Política y Administración Pública


Partidos políticos en Argentina


Los partidos políticos

 

El concepto de partido político:

Los partidos políticos son”fuerzas políticas orgánicas”, es decir, “protagonistas colectivos con órganos propios” de la actividad política. Podemos decir, entonces, que son grupos de ciudadanos que comparten normas e ideas de cómo se debe organizar el Estado y que finalidad tiene este.

Los elementos constitutivos básicos de los partidos políticos son los siguientes:

1) Sus integrantes: Forman una organización permanente, no son necesariamente ocupantes de los cargos públicos, aunque algunos de ellos pueden llegar a serlo. Están unidos por un mismo proyecto general expresado a través de una doctrina y una plataforma electoral.

2) Su fin inmediato: Es que algunos de sus integrantes ocupen los cargos públicos, o por lo menos, influir en el proceso de adopción de las decisiones políticas.

3) Sus medios de acción: Son participar por si mismos en las competencias electorales.

 

El origen de los partidos políticos

En todas las épocas del mundo han existido dentro de los Estados grupos de personas que se han diferenciado por sus opiniones políticas. Desde los primeros días de separación de España aparecen los “morenitas” y “saavedristas”; poco después, los “logias, monárquicos y republicanos”, y más tarde “unitarios y federales”. En todos estos ejemplos hay simpatizantes de determinadas tendencias que pertenecían a los Partidos Políticos. Los primeros partidos que aparecieron por primera vez en un ambiente de libertad de opinión que raramente existía en los siglos pasados en los países europeos democráticos, a mediados del siglo pasado. Por ejemplo, en Gran Bretaña, los antiguos bandos “Whigs” y “Toris” modernizaron su organización y se convirtieron en los partidos Liberal y Conservador. Casos similares ocurrieron en los restantes países. Los primeros partidos políticos surgieron en el siglo XIX como consecuencia de las nuevas condiciones históricas. Su historia está íntimamente ligada a los acontecimientos del siglo XX en Argentina. Distintos partidos han impulsado la democratización de la sociedad, y han ampliando la participación popular integrando a la práctica a nuevos sectores sociales. Durante casi todo el siglo XIX la política estaba reservada para las elites provinciales y porteña. Estas elites integraban “clubes” políticos cuyos miembros acordaban las candidaturas y los cargos públicos. Recién hacia 1890 surgió la primera gran fuerza política organizada como un partido nacional con amplia participación popular. La actividad política argentina, así concebida, se inicio poco después de sancionarse la Constitución de 1853. Sin embargo alcanzo su pleno desarrollo unos diez años después, con la presidencia del Gral. Mitre.

La actividad política argentina en sus comienzos revistió articulares características:

Ante todo puede decirse que estaba en manos de un reducido grupo de personas, pertenecientes a las familias tradicionales. El ciudadano medio no participaba de esta actividad y era muy escaso el interés que demostraba en la misma: además, al no ser obligatoria la participación en los comicios, votaban muy pocas personas. La maquinaria política tenía entonces como centro indiscutible la figura del Presidente de la Nación. A el respondían los gobernadores de las provincias, de los cuales, a su vez, dependían los caudillos locales.

Finalmente, no estaban bien definidas las plataformas, ni los programas de gobierno: los diversos partidos se distinguían entre sí más por razones personales y adhesiones a un jefe, que por diferencias sustanciales de ideas. Las líneas comenzaron a tenderse con mayor precisión poco antes de 1880, con el surgimiento de un problema candente, suscitado desde la sanción de la misma constitución; la cuestión de la capital de la República: Muchos opinaban que la ciudad de Buenos Aires debía transformarse en Distrito Federal, capital de todo el país: integraban el “Partido Nacional”, liderado por el Gral. Mitre. Otros, a su vez, sostenían que Buenos Aires debía continuar siendo parte de la provincia, aunque fuera designada capital: eran los integrantes del “Partido Autonomista”, conducido por Adolfo Alsina. La discusión genero la lucha armada que concluyo con el triunfo del Partido Nacional, y Buenos Aires fue designada Distrito Federal y sede de las autoridades nacionales. La provincia debió procurarse una nueva capital, y para ello fundo la Plata. Al cesar la lucha, las agrupaciones rivales se unieron y dieron nacimiento al “Partido Autonomista Nacional” el P.A.N, que desde entonces fue el partido oficialista y que prácticamente gobernó sin oposición, manejado durante casi treinta años por el Gral. Roca.

A partir de entonces y hasta 1912, el juego político argentino se dio entre dos fuerzas antagónicas:

El oficialismo, de tinte netamente conservador, comprendía a los funcionarios del gobierno, empleados públicos y cuantos compartían su gestión. En el bando opuesto se hallaba la oposición que embanderaba genéricamente a cuantos estaban en desacuerdo.

Función de los partidos políticos

Las funciones de los partidos políticos creados para actuar de acuerdo con el régimen democrático constitucional son las siguientes:

1) Encauzar la voluntad popular.

2) Educar al ciudadano para encarar su responsabilidad política

3) Servir de eslabón entre la opinión pública y el gobierno.

4) Seleccionar la elite que debe conducir los destinos del país.

5) Proyectar la política de gobierno y controlar su ejecución.

Característica de los Partidos Argentinos Actuales:

1. La finalidad de su existencia es esencialmente política: producen alcanzar el control del Estado y, si lo logran, actúan desde la oposición.

2. Poseen una organización interna regida por una Carta Orgánica que establece los deberes y derechos de los afiliados (ciudadanos que se incorporan al partido), la forma de elección de las autoridades partidarias y de los organismos de conducción y la disciplina interna a la que se deben someterse los integrantes del partido.

3. Exponen sus ideas y propuestas de gobierno en programas partidarios que manifiestan generales que persigue el partido con su existencia, y en plataformas electorales que se redactan como propuesta concreta al electorado ante un acto comicial.

Los partidos políticos pueden actuar en todo territorio nacional o tener un carácter localista (partidos provinciales, etc.) Los partidos políticos son la expresión primaria de la libertad, del derecho de expresar esas opiniones políticas, del derecho de agruparse y de asociarse.

'Partidos políticos en Argentina'

Los primeros partidos políticos en Argentina:

El primer partido que empieza a funcionar en el país, después de la caída de Rosas en 1852, es el liberal, cuyos jefes son Bartolomé Mitre y Valentín Alsina. Este partido se inicia en la vida política, con dos líneas internas: los liberales conservadores, cuyo jefe es Mitre y los liberales progresistas.

Mientras tanto, alrededor de Justo José de Urquiza se estructura el partido Federal, el que se organiza en 1856. En él limitan los generales Pirán, Escalada y otros. Más tarde lo hará Santiago de Derqui.

No debe verse, en estos primeros partidos políticos, una organización similar a la que existe en la actualidad. No tenían un cuerpo orgánico definido y sus miembros, en muchas ocasiones, coincidían con las agrupaciones opuestas. Era época de indefiniciones por la falta de claras posiciones doctrinarias influyeron de algún modo la vida política del país, impidiendo la concreción de un proyecto coherente.

Buenos Aires había rechazado la Constitución de 1853, separándose de la Confederación y como estado independiente. Sin embargo, los hombres públicos porteños comprenden que tarde o temprano la República tendrá que estar unida. Muchos de estos hombres inspirados por Mitre, quieren unión nacional, pero bajo la hegemonía de Buenos Aires. Muchos políticos porteños aspiran imponer un sistema unitario-federal en la forma, pero unitario en los hechos, con la hegemonía de Buenos Aires. Esta era la posición de Bartolomé Mitre y del partido liberal. El partido federal, inspirado en Urquiza, quería integrar Buenos Aires a la Confederación.

Bajo la presidencia de Urquiza, que había sido designado por el Congreso el 20 de febrero de 1954, se realizaron las elecciones para elegir gobernador de Buenos Aires el 30 de marzo de 1857. Se enfrentaban federales y liberales; y si triunfaban los primeros, Buenos Aires se reincorporaría a la Confederación, mientras que el triunfo de los partidarios de Mitre, significaba postergar la unidad nacional.

En elecciones que fueron caracterizadas por muchos como fraudulentas, triunfó el partido liberal, y el 3 de mayo de 1857, Valentín Alsina fue designado por la Asamblea porteña para ocupar la gobernación.

Luego de esto, se produce la batalla de Cepeda, 23 de octubre de 1859, donde resultó victorioso Urquiza, quien acampó su ejército en Caseros. Urquiza ofrece la paz a los porteños, junto con la propuesta de integrar todos una misma nación, bajo una ley común. En primer momento, los emisarios de Valentín Alsina pretenden dictar condiciones, olvidando que son los vencidos. Todo hace suponer que las hostilidades se reanudarán, cuando interviene como mediador Paraguay a través de su ministro de guerra y marina, Solano López. Las negociaciones tomaron un rumbo favorable y se acuerda realizar un pacto entre la Confederación y Buenos Aires. Valentín Alsina renunció para no obstaculizar las tratativas, y el 10 de noviembre de1859 se celebró el Pacto de San José de Flores. Este pacto estableció que Buenos Aires se declara parte integrante de la Confederación, que la provincia convocará en 20 días una Convención para examinar la Constitución.

El 5 de enero de 1860, se constituyó la Convención Provincial en cumplimiento de lo acordado en el Pacto de San José de Flores. Dos posturas hubo en la Convención: una que propone aceptar sin modificaciones la Constitución y la otra, propugnó la introducción de reformas con el fin fundamental de modificar el Art. 3, origen de los conflictos entre Buenos Aires y la Confederación. A partir de la sanción de la reforma constitucional de 1860, Entre Ríos, que había estado federalizada desde 1854, recupera su autonomía y solo Paraná, sede del Gobierno Nacional, pertenece en forma provisoria a la federación, hasta que el Congreso promulgue una ley estableciendo la capital definitiva.

La República iba dando pasos institucionales a la unidad nacional y la reforma de 1860 fue uno de ellos. En estos tiempos el pueblo no tiene ni voz ni voto, y el partido que tenga mas respaldo militar será el que triunfe.

Origen y Evolución de los Partidos Conservadores:

Es difícil precisar el origen de los partidos conservadores argentinos. Fue una época de organización nacional, de búsqueda de la unidad, de luchas entre el interior y Buenos Aires, y también disensos internos en ambas posiciones.

La primera presidencia del general Roca inaugura el denominado régimen conservador en lo político, y el enclavamiento de la economía en la modalidad agro exportadora dependiente del Imperio Británico.

Esto no descarta la existencia de un pensamiento conservador antes de 1880. Por lo contrario, ser conservador es defender intereses hegemónicos de sectores minoritarios, estar imbuido de un espíritu que impulsa a consolidar situaciones preexistentes, afianzar el privilegio, etc.

Estos hombres pensaron que el modo de lograr estos objetivos era asegurando una estabilidad política lejos de la lucha interna, con un poder administrativo. Estos dirigentes habían tomado la idea del bienestar de los demás, que también significaba el de la república; educar porque era base de la participación; y el modo de que toda la ciudadanía pudiera ejercer plenamente los derechos políticos. Estas ideas se compadecían plenamente con el liberalismo progresista del siglo XIX.

Partido Conservador:

El movimiento político genéricamente denominado “conservador” debido a la sanción de la ley Sáenz Peña sufrió un duro revés del que no pudo reponerse.

El conservadorismo que nunca había constituido un auténtico partido nacional, fue siempre una conjunción de fuerzas locales afines a esta ideología: Luego del triunfo de Irigoyen entro en un proceso de virtual disgregación a nivel nacional, aunque logró mantener su prestigio en varias provincias.

Luego de la revolución de Uriburu en 1930, volvió a ocupar el gobierno del país con el nombre de Partido Demócrata Nacional y produjo las presidencias de Justo, Ortíz y Castillo, ello debe atribuirse mas bien a acuerdos electorales antes que a un auténtico apoyo popular.

Quienes admitieron tal acercamiento constituyeron el Partido Conservador Popular, acaudillados por Vicente Solano Lima, nominado incluso para la vicepresidencia, junto al doctor Campora, en las elecciones de 1973.

Quienes categóricamente rechazaban todo acuerdo, formaron la Federación de Partidos del Centro.

En los últimos años, del viejo tronco conservador surgieron varias nuevas agrupaciones que han intervenido en los comicios con suerte generalmente adversa, ya que nunca pudieron romper la polarización “peronismo-antiperonismo” que dividía los votos del país. Entre ellas podemos citar la Unión del Pueblo Argentino - Udelpa-, apoyada un el prestigio del general Aramburu que, en las elecciones de 1964, obtuvo el 7% del total de sufragios.

También la Alianza Popular Federalista, dirigida por Francisco Manrique, en las elecciones de 1973 alcanzó el 3er. Lugar con el 12% de los votos, éxito que no repitió en las elecciones siguientes, en las que se presento como Partido Federal.

El partido Demócrata Progresista:

A fines de 1914, a puesta en práctica el sufragio universal y secreto, impuso al sector más democrático del conservadorismo argentino el desafío de crear un partido moderno para competir con la UCR. Su inspirador fue Lisandro de la Torre, quien desde 1907 lidera una organización política importante en Santa Fe: la Liga del Sur santafesino y de la burguesía comercial de Rosario. Lisandro de la Torre buscó el apoyo de los chacareros del litoral santafesino y de la burguesía comercial de Rosario. Estas zonas se caracterizaron por la presencia de los administradores de los principios políticos republicanos y laicos.

El programa del partido, postulaba la descentralización administrativa y la creación de un régimen municipalista, la neutralidad del Estado en materia religiosa, la enseñanza laica y legalización del divorcio. En el plano económico, se postulaban medidas favorables a los pequeños y medianos productos agropecuarios.

En las elecciones de 1931, una alianza de PDP (el partido demócrata progresista) con el Partido Socialista presentó la fórmula presidencial Lisandro de la Torre-Nicolás Repeta para enfrentarse a los candidatos del conservadorismo. La alianza fue derrotada a nivel nacional por Santa Fe y de Luciano F. Molinas como gobernador de la misma provincia (1932- 1936). La acción opositora de Lisandro de la Torre fue muy firme y tuvo repercusiones políticas.

En las últimas décadas, el PDP vio limitada su influencia a la Provincia de Santa Fe. Su mejor resultado electoral fue en 1963, cuando obtuvo 12 diputados nacionales. El PDP colaboró con el gobierno militar de 1976-1983. Esta circunstancia provocó una crisis partidaria.

En la actualidad, los principales dirigentes del PDP son el diputado nacional santafesino Alberto Natale y el dirigente porteño Rafael Martínez Raymonda.

Con los años, el partido alcanzó gran desarrollo en la provincia de Santa Fé y en la de Buenos Aires, Córdoba y Corrientes sustentando los principios del laicismo, municipalismo, defensa de las riquezas naturales del país y protección a los pequeños productores rurales.

Democracia Cristiana:

Constituida en 1955, como una reacción contra el progresivo izquierdismo del gobierno de Perón, fue un intento de aplicar en nuestro país la fórmula política que con gran éxito se había desarrollado en Italia y en Alemania, luego de la Segunda Guerra Mundial.

En las elecciones de 1973 que dieron el triunfo al Justicialismo, las fuerzas democristianas se agruparon en dos fracciones:

· El Partido Popular Cristiano de José Allende, formó parte del Frente Justicialista de Liberación.

· El Partido Revolucionario Cristiano, de Horacio Sueldo que se negó a tal entendimiento, acercándose al Partido Intransigente.

Partido Socialista:

El primer partido de izquierda argentino fue el Partido Socialista fundado 1896, sobre las bases de diversas organizaciones obreras de la Capital Federal y el interior, por el medico Juan Bautista Justo. Este partido se proclamó defensor de los intereses de los proletarios. Desde su fundación, los socialistas plantearon la necesidad de llevar a cabo profundas transformaciones políticas y sociales. El primer objetivo de su programa político sostenía la necesidad de implantar el sufragio universal que incluía a las mujeres.

Sostenía la exigencia de limitar la jornada de trabajo a ocho horas, la educación escolar obligatoria, gratuita, y laica, y la anulación de los contratos que enajenaban las propiedades públicas.

Los socialistas formaban parte de un proceso evolutivo hacia la realización de su ideal: una sociedad sin clases, sin explotadores ni explotados.

En Capital Federal, el Partido Socialista contó con el apoyo de obreros y de sectores de la clase media. En 1904, Alfredo Palacios se convirtió en el primer diputado socialista de América.

En Paris, en el año 1918 un grupo de ciudadanos expulsados del PS resolvieron convocando un Congreso del que nació el Partido Socialista Internacional (PSI).

En el 1919 tuvo lugar la fundación de la III Internacional o Internacional Comunista a la que adhirió el Partido Socialista Internacional. En este Congreso de la Internacional Comunista se aprobaron las conocidas 21 condiciones de ingreso.

En Buenos Aires el partido realizó un Congreso Extraordinario en el que se aprobaron por unanimidad las 21 condiciones. Así. El PSI, paso a llamarse Partido Comunista (PC), ideada por Lenin y Trotzky, que tenían como objetivo “el establecimiento de la dictadura del proletariado como un medio para liquidar el sistema capitalista en el mundo.

Durante los periodos de dictadura los Partidos Socialista y Conservador sufrieron las consecuencias de la represión. A lo largo de su historia sufrieron distintas divisiones como resultado de luchas internas.

En la actualidad, el partido socialista goza de alto prestigio, no sólo por el nivel de sus dirigentes con figuras de la talla de Juan B. Justo, Alfredo Palacios, Nicolás Repetto, y otros muchos, sino además, por su constante prédica a favor de las clases necesitadas. Sin embargo, nunca ha logrado ser un partido de arraigo popular.

Los principios Socialistas:

El Partido Socialista afirma:

· Que la clase trabajadora es oprimida y explotada por la clase Capitalista gobernante.

· Que ésta es dueña de los medios de producción que dispone de todas las fuerzas del estado para defender sus privilegios.

· Mientras los trabajadores ganan sólo lo necesario para vivir, una minoría de Capitalistas vive en el lujo.

· Que la clase rica mientras conserve su libertad de acción no hará sino explotar cada día más a los trabajadores.

Partido justicialista:

Creado en 1945 por Juan Domingo Perón, en ese momento con el grado de coronel e integrante del gobierno militar, participó en las elecciones de 1946 con el rótulo de Partido Laborista. Era éste un partido pequeño, de origen sindical, y con el aporte de otros sectores como la Unión Cívica Radical. Junta Renovadora, agrupaciones nacionalistas y el voto mayoritario de los trabajadores, consiguió Perón llegar a la Presidencia. El partido adoptó luego el nombre de Partido Peronista y más tarde Justicialista. El nombre provenía del lema del movimiento, que proclamaba la justicia social, la libertad económica y la soberanía política. Juan D. Perón fue reelecto en 1952 pero 3 años más tarde, en 1955, fue depuesto por un golpe militar. Se inició así un período de 18 años, en que el Partido Justicialista no pudo participar en elecciones, aunque a veces lo hiciera bajo el rótulo de otros partidos, a los que se los denominó "neoperonistas".
En el año 1973, a la salida de un golpe militar, hubo elecciones libres y el justicialismo se presentó junto a otras fuerzas bajo el rótulo de Frente Justicialista de Liberación (FREJULI). Fue electo presidente su candidato, Héctor Cámpora, quien al poco tiempo renunció y se llamó a nuevas elecciones, que ganó nuevamente el Frente Justicialista, con lo cual Perón llegó por tercera vez a la Presidencia. Perón murió al año siguiente, fue sucedido por su esposa María Estela Martínez, y sobrevino el golpe  de 1976 y un gobierno militar de siete años. En el retorno a la democracia en 1983, el P.J. sufre una dura derrota a manos del radicalismo en la elección presidencial y en muchos distritos importantes del país, algunos de ellos baluartes justicialistas, como la provincia de Buenos Aires. Pero en el cuarto año del gobierno radical, el justicialismo realiza una gran elección en casi todos los distritos, y en 1989 consagra Presidente a Carlos Saúl Menem, quien es reelecto en 1995. En 1997 pierde las elecciones legislativas contra la recién formada Alianza, y en 1999 es derrotado su candidato presidencial Eduardo Duhalde. De todas maneras, durante las elecciones provinciales que se fueron realizando a lo largo de ese año, obtuvo la gobernación de 14 provincias sobre un total de 23.
A raíz de la renuncia de Fernando De la Rúa a la presidencia en diciembre de 2001, el Congreso designa presidente al gobernador de San Luis Adolfo Rodríguez Saa y luego al senador Eduardo Duhalde, ambos del Partido Justicialista. Este último convocó a elecciones para elegir presidente el día 27 de abril de 2003. 
Para estas elecciones, el P.J., a raíz de la falta de acuerdo para elegir candidato en elecciones internas, y  por primera vez en su historia, se presenta dividido y ofrece tres candidatos: Menem, Rodríguez Saa y Kirchner, bajo rótulos distintos al de Partido Justicialista. Sale primero Menem con un estrecho margen sobre Kirchner, por lo cual debía realizarse un ballotage entre ambos, pero al desistir Menem de presentarse, queda automáticamente consagrado Kirchner como presidente de la Nación.

Partido Anarquista:

El anarquismo, significó la introducción de una importante aportación doctrinal al movimiento obrero. Aunque los pensadores anarquistas no llegaron a construir un cuerpo teórico homogéneo, casi todos de ellos coincidieron en afirmar la libertad total del individuo frente a cualquier otra realidad política o ideológica, la necesidad de destruir el Estado.

En 1901 se fundó la Federación Obrera Regional Argentina (F. O. R. A) de tendencia anarquista. En 1902, los gremios de tendencia socialista se retiraron de la F. O. R. A y fundaron la Unión General de Trabajadores (U. G. T). Los anarquistas se enfrentaron con el P. S, denunciando que las reformas graduales no ayudaban a la clase obrera. Proponían, en cambio, la acción directa y la revolución. Los anarquistas tuvieron más adherentes entre los obreros de los pequeños talleres y los servicios humanos. Alrededor de 1906, en el movimiento comenzó a diferenciarse una tendencia llamada Sindicalismo. Los sindicalistas propusieron una utilización más efectiva del arma de huelga y exigieron a los diputados socialistas un mayor compromiso con los intereses inmediatos de la clase obrera, como estos gremios estaban relacionados con el comercio de exportación, los sindicalistas tuvieron un poder de negociación mayor que los anarquistas.




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Enviado por:Lucila
Idioma: castellano
País: Argentina

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