Orange Transvaal y Mozambique.

        La presencia europea en África anterior a 1880 es­taba constituida por algunas posesiones coste as de viejos imperios coloniales, como los portugueses y holandeses bóers en el África austral, o por instalaciones recientes, como las de Liberia y Costa Marfil. Así mismo, se abrieron otros dos grandes ejes de penetración, en África del norte y en Senegal

        al, y se produjo la entrada de Gran Bretaña en África de1 Sur.

        El norte de África

        El dominio europeo del norte de África tuyo so principal expresión en la conquista de Argelia por los franceses y en el control de Egipto por Francia y Gran Bretaña.

        La incorporación de Argelia al dominio de Francia comenzó en 1830 con la toma de la ciudad de Argel, pero, debido al estado casi permanente de guerra en que !as tribus bereberes mantuvieron a los ejérci­tos franceses, hasta treinta años después no se ocuparon los territorios del interior. Por esta razón, entre otras, y por la actitud «subimperialista» de los colo­nos, quienes pretendían dotar de mayor seguridad a esta colonia, la presencia francesa se extendió hacia Túnez y Marruecos a partir del año 1880. Argelia es el ejemplo clásico de colonia de poblamiento, donde se instalaron no sólo franceses, sino también numero­sos españoles. Los colonos europeos eran 800.000 hacia 1914.

        Egipto era un lugar estratégico de paso hacia la In­dia a través del canal de Suez. El «control dual» fran­co-británico se estableció en 1876, aunque se mantu­vo la ficción de que Egipto continuaba siendo un territorio políticamente independiente, gobernado por un jedive.

        África occidental

        La colonización del África occidental tuvo menor intensidad que la del Magreb, y su dominio oficial no se produjo hasta después de 1880. Las costas de Se­negal eran un lugar frecuentado por comerciantes ingleses y franceses, quienes ejercían un comercio triangular: trasladaban esclavos africanos a las Anti­llas y desde allí traían azúcar a Europa.

        La presencia del francés L. Faidherbe (1854­-1865), como gobernador de Senegal tuvo importantes consecuencias: estableció la prioridad del eje Sene­gal-Níger-lago Chad y, además, contribuyó a crear el cuadro administrativo que gestionó la posterior colo­nización francesa en África.

        África meridional

        En el África meridional, la Compañía Holandesa de las Indias ya habla colonizado la región de El Ca­bo en el siglo XVII, dando lugar a una precoz colonia de poblamiento europeo, que en 1806 fue transferida a Gran Bretaña, Los colonos, holandeses calvinistas, conocidos como los bóers («campesinos»), se dedi­caban a la agricultura y ganadería y eran grandes de­fensores del esclavismo. La entrada bajo dominio bri­tánico causó constantes problemas a los bóers. Con la abolición del esclavismo en 1833, buena parte de los bóers abandonó El Cabo y emprendieron sucesivos desplazamientos hacia los territorios de Natal, Oran­ge y Transvaal. Las disputas con los británicos, que comenzaron a mostrar interés por los yacimientos de diamantes y oro descubiertos desde 1867 en estas tres regiones, ocasionaron varios enfrentamientos; cono­cidos como las guerras bóers, de las que la más dura fue la segunda (1899-1902).

        El reparto de África

        El reparto y atribución efectiva del continente africano entre las potencias europeas tuvo lugar de forma rápida a partir de 1881. Hacia 1898, toco el te­rritorio africano estaba sometido, con la excepción de los Estados independientes de Abisinia y Liberia Se consumó así lo que en la prensa coetánea se denomi­nó «la pelea por África». En efecto el reparto fue una consecuencia de la lucha entre las potencia, occidentales, que pugnaban tanto para apropiarse de espa­cios, como para evitar que los rivales lo pudieran conseguir.

        Los desencadenantes del reparto fueron varios. La ocupación inglesa de Egipto, en 1882, propició el ex­pansionismo francés en la región del Magreb y en los territorios del África subsahariana y tropical La con­versión de Alemania en gran potencia y la progresiva demanda de colonias propias, en contra de la vieja opinión de Bismarck, también fue un factor que aceleró los acontecimientos. Y, finalmente, la actuación en la cuenca del río Congo del rey belga Leopoldo II acabó por ser el catalizador de las fuerzas imperialistas en África.

        Para evitar conflictos entre las grandes potencias, Leopoldo II y Bismarck convocaron la Conferencia de Berlín (1884-1885), donde se sentaron las bases de la política que se seguiría en el continente africano Los principales acuerdos tomados en Berlín fueron:

        • El reconocimiento de la libertad de navegación en los ríos Níger y Congo, cuestión que era el origen inmediato de la conferencia.

        • La libertad de comercio en el África central.

        • El establecimiento de una nueva doctrina de ocupación territorial, según la cual son los ocupantes de la costa, y no los descubridores o exploradores los titulares efectivos de los territo­rios del interior. (Sin embargo, este principio no respetó en el caso del imperio portugués, cuando pretendió enlazar Angola con Mozambi­que a lo que se opuso terminantemente Gran Bret­aña mediante el ultimátum de enero de 1890).

        • El territorio del Congo quedó adjudicado a la asociación privada que presidía el rey belga Leopoldo II, Asociation Internationale du Congo.

        Los resultados del reparto del continente obe­decen básicamente a dos grandes líneas de fuerza. Por una parte, la aparición de nuevas potencias colo­niales de las que la más importante era el II Reich alemán, que logró construir un importante imperio colonial, con sus posesiones de Camerún y Togo en lo de Guinea y las actuales Namibia y Tanzania en el África meridional y oriental. Italia poseía Somalia y Eritrea, y por las normas de la Conferencia de Berlín dice que le corresponde Abisinia. Los indígenas de este país se rebelan y provocan el «Desastre de Adua», en el que Italia es derrotada por los indígenas, pero siguió poseyendo Somalia y Eritrea. Bélgica heredó, por cesión de su rey Leopoldo ­II, el dominio del Congo en 1890.

        Por otra parte, los dos grandes imperios colonia­les y Gran Bretaña, desarrollaron su política a partir de las pautas ya establecidas en la primera mitad del siglo. Francia, desde las bases de la y de Senegal, avanzó hacia el centro de África, con la intención de alcanzar la región de Sudán y llegar al mar Rojo. El punto culminante de su ambición expansiva fue la expedición de Marchand desde el Congo francés en dirección hacia el alto Sudán, pero fue obligado a detenerse por el ejército inglés de Kitchener en julio de 1898, lo que dio lugar a un gra­ve conflicto diplomático anglo-francés, conocido co­mo la «crisis de Fachoda».

        Gran Bretaña, por su parte, tomando como punto de partida su presencia en Sudáfrica y en Egipto, as­piraba a establecer un dominio territorial continuo entre El Cairo y Ciudad del Cabo. Para ello hubo de conquiste Sudán, objetivo logrado por Kitchener en la batalla de Omdurman en 1898, y evitó que los ex­ploradores portugueses Serpa Pinto y Paiva Couceiro consolidaran su enlace entre Angola y Mozamibique. Pero la presencia alemana en el África oriental impi­dió la formación de un imperio inglés territorialmen­te continuo. Ninguna de las dos grandes potencias lo­gró establecer en África un imperio con continuidad territorial, aunque Gran Bretaña había asegurado su presencia en los cuatro mares que circundan el continente africano.

        Debido a que Portugal quiere un imperio de Este a Oeste intenta dominar Rhodesia. Para ello presenta en la Conferencia de Berlín un mapa rosa en el que muestra las colonias que le deberían corresponder (ponen en práctica las leyes de la Conferencia). Inglaterra da un ultimátum a Portugal debido a que quiere conquistar territorios que le corresponden, y se produce la «crisis del mapa rosa».

        • La expansión en Asia y Oceanía

        El continente asiático era mucho mejor conocido por los europeos y, además, estaba gobernado en su gran parte por sólidas estructuras políticas, con dinas­tías imperiales de tradición secular, como en China y Japón. Por otra parte, los viejos imperios coloniales, como el portugués, español y holandés, disponían de enclaves y posesiones en Asia, entre las que se conta­bas: Indonesia, Filipinas y Goa, y a los que se añadía la presencia de Gran Bretaña en la India desde 1763. Los ámbitos en los que se desarrolló la acción de las potencias europeas y de Estados Unidos fueron tres: la India y territorios contiguos, la península de Indo­china y el mar de la China.

        En Oceanía, en cambio, la penetración europea se efectuó según los esquemas más generales de la colo­nia de poblamiento. Tanto en Australia como en Nue­za Zelanda, la colonización europea supuso la casi total desaparición de la población aborigen, así como la organización de sus estructuras económicas y so­ciales al estilo europeo. Todo este proceso fue reali­zado en el marco del imperio británico en el marco del imperio británico.

        La India británica

        La India pasó a ser una colonia británica a partir de 1763, como consecuencia de la guerra de los Siete Años. Durante un siglo, su control se llevó a cabo a través de la Compañía de las Indias Orientales, que monopolizaba todo el comercio británico con el octano índico. La base principal de operaciones era la región de Bengala, con su capital, Calcuta, aunque progresivamente se fue extendiendo el control británico sobre toda la península indostánica muy poblada, pero fragmentada políticamente.

        Tras la revuelta de los cipayos en 1857, el gobierno británico asumió directamente la administración de la India, mediante un gobernador general y un cuerpo de funcionarios civiles, el Indian Civil Service. Este último pilotó el proceso de transforma­ción de la India con, la construcción de vías de comunicación, el establecimiento de centros educativos al estilo occidental y la especialización de su economía, de forma que fuera complementaria de la británica: por ejemplo, se producía algodón con destino a la industria inglesa, que luego era vendido, ya tejido, en la propia India, después de h, haber recorrido miles de kilómetros. Estas prácticas provocaron la «desindus­trialización» de la India durante el siglo XIX.

        Al mismo tiempo, se produjo la expansión territo­rial británica sobre todo el espacio hindú, llegando por el norte y el oeste hasta los confines de las pose­siones que controlaba Rusia en el Asia central, don­de, como ya se ha dicho, Afganistán quedó como te­rritorio-colchón entre ambas potencias. Por la parte oriental, la búsqueda del mercado chino y la necesi­dad de asegurar Bengala obligaron a Gran Bretaña a ocupar Birmania, con lo que el imperio inglés abría una vía terrestre hacia China y evitaba, con Siam de Estado-tapón, una mayor expansión de Francia en el sur de la península de Indochina, en el territorio de la Conchinchina. La presencia británica en Asia, aparte el acceso a la costa china, se completaba con sus po­sesiones en Malasia, en donde Singapur era ya, desde In principios del siglo XIX, el centro de los intereses bri­tánicos en la región.

        La penetración francesa en Indochina

        La presencia de Francia en Asia es el aspecto más novedoso de la expansión colonial europea del si­glo XIX, dado el escaso interés que hasta entonces ha­bían tenido los franceses por establecerse en el conti­nente asiático Sin embargo, a fines del siglo XIX, ya se consideraba a Indochina como la perla del imperio colonial de Francia. El proceso de ocupación territorial comenzó en la zona de Saigón y el delta del río Mekong, en la Cochinchina, como mecanismo de pro­tección de las misiones católicas allí establecidas pero también para tener una base desde ha que- participar en el comercio con China, especialmente de ha seda. Hacia 1885-1887, se completó la formación de la Indo­china francesa con la ocupación de Camboya: Annam y Tonkín. Con ello quedaba configurado cl imperio colonial francés en Asia, establecido sobre un territo­rio con fuertes resistencias y constantes revueltas e inestabilidad social que anunciaban ya el conflicto de Vietnam después de la Segunda Guerra Mundial.

        Los «tratados desiguales» con China

        La obsesión del mundo occidental por conocer y penetran en China es muy vieja, como demuestran las andanzas, de viajeros como Marco Polo. De ha China venían hacia Occidente no sólo existen valiosos Productos, como seda o especias, sino muchos de los inventos que hicieron posible la superioridad técnica de Euro­pa. Pero desde fines del siglo XV, China experimentó un proceso de ensimismamiento que la hizo todavía más inaccesible a las relaciones con Occidente; in­cluso las misiones jesuíticas que allí se instalaron no tardaron en ser suprimidas. Hacia fines del siglo XVIII, los británicos comenzaron a intentar la apertura de los puertos chinos al comercio con Occidente.

        China era el mayor imperio asiático, con gran fortaleza demográfica pues contaba con unos 400 millones de habitantes, y una organización política sólida, basada en la dinastía imperial y en una bu­rocracia de mandarines muy cualificada y orgullosa de su superioridad. No en vano, China se calificaba a si misma corno el «Imperio del Centro». El resto del mundo era, simplemente, periferia escasamente civi­lizada, dado que los extranjeros eran considerados, sin excepción, como «bárbaros».

        La primera fase de la apertura de China comenzó, en 1839, con la primera guerra del Opio. Gran Bre­taña que con la independencia de las 13 colonias había perdido su lugar de aprovisionamiento de té, comenzó a importarlo de China. Para hacer frente a este comercio, quiso pagarlo con cargamentos del opio que producía en la India, al que los chinos eran tan aficionados. Ante las dificultades crecientes que el imperio chino oponía a este comercio, Gran Breta­ña empleó su fuerza naval para lograr sus objetivos, y con la cañonera Némesis demostró que podía des­truir con facilidad los «juncos» chinos. La conse­cuencia de esta derrota china fue la firma, en 1842 del Tratado de Nanking por el cual China cedía a Gran Bretaña la isla de Hong Kong y, además, admi­tía el libre comercio en cinco puertos costeros, de los que el más importante seguía siendo Camón. Fue la primera fase de lo que los chinos llamaron los «tra­tados desiguales», que en 1844 también hubieron ele firmar con Estados Unidos y Francia. El mercado chino, que por siglos había permanecido en clausura, abría algunas puertas al comercio con los extranjeros.

        A partir de este momento se inició un progresivo asalto a China, trenzado de diferentes tratados en los que se ponía de manifiesto la debilidad del imperio chino. Fue lo que sucedió con ocasión de la revuelta de los Taiping, que concluyó con el Tratado de Tient Sin (1860) y la apertura de once, puertos más al comercio occidental. La fase final de esta apertura de China a Occidente se produjo, a fines de siglo, con la guerra chino-japonesa (1894-1895) que supuso grandes pérdidas territoriales de China frente al naciente imperialismo del Japón, y con él episodio de la guerra de los boxers (1900), en la que las potencias occidentales intervinieron militarmente para evitar la revuelta xenófoba de expulsión de los extranjeros. La doctrina occidental del librecambismo se impuso definitivamente. Con la caída del imperio en 1911, se inició otra fase histórica de gran inestabilidad, que terminó después de la Segunda Guerra Mundial, con la revolución socialista protagonizada por Mao ze Dong.

        Conferencia de Berlín (1885)

        Esta se crea con el propósito de imponer unas pautas o normas, dictadas por Alemania, para proceder a un reparto de África.

        Esta se convoca y organiza por Bismarck y Leopoldo II y, en ella participa España, Francia, Alemania, G. Bretaña, Portugal, Austria, Bélgica, Holanda y EE. UU., este último, en menor proporción.

        Los objetivos de la conferencia es la imposición de normas para repartir África, para que Alemania se haga notar como organizadora de Europa, para solucionar el conflicto entre británicos y belgas, que luchan por el Congo, y para que todas se puedan beneficiar de las colonias que adquieran.

        En esta se acuerda:

        • Libertad de navegación por los ríos Níger, Congo y Senegal.

        • Libertad de comercio en África Central (cuencas del Níger y Congo)

        • Los ocupantes de la costa, y no los exploradores ni los descubridores, son los titulares efectivos del interior.

        • Fin del comercio de esclavos.

        • El Congo es propiedad exclusiva del rey Leopoldo II, poco después pasa a manos del Estado belga.

        • Si una potencia ocupa un territorio lo ha de anunciar a las otras potencias.

        El significado de esta conferencia es la imposición del orden por parte de Alemania, que intenta hacerse con el control de Europa y, un modo de repartición del territorio africano, que las potencias no respetarán y se lanzarán a la conquista. Cuando ya no queda nada más por repartir, comenzarán los conflictos entre las potencias y, esto, conllevará a la I Guerra Mundial.




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    Enviado por:Ibanez
    Idioma: castellano
    País: España

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