Ecología y Medio Ambiente


Marismas de Santoña


MARISMAS DE SANTOÑA

Marismas de Santoña
El conjunto de Marismas de Santoña - Noja, Victoria y Joyel (3.500 hectáreas), situadas en la costa este de Cantabria, constituyen un enclave único para la geografía española, en donde se desarrollan abundantes procesos biológicos. Esta zona húmeda ha sido declarada Reserva Natural por parte del Gobierno español, lo cual, junto con su inclusión en convenios internacionales sobre la conservación de aves acuáticas, avala el indudable interés natural que estos ecosistemas presentan. 

Las marismas son medios naturales muy complejos pero podemos establecer como característica definitoria de estos ecosistemas, la confluencia de aguas dulces y saladas en áreas poco profundas afectadas por las mareas.

En el estuario de las Marismas de Santoña y Noja confluyen las rías de Limpias, Rada, Escalante y Argoños, que aportan materia orgánica y sedimentos de la zona terrestre; mientras que entre el Puntal de Laredo y la Punta de San Carlos penetran las aguas marinas produciendo una retención de sedimentos.

El agua existente en las marismas, debido a la circunstancia que acabamos de señalar, es salobre, como consecuencia de su salinidad intermedia entre la del mar y la de las aguas continentales que aquí se encuentran. 

En las marismas se produce un aporte de sedimentos, tanto de origen terrestre como marino, que proporciona una importante riqueza en nutrientes. Si a esto le sumamos una buena iluminación (zona fótica), nos encontramos en las condiciones idóneas para el desarrollo de multitud de organismos microscópicos y macroscópicos. La importancia de estos organismos radica en que constituyen la base de la cadena alimenticia, que soportará una increíble explosión de vida.

Dadas las idóneas condiciones medio ambientales de este territorio permitieron que los grupos humanos habitaran esta zona desde la Prehistoria. Podemos localizar aquí un gran número de asentamientos, además de manifestaciones artísticas propias de las culturas paleolíticas como las de los abrigos de El Perro y San Carlos, en Santoña.

Marismas de Santoña

Las interrelaciones alimentarias entre animales y plantas (redes tróficas) alcanzan en las marismas un gran desarrollo, dando lugar a numerosas y variadas formas de vida entre las que podemos destacar las aves acuáticas. 

LA FAUNA DE LAS MARISMAS

Las marismas se caracterizan por ser importantes áreas de centro de cría de diversas especies piscícolas y por ser el centro de descanso migratorio de aves que atraviesan Europa hacia África u otros lugares de la Península Ibérica.

La costa rocosa y recortada se adentra en el mar originando gran variedad de nichos ecológicos sumergidos donde se desarrollan algas y plantas que sirven como fuente de alimento para numerosos moluscos, crustáceos y peces (detritívoros filtradores)

En el grupo de los invertebrados localizados en esta zona hay que resaltar la particular fauna bentónica del estuario del Asón. Su alta productividad biológica constituye la base alimenticia de numerosas especies animales y su diversidad comprende más de doscientas especies (anémona, gusana de coco y gusana de tubo) También abundan los moluscos, crustáceos y equinodermos que son objeto de explotación por la actividad marisquera desde tiempos históricos.

Los vertebrados acuáticos más típicos son los peces óseos; en torno a su explotación se ha desarrollado la industria conservera, especialmente de la anchoa y la sardina, que ha transformado la actividad pesquera y económica de los habitantes de esta zona. De las especies que atraviesan las marismas de Santoña en sus migraciones, cabe destacar la anguila y el salmón y de las que aparecen ligadas al medio marino, cabe destacar el salmonete, el lenguado y el aligote.

Las marismas actúan como centros de desove para gran número de peces que, durante las primeras fases de su vida, encuentran en ella unas excepcionales condiciones ambientales les permiten alimentarse y crecer con facilidad.

Los mamíferos más abundantes son aquellos que tienen su hábitat en los encinares, matorrales y prados; se han detectado más de treinta especies, entre las que se encuentran el gato montés, el jabalí y el corzo.

Pero el grupo más importante de vertebrados de las marismas de Santoña lo constituyen las aves, con más de 120 especies diferentes. Las marismas son visitadas por distintas aves en su migración entre Europa y África o el sur de la Península Ibérica.

Aunque la avifauna está presente todo el año en las marismas, la estación en que alcanza su plenitud es en el invierno, cuando el frío arrecia en el resto de Europa y las aves buscan un clima más suave. Algunas utilizan estos humedales como punto de reposo en su tránsito hacia zonas más cálidas, mientras que otras se establecen aquí para criar.

El grupo más importante de la avifauna está formado por las anátidas y limícolas. Entre las primeras existen treinta y una especies y destacan por su número el ánade silbón (Anas penelope) , el ánade real (Anas platyrhynchos) y la cerceta común (Anas crecca).

Las limícolas están representadas por más de treinta especies, destacando el colimbo ártico, el colimbo chico, el colimbo grande, el ALCA y el arao común.

Las especies que nidifican en la zona son más de dieciséis. Entre ellas cabe destacar la garza real (Ardea cinerea), el avetorillo (Ixobrychus minutus), el pato colorado (Netta rufina) y la cigüeñuela (Himantopus himantopus)

En los últimos años se ha incrementado la nidificación del cormorán grande, la garceta común (Egretta garzetta) y las aves marinas que crían en los acantilados y en las islas: la gaviota patiamarilla, la gaviota sombría, gaviota reidora, el cormorán moñudo y el paíño común.

Marismas de Santoña
De las aves marinas, la más frecuente de todas es la Gaviota Patiamarilla, con un color gris - plateado en sus alas y en el dorso; en contraste con el color blanco del resto de sus plumas. Su pico y sus patas son de un amarillo intenso (de ahí les viene el nombre)

La Gaviota Sombría, es ligeramente menor que la Patiamarilla, pero alcanza una envergadura considerable. Su plumaje es bastante parecido al de la Gaviota Patiamarilla, pero con una tonalidad mucho más oscura en las alas y en el dorso (de ahí les viene su nombre) La Gaviota Sombría, al contrario que la Patiamarilla, no cría en nuestras costas, por lo que durante todo el año y, sobre todo, en el período estival, el número de ejemplares presente es mucho menor. 

La tercera gaviota más frecuente es la Gaviota Reidora que tiene un porte claramente menor que las anteriores. Poseen un suave tono grisáceo en el dorso y en las alas; éstas tienen sus puntas negras por la parte inferior con el contorno exterior blanco. La peculiaridad más destacable del plumaje de estas aves es el cambio de coloración estacional que presentan en la cabeza. Durante la primavera y el verano el número de Gaviotas Reidoras en toda la zona es mucho menor, puesto que migran a lugares más septentrionales para criar. 

LA FLORA DE LAS MARISMAS

En principio a las Marismas entra agua de mar con una salinidad estable de 3.5%, pero la insolación y el viento se encargan de evaporar el agua. Por lo tanto, las plantas que pueblan las marismas (plantas halófitas) llegan a soportar concentraciones del 10%.

Los suelos que están inundados tienen un problema de falta de aireación, lo que lleva a la muerte de cualquier planta no autóctona. En la zona de marisma podemos distinguir claramente las zonas que están casi continuamente inundadas de las que lo están de forma más esporádica por la vegetación existente.

Otro problema que nos encontramos en las Marismas es que las plantas han tenido que adaptarse a fuertes oscilaciones osmóticas, ya que las lluvias pueden hacer que el agua quede a una salinidad cercana a cero, esto es, agua dulce. Los suelos salinos tienen una presión osmótica muy alta, aunque estén empapados de agua, y son fisiológicamente secos para las plantas no especializadas, incapaces de absorber el agua salada. Una adaptación decisiva para las plantas que habitan esas zonas es que las membranas de los pelos absorbentes (radiculares) sean permeables a la sal, que en este caso penetra libremente en los tejidos y no ejerce acción osmótica.

La flora existente en las marismas de Santoña está formada por diversas comunidades vegetales diferenciadas, debido a la diversidad de hábitats, destacando cuatro grupos de vegetación: las praderas marinas, los espartinales, las comunidades suculentas anuales de salicornias y las comunidades halófilas arbustivas.

La composición botánica es un poco inesperada; junto a la vegetación marismeña, propiamente dicha, hay que resaltar las especies que se encuentran en las dunas, playas, bosques de ribera, acantilados, bosques mixtos de frondosas, matorrales, pastizales, praderías, cultivos atlánticos y los encinares y otras plantas perennifolias de menor porte, más típicas del clima seco mediterráneo que del húmedo predominante en esta zona.

Las plantas más típicas de las Marismas son las siguientes:

Marismas de Santoña
Arthrocnemum macrostachyum

Vulgarmente conocida como Sapera, es la planta más abundante en la marisma. Pertenece a la familia de las Quenopodiaceas y es el género más abundante y el que da nombre a todo el ecosistema. Hay varias plantas de este género en las marismas pero su diferenciación es bastante complicada. 

Marismas de Santoña
Spartina densiflora

Esta planta es de la familia de las Gramíneas; es capaz de crecer incluso enraizando dentro del agua salada. Sus hojas tienen forma de juncos. Estas plantas se han utilizado para estabilizar terrenos ganados al mar.

Frankenia laevis.

Marismas de Santoña
Vulgarmente conocida como Brezo de Mar, pertenece a la familia Frankeniaceas. Es una planta rastrera que florece desde el principio de la primavera, dando un color violeta a todo el suelo de la marisma. Se le llama brezo de mar porque sus hojas son del mismo tipo que las del brezo.

Marismas de Santoña
Limonium ferulaceum

Pertenece a la familia de las Plumbaginaceas. Podemos encontrar durante la primavera muchas especies de este género, formando un manto azul que tiñe la marisma entera. Son de un tamaño muy pequeño.

Mesembryanthemum crystallinum

Marismas de Santoña
Vulgarmente conocido como Escarchada, pertenece a una rara familia, las Aizoaceas. Sus hojas están recubiertas por unas papilas de aspecto cristalino lo que hace que parezca que están recubiertas de escarcha continuamente. Es una planta muy abundante en la marisma y destaca sobre todo en verano cuando se pone roja por completo, dando al suelo un color rojo. 

Marismas de Santoña

Plantago maritima

Es una planta muy abundante en las Marismas que pertenece a la familia de las Plantaginaceas.

 

Spergularia marina

Vulgarmente conocida como Rabaniza de los soseros, pertenece a la familia de las Cariofilaceas. Suele tener flores con pétalos de color rosado por arriba y blanco hacia la base, pero alguna (como la de la foto) tiene las flores completamente blancas.

Suaeda vera

Vulgarmente conocida como Sosa; es la más abundante en las zonas de marisma no encharcada (un poco más alejada del agua que Arthrocnemum) Es muy ramosa, tiene hojas carnosas semicilíndricas y flores verdes diminutas.

 

 

En el ecosistema terrestre destacamos la abundante presencia de encinas, dispersas a veces en pequeños grupos o formando importantes manchas, que caracterizan el encinar cantábrico. Es un encinar mixto en el que destacan como especies acompañantes el Aligustre, el Aladierno, el Labiérnago, el Madroño o el Laurel. Lo raro de estas especies es que son más propias del seco clima mediterráneo que del clima fresco y húmedo que predomina en las Marismas.

Marismas de Santoña

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Enviado por:Ana Saburido
Idioma: castellano
País: España

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