Turismo, Hostelería, Gastronomía y Restauración


Ocio y Turismo


DEL OCIO COMO VICIO AL TIEMPO LIBERADO.

INTRODUCCIÓN.

El ocio como el turismo son dos elementos inherentes a la naturaleza humana, pueden estar juntos o separados y en nuestros días son fenómenos masivos que transforman radicalmente la imagen de una sociedad. Su aparición está provocando cambios técnicos y económicos a escala mundial.

El hombre que vive para trabajar, trabaja para vivir, pudiendo emplear sus energías en actividades que le enriquezcan y estimulen.

Más de doscientos millones de personas anualmente salen con fines turísticos. El transporte, alojamiento y satisfacción exige una organización turística mundial.

El turismo puede llegar a ser la situación óptima para que el hombre logre desarrollar al máximo todas sus potencialidades, pero éste sólo es posible a partir del ocio.

El ocio y el turismo se han convertido en un bien de consumo, en torno a ellos ha crecido una poderosa industria multinacional.

El hombre está demostrando una evidente preferencia por dedicar su tiempo libre al turismo.

EL OCIO

DERECHO AL TRABAJO Y DERECHO AL OCIO.

El derecho a trabajar es algo que el hombre ha conquistado en época relativamente reciente.

El ocio sólo es posible cuando se tienen cubiertas las necesidades vitales.

La palabra ocio aparece siempre como contrapuesta a trabajo, y bastará aplicar a éste toda clase toda clase de virtudes para que aquél aparezca necesariamente como el abismo donde se esconden las peores abominaciones.

El trabajo es una actividad obsesivamente monótona, alienante y empobrecedora.

El hombre que en la práctica no hace otra cosa que trabajar, asocia indefectiblemente el ocio a las ideas de vagancia, degradación social y envilecimiento.

Podemos encontrar un solo ejemplo de sociedad que considere al trabajo como una actividad degradante y envilecidora, propia únicamente de esclavos.

Platón en su República, lo acepta hasta cierto punto, porque lo considera como un mal inevitable y necesario.

El hombre libre tenía la obligación de dedicarse exclusivamente a los juegos corporales y al ejercicio de su inteligencia.

El pueblo trabaja porque no tiene más remedio, pero quien logra llegar al privilegiado y selecto grupo de nobles holgazanes dedicará el resto de sus días a consolidar su nueva situación, sin que llegue a ocurrírsele la idea de que una vida ociosa e inútil pueda ser moralmente condenable.

La productividad, nuevo remedio milagroso que ha de proporcionar bienes sin cuento a la humanidad.

La moral capitalista, tenía la idea de reducir a un mínimo las necesidades del hombre, suprimir sus ocios y condenarle al papel de máquina sin pasiones.

TIEMPO LIBRE Y TIEMPO LIBERADO.

Karl Marx habla de tiempo libre y considera que éste sólo empieza “donde cesa el trabajo determinado por la necesidad y la finalidad exterior”. “Solamente se puede considerar tiempo libre, aquel que permite el desarrollo de las cualidades humanas”.

No todo lo que cae fuera de la esfera del trabajo estricto puede ser considerado tiempo libre.

Hay otras muchas maneras de perder el tiempo libre: comiendo, durmiendo t reparando fuerzas; ampliando conocimientos, asistiendo a reuniones de carácter cívico o cumpliendo deberes políticos.

Sólo se pueden considerar realmente ociosas esas horas, semanas o meses, auténticamente libres y que pueden ser disfrutados de forma personal y sin preocupaciones de carácter utilitario.

HOMO SAPIENS, HOMO FARBER, HOMO LUDENS.

Para griegos y romanos, el hombre libre era eminentemente sapiens, y su irrenunciable necesidad de cultivar la inteligencia le vedaba cualquier otro tipo de actividad, por ser considerada inferior.

Para el profesor Johan Huitzinga: “la cualidad de sapiens no puede impedir su capacidad productiva u oponerse a ella”; el hombre es un ser eminentemente lúdico que podría tener la felicidad al alcance de la mano. Todo lo que él considera como relativo al juego coincide exactamente con la idea de ocio. “El juego es más viejo que la cultura, pues, presupone siempre una sociedad humana, y en cambio los animales no han esperado a que el hombre les enseñe a jugar”.

El juego es libre, se empieza y se termina cuando uno quiere, y sólo si se le da un sentido social se le convierte en un deber; el juego “no está en la vida”, y es desinteresado y recurrente.

Todas las características que Huitzinga atribuye al juego son eso que nosotros hemos denominado ocio o tiempo liberado.

EL TURISMO

EL VIAJAR Y EL TURISMO

Una de las mayores dificultades que se plantean a la hora de estudiar un fenómeno tan complejo como es el turismo, es la casi absoluta imposibilidad de diferenciar las causas de los efectos que intervienen en su génesis y posterior desarrollo.

En el turismo están indisolublemente mezcladas razones económicas, técnicas, políticas, instintivas, psicológicas, sociológicas, etc.

Las campañas aéreas mundiales están empeñadas en una escandalosa guerra de tarifas que, en apariencia, viene a beneficiar a la cada vez más numerosa clientela turística. Como no son suficientes las grandes compañías aéreas están saliendo de su terreno específico en busca de unos beneficios que les permitan enjugar parcialmente sus actuales pérdidas.

En el imperio romano, viajar era una rareza, un privilegio de ricos y aventureros. La falta de masificación o generalización de los desplazamientos y libertad o posibilidad de efectuarlos, es lo que impide considerar como turismo la mayor parte de los fenómenos que se producen antes del siglo XIX.

El despoblamiento de las ciudades a favor del campo, la falta de bienestar económico, la incomodidad de los transportes, la peligrosidad o casi inexistencia de vías de comunicación o la fragmentación de las nacionalidades, son factores que impedían la aparición del turismo.

FACTORES QUE INTERVIENEN EN LA GÉNESIS DEL TURISMO.

La necesidad de desplazamiento sólo puede quedar satisfecha a escala general cuando un país alcanza un determinado nivel de renta nacional y la distribución de dicha renta es lo suficientemente justa para cubrir las necesidades vitales de la mayor parte de sus ciudadanos. Sólo la integración llega a producir las condiciones óptimas para que la humanidad pueda realizar su vieja y querida aspiración de viajar con entera libertad.

Sometidas las masas campesinas a las duras y peculiares características de la vida urbana, en cuanto las condiciones económicas se lo permitían, utilizaban el tiempo libre, trabajosamente conquistado, en satisfacer su necesidad de evasión regresando periódica y temporalmente a sus lugares de origen. Pero sus desplazamientos estarán condicionados por: precios, facilidad de acceso, alojamiento, súbitas modas o acontecimientos especiales; lo que provocará la súbita explosión masiva que se conoce como boom turístico.

Un factor puramente psíquico es la aspiración a la felicidad. El deseo de felicidad explica en gran parte el comportamiento del hombre actual.

El turismo contemporáneo sería muy diferente si la revolución de los transportes colectivos no hubiera permitido a la burguesía media alcanzar los santuarios reservados a los pocos privilegiados poseedores de medios de transporte propios.

El veraneo es un trasplante de un lugar geográfico a otro, es un cambio de la forma de entender la vida. Las clases trabajadoras consiguen su vieja aspiración de unas vacaciones pagadas, la historia del turismo es el paulatino acceso de capas cada vez más amplias de población a la institución del veraneo.

Tras el paréntesis impuesto por la II Guerra Mundial, el turismo se hace accesible a la mayoría, y el veraneo entra en desuso, para ser sustituido por las vacaciones.

VARIEDADES Y ETAPAS DEL TURISMO.

Una justa distribución de la renta nacional origina un descenso de la “calidad” del turismo en beneficio de la “cantidad”.

Al parecer, las razones más comunes para visitar otro país son:

Culturales, educativas o profesionales: Deseo de conocer sociedades diferentes.

Económicas: Precios ventajosos que permiten estancias más prolongadas y con un nivel de vida desacostumbrado.

Étnicas: Regreso al origen para reanudar lazos familiares o por motivos puramente sentimentales.

Deportivas: Asistencia o participación en una manifestación de carácter deportivo.

Físicas: Recuperación de la salud en un centro especializado o deseo de reposo y relajación.

Técnicas: Utilización de un medio de transporte novedoso, privado o colectivo.

Sociológicas: Conocer mejor el mundo en que se vive o pagar tributo a una moda interesante.

Religiosas: Peregrinación a lugares santos o de especial devoción.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL OCIO.

LAS REIVINDICACIONES OBRERAS.

El derecho a trabajar fue concebido en la forma de un deber al que no se podría renunciar. Es evidente que el gran motor que habría de impulsar el prodigioso cambio de las condiciones laborales que ha tenido lograr a lo largo del presente siglo, han sido los movimientos de reivindicación social. El actual disfrute de las vacaciones anuales es en gran medida una conquista de la clase obrera por sus reivindicaciones.

Si en un principio la primordialidad era humanizar el tiempo de trabajo, ahora se trata de impedir una deshumanización del tiempo liberado.

El descanso dominical fue instituido a principios de siglo y, en 1918, la jornada de ocho horas; en 1936, se concedió el derecho a las vacaciones pagadas; y en 1945, la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce que “toda persona tiene derecho al descanso y al ocio, especialmente a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones pagadas”.

HUMANIZACIÓN DEL TRABAJO.

Mientras el trabajo continúe siendo “un mal necesario”, el hombre seguirá sometido a tiempos diversos y a realidades diversas, con toda la secuela de tensiones, disociaciones y empobrecimientos que ello implica; mientras haya tiempo de trabajo y tiempo de reposos, tiempo de cultura y tiempo de aprendizaje, tiempo libre y tiempo ocupado, la disociación personal será una constante insuperable.

Lo que actualmente se entiende por oficio es una peculiar destreza o entrenamiento para participar en una de las fases, pero no en el proceso total. El obrero es una pieza más dentro de esas maquinarias acéfalas y multiformes.

La humanización del tiempo libre se presenta como una necesidad vital.

DESHUMANIZACIÓN DEL TIEMPO LIBRE.

Al inicio del proceso de industrialización, la reducción de la jornada laboral suponía la automática liberación de tiempo libre. Las condiciones de vida en las ciudades se están deteriorando vertiginosamente, y los transportes, la burocracia o la misma masificación roen inexorables el tiempo libre hasta dejarlo reducido a una porción mínima, pero, por ser problemas de orden mecánico no constituyen un peligro real; la amenaza que pesa sobre el tiempo libre, el verdadero peligro, es de orden ideológico, y nada hay más difícil que cambiar una mentalidad.

En los países subdesarrollados se hace inevitable la cesión de una parte considerable de ese tiempo de ocio a favor de la reconstrucción social. Será tiempo de cultura y de aprendizaje, de profundización y generalización del conocimiento total.

Los medios masivos pueden ser un instrumento tan poderoso como eficaz de cara a una concienciación de la necesidad de libertad para disfrutar el ocio.

EL TURISMO COMO INDUSTRIA Y COMO LIBERTAD.

El TUTISMO, FENÓMENO TOTALIZADOR.

LAS RELACIONES INTERNACIONALES.

Se considera que el turismo es un fenómeno totalizador porque, ya en la actualidad y pese a estar muy lejos de su máximo grado de desarrollo, la humanidad entera se está viendo directa o indirectamente afectada por él. El enorme trasvase de viajeros de unas naciones o continentes a otros.

Pueden elevar o hundir económicamente a un país puede convulsionar los modos y costumbres tradicionales de sus habitantes, y puede impulsar la mayor parte de las actividades humanas. El influjo del turismo es más indirecto que personal. El progresivo incremento del turismo, que ha llegado a constituir la principal industria de muchos países, ha introducido nuevas y vitales relaciones a escala internacional.

Las naciones económicamente desarrolladas exportan turistas en beneficio de las más atrasadas. Las distintas modalidades de turismo satisfacen la demanda de este servicio de acuerdo con las disponibilidades económicas y los gustos de los posibles usuarios.

Ante dos ofertas semejantes, la demanda se inclinará por la más barata. Cuando el turismo no era todavía un fenómeno de masa, su aparición únicamente produjo consecuencias beneficiosas, en la actualidad, la desproporcionada cantidad de dinero que hay en juego ha venido a dificultar aquella beneficiosa tendencia original.

La importancia del fenómeno ha obligado a los países a los países para participar a su vez de ese mercado. Por lo cual las naciones tradicionalmente exportadoras de turistas han cambiado de táctica y han adoptado un sistema que les permite ir a buscar dinero donde se gasta.

La constitución de empresas multinacionales, cuya finalidad última es crear un circuito cerrado para que las divisas que salen de sus países regresen incrementadas. Las compañías multinacionales reciben el nombre de tours operators, que necesitan una compleja red de agencias en los muchos países que puedan servir de alternativa, así como una sofisticada organización electrónica que les permita contratar, cancelar o desviar viajes y alojamientos, pues sus operaciones implican siempre miles de millares de unidades.

En el plano urbanístico, la concentración de turismo en puntos muy localizados ha originado una pavorosa especulación del suelo, con su inevitable secuela de abusos y atentados arquitectónicos contra el paisaje, que por su belleza natural, se ven urbanizados de la noche a la mañana sin orden ni concierto y atendiendo a los intereses privados.

Por la ínfima calidad del producto que ofrecen: los individuos que pese a contar con escasos recursos económicos, se lanzarían a la aventura del viaje personal, enriqueciéndose así con la creatividad y la inventiva que produce el azar del viaje.

EL TURIMO COMO INDUSTRIA.

La generación del turismo a escala universal ha variado esencialmente su estructura, haciendo necesaria una reorganización para adaptar las viejas instalaciones a las presentes necesidades. La súbita de visitantes implica un aumento espectacular aumento de la demanda.

INFLUENCIAS DEL TURISMO.

El turismo afecta directa o indirectamente a todos los aspectos de la economía de un país, y por eso lo hemos calificado de fenómeno totalizador. Y aunque esa influencia tenga aspectos claramente positivos, en otros aspectos su influencia es más ambigua, cuando no francamente nociva.

EL OCIO EN LA SOCIEDAD FUTURA.

UNIVERSALIDAD DE LA REVOLUCIÓN TÉCNICA.

Una de las características más acusadas de la revolución técnica en que está empeñada la humanidad es su tendencia a la universalidad.

El ocio desde las primeras luchas por recuperar el tiempo vendido, adquiere ese carácter negativo. Porque las condiciones de vida obligan a que el descanso reparador de fuerzas sea absolutamente necesario para soportar el ritmo de trabajo, y porque el trabajo es todavía totalizador, es decir, la proporción de trabajo-tiempo libre está totalmente desequilibrada a favor del primero; cuando tal proporción tienda a equilibrarse, el ocio irá adquiriendo un carácter más beligerante.

La asociación ocio-descanso-inercia ha sido superada, pero aún no se detecta una voluntad dinámica frente a la cada vez más vacía institución del trabajo.

MASIFICACIÓN Y SOLEDAD.

En la actualidad la cultura ya no es privativa de una determinada clase social. La civilización del consumo ha tenido como efecto más inmediato situar a todos en un plano de igualdad frente a los bienes a consumir. Aquel individuo que en los años veinte accedía al mercado del ocio, se encontraba solo y aislado frente a su propia necesidad de llenar el tiempo libre.

El deporte suele figurar entre las ocupaciones mayoritarias en el empleo del ocio. Los clubes deportivos se han transformado en empresas, con sus consejos de administración, sus balances y presupuestos, y sus memorias de objetivos a alcanzar en cada temporada.

El mensaje del medio va del emisor al receptor sin posibilidad de respuesta comunicativa, ya que se establece un circuito estéril: emisor-estímulo-receptor-consumo. Ni siquiera el turismo permite descubrir signos de respuestas positivas.

EL TURISMO COMO EJEMPLO MÁXIMO DEL OCIO CREATIVO.

Las masas por primera vez en la historia tienen al alcance de la mano el disfrute del ocio y de la cultura, pero es precisamente la falta de una preparación cultural lo que les impide participar en ella de forma auténtica liberadora y creativa.

El círculo vicioso podría quedar roto mediante la iniciativa estatal, fomentando y estimulando la creación de esos organismos autónomos y proporcionando el material humano que haría de promotor y orientador de sus actividades hasta que ellos mismos alcancen una posibilidad de iniciativa propia, una personalidad.

Cuando el joven rechaza la seguridad de un viaje organizado y opta por el riesgo, elige la inventiva frente a ala pasividad. La vida, como el arte, necesita la componente lúdica para alcanzar su máximo grado de creatividad y desarrollo. El turismo es uno de los máximos ejemplos de ocio creativo.

Será necesaria la intervención de los Estados para ordenar la industria turística y del ocio y procurar someterla a las necesidades de la época e impedir que ocurra lo contrario. Será necesaria la intervención estatal a la hora de fomentar y proporcionar la creación de instituciones autónomas y libres.

A la felicidad no se llega por la vía del trabajo y la seriedad, sino por la pendiente del ocio. El oficio de vivir es necesariamente complejo, pero las contradicciones, aunque a veces no lo parezca, son un simple juego. El hombre tiene en su mano la posibilidad de participar o de abstenerse, de jugar o de trabajar.

COMENTARIO.

Yo creo que es importante conocer la diferencia entre el trabajo, juego, tiempo libre, ocio, diversión y esparcimiento, para diferenciar las actividades que podemos o debes realizar en cualquiera de éstas.

No debemos tomar la vida como un eterno juego o como un interminable trabajo; sino que hay que diferenciar lo que podemos hacer en cada una de las actividades, y dedicar nuestro tiempo cuando podemos jugar y hacer las cosas bien cuando tenemos que trabajar.

Es bueno tener un rato de esparcimiento, de ocio y de tiempo libre, para poder olvidar un poco las tensiones acumuladas por la carga de trabajo.

Es importante entender que el ocio y el tiempo libre son actividades creadas para que podamos realizar actividades diferentes al trabajo rutinario, pero que no debemos de verlas como una pérdida de tiempo o como el momento en el que podemos molestar al compañero de a lado, al vecino, etc., sino como una simple distracción.




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Enviado por:Boottlye
Idioma: castellano
País: México

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