Educación y Pedagogía


Minusválidos


Introducción

La accesibilidad es una característica básica del entorno construido. Es la condición que posibilita el llegar, entrar, salir y utilizar las casas, las tiendas, los teatros, los parques y los lugares de trabajo. La accesibilidad permite a las personas participar en las actividades sociales y económicas para las que se ha concebido el entorno construido.

Para muchas personas, el entorno construido actual es accesible: lo usan de un modo independiente y natural. Tan natural, en realidad, que ni siquiera tienen conciencia de la accesibilidad como de algo esencial. Sin embargo, no ocurre lo mismo con todas las personas.

Para un gran grupo de personas usuarias del entorno construido, se trata de algo sencillamente natural. En cambio, es frecuente que quienes tienen discapacidades físicas o sensoriales sólo consigan "arreglárselas" con dificultad o con la ayuda de otras personas. A veces se ven literalmente excluidos.

Al final de este siglo, un tercio de la población europea estará constituido por personas mayores con algún tipo de discapacidad.

Ahora bien, el vínculo entre la accesibilidad y el grupo al que se hace referencia como "discapacitados" es excesivamente restrictivo.

Las personas mayores, los niños, las personas gruesas, altas y bajas, los que sufren lesiones por la práctica de deportes, las personas que llevan un cochecito infantil, todos ellos tropiezan con un entorno hostil lleno de obstáculos. Al final, da la impresión de que todos y cada uno podrían verse afectados.

Para garantizar las mismas posibilidades de participación en actividades sociales y económicas, todas las personas cualesquiera que sea su edad y su posible discapacidad, deben tener la posibilidad de entrar en cualquier parte del espacio construido y utilizarlo con la mayor independencia posible.

Además, una sociedad funciona mejor cuando no se impide a nadie ir adonde quiera. sea para utilizar algún recurso o para ofrecer sus servicios. Un entorno accesible es una condición previa para el éxito social y económico.

Necesidad de nuevos criterios

Los criterios de accesibilidad están determinados por características humanas. En este proceso ha sido siempre norma trabajar sobre el supuesto de personas de talla y posibilidades medias. Sin embargo, los edificios para "las personas medias" no son igualmente accesibles para todas las personas de una forma automática.

Nadie encaja en la imagen de la persona media: en cierto modo, todas las personas se desvían del tipo medio en cuanto a la altura, anchura, fuerza, velocidad, visión, audición. etc. De hecho, estas mismas diferencias debieran ser criterio para diseñar el entorno construido. Así es como se crea una norma que beneficie a todos, sean personas “medias“ o “excepcionales”.

Proceso mental y tecno1ógico

La movilidad personal depende parcialmente de los medios_ que la gente tenga a su disposición. El desarrollo de estos medios, adaptados a las circunstancias individuales, es un importante desafío para el diseño industrial. Al mismo tiempo e~ bastante distinto del enfoque que debe caracterizar al entorno construido, y que no sólo es responsabilidad de clientes, diseñadores, trabajadores, gestores legisladores y responsables de planificación en los sectores de la arquitectura y la construcción, sino que también constituye un reto para ellos.

Por encima de todo esto, cabe esperar que, dentro del proceso de diseño, los arquitectos consideren soluciones que satisfaga n las necesidades de todos. Si se sigue sistemáticamente este principio, el resultado será la adquisición de una nueva conciencia del diseño. Ya no prevalecería la hipótesis de intentar diseñar vagamente para el hombre medio no existente ni se agravaría el problema con la introducción de modificaciones improvisadas y superficiales.

Objetivo

Lo que hace falta en 1a práctica diaria del diseño, eesti6n y reestructuración del entorno construido es una propuesta universal de accesibilidad, un enfoque basado en el siguiente objetivo:

El entorno debe disponerse de modo que permita a todos desenvolverse verse igualmente y de la forma más independiente posible

Esto significa que las instalaciones construidas deben basarse en el principio de que las personas son distintas, si bien eso no se consigue creando instalaciones propias para cada individuo ni para cada categoría aislada de personas, sino

integrando las distintas necesidades de las personas en instalaciones que pueda utilizar lodo el mundo

Esta es la base del diseño universal que se presenta en este "Concepto europeo de accesibilidad".

Función del documento

Este "Concepto europeo de accesibilidad" ofrece los principios y criterios del diseño universal. A este respecto,

el concepto sirve como trabajo de referencia para armonizar la idea de la accesibilidad en Europa y aporta una base segura para establecer una norma europea de accesibilidad.

Teniendo esto en cuenta, el documento_ puede utilizarse también como referencia para el desarrollo o la revisión de manuales y directivas de diseño de carácter nacional. En consecuencia, el documento se destina esencialmente a:

los responsables de la toma de decisiones y a los legisladores que intervienen en la armonización de este concepto o en la evaluación de las normas de accesibilidad a nivel europeo y nacional.

las organizaciones de consumidores de alcance internacional y nacional que deseen representar sus intereses desde una perspectiva europea.

Edificios

Muchas veces, el primer obstáculo en un edificio es la propia entrada. Tiene peldaños, la puerta es excesivamente estrecha o hay que hacer demasiada fuerza para abrirla. Dentro del propio edificio los pasillos son a veces demasiado angostos y surgen dificultades por la anchura inadecuada de las puertas o el espacio necesario para usarlas.

En un edificio los distintos niveles de las plantas constituyen obstáculos para todo el mundo. Muchas personas sólo pueden usar las escaleras con gran dificultad, si es que les es posible hacerlo. En particular, las personas que llevan maletas pesadas, cochecitos de niño, carros o sillas de ruedas dependan de las rampas y de los ascensores. Estos medios, evidentemente, no los hay en todos los sitios. A veces los ascensores son demasiado pequeños y las rampas están excesivamente inclinadas.

El espacio de las instalaciones sanitarias suele ser inadecuado. Lo mismo cabe decir, en general, de la disposición de los edificios. Además, en el uso de armarios, teléfonos y pupitres, por ejemplo, el espacio libre no es lo único que importa.

Los accesorios desempeñan también un papel importante. Una percha montada a excesiva altura quedará fuera del alcance de las personas bajas, de los niños o de quienes tienen que usar silla de ruedas. Lo mismo ocurre con los muebles, cajeros, teléfonos, buzones, interruptores de luz o letreros.

Las personas con problemas de visión dependen del uso bien concebido del alumbrado, de los colores y de los contrastes tonales. Los contrastes de materiales y texturas son esenciales para ofrecerles información. Por ejemplo, la yuxtaposición de superficies muy brillantes, suelos monocromos y cristales del suelo al techo puede ser peligrosa e inducir a confusión a quienes tienen problemas de orientación.

Las personas con problemas auditivos no suelen distinguir bien los sonidos debido al efecto de cruces de conversación y al ruido superfluo de fondo, todo lo cual puede evitarse evaluando cuidadosamente las condiciones acústicas del espacio y los factores de absorción del mismo. Por ejemplo, las personas con deficiencias auditivas dependen de información amplificada en vestíbulos y mostradores. Para ellas es muy importante además un buen alumbrado.

Finalmente, no todo se reduce a llegar a un edificio, entrar en él o utilizarlo. En casos de emergencia hay que tener la posibilidad de salir de él con rapidez. Una evacuación en una situación de emergencia es una operación clave que exige un control adecuado. Los ascensores de evacuación y los refugios previstos en un diseño aumentan las condiciones de seguridad de un edificio.

Viviendas

El diseño de las_ viviendas es, en la_ mayor parte de los países, responsabilidad de la empresa constructora. Una vez ocupada la vivienda, el diseño y acabado del interior dependen esencialmente de las necesidades, deseos y gustos individuales del ocupante. Esto es igualmente aplicable al grado de accesibilidad de la vivienda, a la forma de llegar a las habitaciones y a la distribución del mobiliario.

Es posible que el ocupante tenga parientes o amigos con minusvalías físicas o lesiones temporales a los que le gustaría recibir en su hogar. Si la vivienda no satisface las necesidades físicas de estos visitantes no podrá hacerlo. Los ejemplos posibles son numerosos: el vestíbulo, los pasillos o las puertas interiores son excesivamente estrechos; los baños demasiado pequeños y las diferencias de niveles de los suelos, insalvables. Así. el visitante se encuentra con las mismas dificultades que en el entorno exterior y en los edificios públicos.

Estas dificultades pueden aplicarse incluso a los propios ocupantes. Si éstos presentan una limitación física permanente o temporal, quizás haya que adaptar para ellos ciertos aspectos del diseño del interior instalando, por ejemplo, un nuevo fregadero en la cocina o un elevador de escalera a la planta superior.

Si la vivienda no puede modificarse dentro de lo razonable para satisfacer las necesidades de un ocupante con discapacidad física, perdería toda posibilidad de vivir en ella. El ocupante tendría que abandonarla y trasladarse quizás, a otra zona u otra ciudad. Toda su forma de vida se puede ver alterada en lugar de poder seguir viviendo en la misma vivienda, si lo desea, adaptándola fácilmente a sus circunstancias durante las distintas etapas de su vida.

Características básicas

Es posible aplicar consideraciones relativas al espacio y_ a otros aspectos en todos los casos. En principio, siempre se repiten las mismas características.

(1) Espacio para movimiento horizontal Las aceras y los pasillos deben ser suficientemente anchos, altos, libres de obstáculos y han de estar diseñados de forma que sea posible orientarse en ellos con facilidad.

(2) Entradas Las puertas de las verjas y las de entrada e interiores deben ser suficientemente anchas y altas. Ha de haber bastante espacio para traspasarlas sin que se requiera demasiado esfuerzo. Además, debe ser fácil encontrar las entradas.

(3) Instalaciones para movimiento vertical La necesidad de salvar las diferencias de altura es inc6moda, en mayor o menor grado, para todos. En las vías de desplazamiento, estas diferencias deben evitarse en lo posible o poder salvarse con un elevador o una rampa combinados con escaleras cómodas.

(4) Espacio para el usuario Debe dejarse suficiente espacio alrededor del mobiliario urbano y en el interior de los edificios o viviendas para el uso de instalaciones, como el cuarto de baño, para mejorar las posibilidades de uso.

(5) Facilidad de funcionamiento Los mecanismos de accionamiento de las instalaciones deben diseñarse e instalarse de modo que queden dentro del alcance de todas las personas sin que se requiera una fuerza excesiva para utilizarlos. La señalización ha de ser visible, tangible y audible.

Normalidad

El elemento de normalidad es el fundamental del diseño universal. No basta con que las personas puedan usar independientemente las instalaciones de un edificio; hay que garantizar que al hacerlo no se establezca una distinción esencial entre diferentes categorías de personas. Se trata de una cuestión muy delicada y un concepto difícil de medir, por lo que ofreceremos una ilustración:

Es un hecho que en pocos edificios existentes pueden pasar por la puerta principal las personas en sillas de ruedas y las que llevan cochecitos de niño: el umbral es excesivamente alto o la puerta giratoria demasiado pequeña. Han de usar, por tanto, la puerta trasera y esto ya entra en conflicto con el principio de normalidad: todas las personas deben tener la posibilidad de entrar en un edificio de la misma forma, o sea, debe haber una sola entrada para todos.

Lógicamente, la normalidad no quiere decir que no puedan adoptarse determinadas medidas para categorías específicas, como rótulos en Braille para los ciegos.

Edificios visitables y adaptables.

Entre los visitantes de edificios hay que mencionar a los clientes. Los ocupantes son los que trabajan en ellos, es decir, los empleados. Sobre esta base, todas las instalaciones que se destinan a su empleo por los visitantes, o sea, el vestíbulo, las salas de reuniones y los servicios deben ser visitables.

Las instalaciones que sólo utilizan los trabajadores deben ser adaptables, en el sentido de que el espacio de trabajo debe poderse reestructurar con sencillez cuando la necesidad lo imponga.

viviendas adaptables y visitables

La vivienda adaptable es la que puede ser modificada, sin grandes obras de reconstrucción, a fin de satisfacer las necesidades variables de los ocupantes presentes y futuros.

Por ejemplo, si la escalera inicial es suficientemente ancha podría instalarse en ella un elevador. Asimismo, si el cuarto de baño tiene espacio suficiente podría cambiarse la posición de los sanitarios, como el inodoro y la bañera.

Una vez establecida una norma de espacio adecuado al diseñar un piso o vivienda, debe ser posible usar éste permanentemente sin que ninguna familia se vea obligada a mudarse a otro lugar cuando cambien sus circunstancias.

Una vez incorporadas las características de accesibilidad a la vivienda, incluida la dotación de un inodoro accesible, podrá ser ya visitada por cualquier amigo o pariente. Si la vivienda es visitable habrán quedado satisfechos en gran medida los requisitos de adaptabilidad.

NORMATIVA

La normativa referente a control de accesibilidad en los edificios comienza en España con la orden del 3 de Marzo de 1980 referente a mínimos aplicables en viviendas de protección oficial destinadas a minusválidos. En esta ley se fijan las bases dimensionales de toda la normativa que se aplicará posteriormente.

Más tarde aparecerá la LISMI (Ley de Integración Social de Minusválidos - 7 de abril de 1982), cuya característica principal es que fija que el 3% de todas las viviendas que construyan, promuevan, o subvencionen las administraciones públicas dispondrán de características constructivas suficientes para facilitar el acceso a los minusválidos. Esta ley falló, porque solamente contenía indicaciones y no medidas concretas.

El 19 de Marzo de 1989 aparece el Real Decreto sobre medidas mínimas y accesibilidad en edificios y es el primer documento en el que se diferencia entre itinerarios practicables y accesibles.

La Comunidad de Madrid realiza en Junio de 1993 la Ley de Promoción de la Accesibilidad y Supresión de Barreras Arquitectónicas, ley bastante completa en la cual se definen los distintos tipos de barreras arquitectónicas y urbanísticas, las principales dificultades que se presentan para los usuarios, y todas los condicionantes dimensionales y de reserva de espacios que deberán tener los edificios públicos y privados, tanto en comunicaciones verticales, como en horizontales y dedicando un apartado especial a las viviendas para personas con movilidad reducida permanente. En esta ley se definen también con mayor rigor los tres tipos de espacios, instalaciones o servicios en función de su accesibilidad para personas en situación de limitación de movilidad.

  • Adaptados: se considera un espacio adaptado cuando se ajusta a los requisitos funcionales y dimensionales que garantizan su utilización de forma autónoma y con comodidad por parte de personas en situación de limitación de movilidad.

  • Practicable: se considera un espacio practicable cuando, sin ajustarse a todos los requisitos anteriormente citados no impida su utilización de forma autónoma a las personas en situación de limitación de movilidad.

  • Convertibles: se considera un espacio convertible cuando, mediante modificaciones que no afecten a su configuración esencial pueda transformarse como mínimo en practicable.

  • La Dirección de Arquitectura y Vivienda de la Comunidad de Madrid elaboró en Junio de 1998 el Procedimiento Unificado de Verificación del Cumplimiento de la Normativa de Accesibilidad y Supresión de Barreras, en base a la legislación de Junio de 1993 que consiste en una serie de fichas distintas según el carácter de la edificación (edificio de uso público, privado o urbanización) que debe cumplimentar el arquitecto y que son destinadas al controlador. Se establece así una fórmula sencilla que garantiza la accesibilidad en los edificios.

    En Septiembre de 1998, la Comunidad de Madrid corrigió la Ley de 1993 alegando que era debido a que, determinadas especificaciones técnicas de la anterior ley producían efectos contrarios al fin pretendido, ya que en la práctica esas soluciones generaban mayores cargas económicas a las personas con movilidad reducida. Este Decreto, atendiendo solamente a razones económicas, reduce las dimensiones mínimas que existían en la legislación española endureciendo las condiciones de usabilidad de los minusválidos.




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    Enviado por:Nawanda
    Idioma: castellano
    País: España

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