Historia


República Federal de Alemania


REPÚBLICA FEDERAL DE ALEMANIA

Alemania es un país ubicado en Europa Central que limita al norte con el mar del Norte, Dinamarca y el mar Báltico; al este con Polonia y la República Checa; al sur con Austria y Suiza, y al oeste con Francia, Luxemburgo, Bélgica y los Países Bajos. El territorio de Alemania es el cuarto en cuanto a tamaño dentro de la UE y comprende desde las altas montañas del sur, siendo los 2962 metros del Zugspitze la cota más elevada, hasta las llanuras costeras del norte bañadas por el mar del Norte y el mar Báltico. Entre ambas se encuentran las mesetas boscosas del centro y las tierras bajas del norte —encontrándose Neuendorfer/Wilstermarsch a 3,54 metros bajo el nivel del mar— atravesadas por algunos de los mayores ríos de Europa como el Rin, Danubio y Elba. El clima es en ocasiones impredecible. En mitad del verano un día puede ser soleado y caluroso y el siguiente frío y lluvioso, aun así, los fenómenos metereológicos como lluvias severas, tornados, heladas intensas u olas de calor son extremadamente raros.

Berlín es la capital y la ciudad más importante.

Breve síntesis de la historia alemana

La cultura alemana se remonta a más de mil años en el pasado. El Sacro Imperio Romano Germánico (Primer Reich), se ramificó de la división del Imperio Carolingio en 843, logrando perdurar de diversas formas hasta ser disuelto en 1806 como consecuencia de las guerras napoleónicas.

El estado conocido actualmente como Alemania, fue constituido el 18 de enero de 1871, cuando se proclamó el Segundo Reich, bajo la hegemonía de Prusia, tras su victoria en la Guerra franco-prusiana y se disolvió al final de la Primera Guerra Mundial en 1918, ya que Alemania resultó derrotada a pasar de sus avances iniciales. Guillermo II, emperador de Alemania, fue obligado a abdicar y tras una revolución, el segundo reich fue sucedido por la República de Weimar.

La adversidad económica debida tanto a las condiciones de la paz como a la gran depresión mundial, es considerada como una de las causas que llevaron a la victoria del nazismo, partido anti-democrático, en las elecciones de julio y noviembre de 1932. El 30 de enero de 1933, Adolf Hitler fue nombrado jefe de gobierno y al año siguiente jefe de estado, lo que dio inicio al Tercer Reich.

La política de Hitler del Lebensraum (que consiste en la necesidad del Tercer Reich de encontrar nuevos territorios para expandirse, principalmente a costa de los pueblos eslavos del Europa del Este), llevó al estallido de la Segunda Guerra Mundial el 1 de septiembre de 1939 cuando atacó Polonia. Inicialmente Alemania obtuvo grandes éxitos militares y consiguió el control sobre varios países limítrofes y otros del norte de África. Sin embargo, su ataque a Rusia en 1941 fue decisivo para demostrar que su ejército era insuficiente para abarcar tanta extensión de terreno. Sus fracasos en las campañas rusas de 1941 (llegar a Moscú y cortar los suministros que llegaban desde Siberia) y 1942 (llegar al mar Caspio para hacerse con el petróleo), así como el ingreso de los EEUU en la guerra, dio un giro que llevó a la ocupación y capitulación de Alemania el 8 de mayo de 1945.

Alemania perdió parte considerable de su territorio, 15 millones de alemanes fueron expulsados de ellos y se dividió al país durante más de 45 años. Tras la caída del muro de Berlín, Alemania se reunificó en 1990 y junto a Francia, interpreta un papel principal en la construcción de la UE.

Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue un conflicto armado que se desarrolló entre las potencias de Europa central (Alemania, Austria-Hungría), Turquía y Bulgaria frente a los aliados (Francia, Inglaterra, Rusia, Bélgica, Serbia, Japón, Italia, Rumania, Estados Unidos y otros países). Aunque el motivo desencadenante de la guerra fue el asesinato en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando, heredero al trono de Austria-Hungría, el origen principal se remonta a causas más profundas desde principios de siglo en cuanto a la lucha de las potencias europeas por el control de las fuentes de materias primas, el reparto colonial y las esferas de influencia.

Con la derrota de los aliados se produjeron cambios fundamentales en la geografía de los países europeos, entre los cuales Alemania fue uno de los más afectados.

Geografía alemana antes de la Primera Guerra Mundial

El imperio alemán proclamado en el Salón de los Espejos de Versalles el 18 de enero de 1871, estaba compuesto por cuatro reinos (Prusia, Baviera, Württemberg y Sajonia), seis grandes ducados, cinco ducados, siete principados, tres ciudades libres (Hamburgo, Bremen y Lübeck) y las provincias imperiales de Alsacia y Lorena. Estas 26 unidades eran muy diversas; por encima de todas destacaba Prusia cuya extensión y población eran mayores que las del resto del Imperio junto.

En la última década del siglo XIX Alemania adoptó una “política mundial”, que consistía en una activa presencia internacional alemana en todos los escenarios de interés para las potencias -África, Asia, Oriente Medio-, y en el desarrollo de una "política naval", esto es, la construcción de una potente escuadra que garantizase su estatus como potencia mundial. Esto le permitió afirmar su prestigio en África sobre algunos protectorados en el África Sudoccidental, Camerún, Togo y Tanganika. Además Alemania obtuvo de China la cesión de una base naval, y en 1899, adquirió a España las islas Carolinas, Marianas y Palau en el Pacífico y negoció con Estados Unidos la partición de las islas Samoa.

Cambios territoriales durante la guerra

Cuando comenzó la I Guerra Mundial los alemanes tenían como objetivo la conquista del territorio francés. Para ello eludieron la fortificada frontera francesa, invadiendo y avanzando por la neutral Bélgica, con la intención de tomar París por sorpresa, pero los alemanes encontraron más resistencia en Bélgica de la que esperaban. Las tropas alemanas casi llegaron a París. Sin embargo, el avance alemán fue frenado en la batalla del Marne. Más adelante Alemania utilizó sus buques ubicados en puertos extranjeros para saquear las naves y las costas aliadas. Los hundimientos de barcos norteamericanos provocados por los submarinos alemanes impulsaron a EEUU a entrar en la guerra a favor de los aliados.

En 1917 las potencias centrales tuvieron victorias que trajeron como consecuencia la ocupación de Bélgica, el nordeste de Italia, Serbia y gran parte de Rumania, además de Polonia y Lituania. Entre los aliados, Turquía perdió territorios en Palestina, Mesopotamia y Armenia.

Sin embargo, los aliados, después de vencer el bloqueo submarino y de recibir el apoyo de los Estados Unidos se impusieron a Alemania y sus aliados, quienes pidieron la paz en 1918. Esto llevó a la firma de los tratados de Versalles, Sévres, Trianón, Neuilly y otros que regularon la suerte de las potencias vencidas.

Cambios territoriales después de la Primera Guerra Mundial

Debido al reclamo por parte de las potencias aliadas de una compensación por los daños causados por Alemania, ésta debió aceptar los términos del Tratado de Versalles, que establecían respecto con las nuevas fronteras:

  • Alsacia y Lorena pasó a Francia; Eupen y Malmedy, a Bélgica; la Posnania y la Prusia occidental a Polonia.

  • Polonia recuperó su condición de Estado libre.

  • Dantzig, situada en la desembocadura del Fístula, fue declarada ciudad libre con el fin de dar salida al mar a Polonia (fue el denominado Corredor polaco).

  • Prusia oriental y la Alta-Silesia serían plebiscitadas para determinar su destino.

  • La región del Sarre (cuyo plebiscito se llevaría a cabo en 1934) quedó bajo la administración de la Sociedad de las Naciones (organismo internacional creado por el Tratado de Versalles, y disuelto con la creación de las Naciones Unidas) durante quince años, y Francia explotaría sus minas de carbón.

  • Alemania renunciaría a sus posesiones coloniales que quedarían bajo el control de la Sociedad de las Naciones.

Además de tener pérdidas territoriales, Alemania tuvo que ceder sus instalaciones siderúrgicas, líneas ferroviarias y barcos mercantes, así como su fuerza naval. Alemania tuvo que limitar su Ejército y someterse a la ocupación aliada de Renania durante 15 años. Por último, los alemanes tuvieron que aceptar la plena responsabilidad como causantes de la guerra y, consecuentemente, pagar cuantiosas indemnizaciones en concepto de reparaciones de guerra.

Segunda Guerra Mundial

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue un conflicto armado que mantuvieron las potencias totalitarias del Eje (Alemania, Italia, Japón) frente a los Aliados (Inglaterra, Francia, URSS, Estados Unidos y otros países). Sus causas principales se derivaron de las excesivas reparaciones que le fueron impuestas a Alemania por el tratado de Versalles, al finalizar la Primera Guerra Mundial, la crisis económica de 1929 y los continuos avances del nazismo y del fascismo, que rivalizaban por un lado con las democracias occidentales y, por otro, con el comunismo soviético.

Esta guerra, famosa como la causante de la mayor cantidad de muertes que hubo en una guerra en la historia, provocó muchos cambios en los territorios europeos. Especifícamente, Alemania fue muy afectada por estos cambios.

Territorios ocupados antes de la Segunda Guerra Mundial

Hitler pretendía extender las fronteras alemanas para unir a todos los alemanes en un Lebensraum (espacio vital). Para esto Alemania abandonó la Sociedad de Naciones en 1933 y comenzó a rearmarse en 1935 rompiendo lo pactado; en 1936 volvió a ocupar Renania. Alemania firmó el Pacto Anti-Komintern con Japón y formó una alianza con la Italia fascista, creando el Eje Roma-Berlín-Tokio. En 1938, declaró el Anschluss (unión) con Austria. En Munich, ese mismo año, Gran Bretaña, Francia e Italia accedieron a la demanda de Hitler de ocupar la región de los Sudetes en Checoslovaquia con mayoría de población alemana, bajo la promesa de que Alemania quedaría satisfecha en sus pretensiones territoriales.

En marzo de 1939, rompiendo su palabra, Hitler ocupó el resto de Checoslovaquia. En agosto, cambiando radicalmente su política anticomunista, hizo un pacto de no agresión con la Unión Soviética que contenía una cláusula secreta sobre la partición de Polonia. Sus reiteradas demandas sobre Dantzig condujo a un pacto entre polacos y británicos y a la movilización el ejército polaco. El 1 de septiembre, Alemania invadió Polonia. Gran Bretaña y Francia declararon a continuación la guerra a Alemania: la II Guerra Mundial había comenzado.

Alemania durante la Segunda Guerra Mundial

Durante la fulgurante Blitzkrieg (guerra relámpago), las divisiones mecanizadas alemanas arrollaron a las mal equipadas tropas polacas, ocupando el oeste de Polonia. Los soviéticos, según lo acordado, tomaron la parte oriental. Alentados por el éxito, en 1940 Alemania invadió y ocupó Dinamarca, Noruega, los Países Bajos y Francia, cuyas defensas rápidamente se vinieron abajo; las tropas británicas y francesas fueron evacuadas apresuradamente desde Dunkerque hacia Gran Bretaña. Hitler entonces bloqueó este país con submarinos y bombardeó el territorio británico con su nueva fuerza aérea. Mientras firmó un pacto de ayuda militar de diez años con las otras potencias del Eje —Italia y Japón—. En 1941, para ayudar a las titubeantes fuerzas italianas, envió tropas al norte de África, Grecia y Yugoslavia. Para llevar a cabo su idea de Lebensraum, y a pesar del pacto de no agresión germano-soviético, invadió la Unión Soviética por sorpresa. Como los soviéticos se retiraron hacia el este, los ejércitos alemanes ocuparon la rica Ucrania.

En este momento Hitler era el dueño del continente europeo. Sin embargo, la constante resistencia de Gran Bretaña y Estados Unidos (que se involucró en la guerra después del ataque japonés a Pearl Harbor) comenzó a debilitar a las tropas alemanas. En 1943 la ofensiva soviética las condujo gradualmente hacia el oeste. Las fuerzas del Eje en África del Norte fueron derrotadas e Italia fue invadida. Además, desde 1942 la propia Alemania comenzó a ser atacada. En 1944 las fuerzas británicas y norteamericanas lograron desembarcar en Normandía y estaban avanzando contra las fronteras alemanas. Hitler se suicidó antes de que los tanques soviéticos entraran en Berlín en abril de 1945.

Pérdidas territoriales alemanas después de la Segunda Guerra Mundial

Las pérdidas alemanas como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial son muchas. Alemania perdió Prusia oriental y los territorios al este de los ríos Oder y Neisse; es decir, parte de los estados de Brandemburgo y Pomerania y la mayor parte de Silesia. La mitad norte de Prusia oriental es ahora parte de Rusia. Los restantes territorios se sumaron a Polonia que había perdido territorio con la Unión Soviética en el este. Alemania perdió casi 44,310 millas cuadradas con una población de 9,621,000 habitantes. Una parte de esa población huyó del avance de las fuerzas soviéticas o bien fue expulsada al final de la guerra. Los alemanes también fueron expulsados de Checoslovaquia y de otros países del este y del sudeste europeo, lo que elevó el número de personas desplazadas a, aproximadamente, 12 millones.

División de Alemania y de Berlín y creación de las dos repúblicas alemanas

La división de Alemania y su posterior reunificación está directamente relacionada con la división este - oeste de la Europa de la posguerra. Incluso antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, las cuatro potencias victoriosas - Estados Unidos, la Unión Soviética, Gran Bretaña y Francia - ya no compartían su visión de la Europa de la posguerra. Después de la capitulación de Alemania, el 8 de mayo de 1945, las cuatro potencias dividieron Alemania y también su capital, Berlín, en cuatro zonas de ocupación militar. Las zonas de ocupación y el gobierno militar conjunto fueron vistos originalmente como una solución temporal hasta que se pudiera alcanzar un acuerdo sobre el futuro de Alemania. Sin embargo los objetivos políticos de los aliados en relación con Alemania resultaron incompatibles en poco tiempo. Alemania se convirtió en el campo de batalla de la guerra fría.

El resultado de este conflicto ideológico fue la división de Alemania en dos estados separados: la República Democrática Alemana (RDA) fue creada en la zona soviética y la República Federal de Alemania que se desarrolló en las zonas americana, británica y francesa. Esta división se hizo oficial con la creación de dos estados alemanes separados en 1949 y se consolidó con la construcción del muro de Berlín en 1961. Las dos Alemanias se desarrollaron en formas muy diferentes dentro de dos sistemas políticos opuestos. La República Federal se convirtió en una nación altamente industrializada con una fuerte orientación hacia occidente, manteniendo una estrecha relación con Estados Unidos de América. Se unió a la OTAN el 5 de mayo de 1955 y continúa siendo miembro hoy en día. La República Democrática Alemana se integró al Pacto de Varsovia de las naciones de Europa del este y estaba fuertemente orientada hacia la Unión Soviética. Las diferencias entre ambas naciones alcanzaron todas las facetas de su existencia.

 

La construcción del muro de Berlín, el 13 de agosto de 1961 fue una reacción de la República Democrática Alemana al constante flujo de alemanes del este a través de la frontera abierta de Alemania occidental y el oeste de Berlín. La República Democrática Alemana no podía competir con la libertad personal, los mejores empleos y las mayores comodidades materiales ofrecidas por el occidente, por lo que las autoridades de Alemania oriental sintieron que debían cortar este flujo, ya que de otro modo Alemania oriental perdería muchos de sus ciudadanos, particularmente, los mejor educados.

La construcción del muro creó dos Berlines. Berlín oriental era la capital de la República Democrática Alemana, mientras que Berlín occidental era una réplica, en miniatura de Alemania occidental, una isla virtual, 110 millas adentro del territorio de Alemania oriental. A pesar de que Berlín occidental permanecía bajo la autoridad de los comandantes militares residentes de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, tenía un gobierno civil y todas las leyes de Alemania occidental tenían vigencia en la ciudad. Los residentes de Berlín occidental eran ciudadanos de Alemania occidental y el gobierno de Berlín enviaba representantes, sin derecho a voto, al parlamento (Bundestag) en Bonn. Berlín occidental recibía bienes, servicios y considerables subsidios gubernamentales de Alemania occidental.

No puede negarse la naturaleza brutal del muro de Berlín. Literalmente dividía a la ciudad por la mitad, impidiendo la libertad de movimiento de los ciudadanos alemanes. Muchos de aquellos que hicieron intentos desesperados de cruzarlo, fueron balaceados por guardias fronterizos y murieron en el intento. El muro permaneció erguido durante casi tres décadas y llegó a ser visto en todo el mundo como un símbolo de opresión política.

 

Reunificación alemana

En los años ochenta, en la República Democrática Alemana, comenzó a formarse un movimiento silencioso de oposición, fundamentalmente con la protección de la iglesia. Muchas personas de la RDA eran críticas de ciertos aspectos de la sociedad en que vivían, tales como la falta de libertad personal, la estricta reglamentación y el régimen policía secreta. Al mismo tiempo, muchos de los disidentes quisieron reformar el sistema con el fin de darle al socialismo una cara más humana.

Este proceso de unificación está muy relacionado con el contexto del levantamiento general de Europa del Este, al mismo tiempo que junto al derrocamiento de los gobiernos de Hungría, Polonia y Checoslovaquia y a la política de reformas de Mijail Gorbachev quien apoyó explícitamente el movimiento de reformas de Europa del este. Hungría desmanteló sus fortificaciones en la frontera con Austria y esto permitió que miles de alemanes del este pasaran a la República Federal de Alemania a través de Austria.

Dentro de Alemania del este, grupos de disidentes se comenzaban a formar abiertamente tomando las calles en grandes manifestaciones. Ellos clamaban por un gobierno que atendiera a sus necesidades, por la posibilidad de formar partidos independientes, por la libertad de expresión, la libertad de prensa y la libertad de viajar. El 18 de octubre. Erich Honecker, el jefe del gobierno de la RDA renunció y en menos de un mes después, el muro de Berlín se abrió. En octubre de 1990 se disolvió la República Democrática Alemana, y sus habitantes pasaron a ser súbditos de la República Federal de Alemana por la firma del Tratado de Unificación.

El nuevo Bundestag (que representaba la Alemania unificada) hizo del Berlín la capital del país el 20 de junio de 1991.

Después de la caída de la Alemania imperial, el primer parlamento democrático y republicano se constituyó en la ciudad de Weimar en 1919, de donde tomó el nombre de República de Weimar. Aunque al final no tuvo éxito, se trató de la primera democracia parlamentaria alemana.




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Enviado por:Agos
Idioma: castellano
País: Argentina

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