Salud


Presión arterial


INTRODUCCION

Al tomar la presión arterial se mide la fuerza que la sangre ejerce contra las paredes de los vasos sanguíneos cuando el corazón se contrae (presión sistólica) y se relaja (presión diastólíca).  E1 corazón bombea alrededor de 5 litros de sangre a través de la redecilla de arterias, capilares y venas. La presión es más alta en las arterias, disminuyendo en sus ramas mas pequeñas y alcanzando su valor más bajo en las venas que devuelven la sangre desoxigenada (usada por los tejidos) al corazón.


        La presión arterial puede medirse mediante auscultación con un esfigmomanómetro, que consta de un brazal insuflable conectado a un manómetro (de mercurio o aneroide), una fuente de presión (de inflar) que consiste de una perilla de caucho y una válvula de aire (controla la presión), y un estetoscopio que amplifica los ruidos del interior de la arteria.  E1 flujo de sangre en la arteria humeral (elegida por comodidad) es suprimido temporalmente por insuflación del brazal aplicado alrededor del brazo.

Los ruidos de "Korotkoff" son los ruidos que escucha el doctor o la enfermera cuando te están tomando tu presión arterial. Se llaman así debido a que el Dr. Nikilai Korotkoff, un médico ruso los describió en 1905 cuando trabajaba en la Academia Médica Imperial en San Petersburg.

DESARROLLO

La presión arterial está causada por las contracciones periódicas del ventrículo cardíaco izquierdo en su función de bombear la sangre hacia todo el organismo a través de las arterias.

Se denomina tensión arterial a la resistencia que ofrecen las paredes de las arterias al paso de la sangre impulsada por el corazón.

En cada latido del corazón se produce una onda de presión máxima llamada presión sistólica, cuando la sangre es impulsada por la arteria pulmonar y la aorta, mientras que la presión mínima o la llamada presión diastólica es la que se detecta cuando el corazón está totalmente distendido y lleno de sangre. 

Con cada latido cardiaco una nueva oleada de sangre llena las arterias. Si no fuera por la distensibilidad del sistema arterial, la sangre fluiría por los tejidos solo durante la sístole cardiaca y no durante la diástole. La combinación de distensibilidad de las arterias y su resistencia al flujo sanguíneo reduce las pulsaciones de presión hasta casi desaparecer en el momento en que la sangre alcanza los capilares; por tanto, el flujo sanguíneo tisular suele ser continuo en vez de pulsátil.

PRESION NORMAL 

La presión sanguínea puede variar considerablemente en diversas circunstancias. Por lo general, aumenta con la edad y también con el estrés.

Así, para una persona adulta (joven o de mediana edad) se considera que una presión normal es de 120 y 80 (que se expresa por 120/80), donde, evidentemente, 120 es la presión máxima y 80 la mínima. Se puede considerar que sufre cierta hipertensión (tensión sanguínea elevada) si alcanza 140/90, y requiere tratamiento médico sin demora si sus valores son 160/95.

Método de la medida de presión.

Para realizar una medida de presión en pacientes humanos es imposibles utilizar los sistemas de medida de presión que exigen insertar una aguja en una arteria, aunque en ocasiones se utilizan cuando son necesarios. En su lugar, el médico determina las presiones sistólica y diastolica mediante métodos directos, habitualmente mediante el método ausculatorio.

Método ausculatorio:

Se coloca un fonendoscopio sobre la arteria antecubital y se infla un manguito de presión arterial alrededor del brazo. Mientras el manguito comprime el brazo con tan poca presión que la arteria permanece distendida con sangre, no se escuchan sonidos con el fonendoscopio, a pesar del hecho de que la sangre dentro de la arteria es pulsátil. Cuando la presión del manguito es lo suficientemente grande para cerrar la arteria durante parte del ciclo de presión, se escucha un sonido con cada pulsación. Estos sonidos se llaman sonidos de korotkoff.

Todavía se debate la causa exacta de los sonidos de korotkoff, pero se creen que están causadas por el chorro de sangre a través del vaso parcialmente ocluido. El chorro provoca turbulencias en el vaso abierto mas allá del manguito, y esto origina las vibraciones que se escuchan con el fonendoscopio. Al determinar la presión arterial con el método ausculatorio, primero se eleva la presión del manguito bien por encima de la presión arterial sistólica. Mientras esta presión sea mayor que la presión sistólica, la arteria braquial permanece colapsada y no pasan chorros de sangre a la parte distal de la arteria durante ninguna parte del ciclo de presión.

Por tanto, no se escuchan sonidos de korotkoff en la parte distal de la arteria. En ese momento se reduce gradualmente la presión del manguito. Justo en el momento en que la presión del manguito disminuye por debajo de la presión sistólica, la sangre se desliza a través de la arteria por debajo del manguito durante el máximo de presión sistólica, y se comienza a escuchar sonidos de golpeteo en la arteria antecubital sincrónicos con el latido cardiaco. Tan rápido como se oyen estos sonidos el nivel de presión indicado por el manómetro conectado al manguito es aproximadamente igual a la presión sistólica.

A medida que la presión en el manguito baja todavía más, los sonidos de korotkoff cambian su calidad, siendo ya no un golpeteo sino un sonido áspero y rítmico. Finalmente, cuando la presión en el manguito se reduce y se iguala a la presión diastolica, la arteria ya no se cierra durante la diástole, lo que significa que el factor básico que provoca los sonidos (chorro de sangre a través de una arteria apretada) ya no esta presente.

Por tanto, el sonido cambia bruscamente a un carácter sordo y después suele desaparecer por completo tras otros 5 a 10 mm de reducción de la presión del manguito.

Fase I: Ruidos golpeantes claros. Conforme escapa el aire podrá escuchar por el estetoscopio los primeros dos ruidos golpeante claros de la sangre que pasa por la arteria en esta fase. Note el número por el que pasa el menisco de la columna de mercurio (la parte alta de la columna) y registra esta cifra como la presión sistólica. Para obtener una cifra exacta, hay que mantener la columna de mercurio en una superficie plana y observar la presión del manómetro con sus ojos colocados a nivel del menisco de la columna de mercurio.

Fase II: Ruidos golpeantes junto con un soplo.

Fase III: Ruidos golpeantes junto con un soplo.

Fase IV: Ruidos apagados. Al escuchar los primeros dos ruidos apagados de esta fase, registra la presión diastólica de la fase IV.

Fase V: Silencio. Conforme se desinfla el brazal el sonido del pulso se volverá mucho más suave y desaparecerá a continuación. En este punto (inicio del silencio) registra el número correspondiente del medidor de mercurio como la presión diastólica de la fase V.

PATOLOGIAS

Hipertensión esencial

El diagnóstico de la hipertensión esencial se establece básicamente por exclusión y sólo cuando se han descartado todas las causas secundarias se puede llegar a aceptar tal diagnóstico. Quizás, el único dato positivo es la historia familiar, aunque con frecuencia ni siquiera ésta puede objetivarse. La epidemiología, los mecanismos fisiopatológicos, la anatomía patológica y la historia natural, así como los factores de riesgo y las manifestaciones clínicas, ya se han descrito. Todos los estudios generales acerca de la enfermedad hipertensiva se basan en pacientes afectos de hipertensión esencial debido a su gran predominio sobre las formas secundarias.

Se han realizado varios intentos de clasificación de la hipertensión esencial en subgrupos con pretensiones etiológicas y diferenciación clínica.

Hipertensión limítrofe

La OMS define esta hipertensión como aquella que cursa con cifras de 140-159 y/o 90-94 mmHg de presión arterial sistólica y diastólica, respectivamente. En la actualidad este grupo no tiene mayor interés, ya que está demostrada la necesidad de tratamiento para reducir la morbilidad y la mortalidad.

Hipertensión hiperadrenérgica

Este tipo de hipertensión esencial ha recibido múltiples sinónimos (seudofeocromocitoma, síndrome hipertensivo diencefálico, epilepsia autónoma, estado circulatorio hiperdinámico betadrenérgico, hipertensión hipercinética, etc.), para describir un cuadro clínico caracterizado por una hipertensión paroxística sobre unos niveles de normotensión o de hipertensión ligera, acompañado de cefaleas a veces pulsátiles, sudación, diarrea, sofocaciones (sin palidez), taquicardia en ocasiones con arritmia, ansiedad, palpitaciones y poliuria posparoxismo, que dificultan su diferenciación con un feocromocitoma. A diferencia de éste, hay una buena tolerancia a los bloqueadores betadrenérgicos. Suele aparecer en jóvenes que presentan una hipertensión con poca o nula repercusión sistémica. El cuadro parece deberse a un déficit de la sulfoconjugación de las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), con concentraciones aumentadas de éstas que ocasionan hiperrespuesta. Otros trabajos sugieren una liberación exagerada de dopamina, con aumento de la sulfoconjugación de ésta durante los paroxismos. El tratamiento se basa en la utilización de bloqueadores beta o de clonidina o alfametildopa que disminuyen, en gran medida, la frecuencia o la gravedad de los paroxismos.

Hipertensiones secundarias

Hipertensión renal

Es la causa más frecuente de hipertensión secundaria. Puede deberse a una nefropatía parenquimatosa o a una enfermedad de los vasos renales. Como mecanismos fisiopatológicos se han involucrado el sistema renina-angiotensina, una dificultad de excreción de agua y sodio, o ambos.

Enfermedades parenquimatosas

Todas las nefropatías crónicas se acompañan de una incidencia elevada de hipertensión

en algún momento de su evolución. La glomerulonefritis crónica por inmunocomplejos, la pielonefritis crónica debida a infecciones, las nefritis intersticiales crónicas, las

nefropatías hereditarias y por irradiación, entre otras, son causa de hipertensión.

CONCLUSION

Si bien es cierto que la presión arterial no es una patología propiamente tal, es precursor de estas, tal como hipertensión esencial, hipertensión renal etc.

Con ello resalta la importancia de los métodos de prevención como lo es el chequeo diario de la presión, además de la ingesta de metabolitos como por ejemplo sodio o potasio (como sal) cuidando los factores de alimentación, estado físico, es decir, un control regulado de actividades.

Bibliografía

-http://web.jet.es/nuri/presion.htm.

-http://www.enfervalencia.org/ei/articles/rev56/artic08.htm.

- Cd programa Farreras Rozman, medicina interna, 13 edicion.




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Enviado por:Lt.valmont
Idioma: castellano
País: Chile

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