Literatura


Molière. William Shakespeare


Indice

- Portada 1

- Índice 2

- Contextualización 3

- Molière. Su vida 6

- Shakespeare. Su vida 7

- Estudio comparativo. Molière y Shakespeare 10

Contextualización

1. Introducción al Teatro neoclásico.

Las primeras muestras de teatro renacentista en Italia datan del siglo XV. Las primeras obras eran en latín, pero acabaron por escribirse en lengua vernácula. Solían estar basadas en modelos clásicos, aunque la teoría dramática derivaba del redescubrimiento de la Poética de Aristóteles. Este teatro no fue una evolución de las formas religiosas, ni siquiera de las prácticas populares o dramáticas ya existentes; se trataba de un proceso puramente académico. Eran obras pensadas para ser leídas y con fines didácticos. La mayoría de ellas, por su carga erudita y clasicista, no tuvieron éxito ni en su época ni después. Las formas y reglas desarrolladas en este periodo dieron forma a gran parte del teatro europeo durante varios siglos.

El concepto más importante durante el renacimiento era el de verosimilitud. Esto no significaba una copia servil del mundo real, se trataba más bien de eliminar lo improbable, lo irracional para enfatizar lo lógico, lo ideal, el orden moral adecuado y un sentido claro de decoro, por tanto, comedia y tragedia no podían ser combinadas, los coros y soliloquios fueron eliminados, el bien recompensado y el mal castigado, los personajes eran delineados como ideales más que como individuos con su propia idiosincrasia. De relevancia máxima gozaban las tres unidades: tiempo, espacio y acción. Basándose en un pasaje de Aristóteles, los teóricos crearon reglas estrictas: una obra sólo podía tener una trama, la acción debía desarrollarse en un periodo de veinticuatro horas y en un sólo lugar. El fundamento de estas reglas era que el público del teatro, sabiendo que debía permanecer sentado en un lugar durante un tiempo, no creería que una obra pudiera desarrollar su acción durante varios días y en varios sitios -una obra de semejantes características habría desafiado el orden y la verosimilitud-. Se creía que el respeto por estas normas determinaba la calidad de la obra más que la respuesta del público. Aunque estas reglas se formularon en Italia, fueron adoptadas también en Francia.

Aunque la ley de las unidades exigía una localización única, en la práctica se empezaron a presentar escenas alegóricamente pródigas llamadas intermezzi entre cada uno de los cinco actos de la obra.

2. La Commedia dell'arte.

Mientras la elite se entretenía con el teatro y el espectáculo de estilo clasicista, el público en general recibía la commedia dell'arte, un teatro popular y vibrante basado en la improvisación. A partir de varias formas populares del siglo XVI, compañías de intérpretes cómicos crearon una serie de personajes tipo como Arlequín o Pantaleón que eran exageraciones y estilizaciones de cómicos sirvientes, locos, amantes, abogados, doctores, entre otros. Cada actor tenía discursos predeterminados y partes de la acción conocidas como lazzi. Los decorados proporcionaban guías e indicaban entradas, salidas y el foco de discursos específicos. Los intérpretes incluían sus lazzi en estas circunstancias según les pareciera apropiado e improvisaban la representación. La commedia tuvo su apogeo entre 1550 y 1650, y ejerció su influencia desde el teatro de títeres turco hasta las obras de Shakespeare y Molière.

3. Desarrollo del teatro francés.

A finales del siglo XVI, era popular en Francia un tipo de comedia similar a la farsa, y esto dificultó el establecimiento total del drama renacentista. En aquel tiempo no existían en París edificios expresamente dedicados al teatro; se utilizaron con ese propósito canchas de tenis cubiertas y fueron convertidas en teatros. La fuerte influencia italiana en Francia llevó a popularizar representaciones parecidas al intermezzo, que fueron denominados ballets.

Hasta la década de 1630-1640, no se estableció plenamente el drama neoclásico. Bajo la influencia ejercida por el cardenal de Richelieu, las normas neoclásicas fueron rígidamente aplicadas.

Molière está considerado como el gran dramaturgo francés. Sus farsas y comedias de costumbres reciben en su mayoría una influencia directa de la comedia, pero generalmente van más allá de su objetivo específico y podrían considerarse como observaciones sobre las limitaciones y errores del género humano. Muchas de sus obras están imbuidas de una cierta amargura.

Molière fue también un actor cómico de excepción en su tiempo, y trabajó con el objetivo de alterar el estilo histriónico y ampuloso que entonces dominaba la escena francesa. Hizo que los miembros de su compañía, para quienes escribía papeles a la medida en sus obras, adoptaran un estilo más coloquial y se movieran de un modo más natural. Aunque tuvo gran éxito con sus producciones, el estilo grandioso sobrevivió en Francia hasta principios del siglo XIX.

4. Teatro isabelino inglés y de la restauración.

El teatro renacentista inglés se desarrolló durante el reinado de Isabel I a finales del siglo XVI. En aquel tiempo, se escribían tragedias academicistas de carácter neoclásico que se representaban en las universidades; sin embargo, la mayoría de los poetas isabelinos tendían a ignorar el neoclasicismo o, en el mejor de los casos, lo usaban de forma selectiva. A diferencia del teatro continental el teatro inglés se basó en formas populares, un teatro medieval vital, y en las exigencias del público en general. Bajo la influencia del clima de cambio político y económico en la Inglaterra del momento, así como de una evolución de la lengua, dramaturgos como Thomas Kyd y Christopher Marlowe dieron lugar al nacimiento de un teatro dinámico, épico y sin cortapisas que culminó en el variado y complejo trabajo del mayor genio del teatro inglés, William Shakespeare.

Las obras seguían una estructura clásica en cuanto se refiere a actos y escenas, se empleaba el verso (aunque a menudo se intercalara la prosa), se recogían recursos escénicos de Séneca, Plauto y la commedia dell'arte; se mezclaban tragedia, comedia y pastoral; se combinaban diversas tramas; las obras extendían su acción a través de grandes márgenes de tiempo y espacio; convivían personajes de la realeza con los de las clases bajas; se incorporaba música, danza y espectáculo; se mostraba violencia, batallas y especialmente sangre. Los temas de la tragedia solían ser históricos más que míticos, y la historia era utilizada para comentar cuestiones del momento contemporáneo. Las comedias eran frecuentemente pastorales, e incluían elementos como ninfas y magia. Dramaturgos ingleses posteriores a esta época, en especial Ben Jonson, observaron de forma más estricta los preceptos neoclásicos.

Las obras se representaban durante los meses más cálidos en teatros circulares y al aire libre. El escenario era una plataforma que invadía parcialmente el equivalente al actual patio de butacas. En los meses más fríos, las obras se montaban en teatros privados para un público de elite. El estilo de interpretación en los principios del teatro isabelino era exagerado y heroico como las obras mismas pero, ya en tiempos de Shakespeare, actores como Richard Burbage habían empezado a modificar su trabajo hacia un estilo más natural y menos contenido, tal y como se refleja en el famoso discurso a los intérpretes en la obra de Shakespeare Hamlet. El decorado era mínimo, y constaba de algunos accesorios o paneles. Las localizaciones eran sugeridas, y, por tanto, quizá cobraban más vida en la propia mente de los espectadores por la poesía.

Molière (1622-1673)

1. Vida

Molière, seudónimo de Jean Baptiste Poquelin, nació en París el 15 de enero de 1622. En 1643 se unió a la compañía creada por los Béjart, una familia de actores profesionales; en 1662 se casó con una joven de la familia, Armande Béjart. La compañía, a la que Molière dio el nombre de Illustre Théâtre, actuó en París hasta 1645 e inició un recorrido por Francia durante trece años, hasta que regresó a París en 1658. Luis XIV le prestó su apoyo y le permitió utilizar ocasionalmente el Petit-Bourbon e incluso, en 1661, el teatro del Palacio Real. Con la protección de la corte, Molière se consagró por completo a la comedia como escritor, actor, productor y director.

2. Obras

En 1659, estrenó Las preciosas ridículas. Escrita en un estilo similar al de las farsas antiguas; la obra satiriza las aspiraciones de dos jovencitas de provincias.

La escuela de las mujeres (1662) constituye un cambio de rumbo con respecto a la tradición de la farsa. Considerada como la primera gran comedia seria de la literatura francesa, analiza el papel de las mujeres en la sociedad y su preparación para él. La obra constituye una gran sátira de los valores materialistas de la época y, como tal, fue acusada de impía y vulgar.

En Tartufo (primera versión, 1664; tercera y definitiva versión, 1669) creó uno de sus personajes cómicos más famosos, el del hipócrita religioso. De la audacia de esta obra da testimonio el hecho de que el rey prohibiera su representación pública durante cinco años, pese a que él personalmente la consideraba divertida, pero tenía razones para creer que la comedia, con el hipócrita y avaricioso Tartufo vestido de cura y con cilicio, ofendería al poderoso alto clero francés.

El misántropo (1666) introduce un nuevo tipo de necio: un hombre de elevados principios morales, que critica constantemente la debilidad y estulticia de los demás y, sin embargo, es incapaz de ver los defectos de Célimène, la muchacha de la que se ha enamorado y que encarna a esa sociedad que él condena.

Otras obras de Molière (escribió en torno a 33) son El avaro (1668), una ácida comedia vagamente inspirada en una obra de Plauto, y El médico a palos (1666), una sátira sobre la profesión médica. El burgués gentilhombre (1670), una comedia-ballet con música del compositor favorito del rey, Jean Baptiste Lully, ridiculiza a un rico e ingenuo comerciante, Monsieur Jourdain, que aspira a ser recibido en la corte. Aparece un timador que lo embauca con falsas promesas, el futuro caballero se prepara para la ocasión tomando clases de música, baile, esgrima y filosofía.

La última comedia de Molière, El enfermo imaginario (1673), en torno a un hipocondríaco que teme la intervención de los médicos, sigue la tradición de aquellas sátiras de la medicina tan populares en la literatura de los siglos XVI y XVII. Irónicamente, pocos días después del estreno, en plena representación, Molière se sintió indispuesto y murió el 17 de febrero de 1673.

Shakespeare (1564-1616)

1. Vida

Se mantiene tradicionalmente que nació el 23 de abril de 1564. Probablemente, estudió en la escuela de su localidad y, como primogénito varón, estaba destinado a suceder a su padre al frente de sus negocios. Sin embargo, el joven Shakespeare tuvo que ponerse a trabajar. En 1582 se casó con Anne Hathaway, hija de un granjero. Al parecer, hubo de abandonar Stratford ya que le sorprendieron cazando ilegalmente en las propiedades de sir Thomas Lucy, el juez de paz de la ciudad.

Se supone que llegó a Londres hacia 1588 y, cuatro años más tarde, ya había logrado un notable éxito como dramaturgo y actor teatral. Poco después, consiguió el mecenazgo de Henry Wriothesley, tercer conde de Southampton. La publicación de dos poemas eróticos según la moda de la época, Venus y Adonis (1593) y La violación de Lucrecia (1594), y de sus Sonetos (editados en 1609 pero que ya habían circulado en forma de manuscrito desde bastante tiempo atrás) le valieron la reputación de brillante poeta renacentista. De hecho, la reputación actual de Shakespeare se basa, sobre todo, en las 38 obras teatrales de las que se tienen indicios de su participación, bien porque las escribiera, modificara o colaborara en su redacción. Aunque hoy son muy conocidas y apreciadas, sus contemporáneos de mayor nivel cultural las rechazaron, por considerarlas tan sólo un vulgar entretenimiento.

La vida de Shakespeare en Londres estuvo marcada por una serie de arreglos financieros que le permitieron compartir los beneficios de la compañía teatral en la que actuaba, la Chamberlain's Men, y de los dos teatros que ésta poseía, The Globe y Blackfriars. Sus obras fueron representadas en la corte de la reina Isabel I y del rey Jacobo I.

A partir del año 1608, la producción dramática de Shakespeare decreció considerablemente, pues al parecer se estableció en su ciudad natal. Murió el 23 de abril de 1616 y fue enterrado en la iglesia de Stratford.

2. Obras

Aunque no se conoce con exactitud la fecha de composición de muchas de sus obras, su carrera literaria se suele dividir en cuatro periodos aproximativos.

Primer periodo (Antes de 1594)

Probablemente, sus primeras obras fueron cuatro dramas que tenían como trasfondo los enfrentamientos civiles en la Inglaterra del siglo XV, un estilo muy popular en la época. Estas cuatro obras, Enrique VI, Primera, Segunda y Tercera parte (hacia 1590-1592) y Ricardo III (hacia 1593), tratan de las funestas consecuencias que para el país tuvo la falta de un liderazgo fuerte y de un proyecto nacional, debido al egoísmo de los políticos de la época. El ciclo se cierra con la muerte de Ricardo III y la subida al trono de Enrique VII, fundador de la dinastía Tudor, a la que pertenecía la reina Isabel.

Escribió numerosas comedias, entre las cuales destaca La comedia de las equivocaciones (hacia 1592), una divertida farsa que basa su interés en los errores de identidad que provocan dos parejas de gemelos y los equívocos que se producen respecto al amor y a la guerra.

Segundo periodo (Entre 1594 y 1600)

En este periodo escribió algunas de sus obras más importantes relacionadas con la historia inglesa y las denominadas comedias alegres, así como dos de sus mejores tragedias. Entre las primeras cabe destacar Ricardo II (hacia 1595), Enrique IV, Primera y segunda parte (hacia 1597) y Enrique V (hacia 1598), que cubren un periodo de tiempo inmediatamente anterior al de su Enrique VI. Entre las comedias de este periodo sobresale Sueño de una noche de verano (hacia 1595), una obra plagada de fantasía en la que se entremezclan varios hilos argumentales. En El mercader de Venecia (hacia 1596) se puede encontrar otra sutil evocación de atmósferas exóticas similar a la de la obra anterior. El tipo de mujer de ingenio rápido, calidez y responsabilidad personificado en Porcia reaparecería en las comedias alegres del segundo periodo, mientras que, por el contrario, la ingeniosa comedia Mucho ruido y pocas nueces (hacia 1599) deforma, según la opinión de muchos críticos, en el tratamiento un tanto insensible, a los personajes femeninos. Sin embargo, las comedias de madurez Como gustéis (hacia 1600) y Noche de Epifanía (hacia 1600) se caracterizan por su lirismo, su ambigüedad y por el atractivo de sus bellas, encantadoras e inteligentes heroínas. Otra de las comedias de este segundo periodo, Las alegres casadas de Windsor (hacia 1599), es una farsa sobre la vida de la clase media en la cual reaparece el personaje de Falstaff como víctima cómica.

Dos grandes tragedias marcan el comienzo y el final de este segundo periodo: Romeo y Julieta (hacia 1595) y Julio César (hacia 1599).

Tercer periodo (Entre 1600 y 1608)

En él escribió sus mejores tragedias y las llamadas comedias oscuras o amargas. Hamlet (hacia 1601), su obra más universal, retrata de un modo escalofriante la mezcla de gloria y sordidez que caracteriza la naturaleza humana.

Otelo, el moro de Venecia (hacia 1604) retrata el surgir y el expandirse de unos injustificados celos en el corazón del protagonista, un moro que es el general del ejército veneciano. El rey Lear (hacia 1605), concebido en un tono más épico, describe las consecuencias de la irresponsabilidad y los errores de juicio de Lear, dominador de la antigua Bretaña, y de su consejero, el duque de Gloucester. Antonio y Cleopatra (hacia 1606), otra de las grandes tragedias, se centra en otro tipo de amor, la pasión del general romano Marco Antonio por Cleopatra, reina de Egipto. Macbeth (hacia 1606) describe el proceso de un hombre esencialmente bueno que, influido por otros y debido también a un defecto de su propia naturaleza, sucumbe a la ambición y llega hasta el asesinato.

Otras tres obras de este periodo revelan la amargura contenida en estas tragedias. Así, Troilo y Cressida (hacia 1602) pone de manifiesto el abismo que extiende entre lo ideal y lo real, mientras que en Coriolano (hacia 1608), el legendario héroe romano Cayo Marcio Coriolano aparece como un personaje incapaz de seducir a las masas o de dominarlas por la fuerza, al igual que Timón de Atenas (hacia 1608) donde se narra la historia de un personaje reducido a la misantropía por la ingratitud de sus sicofantes.

Las dos comedias de este periodo son también algo oscuras. De hecho, se las ha llamado “las obras problemáticas”, pues no entran claramente en ninguna categoría, ni presentan desenlaces demasiado inteligibles. A buen fin no hay mal principio (hacia 1602) y Medida por medida (hacia 1604) tienen en común, además, el hecho de cuestionar la moral oficial.

Cuarto periodo (Desde 1608)

Comprende las principales tragicomedias románticas.

La tragicomedia romántica Pericles, príncipe de Tiro (hacia 1608), retrata a un personaje abatido por la pérdida de su esposa y por la persecución de su hija. En Cimbelino (hacia 1610) y El cuento de invierno (hacia 1610), los personajes soportan también grandes sufrimientos aunque al final consiguen la felicidad. La tempestad (hacia 1611), una tragicomedia a través de cuyo desenlace se pueden comprender los beneficiosos efectos de la alianza entre la sabiduría y el poder. Dos obras finales, el drama histórico Enrique VIII (hacia 1613) y Los dos nobles caballeros (hacia 1613 y publicada en 1634), la historia de dos jóvenes caballeros enamorados de una dama, atribuidas a Shakespeare, parecen ser más bien fruto de su colaboración con John Fletcher.

Estudio comparativo. molière y shakespeare

Tanto Molière como Shakespeare gozan de sendas reputaciones como autores de grandes obras, aunque no siempre fue así. A diferencia de Molière, las obras del cual fueron venegloradas, las de Shakespeare fueron rechazadas por sus contemporáneos por considerarlas tan solo vulgar entretenimiento. Aún así, los dos gozaron del mecenazgo de reyes y condes.

Éstos autores se pueden ubicar dentro del teatro neoclásico, en donde se escribían obras con fines didácticos y verosímiles, haciendo una crítica a la sociedad de la época, y mostrando defectos, vicios y debilidades de la naturaleza humana.

Aunque resulta evidente la diferencia entre Molière y Shakespeare, dado que el primero perteneció al teatro francés y el segundo, al inglés, la influencia que tuvieron la commedia dell'arte y autores clásicos es clara.

Molière escribió sátiras dirigidas contra las convenciones sociales y las debilidades de la naturaleza humana como retrato de la sociedad francesa de la época. Pese a que sus estereotipos y argumentos se inspiraron en tradiciones más antiguas, confirió una profundidad psicológica a sus personajes de los que extraía todo su potencial. La interpretación incluía el estudio de las expresiones faciales, los gestos y los chistes.

Shakespeare gozaba de una habilidad en el uso del lenguaje poético y de los recursos dramáticos, capaz de crear una unidad estética a partir de una multiplicidad de expresiones y acciones.

Generalmente, el tema de los escritos está influido tanto por el estado de ánimo como por la corriente imperante de la época. Molière mantuvo una “estilo” durante toda su esplendidez como autor, mientras que Shakespeare podemos ver cómo cambia su estilo en su carrera, dividiéndola así en cuatro grandes períodos: El primero se caracterizó fundamentalmente por la experimentación. Sus primeras obras teatrales, al contrario de lo que ocurrió con sus obras de madurez, poseían un alto grado de formalidad y, a menudo, resultaban un tanto predecibles y amaneradas. El segundo es un periodo marcado por una profundización de su individualidad como autor teatral. La introducción, en distintas proporciones, de elementos trágicos y cómicos para expresar amplios espectros de caracteres se convertiría en uno de sus recursos favoritos. En el tercero, escribe las tragedias más profundas de todas sus obras, aquellas en las que la poesía de la lengua se convierte en un instrumento dramático, capaz de registrar las evoluciones del pensamiento humano y las distintas dimensiones de una situación dramática. En el cuarto periodo creó numerosas obras en las que, a través de la intervención de la magia, la piedad, el arte o la gracia, sugiere con frecuencia la esperanza en la existencia de una redención para el género humano. Estas obras están escritas, por lo general, con una gravedad que las aleja de las comedias de los periodos anteriores, pero suelen tener finales felices en forma de reuniones o reconciliaciones. Estas tragicomedias basan parte de su atractivo en el carácter exótico y alejado en el tiempo de los escenarios en los que se desarrollan, y resultan mucho más simbólicas que cualquiera de las obras anteriores de su autor.

Viendo los trabajos de estos grandes autores, podríamos establecer un cierto paralelismo entre sus obras:

  • Existe una similitud entre “La comedia de las evocaciones”, de Shakespeare y “El avaro” de Molière, ya que ambas parecen haber sido influidas por obras de Plauto, en donde la trama se complica con engaños y confusiones de identidad.

  • También podría establecerse un paralelismo entre “Como gustéis” y “Noche de Epifanía” de Shakespeare y “Escuela de mujeres”, de Molière, ya que las tres obras son comedias que ensalzan la feminidad y exponen el papel de las mujeres en la sociedad.

Como conclusión, podemos observar que, aunque son dos autores completamente diferentes, ubicados en diferentes partes del mundo y con una pequeña diferencia temporal, tienes bastantes cosas en común.

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Enviado por:Joss
Idioma: castellano
País: España

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