Literatura


Marianela; Benito Pérez Galdós


Índice

Introducción:

Perdido

Guiado

Un dialogo que serviría de exposición

La familia de piedra

Trabajo. Paisaje. Figura

Tonterías

Más tonterías

Prosiguen las tonterías

Los Golfines

Historia de los hijos del pueblo

El patriarca de Aldeacorba

El doctor Celipín

Entre dos cestas

De como la Virgen se le apareció a la Nela

Los tres

La promesa

Fugitiva y meditabunda

La Nela se decide a partir

Domesticación

El nuevo mundo

Los ojos matan

¡Adiós!

Conclusión:

Bibliografía…………………………………………………………………………………………………………………………………………………….59

Nota: Las ilustraciones que vienen al final de cada capítulo no están numeradas como páginas. Son dos dibujos por capítulo.

Introducción:

En los resúmenes de la obra de Benito Pérez Galdós Marianela, que se nos presentan a continuación, se puede resaltar muchas cosas.

Todo empieza cuando una muchacha llamada Marianela más conocida como la Nela, trabaja de lazarillo en la casa de un joven llamado Pablo Penáguilas, hijo del señor Francisco Penáguilas. Ella después que le dá su cariño y ayuda, por la razón que es ciego se empieza a enamorar de él. Ella carece de belleza física pero si tiene una hermosa belleza espiritual, la cual hace que el ciego también se enamore de ella. Él tiene la oportunidad de que un médico llamado Teodoro Golfín lo cure de su ceguera y esto asusta mucho a Nela porque verá su fealdad y ya no la querrá más. Para empeorar las cosas, conoce el ciego, antes que lo operaran, a su prima Florentina que es muy bella, con la cual está destinado a casarse por compromiso entre sus padres. Después de que lo operan Nela desaparece y Pablo se cautiva con la belleza de su prima; Pablo no entiende el porqué de la huída de Nela y finalmente Nela muere como toda una señora rica y poco despreciada, cosa que nunca fue.

1º capítulo

Perdido

El señor Teodoro Golfín era un doctor que se había perdido buscando las minas de Socartes. Impacientemente aguardaba el paso de un aldeano que le diera buenas direcciones topográficas. Golfín obtuvo estas direcciones preguntándole a uno de estos, que efectivamente le dijo por donde tendría que ir nuestro viajero y también que tendría que caminar “adelante, siempre adelante”

Golfín se repetía constantemente:

-¡Me he perdido y todo por culpa del famoso adelante, siempre adelante, que me dijo un aldeano en el camino!,. La ley universal de la locomoción no puede fallar en este momento he de llegar a las famosas minas de Socartes y tal parece que me encuentro en un desierto ¡Qué soledad!

Sorprendido, Golfín no encontraba a nadie que pudiera guiarle correctamente.

-¿En dónde estás, querido Golfín?, llegaré esta noche a las minas de Socartes y abrazaré a mi querido hermano.

Al llegar a un talud, Golfín escucha el canto de una muchacha y lo encuentra preciosismo.

- Ése es el canto de una muchacha; sí, es voz de mujer, y voz muy bella ¡Qué voz tan bella, qué melodía tan conmovedora!

Una figura humana llama la atención de nuestro viajero, que estaba arrepentido de haber decidido ir andando, era un ciego, que con mucho gusto, después, lo ayudaría a llegar a su destino. Golfín con esperanzas de poder llegar a las minas grito con desesperación este:

-Muchacha, hombre o quien quiera que seas necesito saber si por estos lugares se puede llegar a las minas de Socartes.

Este hombre (tal parecía que lo era) tenía un perro llamado Choto, que inmediatamente se puso a ladrarle a Golfín y este le pidió que por favor lo alejara y desde este momento lo empezó a conocer.

Este hombre le dijo que estas eran efectivamente las minas de Socartes, pero que no era ese exactamente el establecimiento. La voz de este ere muy cortes para con Golfín y se dio cuenta que este era ciego.

El ciego llevó a este al establecimiento por un lugar por donde durarían más.

Comento este ciego al viajero que por su discapacidad tenía que andar con alguien, como Choto o con su lazarillo Marianela y si no solo y simplemente usaría su palo que usaba para guiarse.

Después de esto comento a Golfín el estado de la mina y de sus lugares.

2º capítulo

Guiado

El señor Golfín era guiado por el ciego mientras entablaban una larga conversación. En un momento dado, Golfín le pregunta a Pablo, que así es su nombre, si es ciego des de nacimiento, entonces él le responde que sí.

-¡Cuan lamentable puede ser no haber visto nunca las estrellas, que tan bonitas son, y el cielo!

-Dice usted el cielo y las estrellas, ya me imagino que parece como si pudiéramos tocarlas y agarrarlo con la mano sin poder hacerlo.

El ciego guía a Golfín por diversas zonas de las minas que iba palpando con su mano derecha la pared y de esto nos podemos dar cuenta que tiene el joven una asombrosa inteligencia, ya que conoce todo cuanto le rodea.

Golfín asombrado vía a su alrededor imágenes de las rocas increíbles y de esto dijo Pablo a Golfín:

- Lo que a usted le maravilla son los bloques de piedra que llaman cretácea y de arcilla ferruginosa endurecida. Dicen que esto presenta un golpe de vista sublime, sobre todo a la luz de la luna. Me he criado en estos sitios .Ya estamos cerca de la boca.

En el camino Pablo le explica a el Doctor todo sobre la terrible que es un lugar con un abismo que nadie sabe su fin.

- Esta zona de la mina se llama la Terrible, la boca de esa caverna háyase a bastante distancia de nosotros.

Una vez que ya han salido de las minas el doctor vuelve a escuchar la melodiosa voz que antes había oído. Entonces le pregunta al ciego de quién es esa bonita voz, a lo que el ciego responde gritando a la Nela:

-¡Nela, Nela no vengas espérame en el establecimiento!

Pablo le cuenta a Golfín que Nela es su Lazarillo. Vuelven a entrar en las minas, y el ciego le explica todo sobre ellas, tramo a tramo.

El ciego le pide a Nela que acompañe a Golfín, al extraviado, después de que han salido de las minas ya que se encontraban en lo que queda de Aldeacorba.

- Nela le acompañará a usted hasta las oficinas. De aquí a las oficinas no hay más que un cuarto de hora de camino.

Golfín le da las gracias al ciego ya que este se ha de marchar porque su padre lo llama, Golfín también le dice que espera que sean buenos amigos y que es hermano de Carlos Golfín.

- le he conocido a usted, y seremos amigos, quizá muy amigos.

Después de despedirse y de darles advertencias a Golfín y a la Nela partieron rumbo a las oficinas, el diálogo que se daría merecería un capítulo por aparte el cual viene adelante.

3º capítulo

Un dialogo que serviría de exposición

El señor Golfín y Nela, mientras viajaban hacia las oficinas, entablan una conversación, en esta que duro mucho rato y aclaró muchas dudas a Golfín, él le pregunta la edad a Nela, a lo que ella le responde que tiene dieciséis, y el doctor añade exaltado, que su cuerpo es de una niña de doce años. También estudia el rostro de la muchacha, y se da cuenta que Nela tiene una mala alimentación.

- ¡Pobrecita! Dios no ha sido generosa contigo - esto dijo golfín al darse cuenta de la fealdad de Marianela.

-Dicen que cuando yo era niña, me le resbalé de las manos a mi mamá y me caí al río.

-¿Y no te pasó nada?

-No señor, gracias a Dios no me pasó nada, caí encima de piedras y supuesta mente antes de esto yo era una niña muy bonita.

Marianela le dice al doctor que ella no trabaja ya que según lo que dice no sirve para nada.

-¿Tú trabajas, Nela?

-No señor yo no sirvo para nada. No puedo trabajar en las minas porque si levanto el peso más pequeño me caigo y me fatigo demasiado y si me ponen a hacer algo difícil me desmayo.

-No Nela todo es cuestión de que alguien te sepa manejar, y te aseguro que de ser así ya estarías trabajando.

-¡Qué no Señor ya le dije que yo no sirvo para nada, y lo único que sé hacer bien y que es un trabajo muy bonito y un poco duro para mi inutiliza, es el de cuidar y sacar a pasear al señorito Pablo.

También el Doctor se interesa por saber quién era la madre de Marianela.

-¿De quién eres hija?

-Mi mamá era una mujer que vendía pimientos en el mercado de Villamojada y se fue a vivir a Madrid después de que me tuvo. Ella se llamaba la señora María canela pero le decían Nela. Y apropósito dicen que canela es un nombre de perra. Muchos me dicen Marianela, Nela o la hija de la canela.

Nela también le cuenta, que le describe a Pablo todo aquello que no puede ver.

-¿Y cómo ve las cosas Pablo?

-Es muy fácil aunque algunas veces difícil, por ejemplo, él me pregunta cómo es una estrella y yo se la pinto de tal modo, hablando, que para él es lo mismito que si la viera.

El doctor dice que le ha dado esperanzas al padre de Pablo para una posible operación con éxito para que pueda llegar a ver, manifestó que no era una cosa imposible, como lo dijo Nela, sino algo difícil de lograr.

Finalmente el doctor puede ver a su hermano.

-Ohoo, oigo algo que suena como música y es mi cuñada. ¡Carlos, Carlos! Grito el Doctor con mucho cariño.

-¡Teodoro, Teodoro! Respondió su querido hermano.

4º capítulo

La familia de piedra

Marianela vivía en la morada del señor Centeno donde tenía una muy mala calidad de vida, ya que no la trataban muy bien.

Marianela vivía en la casa con los centenos mayores y los hijos de estos: Mariuca, Pepina, Tanasio y Celipín. Por las noches, después de cenar, rezaban el rosario

Marianela tiene una muy buena relación con el pequeño de la casa, Celipín.

Celipín era con el que mejor se llevaba la Nela por lo que siempre se estaban ayudando entre si. Un día Marianela le dio dinero para que juntara para el sueño que tenía, que era poder llegar a estudiar y convertirse en alguien productivo para la sociedad, y no un minero como lo es, quiere llegar a ser alguien en la vida cosa que para muchos en lugares como este es imposible de lograr, porque es un lugar donde muy pocas personas son estudiadas y Celipín se siente muy decepcionado de sus padres porque piensa que no lo quieren, por la razón de que no lo envían a un centro educativo. Dijo Celipín a Nela:

-Aquí no nos tienen como personas sino como animales, le pido a mis padres que me den estudio y ellos me dicen que tengo mucha fantasía, que son pobres y no me la pueden dar.

-No te digo nada, como yo no soy persona y no sirvo para nada, no te lo puedo decir.

-Bien lo dices por consolarme pero veo que estas llorando, si estas llorando.

-Cada quien tiene sus cositas que llorar. Ve, duérmete y no pienses esas cosas malas de tus padres.

Ana es la mujer que manda en la casa y una de las principales personas causantes de la vida de pobreza extrema de la Nela y de la desdicha y decepción de Celipín al sentirse rechazado porque no lo mandan a estudiar.

Nela tiene que dormir en una cesta. La Nela, durante largos años residiendo allí, había ocupado distintos rincones, pasando de uno a otro conforme lo exigía la instalación.

En la casa no la aprecian como es y jamás ha oído una palabra de cariño, sino todo lo contrario, siempre escucha palabras de pena, jamás se le dio a entender a la Nela que había nacido de criatura humana, como los demás habitantes de la casa. Nunca fue castigada, pero ella entendió que este privilegio se fundaba en la lástima que percibían los demás de su fealdad, ni tampoco se le dio a entender que tenía un0 alma como todos, que podría dar mucho de ella a las demás personas si se le cultivaba con esmero la semillita en su corazón.

5º capítulo

Trabajo. Paisaje. Figura

En estas minas de Socartes cada uno de los trabajadores tiene una función muy importante en la realización de las labores de la jornada de cada día, pues si no trabajan, nadie come y no solo eso, sino que la subsistencia de la mina es por ellos y así es como sale adelante este pueblo.

Cada uno de los lugares tienen sus maquinarias, como hornos, excavadoras, pulidoras y muchas otras cosas que hacían de este un lugar digno para trabajar, esto lo digo solo para las personas que en verdad tienen la capacidad de desempeñarlo. Al trabajo, y cien y cien hombres soñolientos salieron de las casas, cabañas, chozas y agujeros, hombres negros que parecían el carbón ahumado

En este lugar donde cada uno tiene algo que hacer Nela se prepara para ir a ver a su amo, que de camino por los trabajos realizándose iba teñido de rojo cosa que a todos quienes pasen por estos lugares les pasa.

Este Muchacho, Pablo, aunque ciego es muy inteligente y es muy varonil. Esto lo notó más que nunca Nela cuando lo vio salir de su casa, por cierto una casa muy hermosa, sólida, grande y muy asombrante.

Don Francisco Penáguilas es un hombre adinerado, y hará todo lo que esté en sus manos para que algún día su querido hijo pueda llegar a ver, también es una persona de muchos conocimientos que los transmitía a su hijo. Gracias a que le leía muchos libros en las noches Pablo conocía muchas cosas del mundo, aunque su mente también estaba llena de mil errores por su falta de vista.

El sueño de den francisco Penáguilas era que el doctor Golfín, hermano de Carlos Golfín un muy buen amigo de este hombre, lo curara para que pudiera llegar a ver como todos nosotros.

6º capítulo

Tonterías

Pablo y Marianela salieron al campo junto con la compañía de Choto, Nela le dice que lo llevará a donde él quisiera, ya que Nela siente un gran aprecio por Pablo; él dice que vayan al bosque que está más allá del soldadero y que el día es muy hermoso.

Nela expresa muy bien sus sentimientos hacia el buen Pablo al igual que Pablo se los expresa de una muy buena manera a Nela.

Pablo y Nela hablan de muchas cosas y temas, como por ejemplo: de la religión, el Sol, de la Virgen. Hablan, por ejemplo, de que las flores son como las estrellas de la Tierra y que las estrellas en el cielo son las miradas de las personas que todavía no han muerto, como no pueden ver lo que pasa suben en forma de flor y así se forman las estrellas. Afirma también con mucha convicción que en los prados donde hay muchas flores es porque ahí han enterrado a muchos muertos y por eso hay tantas.

- Las flores son las estrellas de la tierra

- Tus disparates, con serlo tan grandes, me cautivan y para que sepas Nela, los murtos nunca regresan, el espíritu se separa de la carne y lo mortal se acaba, esto lo dice la fe y la razón, cosas que debemos respetar de nuestra religión.

A Pablo le haría mucha ilusión que su padre enseñara a leer a Nela.

- Voy a pedirle a mi padre que te deje vivir en mi casa para que no té separes de mí y también yo le rogaré a tu padre que te enseñe a leer y a escribir.

Pero esta ilusión y este entusiasmo se rompe cuando le pregunta a Nela como es.

-Nela, me gustaría saber cómo eres, verte y admirar tu belleza, Nela, dime ¿Cómo eres?

- La Nela no dijo nada. Había recibido una puñalada.

Ella no sabe que responderle y opta por callar, ya que esta pregunta había sido como una puñalada para ella, porque, obviamente, todos la consideraban y no solo la consideraban sino que en verdad Dios no le había dado la belleza física que como todas las mujeres, desean tener una.

7º capítulo

Más tonterías

Pablo y Nela se detuvieron entre un grupo de nogales. Mientras, Pablo empezó a explicar su infancia. Pablo, también explica que Dios le quitó la vista, pero que a cambio le ha dado una memoria muy buena y feliz. Pablo explicó su teoría sobre lo que pensamos y como pensamos. Nela, con todos estos pensamientos y explicaciones se hizo un lío, ya que no entendía nada.

El ciego le explicó a la Nela que la noche anterior le dijo a su padre que la Nela era muy bella, y él se echo a reír. Pablo no entendió muy bien la actitud de su padre, esto claro por la ignorancia del mundo visible de Pablo, aunque claro, sabía muchas cosas de su alrededor, pero era muy difícil que entendiera sobre la belleza de una persona.

- Concibo un tipo de belleza encantadora, un tipo que contiene todas las bellezas posibles; ese tipo es Nela.

-Ya sabes que desde la edad en que tuve uso de razón acostumbra mi padre leerme todas las noches distintos libros de ciencias y de historia, de artes y de entretenimiento. Esas lecturas y esos paseos se puede decir que son mi vida y anoche leyó mi padre unas páginas sobre la belleza.

Los dos continúan hablando de sus cosas, hasta que Pablo empieza a halagar la gran belleza de su Guía. A todo esto, Nela no decía nada, y por primera vez ella se sentía preciosa. Así que decidió mirarse en el reflejo, pero al verse su corazón se partió, ya que se decía que era muy fea, un monstruo. Pablo la siguió alagando y la Nela callaba muy triste y Pablo creía que esto se debía a que era muy modesta lo que no se imaginaba era que Nela estaba llena de dolor de solo saber que todo lo que decía Pablo no era verdad y él no se daba cuenta.

Marcharon a casa cogidos de la mano. Al llegar allí, vieron a su padre con dos hombres: Carlos y Teodoro. Mientras todos entraban en la casa, la Nela se quedó a fuera inmóvil en el patio, hasta que don Francisco la invitó a entrar a la cocina para que Dorotea le diera alguna cosa.

- Nela, más vale que te vayas. Mi hijo no puede salir esta tarde.

8º capítulo

Prosiguen las tonterías

Al día siguiente Pablo y su guía salieron de la casa a la misma hora del anterior, era un día con el tiempo bastante mal, así que decidieron no hacer un paseo demasiado largo. Durante el camino, Pablo le contó que el doctor Teodoro intentaría curar su ceguera. Pablo está muy contento de saber que quizás pueda ver a su querida Nela.

- Anoche no he dormido, pensando en lo que mi padre me dijo, en el médico, en mis ojos... Toda la noche estuve sintiendo una mano que entraba en mis ojos y abría en ellos una puerta cerrada y mohosa, si Dios quisiera tener piedad de mí y me concediera el placer de verte, aunque sólo durara un día mi vista, hemos de vivir juntos toda la vida

Después de hablar durante un buen rato, prosiguieron su paseo por el camino de la mina, hasta que se detienen en las entrañas de la Trascava. Nela le dice que algunas veces, escucha en ese mismo lugar, voces que le decían: “Hija mía, ¡qué bien se está aquí!”, La Nela oyó de nuevo la voz de la Trascava, diciéndole: Hija mía..., aquí, aquí, y sobre esto le dijo Pablo:

-Ya verás que te quitaré de tu mente esos pensamientos tan tontos y absurdos de que alguien te habla adentro de la Trascava, también la imaginación habla, por ejemplo la mía también habla y a veces habla tanto que la tengo que callar.

No pudo evitar las tentaciones de mirarse en un trozo de vidrio que obtuvo la semana anterior cuando se quebró un espejo en la casa de la Señana. En cuanto se miro no pudo reprimir que se le cayeran unas lágrimas, muy gruesas lágrimas. Pablo estaba allí para consolarla. Hablando y hablando, Pablo no pudo soportar el cansancio que tenia y acabo durmiéndose sobre Nela, después que ella le cantara una bonita nana, como la que le cantan a los niños para que se duerman y después de que Pablo durmió le Nela que triste estaba por haberse visto en el cristal y haber admirado su fealdad volvió a escuchar la voz en el fondo de la Trascava que le decía: -Hija mía, aquí, aquí.

9º capítulo

Los Golfines

Mientras Teodoro esta aburrido, decide dar un paseo para examinar la zona que le ocupará todo el día. Una vez llegada la noche, todos los Golfines se ponen a hablar sobre su infancia. Habían nacido en la clase más humilde, luchaban por salir de la ignorancia y de la pobreza y como llegaron a ser lo que hoy son, personas de un alto linaje y muy estudiados, cada uno con una profesión. Teodoro era el hermano mayor.

Se hace una descripción de Teodoro: dice que es como un león negro. Él piensa que su familia procede de Inglaterra, ya que sus apellidos así lo parecen. En inglés, Gold significa oro, y to find hallar. En nuestro idioma, su apellido sería Buscador de Oro.

Su hermano Carlos es un bendito hombre, muy pacífico y estudioso. Su mujer se llama Sofía, y es de regular belleza a causa de su lamentable obesidad, por lo que se fue a vivir a las minas ya que le dijeron que la atmósfera de carbón de piedra enflaquecía. Su obsesión era tocar el piano correctamente.

El matrimonio no tenía ningún hijo. Tenían un perrito llamado Lili, muy mimado. Lili era un perro de raza Toy Terrier. Ella ocupaba gran parte de su tiempo formando asociaciones benéficas para salvaguardar y cuidar hospitales y escuelas, también se preocupaba por los problemas de los niños.

Una tarde de septiembre, Carlos, Teodoro, Sofía y Lili decidieron dar un paseo. Lili se puso entre unas hierbas para ver quien estaba por ahí, entonces apareció la Nela, lo que Sofía la culpo solo por el hecho de estar donde estaba, e hizo que lo buscara. Teodoro defendió a Nela, y reprochó a Sofía de que no le hubiera comprado unos zapatos. Carlos también la defendió.

En este capítulo se descubre, que la madre de Nela se suicidó en aquel lugar dónde ella escuchaba las voces de su madre.

A la Nela le sangran los pies a causa de haberse metido entre las hierbas. El doctor la cura y la lleva en brazos para que no se lastime más.

10º capítulo

Historia de los hijos del pueblo

Teodoro cuenta la dura infancia que tuvieron los Golfines, cuentan que ellos dos fueron hombres que se formaron solos, que la vida los formo, que no pensaban en linajes, ni clases sociales y mucho menos que habían personas de menor rango social que ellos. Ellos siempre eran, son y serán personas de bien y humildes que están siempre pendientes en ayudar a las personas más pobres.

Teodoro sirvió a muchos amos, y con las propinas que le daban tenia para comprarse algunos libros, pero Sofía le decía que todo lo que contaba era muy exagerado.

Sintió una gran afición por la medicina, cosa que decidió intentar y llegó a estudiar lo ojos. Hoy vemos a Teodoro siendo un gran doctor que planea dar vista a Pablo.

Los dos hermanos empiezan a recordar anécdotas de su infancia. Una de estas anécdotas que recuerdan, es cundo Teodoro trabajaba en una barbería, y su jefe un día le dio dos entradas para ir al teatro, al que fueron los dos, su hermano y él. Carlos tuvo la mala suerte de coger una pulmonía, que si, no hubiera sido por un profesor de la Facultad lo más seguro es que hubiera muerto.

Teodoro le sirvió a muchos amos y todos estos dice Golfín eran muy buenos y nunca los dejaron solos, mientras él estudiaba y trabajaba, Carlos se ganaba su pan de cada día hasta que sintió que le atraían los materiales y empezó a estudiar también. Uno de los maestros de Teodoro murió y le dejó una fortuna con la que terminó de estudiar y se fue a América, la gente parecía que se enfermaba solo para darle trabajo.

Teodoro acabó siendo un buen médico, al que la humanidad necesitaba. Después, cuando ya ganaba mucho se fue a América y así fue como fueron triunfando los Golfines en la vida.

11º capítulo

El patriarca de Aldeacorba

Todos llegan a casa de don Francisco, entraron todos en el patio de la casa. Oíanse los graves mugidos de las vacas. Estas las ordeñaban los criados de don Francisco. Se sentía el olor a heno que ponían los criados en el establo

Sacaron los vasos de la leche blanca, todos tenían su vaso, excepto Nela. El bueno de Teodoro dio su vaso de leche a la pobre Nela, que con mucha vergüenza se negaba a tomarlo. Don Francisco dijo a su criado que le trajeran otro vaso al señor Teodoro y se oía el sonido cuando salía la leche de la vaca. Al beberse el vaso de leche, le dejó un bigotillo blanco en el labio superior a Nela, lo que provocó las risas de Sofía.

Teodoro le decía a Pablo que Nela era guapa, ya que este lo creía. Teodoro cogió un pañuelo y le limpió el bigotillo de leche. Nela estaba sentada en un banco de piedra.

Don Francisco estaba muy preocupado por su hijo, ya que este no conocía el mundo real, y sus ideas estaban llenas de mil errores. Por el desconcierto que tenía se preocupaba más y más el padre del ciego. En los días pasados el estado de exaltación del ciego había sido muy grande ya que era por la esperanza que se le había dado.

El doctor dice que con el examen que le hizo el día anterior a Pablo ya era suficiente, que no hacía falta realizar otro. También decía que no habían razones para pensar que el hecho de devolverle la vista a Pablo era imposible, él no aseguraba la cura pero se intentaría y habían posibilidades de que tuvieran éxito. Dice que para él sería un privilegio dar la vista a quien tanto la merece.

Don Francisco lo único que quiere y desea es la felicidad de su hijo, que está comprometido con Florentina, la hija de su hermano Manuel, y que según él es más bella que la Virgen María. Dijo don francisco: - La oscuridad de sus ojos es la oscuridad de mi vida, lo que él no vea es una gran tristeza para mí.

12º capítulo

El doctor Celipín

Todos se Fueron a sus respectivas casas.

Nela dio a Celipín dos duros que el doctor le regaló, se puso loco de alegría y se lo agradeció mucho.

Celipín tiene algo muy claro en esta vida, y es que quiere llegar a ser alguien en el futuro y con ese dinero que le dio Nela pretendía empezar su viaje para ser alguien. Se empezaron a imaginar cómo sería el de mayor, como todo el mundo lo conocería y hablar mucho de él. Más adelante, se marcharía de casa para poder ser alguien, y cuando regresara lo haría con regalos para todos, también para Nela. Tiene el sueño de llegar a ser como el doctor Teodoro Golfín que le devolverá la vista a Pablo.

Celipín dijo a la Nela que se fuera con él, ya que como Pablo recuperaría la vista, este ya no necesitaría su ayuda. Nela no dijo nada al respecto.

Nela le cuenta a Celipín que el que le dio los dos duros, osea Teodoro Golfín, anduvo por calles pidiendo, le sirvió a diferentes amos, trabajó en barberías, durmió en las calles y que su hermano Carlos vivía en una casa de trapo viejo. Celipín se asombra de ver cómo es posible que un hombre que hoy en día tiene mucho dinero, es muy reconocido, ha curado mucha gente y que planea darle la vista a un ciego, tuvo que pasar una infancia en donde una rata era más rica que cualquiera de ellos dos. Dice este que lo que tiene no lo cargan ni seis mula. Celipín piensa que pasando lo mismo que ellos pasaron podrá llegar a ser lo mismo y le dice a la Nela que se buscará una casa de trapo viejo y que se iría directo a una barbería.

De esto podemos darnos cuenta porque los señores Golfín se identifican y entienden tan bien a la gente pobre, que en este caso son los trabajadores de la mina y no tengo que explicar porque, pues ahora conocemos su pasado y bien sabemos todo lo que hicieron este par para llegar donde están ahora.

13º capítulo

Entre dos cestas

En este capítulo, el autor entra en los pensamientos de Nela. Hace previamente un repaso de su historia psicológica. Recuerda que Nela carece de instrucción en su edad primera y que no ha gozado de las sugestiones cariñosas que endurecen el espíritu de un modo seguro al conocimiento de ciertas verdades. Es por eso que Nela se había formado en su imaginación un orden de ideas muy singular. Su espíritu es comparado con los pueblos primitivos, ya que al igual que ellos, Nela era dominada por los sentimientos y la fascinación de lo maravilloso.

Al entrar en los pensamientos de Nela se puede comprobar que no ignoraba completamente todo lo de su alrededor, ya que no ignoraba en absoluto el Evangelio, había escuchado un poco y vagamente el evangelio. Tenía la idea de un sacrificio sublime y también sabía de una celebración a la que le llamaban misa. Pero de lo que más sabía y a lo que más le tenía devoción era a la Virgen María, que para ella era lo más bello y hermoso. En ella había hecho una mezcla de bellezas y ahí las había depositado, para María todo lo bello lo relacionaba con la Virgen. Si Nela no tuviera esos pensamientos erróneos sobre la religión, si no tuviera esa devoción en la Virgen María y si no relacionara todo lo bello con ella, su paganismo sería completo y adoraría al sol, a los árboles, a las plantas y a los animales. Esta característica de que Nela adora a la virgen es muy peculiar, porque todo lo que ella necesita pedir o agradecer se lo hace a la Virgen.

Nela hablaba y pedía a la Virgen que la devolviese bella para que Pablo la pudiera mirar sin asombrarse y asustarse de su fealdad. Nela decía que como a Pablo se le antojó fijarse en ella, no sabía que hacer porque si la vía caería muerta de tristeza viendo que la dejaría y no la iba a dejar alguien cualquiera para ella, sino el amor de su vida. Decía que se la tragara la tierra para que Pablo la pudiera ver bonita y que le dieran una altura como la de toda mujer, pues la de ella era de una joven de doce años. Todo esto lo decía muy triste en sus dos cestas que parecían conchas.

14º capítulo

De cómo la Virgen se le apareció a la Nela

Nela, al despertarse hace una oración a la Virgen María, como acostumbra, y con esa devoción espectacular. Mientras pensaba en todo lo que le había sucedido el día anterior, se dirigía a Aldeacorba de Suso.

Ella sabía que aquella sensación que le producía la Virgen era muy buena, por eso cuando vio algo que se le pareció a ella que se asomaba en la densidad del follaje mostrando toda le hermosura de su cara y su busto, creyó fuertemente que era la Virgen recogiendo moras, vestida con corbata azul y ropas de clase alta de la época, se quedó petrificada, no sabía si reír o llorar, si correr o quedarse ahí, no pudo apartar los ojos que para ella este era un milagro.

Entonces oyó una voz que decía:

-“¡Florentina, Florentina!”. Y la supuesta Virgen María contestó:

-Aquí estoy papá, estoy comiendo moras silvestres.

Era Manuel Penáguilas y la chica tan bella que parecía la Virgen María era su hija Florentina. Don Manuel era un hombre muy orgulloso, bajito y tenía la característica que aplaudía cuando algo le causaba risa, le decía a su hija que eso de andar recogiendo moras silvestres era más de una chicuela que de una muchacha criada bajo la alta sociedad.

Se dio cuenta Nela que estaba en un error, que sus vestiduras eran más de niña rica que de Virgen María y que se trataba solamente de la prima de Pablo. Y vio acercarse con paso grave al padre de esta.

Llegaron a la casa y después de tomar chocolate y tener una breve conversación, los padres de estos propusieron a Pablo, Florentina y Nela que fuesen a pasear porque era el último día que don Teodoro permitía salir al ciego. Los dos hermanos irían a ver el ganado y los jóvenes felices se fueron a pasear y a enseñarle a Florentina toda la hermosura de las minas de Socartes.

15º capítulo

Los tres

Pablo dijo a Nela que a su prima Florentina le gustaría ver las minas, entonces fue cuando decidieron ir a pasear los tres para verlas.

Florentina les dice que todo aquello es precioso y que estaría encantada de pasar toda su vida en aquel lugar. Florentina contemplaba el espectáculo muy sorprendido y lo que más le llamo la atención fueron las rocas cretáceas que se encontraban en la Terrible. Estas rocas subsistieron en el terreno después de arrancado el material.

Esta mujer comparó a estas rocas con un grupo de bollos pegados por el azúcar y también los comparó después de verlo detalladamente por segunda vez con unos perros y gatos que después de un tiempo se quedaron convertidos en piedra.

Durante el paseo sacaron muchos temas de conversación, entre ellos el de la belleza, en que Nela se quedó muy callada, la Nela llora y el ciego pensativo no entiende y le dice que ayer cuando llegó no le pareció tan agradable pero ahora sí y le Nela le dice que su belleza es como la de un ángel cosa que Pablo le niega diciendo que podrá estar ciego pero entiende muy bien donde hay belleza y hermosura y en donde no la hay y la Nela muy triste también le dice que no, que él no sabe , donde está y donde no.

Florentina cuenta a Nela que cuando Pablo recupere la vista se casaran, y que Florentina cuidará de Nela como si fuera hermana suya, ya que la felicidad que tenía Pablo se debía a su lazarillo. Esto fue muy triste para Nela, porque por obvias razones, Nela quiere mucho a Pablo y no como un hermano sino como algo más, y es muy feo oír de alguien hablar sobre planes de boda sabiendo de que lo amas.

Pablo comenta a Nela que florentina ayer cuando llegó no le cayó muy bien y sintió algo de antipatía por ella, pero ahora sentía que debía ser algo bonita, y Nela soltó a llorar y le dijo que era como los ángeles y que su belleza era como la de la Santísima Virgen.

16º capítulo

La promesa

En este capítulo básicamente se habla del inició de la operación de Pablo, como el doctor emprende la delicada operación del vendaje, como es incomunicado al exterior, excepto para su padre, y como la Nela preguntaba por el cuatro o cinco veces, pero estos no la dejaban pasar de la portalada.

Florentina se preocupa mucho por Nela, y le dice que ella la cuidará y la convertirá en una mujer de provecho, ya que fue a la casa de la Nela y vio la problemática en que vivía, durmiendo entre dos cestas y siendo agredida por la Señana especialmente y por los otros habitantes de la casa del el señor Centeno. Le promete que la llevará a vivir con ella, que la vestirá como una de esas señoras acomodadas y que sería como una hermana para ella. La Nela creía a veces que era la mismísima Virgen. Comprendía su bondad y cuando pesaba en su alma se imaginaba que estaba en un hermoso paraíso lleno de amor y de pensamientos discretos y consoladores. Y como odiar y aborrecer a alguien que inspiraba que la amaran con toda el alma; esto era imposible para alguien como Nela que tenía esa alma tan inocente y pura. La Señora Centeno se quedo petrificada al igual que la Mariuca y la Pepina al oír todo lo que pensaba hacer la señorita Florentina.

Todo esto lo hizo por una promesa a la Virgen María, de ahí el nombre del capítulo, que si le devolvía la vista a Pablo ella traería a un pobre a su casa y le daría todo lo necesario para que fuera como una más de esas personas ricas y ese pobre para Florentina era Marianela.

Por fin le quitan la venda a Pablo, cosa que para muchos es un gran alivio porque ya no lo tendrán que estar cuidando tanto, traerá mil felicidades y se remediaran muchos males, pero Nela al saber la noticia está más muerta que viva, ya que él llegará a ver su fealdad y no querrá saber más de ella. Era un horror instintivo lo que sentía Marianela al saber esto y la alejaba de la casa de Aldeacorba; esto parecía una pesadilla para Nela.

El señor Carlos Golfín está orgulloso de ser hermano de quien le dio la vista a un ciego, se sentía como si fuera hermano del rey de los hombres.

17º capítulo

Fugitiva y meditabunda

Pablo ya ha recuperado totalmente la visión, ya no es ciego. Todo el pueblo ya sabe la buena noticia, y se alegran mucho por él. No se habla de otra cosa en todos los lugares que se han mencionado en esta hermosa historia. Se añadían unos comentarios entre las personas como que don Francisco Penáguilas había perdido la razón o que todos los ciegos deberían de ponerse en las manos de don Teodoro Golfín. La única que con este hecho lo está pasando muy mal es la pobre Nela, que no quiere que su dueño, su amado la vea, ya que siente vergüenza de su físico.

Nela vagabundea mucho por el pueblo, ya que no sabe qué hacer ni a dónde ir, está muy perdida. Lo único que tiene Nela seguro es que no va a ir a visitar a Pablo.

Florentina le pregunta por qué no le quiere visitar ya que él está muy ansioso por verla, ella solo le puede contestar que no puede.

-¿Por qué no has ido a casa?

- No puedo ir allá, no señorita, no puedo.

La Nela triste sabía lo que le esperaría si la vía el señorito Pablo y pensaba:

-No vuelvo más a Aldeacorba... No consentiré que me vea...Huiré con Celipín o me iré con mi madre. Ahora yo no sirvo para nada.

Pero esto parecía muy desconsolador para la Nela porque tendría que dejar el ofrecimiento que le había hecho la señorita Florentina, ya que era lo que había deseado en sueños desde hacía mucho tiempo, tener una casa, un nombre, alguien que la quisiera, consideración y bienestar, y no poder tomar este tan agradable ofrecimiento que le había hecho aquella celestial Virgen, no aceptar aquella mano que la sacaría de todos sus problemas y de su miseria era terrible para ella.

18º capítulo

La Nela se decide a partir

Nela continuo vagando todo el día, hasta que por la noche se acercó a la casa de Aldeacorba, acercándose sigilosamente sin que corriera peligro de que la descubrieran y cuando le parecía sentir rumor de pasos se alejaba sigilosamente como un ladrón.

Bajó a la Terrible y esto le pareció más bello que nunca, admiró sus rocas, se subió en una que parecía una estatua y se dedicó a contemplar las luces de socartes y Aldeacorba.

En aquellos alrededores se encontró al señor Celipín, el cuál le dijo que pensaban todos que estaba en la casa de la señorita Florentina comiendo toda clase de comidas de lujo y viviendo como una reina.

Le preguntó Nela que para donde se dirigía y él le contestó muy convencido que iba a los Madriles del Rey de España a servir en una casa de marqueses y condeses, y que ella también iría y trabajaría. Los dos estaban paseando, cuando de repente Nela, soltó que ella no iría, y que no insistiera, ya que no la convencería. Vistas las circunstancias Celipín emprendió el viaje sólo. Nela cayó al fondo de la Trascava resbalando por la sima, pero todo quedó en un susto que no llegó a ser una tragedia.

María se estremeció al sentir que Choto había llegado a estar con ella, Nela le dijo que se fuera a Aldeacorba con su amo, Choto corrió pero no precisamente para donde su amo, sino que fue a buscar al doctor Golfín, él no entendió que era lo que le quería decir, pero después de un rato de arrepentirse de no ser muy bueno con el lenguaje canino y que choto le diera varias vueltas, siguió al perro a donde lo llevara hasta que se alejó como cien metros de Aldeacorba y al doctor Teodoro le pareció escuchar una voz humana que pensó que era Nela y efectivamente lo era, la convenció para que subiera, ella subió poco a poco, al fin de cuentas subió, pero él no se sintió triunfante hasta que tomó su mano para ayudarla.

19º capítulo

Domesticación

Golfín sorprende a Nela justo a tiempo, pues ésta intentaba despojarse de su propia existencia bajo la falsa creencia de que la vida depararía para ella una mejor suerte una vez muerta, Nela explica al doctor que ella quiere irse con su madre al otro mundo, el doctor le respondió con un largo discurso que sirvió para tranquilizarla, Golfín la persuade de no quitarse la vida y la exhorta a que habrá su corazón ante él, única persona dispuesta a preocuparse por los asuntos que aquejan su corazón.

La Nela confiesa a Golfín el amor que profesa a Pablo y las promesas de no separarse jamás que el antiguo ciego le hizo a la Nela. Ella le dice que Pablo le había prometido que la querría siempre aunque tuviera vista y eso a Nela no le preocupó porque no la estaba viendo, pero ahora que la vería la compararía con florentina y compararse con Florentina para ella es como comparar un espejo roto al sol. Le confiesa también el motivo por el cual decide marcharse, de cómo siente celos de Florentina.

Finalmente Golfín, después de hacerle ver a Nela, que si bien está desprovista de belleza exterior, su grandeza de espíritu la hacían un ser excepcional.

Al cabo de un rato el doctor intentó convencerla para ir con la familia y que su amo la viera, Nela tembló toda y Golfín observó que sudaba y que sus manos tenían un frío congelante. Esta decía que él ya no la querría más. Nela no quería marchar y, pálida y descompuesta se desmayó; Golfín la cogió a hombros y la llevó a Aldeacorba, donde se encontraba en casa la señorita Florentina, la cual estaba de rodillas dispuesta a orar devotamente cuando fue interrumpida y alarmada por el doctor; Golfín puso cuidadosamente a la mariquilla en un sofá de la habitación de Florentina y preguntó:

-¿Qué tal, soy buen cazador de mariposas?

Definitivamente Golfín había hecho una gran hazaña, encontrar a alguien que tan esperada era en Aldeacorba.

20º capitulo

El nuevo mundo

Este capítulo hace un recordatorio retrocediendo unos días y viendo las reacciones que tuvo Pablo los primeros días de poseer el sentido de la vista.

Cuenta que el señor Teodoro el día que levantó el vendaje del señorito Pablo Penáguilas; notó que los movimientos del pobre eran de retroceso, que el espacio iluminado era como un abismo para él. Teodoro Golfín observaba estos fenómenos con la más viva curiosidad ya que era su segundo caso de ceguera congénita que asistía y las demás personas que se encontraban presentes contemplando la deseada recuperación de Pablo no mostraron alegría hasta estar seguros de si el ciego se había recuperado.

Cuenta cómo reaccionó locamente al ver la belleza de su prima Florentina, de la cual no se quería separar en ningún momento porque decía que era lo más preciso que existía en el mundo, esta belleza no solo la había notado él sino que tiempo atrás todos estaban también enloquecidos por su hermosura. Cuando Pablo la vio por primera vez pensó que era la Nela y le dijeron que era su prima Florentina; esto causó confusión en Pablo.

Se explica también que Pablo deseaba con mucha ansia ver a su buena amiga Nela, y no se explicaba el porqué de su huída. Dijéronle que su lazarillo no aparecía por la casa ni podían ellos ocuparse en buscarla.

Nela, como ya lo habíamos explicado había emprendido nueva vida de tristeza porque Pablo había recuperado la vista y ella no quería que viera su fealdad.

Al final Pablo dice que le pareció oír voces, que oyó la voz de Golfín, la de Florentina y la de su Padre, después se fue a dormir atormentado por las imágenes que había visto durante todo el día, cosa que asombraba mucho a este, y asustado por fantasmas que él mismo se imaginaba.

21º capítulo

Los ojos matan

La mañana en que la Nela despertó en la habitación de Florentina, el padre de ésta le anunciaba que en ese momento don Francisco hablaba con Pablo sobre el asunto de la boda. Don Manuel explica a su yerno, que hace bien de querer a su prima, ya que ahora sabe lo que es la belleza

Golfín que se encontraba allí, preocupado por el estado de Nela, le describe a Florentina la desventurada vida que ha tenido que llevar la Nela por la ausencia de un alma que pueda ocuparse del mínimo cuidado de Nela.

Nela despertó, y los dos que estaban allí contemplándola le preguntaron qué a que le temía, que si era a ellos que les tenía miedo y ella repuso que miedo no, ambos le mostraron cariño y le preguntaron sonriendo que a quien quería más si a Golfín o a Florentina, pero Nela con un asombro y terror no contestó nada

Al cabo de un instante, entra a Pablo, quien se había quitado ya el vendaje e iba a expresar a Florentina la dicha que le provocaba la futura unión entre ambos.

La Nela, que hasta entonces pasaba inadvertida en el sofá, llama la atención de Pablo, quien se dirige a ella, él alargó una mano hasta tocar aquella cabeza, en la cual veía la expresión más triste de la miseria y de la desgracia humana. Entonces la Nela movió los ojos y los fijó en su amo, y al sentir la mano de la Nela sobre la suya se da cuenta que se trata de ella, esta le besó la mano repetidas veces, Pablo clava su mirada sobre Nela, esto era lo que la Nela toda la vida había temido, y ella al sentir el peso de la mirada de Pablo comienza su descenso a las profundidades de la muerte. Nos dimos cuenta de que la única mirada de Pablo fue capaz de matar a la mujer que más amor le tenía cuando era ciego, Golfín, ante la frustración e impotencia de no poder salvar a Nela termina por exclamar que:

¡Nela ha muerto de amor…!

22º capítulo

¡Adiós!

Pasó algo raro, inaudito para todos los lectores de este libro de Marianela en el cual, ella, quien nunca tuvo bienes materiales, reconocimiento en la vida, ni tanciquiera un nombre que la apoyara en las cosas formales a lo largo de su vida, ni cama, ni ropa, familia y tampoco sustento, ni consideración, tuvo un funeral al que asiste todo el pueblo y un sepulcro magnífico obsequiado por Florentina, esto asombró tanto a la gente del pueblo y más aun a la Señana que le podía pasar un buey por en cima o discurrir su marido que no le llamaría la atención. Apenadísima por lo que había pasado y que no le pudo haber dado nada ni ayudado a la Nela.

Para sorpresa de los que la conocían, su muerte llamó la atención de muchos.

Meses después cuando ya todos se habían olvidado de Nela, Pablo y Florentina se habían casado, llegaron unos viajeros extranjeros a los que les llamaban turistas al sepulcro de Nela. Apuntan en una cartera que el sepulcro es de una mujer noble y hermosísima, la Doña Mariquita Manuela Téllez (Nela). Luego publican su descripción como Sketches from Cantabria.

Los reporteros investigaban la verdad, pero no la encontraron, que es la razón por la cual el autor escribe este mismo libro: para que sepan los lectores la verdadera historia de Nela, una de las más interesantes que existe.

Nela ya muerta fue en el único momento en que se dio a conocer por una supuesta belleza que a todos nos dio a creer, esto era cierto porque siempre fue una mujer bellísima, con un alma noble e inocente que a cualquiera cautivaría; esto era lo que la caracterizaba mejor, a la hija de la Canela, la maltratada, la despreciada, la inútil, la fea, la que nunca nadie quiso. Pero aparte de eso nos dimos cuenta que era una niñita, una inocente personita de dieciséis años, que se cautivó de un amor imposible y de él murió.

Conclusión:

Después de leer arduamente estos resúmenes de Marianela, una obra magnífica de Benito Pérez Galdós, nos pudimos dar cuenta de lo cruel que puede llegar a ser la vida para algunos en distintos lugares del mundo, como lo fue para la Nela que nos conmovió a muchos con su historia de fealdad, de desprecio y de huerfanidad, que nos dio una lección para que no hagamos a otros lo que le hacía la demás gente a Nela, que hicieron que no sirviera para nada, que se volviera tímida inútilmente.

Nela supo lo que era un verdadero amor imposible, tan imposible que le provocó la muerte, supo lo que era estar compartiendo tristemente los segundos y minutos de su vida con la futura esposa de su amado, supo lo que era no comer, ni tener zapato que le protegiera los pies.

Por eso reflexionemos de esto y tomémoslo para nuestra vida y en adelante todo será mejor.

Bibliografía:

  • Español para sétimo año, Crestomatía. Editorial San Rafael.

  • (Para la portada)Buscador Google imágenes (www.google.co.cr): Libro Marianela.

Resúmenes por:

2




Descargar
Enviado por:Alberto
Idioma: castellano
País: Costa Rica

Te va a interesar