Literatura
Novela. Ensayo
Novela, narración extensa, por lo general en prosa, con personajes y situaciones reales o ficticios, que implica un conflicto y su desarrollo que se desenlaza de una manera positiva o negativa. El término novela (del italiano novella, `noticia', `historia', que a su vez procede del latín novellus, diminutivo de novus, `nuevo') procede de las narraciones que Giovanni Boccaccio empleó para designar los relatos y anécdotas en prosa contenidos en su Decamerón. Ahora bien, como género es el resultado de la evolución que arranca en la epopeya y se continúa en el romance.
ORÍGENES DE LA NOVELA
Desde la antigüedad se han escrito narraciones en prosa a las que se ha aplicado de manera indiscriminada el término novela. Muchos relatos que más tarde se incorporaron a la tradición literaria europea tienen su origen en Egipto. El primer texto indio que cabe considerar como precursor de la novela es quizá el Daœakumâracarita (Cuentos de diez príncipes), un romance en prosa de Dandin, escritor en sánscrito de finales del siglo VI d.C. La primera novela en opinión de algunos expertos es el relato japonés Cuento de Genji (siglo XI), de Murasaki Shikibu. El género gozó de gran popularidad entre los griegos durante los primeros siglos de la era cristiana. Dignas de mención son las Etiópicas de Heliodoro de Emesa; las Efesias de Jenofonte de Éfeso y Dafnis y Cloe, el más exquisito de los relatos pastoriles, generalmente atribuido a Longo. Los principales ejemplos de novela escritos en latín son las Metamorfosis o El asno de oro, de Lucio Apuleyo, y el Satiricón, generalmente atribuida a Petronio.
El relato largo en verso narrativo, la abundante cantidad de romances en prosa y los fabliaux franceses florecieron en Europa durante la edad media y su contenido se alimenta de los recuerdos contados y transmitidos por la tradición sobre los héroes más o menos históricos o legendarios y sus proezas. Estas obras contribuyeron al desarrollo de lo que más adelante será la novela pero que en esta época no tiene nombre como género, y se les conoce tanto como `libro' —piénsese en la doble denominación libro o novela de caballerías, por ejemplo—, `historia' o `tratado' (Tratado de amores de Arnalte y Lucenda, 1491, de Diego de San Pedro).
LA NOVELA EN EL SIGLO XVI
La perspectiva antropocéntrica que caracterizó al renacimiento tuvo una repercusión importante en el desarrollo de la novela. En efecto, el punto de vista del autor se desplaza y deja de observar a los héroes antiguos para fijar la mirada en los individuos de su época, fuesen éstos pastores, mendigos, hidalgos, clérigos, soldados, zagalas, alcahuetas o monjas. Además la narración se detenía en su forma de vida y en sus conflictos, generalmente amorosos, aunque también propios de los azares de la vida cotidiana: económicos, de aventuras o de supervivencia. Esto supuso un cambio transcendental que marcó el comienzo de la tendencia realista, con el nacimiento en España de la novela picaresca, autobiografía de un personaje de baja extracción social, vagabundo y servidor de una sucesión de amos: el pícaro. Los ejemplos más destacados del género son El lazarillo de Tormes (1554), de autor anónimo, y el Guzmán de Alfarache (1559-1604), de Mateo Alemán. Entre 1605 y 1612, el escritor español Miguel de Cervantes publicó la gran novela que, por sus innovaciones en el género, señalaría el origen de la novela contemporánea: Don Quijote de la Mancha. Esta novela narra las aventuras de un caballero enloquecido por sus innumerables lecturas de novelas de caballería.
Frente a esta tendencia realista se desarrolló otra idealista o de evasión representada por la novela pastoril, cuya primera gran manifestación es Los siete libros de Diana (1559?) de Jorge de Montemayor, o la sentimental, que trata el tema amoroso desarrollado de una manera poética, como puede verse en Siervo libre de amor (c. 1440) de Juan Rodríguez del Padrón.
En la América española, aparecen a lo largo del siglo XVII ejemplares de obras en las que se mezcla la novela, el relato pastoril y ciertos elementos ascéticos y religiosos, reflejo fiel de la ideología dominante
Cuento, narración breve, oral o escrita, de un suceso real o imaginario. Aparece en él un reducido número de personajes que participan en una sola acción con un solo foco temático. Su finalidad es provocar en el lector una única respuesta emocional. La novela, por el contrario, presenta un mayor número de personajes, más desarrollados a través de distintas historias interrelacionadas, y evoca múltiples reacciones emocionales.
La evolución histórica del cuento es más difícil de fijar que la de la mayoría de los géneros literarios. Originariamente, el cuento es una de las formas más antiguas de literatura popular de transmisión oral
ANTECEDENTES
Los cuentos más antiguos aparecen en Egipto en torno al año 2000 a.C. (véase Literatura egipcia). Más adelante cabe mencionar las fábulas del griego Esopo y las versiones de los escritores romanos Ovidio y Lucio Apuleyo, basadas en cuentos griegos y orientales con elementos fantásticos y transformaciones mágicas. Junto a la eternamente popular colección de relatos indios conocida como Panchatantra (siglo IV d.C.), la principal colección de cuentos orientales es sin duda Las mil y una noches. Cada noche, por espacio de mil y una, Scheherazade se salva de morir a manos de su marido, el sultán, contándole apasionantes cuentos recogidos de diversas culturas. La influencia de esta obra fue decisiva para el desarrollo posterior del género en Europa.
Durante la edad media se escriben en Europa occidental numerosos relatos de tema y estilos diversos. Los romances de caballeros, en prosa o en verso, fueron muy populares en Francia. El poeta inglés Geoffrey Chaucer y el italiano Giovanni Boccaccio conservaron y desarrollaron lo mejor de la tradición antigua y medieval en sus variadas historias escritas en prosa y verso: fábulas, epopeyas de animales, ejemplos (cuentos de carácter didáctico-religioso), romances, fabliaux (cuentos eróticos y de aventuras) y leyendas. Los Cuentos de Canterbury de Chaucer, El libro del conde Lucanor del infante Don Juan Manuel y el Decamerón de Boccaccio, que figuran entre lo más destacado del género, están claramente inspirados en Las mil y una noches.
A partir de Boccaccio, la narración breve en prosa de carácter realista conocida como novella se desarrolla en Italia como forma artística. La influencia de este autor se deja sentir en Francia en Las cien nuevas novelas (c. 1460), una serie de cuentos en prosa de autor anónimo y carácter burlesco, y el Heptamerón (c. 1549) de Margarita de Navarra. También en Francia, durante el siglo XVII, Jean de la Fontaine escribió fábulas en verso basadas en el modelo de Esopo.emplea a menudo para designar diversos tipos de narraciones breves, como el relato fantástico, el cuento infantil o el cuento folclórico o tradicional. Entre los autores universales de cuentos infantiles figuran Perrault, los Hermanos Grimm y Andersen, creadores y refundidores de historias imperecederas desde Caperucita Roja a Pulgarcito, Blancanieves, Barba Azul o La Cenicienta.
Ensayo, composición literaria que tiene por objeto presentar las ideas del autor sobre un tema y que se centra, por lo general, en un aspecto concreto. Con frecuencia, aunque no siempre, el ensayo es breve y presenta un estilo informal. El género se diferencia así de otras formas de exposición como la tesis, la disertación o el tratado.
ORIGEN DEL ENSAYO
Si bien algunas obras de escritores latinos como Cicerón, Séneca y Plutarco pueden considerarse prototipos del género, el ensayo es fundamentalmente creación del escritor francés Michel Eyquem de Montaigne. El desarrollo de esta forma literaria es resultado de la preocupación por el ser humano demostrada durante el renacimiento, que estimuló la exploración del yo interior en relación con el mundo exterior. Los Ensayos de Montaigne (como el propio autor quiso llamar a las breves y personales meditaciones en prosa que comenzó a publicar en 1580) surgieron en una época de grandes cambios intelectuales y sociales; un periodo en el que los europeos revisaron sus opiniones y valores sobre temas de muy diversa naturaleza: la muerte y la posibilidad de una vida futura, el viaje y la exploración o las relaciones sociales. Temas que todavía hoy son los principales asuntos del ensayo contemporáneo.
ANONIMATO Y SEUDÓNIMOS
El declive del individualismo renacentista animó a los ensayistas a escribir bajo seudónimo o permanecer en el anonimato. No obstante, los temas que abordaban seguían estando condicionados por sus puntos de vista personales. El uso del seudónimo a menudo persuadía a los lectores de tener algo en común con el autor. Así por ejemplo, no sólo con el fin de protegerse sino también con la voluntad de establecer una relación con sus lectores, el escritor satírico irlandés Jonathan Swift firmó Las cartas del pañero (1724-1725) con el nombre de Un pañero, y fingió ser un economista en Modesta proposición para impedir que los hijos de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o para el país (1729). En ambas obras ofrece comentarios sumamente provocadores sobre las condiciones de vida en Irlanda. Otros autores contemporáneos de Swift, como Joseph Addison y Richard Steele se proponían reflejar las observaciones de un ciudadano del mundo sobre cuestiones políticas y sociales. Charles Lamb, uno de los grandes maestros ingleses del género, utilizó el seudónimo de El amable Elia, nombre que tomó prestado de un clérigo. El novelista William Makepeace Thackeray firmó Los papeles de Yellowplush (1837-1838) que pretenden ser las observaciones de un ciudadano corriente sobre cuestiones sociales y literarias con el seudónimo de Michael Angelo Titmarsh.
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Enviado por: | Kevin Andretty |
Idioma: | castellano |
País: | México |